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jueves, 28 de marzo de 2013

¿Por qué no llevo las uñas pintadas al hospital?

Estos días estoy siendo lo más parecido a un médico que seré en un tiempo (yo pensé que tendría algo más de tiempo...pero mira, se ve que no). El caso es que me paso las mañanas (o las tardes, según toque) rondando por el hospital o el centro de salud, y desde que empecé el rotatorio, mis uñas no han visto una gota de pintura.
Veamos...yo no me pinto las uñas porque sea bonito y femenino (sic) si no porque fue la única manera que encontré de no mordérmelas. Sí, carezco de autocontrol y aunque no llegaba a estos extremos me daba bastante asco pensar en la cantidad de bichos que podía estar metiéndome dentro y fue la solución más práctica que encontré.

No es la primera vez que alguien ajeno al mundillo sanitario me pregunta por qué no voy al hospital con las uñas pintadas y el motivo es el mismo que me hace no llevar anillos (de poco sirve lavarme bien a conciencia las manos, si dejo los anillos albergando bonitos Stafilos), recogerme el pelo o usar la bata lo justo y necesario (y normalmente nunca fuera de zonas más o menos limpias): higiene.  Como de la bata ya se ha hablado mucho, y de hecho incluso hay países, como Reino Unido, en los que se recomienda utilizarla, como mucho, de manga corta (de hecho, en muchos centros se prohibe llevar cualquier cosa más allá del codo), voy a centrarme en las manos.


La verdad es que realmente no se ha demostrado que el uso de pintauñas de por sí aumente la probabilidad de ir repartiendo bichillos por ahí, siempre y cuando el esmalte esté en condiciones.
Es decir, que si se salta (cosa normal, y más si pensamos en la esponja de lavado quirúrgico) o tiene irregularidades, en esos huecos podrían quedar restos de suciedad, al igual que puede ocurrir con unas cutículas muy manipuladas.
Por lo tanto, cosas como la manicura caviar, azúcar y horrorosidades como la de peluche (que enlazo por no herir sensibilidades) son moderneces a evitar.
Y ya, quedándonos en lo obvio, si la parte superior de la uña está pintada no resulta demasiado fácil comprobar si queda algo de porquería bajo el borde libre. 


De lo que sí hay pruebas es de que unas uñas de más de 2 milímetros de largo, así como el uso de uñas postizas, anillos, pulseras o relojes aumentan la probabilidad de ser organismo transmisor de enfermedades, así que personalmente, prefiero no utilizarlas al menos en el centro de trabajo.

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-Factors interfering with the microflora on hands: a regression analysis of samples from 465 healthcare workers
-Artificial nails: are they putting patients at risk? A review of the research.
-Hand adornment and infection control

jueves, 29 de marzo de 2012

Psiquiatría infantil-juvenil

Estos días he estado rotando por un servicio de Psiquiatría infantil-juvenil, concretamente en el hospital de día.
Los que me leeis desde hace tiempo quizá ya hayáis intuido mi pasión hacia la psiquiatría infantil juvenil con post como este y es que fue, junto con alguna que otra especialidad, uno de los motivos de que un día no muy lejano yo vaya a ser Médico y no Biotecnóloga o Periodista (lo que no quiere decir que a lo largo de la carrera no haya ido conociendo muchas otras cosas que hacen que no tenga ni idea sobre mi futuro, pero vamos a lo que vamos, que me pierdo)

La Psiquiatría infantil no es Psiquiatría pero con tiny humans (me encanta este término, qué pasa?) Tanto las patologías como su forma de presentación y tratamiento son a veces muy distintos en adultos y en niños. En España, hoy por hoy no existe la especialidad de Psiquiatría Infanto-juvenil, si no que los niños y adolescentes son tratados por Psiquiatras que a veces se han especializado en niños fuera del país (y es que en Europa somos uno de los pocos países en los que no se reconoce la especialidad, pese a que desde antes de que yo empezara la carrera se viene prometiendo su inclusión como Especialidad vía MIR junto con Urgencias)

Durante estos días he estado con el equipo formado por Psiquiatra, Psicólogo, Enfermera y Terapeuta Ocupacional. Por primera vez desde que pululo por el hospital no ha habido apenas consultas, ni pases de planta o quirófano.
Al hospital de día van los pacientes que digamos no están tan graves como para estar ingresados pero necesitan algo más que consultas puntuales para entre otras cosas, ser diagnosticados.
Así que se hacían distintas terapias de grupo en la que no solo se ayuda a los niños (o a sus padres) a manejar aquellos rasgos conflictivos de su personalidad, si no que se observan las reacciones que pueden estar indicando una patología y en el caso de que sea lo suficientemente grave, se trata al paciente farmacológicamente.

Aquí el paciente no viene y te cuenta que tiene problemas con la interacción social, intereses restringidos y dificutades para interpretar los sentimiento ajenos y mostrar empatía, tal y como haría una persona a la que le duele la barriga y tiene diarrea, si no que lo demuestra con su comportamiento, de una forma similar a la que la haría un adulto con enfermedad mental, no lo niego, pero la importancia de la observación y el trabajo sobre esos rasgos mediante terapia cognitivo conductual me ha parecido muy interesante y con niños da la impresión de que los resultados se ven a más corto plazo.

Por otra parte, también he llegado agotada casi cada día (desde aquí mostrar mi admiración y respeto hacia quienes trabajan con niños) y es que aunque la terapia tenga éxito, no sé si yo podría tener la paciencia que el equipo con el que he estado mostraba. Además, resulta un frustrante ver como en muchas ocasiones el mayor problema de los niños no es tanto su enfermedad como el hecho de que sus compañeros lo utilizan como arma arrojadiza y eso resulta muy, muy duro.


Os dejo un link hacia la web de la Plataforma de Familias por la Creación de la especialidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil en la que explican los motivos de su petición.

martes, 17 de enero de 2012

Mi paciente

Mi primer tutor en Nueva York fue un coreano.
Era el típico asiático que nos venden los tópicos: eficiente, perfeccionista.
Se podría decir que vivía en el hospital: cuando yo llegaba, ya estaba allí. Al irme, seguía.A veces llegué a pensar que llevaba puesta una sonda vesical, porque ni al servicio lo veía ir.

Mi primer tutor era un tipo muy serio. Le gustaba probar a la gente antes de darle ningún tipo de responsabilidad.
Pero también le gustaba enseñarnos a hacer las cosas bien. En mi primer día de quirófano no me quiso matar ni nada cuando no me supe lavar y vestir de la forma americana. Ahora, que si te enseñaba el lunes y el martes fallabas, perdías su confianza totalmente.

Mi primer tutor siempre pasaba a saludar antes de que el paciente entrara a quirófano y nos pedía que estuviéramos con los pacientes antes de la cirugía, por si necesitaban algo. También quería que entre las rondas pasáramos a ver qué tal seguían.
A mí al principio me acojonaban esos momentos. ¿Y si no entendía lo que el paciente me quería decir? ¿Y si mi inglés, poco acostumbrado a esas situaciones, me fallaba? Pero fui pillando soltura y cuando dejó de ser mi tutor, seguí con la costumbre. Al fin y al cabo, poco tenía que hacer durante ese rato salvo estar en los ordenadores, o desayunar y con el paciente podía ser útil.

Así conocí a uno de mis pacientes favoritos, preguntándole si necesitaba algo. Es una lástima que no pueda contar por qué era tan especial, pero era un hombre genial que me recordaba muchísimo al padre de Ángela, de Bones. Me guiñaba el ojo cuando entrábamos a pasar la ronda y casi me da algo cuando vi su cama vacía, porque nadie me había avisado de que se iba a casa y nunca se sabe cuando algo puede complicarse.

Leo sobre los recortes y perrerías diversas que se le vienen encima al personal sanitario y como las cosas no pintan nada bien para los que llegaremos en unos años. Y eso no es nada esperanzador cuando intentas estudiar.
Quizá por eso me acuerdo tanto últimamente de las personas que han ido significando algo especial, porque él y otros muchos me recuerdan por qué estoy aquí. Por qué, aunque lo compliquen, esto merece la pena.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Quirófano en USA vs Quirófano en España

Sigo con mis entradas comparando lo que ví en Nueva York y lo que veo en España, esta vez en quirófano.
Para empezar, lo primero: el lavado quirúrgico. Para quienes no lo conocéis, en España se puede resumir en que nos lavamos de más a menos (empezando por todo el brazo y terminando por las uñas, a grandes rasgos) En Estados Unidos se hace así:



(Puede parecer que es lo mismo, pero no...a las enfermeras, que son quienes suelen supervisar al estudiante de tercero que llega al hospital les sienta fatal que no sigas esa técnica y media generación del hospital en el que estuve lo hace al modo español, porque me tocó enseñarles a mí y era la única forma que conocía. El día que les pillen la bronca será buena)

Luego, no puedes dejar que tus manos se toquen en ningún momento, tienes que utilizar un lado de la toalla para secarte cada mano y al meterte la bata quirúrgica tienes que reptar, ya que no te dejan ayudar a meter una manga con una mano en la que aún no hay guante. Y nunca puedes entrar con la mascarilla quitada al quirófano. NUNCA. Aunque no haya paciente. Aunque el paciente se haya ido. NUNCA es NUNCA
Es curioso tanto cuidado por un lado, cuando por otro tanto el pijama como las deportivas se han recorrido Manhattan, desde su casa hasta el hospital pasando seguramente por el metro, que como todo el mundo sabe, son lugares estériles y sin ningún agente patógeno.

En España, quienes preparan al paciente son las enfermeras y auxiliares (rasurar si es necesario, sondar...) En Estados Unidos el encargado es el Residente o el fellow (y si acaso, el estudiante)

Con el tema de la seguridad del personal sanitario son muy estrictos y en general, noté que nos protegen más que en España. Para empezar, antes de ir tuve que hacer un cursillo sobre transmisión de enfermedades infecciosas y como evitarlas necesario para cualquier rotación o trabajo en el Estado de Nueva York.
Además, allí el estudiante SIEMPRE lleva doble guante para asegurar su protección, mientras que el cirujano, para tener mayor sensibilidad suele usar un solo guante, salvo cuando es una cirugía de riesgo.
Por otra parte está algo que habréis visto en las series de médicos: las gafas. Bien sean tus propias gafas si las usas, bien unas tipo pantalla de usar y tirar (como las que lleva esta buena mujer) o bien una mascarilla con pantalla de plástico, los ojos han de estar protegidos, y es que al ser una mucosa, si saltara sangre podrías contagiarte. El primer día no entendía muy bien por qué tanta insistencia con que me pusiera una mascarilla distinta pero la verdad es que ahora, cuando estoy en quirófano en España echo de menos las gafas y veo gérmenes por todas partes.

Y hasta aquí llegan las diferencias quirúrgicas en cuanto a temas técnicos, al menos las que yo pude encontrar.

martes, 6 de diciembre de 2011

Pros y contras de ser...Endocrino

Endocrinología es una especialidad por la que siempre me he sentido atraída, quizá porque tiene una teoría muy lógica en el fondo.
De todos modos, y después de haber dado la mayoría de las clases, esperaba algo aburrido que se resumiría en ajustar dosis de insulina a diabéticos tipo 2, pero la verdad es que tuve suerte, y las consultas a las que asistí fueron bastante variadas, con patología de todas las glándulas.
Estas han sido mis conclusiones
Pros
-
Es una especialidad tranquila
-
Es una especialidad cómoda. Igual se muere alguno de tus pacientes, pero por lo general, no se te muere a ti. Y no te enteras mucho.
-Puedes inventarte una dieta de esas gilipollas, con un nombre llamativo y forrarte (aunque para esto no hace falta ser Endocrino, ni siquiera médico o nutricionista..pero bueno, da igual)

Contras
-
Es una especialidad tranquila. Si quisiera comprar un piso piloto, pagarlo con una hipoteca a plazo fijo y hacer bricolaje los domingos, seguramente eligiera ser Endocrino.
- Igual que ser Neumólogo es en teoría mucho más que ver asmáticos, ser Endocrino es mucho más que ver Diabéticos tipo 2. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica.
-Si fuera Endocrinóloga me sentiría con la obligación moral de estar más o menos delgada. No es que mi yo del futuro no lo tenga en sus planes, pero vete tú a saber qué pasa...
-Es una especialidad especialmente (ay! redundancia) desagradecida. No siempre ves grandes cambios en la salud o calidad de vida de tus pacientes, muchas veces, porque ellos no quieren y otras, porque las hormonas pueden ser grandísimas hijas de puta.

martes, 11 de octubre de 2011

Prácticas de Medicina en Estados Unidos vs prácticas en España

He empezado las prácticas esta semana (por fin, ya necesitaba el hospital) y acabo de recordar que al final no os conté en qué consistía mi rutina diaria en el hospital en Nueva York así que voy a hacerlo comparando ambos sistemas porque me parece lo más interesante.

En España, como casi todo el mundo sabe, el estudiante de Medicina básicamente se dedica a ver, oír y callar. Estando en una rotación quirúrgica, puede que tengas suerte y te laves, en una médica, quizá explores a un paciente pero quien lleva la voz cantante es el tutor, entre otras cosas porque los estudiantes en España no estamos cubiertos por un seguro de responsabilidad civil así que cualquier procedimiento invasivo que realizásemos, de salir mal, complicaría la vida al tutor (ya que por Ley no estamos permitidos a hacerlo).

En Nueva York roté como cualquier estudiante americano. Sé que esto era así porque durante mis últimas tres semanas compartí rotación con estudiantes americanos de tercer año, que ya habían empezado el curso y teníamos los mismos deberes y posibilidades.
Estuve en un servicio quirúrgico, transplante concretamente, así que básicamente nos encargábamos de las operaciones, de la valoración preoperatoria y del seguimiento postoperatorio, así a grandes rasgos. Así que en las cirugías siempre se lavaba un estudiante y se ensuciaba las manos (vamos, que algo te dejaban meter la zarpa siempre). Fuera, el estudiante era uno más del equipo y pasaba planta junto con los adjuntos, residentes, fellows, farmaceútica, nutricionista y demás. Las visitas a lo largo del día a veces también las hacíamos nosotros solos, y colaborábamos en las curas especiales, de las que se encargaban normalmente los residentes.
A parte, me dedicaba a ser traductora a tiempo parcial, pero eso ya es otra historia...

Probablemente, lo más llamativo, a parte de que allí se espera del estudiante mucha iniciativa, es que te sientes mucho más dentro del seguimiento y tratamiento del paciente.
Por otra parte, y aunque siempre que me lo han dicho no me he cansado de repetir que la realidad se parece a Anatomía de Grey tanto como un huevo a una castaña, se nota en el ambiente muchísima más competencia y es que allí a la residencia se accede por méritos que como es normal, se ganan durante la carrera. Así que, en lugar de hacerte sentir que sobras, como ocurre en España a menudo, se valora muy positivamente ese interés invitándote a casos a horas intempestivas, por ejemplo.
Además, al no tener clases a partir de tercero de carrera, el aprendizaje se realiza por su cuenta y en el hospital, así que se valora muchísimo haber participado, por ejemplo, en una gran variedad de cirugías para aprender en condiciones los procedimientos (y no de oídas como en la mayoría de casos nos pasa aquí...).

** ACTUALIZACIÓN: porque me acordé de algo que puede pareceros una chorrada, pero no lo es. Los estudiantes en prácticas en Estados Unidos tienen contraseña y nombre de usuario para acceder al sistema informático que controla historias, pruebas y demás...No solo pueden consultar, si no que pueden pedir pruebas.

martes, 2 de agosto de 2011

La cadena de la mierda americana

En España tenemos lo que en algunos círculos es conocido como la cadena de la mierda. Básicamente, consiste en que todos, absolutamente todos los estamentos sanitarios tragan mierda de un superior (Y aunque suene triste, la cadena se perpetúa al saber que tarde o temprano formarán parte del estamento inmediatamente superior). En nuestro caso, la cosa va mas o menos asi:

Jefe de servicio --> adjunto--> residente--> estudiante

En el camino, muchos profesionales tragan mierda también, no es que me olvide de enfermeras, celadores o auxiliares (entre otros) pero es que aún no he conseguido enterarme como va eso aquí.

Así que sigamos con la cadena de la mierda. Aqui también hay jefes de servicio, por supuesto, pero yo me muevo en puestos mas humildes.
Tenemos al Attending, que basicamente es la traduccion literal de adjunto, con responsabilidades similares.

Le sigue el Fellow. En Estados Unidos, la residencia se hace en grandes troncos (Medicina interna, cirugia, urgencias, pediatria...) Al terminar la residencia, se puede hacer lo que podríamos traducir como Superespecialidad. Por ejemplo, casi todas las especialidades médicas (hematología, cardiología, digestivo...) son fellowhips de Medicina Interna, y Cirugía Oncológica es una superespecialidad de Cirugía. A la persona que está haciendo un Fellowship se le llama Fellow, y se encargan generalmente de los estudiantes en prácticas.

Luego estás los Residentes, sobre los que no hay mucho que decir. Chupan más horas que un tonto y son casi el último mono. Como aquí, vaya (y cuando digo aquí, en realidad quiero decir allí, o sea en España)

Y los estudiantes...
Aquí tienen mucha más posibilidad de acción y también obligaciones. Yo ahora mismo estoy en igualdad de condiciones con ellos, pero de eso ya hablaré. La cuestión es que los estudiantes son los chicos para todo. En temas clínicos no hay tanta diferencia, pero si hablamos de cirugía sondan en algunas ocasiones a los pacientes, se lavan (casi) siempre y son los esclavos. Los estudiantes rasuran al paciente y pintan el campo quirúrgico con Povidona Yodada. Los estudiantes van a por la camilla al terminar la operación y colocan en ella al paciente. Habrá celadores o algo similar, digo yo, pero nunca los he visto.

Una cosa muy curiosa es como se marcan las diferencias entre unos y otros.
Los estudiantes no llevan bata larga, esa está reservada para los médicos (Ya sean residentes, fellows o attendings). Los estudiantes llevan una chaquetilla que apenas tapa el culo.

martes, 10 de mayo de 2011

Pros y contras de: Neumólogo

Pros
-Las enfermedades que más se ven en consulta (Asma, EPOC) tienen un relativo buen control con colaboración del paciente. Vaya, que son patologías "agradecidas"
-La relación con el paciente, y la educación con respecto a su enfermedad tiene un peso muy alto.
-La auscultación de roncus y sibilancias me gusta infinitamente más que la de soplos cardiacos.
-Aunque sea una especialidad clínica, tiene también algo de manualidades con las broncoscopias.
-Las enfermedades sistémicas con afectación pulmonar son un reto que además exige ver al paciente como un todo, no solo centrarse en sus vías respiratorias.

Contras
-Bastantes casos en los que el paciente se niega a seguir el tratamiento (no solo farmacológico, si no también medidas higiénico-dietéticas como dejar el tabaco)
-Se ausculta mucho. Y para los que tenemos fijación con los puntos negros y NECESITAMOS quitar todo aquel que vemos, se hace complicado resistir.
-Aunque algún Neumólogo se enfadará si lo digo, mi impresión fue que no curan mucho, si no que más bien controlan y frenan la progresión de ciertas enfermedades (hablando de Asma o EPOC, aunque sí es cierto que en patologías agudas como TEP o Neumonía, no es así)
-Los casos oncológicos no tienen un pronóstico muy alentador y además, pasan directos al oncólogo.
-Pulmones y bronquios. Y ya. Aunque haya matices, echo en falta mucho cuerpo.

jueves, 5 de mayo de 2011

Consulta de Neumología y Ley "Antitabaco"

Ya han pasado más de 4 meses desde que la Ley "Antitabaco" entró en vigor. Los ciudadanos que protestaron al principio por no poder fumarse el cigarro mientras toman el café, de una u otra forma se van apañando para cumplir la ley (al contrario de la rebeldía que publicaban los primeros días)y aunque los empresarios de la hostelería siguen pidiendo su retirada mi impresión (personal) es que la adaptación ha sido bastante fácil...claro, que yo soy no fumadora.

Esta semana he estado rotando por Neumología, que es una especialidad con mucha relación con este tema. De hecho, la mayoría de las patologías pulmonares que he visto están causadas o al menos empeoradas por el consumo del tabaco (ya sea directo o como fumadores pasivos).
Y los pacientes también han dado su punto de vista.

Escuchar de una camarera asmática Estoy mucho mejor desde que salió la nueva Ley, tengo menos crisis y ver como eso se refleja objetivamente en el control de su asma, espirometría mediante, o el abuelo con EPOC que desde que le prohibieron fumar en el bar donde echa la partida Fumo menos, porque donde más fumaba era en el bar...y por las mañanas toso mucho menos deja claro que, si bien las formas son discutibles, el fin que buscaba la Ley se va cumpliendo poco a poco.

Para dejar de fumar lo principal es tener la voluntad de hacerlo, y mucha gente, cuando se ve obligado a reducir el número de cigarros (aunque sea por algo tan aparentemente simple como la incomodidad de salir a la calle con la taza de café en una mano y el pitillo en otra) y nota la mejoría que supone para su salud, se anima a ello.

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La vida 1.0 me ha absorbido totalmente los últimos días. Sigo por aquí, no lo dudéis.

miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Y si el paciente se destroza la salud?

A estas alturas de la película, es indiscutible que cada uno somos dueños de nuestro propio cuerpo, no solo porque así lo dicte la ley, si no porque lo dice el sentido común.
No me planteo en ningún caso discutir la decisión de un paciente que, siendo consciente de las consecuencias de su decisión, estando en plenas facultades mentales, rechaza un tratamiento.
Pero hay otras situaciones que sí me resultan más complicadas. No juzgo, no dejaría de atender al enfermo en ningún caso, tampoco me malinterpreteis.

Pero me dejan con una sensación extraña.

Y es que ver a un paciente que con menos de 30 años seguramente pierda una pierna cuando podría haberse evitado, o al menos retrasado dejando el tabaco, marca.
Porque al fin y al cabo, puedes aconsejar, puedes dar las herramientas para que el tratamiento resulte más sencillo...pero no puedes ayudar a quien se niega a ser ayudado.
Y eso pasa continuamente: el diabético que se niega a hacer dieta, el hipertenso que no toma la medicación y pasa del ejercicio. No siempre son casos tan brutales como el que he seguiré esta semana, pero pasa.

Y entonces...¿Qué puede hacer el personal sanitario?

jueves, 17 de febrero de 2011

Ser anestesista

Aquí llega una nueva entrega de "Pros y contras de..." Anestesista

Cosas buenas

-Drogas. El rinconcito del anestesista a la cabecera de la camilla es un santuario de estupefacientes.
-Bastante contacto con los pacientes
-Si la cosa se pone incómoda con ellos, siempre se les puede ayudar a "dormir"
-Puedes hacer que alguien que tiene terror a una operación tenga una experiencia relativamente positiva.
-Drogas
-Un anestesista pasa gran parte de su tiempo en quirófano, lo que significa pijama, lo que a su vez significa el paraíso.
-La gente tiene despertares graciosos. A mí misma me remito.
-¿He mencionado las drogas?

Cosas malas
-Se dice que la manera de diferenciar a un cirujano de un anestesista es que si el primero se mancha de sangre, el segundo lo hace con café. Y normal que lo tomen, porque difícil mantener el nivel de alerta y la rápida capacidad de reacción que necesitan.
-Si eres malo con los números, olvidate. O vete ejercitándote en cálculo porque lo vas a necesitar.
-Por si fuera poco, has de ser una máquina de Fisiología humana.
-Pese a todo, muchos valorarán poco tu trabajo, el mérito irá para los cirujanos y todos seguirán haciendo coñas con el café.

jueves, 27 de enero de 2011

Esas pequeñas motivaciones...

No me encuentro bien /debeserunvirus/ aunque curiosamente, esta vez no he llegado agotada al último examen, supongo que a la fuerza acabas acostumbrándote a las maratones.
Pero con dolor de cabeza y muscular es complicado plantarte delante de los apuntes y estudiar. Aunque te guste la asignatura, se convierte en algo bastante tedioso, sobre todo cuando hay cosas más interesantes que hacer (anda mira! una mota de polvo!)

Y entonces llega el tema de hipoacusias y el esquemita de un audífono.
Y de repente te acuerdas de aquella chica que no oía apenas nada (aunque insistiera en que sí, que lo que le pasaba es que no prestaba atención). Una niña-mujer, que robaba el rimmel a su madre y se le corría al llorar durante la exploración.
Perfecta imagen de la adolescencia, de ese asqueroso momento en el que no eres ni una cosa ni otra.
Aunque llevaba tiempo evitándolo, mi tutora le recomendó ponerse un audífono, porque ese déficit auditivo ya era considerable y le estaba influyendo negativamente en los estudios y posiblemente en sus relaciones con los demás.
Y ella no quería, lloraba y se negaba a llevar colocado "un cable y ese aparato".

Mientras mi tutora le explicaba a su madre el procedimiento para solicitar la ayuda y demás, la chica me empezó a preguntar cosas (estaba en un lateral de la mesa, más cerca de ella, y no le saco ni 10 años, imagino que se sintió más cómoda)
Le expliqué que eso a lo que tenía miedo era un implante coclear y era distinto a lo que le había recetado. Que lo que le colocarían era bastante pequeño y no muy distinto a unos cascos. Que lo que iba dentro del oído no se veía, y si al principio le preocupaba la parte que va detrás de la oreja, seguramente el pelo se lo tapase. Que no podía electrocutarse, porque para ducharse se lo quitaría. Y que por supuesto, no le harían agujeros en el craneo.

Se quedó mucho más tranquila (y yo acojonada por si la médica me echase la bronca, acostumbrada a "ver-oír-callar" por sistema en las prácticas...cosa que no pasó) y me prometió que iría a probárselo.

Y por primera vez desde que soy un mueble hospitalario me sentí verdaderamente útil y un poquito más cerca de eso que llamar ser médico.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Cámara quirófano

Si algo me incomoda cuando estoy en prácticas es que se hable de sexo o de política. No porque los considere temas tabú, si no porque se trata de conversaciones con gente que claramente está por encima de mí en esa situación, en las que no procede discutir (porque igual me da pensar X o Y si me callo como toca salvo cuando me preguntan)
Cuando son en quirófano... pues en parte son más fáciles. Que una no sabe disimular cuando está incómoda y la mascarilla, por expresivos que tengas los ojos, ayuda mucho a que una mueca de asco pase desapercibida.

El caso es que se habla, se habla mucho. Salvo los cirujanos meticulosos que necesitan silencio extremo, si una operación dura horas es normal que surjan hasta debates, en los que si está despierto pues también se incluye al paciente.

Así que mi tutora tuvo una idea que a mí me pareció cojonuda: un programa de televisión de debates en quirófano. Eso sí, nada de ficción...ahí todo real. Al fin y al cabo, si triunfó Cámaracafé, si La noria se considera un foro de debate válido y que encima triunfa...no seré yo quien le quite la razón en lo bueno de combinar ambos. Tenía pensada hasta la colocación de las distintas cámaras...dadle tiempo y os digo que triunfa. Yo ya lo veo...la música de la cabecera con pitiditos del electro, los personajes perfectamente caracterizados (el pirado, el sentimental, el de izquierdas, el de derechas, el ligón...) Y con su toque de tensión latente, con el monitor de signos vitales siempre presente en la pantalla, en una esquinita.

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Os tengo que pedir un favor, de esos que tanto me gusta pediros. Necesito que votéis aquí. Un simple "me gusta" en la foto. Y si hacéis publicidad ya lo bordamos.
¡Mil gracias!

jueves, 9 de diciembre de 2010

Anesthesia vs...

De esto que llegas a tus prácticas en una semana de coña (porque dime tú que semana en condiciones tiene 2 días) y te encuentras a tus compañeras sentaditas y cruzadas de brazos. Que si hoy no hay quirófano de torácica, que si nadie nos quiere...Pero ese no es tu caso. No señor. Porque aunque no tenga mucho sentido, te ha tocado como tutora de prácticas de cirugía torácica una anestesista que hoy está en quirófano de...Cirugía general.
Pero no vamos a hacerle ascos, que de Anestesia me quedan muchas cosas que aprender.

Y me encuentro a una mujer con gafas naranjísimas, fonendo naranjísimo que me explica que a ella el quirófano le gusta silencioso y tranquilo. Porque eso da buenas sensaciones al paciente y si no es así, le crea traumas que le condicionan en su vida diaria y solo se descubren mediante hipnosis. Yo algo ya me olía pero cuando me soltó que ella creía en el poder de la mente, que incluso sin decirle nada al paciente podía transmitirle cosas con el pensamiento lo ví claro: me había tocado una tutora chiflada.
Hay tutores simpáticos, pirados, bordes, que pasan de tí o una mezcla de todo. Y yo me encontraba frente a la tutora chiflada.

Eso sí, muy maja, que me ha dejado cargar cositas, colocar el propofol y le ha dicho a su residente que me explicara todo, todo todo. Así que en solo una mañana he aprendido más fisiología que en toda la asignatura de segundo. (Y por otra parte, me parece genial que crea lo que quiera mientras no haga daño a nadie. Y no lo hace, que trata a los pacientes genial y empeñándose en que no se sientan un mueble más en quirófano)

Ahhh y también le gustan los vídeos de Anesthesia vs...




The fracture belongs to a bone. The bone is a femur

domingo, 28 de noviembre de 2010

Pros y contras de ser...

Esta semana me ha tocado rotar por esa especialidad cuyo nombre se creó para acabar una partida de Scrabble.

No nos vamos a engañar... cuando supe que este año tendría ORL pues ni fú ni fá la verdad. No es de esas especialidades que a priori me parecieran atractivas. Pero el temario va siendo ameno, y sobre todo, con infinita lógica (porque sí, yo necesito que haya lógica en lo que estudio). Todo suele ser pequeñito, como yo, y hay hasta cuerpos extraños, que siempre le dan gracia a una especialidad. Sí, es cierto que quizá sobra una pequeña cantidad de mocos, sangre y pus por metro cuadrado de apuntes pero he descubierto que los prefiero infinitamente a las heces y vómitos.
Y con esta perspectiva me planté en el servicio de ORL de mi hospital.

Sé que muchos pensaréis que me paso el día quejándome, pero no es así. Solo me quejo cuando las cosas no me gustan. Y esta vez me han tratado bien, sin hacerme sentir que sobro, enseñándome y hasta manteniéndome entretenida con recetas y hojas de interconsulta (aunque la liase más de una vez con mi costumbre de poner siempre el nombre del principio activo antes de que me corrijan con la última marquita >_<). Y que te traten bien, influye.
Y sin más líos, ahí va una nueva entrega de "Pros y contras de..."

Pros
  • Tienes el quirófano suficiente como para no aburrirte de la clínica, y la clínica necesaria para no pasar el día cortando y pegando.
  • Ves muchos niños que generalmente tienen patologías no muy graves (de hecho, casualidades de la vida, me encontré a una de las niñas que me ayudaron con esta operación hace dos años)
  • Hay una parte de oncología bastante considerable (sí, esto es un pro para mí, pero bien podría ser un contra)
  • Aunque sea una especialidad no muy general, el campo que abarca es bastante grande.
Contras
  • Pus y mocos.
  • Muchos pacientes no pueden pronunciar tu especialidad.
  • Normalmente te manejas en espacios reducidos, lo que siendo patosa como yo puede ser un problema.

viernes, 29 de octubre de 2010

Médicos y Cirujanos

Quien sigue este blog más o menos regularmente sabe que ponerme scrubs (me gusta infinitamente más esta palabra que pijama) es algo que me gusta porque es cómodo, pero nunca lo he visto como uniforme de trabajo.
Vaya, que la cirugía no me atraía mucho, con su sangre, su corta, su pega, el olor a churruscadete y el chis-chis del bisturí eléctrico.
Ya se sabe, cirujanos y médicos son como dos bandas rivales...con los médico-quirúrgicos en medio, recibiendo golpes de todos xD ¿Qué no me creeis? (versión original y siempre más molona)



Y yo supongo que mi pasta es más clínica. No soy de cortar por lo sano, me gusta investigar, relacionar y el subidón del diagnóstico.

Esta semana, cuando mi tutora la simpática nos echaba de planta he estado en Cirugía Pediátrica. No sé si ha sido el hecho de que me prestaran atención o saber como se llama esta o aquella técnica...pero ha sido increíble.
Ayer le salvaron la vida a una niña que de no haber sido operada, habría muerto sin remedio. Una niña de menos de 24 horas de vida que gracias al ginecólogo que la diagnosticó durante el embarazo, al pediatra que la trató convenientemente y a los cirujanos que arreglaron el desaguisado tiene una vida larga por delante.

Lo único que he tenido claro desde el principio es que quiero ser un buen médico. Uno de esos que los pacientes agradecen que les atienda. Cuando te preocupas en condiciones, todo viene rodado, y es igual de eficaz un buen médico que un buen cirujano, aunque llene menos portadas.
Pero hoy, mientras mis compañeros presentaban casos clínicos, mi mente imaginaba como extirparon por laparoscopia la vesícula de la paciente A. O como se operarían los divertículos del señor B. O, sin ir más lejos, lo complicado que me parece unir cada vaso del hígado que la paciente a la que historié recibirá para curarse por fin, cuando antes solo pensaba que eso, ya lo harían otros.

Y ahora es cuando me pregunto...¿Es esto grave, doctor?

miércoles, 27 de octubre de 2010

Doctora Lomana

En el hecho de que te guste una especialidad intervienen muchos factores: que te atraiga en sí misma (la que en teoría debería ser la única importante), que los profesores la expliquen en condiciones, que el tutor sea bueno...
Nunca me he quejado de mis tutores. Es más, hasta ahora todos me han parecido geniales.
También influye que en el hospital me siento como pez en el agua y todo me parece interesante.
O parecía. Ya no tengo muchas cosas claras.
Como os conté, he empezado mis prácticas en Digestivo. No es que me encante (para hacer Digestivo, haría Medicina Interna, que no está tan especializada y al final trata prácticamente el mismo tipo de pacientes) pero ese no es el caso.

El martes llegué al hospital y allí estaba mi tutora, dándome la bienvenida con un genial "Yo es que no tengo nada que hacer". Así que como tenemos que presentar un caso clínico, nos imprimió todos los folios sobre la paciente y nos dejó entrevistándola. Hasta aquí bien.
La cosa es que desapareció y le sentó como una patada en el culo que quisiéramos ver las endoscopias que tenía más tarde (nos esquivaba, por triste que suene)
Vaya, que ni se molesta en dejar claro que le molestamos.

En realidad es lo mejorcito de cada casa. Habla como Carmen Lomana y trata a los pacientes como...bueno, por suerte, no he conocido a nadie que trate así a sus pacientes.
Si existiera un manual titulado "Como NO tratar a un ser humano" ella sería el ejemplo a seguir.
Ayer, cuando un paciente le preguntó que le pasaba le dijo que tenía una cosita en el hígado. Esa cosita es un tumor. Hoy, otro paciente ha bromeado mientras lo explorábamos y le ha empezado a gritar, llamándolo imbécil e idiota. Y no, que tenga un pasado de adicción a drogas y alcohol no es excusa para perder el respeto. La simpatía quizá. El respeto nunca.
Aunque el respeto ya se lo había perdido cuando decidió informar a su madre en el pasillo, pasando del paciente...y él salió a preguntar ¿Por qué no entran y hablamos todos juntos?

En fin, que estoy asqueada y deseando terminar. Es algo que nunca me había pasado pero me siento muy incómoda en cada una de las habitaciones.




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Os recuerdo que el concurso sigue abierto hasta el día 31 de octubre.

jueves, 7 de octubre de 2010

Explorando el sueño

Hoy he tenido un curso de exploración física y a parte de demostrar lo frikie que soy (cuando auscultaba a una amiga le he soltado "Oigo el tic, pero no oigo el taaaac") me he acordado de uno de los días que pasé en Urgencias.

Llegó a consulta un paciente con posible narcolepsia* en estudio, se había caído porque le había dado un ataque de sueño y la médica con la que nos habíamos quedado en ese momento (mi tutor había salido) no tenía muchas ganas de hacerle la exploración neurológica (digamos que resultaba complicado, era un paciente poco colaborador y...que se quedaba dormido) así que nos lo dejó a nosotros y se fue.
Era mi primera exploración, historias clínicas había hecho pero exploración...en la vida. Sí que hubo unos seminarios muy escuetos y por suerte, el único que mereció la pena fue el de nervioso.
Cuando estábamos explorando el tercer par craneal el señor se durmió. Cuando despertó, nos recordó que si estaba en urgencias era porque además de una caída había pasado un milagro, porque él estaba en la cocina y sin haberse movido ni nada, se despertó en el pasillo.
Como no conseguía coordinar los movimientos (realmente no entendí el sentido de explorarle cuando estaba en medio de una posible crisis) si le decíamos que tocase con su dedo nuestro dedo y de ahí a su nariz..pues agarraba nuestra mano y la llevaba a su nariz, que para el caso, venía siendo lo mismo.
Una de estas cosas que no se te olvidan...
Al final no terminamos la exploración porque se durmió y cuando nos fuimos del hospital porque terminó el turno, los ronquidos se escuchaban por todo el pasillo
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*¿Qué es la narcolepsia?
Cuando comenté algo por twitter me preguntaron de qué se trataba así que comento brevemente. La narcolepsia es un trastorno del sueño que produce en los que la sufren ataques de sueño diurnos incontrolables, acompañados de pérdidas del tono muscular, así como alucinaciones en los periodos sueño-vigilia (o viceversa) o parálisis del sueño.
Es una patología poco frecuente, pero incómoda (imaginad que caeis dormidos al conducir) de la que se desconoce la causa en la actualidad, por lo que su tratamiento es etiológico, es decir, trata de reducir los síntomas.
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(Os recuerdo que sigue abierto el concurso en mi blog)

jueves, 29 de abril de 2010

Mi impresión de lo que es ser Cirujano

Después de mis días como un mueble de quirófano más, estas son las conclusiones de mi estudio:
Pros:
-Llevas ropa muy cómoda (de hecho, es como si no llevaras nada)
-En tus ratos libres puedes dedicarte a hacer punto de cruz, coser los pantalones rotos de todos los niños de tu barrio o sacarte un dinerillo extra en la carnicería del super, todo ello con magníficos resultados.
-Siempre que estés en quirófano estarás fresquito, sea invierno o verano.
-Puedes trabajar con música, y si tienes buen gusto e idéntica suerte, hasta será música buena.
-Si tienes algún complejo físico nadie lo notará. Apenas se te ve

Contras:
-Si tu complejo es ocular, vas jodido, porque tus ojos serán lo que más recuerden todos sobre tí.
-Tus pacientes están dormidos la mayoría del tiempo (que pasas en quirófano, se entiende). Cuando no lo están tampoco puedes ponerte a darles demasiada conversación.
-Puede que dejes de comer carne asada. Sólo puede.
-Mejor que no seas patoso. Mezclar cosas estériles con cosas que no lo están puede ser peligroso. Y si sueles tender a dejar caer las cosas (o incluso caerte tú mismo) es más que posible que la líes y alguna enfermera se enfade contigo


*Que ningún cirujano se me ofenda, que sé que hay mucho más allá.

jueves, 22 de abril de 2010

Ra ra, rara raa, roma romamama Gaga Oh lala!




Y ahora imaginadme subida a una tarima-altillo-cajoncete en el quirófano, cuando es la tercera vez que suena la señorita Gagá en la mañana y aún así, casi casi es la mejor canción que he escuchado.
De aquí a gogó quirofanil.
Tiempo al tiempo.

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