MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Kakutani sobre Laura

11.12.2009
Fuente: ericchangdesign

Michiko Kakutani comenta The Original of Laura, la novela póstuma de Vladímir Nabokov que su hijo Dmitrii -contrariando la última voluntad de su padre y las posteriores negativas de la madre- decidió publicar porque el "zumbido" de Laura seguía en su cabeza. ¿Valió la pena publicar este libro?, se pregunta Kakutani. Nos preguntamos todos. Ella responde así:

Was Dmitri right to publish “The Original of Laura: (Dying Is Fun)”? Do the index cards (reproduced with meticulous care by the publisher, Alfred A. Knopf, in an ingenious punch-out format) represent, as Dmitri has said, “the most concentrated distillation” of his father’s creativity? Does this fragmentary manuscript constitute the makings of “a brilliant, original and potentially radical book”? Or does the unfinished manuscript — like works left behind by Ernest Hemingway and published after his death by his estate — simply feel like an embarrassing and unfortunate coda to the master magician’s oeuvre? In many respects, the release of a rudimentary version of his last novel does a disservice to a writer who deeply cherished precision and was practiced in the art of revision. Just as “The Enchanter,” a precursor to “Lolita” that was written in 1939 and published after his death, reads like a crude, often flat-footed version of its famous descendant, so these fragments of “Laura” — so cryptic and sketchy — represent an incomplete, fetal rendering of whatever it was that Nabokov held within his imagination. Yet, at the same time, these bits and pieces of “Laura” will beckon and beguile Nabokov fans, who will find many of the author’s perennial themes and obsessions percolating through the story of Philip, an “enormously fat creature” with “ridiculously small feet, ” and his wildly promiscuous wife, Flora, who seems to have been the inspiration for a fictional character named Laura. (...) The final irony concerning “The Original of Laura,” of course, is the fact that its very form — an incomplete manuscript — recalls a favorite Nabokovian device: the notion of a set of “strange pages” or imperfect scribblings found, edited or annotated by another character. This device — H. H.’s memoir edited and published after his death (“Lolita”), say, or John Shade’s poem, introduced and commented upon by a scholar named Charles Kinbote (“Pale Fire”) — was not only a clever, postmodernist frame deployed by Nabokov in his endlessly inventive pursuit of complication, but it was also a sort of metaphysical statement on Art and the Artist, a rumination upon the inscrutable mysteries of creation.

En fin, no sé uds. pero a mí Kakutani me ha convencido. El libro, tal como ha sido editado, respetando las tarjetas, no será una novela pero es un Nabokov legítimo. Y eso es más que suficiente para mí.

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Lo nuevo de Pynchon

8.07.2009
Carátula de la novela. Fuente: le clavier cannibale

Ezequiel Martínez en su blog En Minúscula adelanta lo que será, en EE.UU., la póxima aparición de la nueva novela de Thomas Pynchon Inherent Vice. La pregunta es, ¿traducirán esta novela al castellano? La anterior todavía la estamos esperando.

Después de varios meses de especulaciones y datos sueltos que inundaron la web, finalmente esta semana salió en los Estados Unidos la séptima novela del escurridizo Thomas Pynchon, Inherent Vice (¿Vicio intrínseco?). Con poco menos de 400 páginas, es la novela más corta de Pynchon desde Vineland (1990). La ilustración de la tapa, dicen, fue rastreada por el propio escritor en Internet, que encontró –y habría exigido– que la obra Cadillac Hearse del artista maui Darshan Zenith acompañara a la edición desde la cubierta. La influyente y temida Michiko Kakutani escribió acerca de Inherent Vice en The New York Times: “Sus obras anteriores presentaban narrativas intricadas y confrontaciones enigmáticas (…). En contraste, su última novela es una simple historia de detectives que enfrenta a simpáticos drogadictos y al departamento de policía de Los Angeles; una novela en donde la paranoia es menos un estado político o metafísico que el resultado de fumar demasiada marihuana”. Quizás esta simpleza empuje a Tusquets (que ya editó otras obras de Pynchon) a traducir en algún momento la novela al castellano. Mientras tanto, en el país del norte varias librerías dejaron abiertas sus puertas hasta medianoche para saciar la ansiedad de los fans, y la revista Wired subió en su sitio web una adictiva Guía no oficial de Thomas Pynchon en Los Angeles, que recorre a través de un mapa interactivo todas las locaciones de sus libros.

Si quieren, pueden leer en este vínculo la reseña completa de Michiko Kakutani. también pueden darse una vuelta por este enlace que deja Ezequiel: la proyección gráfica de cómo sería actualmente la cara de Pynchon.

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Un relato infantil para adultos

2.23.2009
Carátula de la novela. Fuente: estudioenescarlata

Como "un relato infantil para adultos" ha calificado Rodrigo Fresán la última novela de Salman Rushdie, recién traducida al castellano por Mondadori, La encantadora de Florencia. En la estupenda reseña que acaba de publicar en ABCD las letras, empieza citando aquel momento del clic, el big bang, que lanzó a Rushdie a la literatura y que es un leit motiv que se presenta en la mayor parte de sus obras:

Casi no hay entrevista en la que Salman Rushdie no señale y ubique a su big bang artístico en ese día mágico en el que, con poco menos de diez años, entró a un cine de Bombay para ver El mago de Oz y, 101 minutos más tarde, salió de allí convertido en otra persona, en un escritor. Y está claro que la influencia y el alcance de la radiación color rubí del clásico de 1939 ha sido larga y poderosa. No hay título en la obra de Rushdie (Bombay, India, 1947) que no aparezca marcado por la idea de atravesar una «membrana» que separa a un mundo de otro o, para ser más específicos, que divide a Oriente de Occidente. Así -ya sean los niños mágicos de Hijos de la medianoche, los arcángeles en picado de Los versos satánicos, los iluminados envejecidos de El último suspiro del moro, los rockers en fuga de El suelo bajo sus pies, los artistas de circo de Shalimar el payaso-, todos sus personajes son recorridos por la idea del tránsito de una cultura a otra, del pasaje del dócil blanco y negro al más rabioso tecnicolor, impulsados por la magia torrencial de palabras apasionadas. La encantadora de Florencia -que puede ser considerado un relato infantil para adultos del mismo modo que Harún y el mar de las historias fue entendido como un relato adulto para niños- no es la excepción a la regla y nos trae al Rushdie más Rushdie de todos.

Por otra parte, anuncia que en esta novela Rushdie es más Rushdie que nunca. Es decir, que no deja de lado ese maravilloso poder de imaginación y libertad que no está atado a ningún convencionalismo "políticamente correcto" ya sea nacional o literario. Esa autonomía de la imaginación, que algunos críticos como la Kakutani vieron como un error o un cansino loop en las novelas de Rushdie, para Fresán es el valor agregado:

(...) no está de más advertir a los exploradores que en La encantadora de Florencia, Rushdie -alguien que siempre hace lo que se le antoja, que no pide permiso a nadie y a quien nada preocupa- es más Rushdie que nunca. Y que abundan aquí sus tics, sus gracias, sus magias, sus travesuras -más que juegos- de palabras, sus malabarismos y caídas libres. Por lo que quienes no disfruten de sus modales harán bien en no bajar del barco; mientras que sus seguidores serán recompensados con uno de los viajes más regocijados y regocijantes por la movediza tierra firme de un universo que es suyo y sólo suyo. En el inicio de la novela, describiendo al «Mogor dell´Amore», dice Rushdie: «Era capaz de soñar en siete lenguas: italiano, español, árabe, persa, ruso, inglés y portugués. Había adquirido las lenguas del mismo modo que los marineros adquirían las enfermedades; las lenguas eran su gonorrea, su sífilis, su escorbuto, su paludismo, su peste. Tan pronto como concilió el sueño, medio mundo empezó a balbucear en su cerebro, contando prodigiosos relatos de viajeros. En este mundo a medio descubrir, cada día traía consigo noticias de nuevos encantamientos. La ensoñadora poesía de lo cotidiano, visionaria y reveladora, aún no había sido aplastada por la estrecha y prosaica realidad. Siendo él mismo narrador de relatos, se había sentido impulsado a abandonar su casa por historias asombrosas, y por una en concreto, una historia que lo enriquecería o le costaría la vida». Pero está claro que Rushdie nos habla de Rushdie, del encantador de Bombay, de su capacidad para seducir contando, de su convencimiento de que una buena trama -un Había otra vez?- es la más grande de todas las riquezas. Bienvenidos a la noche 1.002

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A Mercy de Toni Morrison

Toni Morrison. Fuente: Guillermo Arias/ blog syracuse

La nueva novela de la premio Nobel Toni Morrison, A Mercy, que ha logrado arrancar un encendido elogio a la durísima Michiko Kakutani, ocurre en 1860 y en ella Morrison dice que "quería comprender cómo podía sentirse una esclava negra en el período de transición en que la esclavitud era normal, pero no lo era el racismo. Desde los antiguos egipcios, griegos y romanos, cada civilización grande o pequeña fue construida por los esclavos, llamados con nombres diferentes: campesinos, peones, siervos". Una época en la que el color negro no era considerado un signo de inferioridad sino al contrario, de un poder secreto, asociado con Satanás. En el ADN Cultura Alessandra Farkas entrevista a Toni Morrison en Princeton a raíz de su nueva novela:

En el libro, la escritora vuelve a indagar acerca de la rebelión de Bacon de 1676 (así llamada por el nombre del líder, Nathaniel Bacon), cuando la rabia de las clases subalternas instigó a los esclavos negros y a los siervos blancos a tomar el control del Estado de Virginia durante algunos meses, hasta que fueron vencidos por una fuerza naval enviada desde Inglaterra. Tras dicha insurrección, el empleo de los esclavos africanos aumentó considerablemente por el temor de los propietarios a una nueva revuelta, de manera que los negros sustituyeron a los siervos contratados como principal fuente de mano de obra en Virginia. "La revuelta de Bacon llevó a las autoridades a modificar la ley, para consentirles a los blancos matar a cualquier negro sin motivo. Con esto se les entregaba a los siervos ?deudores´ el poder sobre la vida y la muerte de los negros, si bien pertenecían a la misma clase social." El privilegio conferido por la piel blanca -según Toni Morrison- es todavía el factor clave en la política de los estados del Sur. "Permite mantener explotados a enormes sectores de blancos pobres que les imputan a los negros sus desgracias. O a los mexicanos, los nuevos ?malos´. Y así, mientras la clase trabajadora se desgarra, las corporaciones hacen negocios de oro."

Por otra parte, también habló de los Premios Nóbel:

(...) también Europa tiene sus vicios, comenzando por el Premio Nobel. "Es extraño que lo haya obtenido Dario Fo y no Edward Albee, Arthur Miller o Tennessee Williams." ¿Jean-Marie Gustave Le Clézio? "Aquí en Estados Unidos, nadie había escuchado hablar jamás de él. Pero la culpa es nuestra porque no traducimos de otras lenguas y nos aislamos." Cuando lo obtuvo ella, hay quien la bautizó "la reina de la literatura negra". "Estúpido y absurdo", contesta la autora y añade: "Si yo escribo de afroamericanos, los críticos me definen como black writer ; si John Cheever escribe de los blancos de Nueva Inglaterra, la discusión se entabla acerca de la complejidad de la narración. Espero que un día la literatura no se divida más en negra y blanca, porque estoy bastante cansada de que me consideren una socióloga en vez de una escritora". Al día siguiente de la noticia del Nobel, el autor de Oxherding Tale , el afroamericano Charles Johnson, la acusó de ser "el triunfo de lo políticamente correcto". "A los 77 años ciertos comentarios no me tocan en lo más mínimo. Lo que hoy me hace mal son los problemas verdaderos, como la muerte y la enfermedad, no la maldad de alguien que no aprecia mi trabajo."

Finalmente, adelanta algo de su próximo libro, aún en estado embrionario:

"Cuenta la vida de los afroamericanos en los pueblitos del Centro-Sud de Estados Unidos, durante los años cincuenta, cuando los soldados negros regresaban de Corea y eran linchados -explica-, mientras que en estados como Oklahoma los editores negros publicaban incluso quince periódicos negros. Es un capítulo de nuestra historia que nadie conoce."

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Creepy Sedaris

6.13.2008
David Sedaris, Fotonummer 399/16. Fuente: oreal.de

Ahora Michiko Kakutani enfila sus baterías contra David Sedaris. Seguro conocen a esta especie de stand up comedy radial, que inició su carrera literaria escribiendo monólogos de un enano disfrazado de elfo en navidad. Confieso que a mí no me hace tanta gracia, quizá porque lo leo en castellano y me pierdo el sentido del humor gringo (a propósito, me pasa lo mismo con Saturday Night Live, pero no con Seinfeld ni Curb Your Enthusiasm, ¿alguna idea al respecto?). Intenté leer Cíclopes y no la soporté; me fue mejor con Un vestido de domingo (traducción desafortunada de Dress Your Family in Corduroy and Denim), ambas editadas por Mondadori. A principios de mes, Sedaris -refugiado en París- publicó su nueva obra When You Are Engulfed in Flames y la Kakutani se fue con todo. La calificó de asombrosamente mediocre (aunque anunció que sus fans encontrarán algunas cosillas rescatables) y de rascar la olla para encontrar más de lo mismo:
In his 2004 collection, “Dress Your Family in Corduroy and Denim,” Mr. Sedaris showed signs of transcending this formula: the most powerful entries from that volume (like “The Ship Shape,” in which a reminiscence about a long-ago family summer house blossomed into a moving meditation on time and age and loss) suggested that the author was evolving from a comic writer into a full-fledged memoirist. There is little of that sort of Chekhovian introspection in “When You Are Engulfed in Flames,” however. And little of the charming, self-deprecating humor that’s made a lot of his earlier work so popular among NPR listeners and New Yorker readers (...) the reader has the sense that Mr. Sedaris is scraping the bottom of the barrel for material, writing for the sake of producing another book, vamping for time instead of looking within or trying something new. His efforts to learn Japanese in “The Smoking Section” recall his earlier efforts to learn French. And his efforts to satirize Ivy League educations are cringe-makingly lame: To temper his father’s enthusiasm about his acceptance into college, he writes, “I announced that I would be majoring in patricide. The Princeton program was very strong back then, the best in the country, but it wasn’t the sort of thing your father could get too worked up about.” (...) Happily for the Sedaris fan, there are a few gems in this volume, most notably “Crybaby,” an account of another airplane trip in which Mr. Sedaris encounters a grieving widower, watches a Chris Rock movie and is suddenly reminded of his own childhood 40 years ago; and “Adult Figures Charging Toward a Concrete Toadstool,” which recounts his parents’ efforts to become art collectors. These pieces not only stand out in an incredibly mediocre volume, but they also remind the reader of what Mr. Sedaris can do at his best.

Pero lo mejor de todo es que a partir de la carátula y algunas situaciones realmente hórridas que cuenta que suceden en el libro, declaró que el libro tenía un "creepy-aroma". Eso no estará nada mal para algunos frikis, ¿no? Aquí otra vez la Kakutani:
As the cover illustration for this book (which depicts a skull smoking a cigarette) suggests, a lot of these pieces have a distinctly distasteful — even downright creepy — aroma. One chapter details Mr. Sedaris’s fascination with dead bodies (as a boy, he says, he used to keep digging up the bodies of dead pets, after he’d buried them) and features a “CSI”-like trip to a medical examiner’s office, during which Mr. Sedaris watches a pathologist collect maggots from a victim’s spinal column and learns that “if you jump from a tall building and land on your back, your eyes will pop out of your head and hang by bloody cables.” Another chapter recounts hitchhiking episodes in which he says he was propositioned by a man and his negligee-wearing wife and, another time, by a truck driver who kept talking about oral sex. A third entry concerns a neighbor in France who was sent to jail, reportedly for sexually molesting his wife’s grandchildren. For that matter, many of the acquaintances Mr. Sedaris writes about in this book — and writes about sketchily, as though he were in too much of a rush to provide any nuance or emotional detail — are decidedly unpleasant company. There’s a neighbor named Helen, who likes to hurl racial epithets and expletives at people and who presides over a New York apartment building “like the secret police, always watching, always taking notes.” There’s a New York cabdriver, who obnoxiously boasts of his sexual exploits with two women, and there’s Becky, a snippy airplane seatmate, who treats the author icily after he refuses to trade seats with her husband.

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Franzen insulta

5.03.2008
Jonathan Franzen. Foto: Jamie Tanaka. Time

Uno debería ya acostumbrarse al renegón Jonathan Franzen. Deberíamos, pero no nos acostumbramos. Vía The Literary Saloon me entero de sus nuevas andanzas: acaba de insultar a los críticos y reseñistas literarios. Declaró en una mesa redonda:
“The reviews tend to be repetitive and tend to be so filled with error that they’re kind of unbearable to read, even the nice ones,” Franzen said. “The most upsetting thing nowadays is the feeling that there’s no one out there responding intelligently to the text,” he said. “So few people are actually doing serious criticism. It’s so snarky, it’s so ad hominum, it’s so black and white.” “The stupidest person in New York City is currently the lead reviewer of fiction for the New York Times”

Es decir, la persona más estúpida de Nueva York es Michiko Kakutani. El insulto ha rebotado en The Guardian donde se publica el artículo "Why literature's big guns all fear Michiko Kakutani". Dice la nota:

What's significant is the criticism. In 1998, Kakutani was awarded the Pulitzer for her "fearless and authoritative" journalism, and her work has been described as being required reading for literary types. Of all the authors who have bitten back, the most offensive was the late Norman Mailer, who described Kakutani as "a one-woman kamikaze" in 2005, and said he didn't know what had "put the hair up her immortal Japanese ass". He went on to add that the only reason the Times didn't fire her was because she was "a twofer", being "Asiatic" and "feminist". Why Mailer thought the Times would want to fire someone with the guts to describe one of his late books as "silly, self-important and at times inadvertently comical" is beyond me. Other authors take note. Attack Kakutani, and only one person ends up looking stupid: you.

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Tributo a Norman Mailer

11.18.2007
Norman Mailer. Foto: Bob Daemmrich. Fuente: nymag

La muerte de Norman Mailer ha dejado una larga huella entre los periodistas culturales, como era obvio, porque ninguno como él pudo destacar con tanta nitidez en el mundo de la novela como el de la crónica. En la Revista de Libros de "El Mercurio" dos escritores comentan su muerte: Alvaro Bisama se despide del "monstruo" y Juan Villoro en un artículo titulado "Los dos Mailer". Mientras que en el suplemento Ñ, del diario Clarín, traducen las palabras publicadas en el NYT de Michiko Kakutani.

Dice Michiko: "Norman Mailer (1923- 2007) era, amén de todo lo demás, ambicioso. En una oportunidad declaró que quería escribir "una novela que Dostoievski y Marx; Joyce y Freud; Stendhal, Tolstoi, Proust y Spengler; Faulkner, y hasta el viejo enmohecido Hemingway puedan llegar a leer". Con su obra, quería "alterar los nervios y la médula" del país, "cambiar la conciencia" de su época. Quería escribir el Gran Libro, la Gran Novela Americana. Quería meter el mejor de todos los goles (...) Ya en los años 80 Mailer observó que repetía la mayor parte de sus ideas sobre Dios, el arte, la violencia, al igual que la visión de Estados Unidos como una suerte de miasma decadente -él lo llamó Cancer Gulch- espiritualmente empobrecido, que desarrolló en la década de 1950, cuando terminó oponiéndose a las costumbres represivas del país. Dijo que estaba abocado "cada vez menos a una exploración y más a una ocupación de territorios que reconocí hace años"."Lo que pasa es que nos convertimos en el sombrero que llevamos en la cabeza", dijo. "No tenemos el placer de disfrutar nuestra propia mente como antes, cuando éramos jóvenes, sino que tenemos que trabajar con lo que la mente produce. Hace años me encontré con Henry Kissinger y le pregunté si disfrutaba el estímulo intelectual del trabajo y me dijo, efectivamente: 'Trabajo con las ideas que formé en Harvard hace muchos años. Desde entonces no he tenido una verdadera idea; lo único que hago es trabajar con las viejas'. Ahora sé exactamente a qué se refería -pienso que se pueden tener solamente algunas ideas en la vida y una vez que las tenemos, debemos desarrollarlas".

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Schulz & Peanuts

10.12.2007
Carátula del libro. Foto: Lars Klove. Fuente: The New York Times

Supongo que no había nada más fácil, obvio, evidente, que hacer la carátula a la biografía sobre Charles M. Shulz y su éxito Peanuts. Sin embargo, no es usual que los diseñadores consigan centrarse y hacer simplemente lo que deben. Por eso, esta carátula de Harpers Collins para la biografía de David Michels es bellísima y precisa. Ni más ni menos. El ziga zag, el color de la cubierta y el tipo de letras. Suficiente. Espléndido.

Además, les dejo la reseña de la dulcificada Michiko Kakutani.

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