30 abril 2011
Un ¿milagro?
El 8 de julio, Starz estrena en Estados Unidos la cuarta temporada de "Torchwood", una cuarta temporada en la que han entrado en la co-producción de la serie junto a la BBC y en la que Russell T. Davies va a continuar el tipo de narración serializada de la tercera, que tan buenos resultados les dio. También va a usar un punto de partida con mucho gancho; si en "Children of Earth" era una misteriosa invasión extraterrestre, en "Miracle day" todo empieza un día en el que la población terrestre ya no puede morir. De golpe, todos se convierten en Jack Harkness. Nadie sabe por qué pasa eso, y por lo que han contado sus responsables en algunas entrevistas, la idea es seguir ese punto de partida hasta sus últimas consecuencias. Y teniendo en cuenta cómo las gasta Davies cuando se pone en ese plan, ya podemos prepararnos para casi cualquier cosa.
Serán 10 episodios y, probablemente, su emisión refleje esa curiosa circunstancia de que "Torchwood" tenga más reconocimiento en Estados Unidos que en el Reino Unido, justo al revés que un "Doctor Who" que está alcanzando más notoriedad al otro lado del Atlántico con las temporadas supervisadas por Steven Moffat. Tal vez no tener tras de sí cuatro décadas de historia previa juega a favor del spin off en ese aspecto, ya que puede haber todavía espectadores que tengan en mente el Doctor que vieron de niños y no sean capaces de pasar de ahí. Sin duda, es la gran apuesta de Starz para el verano, y quizás la serie que le de un poco más de crédito entre los críticos fans de la ciencia ficción, que acogieron muy bien "Children of Earth".
Las posibilidades que se abren en esta cuarta temporada son enormes, y ya no sólo por ver como Jack vuelve a trabajar con Gwen. Los teasers que la cadena ha hecho públicos se dedican a intrigar más que a enseñar, y logran que, por lo menos, a mí me haya picado mucho la curiosidad. Me da la sensación, por lo que leo desde que Moffat está al cargo de "Doctor Who", que a Davies se le menosprecia un poco frente a los brillantes enigmas montados por el primero, y tampoco creo que sea muy justo. Él y Christopher Ecclestone fueron los que pusieron en pie al Doctor tras más de 20 años fuera de antena, y aunque es muy cierto que a Davies le suele perder la tendencia a pensar a lo grande, también es capaz de pequeños momentos muy inquietantes sin necesidad de ninguna explosión (ahí está "Midnight" para probarlo).
Evidentemente, los dólares americanos se notarán en la producción y en la inclusión de actores estadounidenses en el reparto, como Bill Pullman, Mekhi Phifer o Lauren Ambrose, y entre los guionistas hay veteranos de la ciencia ficción de allí, como John Shiban y Jane Espenson (para potenciar las influencias de "Expediente X" y las series de Joss Whedon). Entre "Falling skies" y "Torchwood", vamos a tener un verano bastante interesante en el género.
28 abril 2011
Los aspirantes al Trono de Hierro
Cada vez que se estrena alguna serie importante, ya sea por el canal que la emite, la promoción que le hayan hecho o la temática que toque, no es raro que se diseccionen todos los componentes que la hacen posible, desde sus creadores a sus actores. Con "Juego de tronos" está pasando eso, sobre todo cuando aún se han emitido sólo dos capítulos y el factor novedad es todavía fresco, y en el caso del reparto, hay bastantes nombres poco conocidos por el gran público (especialmente, en Estados Unidos) que están a punto de convertirse en caras muy reconocibles (es lo que tiene participar en una gran producción de HBO). Pero claro, ellos también tienen un pasado.
En el caso de Emilia Clarke, de todos modos, ese pasado no es demasiado amplio. Antes de sustituir a Tamzin Merchant como Daenerys se puede decir que, prácticamente, todavía estaba en la escuela de arte dramático. En su haber hay un capítulo de la serie "Doctors", una tv movie llamada, atentos, "Triassic attack" (desconozco si la produjo Syfy para sus sábados por la noche) y el anuncio de arriba, que forma parte de una campaña de la organización Samaritans, que funciona de modo parecido a un teléfono de la esperanza y que ayuda a personas con todo tipo de problemas. "Las ruinas de Invernalia" fue el blog que descubrió este anuncio primero.
Una de las revelaciones de estos primeros episodios ha sido Harry Lloyd, encargado de lidiar con el inestable Viserys, hermano de Daenerys. Lloyd es bastante conocido en el Reino Unido por haber sido Will Scarlett en "Robin Hood" y al que veremos dentro de unos meses en la nueva adaptación de "Jane Eyre" al cine. Yo lo recuerdo por aquel memorable Hijo de la Familia de la Sangre en dos capítulos de la tercera temporada de "Doctor Who", pero empezó a trabajar bastante antes. En concreto, Internet Movie Database sitúa como su primer trabajo la adaptación de "David Copperfield" protagonizada por Daniel Radcliffe (que es ese chavalín a la izquierda de Lloyd, que ahí tenía 16 años). Curiosamente, al parecer, es pariente lejano de Charles Dickens.
Daniel Radcliffe es también nuestro punto de unión con el siguiente actor, Alfie Allen, cuya principal fuente de fama hasta ahora era ser hermano de Lily Allen (que le dedicó la canción "Alfie"). Lo suyo eran los papeles secundarios en cintas de época, ya sea "Elizabeth" (en la que aún era un niño), "Expiación" o "Las hermanas Bolena". En 2008, sucedió al ya mencionado Radcliffe en el montaje teatral de "Equus", al que pertenece la foto promocional de arriba, y tal vez ese debía ser su trabajo más relevante hasta que le cayó en suerte el papel de Theon Greyjoy.
Esta jovenzuela del fotograma tenía ahí 19 años y debutaba en el cine siendo dirigida por Stephen Gyllenhaal, padre de Jake y Maggie, en "El país del agua". Aquella película adaptaba un libro de Graham Swift sobre un profesor (Jeremy Irons) que empieza a recordar su adolescencia. La jovencita era Lena Headey, que ha construido una carrera bastante larga sobre secundarios y películas peculiares, cuanto menos (incluyendo "Lluvia en los zapatos" con Penélope Cruz). Headey empezó a hacerse más famosa gracias a "300" y "Las crónicas de Sara Connor", y da la sensación de que va a ser una interesante Cersei.
Finalmente ahí, en el centro, está Aidan Gillen en la serie que lo lanzó en el Reino Unido, "Queer as folk" (la original creada por Russell T. Davies). Gillen aún no ha aparecido en los dos primeros episodios de "Juego de tronos" (es Meñique), así que yo todavía lo recuerdo como el concejal Carcetti del ayuntamiento de Baltimore en "The Wire". Ha hecho muchas cosas en medio, por supuesto, incluyendo otro par de series en Inglaterra, como "Identity", junto a Keeley Hawes.
En el caso de Emilia Clarke, de todos modos, ese pasado no es demasiado amplio. Antes de sustituir a Tamzin Merchant como Daenerys se puede decir que, prácticamente, todavía estaba en la escuela de arte dramático. En su haber hay un capítulo de la serie "Doctors", una tv movie llamada, atentos, "Triassic attack" (desconozco si la produjo Syfy para sus sábados por la noche) y el anuncio de arriba, que forma parte de una campaña de la organización Samaritans, que funciona de modo parecido a un teléfono de la esperanza y que ayuda a personas con todo tipo de problemas. "Las ruinas de Invernalia" fue el blog que descubrió este anuncio primero.
Daniel Radcliffe es también nuestro punto de unión con el siguiente actor, Alfie Allen, cuya principal fuente de fama hasta ahora era ser hermano de Lily Allen (que le dedicó la canción "Alfie"). Lo suyo eran los papeles secundarios en cintas de época, ya sea "Elizabeth" (en la que aún era un niño), "Expiación" o "Las hermanas Bolena". En 2008, sucedió al ya mencionado Radcliffe en el montaje teatral de "Equus", al que pertenece la foto promocional de arriba, y tal vez ese debía ser su trabajo más relevante hasta que le cayó en suerte el papel de Theon Greyjoy.
Esta jovenzuela del fotograma tenía ahí 19 años y debutaba en el cine siendo dirigida por Stephen Gyllenhaal, padre de Jake y Maggie, en "El país del agua". Aquella película adaptaba un libro de Graham Swift sobre un profesor (Jeremy Irons) que empieza a recordar su adolescencia. La jovencita era Lena Headey, que ha construido una carrera bastante larga sobre secundarios y películas peculiares, cuanto menos (incluyendo "Lluvia en los zapatos" con Penélope Cruz). Headey empezó a hacerse más famosa gracias a "300" y "Las crónicas de Sara Connor", y da la sensación de que va a ser una interesante Cersei.
Finalmente ahí, en el centro, está Aidan Gillen en la serie que lo lanzó en el Reino Unido, "Queer as folk" (la original creada por Russell T. Davies). Gillen aún no ha aparecido en los dos primeros episodios de "Juego de tronos" (es Meñique), así que yo todavía lo recuerdo como el concejal Carcetti del ayuntamiento de Baltimore en "The Wire". Ha hecho muchas cosas en medio, por supuesto, incluyendo otro par de series en Inglaterra, como "Identity", junto a Keeley Hawes.
27 abril 2011
Nucky contra Don
Ya han pasado los Oscars, los Grammy, los Globos de Oro, los Kid's Choice y hasta los premios de la academia de la música country, y con la salvedad de los Tony (que se dan en junio), los galardones grandes que quedan en el horizonte y con los que los blogs estadounidenses más van a especular son los Emmy. Los premios que reconocen a las series emitidas entre el 1 de junio de 2010 y el 31 de mayo de 2011 están empezando a rodar desde hace unas semanas. Las cadenas por cable ya están mandando las famosas cajas de DVDs a los académicos y el plazo para la presentación se candidaturas se acaba el día 29 de este mes, así que no es raro que ya se comience a hacer cábalas y a hablar sobre cuáles son los nominados con más posibilidades de serlo y, entre ellos, quién es el favorito para ganar (sí, es muy pronto, que las candidaturas no se harán públicas hasta el 14 de julio y los premios no se entregarán hasta el 18 de septiembre, pero los que se dedican a la rumorología de los galardones no se descansan nunca).
Desde que se llevó el Globo de Oro al mejor drama, "Boardwalk Empire" está considerada la favorita para destronar a "Mad Men" del podio que lleva tres años ocupando de forma consecutiva. Muchos expertos creen que este año, definitivamente, es el del regreso de HBO a estas lides de los galardones, y no sólo por sus gángsters de Atlantic City, aunque esperan una reñida pugna entre ellos y la serie de AMC. Es lo que llevan diciendo desde los Globos de Oro, y las nominaciones de los BAFTA de televisión no han hecho más que acrecentar esas especulaciones. Las dos son candidatas a la categoría de serie internacional junto con "Glee" y "Forbrydelsen" (sí, es una mezcla peculiar), y como éstos se entregan el 22 de mayo, habrá quien los siga muy de cerca para saber si HBO empieza a ganarle la partida a AMC, o continúa todo como está.
Desde luego, y teniendo en cuenta que "Breaking Bad" no puede participar en la edición de este año porque su nueva temporada se va a estrenar fuera del periodo de elegibilidad, son los dos títulos llamados a dominar las nominaciones de los Emmy. Casi se da por segura la candidatura de Steve Buscemi al mejor actor, y si Jon Hamm no logra entrar en el sexteto final, no sería raro quer sucediera al tricampeón Bryan Cranston. Ambas tendrán posiblemente unas cuantas nominaciones más en los apartados actorales (en las personas de Kelly Macdonald, Elisabeth Moss o January Jones y Christina Hendricks, probablemente) y en los de guión, dirección y otros técnicos. El nombre de Martin Scorsese seguro que termina pesando mucho en algunas de las candidaturas para "Boardwalk Empire".
Pero aunque el duelo que atrae, a priori, más atención es ese, también se especula con cuáles pueden ser las otras armas que HBO y AMC presenten para dirimir cuál de las dos acaba siendo la reina de los Emmy. La primera intentará que el género no sea una barrera para "Juego de tronos", de cuya estrategia de cara a los premios se sabe, por ejemplo, que sólo Sean Bean y Lena Headey se presentarán a las categorías de actores principales, y todos los demás pasarán a las de secundarios. La segunda, por su parte, tiene varios estrenos entre los que elegir (incluyendo "The Walking Dead", para el que la barrera del género aún es más elevada), pero tal vez podría intentarlo con "The Killing", aunque sólo sea a través de Michelle Forbes y Brent Sexton. Si os interesan estos tejemanejes entre bambalinas, bastantes blogs televisivos estadounidenses (como "Gold Derby", mismamente) se dedican a describir las cajas de DVDs que mandan las cadenas, las campañas que empezarán a lanzar en breve y cualquier otra noticia que surja, como la sabia decisión de unir las categorías de miniserie y tv movie.
Desde que se llevó el Globo de Oro al mejor drama, "Boardwalk Empire" está considerada la favorita para destronar a "Mad Men" del podio que lleva tres años ocupando de forma consecutiva. Muchos expertos creen que este año, definitivamente, es el del regreso de HBO a estas lides de los galardones, y no sólo por sus gángsters de Atlantic City, aunque esperan una reñida pugna entre ellos y la serie de AMC. Es lo que llevan diciendo desde los Globos de Oro, y las nominaciones de los BAFTA de televisión no han hecho más que acrecentar esas especulaciones. Las dos son candidatas a la categoría de serie internacional junto con "Glee" y "Forbrydelsen" (sí, es una mezcla peculiar), y como éstos se entregan el 22 de mayo, habrá quien los siga muy de cerca para saber si HBO empieza a ganarle la partida a AMC, o continúa todo como está.
Desde luego, y teniendo en cuenta que "Breaking Bad" no puede participar en la edición de este año porque su nueva temporada se va a estrenar fuera del periodo de elegibilidad, son los dos títulos llamados a dominar las nominaciones de los Emmy. Casi se da por segura la candidatura de Steve Buscemi al mejor actor, y si Jon Hamm no logra entrar en el sexteto final, no sería raro quer sucediera al tricampeón Bryan Cranston. Ambas tendrán posiblemente unas cuantas nominaciones más en los apartados actorales (en las personas de Kelly Macdonald, Elisabeth Moss o January Jones y Christina Hendricks, probablemente) y en los de guión, dirección y otros técnicos. El nombre de Martin Scorsese seguro que termina pesando mucho en algunas de las candidaturas para "Boardwalk Empire".
Pero aunque el duelo que atrae, a priori, más atención es ese, también se especula con cuáles pueden ser las otras armas que HBO y AMC presenten para dirimir cuál de las dos acaba siendo la reina de los Emmy. La primera intentará que el género no sea una barrera para "Juego de tronos", de cuya estrategia de cara a los premios se sabe, por ejemplo, que sólo Sean Bean y Lena Headey se presentarán a las categorías de actores principales, y todos los demás pasarán a las de secundarios. La segunda, por su parte, tiene varios estrenos entre los que elegir (incluyendo "The Walking Dead", para el que la barrera del género aún es más elevada), pero tal vez podría intentarlo con "The Killing", aunque sólo sea a través de Michelle Forbes y Brent Sexton. Si os interesan estos tejemanejes entre bambalinas, bastantes blogs televisivos estadounidenses (como "Gold Derby", mismamente) se dedican a describir las cajas de DVDs que mandan las cadenas, las campañas que empezarán a lanzar en breve y cualquier otra noticia que surja, como la sabia decisión de unir las categorías de miniserie y tv movie.
26 abril 2011
Lo quiero ya
¿Es culpa de la inmediatez de Twitter, Facebook y demás herramientas interneteriles? ¿Es culpa de nuestra formación? ¿Es culpa de los que hacen las series? El caso es que cada vez me sorprende más la escasísima paciencia que se despliega a veces ante algunas series. Vemos un piloto y, si no nos ha explicado hasta el detalle todo lo que pasa, lo descartamos porque es un rollo y no nos enteramos de nada; una serie dedica un episodio a afianzar sus personajes en lugar de avanzar la trama, y ya nos tiramos a la yugular y la acusamos de estar estirando la historia e inventándosela sobre la marcha. ¿Es que todos los peores defectos del periodismo deportivo se nos han pegado?
O a lo mejor es que la que se ha quedado anticuada viendo series soy yo. La curiosidad y la paciencia son dos de las normas que sigo en este aspecto, especialmente al enfrentarme a una serie nueva, y también creo que es necesario confiar, al menos mínimamente, en que los guionistas saben lo que están haciendo y van a ir contándonos las cosas cuando sea necesario. No dejan de sorprenderme las críticas de "deberían llevar esta serie por aquí" que, más de una vez, ocultan en realidad un "no me gusta por donde va la serie", una opinión muy lícita que puede llevarnos al también lícito acto de dejar de verla, en lugar de intentar demostrar que sabemos más que sus responsables. Con esa obsesión por tenerlo todo, y tenerlo ya (como cantaba Queen), se estropea la diversión de descubrir lo que puede dar de sí una serie capítulo a capítulo, de saborearla y de dejar que establezca bien sus elementos y pueda tener la posibilidad de sorprendernos.
Es verdad, como terminamos concluyendo siempre que hablamos de ese asunto, todo acaba reduciéndose a gustos personales. Pero no puedo evitar que esa reflexión me asalte sobre todo el leer los comentarios de los blogs televisivos estadounidenses más visitados. La gente quiere que les expliquen un mínimo detalle que han visto en un episodio sin esperar a que, a lo mejor, la propia serie haga eso en el siguiente capítulo. Si al final de la temporada sigues con la misma duda, entonces ya estamos hablando de otra cosa, pero no se tiene paciencia para llegar hasta ahí sin estar quejándose constantemente tras cada capítulo. ¿Qué hay de divertido en ver una serie con semejante estado de frustración?
Lógicamente, hay casos y casos, y series y series. A una temporada de 24 episodios no se la puede juzgar con el mismo estándar que a una de 6, por ejemplo, y una serie continuada no es como una miniserie. Lo que en un título es desarrollo de personajes y construcción de atmósfera, en otro es un tostón que da vueltas sobre sí mismo. Y siempre dependerá de nuestro punto de vista.
25 abril 2011
Los monstruos de Moffat
ALERTA SPOILERS: La sexta (o segunda, dependiendo de por dónde empecéis a contar) temporada de "Doctor Who" acaba de estrenarse. Si no habéis visto ese primer episodio, y no sabéis qué es lo que yo acabo de olvidar, mejor no sigáis leyendo.
Una cosa hay que reconocerle a Steven Moffat, entre otras muchas, y es el talento para sacarse de la manga unos imaginativos e inquietantes monstruos en "Doctor Who". Desde las extrañas criaturas humanas con una máscara de gas por cara que aparecían en "The empty child", ha ido superándose en cada temporada con los extraterrestres malvados a los que el Doctor debe vencer, basándose siempre en miedos muy básicos para crearlos, como la oscuridad o aquello que creemos haber visto moverse por el rabillo del ojo. Esos últimos monstruos, los Ángeles Llorones, son uno de los puntos álgidos de la renovación de la serie, así que no es extraño que sirvan un poco de base para presentarnos al nuevo gran villano, el Silencio. A decir verdad, ya nos dieron unas pocas pinceladas de su existencia en la quinta temporada, pero hasta ahora no hemos visto que ese Silencio, en realidad, son unos alienígenas muy a lo "Expediente X", vestidos como si hubieran salido de una reunión con Don Draper, y cuya originalidad radica en que, en cuanto dejas de verlos, te olvidas de su existencia.
Esa podía haber sido la gran revelación del capítulo, que es sólo la primera parte de uno doble, pero la serie riza el rizo haciendo que vuelva River Song y continúe aumentando el misterio sobre ella, que Amy le confiese al Doctor que está embarazada y, de remate y traca final, que el Doctor muera. Bueno, una versión suya futura, pero ya me entendéis. Así, usando de escenario la misión del Apolo XI a la Luna (y la primera vez que "Doctor Who" se rueda en Estados Unidos), Moffat vuelve a construir uno de sus tan queridos puzzles temporales circulares, que son ingeniosos y suelen estar bien armados, pero con los que el factor sorpresa está un poco diluido después de varias tramas similares (el final de la quinta temporada, sin ir más lejos). Eso no quita para que la nueva temporada no haya empezado con la inyección de energía y el humor alocado a los que nos tienen acostumbrados, aunque también parece que la trama serializada va a ser más seria de lo habitual.
De algún modo, se confirma la impresión de que quinta y sexta entregas estarán mucho más interconectadas de lo que podía parecer. Justo esta serialización a cuentagotas es uno de los fuertes de Moffat, especialmente la construcción de un misterio rodeado de una atmósfera intrigante. Es una pena que sepamos cómo va a acabar River porque es otro personaje que, como Jack Harkness, merece su propia serie, y si alguna vez esos dos se encontraran, no quiero ni pensar la que podrían montar. Ya sólo los "Hello, sweetie" me hacen sonreír. Esta nueva entrega, esperada casi con tanta anticipación en Estados Unidos como en el Reino Unido, apunta de momento buenas maneras. Serán inevitables los episodios menos logrados (los de los daleks con los colores de Benetton y los hombres-lagarto no fueron los más inspirados del año pasado), pero parece que el arco serializado va a superar los propios estándares de "Doctor Who". Como decía el Décimo Doctor, "allons-y".
Una cosa hay que reconocerle a Steven Moffat, entre otras muchas, y es el talento para sacarse de la manga unos imaginativos e inquietantes monstruos en "Doctor Who". Desde las extrañas criaturas humanas con una máscara de gas por cara que aparecían en "The empty child", ha ido superándose en cada temporada con los extraterrestres malvados a los que el Doctor debe vencer, basándose siempre en miedos muy básicos para crearlos, como la oscuridad o aquello que creemos haber visto moverse por el rabillo del ojo. Esos últimos monstruos, los Ángeles Llorones, son uno de los puntos álgidos de la renovación de la serie, así que no es extraño que sirvan un poco de base para presentarnos al nuevo gran villano, el Silencio. A decir verdad, ya nos dieron unas pocas pinceladas de su existencia en la quinta temporada, pero hasta ahora no hemos visto que ese Silencio, en realidad, son unos alienígenas muy a lo "Expediente X", vestidos como si hubieran salido de una reunión con Don Draper, y cuya originalidad radica en que, en cuanto dejas de verlos, te olvidas de su existencia.
Esa podía haber sido la gran revelación del capítulo, que es sólo la primera parte de uno doble, pero la serie riza el rizo haciendo que vuelva River Song y continúe aumentando el misterio sobre ella, que Amy le confiese al Doctor que está embarazada y, de remate y traca final, que el Doctor muera. Bueno, una versión suya futura, pero ya me entendéis. Así, usando de escenario la misión del Apolo XI a la Luna (y la primera vez que "Doctor Who" se rueda en Estados Unidos), Moffat vuelve a construir uno de sus tan queridos puzzles temporales circulares, que son ingeniosos y suelen estar bien armados, pero con los que el factor sorpresa está un poco diluido después de varias tramas similares (el final de la quinta temporada, sin ir más lejos). Eso no quita para que la nueva temporada no haya empezado con la inyección de energía y el humor alocado a los que nos tienen acostumbrados, aunque también parece que la trama serializada va a ser más seria de lo habitual.
De algún modo, se confirma la impresión de que quinta y sexta entregas estarán mucho más interconectadas de lo que podía parecer. Justo esta serialización a cuentagotas es uno de los fuertes de Moffat, especialmente la construcción de un misterio rodeado de una atmósfera intrigante. Es una pena que sepamos cómo va a acabar River porque es otro personaje que, como Jack Harkness, merece su propia serie, y si alguna vez esos dos se encontraran, no quiero ni pensar la que podrían montar. Ya sólo los "Hello, sweetie" me hacen sonreír. Esta nueva entrega, esperada casi con tanta anticipación en Estados Unidos como en el Reino Unido, apunta de momento buenas maneras. Serán inevitables los episodios menos logrados (los de los daleks con los colores de Benetton y los hombres-lagarto no fueron los más inspirados del año pasado), pero parece que el arco serializado va a superar los propios estándares de "Doctor Who". Como decía el Décimo Doctor, "allons-y".
24 abril 2011
Sobre libros
Ayer, 23 de abril, se celebraba el Día del Libro. La excusa para ello es un aniversario compartido entre Miguel de Cervantes y William Shakespeare que nunca recuerdo bien (¿muerte de los dos?), y que le ha servido a "Barrilete cósmico" para lanzar un meme que, por una vez, no versa sobre series ni sobre películas ni sobre canciones, sino sobre libros.
El último libro que he leído: "Sinsajo", el volumen que cierra la trilogía de "Los Juegos del Hambre", de Suzanne Collins. La literatura fantástica juvenil a veces deja títulos muy entretenidos e interesantes y, ahora que lo pienso, últimamente estoy yo leyendo muchas sagas.
El libro que estoy leyendo: "Tormenta de espadas", tercer libro de la saga "Canción de hielo y fuego", de George R.R. Martin. ¿Veis por qué decía antes lo de las sagas? Además, con el estreno de "Juego de tronos" en HBO, me he animado definitivamente a continuar con ella y a intentar ponerme al día para cuando se publique el quinto tomo, "A dance with dragons".
El libro que cambió mi forma de pensar: No sé si llegó a tanto, pero lo que si logró "Lazarillo de Tormes" fue cambiar mi concepción sobre los clásicos, porque con pocos libros me he reído tanto como con ese.
El último libro que me hizo llorar: Creo que tengo que pensarlo, porque fue hace ya tiempo, pero tengo el recuerdo de que algo así me pasó con "El libro de las ilusiones", de Paul Auster, sin que fuera una cosa exagerada.
El último libro que me hizo reír: "Historias de Roma", de Enric González. Logró algo que muy pocos libros consiguen, que es hacerme llorar de la risa. El único que nunca falla en ese aspecto es "Sin noticias de Gurb", de Eduardo Mendoza.
Un libro prestado que no me han devuelto: Ninguno, que yo recuerde.
Un libro prestado que no he devuelto: Me gustaría creer que ninguno, pero si alguien lee este meme y tengo un libro suyo, que lo pida.
Un libro que volvería a leer: Suelen ser los mismos que ya he leído tantas veces, que he perdido la cuenta, de "La isla del tesoro" y "El sabueso de los Baskerville" a "Cinco cerditos", "Crónicas de la Dragonlance" (aunque de éstas ya se me pasó la edad) o "El Señor de los Anillos".
Un libro que cambió mi vida: Me parece que no ha habido ninguno con semejante impacto. Aunque he de decir que "Las aventuras de Sherlock Holmes", de Arthur Conan Doyle, y las novelas de Agatha Christie siempre tendrán un especial significado.
Un libro para regalar a ciegas: No me atrevo a regalar libros así, sin saber qué le gusta a la otra persona. Aunque quizás podría arriesgarme con "La fuente de la edad", de Luis Mateo Díez.
Un libro que me sorprendió para bien: Las historias de Corto Maltés, de Hugo Pratt. No sé muy bien qué esperaba encontrar, pero desde luego no esas aventuras estupendas, nostálgicas, a veces románticas y otras, trepidantes.
Un libro que me decepcionó: "El perfume", de Patrick Süskind. Si ni un sólo personaje me parece medianamente soportable, mal vamos.
Un libro que robé: Los pido prestados antes de llevármelos sin más.
El autor del que tengo más libros: Debe estar empatada la cosa entre Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Raymond Chandler, Paul Auster y puede que P.D. James.
Un libro valioso: Las ediciones de tapa dura de "El Señor de los Anillos", que casi pertenecen a las primeras ediciones de esos libros en España (nota aclaratoria: la editorial Minotauro no los publicó aquí hasta finales de los 70).
Un libro que llevo tiempo queriendo leer: "El conde de Montecristo", de Alejandro Dumas, es uno de mis retos pendientes. Algún día lo leeré.
Un libro que prohibiría: Ninguno. Aunque unos cuantos que deberían avisar de sus perniciosos efectos sobre las neuronas de sus lectores.
El próximo libro que leeré: Hasta que no termino el que estoy leyendo, no decido cuál será el siguiente, pero sí tengo varias opciones; bien puede ser algún volumen del cómic "Powers", "La vida fácil", de Richard Price, o "Teleshakespeare", de Jorge Carrión.
Música de la semana: "The finder", el backdoor pilot que se sirvió de "Bones" para presentar una nueva serie, tenía a veces cierto tono a lo "Burn notice", y no sólo por estar ambientado (y rodado) en Miami. Hasta empleó una canción que se ha escuchado alguna vez en las aventuras de Michael Westen, "Connected", de Stereo MCs.
El último libro que he leído: "Sinsajo", el volumen que cierra la trilogía de "Los Juegos del Hambre", de Suzanne Collins. La literatura fantástica juvenil a veces deja títulos muy entretenidos e interesantes y, ahora que lo pienso, últimamente estoy yo leyendo muchas sagas.
El libro que estoy leyendo: "Tormenta de espadas", tercer libro de la saga "Canción de hielo y fuego", de George R.R. Martin. ¿Veis por qué decía antes lo de las sagas? Además, con el estreno de "Juego de tronos" en HBO, me he animado definitivamente a continuar con ella y a intentar ponerme al día para cuando se publique el quinto tomo, "A dance with dragons".
El libro que cambió mi forma de pensar: No sé si llegó a tanto, pero lo que si logró "Lazarillo de Tormes" fue cambiar mi concepción sobre los clásicos, porque con pocos libros me he reído tanto como con ese.
El último libro que me hizo llorar: Creo que tengo que pensarlo, porque fue hace ya tiempo, pero tengo el recuerdo de que algo así me pasó con "El libro de las ilusiones", de Paul Auster, sin que fuera una cosa exagerada.
El último libro que me hizo reír: "Historias de Roma", de Enric González. Logró algo que muy pocos libros consiguen, que es hacerme llorar de la risa. El único que nunca falla en ese aspecto es "Sin noticias de Gurb", de Eduardo Mendoza.
Un libro prestado que no me han devuelto: Ninguno, que yo recuerde.
Un libro prestado que no he devuelto: Me gustaría creer que ninguno, pero si alguien lee este meme y tengo un libro suyo, que lo pida.
Un libro que volvería a leer: Suelen ser los mismos que ya he leído tantas veces, que he perdido la cuenta, de "La isla del tesoro" y "El sabueso de los Baskerville" a "Cinco cerditos", "Crónicas de la Dragonlance" (aunque de éstas ya se me pasó la edad) o "El Señor de los Anillos".
Un libro que cambió mi vida: Me parece que no ha habido ninguno con semejante impacto. Aunque he de decir que "Las aventuras de Sherlock Holmes", de Arthur Conan Doyle, y las novelas de Agatha Christie siempre tendrán un especial significado.
Un libro para regalar a ciegas: No me atrevo a regalar libros así, sin saber qué le gusta a la otra persona. Aunque quizás podría arriesgarme con "La fuente de la edad", de Luis Mateo Díez.
Un libro que me sorprendió para bien: Las historias de Corto Maltés, de Hugo Pratt. No sé muy bien qué esperaba encontrar, pero desde luego no esas aventuras estupendas, nostálgicas, a veces románticas y otras, trepidantes.
Un libro que me decepcionó: "El perfume", de Patrick Süskind. Si ni un sólo personaje me parece medianamente soportable, mal vamos.
Un libro que robé: Los pido prestados antes de llevármelos sin más.
El autor del que tengo más libros: Debe estar empatada la cosa entre Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, Raymond Chandler, Paul Auster y puede que P.D. James.
Un libro valioso: Las ediciones de tapa dura de "El Señor de los Anillos", que casi pertenecen a las primeras ediciones de esos libros en España (nota aclaratoria: la editorial Minotauro no los publicó aquí hasta finales de los 70).
Un libro que llevo tiempo queriendo leer: "El conde de Montecristo", de Alejandro Dumas, es uno de mis retos pendientes. Algún día lo leeré.
Un libro que prohibiría: Ninguno. Aunque unos cuantos que deberían avisar de sus perniciosos efectos sobre las neuronas de sus lectores.
El próximo libro que leeré: Hasta que no termino el que estoy leyendo, no decido cuál será el siguiente, pero sí tengo varias opciones; bien puede ser algún volumen del cómic "Powers", "La vida fácil", de Richard Price, o "Teleshakespeare", de Jorge Carrión.
Música de la semana: "The finder", el backdoor pilot que se sirvió de "Bones" para presentar una nueva serie, tenía a veces cierto tono a lo "Burn notice", y no sólo por estar ambientado (y rodado) en Miami. Hasta empleó una canción que se ha escuchado alguna vez en las aventuras de Michael Westen, "Connected", de Stereo MCs.
23 abril 2011
Esto también es un piloto
Cuando escuchamos el término "piloto" referido a una serie de televisión, todos nos hacemos una idea de qué quiere decir: es el capítulo de presentación de la serie, en el que conocemos a los personajes y tenemos nuestra primera toma de contacto con ellos, con su mundo y con la historia que nos quieren contar. Esos pilotos pueden ser dobles, tener un formato de miniserie, durar lo mismo que un episodio normal o aparecer como un capítulo regular en otra serie. No es demasiado común, pero se hace, y a ese episodio se le denomina backdoor pilot. Utiliza el tirón de una serie con cierto éxito para presentar otra, en lo que se puede decir que es un atajo y, a veces, se publicita como un spin off que, en realidad, no es tal, porque es la primera vez que vemos a esos personajes y ninguno ha tenido, por tanto, posibilidad de calar entre el público.
"Bones" ha sido la última serie, por ahora, que se utiliza para intentar un backdoor pilot de éstos. En su caso, se trata de "The Finder", que si se convierte en serie independiente para la próxima temporada, seguiría las peripecias de Walter, un ex soldado que tiene el don de encontrar cualquier cosa (o persona) que se haya perdido. Sus dos estancias en Irak le han dejado con algunos daños cerebrales, cierta paranoia y una personalidad lo suficientemente excéntrica como para aportar unos toques de humor y ligereza que, a veces, le hacen parecer un personaje de una serie del canal USA. Este capítulo comparte con otros "pilotos por la puerta de atrás" el hecho de que su tono es más, realmente, de piloto que de un episodio normal dentro de una temporada normal de una serie ya establecida. Vemos mucho más a los nuevos personajes y los que ya conocemos funcionan más como apoyo y secundarios de éstos, lo que es normal (aunque sí cuelan un par de toques hacia Brennan que funcionan bastante bien).
La franquicia "CSI" ha utilizado esta estrategia dos veces para lanzar sus otras dos series. Horatio y el resto de personajes de "CSI: Miami" fueron presentados en un episodio de la segunda temporada del original de Las Vegas y ese spin off, a su vez, sirvió para introducir a Mack y al equipo de "CSI: NY". En este caso, la CBS tenía bastante claro que esas series se iban a producir, porque lo que ocurre con los backdoor pilots es que no siempre se traducen en un nuevo show. "Las chicas Gilmore" intentó uno, fallido, con la familia de Jess Mariano, y recuerdo que "Las chicas de oro" intentaron otro con no recuerdo si era un amigo de alguna de las chicas o algo así, que tampoco funcionó (luego sí que se hizo "Nido vacío"). El problema que estos capítulos presentan para los seguidores habituales de la serie usada de "huésped" es que su tono suele ser diferente, y no es raro que nos sintamos un poco decepcionados porque tenemos que aguantar una hora de unos personajes que no son los que nosotros estamos acostumbrados a ver.
"Bones" ha sido la última serie, por ahora, que se utiliza para intentar un backdoor pilot de éstos. En su caso, se trata de "The Finder", que si se convierte en serie independiente para la próxima temporada, seguiría las peripecias de Walter, un ex soldado que tiene el don de encontrar cualquier cosa (o persona) que se haya perdido. Sus dos estancias en Irak le han dejado con algunos daños cerebrales, cierta paranoia y una personalidad lo suficientemente excéntrica como para aportar unos toques de humor y ligereza que, a veces, le hacen parecer un personaje de una serie del canal USA. Este capítulo comparte con otros "pilotos por la puerta de atrás" el hecho de que su tono es más, realmente, de piloto que de un episodio normal dentro de una temporada normal de una serie ya establecida. Vemos mucho más a los nuevos personajes y los que ya conocemos funcionan más como apoyo y secundarios de éstos, lo que es normal (aunque sí cuelan un par de toques hacia Brennan que funcionan bastante bien).
La franquicia "CSI" ha utilizado esta estrategia dos veces para lanzar sus otras dos series. Horatio y el resto de personajes de "CSI: Miami" fueron presentados en un episodio de la segunda temporada del original de Las Vegas y ese spin off, a su vez, sirvió para introducir a Mack y al equipo de "CSI: NY". En este caso, la CBS tenía bastante claro que esas series se iban a producir, porque lo que ocurre con los backdoor pilots es que no siempre se traducen en un nuevo show. "Las chicas Gilmore" intentó uno, fallido, con la familia de Jess Mariano, y recuerdo que "Las chicas de oro" intentaron otro con no recuerdo si era un amigo de alguna de las chicas o algo así, que tampoco funcionó (luego sí que se hizo "Nido vacío"). El problema que estos capítulos presentan para los seguidores habituales de la serie usada de "huésped" es que su tono suele ser diferente, y no es raro que nos sintamos un poco decepcionados porque tenemos que aguantar una hora de unos personajes que no son los que nosotros estamos acostumbrados a ver.
21 abril 2011
Eli Gold lo sabe todo
Hace unos días, se hizo público que el contrato como series regular de Alan Cumming en "The good wife" se renovaba para un máximo de tres temporadas. Su Eli Gold, el artífice detrás de la campaña a fiscal de distrito de Peter Florrick, se ha erigido en el principal secundario robaescenas de la serie, con permiso de una Kalinda que está atravesando un momento difícil, y es lógico que los responsables de la serie no quieran perder a Cumming (más aún después de que su inspiración en la vida real, Rahm Emmanuel, haya sido elegido como el nuevo alcalde Chicago).
La importancia que el aspecto político ha ganado en esta segunda temporada ha permitido que asistiéramos a un auténtico show por parte de Eli, que culminó en la preparación de Alicia para la entrevista unos días antes de las elecciones. Sin necesidad de que él dijera nada, queedaba claro que ella se ha ganado su admiración y su respeto, y que Eli abandonaría a Peter por ella si decidiera presentarse a la alcaldía, o al Senado, o a lo que fuera. Son dos aliados que, a priori, parecían improbables, aunque no sé cómo resistirán a las revelaciones que se avecinan en el final de temporada.
Sí podemos decir que, si la primera temporada fue la de Kalinda, la segunda ha sido la de Eli. Sus maniobras entre bambalinas eran casi tan divertidas de ver como las escasísimas veces que se permitía perder el control (para qué está el cuarto de las fotocopias si no puedes meterte en él a celebrar como un loco una pequeña victoria), e incluso las pinceladas de su vida personal han contribuido a engrandecerlo aún más. Su hija, por ejemplo, sería un añadido muy bienvenido (la trama con América Ferrera... Bueno), y las interacciones con Becca han dejado grandes momentos. Gold es entretenidísimo de ver (las caras de Cumming son geniales) y me alegra que vayamos a seguir disfrutándolo en "The good wife", aunque ahora tengo curiosidad por saber a qué se dedicará y si de verdad tendremos una "segunda carrera", como le insinúa el jefe del Comité Demócrata.
Aún así, aunque podamos profesar nuestro fanatismo de Eli o de Kalinda (que creo que va a rompernos al corazón), se hace difícil elegir entre los secundarios de "The good wife" a uno sólo. Diane (y su risa) continúa siendo uno de los personajes más interesantes de la serie, del mismo modo que los lados oscuros de Will lo convierten en alguien mucho más tridimensional. El arco con Derrick Bond y las intrigas por el control del bufete fueron uno de los puntos más altos de esta temporada, y ahora parece que se encaminan a una especie de reseteo de algunos elementos de cara a una tercera temporada que yo no dudo que van a conseguir.
La importancia que el aspecto político ha ganado en esta segunda temporada ha permitido que asistiéramos a un auténtico show por parte de Eli, que culminó en la preparación de Alicia para la entrevista unos días antes de las elecciones. Sin necesidad de que él dijera nada, queedaba claro que ella se ha ganado su admiración y su respeto, y que Eli abandonaría a Peter por ella si decidiera presentarse a la alcaldía, o al Senado, o a lo que fuera. Son dos aliados que, a priori, parecían improbables, aunque no sé cómo resistirán a las revelaciones que se avecinan en el final de temporada.
Sí podemos decir que, si la primera temporada fue la de Kalinda, la segunda ha sido la de Eli. Sus maniobras entre bambalinas eran casi tan divertidas de ver como las escasísimas veces que se permitía perder el control (para qué está el cuarto de las fotocopias si no puedes meterte en él a celebrar como un loco una pequeña victoria), e incluso las pinceladas de su vida personal han contribuido a engrandecerlo aún más. Su hija, por ejemplo, sería un añadido muy bienvenido (la trama con América Ferrera... Bueno), y las interacciones con Becca han dejado grandes momentos. Gold es entretenidísimo de ver (las caras de Cumming son geniales) y me alegra que vayamos a seguir disfrutándolo en "The good wife", aunque ahora tengo curiosidad por saber a qué se dedicará y si de verdad tendremos una "segunda carrera", como le insinúa el jefe del Comité Demócrata.
Aún así, aunque podamos profesar nuestro fanatismo de Eli o de Kalinda (que creo que va a rompernos al corazón), se hace difícil elegir entre los secundarios de "The good wife" a uno sólo. Diane (y su risa) continúa siendo uno de los personajes más interesantes de la serie, del mismo modo que los lados oscuros de Will lo convierten en alguien mucho más tridimensional. El arco con Derrick Bond y las intrigas por el control del bufete fueron uno de los puntos más altos de esta temporada, y ahora parece que se encaminan a una especie de reseteo de algunos elementos de cara a una tercera temporada que yo no dudo que van a conseguir.
20 abril 2011
Significados ocultos y señas de identidad
1.- Creo que fue en "ByTheWay" donde acuñaron, o empezaron a utilizar más asiduamente, el término teliban para referirse a seguidores de ciertas series con tendencia a expresar sus opiniones defendiendo que dicha serie es la mejor de la historia demasiado vehementemente, a veces hasta de modo agresivo, y que pueden llegar a ser bastante inaguantables. Cualquier discusión se enrarece y se convierte en imposible en cuanto los telibanes entran en acción. Se podría decir que carecen de sentido del humor y no sólo se toman muy en serio cualquier cosa relacionada con su serie, sino que cualquier crítica hacia ella, o su olvido en alguna lista, es visto como una afrenta personal y, prácticamente, un crimen contra la humanidad. El único modo de lidiar con ellos es ignorarlos, claro, por mucho que pataleen, porque las sentencias ex catedra matan los intentos de tener una conversación normal y con diferentes puntos de vista.
2.- La reflexión anterior y, en parte, ésta vienen motivadas por algunos comentarios en esta entrada de "Vaya Tele" sobre cinco cabeceras de series HBO en la estela espectacular y original de la de "Juego de tronos", una entrada que no es más que un divertimento. Lo curioso es que, de repente, en Twitter han empezado a aparecer comentarios pidiendo explicaciones sobre lo que pueden significar los títulos de crédito de la adaptación de "Canción de hielo y fuego", en los que recorremos un mapa de Poniente y unas ciudades mecánicas se elevan de él gracias a pequeños engranajes. Resulta que, a pesar de que yo pensaba que no había más que un mapa animado con cierta coherencia interna, sí que hay un significado, más o menos. El creador de la secuencia es Angus Wall, nominado este año al Oscar por el montaje de "La red social" y responsable también de los créditos de "Roma", "Big Love" y "Carnivale", y que tardó dos años en realizarla. Como explica en "The Hollywood Reporter", su idea era hacer un mapa del tipo de los que empiezan siempre los libros de fantasía, pero que contara un poco la historia de Poniente y la relación entre las casas nobles. Se inspiró en las máquinas diseñadas en el siglo XVI por Leonardo Da Vinci y en las esferas armilares de la época.
3.- Las promociones de las cadenas a veces dejan cosas curiosas y pequeñas joyas. El canal británico Sky 1, por ejemplo, tiene a veces unas cortinillas de identidad realmente peculiares y originales, como la de arriba, realizada especialmente para la cadena en el 20º aniversario de "Los Simpson". También las tienen (o tenían) con "Bones", "Fringe", "24" o "Perdidos" (aunque esa era para Sky 3). Ahora, una de las promos más simpáticas la hizo BBC America para el estreno de "Law & Order UK", comparando las diferencias, además de en los acentos de sus actores, entre esa serie y la "Ley y orden" original de la NBC.
2.- La reflexión anterior y, en parte, ésta vienen motivadas por algunos comentarios en esta entrada de "Vaya Tele" sobre cinco cabeceras de series HBO en la estela espectacular y original de la de "Juego de tronos", una entrada que no es más que un divertimento. Lo curioso es que, de repente, en Twitter han empezado a aparecer comentarios pidiendo explicaciones sobre lo que pueden significar los títulos de crédito de la adaptación de "Canción de hielo y fuego", en los que recorremos un mapa de Poniente y unas ciudades mecánicas se elevan de él gracias a pequeños engranajes. Resulta que, a pesar de que yo pensaba que no había más que un mapa animado con cierta coherencia interna, sí que hay un significado, más o menos. El creador de la secuencia es Angus Wall, nominado este año al Oscar por el montaje de "La red social" y responsable también de los créditos de "Roma", "Big Love" y "Carnivale", y que tardó dos años en realizarla. Como explica en "The Hollywood Reporter", su idea era hacer un mapa del tipo de los que empiezan siempre los libros de fantasía, pero que contara un poco la historia de Poniente y la relación entre las casas nobles. Se inspiró en las máquinas diseñadas en el siglo XVI por Leonardo Da Vinci y en las esferas armilares de la época.
3.- Las promociones de las cadenas a veces dejan cosas curiosas y pequeñas joyas. El canal británico Sky 1, por ejemplo, tiene a veces unas cortinillas de identidad realmente peculiares y originales, como la de arriba, realizada especialmente para la cadena en el 20º aniversario de "Los Simpson". También las tienen (o tenían) con "Bones", "Fringe", "24" o "Perdidos" (aunque esa era para Sky 3). Ahora, una de las promos más simpáticas la hizo BBC America para el estreno de "Law & Order UK", comparando las diferencias, además de en los acentos de sus actores, entre esa serie y la "Ley y orden" original de la NBC.
19 abril 2011
Las piezas del juego
AVISO: En este primer contacto con "Juego de tronos" no va a haber spoilers, pero a mí me resulta difícil separar la experiencia de ver la serie con la que tengo por la lectura de los libros (como aclaración, voy a la mitad del tercero, "Tormenta de espadas"). Intentaré ceñirme sólo a lo que HBO ha enseñado por ahora, aunque alguna comparación con el libro será inevitable.
Enfrentarse al primer capítulo de una serie nueva siempre es un poco un reto. Tienen que presentarte a los personajes, los conflictos entre ellos y la trama en la que se van a mover, y puede hacerse de dos modos. Uno es el tipo "The Wire", en el que te sueltan ahí en medio y dejan que te vayas aclarando por tí mismo, y otro es el de algunos pilotos que subestiman la inteligencia del espectador y se lo explican todo con pelos y señales por temor a que pueda perderse 30 segundos de trama. El capítulo de debut de "Juego de tronos" está un poco en medio. Dosifica el enorme caudal de información del libro homónimo de George R.R. Martin y presenta sólo a los personajes y las cosas que necesitamos saber en cada momento. Así, conocemos a Ned y Catelyn Stark y a sus hijos, incluido al bastardo Jon Nieve; al rey Robert Baratheon, su esposa Cersei Lannister y sus hermanos, Jaime y Tyrion; y a los príncipes exiliados Viserys y Daenerys y al bárbaro al que ésta es prácticamente vendida por su hermano, Khal Drogo. Ya habrá tiempo de que conozcamos después a Ser Jorah Mormont o a Theon Greyjoy (al que ni siquiera nombran en el piloto, aunque esté ahí).
Por ahora, desde la fantástica secuencia animada de los títulos de crédito, la serie busca sumergirnos en Poniente y darnos una idea de cómo es ese mundo y cuáles son los principios sobre los que funciona. Es ligeramente medieval y, como tal, se toma muy en serio las divisiones sociales y el trato hacia los niños y las mujeres que había en aquella época (el propio Martin explica esta fidelidad histórica en un mundo de fantasía en esta entrevista), y aunque da un par de pinceladas que apuntan a cosas sobrenaturales (como los Caminantes Blancos), se mantiene dentro del mayor realismo posible. Y sí, la violencia es explícita y el sexo, aún más, aunque no es tan gratuito como puede parecer (no empecéis con las comparaciones con "Spartacus". Si acaso, con "Roma" y "Deadwood"). Es cierto que los personajes, excepto en un par de ocasiones, empiezan en la casilla de salida del arquetipo, con la línea entre los buenos (los Stark) y los malos (Lannister) todavía muy definida, pero los lectores del libro sabemos que eso va a cambiar rápidamente, y que sólo se necesita un poco de paciencia y prestar atención a cada detalle. Al fin y al cabo, esto no es más que una introducción.
Por supuesto, y como es de esperar en el proyecto más ambicioso de HBO para esta temporada, la ambientación está muy lograda y no parece haber ningún eslabón débil en el reparto (quizás Kit Harington como Jon Nieve, pero igual es porque yo tardé en pillarle el punto al personaje). Tyrion ya apunta maneras, Jamie se presenta como un "villano" despreocupado y atractivo y, lógicamente, Arya ya empieza a hacer de las suyas enseguida (Maisie Williams tiene unos grandes ojos muy expresivos). Teniendo a Sean Bean, Ned enseguida se presenta como el héroe cansado pero con sus dobleces, y da la sensación de que el cambio de actriz de Daenerys del primer piloto a este fue acertado, porque Emilia Clarke tiene algo (aunque al principio esté completamente dominada por su hermano, interpretado por un Harry Lloyd que a mí me divierte mucho haciendo de malo, como en la tercera temporada de "Doctor Who").
Esto es sólo una introducción, la colocación de las piezas principales en el tablero del ajedrez por sentarse en el Trono de Hierro desde el que se dominan los Siete Reinos de Poniente. Lo mejor que se puede decir siempre de un piloto es que te deja con ganas de ver el segundo capítulo, y el de "Juego de Tronos" lo consigue. También es una adaptación bastante fiel y efectiva (aunque es verdad, como comentan aquí, que hay unos ligeros desajustes de tono en la escena final del primer capítulo y en otra entre Daenerys y Khal Drogo, pero no creo que sean insalvables), y si logran mantener unos personajes interesantes, podemos estar ante uno de los mejores estrenos de este año.
P.D.: Vi este primer episodio en el preestreno que Canal+ organizó en Madrid, y antes del capítulo pasaron un programa especial (que creo que se vio en la Mostra de Valencia) en el que explicaban un poco de qué va "Juego de tronos" y contaban con las opiniones de algunos fans. No sé si puede verse en alguna parte, pero es curioso, sobre todo, por escuchar a los seguidores de los libros, ya que algunas de sus ideas son... peculiares.
Enfrentarse al primer capítulo de una serie nueva siempre es un poco un reto. Tienen que presentarte a los personajes, los conflictos entre ellos y la trama en la que se van a mover, y puede hacerse de dos modos. Uno es el tipo "The Wire", en el que te sueltan ahí en medio y dejan que te vayas aclarando por tí mismo, y otro es el de algunos pilotos que subestiman la inteligencia del espectador y se lo explican todo con pelos y señales por temor a que pueda perderse 30 segundos de trama. El capítulo de debut de "Juego de tronos" está un poco en medio. Dosifica el enorme caudal de información del libro homónimo de George R.R. Martin y presenta sólo a los personajes y las cosas que necesitamos saber en cada momento. Así, conocemos a Ned y Catelyn Stark y a sus hijos, incluido al bastardo Jon Nieve; al rey Robert Baratheon, su esposa Cersei Lannister y sus hermanos, Jaime y Tyrion; y a los príncipes exiliados Viserys y Daenerys y al bárbaro al que ésta es prácticamente vendida por su hermano, Khal Drogo. Ya habrá tiempo de que conozcamos después a Ser Jorah Mormont o a Theon Greyjoy (al que ni siquiera nombran en el piloto, aunque esté ahí).
Por ahora, desde la fantástica secuencia animada de los títulos de crédito, la serie busca sumergirnos en Poniente y darnos una idea de cómo es ese mundo y cuáles son los principios sobre los que funciona. Es ligeramente medieval y, como tal, se toma muy en serio las divisiones sociales y el trato hacia los niños y las mujeres que había en aquella época (el propio Martin explica esta fidelidad histórica en un mundo de fantasía en esta entrevista), y aunque da un par de pinceladas que apuntan a cosas sobrenaturales (como los Caminantes Blancos), se mantiene dentro del mayor realismo posible. Y sí, la violencia es explícita y el sexo, aún más, aunque no es tan gratuito como puede parecer (no empecéis con las comparaciones con "Spartacus". Si acaso, con "Roma" y "Deadwood"). Es cierto que los personajes, excepto en un par de ocasiones, empiezan en la casilla de salida del arquetipo, con la línea entre los buenos (los Stark) y los malos (Lannister) todavía muy definida, pero los lectores del libro sabemos que eso va a cambiar rápidamente, y que sólo se necesita un poco de paciencia y prestar atención a cada detalle. Al fin y al cabo, esto no es más que una introducción.
Por supuesto, y como es de esperar en el proyecto más ambicioso de HBO para esta temporada, la ambientación está muy lograda y no parece haber ningún eslabón débil en el reparto (quizás Kit Harington como Jon Nieve, pero igual es porque yo tardé en pillarle el punto al personaje). Tyrion ya apunta maneras, Jamie se presenta como un "villano" despreocupado y atractivo y, lógicamente, Arya ya empieza a hacer de las suyas enseguida (Maisie Williams tiene unos grandes ojos muy expresivos). Teniendo a Sean Bean, Ned enseguida se presenta como el héroe cansado pero con sus dobleces, y da la sensación de que el cambio de actriz de Daenerys del primer piloto a este fue acertado, porque Emilia Clarke tiene algo (aunque al principio esté completamente dominada por su hermano, interpretado por un Harry Lloyd que a mí me divierte mucho haciendo de malo, como en la tercera temporada de "Doctor Who").
Esto es sólo una introducción, la colocación de las piezas principales en el tablero del ajedrez por sentarse en el Trono de Hierro desde el que se dominan los Siete Reinos de Poniente. Lo mejor que se puede decir siempre de un piloto es que te deja con ganas de ver el segundo capítulo, y el de "Juego de Tronos" lo consigue. También es una adaptación bastante fiel y efectiva (aunque es verdad, como comentan aquí, que hay unos ligeros desajustes de tono en la escena final del primer capítulo y en otra entre Daenerys y Khal Drogo, pero no creo que sean insalvables), y si logran mantener unos personajes interesantes, podemos estar ante uno de los mejores estrenos de este año.
P.D.: Vi este primer episodio en el preestreno que Canal+ organizó en Madrid, y antes del capítulo pasaron un programa especial (que creo que se vio en la Mostra de Valencia) en el que explicaban un poco de qué va "Juego de tronos" y contaban con las opiniones de algunos fans. No sé si puede verse en alguna parte, pero es curioso, sobre todo, por escuchar a los seguidores de los libros, ya que algunas de sus ideas son... peculiares.
17 abril 2011
Juegos mentales
ALERTA SPOILERS: Hemos llegado a un punto en el que hablar de "Fringe" sin desvelar más de la cuenta para quien no esté al día es bastante difícil. Así que si no habéis visto lo que Walter puede hacer en la tercera temporada con un poco de LSD y un aparatejo de conexión mental, mejor no sigáis leyendo.
Siempre hay un punto en el que algunas series, después de los titubeos iniciales en los que están todavía probando lo que funciona y lo que no, se sienten lo suficientemente seguras en sus posibilidades y en lo que son para intentar algún capítulo diferente, una digresión que se salga de la "fórmula" habitual con la que se cuentan sus historias. "Expediente X" hacía sus célebres episodios humorísticos y autoparódicos, "Sobrenatural" se lanza por la vía de las metarreferencias y "House", por ejemplo, se mete dentro de la cabeza de su protagonista. "Fringe" optó por un cuento con toques noir y musical ("Brown Betty") en el que se empleaba una digresión para contarnos cómo se sentía Walter. Ese capítulo (que a mí me pareció un hallazgo) dividió radicalmente a los fans, aunque no creo que tanto como lo hará "Lysergic Acid Diethlamyde", el episodio en el que Walter y Peter se introducen en la mente de Olivia para "extraer" de ella la consciencia de William Bell.
Los nueve primeros capítulos de esta temporada, en los que las dos Olivias habían intercambiado sus puestos, son fácilmente el mejor arco que ha tenido la serie hasta ahora, y uno de los mejores de esta temporada televisiva estadounidense. Avanzaban la trama serializada y te presentaban situaciones que, por muy locas o extrañas que pudieran parecer, te las creías porque estaban ancladas en unos personajes con unas emociones muy reales. Una vez que ese arco se ha solucionado, aunque con diversos daños colaterales y consecuencias, la serie ha ido poniéndonos a prueba cada vez un poco más con el nivel de idas de olla y locuras que podía lanzarnos, usando como base nuestro interés y preocupación por esos personajes. A la vez que "Fringe" iba volviéndose más "Alias", conseguía que gente del Otro Lado como Lincoln y Charlie estuvieran entre nuestros favoritos, y hasta logró hacernos cambiar el modo en el que veíamos a BOlivia. El test final ha sido introducir la consciencia de William Bell en Olivia, un movimiento que, aunque no ha funcionado todo lo bien que podría, sí ha proporcionado, por lo menos a mí, varios momentos de gran diversión al ver a "Bellivia" y Walter trabajando juntos (y cada vez que Anna Torv hacía ese gesto tan de Leonard Nimoy de levantar una ceja, yo aún me lo pasaba mejor. Lo de la voz, lo dejamos para otro día).
Y así llegamos a este capítulo que, al igual que "Brown Betty", utiliza una digresión estilística para, en lugar de avanzar la trama, solidificar la posición de los personajes y, especialmente, contarnos el estado emocional de uno de ellos, y prepararlo para las cosas a las que deberá enfrentarse más adelante. Si en la segunda temporada era Walter ese personaje, en esta tercera es Olivia. Para ello, "Fringe" no sólo ha hecho un evidente homenaje a "Origen", sino también a "Matrix" y a su propio piloto, cuando Olivia compartió los recuerdos de John Scott en unos sueños que parecían sacados directamente de "La celda". Walter, Peter y Belly se dedican a buscar la consciencia de una Olivia que, asustada, se ha escondido donde nadie pueda encontrarla, y en el proceso, la ayudan a convertirse definitivamente en el guerrero que el manuscrito ZFT decía que lucharía en la pugna entre los dos Universos. Al final del capítulo, Olivia se ha convertido definitivamente en Sydney Bristow, en The Dunhamnator, como la llaman en "Fringe Bloggers", y se ha puesto en marcha el mecanismo que nos debe llevar al final de temporada y a lo que me da la sensación que va a ser una unión de fuerzas entre algunos miembros de la División Fringe de Tierra 2 y los de nuestro lado.
Con "Fringe", ha llegado un punto en el que incluso sus mayores idas de olla me divierten muchísimo, Es un poco como aquellos finales de temporada que Russell T. Davis hacía en "Doctor Who", en los que no ponían ningún tipo de límites a las cosas que podían hacer, y con los que confieso que pocas veces me lo he pasado tan bien viendo una serie de televisión. Esto tiene que abrazarse ya con todas las consecuencias.
Música de la semana: Hay que ver lo larga que es la sombra de "Origen", y no sólo temáticamente. Hubo un capítulo de "Castle" que prácticamente plagiaba la banda sonora de Hans Zimmer, y esta va camino de estar más sobreexpuesta en trailers y promociones que la de "Requiem por un sueño". Pero no va a ser esa nuestra selección musical, sino una canción con un título que hace referencia muy clara a ese último capítulo de "Fringe", "Mind trips", de The Brand New Heavies.
Siempre hay un punto en el que algunas series, después de los titubeos iniciales en los que están todavía probando lo que funciona y lo que no, se sienten lo suficientemente seguras en sus posibilidades y en lo que son para intentar algún capítulo diferente, una digresión que se salga de la "fórmula" habitual con la que se cuentan sus historias. "Expediente X" hacía sus célebres episodios humorísticos y autoparódicos, "Sobrenatural" se lanza por la vía de las metarreferencias y "House", por ejemplo, se mete dentro de la cabeza de su protagonista. "Fringe" optó por un cuento con toques noir y musical ("Brown Betty") en el que se empleaba una digresión para contarnos cómo se sentía Walter. Ese capítulo (que a mí me pareció un hallazgo) dividió radicalmente a los fans, aunque no creo que tanto como lo hará "Lysergic Acid Diethlamyde", el episodio en el que Walter y Peter se introducen en la mente de Olivia para "extraer" de ella la consciencia de William Bell.
Los nueve primeros capítulos de esta temporada, en los que las dos Olivias habían intercambiado sus puestos, son fácilmente el mejor arco que ha tenido la serie hasta ahora, y uno de los mejores de esta temporada televisiva estadounidense. Avanzaban la trama serializada y te presentaban situaciones que, por muy locas o extrañas que pudieran parecer, te las creías porque estaban ancladas en unos personajes con unas emociones muy reales. Una vez que ese arco se ha solucionado, aunque con diversos daños colaterales y consecuencias, la serie ha ido poniéndonos a prueba cada vez un poco más con el nivel de idas de olla y locuras que podía lanzarnos, usando como base nuestro interés y preocupación por esos personajes. A la vez que "Fringe" iba volviéndose más "Alias", conseguía que gente del Otro Lado como Lincoln y Charlie estuvieran entre nuestros favoritos, y hasta logró hacernos cambiar el modo en el que veíamos a BOlivia. El test final ha sido introducir la consciencia de William Bell en Olivia, un movimiento que, aunque no ha funcionado todo lo bien que podría, sí ha proporcionado, por lo menos a mí, varios momentos de gran diversión al ver a "Bellivia" y Walter trabajando juntos (y cada vez que Anna Torv hacía ese gesto tan de Leonard Nimoy de levantar una ceja, yo aún me lo pasaba mejor. Lo de la voz, lo dejamos para otro día).
Y así llegamos a este capítulo que, al igual que "Brown Betty", utiliza una digresión estilística para, en lugar de avanzar la trama, solidificar la posición de los personajes y, especialmente, contarnos el estado emocional de uno de ellos, y prepararlo para las cosas a las que deberá enfrentarse más adelante. Si en la segunda temporada era Walter ese personaje, en esta tercera es Olivia. Para ello, "Fringe" no sólo ha hecho un evidente homenaje a "Origen", sino también a "Matrix" y a su propio piloto, cuando Olivia compartió los recuerdos de John Scott en unos sueños que parecían sacados directamente de "La celda". Walter, Peter y Belly se dedican a buscar la consciencia de una Olivia que, asustada, se ha escondido donde nadie pueda encontrarla, y en el proceso, la ayudan a convertirse definitivamente en el guerrero que el manuscrito ZFT decía que lucharía en la pugna entre los dos Universos. Al final del capítulo, Olivia se ha convertido definitivamente en Sydney Bristow, en The Dunhamnator, como la llaman en "Fringe Bloggers", y se ha puesto en marcha el mecanismo que nos debe llevar al final de temporada y a lo que me da la sensación que va a ser una unión de fuerzas entre algunos miembros de la División Fringe de Tierra 2 y los de nuestro lado.
Con "Fringe", ha llegado un punto en el que incluso sus mayores idas de olla me divierten muchísimo, Es un poco como aquellos finales de temporada que Russell T. Davis hacía en "Doctor Who", en los que no ponían ningún tipo de límites a las cosas que podían hacer, y con los que confieso que pocas veces me lo he pasado tan bien viendo una serie de televisión. Esto tiene que abrazarse ya con todas las consecuencias.
Música de la semana: Hay que ver lo larga que es la sombra de "Origen", y no sólo temáticamente. Hubo un capítulo de "Castle" que prácticamente plagiaba la banda sonora de Hans Zimmer, y esta va camino de estar más sobreexpuesta en trailers y promociones que la de "Requiem por un sueño". Pero no va a ser esa nuestra selección musical, sino una canción con un título que hace referencia muy clara a ese último capítulo de "Fringe", "Mind trips", de The Brand New Heavies.
15 abril 2011
La cruz del género
William Adama y Eddard "Ned" Stark |
Da igual que quieras presentar un drama humano, o personajes con muchas dobleces, o situaciones en las que todo el mundo busca el poder o simplemente sobrevivir; hay quien no pasará de que todo está ambientado en una nave espacial con unos robots con apariencia humana, o en un mundo que recuerda vagamente a la Tierra Media en la que hay demasiados personajes con nombres extraños para seguirles a todos la pista. Y es comprensible y lógico que si la ciencia ficción y la fantasía no nos van, no podamos pasar de ahí (aunque ese no debería ser el punto principal sobre el que armar una crítica seria); ese es el principal reto que estas series tienen que superar para salir del "gueto".
Muchas veces, se trae a colación "Perdidos" para ejemplificar una obra de ciencia ficción que sí disfrutó de un enorme éxito, pero eso es hacer trampa. Con esa serie, las cartas no estuvieron todas descubiertas de verdad hasta la cuarta temporada, cuando abrazó el género con todas las consecuencias. Hasta entonces había habido pistas y destellos (el Humo Negro, por supuesto), pero la primera temporada era más un drama de personajes en un entorno extraño que otra cosa. Si hubieran destapado desde el principio todos los aspectos fantásticos, la audiencia general habría huido en masa en el tercer capítulo.
Que HBO tiene puestas muchas esperanzas en "Juego de tronos" es innegable. Probablemente sea el estreno más caro y de perfil más alto del canal en los últimos años, y seguro que sueñan con que tenga la opción de igualar las audiencias de "True Blood". Pero esta serie (basada también en unos libros con muchos seguidores) necesitó una temporada y media para explotar como fenómeno, y los vampiros están mucho más de moda que los guerreros pseudo-medievales. Seguramente, hará falta un poco de paciencia para ver hasta dónde puede llegar la adaptación de la saga de George R.R. Martin, y si de verdad logra romper ese techo de cristal.
14 abril 2011
Un boom histórico
Quizás sean imaginaciones mías, pero llevamos unas temporadas en las que parece estar resurgiendo el género histórico en televisión. Y no estamos hablando de "Roma", que ya se ha quedado un poco atrás en el tiempo, sino de esa tendencia que parecen haber iniciado "Los Tudor". Estuvieron cuatro temporadas adaptando las peripecias de Enrique VIII a los estándares de Showtime (con las dosis de sexo y controversia requeridas para ello), y da la sensación que su éxito animó a las cadenas a recuperar más historias de hace cinco o seis siglos, o adaptar algún best-seller de la misma temática, como ocurrió con "Los pilares de la tierra".
Tenemos "Los Borgia", "Spartacus" y su visión a lo "300" de los gladiadores de la antigua Roma, "Camelot" con su aporte más de fantasía a la leyenda artúrica (la BBC tiene "Merlín" para un público más familiar), el próximo western que va a estrenar AMC en otoño ("Hell on wheels") y, ya centrados en unas décadas, y no siglos, atrás, "The Kennedys", y hasta "Mad Men". Esto, por supuesto, sin contar los posibles estrenos para la próxima temporada (hay varios ambientados en los 60-70), producciones británicas que solemos denominar de época, más que históricas, como "Downton Abbey" o las diferentes miniseries que adaptan clásicos literarios, y si no incluimos series españolas como "Hispania", "Bandolera", "Tierra de lobos", "La República", "Piratas"... En la literatura, el género lleva ya un tiempo viviendo un renacido interés, sobre todo si se mezcla con conspiraciones y demás intrigas, así que supongo que es normal que se traslade a la televisión.
No obstante, junto con las series juveniles, el histórico es uno de los géneros que menos me llama la atención. No tengo ninguna buena razón para ello, porque luego bien que disfruté "Roma", y las series de época inglesas siempre acaban en mi radar, pero no puedo evitar que me den, en general, cierta pereza. No son los trajes, ni que haya alguna interpretación afectada, ni los decorados... Alguna que otra vez he intentado discernir por qué veo "Nikita" y no "Spartacus", y no he llegado a ninguna conclusión. Tampoco soy capaz de explicar por qué todas estas series están teniendo éxito y, como mucho, puedo hacerlo con una en concreto, pero poco más (como en esta colaboración sobre "Downton Abbey" para "Telepatrulla"). Esto va por rachas.
Tenemos "Los Borgia", "Spartacus" y su visión a lo "300" de los gladiadores de la antigua Roma, "Camelot" con su aporte más de fantasía a la leyenda artúrica (la BBC tiene "Merlín" para un público más familiar), el próximo western que va a estrenar AMC en otoño ("Hell on wheels") y, ya centrados en unas décadas, y no siglos, atrás, "The Kennedys", y hasta "Mad Men". Esto, por supuesto, sin contar los posibles estrenos para la próxima temporada (hay varios ambientados en los 60-70), producciones británicas que solemos denominar de época, más que históricas, como "Downton Abbey" o las diferentes miniseries que adaptan clásicos literarios, y si no incluimos series españolas como "Hispania", "Bandolera", "Tierra de lobos", "La República", "Piratas"... En la literatura, el género lleva ya un tiempo viviendo un renacido interés, sobre todo si se mezcla con conspiraciones y demás intrigas, así que supongo que es normal que se traslade a la televisión.
No obstante, junto con las series juveniles, el histórico es uno de los géneros que menos me llama la atención. No tengo ninguna buena razón para ello, porque luego bien que disfruté "Roma", y las series de época inglesas siempre acaban en mi radar, pero no puedo evitar que me den, en general, cierta pereza. No son los trajes, ni que haya alguna interpretación afectada, ni los decorados... Alguna que otra vez he intentado discernir por qué veo "Nikita" y no "Spartacus", y no he llegado a ninguna conclusión. Tampoco soy capaz de explicar por qué todas estas series están teniendo éxito y, como mucho, puedo hacerlo con una en concreto, pero poco más (como en esta colaboración sobre "Downton Abbey" para "Telepatrulla"). Esto va por rachas.
13 abril 2011
Entre contratos y parodias
El mundo de las negociaciones de contratos para renovar una serie entre cadena que la emite y estudio que la produce es bastante complicado, como quedó demostrado con el culebrón de la renovación de "Mad Men". Si las cosas se enquistan, sea por la razón que sea, cuesta un horror echarlas a andar de nuevo. Que se lo pregunten a la ABC, que ha necesitado varios meses para llegar a un acuerdo con Eva Longoria, Teri Hatcher, Felicity Huffman y Marcia Cross para atarlas a "Mujeres desesperadas" por una temporada más, la octava, con opción a prorrogar su contrato por una hipotética novena. Pero eso debió ser un camino de rosas comparado con lo que debe estar pasando entre Fox y NBC Universal para cerrar una octava entrega de "House", o eso insinuaba "Variety" hace unos días.
El estudio quiere que la cadena asuma los mismos costes que tenían estipulados en el contrato firmado cuando la serie renovó por una quinta temporada, y el canal prefiere compartirlos, sobre todo porque los sueldos de los actores empiezan a ser ya bastante altos en cuanto se pasa de siete años en antena. Sólo Hugh Laurie y, al parecer, Olivia Wilde están confirmados para una entrega más, y con los demás habría que renegociar sus tratos. En parte, por eso Robert Sean Leonard anunció que la séptima podría ser su última temporada en la serie. Su contrato se acaba y este verano tiene previsto volver a Broadway, en un reestreno de "Nacida ayer". Se ha hablado de que, si Fox y NBC Universal no llegan a ningún acuerdo, el estudio podría ofrecer la serie a otras cadenas, entre ellas, la propia NBC, que no poseía Universal cuando "House" debutó, en 2004. La semana que viene saldremos de dudas.
Desde hace un tiempo, es muy común que actores conocidos se presten a participar en parodias y vídeos humorísticos para distintas páginas webs estadounidenses. "Funny or Die" fue la que abrió un poco el fuego e institucionalizó esta práctica (y la que consigue a estrellas más grandes, como Helen Mirren), pero su competencia más directa, "College Humor", está cogiendo carrerilla por la vía de la incorrección total, como demuestra el vídeo de arriba. Es una parodia con mala idea de Katy Perry, Ke$ha y Lady Gaga, y los más chocante es que su protagonista es Yvonne Strahovski, quien no sé si ha revelado alguna vez ese lado gamberro y sin sentido del ridículo en "Chuck". Lo de la gira "Torpedo of Truth", o como se llame, de Charlie Sheen por teatros de varias ciudades estadounidenses mejor lo dejamos para otro día, porque no sé qué pensar de él ni de la gente que paga por verlo y luego lo abuchea.
Con todo el jaleo del estreno el domingo de "Juego de tronos" en HBO, casi se nos ha olvidado que la BBC estrena una semana después, el día 23, y al mismo tiempo en el Reino Unido y en Estados Unidos, la sexta temporada de "Doctor Who". En las webs inglesas proliferan los trailers, los spoilers (hay una que destripa las sinopsis de los seis o siete primeros capítulos, y otra que intenta averiguar quién morirá al final de la temporada) y las previas de todo tipo, y cualquier declaración de su productor ejecutivo, Steven Moffat, se analiza hasta la extenuación en busca de pistas. Está claro que la serie está más viva, y disfruta de más éxito, que nunca a ambas orillas del Atlántico, y encima Moffat ha prometido más monstruos inquietantes y un arco serializado más fuerte, que creo que retoma el concepto del Silencio introducido en la quinta entrega.
Yo casi no he visto ni he leído nada. Prefiero acercarme a "Doctor Who" sabiendo lo mínimo, como que los dos primeros episodios están ambientados (y rodados) en Estados Unidos y que vuelve la siempre grande River Song, y nada más. Y mi acercamiento hacia la cuarta temporada de "Torchwood", que Starz estrena en julio, está siendo parecido. No quiero que una exposición a excesiva información le quite la diversión a ver los capítulos de estas dos series, así que ya hablaremos otra vez de ellas cuando regresen a las pantallas. Ya queda menos.
El estudio quiere que la cadena asuma los mismos costes que tenían estipulados en el contrato firmado cuando la serie renovó por una quinta temporada, y el canal prefiere compartirlos, sobre todo porque los sueldos de los actores empiezan a ser ya bastante altos en cuanto se pasa de siete años en antena. Sólo Hugh Laurie y, al parecer, Olivia Wilde están confirmados para una entrega más, y con los demás habría que renegociar sus tratos. En parte, por eso Robert Sean Leonard anunció que la séptima podría ser su última temporada en la serie. Su contrato se acaba y este verano tiene previsto volver a Broadway, en un reestreno de "Nacida ayer". Se ha hablado de que, si Fox y NBC Universal no llegan a ningún acuerdo, el estudio podría ofrecer la serie a otras cadenas, entre ellas, la propia NBC, que no poseía Universal cuando "House" debutó, en 2004. La semana que viene saldremos de dudas.
Desde hace un tiempo, es muy común que actores conocidos se presten a participar en parodias y vídeos humorísticos para distintas páginas webs estadounidenses. "Funny or Die" fue la que abrió un poco el fuego e institucionalizó esta práctica (y la que consigue a estrellas más grandes, como Helen Mirren), pero su competencia más directa, "College Humor", está cogiendo carrerilla por la vía de la incorrección total, como demuestra el vídeo de arriba. Es una parodia con mala idea de Katy Perry, Ke$ha y Lady Gaga, y los más chocante es que su protagonista es Yvonne Strahovski, quien no sé si ha revelado alguna vez ese lado gamberro y sin sentido del ridículo en "Chuck". Lo de la gira "Torpedo of Truth", o como se llame, de Charlie Sheen por teatros de varias ciudades estadounidenses mejor lo dejamos para otro día, porque no sé qué pensar de él ni de la gente que paga por verlo y luego lo abuchea.
Con todo el jaleo del estreno el domingo de "Juego de tronos" en HBO, casi se nos ha olvidado que la BBC estrena una semana después, el día 23, y al mismo tiempo en el Reino Unido y en Estados Unidos, la sexta temporada de "Doctor Who". En las webs inglesas proliferan los trailers, los spoilers (hay una que destripa las sinopsis de los seis o siete primeros capítulos, y otra que intenta averiguar quién morirá al final de la temporada) y las previas de todo tipo, y cualquier declaración de su productor ejecutivo, Steven Moffat, se analiza hasta la extenuación en busca de pistas. Está claro que la serie está más viva, y disfruta de más éxito, que nunca a ambas orillas del Atlántico, y encima Moffat ha prometido más monstruos inquietantes y un arco serializado más fuerte, que creo que retoma el concepto del Silencio introducido en la quinta entrega.
Yo casi no he visto ni he leído nada. Prefiero acercarme a "Doctor Who" sabiendo lo mínimo, como que los dos primeros episodios están ambientados (y rodados) en Estados Unidos y que vuelve la siempre grande River Song, y nada más. Y mi acercamiento hacia la cuarta temporada de "Torchwood", que Starz estrena en julio, está siendo parecido. No quiero que una exposición a excesiva información le quite la diversión a ver los capítulos de estas dos series, así que ya hablaremos otra vez de ellas cuando regresen a las pantallas. Ya queda menos.
12 abril 2011
El Invierno en etapas
El domingo, HBO estrena por fin "Juego de tronos", la que muy probablemente puede ser la serie más esperada de este año. La cadena lleva meses desvelando pósters, fotos, trailers varios, making ofs, y hasta los 15 minutos iniciales del primer episodio, y entre las diversas maniobras promocionales que ha llevado a cabo en Estados Unidos se incluye un camión de comida ambulante con platos que Tom Colicchio ("Top Chef") ha ideado inspirándose en los que se citan en el libro. En España, raro es que no hayamos visto en algún sitio alguna mención a la serie, que Canal+ estrena el 9 de mayo, así que es normal que haya gente que esté preguntándose de qué va todo eso, qué demonios quiere decir que se acerca el invierno y si tiene algo que ver con "El Señor de los Anillos". Esto no es una guía al mundo de Poniente ideado por George R.R. Martin, pero espero que ayude a aclarar algunas cosas.
- Guías para principiantes: Estos días previos al estreno de la serie están apareciendo diversas guías que ayudan a quienes no hubieran oído hablar de "Juego de tronos" a introducirse en su mundo. Hay un resumen muy claro, en inglés, en "Salon", que no sólo cuenta, con algún que otro spoiler, cuál es la historia de partida y sus principales protagonistas, sino que también repasa el enorme éxito que han tenido los cuatro libros publicados hasta ahora por Martin. En "Zona Fandom", por otro lado, están presentando con un poco más de profundidad a los personajes más importantes, contando también algo de la historia de la saga.
- Los libros: "Juego de tronos" es el primer tomo de la saga "Canción de hielo y fuego", que Martin empezó a publicar en 1996. Inicialmente iba a ser una trilogía, pero se ha acabado extendiendo a siete títulos, cuatro de ellos ya publicados (en España, la editorial es Gigamesh): "Juego de tronos", "Choque de reyes", "Tormenta de espadas" y "Festín de cuervos". El quinto, "A dance with dragons", sale este mes de julio en Estados Unidos, varios años más tarde de la fecha prevista originalmente (algo que Martin recuerda en todas las entrevistas, porque todo el mundo le pregunta por ello). No son libritos finos; "El Silmarillion" es un tomo de Astérix al lado de "Tormenta de espadas".
- La historia: La han contado en muchos sitios, mucho mejor de lo que puedo hacerlo yo, pero podemos intentar resumirla. Tiene lugar en Poniente, un continente dividido en Siete Reinos que están todos gobernados por el Rey que vive en Desembarco del Rey, en el sur. Este rey, Robert Baratheon, accedió al trono rebelándose contra el anterior monarca, Aerys Targaryen, y viaja al norte para pedir ayuda a su viejo amigo Eddard Stark, señor de Invernalia. En Poniente hubo en su momento magia, dragones y criaturas sobrenaturales, pero hace siglos que desaparecieron y nadie se toma en serio a quienes los recuerdan. Tampoco se toman en serio la amenaza de los Otros, unos seres que habitan muy al norte, separados del resto del continente por un gigantesco muro de hielo vigilado por la Guardia de la Noche. Por si esto no fuera suficiente, los hijos del depuesto, y asesinado, rey Aerys, Viserys y Daenerys, se tienen que exiliar más allá del mar para evitar que los maten, y para preparar un ejército que les permita volver a Poniente y reclamar para sí el Trono de Hierro.
- ¿Fantasía o pseudo-historia?: "Juego de tronos" está inspirado por la Edad Media y la Guerra de las Dos Rosas por el trono de Inglaterra en el siglo XV, y no se ahorra nada al representar los efectos y las tácticas de la guerra en la población civil, la ambición por el poder, el sexo, la violencia y todas las tonalidades del gris en la personalidad y el sentido de la ética de sus personajes. Esto no es "El Señor de los Anillos" y tampoco "Los Soprano", aunque hayan querido compararlo con esta última. Veo más acertado decir que "Juego de tronos" es a la fantasía lo que "The Wire" al género policiaco, con muchas salvedades, claro. En Poniente todo es a lo grande.
- "Se acerca el Invierno": Una cosa curiosa de Poniente es que sus estaciones no son como las nuestras, y pueden durar años en lugar de sólo unos meses. Cuando empieza "Juego de tronos", el continente vive los últimos coletazos de un verano tan largo, que algunos niños no saben lo que es el frío. "Se acerca el Invierno" es el lema de los Stark, un lema que indica que siempre hay que estar preparado para las malas épocas, y que también es premonitorio del gran cambio que está empezando a fraguarse sin que nadie le preste excesiva atención.
- La serie: Los productores ejecutivos encargados de adaptar "Juego de tronos" son D.B. Weiss y David Benioff (digresión salsarrosera; su mujer es Amanda Peet), escritores y guionistas cinematográficos que llevan trabajando en el proyecto desde 2006. Su idea es trasladar un libro por temporada de la serie, hasta un total de siete (con los líos que puede traer la lentitud escribiendo de Martin que, por cierto, fue guionista de televisión en su momento). La primera entrega serán 10 capítulos, rodados en Irlanda del Norte y Malta, y de los que Weiss y Benioff hablan en esta entrevista.
- Nota final: Hay muchos personajes, muchas ciudades y muchas casas nobles con sus relaciones entre ellas, por lo que hace falta paciencia y no ponerse nerviosos porque al principio nos perdamos. En webs como "Westeros" y "Winter is coming" hay información diversa que a lo mejor puede ayudarnos, y al final de cada libro podemos encontrar un resumen de los diferentes personajes, y un mapa al principio (clásico en todas las obras del género). Martin es muy directo, muy gráfico en todas sus descripciones, tira de muchos recursos televisivos y culebroneros y no le tiembla el pulso a la hora de matar gente, así que es mejor no encariñarse demasiado con nadie. Los buenos no siempre lo son ni se salen siempre con la suya, y los malos muchas veces ganan y tampoco son tan odiosos (bueno, alguno hay de verdad malo y odioso). Y hay personajes que empiezan como meros comparsas y acaban siendo protagonistas, y otros que no parecen gran cosa que acaban siendo de los mejores de la saga. Lo mejor es acercarse a Poniente sin grandes expectativas y dejando que nos sorprendan.
- Guías para principiantes: Estos días previos al estreno de la serie están apareciendo diversas guías que ayudan a quienes no hubieran oído hablar de "Juego de tronos" a introducirse en su mundo. Hay un resumen muy claro, en inglés, en "Salon", que no sólo cuenta, con algún que otro spoiler, cuál es la historia de partida y sus principales protagonistas, sino que también repasa el enorme éxito que han tenido los cuatro libros publicados hasta ahora por Martin. En "Zona Fandom", por otro lado, están presentando con un poco más de profundidad a los personajes más importantes, contando también algo de la historia de la saga.
- Los libros: "Juego de tronos" es el primer tomo de la saga "Canción de hielo y fuego", que Martin empezó a publicar en 1996. Inicialmente iba a ser una trilogía, pero se ha acabado extendiendo a siete títulos, cuatro de ellos ya publicados (en España, la editorial es Gigamesh): "Juego de tronos", "Choque de reyes", "Tormenta de espadas" y "Festín de cuervos". El quinto, "A dance with dragons", sale este mes de julio en Estados Unidos, varios años más tarde de la fecha prevista originalmente (algo que Martin recuerda en todas las entrevistas, porque todo el mundo le pregunta por ello). No son libritos finos; "El Silmarillion" es un tomo de Astérix al lado de "Tormenta de espadas".
- La historia: La han contado en muchos sitios, mucho mejor de lo que puedo hacerlo yo, pero podemos intentar resumirla. Tiene lugar en Poniente, un continente dividido en Siete Reinos que están todos gobernados por el Rey que vive en Desembarco del Rey, en el sur. Este rey, Robert Baratheon, accedió al trono rebelándose contra el anterior monarca, Aerys Targaryen, y viaja al norte para pedir ayuda a su viejo amigo Eddard Stark, señor de Invernalia. En Poniente hubo en su momento magia, dragones y criaturas sobrenaturales, pero hace siglos que desaparecieron y nadie se toma en serio a quienes los recuerdan. Tampoco se toman en serio la amenaza de los Otros, unos seres que habitan muy al norte, separados del resto del continente por un gigantesco muro de hielo vigilado por la Guardia de la Noche. Por si esto no fuera suficiente, los hijos del depuesto, y asesinado, rey Aerys, Viserys y Daenerys, se tienen que exiliar más allá del mar para evitar que los maten, y para preparar un ejército que les permita volver a Poniente y reclamar para sí el Trono de Hierro.
- ¿Fantasía o pseudo-historia?: "Juego de tronos" está inspirado por la Edad Media y la Guerra de las Dos Rosas por el trono de Inglaterra en el siglo XV, y no se ahorra nada al representar los efectos y las tácticas de la guerra en la población civil, la ambición por el poder, el sexo, la violencia y todas las tonalidades del gris en la personalidad y el sentido de la ética de sus personajes. Esto no es "El Señor de los Anillos" y tampoco "Los Soprano", aunque hayan querido compararlo con esta última. Veo más acertado decir que "Juego de tronos" es a la fantasía lo que "The Wire" al género policiaco, con muchas salvedades, claro. En Poniente todo es a lo grande.
- "Se acerca el Invierno": Una cosa curiosa de Poniente es que sus estaciones no son como las nuestras, y pueden durar años en lugar de sólo unos meses. Cuando empieza "Juego de tronos", el continente vive los últimos coletazos de un verano tan largo, que algunos niños no saben lo que es el frío. "Se acerca el Invierno" es el lema de los Stark, un lema que indica que siempre hay que estar preparado para las malas épocas, y que también es premonitorio del gran cambio que está empezando a fraguarse sin que nadie le preste excesiva atención.
- La serie: Los productores ejecutivos encargados de adaptar "Juego de tronos" son D.B. Weiss y David Benioff (digresión salsarrosera; su mujer es Amanda Peet), escritores y guionistas cinematográficos que llevan trabajando en el proyecto desde 2006. Su idea es trasladar un libro por temporada de la serie, hasta un total de siete (con los líos que puede traer la lentitud escribiendo de Martin que, por cierto, fue guionista de televisión en su momento). La primera entrega serán 10 capítulos, rodados en Irlanda del Norte y Malta, y de los que Weiss y Benioff hablan en esta entrevista.
- Nota final: Hay muchos personajes, muchas ciudades y muchas casas nobles con sus relaciones entre ellas, por lo que hace falta paciencia y no ponerse nerviosos porque al principio nos perdamos. En webs como "Westeros" y "Winter is coming" hay información diversa que a lo mejor puede ayudarnos, y al final de cada libro podemos encontrar un resumen de los diferentes personajes, y un mapa al principio (clásico en todas las obras del género). Martin es muy directo, muy gráfico en todas sus descripciones, tira de muchos recursos televisivos y culebroneros y no le tiembla el pulso a la hora de matar gente, así que es mejor no encariñarse demasiado con nadie. Los buenos no siempre lo son ni se salen siempre con la suya, y los malos muchas veces ganan y tampoco son tan odiosos (bueno, alguno hay de verdad malo y odioso). Y hay personajes que empiezan como meros comparsas y acaban siendo protagonistas, y otros que no parecen gran cosa que acaban siendo de los mejores de la saga. Lo mejor es acercarse a Poniente sin grandes expectativas y dejando que nos sorprendan.
11 abril 2011
¿Obligación o afición?
Lo mío con las series es un hobby, una afición, a veces un conato de obsesión que me llevó a abrir este rincón bloguero hace ya cinco años. Veo las series que me llaman la atención, que me gustan y con las que me divierto, independientemente de que sean buenas, malas, clásicos o guilty pleasures. Cada vez que se anuncian los estrenos de otoño o de midseason, le doy una oportunidad a aquellos que, por lo que sea, han conseguido picar mi curiosidad, ya sea por la temática, por las críticas o por alguna que otra razón menos clara. Si me animo a ver "Body of proof", por ejemplo, es porque tengo curiosidad por ver por dónde va su forense protagonista, la doctora Megan Hunt, y ya veremos luego si le encuentro algo que me enganche. Y tengo pensado ver "Mildred Pierce", pero será más adelante, cuando le haga un hueco, porque mi interés, de momento, no es tan alto.
La afición por las series es lo que mueve a casi toda la blogosfera que habla de este tema (a unos pocos suertudos, además, les pagan por ello), pero a veces, durante ciertos periodos, caemos en la tentación de dejar que se convierta en una obligación, lo que siempre entraña el riesgo de quitarle toda la diversión al asunto. En septiembre, por ejemplo, los estrenos de las cadenas en abierto suelen concentrarse en gran parte en un par de semanas, y seguirlos todos más o menos a ritmo de emisión (con unos pocos retrasos aquí y allá) es una tarea complicadísima. Los críticos de televisión, aunque les guste hacerlo, están obligados y les pagan por ello; nosotros lo hacemos por afición. Pero reconoced que, a veces, nos tragamos verdaderos bodrios que no veríamos de otro modo porque, en el fondo, lo consideramos un poco una obligación.
Cada uno lleva su sistema, está claro. Yo no veo ninguna de las series con el sello de aprobación de Shonda Rhimes (no, ni siquiera "Anatomía de Grey", ni cuando aún molaba) porque, simplemente, no me van, pero, ay; como encuentre una de policías con unos protagonistas más o menos interesantes, de esa no me escapo. Prefiero escribir luego sobre algo que me ha entretenido, porque andar poniendo a parir siempre todo lo que ves acaba siendo muy repetitivo. En cuanto empieza a pasarme eso con una serie (y me aburro viéndola), adiós muy buenas.
Parte de esto ha estado inspirado por una discusión que hemos tenido esta tarde en Twitter sobre si era necesario ver "Forbrydelsen" antes de ver su remake, "The Killing". Había quien decía que sí, para poder comparar una y otra, y quien decía que no, que la nueva versión tenía que sostenerse por sí misma. Yo soy más de la segunda opinión si no he visto anteriormente la serie original. Es posible que acabe viéndola más adelante, pero porque me llama la atención por sí misma (y "Forbrydelsen" me llama la atención). Aunque las "normas" están para saltárselas, porque vi el piloto de la "Galáctica" original sólo para compararlo con el de la nueva. Cosas que pasan.
La afición por las series es lo que mueve a casi toda la blogosfera que habla de este tema (a unos pocos suertudos, además, les pagan por ello), pero a veces, durante ciertos periodos, caemos en la tentación de dejar que se convierta en una obligación, lo que siempre entraña el riesgo de quitarle toda la diversión al asunto. En septiembre, por ejemplo, los estrenos de las cadenas en abierto suelen concentrarse en gran parte en un par de semanas, y seguirlos todos más o menos a ritmo de emisión (con unos pocos retrasos aquí y allá) es una tarea complicadísima. Los críticos de televisión, aunque les guste hacerlo, están obligados y les pagan por ello; nosotros lo hacemos por afición. Pero reconoced que, a veces, nos tragamos verdaderos bodrios que no veríamos de otro modo porque, en el fondo, lo consideramos un poco una obligación.
Cada uno lleva su sistema, está claro. Yo no veo ninguna de las series con el sello de aprobación de Shonda Rhimes (no, ni siquiera "Anatomía de Grey", ni cuando aún molaba) porque, simplemente, no me van, pero, ay; como encuentre una de policías con unos protagonistas más o menos interesantes, de esa no me escapo. Prefiero escribir luego sobre algo que me ha entretenido, porque andar poniendo a parir siempre todo lo que ves acaba siendo muy repetitivo. En cuanto empieza a pasarme eso con una serie (y me aburro viéndola), adiós muy buenas.
Parte de esto ha estado inspirado por una discusión que hemos tenido esta tarde en Twitter sobre si era necesario ver "Forbrydelsen" antes de ver su remake, "The Killing". Había quien decía que sí, para poder comparar una y otra, y quien decía que no, que la nueva versión tenía que sostenerse por sí misma. Yo soy más de la segunda opinión si no he visto anteriormente la serie original. Es posible que acabe viéndola más adelante, pero porque me llama la atención por sí misma (y "Forbrydelsen" me llama la atención). Aunque las "normas" están para saltárselas, porque vi el piloto de la "Galáctica" original sólo para compararlo con el de la nueva. Cosas que pasan.
10 abril 2011
Los millones relativos de espectadores
Cada vez que una serie extranjera (sea de la nacionalidad que sea) triunfa en España, enseguida surgen las noticias que hablan del regreso de la ficción británica, o de cómo la "segunda edad de oro" de las series estadounidenses triunfa en España. Es un tema que surge periódicamente, como el Guadiana, y que en realidad no responde exactamente a la realidad y que no es tan sencillo de analizar como puede parecer. "Downton Abbey" ha sido un gran éxito para Antena 3, pero eso no significa automáticamente que la nueva versión de "Arriba y abajo" vaya a serlo también (aunque que sólo el último episodio vaya a emitirse sin el paraguas de la otra serie), o que "Sherlock", que es el otro gran título comprado por la cadena, pueda repetirlo.
Si nos fijamos en las dos series no españolas que mejor han funcionado en los últimos meses en nuestra parrilla, el principal denominador común entre ellas es que no se parecen en nada (en tener toques de culebrón, y ya). Una es "Downton Abbey", y la otra es "Spartacus", en Cuatro, con esa estética de "300" y ese uso de la violencia y el sexo como reclamo que colocó a Starz en el mapa de las cadenas de cable básico que apuestan por la ficción propia. Esta no habría podido funcionar en una cadena más generalista, sospecho. Starz en Estados Unidos no llega a tanta gente, y el principal error al considerar los estrenos de ficción extranjera en España es creer que títulos de éxito relativamente minoritario (en cuanto a número de espectadores) pueden ser un triunfo masivo. No son lo mismo los 10 millones de espectadores que vieron "Downton Abbey" en ITV que el millón escaso, con suerte, que siguió la primera temporada de "Spartacus" en Starz.
Algo parecido podría decirse del fracaso de "The Pacific" en Antena 3. Les honra que se atrevieran a programarla en prime time, aunque lanzarla en jueves contra "Gran reserva" quizás no era lo más adecuado. El debut de la miniserie en la HBO (que es cable premium) fue visto por algo más de tres millones de espectadores; lo suyo es una cuestión más de prestigio que de audiencia. Pero estas cosas son imposibles de predecir. Igual Cuatro, animada por "Spartacus", programa finalmente "True Blood" en prime time y se estrella, y Antena 3 puede convertir el martes en el reducto de las series británicas de época y tener que cambiar de idea a la segunda semana. Uno puede dejarse arrastra por un fenómeno puntual, pero hay que saber las circunstancias alrededor de él para poder hacerse una idea realista de su éxito, y de si puede reeditarse. Eso sí, si esto significa que las cadenas españolas, sean las que sean, empiezan a traerse series británicas, aunque las programen a horas intempestivas, bienvenidas sean.
Música de la semana: Veo que la obsesión por "American Idol" continúa dominando la blogosfera, así que esta semana la elección musical será "That's alright", una canción popularizada por Elvis Presley que cantaron en la última gala.
Si nos fijamos en las dos series no españolas que mejor han funcionado en los últimos meses en nuestra parrilla, el principal denominador común entre ellas es que no se parecen en nada (en tener toques de culebrón, y ya). Una es "Downton Abbey", y la otra es "Spartacus", en Cuatro, con esa estética de "300" y ese uso de la violencia y el sexo como reclamo que colocó a Starz en el mapa de las cadenas de cable básico que apuestan por la ficción propia. Esta no habría podido funcionar en una cadena más generalista, sospecho. Starz en Estados Unidos no llega a tanta gente, y el principal error al considerar los estrenos de ficción extranjera en España es creer que títulos de éxito relativamente minoritario (en cuanto a número de espectadores) pueden ser un triunfo masivo. No son lo mismo los 10 millones de espectadores que vieron "Downton Abbey" en ITV que el millón escaso, con suerte, que siguió la primera temporada de "Spartacus" en Starz.
Algo parecido podría decirse del fracaso de "The Pacific" en Antena 3. Les honra que se atrevieran a programarla en prime time, aunque lanzarla en jueves contra "Gran reserva" quizás no era lo más adecuado. El debut de la miniserie en la HBO (que es cable premium) fue visto por algo más de tres millones de espectadores; lo suyo es una cuestión más de prestigio que de audiencia. Pero estas cosas son imposibles de predecir. Igual Cuatro, animada por "Spartacus", programa finalmente "True Blood" en prime time y se estrella, y Antena 3 puede convertir el martes en el reducto de las series británicas de época y tener que cambiar de idea a la segunda semana. Uno puede dejarse arrastra por un fenómeno puntual, pero hay que saber las circunstancias alrededor de él para poder hacerse una idea realista de su éxito, y de si puede reeditarse. Eso sí, si esto significa que las cadenas españolas, sean las que sean, empiezan a traerse series británicas, aunque las programen a horas intempestivas, bienvenidas sean.
Música de la semana: Veo que la obsesión por "American Idol" continúa dominando la blogosfera, así que esta semana la elección musical será "That's alright", una canción popularizada por Elvis Presley que cantaron en la última gala.
07 abril 2011
Publicidad, embarazos y finales
1.- Muchos directores de cine alternan las películas con otro tipo de trabajos. Unos cuantos se ganan el pan diariamente en la televisión, otros se dedican al mismo tiempo a los videoclips, y otros dirigen también anuncios, en gran parte de marcas deportivas o perfumes. La revista "Empire" ha reunido quince ejemplos especialmente interesantes por ser curiosos, o muy significativos de esos realizadores, o simplemente, de buena calidad. El de arriba de Nike, obra de Alejandro González Iñárritu, no está en la lista (como curiosidad, se dice que fue gafe porque casi todos los jugadores que aparecen en él fracasaron en el Mundial de Sudáfrica), pero sí se incluyen trabajos de Sofia Coppola, David Lynch, Wes Anderson, David Fincher, Ridley Scott (con un célebre anuncio para Apple), Terry Gilliam, Spike Jonze, Michael Mann, Jonathan Glazer, Michel Gondry, Baz Luhrmann, Tony Scott, Guy Ritchie, Neill Blomkamp y John Woo. No penséis que para algunos directores la publicidad es un trabajo menor. Los anuncios de Evax le sirvieron a Isabel Coixet para financiar varias de sus películas.
2.- Parece que el embarazo vuelve a ser contagioso en Hollywood, y yo me voy a divertir otra vez mucho viendo cómo se intenta esconder el bombo de algunas actrices en sus series. La última en hacerlo público es Tina Fey, cuya "30 Rock" ya lidió con el de Jane Krakowski recientemente enviando a Jenna a una clínica de desintoxicación a Minnesota. Hace unas semanas, por otro lado, se supo que Emily Deschanel estaba esperando también su primer hijo, lo que pone a los guionistas de "Bones" ante el dilema de qué hacer con su embarazo. Yo casi que prefiero que lo oculten porque, como he dicho antes, me resulta muy divertido verlas siempre sentadas, o con jarrones delante o siempre encuadradas en un primer plano. No todas las series pueden ser como "Alias" y aprovechar el embarazo de Jennifer Garner para convertir a Sydney en la única espía capaz de patear culos tanto o más que antes con un barrigón de cinco meses. Por cierto, y ya que todos estamos hablando últimamente de "The Killing", su protagonista, Mireille Enos, rodó el piloto preñada de cuatro meses. Los jerseys y los chubasqueros funcionan mejor que las gabardinas de Scully, ¿eh?.
3.- Con el inminente estreno de "Juego de tronos" en HBO, el próximo día 17, se están publicando en Estados Unidos bastantes reportajes y entrevistas sobre el autor de los libros, George R.R. Martin, que publicará además el quinto, "A dance with dragons", en el mes de julio. En muchas de esas piezas se le pregunta a Martin por su notoria lentitud escribiendo y por si ya tienen en mente un final para la saga, y aquí ha surgido, de repente, una polémica que parecía que estaba ya más calmada cuando el escritor ha confesado que le aterra estropear el final o, en sus propias palabras, "hacer un 'Perdidos'". Como os podéis imaginar, Martin fue de los tremendamente decepcionados por el último capítulo de la serie, y su afirmación, más las respuestas de Damon Lindelof a través de Twitter, han servido para que vuelva a traerse a colación el viejo dilema de si los autores de obras de entretenimiento seriales deberían hacer caso de los fans o, por el contrario, sólo de sus propios instintos. Me temo que casi es ya una pregunta retórica.
06 abril 2011
La onda expansiva de un asesinato
Un asesinato es un crimen que no se acaba cuando la víctima deja de respirar. Con esta frase termina la reseña de "Tuned In" de los dos primeros capítulos de "The Killing", la nueva serie de AMC que adapta a la televisión estadounidense la danesa "Forbrydelsen". A lo largo de 13 capítulos vamos a seguir las repercusiones que el asesinato de la joven Rosie Larsen tiene entre sus amigos, su familia, la campaña para alcalde de un concejal que puede estar relacionado con el asunto y los dos policías que lo investigan. La que en teoría es la principal protagonista es la detective Sarah Linden, lista para mudarse a California con su prometido y su hijo casi adolescente, y que empieza a investigar el caso casi por casualidad, pocas horas antes de que salga su avión y más como un modo de ir enseñando a su sustituto en el puesto, un policía con unos peculiares métodos que llega a Homicidios desde Narcóticos.
Este primer acercamiento a la serie nos mete de lleno en una atmósfera lluviosa, gris e inquietante (y también un poco melancólica), y también ha conseguido que yo me haga fan desde el primer momento de Linden, una mujer de pocas palabras que prefiere observar y pensar a hablar de un modo más agresivo y hacer muchas preguntas, como su nuevo compañero. Su intérprete, Mireille Enos (que creo que conoceréis si seguíais "Big Love"), es de las que es capaz de decir mucho simplemente quedándose mirando un campo de hierba, y su palidez y su pelo pajizo van perfectamente con el tono lúgubre de la fotografía (y sus jerseys grandes de lana, heredados de la Sara Lund original). "The Killing" destaca por permitir que las cosas se vayan asentando y los personajes vayan mostrándose poco a poco para que luego las revelaciones tengan más peso, y para que nos hagamos una mejor idea de hasta qué punto la muerte de Rosie afecta, y destroza, las vidas de todos los relacionados con ella.
Inevitablemente, recuerda a "Twin Peaks", a otra serie de AMC, tristemente cancelada, como "Rubicon", a una recomendable serie canadiense llamada "Durham County" y, como decían los críticos estadounidenses, también a la novela negra que llega de Escandinavia. Desde luego, está rodada más a la europea que las típicas series policiacas americanas, y tiene tras de sí a una veterana del género procedimental como Veena Sud, que estuvo cinco temporadas de guionista en "Caso abierto". En algunas entrevistas, Sud afirma que se van a tomar todo el tiempo que sea necesario en presentar el modo en el que el asesinato afecta a la comunidad y, especialmente, a los padres de Rosie, unos estupendos Brent Sexton y Michelle Forbes, porque sólo así los avances en la investigación pueden tener calado verdadero. También señala que han cambiado el final con respecto a "Forbrydelsen" (que, por cierto, en Dinamarca va a tener una tercera temporada, que contará un caso distinto).
De momento, esa heterodoxa pareja de policías apunta muy buenas maneras, y parece que sólo nos estamos asomando a un mundo lleno de secretos sórdidos y de dobles vidas, aún no sabemos si como la de Laura Palmer. La historia de los padres no va a ser fácil de ver, pero también da la sensación que puede ser lo que distinga "The Killing" de otros títulos parecidos. En cuanto me dan una atmósfera bien construida y un detective interesante, yo me trago todas las películas, libros y series sobre investigaciones criminales que me echen, y de momento, esta serie de AMC parece tener algo más que eso.
P.D.: "The Killing" no es una miniserie. Si tiene buena acogida, puede tener una segunda temporada, que me imagino que tendrá a Linden investigando otro caso diferente.
Este primer acercamiento a la serie nos mete de lleno en una atmósfera lluviosa, gris e inquietante (y también un poco melancólica), y también ha conseguido que yo me haga fan desde el primer momento de Linden, una mujer de pocas palabras que prefiere observar y pensar a hablar de un modo más agresivo y hacer muchas preguntas, como su nuevo compañero. Su intérprete, Mireille Enos (que creo que conoceréis si seguíais "Big Love"), es de las que es capaz de decir mucho simplemente quedándose mirando un campo de hierba, y su palidez y su pelo pajizo van perfectamente con el tono lúgubre de la fotografía (y sus jerseys grandes de lana, heredados de la Sara Lund original). "The Killing" destaca por permitir que las cosas se vayan asentando y los personajes vayan mostrándose poco a poco para que luego las revelaciones tengan más peso, y para que nos hagamos una mejor idea de hasta qué punto la muerte de Rosie afecta, y destroza, las vidas de todos los relacionados con ella.
Inevitablemente, recuerda a "Twin Peaks", a otra serie de AMC, tristemente cancelada, como "Rubicon", a una recomendable serie canadiense llamada "Durham County" y, como decían los críticos estadounidenses, también a la novela negra que llega de Escandinavia. Desde luego, está rodada más a la europea que las típicas series policiacas americanas, y tiene tras de sí a una veterana del género procedimental como Veena Sud, que estuvo cinco temporadas de guionista en "Caso abierto". En algunas entrevistas, Sud afirma que se van a tomar todo el tiempo que sea necesario en presentar el modo en el que el asesinato afecta a la comunidad y, especialmente, a los padres de Rosie, unos estupendos Brent Sexton y Michelle Forbes, porque sólo así los avances en la investigación pueden tener calado verdadero. También señala que han cambiado el final con respecto a "Forbrydelsen" (que, por cierto, en Dinamarca va a tener una tercera temporada, que contará un caso distinto).
De momento, esa heterodoxa pareja de policías apunta muy buenas maneras, y parece que sólo nos estamos asomando a un mundo lleno de secretos sórdidos y de dobles vidas, aún no sabemos si como la de Laura Palmer. La historia de los padres no va a ser fácil de ver, pero también da la sensación que puede ser lo que distinga "The Killing" de otros títulos parecidos. En cuanto me dan una atmósfera bien construida y un detective interesante, yo me trago todas las películas, libros y series sobre investigaciones criminales que me echen, y de momento, esta serie de AMC parece tener algo más que eso.
P.D.: "The Killing" no es una miniserie. Si tiene buena acogida, puede tener una segunda temporada, que me imagino que tendrá a Linden investigando otro caso diferente.
05 abril 2011
Tele-momentos
Seguro que todos tenéis ciertas escenas y momentos de vuestras series preferidas que recordáis con cariño y que nunca os cansáis de ver. Puede ser un diálogo, el cierre de una temporada, una canción... Así que vamos a lanzar algo así como un meme en el que vamos a indicar un mínimo de cinco y un máximo de diez momentos seriéfilos que nunca nos cansamos de ver, hasta en YouTube. Las cabeceras, mejor las descartamos, que ya hice una lista así no hace mucho.
1.- "The Wire" (1x04, "Old cases"): La escena más famosa de toda la serie es, probablemente, esta, en la que McNulty y Bunk reconstruyen un asesinato utilizando sólo las fotos de la escena del crimen, una cinta métrica, un rotulador y unas cuantas variaciones de la palabra "fuck".
2.- "Las chicas Gilmore" (1x18, "The third Lorelai"): A estas alturas de la primera temporada, ya sabemos lo rápido que puede hablar Lorelai y lo ingeniosa que puede llegar. Sin embargo, el diálogo con su padre sobre la conferencia por teléfono a Londres es un momento casi insuperable.
3.- "Friends" (5x14, "The one where everybody finds out"): No sé cuántas veces he visto este momento en el que Phoebe descubre que Chandler y Mónica son algo más que amigos, y casi siempre acabo casi llorando de la risa (aquí, en español).
4.- "Expediente X" (2x20, "Humbug"): Este fue el primer episodio en el que la serie se permitió casi burlarse de sí misma y empezar a explotar el potencial cómico de Mulder y Scully. El momento en el que exhuman una patata es un highlight casi mayor.
5.- "Cómo conocí a vuestra madre" (2x09, "Slap bet"): Puede haber cosas peores que tener un pasado en la industria del porno. Que se lo digan a Robin Scherbatsky.
6.- "30 Rock" (4x07, "Dealbreakers Talk Show #0001"): Hay tantos grandes momentos en esta serie que es dificílisimo elegir sólo uno. No obstante, el gag de la cámara de alta definición es uno de los mejores. Sólo falta Alec Baldwin transformándose en su "yo" de "La caza del Octubre Rojo".
7.- "Doctor en Alaska" (2x07, "Slow dance"): El vídeo tiene algunos buenos momentos, pero no el mejor de ese episodio; el del funeral de Rick y el momento en el que el ataúd entra en la inglesia. No es de extrañar que Maggie O'Connell pensara que la perseguía una maldición.
8.- "Glee" (1x13, "Sectionals"): Han hecho muchos números después, algunos más locos y espectaculares que este. Pero todavía no han logrado superar la condición de showstopper de ese "Don't rain on my parade".
9.- "Verónica Mars" (Promo para Comic-Con): Este es trampa, es cierto, pero esta promo que se hizo para la Comic-Con de 2006, tras la segunda temporada de la serie, resume perfectamente por qué Verónica era tan grande.
10.- (añadido tardío) "Doctor Who" (4x10, "Midnight"): Russell T. Davies trufaba la serie de momentos muy divertidos usando fuera de contexto viejas canciones, pero pocos superan el de ese clásico de la Tierra.
P.D.: El vídeo de arriba corresponde a la primera temporada de "Babylon 5". Siempre haré caso a Ivanova.
04 abril 2011
Fantasmas del pasado
Historias de casas encantadas y fantasmas de niños que buscan que los vivos den un cierre a las circunstancias de su muerte hay a montones. Pocas cosas hay que, potencialmente, puedan resultar tan inquietantes como el fantasma de un niño (ved "El espinazo del diablo" si no me creeis, o "Al final de la escalera" y su pelota), pero lo hemos visto ya tantas veces, que hay que hacerlo muy bien para que sea efectivo. La parte que lidia más con las manifestaciones del fantasma de Alice Morgan es la menos lograda de "Marchlands", una miniserie de cinco episodios que entrelaza las historias de tres familias viviendo en la misma casa en tres épocas diferentes. Tenemos a los Bowen en 1968, que pierden a la pequeña Alice en un accidente en el bosque; luego encontramos a los Maynard en 1987, cuya hija pequeña. Amy, tiene una amiga invisible un poco particular, y por último están Mark y Nisha, una joven pareja que está esperando una hija en 2010.
Los aspectos en teoría sobrenaturales de la trama se concentran en las dos últimas subtramas y, especialmente, en la de 1987, que resulta demasiado típica y no consigue funcionar del todo bien. Sin embargo, la sensación de pérdida y el dolor de los Bowen en los 60 sí resulta más interesante, y la presentación entrelazada de las historias de las tres familias es lo más efectivo. Sus tramas discurren casi siempre paralelas en el sentido de que muestran casi las mismas preocupaciones y miedos, y tienen todos que lidiar con secretos y fantasmas de su pasado mucho menos tangibles que el de Alice. De hecho, esa intersección de las líneas temporales de las tres familias es casi lo que más engancha, y eso que las historias de 1968 y 2010 son más drama de personajes que de miedo (hay algún susto, pero no son gran cosa, y en la segunda sí se construye al principio cierta sensación de misterio).
Lo mejor de "Marchlands" es su reparto (Dean Andrews y Alex Kingston deberían tener un spin-off de sus personajes porque son muy divertidos juntos) y cómo ha resucitado con razonable éxito una idea que circuló por las cadenas estadounidenses durante la temporada de pilotos de 2008. Ya comentamos que se trataba de "The Oaks", que tendría que haber sido una serie para Fox, pero que nunca pasó de ese primer capítulo. Viendo la adaptación inglesa, es inevitable preguntarse cómo habrían conseguido en EE.UU. mantener la historia a lo largo de un mínimo de 13 capítulos y, si hubiera sido renovada, cómo se las habrían ingeniado para alargarla en la segunda temporada. A "Marchlands" le beneficia tener sólo cinco episodios, con lo que las partes más débiles (la música demasiado evidente, por ejemplo) no se acentúan tanto como probablemente ocurriría si la estiraran más tiempo.
Alguien me preguntó si, en vista de lo bien que le ha funcionado al canal ITV, no habría segunda temporada, y me temo que no la va a haber. La historia se cierra al término del quinto episodio de un modo bastante definitivo.
Los aspectos en teoría sobrenaturales de la trama se concentran en las dos últimas subtramas y, especialmente, en la de 1987, que resulta demasiado típica y no consigue funcionar del todo bien. Sin embargo, la sensación de pérdida y el dolor de los Bowen en los 60 sí resulta más interesante, y la presentación entrelazada de las historias de las tres familias es lo más efectivo. Sus tramas discurren casi siempre paralelas en el sentido de que muestran casi las mismas preocupaciones y miedos, y tienen todos que lidiar con secretos y fantasmas de su pasado mucho menos tangibles que el de Alice. De hecho, esa intersección de las líneas temporales de las tres familias es casi lo que más engancha, y eso que las historias de 1968 y 2010 son más drama de personajes que de miedo (hay algún susto, pero no son gran cosa, y en la segunda sí se construye al principio cierta sensación de misterio).
Lo mejor de "Marchlands" es su reparto (Dean Andrews y Alex Kingston deberían tener un spin-off de sus personajes porque son muy divertidos juntos) y cómo ha resucitado con razonable éxito una idea que circuló por las cadenas estadounidenses durante la temporada de pilotos de 2008. Ya comentamos que se trataba de "The Oaks", que tendría que haber sido una serie para Fox, pero que nunca pasó de ese primer capítulo. Viendo la adaptación inglesa, es inevitable preguntarse cómo habrían conseguido en EE.UU. mantener la historia a lo largo de un mínimo de 13 capítulos y, si hubiera sido renovada, cómo se las habrían ingeniado para alargarla en la segunda temporada. A "Marchlands" le beneficia tener sólo cinco episodios, con lo que las partes más débiles (la música demasiado evidente, por ejemplo) no se acentúan tanto como probablemente ocurriría si la estiraran más tiempo.
Alguien me preguntó si, en vista de lo bien que le ha funcionado al canal ITV, no habría segunda temporada, y me temo que no la va a haber. La historia se cierra al término del quinto episodio de un modo bastante definitivo.
03 abril 2011
El ego, el dinero y el arte
Hay series que no veo pero sobre las que me gusta leer, como "Mad Men (lo sé, lo sé, pero ya tengo la primera temporada lista para empezarla). Me interesa mucho, especialmente, la fascinación que hay en Estados Unidos con la serie, y cómo las largas y complicadas negociaciones para su renovación por una quinta temporada han tenido en vilo a casi todos los críticos en las últimas semanas. No hace mucho comentamos que tanto drama obligaba a la quinta temporada de la serie a aplazarse hasta el año que viene (se habla de marzo), y ha dejado además algunas discusiones interesantes sobre el negocio de la televisión, la integridad artística de los creadores y la visión de una serie como una obra de arte o un producto mercantil (o ambas cosas a la vez). Por Twitter, hace unos días, tuvimos precisamente una de esas discusiones dos grandes fans de la serie, como @enclavedecine y @serieina_felipe, y yo, y salieron a relucir algunas de esas cuestiones.
Por ejemplo, a nadie se le escapa que, sin "Mad Men", AMC no estaría dónde está ahora y seguiría siendo un canal de cine cuyo mayor éxito es el ciclo de películas de terror que programa en Halloween. La serie (que rescataron después de que otros canales, incluida HBO, la hubieran rechazado) les ha dado prestigio y visibilidad, aunque la audiencia nunca haya ido a la par con su buena estima entre la crítica. El debut de la cuarta temporada, el pasado verano, fue el capítulo más visto en la historia de la serie, con casi tres millones de espectadores, lo que está bastante bien, pero palidece frente a los más de cinco millones que vieron "True Blood" unas semanas más tarde, o los ocho que siguieron las peripecias de Brenda Johnson en "The Closer". En la lista de las series más vistas en el cable básico el año pasado, "Rizzoli & Isles" es la primera, y el primer título de AMC es "The Walking Dead", la quinta. "Mad Men" ni siquiera entra en los 20 primeros puestos.
La liga en la que juegan los publicitarios de Madison Avenue es otra, es cierto; es la de los Emmys, los elogios y la respetabilidad, pero eso puede a veces traer complicaciones cuando hay que hablar de números, que es lo que se acaba haciendo cada vez que se negocia la renovación de una serie. Los escollos que siempre se encuentra "Mad Men" por el camino son las pretensiones de la cadena de ganar dinero con la serie (recordemos que no la producen ellos, sino Lionsgate) y la pelea de su creador, Matthew Weiner, por mantenerla de acuerdo a su visión y, de paso, verse reconocido monetariamente por haber sacado a AMC de la oscuridad del cable básico. Así, el canal quería integrar más product placement, recortar los capítulos para poder incluir más anuncios y reducir el reparto en dos actores para ahorrar un millón y medio de dólares en gastos, peticiones a las que Weiner se negaba. Hasta llegó a afirmar que sentía que pretendían cambiar la serie por completo y que lo único que él quería era seguir haciéndola como hasta ahora. Después de mucho y tira y afloja, no obstante, el guionista se salió con la suya. Sólo cedió en la duración de los episodios y, además, le pagarán 30 millones de dólares por hacer tres temporadas más, con las que, posiblemente, terminaría la historia de Don Draper.
Sin saber exactamente qué ha pasado en esas negociaciones, ni los detalles de la producción del programa, da la sensación que es un error señalar a unos como "malos" y a otros como mártires de la integridad artística. Cada episodio de "Mad Men" cuesta entre dos y dos millones y medio de dólares, pero sus ingresos publicitarios no eran especialmente cuantiosos. El pasado verano se publicó un artículo que apuntaba a la serie como la exponente de un nuevo modo de hacer televisión, más dependiente de ventas internacionales y de contenidos digitales que de los ingresos por publicidad, ya que la tercera temporada, emitida en 2009, sólo recaudó un poco menos de dos millones de dólares, lo que contrasta con los 280.000 que costaba un anuncio de 30 segundos en "24". No es extraño que AMC eche cuentas y llegue un momento en el que empiece a plantearse que la serie le cuesta mucho para la audiencia que tiene, por mucho prestigio que le dé. La HBO canceló "Deadwood" en la tercera temporada exactamente por esa razón.
Por otro lado, Weiner es, claramente, la fuerza creativa detrás de "Mad Men", alguien que vigila muy de cerca su marcha y que escribe o co-escribe casi todos los episodios, y que protege la integridad de la serie hasta extremos a veces un poco exagerados, como le ocurrió el verano pasado con algunos spoilers. A veces parece tener un ego muy saneado, y aunque afirma que él no vende el alma artística de la serie, es uno de los showrunners mejor pagados de la televisión estadounidense ahora mismo, y su postura en las negociaciones con AMC le ha granjeado alguna que otra crítica de otros colegas de profesión, como Damon Lindelof o Kurt Sutter, que resumía bien esta dicotomía diciendo en Twitter que "no puedes pedirle a una cadena 10 millones y luego quejarte porque quieren ampliar sus ingresos publicitarios. Puta o santo, elige una". La televisión puede ser arte, pero no creo que sea realista olvidar que es un negocio que mueve muchos millones de dólares. Y nadie está libre de culpa cuando se negocia semejante cantidad de dinero.
Música de la semana: Seguro que habéis oído por todas partes a la que proclaman nueva reina del soul, la británica Adele, que está arrasando a unos niveles sólo vistos antes con Amy Winehouse. El primer single de su nuevo disco, "Rolling in the deep", ha aparecido hasta en el trailer de la película "Soy el número cuatro".
Por ejemplo, a nadie se le escapa que, sin "Mad Men", AMC no estaría dónde está ahora y seguiría siendo un canal de cine cuyo mayor éxito es el ciclo de películas de terror que programa en Halloween. La serie (que rescataron después de que otros canales, incluida HBO, la hubieran rechazado) les ha dado prestigio y visibilidad, aunque la audiencia nunca haya ido a la par con su buena estima entre la crítica. El debut de la cuarta temporada, el pasado verano, fue el capítulo más visto en la historia de la serie, con casi tres millones de espectadores, lo que está bastante bien, pero palidece frente a los más de cinco millones que vieron "True Blood" unas semanas más tarde, o los ocho que siguieron las peripecias de Brenda Johnson en "The Closer". En la lista de las series más vistas en el cable básico el año pasado, "Rizzoli & Isles" es la primera, y el primer título de AMC es "The Walking Dead", la quinta. "Mad Men" ni siquiera entra en los 20 primeros puestos.
La liga en la que juegan los publicitarios de Madison Avenue es otra, es cierto; es la de los Emmys, los elogios y la respetabilidad, pero eso puede a veces traer complicaciones cuando hay que hablar de números, que es lo que se acaba haciendo cada vez que se negocia la renovación de una serie. Los escollos que siempre se encuentra "Mad Men" por el camino son las pretensiones de la cadena de ganar dinero con la serie (recordemos que no la producen ellos, sino Lionsgate) y la pelea de su creador, Matthew Weiner, por mantenerla de acuerdo a su visión y, de paso, verse reconocido monetariamente por haber sacado a AMC de la oscuridad del cable básico. Así, el canal quería integrar más product placement, recortar los capítulos para poder incluir más anuncios y reducir el reparto en dos actores para ahorrar un millón y medio de dólares en gastos, peticiones a las que Weiner se negaba. Hasta llegó a afirmar que sentía que pretendían cambiar la serie por completo y que lo único que él quería era seguir haciéndola como hasta ahora. Después de mucho y tira y afloja, no obstante, el guionista se salió con la suya. Sólo cedió en la duración de los episodios y, además, le pagarán 30 millones de dólares por hacer tres temporadas más, con las que, posiblemente, terminaría la historia de Don Draper.
Sin saber exactamente qué ha pasado en esas negociaciones, ni los detalles de la producción del programa, da la sensación que es un error señalar a unos como "malos" y a otros como mártires de la integridad artística. Cada episodio de "Mad Men" cuesta entre dos y dos millones y medio de dólares, pero sus ingresos publicitarios no eran especialmente cuantiosos. El pasado verano se publicó un artículo que apuntaba a la serie como la exponente de un nuevo modo de hacer televisión, más dependiente de ventas internacionales y de contenidos digitales que de los ingresos por publicidad, ya que la tercera temporada, emitida en 2009, sólo recaudó un poco menos de dos millones de dólares, lo que contrasta con los 280.000 que costaba un anuncio de 30 segundos en "24". No es extraño que AMC eche cuentas y llegue un momento en el que empiece a plantearse que la serie le cuesta mucho para la audiencia que tiene, por mucho prestigio que le dé. La HBO canceló "Deadwood" en la tercera temporada exactamente por esa razón.
Por otro lado, Weiner es, claramente, la fuerza creativa detrás de "Mad Men", alguien que vigila muy de cerca su marcha y que escribe o co-escribe casi todos los episodios, y que protege la integridad de la serie hasta extremos a veces un poco exagerados, como le ocurrió el verano pasado con algunos spoilers. A veces parece tener un ego muy saneado, y aunque afirma que él no vende el alma artística de la serie, es uno de los showrunners mejor pagados de la televisión estadounidense ahora mismo, y su postura en las negociaciones con AMC le ha granjeado alguna que otra crítica de otros colegas de profesión, como Damon Lindelof o Kurt Sutter, que resumía bien esta dicotomía diciendo en Twitter que "no puedes pedirle a una cadena 10 millones y luego quejarte porque quieren ampliar sus ingresos publicitarios. Puta o santo, elige una". La televisión puede ser arte, pero no creo que sea realista olvidar que es un negocio que mueve muchos millones de dólares. Y nadie está libre de culpa cuando se negocia semejante cantidad de dinero.
Música de la semana: Seguro que habéis oído por todas partes a la que proclaman nueva reina del soul, la británica Adele, que está arrasando a unos niveles sólo vistos antes con Amy Winehouse. El primer single de su nuevo disco, "Rolling in the deep", ha aparecido hasta en el trailer de la película "Soy el número cuatro".
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