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Tuvimos un mosaico de estados meteorológicos completo… Pasamos del sol que nos acompañaba al salir de Almería, a las nubes cerradas y negras que oscurecieron el cielo hasta dar miedo. No llovió mucho, pero lo justo para que, como veis en la foto (tomada con el móvil y, a través del cristal delantero del coche) un Arco Iris precioso nos acompañara durante un trecho, jugando a aparecer y desaparecer entre montes y nubarrones, e incluso en algún momento hacernos el puente para que pasáramos por debajo…
Pero la diversión se acabó y dio paso a un paraje fantasmagóricamente blanco, mezcla de nieve y niebla que apenas nos dejaba ver el coche de delante…
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Cuando la niebla se disipó un rayo escapado de entre el manto de nubes negras se reflejaba en las cumbres tapizadas de blanco de las montañas más bajas de Sierra Nevada y, un fuerte contraste blanco y negro nos cegaba cuando dirigías la vista hacia la luz…
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En Granada chispeaba y la temperatura era de 3 grados…
Cuando llegamos a Almería, ya de vuelta, el sol y los 16 grados que nos esperaban allí, nos dieron la bienvenida y nos hacían preguntarnos si las incidencias meteorológicas de la mañana no habrían sido sólo un espejismo…
Pero quedaron las fotos…
¿Os podéis imaginar lo que eché de menos el no haber llevado la cámara?
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