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sábado, 28 de marzo de 2009

Ego post múltiple

¿Os acordáis de que algunos me recomendabais en este post que me hiciera escritora de guías de viajes? Pues hace un ratillo me ha llegado una invitación de viamedius para colaborar con su web, con relatos de mis viajes. Además, si alguna vez coincide el tema de la revista digital con algún lugar que conozca, también podría escribir allí, y en este caso ya recibiendo algo de dinerillo. Así que cuando vaya publicando algo por allí que no esté en el blog, ya os contaré por si os interesa ;)

¡Por cierto! Cuando estuve en Londres me acordé de vosotros.
Un par de personas me pidieron postales, así que compré alguna de más, y también algún souvenir. Como no podía traer regalitos para todos, que era un viaje de bajo presupuesto y soy estudiante, decidí que haría un sorteo, así que ya sabéis, dejad un comentario en este post y dentro de unos días (no sé muy bien cuando, pero ya veré) haré la adjudicación. Tampoco os esperéis grandes cosas ¿eh? Son sólo detallines ;)

(He actualizado el Vórtice ;) )

Ya lo último, Nuria Santos, escritora del blog Saber más de ti, se puso en contacto conmigo para hacerme una entrevista. Aquí tenéis los resultados.

ACTUALIZACIÓN: doy por hecho que todos queréis participar en el sorteo, o solo apunto a los que lo han dicho claramente? He apuntado a los que dijeron que lo hiciese ;)

lunes, 23 de marzo de 2009

En el aeropuerto

Creo que tengo algo que atrae a los funcionarios de los controles de seguridad, especialmente en el Reino Unido (aunque también es verdad que solo he cogido aviones en España y allí así que tampoco sé si es algo general o propio de ellos)
A destacar está lo que me pasó cuando volvía de Edimburgo. Justo cuando iba a pasar el control, me sonó el móvil, así que se me olvidó dejarlo en la mochila y lo metí en el bolsillo del pantalón. Al pasar el arco detector de metales, pité.
Me hicieron quitar las zapatillas para llevárselas a los perros, y una mujer (muy poco femenina y con mucho bigote, como dato lo cuento) empezó a cachearme. Bueno, yo diría que me sobó mientras yo intentaba no reírme (sí, acertasteis, los esfuerzos fueron en vano). Me reí hasta que me giré y ví a dos policías apuntándome con una escopeta (o un arma muy larga…que no es que sea una experta en fusiles). Pálida seguí abierta de piernas y con los brazos en alto hasta que la señora me mandó sacar “eso” que tenía en el bolsillo. Eso era un tampón que tuvo que pasar por los rayos X por la posibilidad de ser un arma peligrosa.
Vale que fue el mismo mes en el que ocurrieron los atentados del 6J en Londres, pero me pareció excesivo. ¿Lo más alucinante, que no sabía si me hacía reír o llorar? Al terminar me pidieron disculpas “It’s because of the colour of your skin”
Sin palabras.

Bueno, ya dejo los antecedentes. En Londres todo empezó aparentemente normal. Me mandaron quitarme el cinturón (que no llevaba) antes de pasar el control de seguridad. Como no se creían que no llevase cinturón (¿?) tuve que enseñarles mi cintura. Pasé el arco y no pitó.
Bien.
Pero mi mochila no salía. Hasta que una mujer la levantó y gritó preguntando que de quien era. Me llevó a una mesa, me dijo que la abriese, que tenía que mirarla. Le dije que si buscaba algo, algún líquido olvidado o algo concreto, que lo sacaba y terminábamos antes.
No, quiero mirarlo por mí misma.
Pues vale.
Sacó TODO, absolutamente TODO lo que había en la mochila. Miró cada una de las bolsas que llevaba dentro (de aseo, con los zapatos, etc etc). Apartó el secador y alguna cosa más que no recuerdo. Abrió una bolsa y la encontró. Un bote de pasta de dientes pequeño, de estos de viaje, que se me había olvidado (joder! Mira que lo revisé todo..pero al hacer cambios de la maleta a facturar al equipaje de mano para no superar el peso, pues se me coló) y, obviamente, se la llevó para pasarla por rayos X.
Mientras tanto, a la chica que estaba en la mesa de al lado le sacaron unos libros, que también parecían peligrosos (¿?)
No contenta con llevarse el tubo de pasta de dientes (que se lo podía haber comido si quería) empezó a pasar un algodón por las cosas que había separado, le puso un reactivo y lo metió en una máquina. Control de explosivos.

Por suerte me dieron mis cosas (se empeñó en guardarlas en la mochila, pero como soy boba y aquello era un tetris, lo coloqué yo) y después de algún control rutinario más subí al avión. Mis opiniones sobre lo infinitamente absurdos que son estos controles, mejor me las guardo.

Ya en el avión, sólo hubo un incidente con una maleta sin identificar que tenía dos opciones, o bien hacernos quedar en tierra, o bien quedarse en tierra ella si nadie la reclamaba. Me dormí y desperté en medio del océano así que no tengo muy claro que pasó.

Y ya para cerrar el ciclo de Londres (casi casi) os dejo una foto de las alcantarillas que había en el barrio del hotel. Ositos^^

viernes, 20 de marzo de 2009

Londres

El contenido de este post ganó el premio al relato más útil en el Concurso de relatos de Viajes Viajablog.
________________________
LONDRES


(He sido incapaz de resumir más, así que estáis ante la guía que me hubiera gustado encontrar antes de irme.
El texto digamos “normal” en el que no se hable de nada en concreto más allá del turismo, está en negro.
Los trucos para ahorrar dinero, en verde.
Lo relacionado con la música, en azul. Lo relacionado con la literatura, en morado. Todo lo que tenga que ver con comida, en rojo
Las poquillas cosas de historia, en amarillo
Para ver las fotos más grandes, pinchad ;))


Día 1
Gatwick y Victoria
El vuelo de ida no tuvo incidencias, facturamos, hicimos cola y aprendí que Manjul está en Gambia (y no en India…pero claro, se parece demasiado a Manjula). Fue con EasyJet y todo bien, así que a las 9 estábamos en Gatwick.

Para llegar desde allí a Londres hay 3 opciones:
-Bus: vale alrededor de 7 libras (aunque hay varias empresas) y tarda como hora y media en llegar a la estación de Victoria.
-Gatwick Express: es un tren que tarda media hora en dejarte en el centro, también en Victoria. ¿La pega? Son 27 libras (solo ida). Es el que intentan encasquetarnos a todos los turistas, tanto en la web cuando compras el billete, como en el avión y en el mismo aeropuerto. -Southern trains: resumiendo, son los cercanías. 10.90 libras y unos 45 minutos en llegar a Victoria. Fue lo elegido porque compensa pagar tres libras más frente al bus por el tiempo que te ahorras.

Una vez en Victoria, compramos la travelcard para los tres días que pasaríamos allí, y que nos hizo ahorrar bastante dinero ya que hay bastantes ofertas 2x1 al presentarla junto a los cupones que hay en la web de la promoción.

Buckingham y Westminster
Caminando subimos hasta Buckingham, donde ya había gente esperando para ver el cambio de guardia. Echamos un vistazo mientras no paraban de entrar cochazos y nobles (de estos de película totalmente) al palacio, pero como quedaba media horilla (y a mí no me emocionó en exceso el cambio cuando lo ví) seguimos el camino.
Cruzamos Green Park y bajamos en metro hasta Westminster donde nos esperaban las imágenes más típicas de Londres: Big Ben, London Eye, Westminster Abbey, las Casas del Parlamento…
Allí cumplí mi primer caprichito y entramos a la Abadía. La entrada es carilla (12 libras) pero teníamos un 2x1 gracias a la travelcard. Merece la pena pasar un rato allí. Además de una Abadía gótica impresionante en la que se realizan las ceremonias importantes de la monarquía inglesa (incluídas las coronaciones, de hecho allí está la silla de la coronación), es un inmenso mausoleo, tanto de reyes como de personajes como Darwin, Livingston o Newton. Una de las zonas que más me gustó, junto al claustro, fue The poets’ corner, donde está enterrado Dickens y hay placas y bustos de Shakespeare, Lewis Carroll, Jane Austen…
No dejaban hacer fotos :(
Y sin más, fuimos rumbo a Picadilly

Picadilly y Chinatown
Caminando nos perdimos un poco y encontramos Scotland Yard, que es bastante poco impresionante para la fama que tiene.
Ya desde Picadilly, nos acercamos al Soho y a Chinatown, donde además del olor impresionante, nos encontramos con pavos y pollos colgando en los escaparates de los restaurantes. Comimos allí, en un restaurante chino que se llama Wong Kei (41-43 Wardour Street)
Por cierto, he robado la foto de la Wikipedia. Este primer día se me debió olvidar usar la cámara, así que hay pocas fotos interesantes.
Es un sitio…peculiar. Nada más entrar te preguntan How many? y cuando respondes, gritan Upstairs o Downstairs. Ahí acaba la conversación, porque ni cuando pides te hablan más de lo justo, y es que la bordería de los camareros es una cosa que caracteriza a este sitio. También lo que te sienten en mesas grandes con desconocidos y, por supuesto, la comida, barata y rica. Por 4 libras come bien una persona (de hecho no pude ni terminar el plato), y además, te dan todo el té (de jazmín, si no me equivoco) que quieras, lo que Londres es un punto a favor porque las bebidas son terriblemente caras. Un par de consejos, no os entretengáis mucho con la carta, ya que si ven que tardas en pedir, tardan proporcionalmente en traerte la comida. Y si se os acaba el té, simplemente dejad la tapa de la tetera abierta y la rellenarán.

Un poco de compras, y al hotel (en el metro ví el medio asiento de Carmncitta! xD es la línea amarilla, para quien le interese :P)

Hotel
Estábamos en un hotel de la cadena EasyHotel, en una casita de esas típicas, blanca, en Earl’s Court. Tienen la misma filosofía que la empresa de aviones, habitaciones con lo justo, con la posibilidad de elegirlas más o menos pequeñas, con ventana o sin ella. Y algo importante en Londres, con baño en la habitación y todo muy limpio. ¡Y además, salía más barato que un albergue! Eso sí, si quieres tele, la pagas, si quieres wiffi lo pagas, y por supuesto, nada de servicio de habitaciones (pero oye, para tres noches, qué más se puede pedir?)
La habitación era blanca y naranja, y con el nombre de la compañía escrita estratégicamente en el espejo, en la pared, en la puerta… Y todo estaba muy apañado para utilizar bien el espacio, el baño era como una cabina y en la cama había huecos para dejar las cosas. Además, para llegar a la habitación había que recorrer un laberinto:



Brixton y concierto
Casualidades de la vida, había un concierto de Mojinos Escocíos ese mismo fin de semana, así que decidimos ir a pasar un ratillo. Era en una sala en Brixton, barrio al que a partir de ahora y de forma totalmente cariñosa, llamaremos Crackton . El concierto empezó con un retraso increíble, pero estuvo bien. El Sevilla está como una cabra pero es muy majete (sobre todo cuando va vestido xD).

Cuando íbamos a dormir, descubrimos que pasaba una cosa extraña con la luz…serían marcianos espiando? Nunca lo sabremos…

Día 2

Desayuno inglés, Museo Británico y Kings Cross


Cargamos pilas con un typical english breakfast, que había que recuperar fuerzas, en una cafetería en Earl’s Court Road. Se llamaba Bercho, estaba todo muy rico (puff unas tartas y unos zumos recién hechos!!) y eran muy simpáticos. Es el típico lugar que, si viviera allí, utilizaría para esos ratitos de leer y escribir.



De ahí, al Museo Británico (una de las cosas buenas es que el barrio tenía conexión con metro con los principales sitios turísticos y nos plantábamos donde fuera en un plis). El metro de Londres es sencillo, aunque hay que estar con mil ojos cuando la línea termina en varios sitios (hay líneas con hasta 4 finales). Además, algunas estaciones son obras de arte en sí mismas.

En el museo, además de lo típico: Egipto ( y es que poseen la segunda mayor colección de arte egipcio por detrás del museo Arqueológico del Cairo) , Roma, Grecia y Mesopotamia, había una exposición temporal sobre la vida y la muerte en todo el mundo. Tenían un Totem:

Y un Moai!! :D
En Egipto no pude evitarlo y me hice una foto en honor a Berto:


Nos acercamos a Kings Cross para ver el andén 9 y ¾. Soy muy frikie sí, ¿Qué pasa? El guardia no sabía que le estaba preguntando, hasta que las palabras Harry Potter salieron en la conversación xD


Camden Market
Camden es un mercadillo a lo bestia. En los puestos se pueden encontrar auténticas gangas si se busca bien (ví varios vestidos de Custo originales, de otras temporadas eso sí, muy baratos, por poner un ejemplo).
Además, hay muchas tiendas que dan la imagen típica del barrio, casas de colores con una “escultura” de lo que venden colgada en la pared.
Estuvimos en una tienda de cambio-compra y venta de discos (MVE, en el 208 de Hight Steet Camdem) que tenía auténticas joyas (y aunque fueran usados, se mantenían muy bien) así que salimos corriendo, que la tentación puede ser muy grande xD

Por otra parte tenemos Camden Lock, las antiguas caballerizas, donde me hice una foto urgándole en la nariz a uno de los caballos enormes de bronce que tienen.
Allí están sobre todo las tiendas de antigüedades y ropa de segunda mano, y también las de arte (había cuadros muy bonitos pero las libras no caían del cielo :( )


Era ya la hora de comer (para un español que come tarde claro…) y los puestos (que están en Camden Lock) ya estaban cerrando, así que te ofrecían la comida muy barata. Tanto, que por 2 libras comí un plato de risotto rico rico. Además había un puesto de hamburguesas argentino, uno de pinchos japoneses, muchos chinos, uno con comida marroquí…
La verdad es que en el barrio hay un ambiente especial y es uno de los lugares prácticamente imprescindibles cuando visitas Londres.

Como el metro los fines de semana se suele llenar, había una cola impresionante, así que decidimos pillar un autobús hasta Nothing Hill. El barrio, sin más.

Barco (From Westminster to Tower Hill)
Pensábamos cenar en Brick Lane, que resumiendo, es la pequeña India-Blangadesh de Londres, pero me dio mucha pereza así que nos quedamos por el barrio, para luego acercarnos a Embarkment a pillar un Clipper (o traduciendo, un barco que se utiliza como transporte, no era de los de cruceros) una vez más, con la oferta 2x1 nos ahorramos un dinerillo (y además, en teoría el billete costaba 8 libras, y se quedó en 3.55 para dos).

Era ya de noche y todo estaba iluminado, pero era un día especial. Tanto la noria (London Eye) como algunos edificios públicos estaban iluminados de rojo, ya que había una campaña llamada algo así como “Do something funny for charity”, que tenía como símbolo una nariz roja. Además, había gente pidiendo en el metro con narices rojas de payaso, pintados de rojo, en el super había galletas de jengibre con nariz roja…bueno, lo vais pillando ¿no?
El barco iba bastante rápido, pero hice un vídeo:


Nos bajamos en Tower Hill, para dar una vuelta por esa zona. El embarcadero están en la orilla sur, donde hay oficinas (y el espacio verde xD) y está también el ayuntamiento.
Tomamos unas pintas de London Pride en un pub típicamente inglés y como el metro estaba a la otra orilla, cruzamos el Tower Bridge (que no es el puente de Londres, aunque mucha gente, como es la imagen puramente turística de la ciudad lo crea. El puente de Londres está más al oeste) para llegar hasta la Torre de Londres.
Metro, y para casita, que ya era hora.


Día 3
Hyde park y Jardines de Kensington
El día amaneció soleadísimo. Perfecto para desayunar en Hyde Park, rodeados de caballos, palomas (argg), y ardillas. Entramos por Hyde Park Corner para recorrer de este a oeste el parque, siguiendo la orilla del lago Serpentine repleto de patos.


Llegamos hasta Kensington Gardens, donde está el monumento a Diana (que es una fuente enorme, redonda, y en teoría simboliza un río. Si alguien encuentra la relación entre ella y un río me gustaría saberla) y continuamos en búsqueda de quien me había llevado a esa parte de los jardines.

Dicen que encontrar esta estatua forma parte de su gracia, así que no daré pistas.

PETER PAN
The boy who would not grow up Sulpture Sir George Frampton R.A 1860-1928 This bronze, a gift of Sir James Barrie O.M 1860-1937, the creator of Peter Pan was placed here 1st May 1912

Para quien haya visto Descubriendo Nunca Jamás, no le resultará desconocida la historia. James Barrie jugaba con los hijos de una familia con la que tenía una relación muy especial en los jardines de Kensington. La idea de Peter surgió de uno de los niños, bajito y acomplejado por ello. Se llamaba, como intuireis, Peter.
Además, en la historia también tiene mucho que ver uno de los hermanos, que murió con sólo 13 años en un accidente de coche.


Los niños se quedaron huérfanos y el escritor se hizo cargo de su educación. Como si fuese una broma cruel del destino, dos de los niños nunca crecieron. Uno de ellos murió en la Primera Guerra Mundial, otro, ahogado, en lo que se sospecha fue un pacto suicida, un mes antes de su vigésimo primer cumpleaños.
Peter se suicidó en el Metro de Londres años después de morir Barrie.

En la ficción, Peter es un niño que puede volar, y lo hace hasta los jardines de Kensington, ya que en el lago Serpentine está la isla de Nunca Jamás. Además, se encarga de guiar las almas de los niños muertos antes de tiempo al más allá (los niños perdidos?) Es curioso ver como la realidad y la ficción se entrelazan en esta obra ¿Verdad? La estatua de Peter fue erigida como regalo sorpresa para Barrie, que quedó muy disgustado porque opinaba que el bronce no se parecía en nada al verdadero Peter.


Torre de Londres
Entrar a la Torre de Londres es caro, pero también había un 2x1.

Como casi todos los palacios, fue un lugar de tortura durante siglos, y además, los ingleses se enorgullecen de ello (de hecho, hablan del sanguinario Enrique VIII como si eso fuera una cualidad cojonuda). Durante la visita, no sólo revives la vida en aquella época, si no que especialmente, te empapan con toda la violencia que han presenciado las paredes.

Una de las atracciones principales son las joyas de la corona. Cuando vas a entrar en la parte de la torre donde están custodiadas, hay un cartel You are going to enter the most secure area of this tower solo les falta añadir You are here. We are not.
Medí la puerta con lo que más a mano tenía. Mide 5 pies de Nebulina y medio. Uso un 36. Creo que había hasta una puerta antepuerta.


Por todas partes están los Beefeaters, que además de hacer tours guiados, se dedican al duro trabajo de hacerse fotos con la gente.

Además, está la Bloddy Tower, donde desaparecieron los príncipes herederos del trono, por lo que este pasó a Ricardo III. Todavía no se ha comprobado, ni posiblemente se hará nunca, que pasó con ellos. Hay teorías, menos creídas, que aseguran que su propio padre los mandó asesinar. Otras culpan a su tío y otros nobles del hecho, mientras que también hay quien piensa que desaparecieron, pero no fueron asesinados. Por lo visto, fueron encontrados restos de dos niños de edad similar a la de los príncipes pero la ciencia forense de aquella época no permitió estudiarlos a fondo y ahora no se permite su exhumación.
Se podía votar que creías que había pasado (sí, era como un “elige tu propio final”xD y ahí fue cuando me acordé de que en un capítulo de la serie Pesadillas salía esta historia, y dos niños americanos que estaban de turismo viajaban en el tiempo y resultaban ser esos príncipes.)
Yo voté la tercera opción, que hay que ser positivo :)

Por todo el lugar se escucha graznar a los cuervos. Dice la leyenda que si algún día dejan la torre, la monarquía inglesa perderá fuerza y terminará desapareciendo, por lo que los pobres animalillos tienen las alas cortadas.
Aquí teneis un video. Igual no está muy bien encuadrado porque si tengo cuervos cerca, cierro los ojos (qué pasa? Me dan miedo xD). También sale la White Tower, que es la torre principal, alrededor de la que se construyó más tarde todo el complejo y si ponéis atención, escucharéis a los cuervos.


National Gallery y Trafalgar Square
Soy una inculta en lo que a pintura se refiere, así que poco puedo contar de la galería de arte. Los Girasoles de Van Gogh muy bonitos eso sí.
Lo que sí puedo contar, es que no pude ver Trafalgar Square. Se celebraba san Patricio y había una marea verde que ocupaba la plaza, los leones, los jardines... y había una señora pelirroja con pinta de colgada que cantaba en un escenario. Y mucha cerveza. Yo no iba de verde, pero nadie me tocó el culo.

Abbey Road y Baker Street
Fuimos a St John’s Wood, la parada más cercana a Abbey Road. Bajamos por Grove End Road (donde había una sinagoga, y mucha gente en la puerta, muy bien vestida, los hombres con Kipá. Yo, como soy muy dada a imaginar cosas, me supuse que había un Barnisbra) Y al final de la calle, ahí estaba…el paso de cebra:

Y los estudios, llenos de pintadas de todo tipo. Por supuesto, yo pinté. Y debo admitir una cosa…me emocioné estando allí.


.
Ya que estábamos, fuimos a la tienda de los Beatles que está en Baker Street. Tenían cosas increíbles. Y también increíblemente caras. Enfrente, había otra similar, de rock, con guitarras y discos de oro de Hendryx, los Rolling… Como dos pequeños museos de la música.

Otro poquito más de Soho y Picadilly, y buscar un baño por Trocadero donde descubrí que, en marzo, y en Londres, el Sol me había quemado.

A veces, encontrar un baño en Londres es un poco complicado. Y cuando lo encuentras hay que buscarse la vida, en muchos hay que ser cliente para entrar, en otros, cobran. Así, en Hyde Park sale gratis, en King’s Cross vale 30 peniques y en Trocadero una libra. Son cosas que está bien saber, porque luego con tanta cerveza, tanto té y demás… pasa lo que pasa :P


Compramos los billetes de tren en Victoria, para ir al aeropuerto, y también un poco de Sushi en un puesto para cenar. No estaba mal de precio, 4 makis, una libra, 2 niguiris, una libra también y rollos un poco más elaborados, a libra y media los dos trozos. Además, el wasabi era muy barato así que cargué para traer a España^^

Pasamos por el super para completar la cena y hacer las últimas compras (y es que prefiero regalar te de supermercado que de las tiendas de suvenirs del centro, y además, cuando viajo, me gusta mucho recorrer los supermercados para descubrir alimentos nuevos y ese tipo de cosas) Era un Sainsbury’s (teníamos junto al hotel un Tesco 24, que sorprendentemente, el fin de semana cerraba a las 5 de la tarde ¿?) y tenía una grañidísima ventaja. A partir de cierta hora de la tarde, los alimentos perecederos (esos a los que en España les cambian la fecha de caducidad xD) bajaban de precio. Así que sándwiches de 2.50 o incluso 3 libras, pasaban a valer 40 y 50 peniques. Un chollo vaya. (y lo mismo con la fruta, yogures…)

Y aquí, terminaba nuestra aventura londinense. Espero que os haya gustado sin aburrir demasiado. Las historias del aeropuerto, para otro post :P

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