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viernes, 25 de diciembre de 2015

Que nos quiten lo bailao!!!!



Uno no puede decir muchas cosas nuevas sobre las Navidades. Está todo dicho. Desde los que la elogian como una época de fraternidad a los que la critican por su hipocresía. Los que la disfrutan como una fiesta donde uno va de farra en farra a los que la viven en su fundamento religioso. Los que descorchan champán, a los que no les llega apara celebrarla, los que añoran a los seres queridos que faltan...

Cada uno barre para dentro sus Navidades.

Yo, repaso el año.

No soy muy original, claro, es lo que se suele hacer cuando en unos días el calendario pasa página.

2015 ha sido muy especial. Y he llegado a la recta final casi exhausto. Criar a un niño es la experiencia más desafiante que jamás he realizado. Mi respeto ya había prendido con aquellos que tenían hijos, y si cabe, la admiración que ya profesaba por las que con cierta altanería a veces llamamos "amas de casa", ha engordado hasta límites insospechados.

Los tiempos cambian, gracias a Dios, y por ahí poco a poco se van viendo más "amos de casa". Aunque para ser precisos, en nuestro caso, mi señora y yo lo gestionamos en equipo. Ese es nuestro espíritu y así lo entendemos.

Orión se lo ha pasado de puta madre, creo.

Y en cierto modo quería aprovechar estas fechas tan señaladas para dar las gracias: a estos que veis en la foto y a alguno que falta.

Sin ellos este año habría sido muy duro.

Son nuestra pandilla.

En estos doce meses hemos compartido toneladas de horas en los playgroups, en el parque, en la biblioteca, de paseo, en un café y sobretodo nos hemos apoyado y divertido.

El azar, y un poco de mala leche del destino, han dibujado un Diciembre un poco triste. Nuestro clan se ha dispersado. La vida los ha lanzado a distintos sitios. Unos regresan a España, otros empiezan guardería, unos se van a vivir debajo del río y otros a buscarse las habichuelas a Estambul...

Sin ellos no va a ser lo mismo.

Y de entre ese grupo, a los que yo creo Orión más va a añorar son a estos tres pistoleros.



Lawrence, Valentino y Marc. Sus tres primeros amigos. Los que la ventura les hizo emigrar el mismo día, un 15 de Diciembre umbrío de los que suele hacer por aquí. ¿Cuántas posibilidades para que eso ocurra?

Era verlos y a mi hijo se le iluminaba la cara, ponían el piloto automático, y la tarde, o la mañana o el rato que fuera se pasaban en un suspiro.

Yo también los voy a echar mucho de menos. Por ellos mismos. También porque en su compañía Orion se olvidaba de las mil gilipolleces que se conciben dentro su mente de niño diseñadas para putear su padre.

Ha sido un privilegio, un placer, compartir con todos ellos este maravilloso año. Y comprobar como,  incluso desde muy pequeño, se van cimentando las bases de la amistad. Una amistad pura y honesta, privada de falsedades e imposturas, como la amistad debería siempre ser.

Durante el último mes Orión intensificó sus horas de juego con Lawrence, así que un servidor pudo reunir material suficiente para juntarlo en tres minutejos. Ahí os dejo el video. Quizás viéndolo, entendáis mejor de lo que estoy hablando.


L&O from calvanki on Vimeo.

Muchas gracias, pandilla. Os vamos a echar mucho de menos...

...pero...

QUE NOS QUITEN LO BAILAO!!!!

La vida hay que disfrutarla a tope, exprimirla con la generosidad de quién sabe lo que vendrá mañana. Un abrazo fuerte a todos.

Y por supuesto, feliz Navidad, año nuevo y fiestas para ustedes y todos los demás!!!


miércoles, 4 de marzo de 2015

A walkabout


Un walkabout es como se conoce al rito iniciático de los aborígenes Australianos. Más o menos consiste en tirarse unos meses en el desierto sin más compañía que la propia, dando paseos pa arriba y pa abajo. Cuando lo finalizas, te has convertido en un hombre.

Los Walkabouts son también una cadena de pubs australianos a la conquista del mundo. Suelen tener pantallas grandes donde retransmiten cualquier evento deportivo que pueda reunir a un puñado de gente a beber cerveza. Yo he acabado alguna vez intoxicado en alguno de ellos. Y recuerdo especialmente uno cerca de Cambrigde Circus, testigo de mis primeros pasos londinenses, cuyo edificio era una antigua Iglesia.

Este fue el primer viaje de muchos otros venideros de Orión a su tierra. Y ahí podéis juzgar por el video como se lo pasó el lobito!!!


A walk about!!! from calvanki on Vimeo.


miércoles, 19 de marzo de 2014

Día del Padre




Parece ser que lo del día del padre en San José, padrastro de Jesús, fue idea de una maestra, y en los años cincuenta Galerías Preciados impulsó el concepto con anuncios en gacetillas y radio. De entonces hasta hoy, donde he recibido una felicitación digital en la que una foto recortada del careto de un servidor se le ha puesto a un rapero moviendo el esqueleto y una lamparita minúscula para que cuando a la noche me de por leer en la cama no toque demasiado los huevos

Sì, este año es mi primer día del padre. Llevo más o menos unos cuatro meses siéndolos. Y he de decir que esto es la ostia en verso.

Orión, al que veis en la foto, ha aprendido a sacar la lengua a su antojo, así que ahora se tira medio día con el trajín de lengua fuera, lengua dentro. Es un tópico decirlo, pero es que es tan verdad como una catedral: cada día aprendes algo nuevo. Tú y él.

Es increíble como te cambia la vida cuando un bichejo de no más de ocho quilos berrea porque ya pasa del carrito y prefiere ir en tus brazos, o de repente suelta una "shitstorm" que te hace gastar medio paquete de toallitas, o le da por robarte las llaves y metérsela en la boca o se cubre la cara con su pañuelo favorito porque eso le ayuda a dormir.

Y ahí estamos los dos, creciendo.

Hoy hacemos tour por la isla, que tenemos visita, y ya veremos con qué diablura nos sorprende.

Un saludo a ustedes, padres, por el aventura más bonita y difícil de todas.

Feliz día de San José.


martes, 31 de diciembre de 2013

5 minutos más...




No son cinco minutos lo que quedan para la cuenta atrás, como en la canción de Mecano, sino que son algunos más; pero en este blog nunca fuimos muy picajosos.

Este fue un año convulso. Es la primera vez que me moví de continente, aunque habiendo estado en las Canarias más de en una ocasión, técnicamente esa afirmación es falaz, lo que si es seguro que fue la primera que crucé el ecuador. Fue en Australia cuando casi que empezó mi 2014. Luego dejé de fumar, que tras veinte años no es moco de pavo, mi mujer se quedó preñada y personalizándolo, la preñé yo. Nos casamos. He dejado mi curro de los últimos casi cuatro años y una ciudad alucinante donde siempre me sentí como pez en el agua. Y a la mudanza de países se le ha sumado también que tengo un pequeño ser que depende completamente de mí, aunque ahora sobretodo lo haga de las tetas de su madre.

Un año movidito donde los haya. Que pena que no culminase con la lotería de Navidad.

Así el 2013 se ha ido volando. Y haciendo gala de una falta de originalidad glotona, porque si fuéramos originales en esta fecha publicaríamos un artículo sobre la dieta de los orangutanes de la isla de Borneo, no sólo es que vaya a hacer balance de los últimos 365 días, sino que voy en seguida a relatar mis propósitos de año nuevo.

Que son: terminar la novela con la que ando liado, que no es la que quería escribir, porque con esa en un acto de o humildad o cobardía, me di cuenta que mis habilidades no daban -aún- para ejecutar lo que tenía en mente. Bajar unos kilos y hacer una media maratón -que implica ponerse en forma-. Por lo menos ya no tengo que dejar de fumar, aunque sí mantenerme abstemio de nicotina. Ayudar a mi señora esposa a que aprenda la lengua predominante en la península ibérica y lanzar de una vez 4meridianos -que espero pronto descubráis qué es-, cocinar mucho y seguir poniendo adoquines en el camino de la felicidad. Pero sobretodo en el 2014, sobretodo, sobretodo, deseo convertirme en un buen padre.

¿Cuáles son los tuyos?

...

Pd: ah... y ojalá que España gane otra vez el Mundial!!!


miércoles, 25 de diciembre de 2013

Feliz Navidad


Hay millones de personas que creen que hace exactamente dos mil trece años nació un niño en lo que hoy sería una chabola.

El futuro le deparaba a ese chiquillo una vida ajetreada.

A unos le llaman orejón, negro, cabeza, abejorro, en el colegio... a este le pusieron "hijo de Dios". Y pa empezar le visitaron tres Reyes que se recorrieron medio mundo en camello y en aquella no había farmacias en cada esquina con crema para las almorranas.

El chiquillo se hizo hombre y en una época hippie se fue al desierto a meditar, a encontrarse y tal. Dicen que se tiró cuarenta días. Se quedó muy canijo.

La lío en plan yéndose a los templos y liándola parda. Entonces no había antidisturbios, pero las porras eran las mismas. No se quedó callado.

Dicen que hizo milagros, pero yo más bien pienso que era un genio de la logística y que sabía dar buenas fiestas.

Se buscó un equipo de trabajo y con un marketing muy rudimentario fue propagando lo que bautizó como "su palabra",  intentando que la gente pensara de otra manera, repitiendo mucho la palabra amor.

Luego murió. Y bueno, supongo que más o menos todo el mundo se hace una idea de toda la parafernalia, cada año la Semana Santa trata de que no lo olvidemos.

Millones creen en eso.

Y creas en él o no, hoy más o menos todos celebramos su natalicio. Nos juntamos, nos acordamos de los nuestros. Es un tiempo para abrazar, para quererse, para recordar. Por eso en muchas familias la Navidad duele, cuando de repente falta un ser querido. Algunos tratan de que les sea indiferente.

Pero es, sin duda alguna, una época diferente regido por otras reglas.

A mi cada año me gusta más.

Y me da que irá a peor.

Todo empezó con ese niño al que millones creen que lo cambió todo, aunque me temo, por desgracia, que muchos todavía no le han pillado.

Ojalá algún día lo hagan.

¡¡¡Brindo por todos y feliz navidad!!!

viernes, 20 de diciembre de 2013

Some words that I couldn´t say at the right time.





When I have to train someone new, someone who want a job to pay for the roof over their head and some pints or pay the bills and the university books, I always tell them two things.

First that we really look at the attitude, the personality, because we are like a family, and it is very important keep a good environment at work. Why do I say “good” when it is “awesome”? We spend a big portion of our life here, so it´s much better if we get nice people, ready to help and have fun, not drama queens that are complaining about every little obstacle.

Second, that our job consists of an exchange of energies. And giving good energy to the customers, they give you the same positive energy back and we create spirals of good moods. So our workplace becomes a storm of amazingness, creating fields of good energy. Sometimes we look like a all-bran, full of fiber, tv advertisement.

After that I do my best to make them understand how we work and the mechanisms to make our tables happy and deliver the Itsu standards, like the damn red light. That takes one or two weeks, three if you are Italian; it is not a very difficult job, and everybody gets it in the end. That is the easy part.

If you have the two first things, all goes smoothly. But unfortunately they are not teachable. At least not teachable at this point in our lives, with all the hair completely grown. This is the difficult part.

That´s why in this Canary Island adventure I will miss those people who make my going to work a nice moment of the day, those who when I arrive at work receive me with a welcoming smile or a funny joke. Those ones that it was a pleasure work with, in all the different seasons and different teams, from front and back of house, that have came along during my time over there.

I remember one of those courses that we had to pass in the head office. The speaker told us that one of the best things to work for this company, if not the best, is that we will meet people from all over the world and with some of them we will create strong laces of friendship and besides that we will be able to look at the globe and see how we have an acquaintance in every corner of the map. That´s true and I keep a very alive memory of everybody who I have worked with since my discovery day in the first week of March 2010, after meet five general managers, and about 150 people coming and going.

Some of them I can call friends, some of them are even Italians.

And I feel that I was very fortunate guy sharing that time with you guys!!! I have learnt from all of you, I have had fun, I have had arguments that we have always fixed and I was truly happy in that daily challenge to make people not only savour the taste of our food but have fun with us too, and I will keep all those moments and anecdotes in my heart.

And let me guys ask you a big favour. Please, keep that magic that makes Itsu Notting Hill an amazing place to work, to spend those hours which pay our lives there. Take care of your colleagues, be generous, be nice with those unbelievable managers who only make your life easier... just please be just as you are. I know that sometimes it´s hard, when you have a rota with thousands of hours, or those crazy busy moments where it looks like every single person in London wants crispy chilly squid or when you have a file of customers asking for special requests such as prawn tempura without the leaf and a bit spicy but not the sauce it comes with or those who order the drinks and when you deliver them ask for some tap water and when you deliver them ask for some lemon on it and when you deliver them request some ginger on the side etc... I know, sometimes it can be very hard, especially if you are... Italian. But guys, italians and not italians, be happy, at the end of the day the worse thing that can happens is that you deliver a chicken teriyaki late or drop a glass of Sauvignon on a girl who just had her curls done... nobody will die.

And most importantly: ENJOY!!!

And I guess I´m not talking about anything that you don´t know. 

I hope to come back soon and for the current team, front of house, back of house and four managers musketeers, mainly I´m writing these words because I want to give you a huge THANKS for sharing with me the last almost four years of my life. And also a thanks from my wife and little Orión: you can see in the picture the present you buy with the money you collected.. a pram which is taking away his Dad´s back pain from carrying the little heavy Orión in a sling. In the picture you see little Guapo a bit angry... but don´t take it personally, after the photo we discovered that he was full of shit.

ALL THE BEST!!!

Ps: And I hope someone from the front of the house will be brave enough to cook something in one of the coming Fridays!

viernes, 15 de noviembre de 2013

Orión (Ohreeon)




El día amaneció con contracciones, el mismo día en que cogí un avión para venir a Londres cinco años atrás. Me dije "no, eso va a ser demasiada coincidencia"

I thought it was going to be another annoying day of fake contractions, because I figured like his father he was taking every opportunity to sleep confortably for as long as possible.

El embarazo había ido sobre ruedas, ningún susto, ningún molesto capricho que atender a altas horas de la madrugada... vaya que me pensaba yo que eso de dar a luz era como ir a tomar un helado a la plaza del pueblo en una noche de verano, con brisita marina.

When we arrived at the hospital I thought I was at the end of my pain threshold but it was just the beginning. Twenty two hours that began as smooth tickley pains and ended as the gates of hell before the sweet relief of Mr Epidural

Hubo un momento que ya la cosa se puso en plan película gore, latex, tenazas, tijeras mastodónticas y sangre, mucha sangre. Vamos, que lo del helado con brisa marina como que no.

All my pain was gone for the moment and I watched Alvaro dancing around the theatre and making sure that everything was in order. They carried a baby to a table and I waited an eternity to hear the words "it´s a boy"

(Sólo espero treinta segundos, o veintinueve)

Orión Plaza Wallis.

Nacido el 6 de Noviembre de 2013, a las 4:10 am, 3,756 kg.

And we can see that he is ready to take on the world.

  Orión from calvanki on Vimeo.



sábado, 5 de octubre de 2013

Las manzanas del cabrero.


Eran allá los 60´, donde dicen que cambió todo, los beatles desencadenaban la mitomanía, a un católico guaperas le volaban la tapa de los sesos en Dallas, Mao dijo que los chinos iban a remar todos a una, hubo un Mayo donde los que ahora fabrican las injusticias lanzaban entonces piedras a la policía. Los sesenta alumbraron a un tal Malcon y a un tal Luther que les dijeron al mundo que la sangre corre igual de roja por todas las venas, poniendo la suyas como prueba. En esa década el amigo Yuri fue el primer humano que vio el globo más grande y bello que cualquier ojo humano jamás haya divisado. Estos años fueron Woodstock, la luna, el escarabajo, el Ché, son je táime... moi non plus, el teléfono rojo, los albores de los Monty Phyton, son el "Apartamento", "Psicosis", el "Verdugo" y "el bueno, el feo y el malo", son los hippies, campanas, el amor libre y "Rayuela", es el "martini agitado, no revuelto" y los Picapiedra. Lo sesenta son una España gris y unas manzanas de un cabrero.

Un cabrero que era un niño que no sabía leer.

Y que robaba unas manzanas del huerto de su padre, regordetas, jugosas, con la primavera comprimidas en ellas, unas manzanas que ya ni se ven, y las intercambiaba por unas clases para aprender a leer.

Mi madre se comió esas manzanas. Y allí, en Asturias, un verano en los sesentas, descubrió su pasión.

Mi madre es una de esas personas afortunadas que pueden decir bien alto que se ha dedicado a aquello que les removía el alma. Hoy, ella, se ha jubilado.

Treinta y siete años de oficio, cotizando, desde que a los veintitrés se sacó una oposición; pero desde los 15 o 16 jalonando, dando clases particulares, o en la privada y todo comenzó un verano con unas manzanas, en la década donde dicen que todo cambió.

La mayor parte de su vida se la dedicó a un barrio. Un barrio con salero, de esos a los que eufemísticamente se les tilda como desfavorecidos; como si los barrios eligieran que viento les sopla. Y ahí dedicó un buen racimo de años a esos más de quinientos niños que por sus manos pasaron. Con todos persiguió el mismo propósito, más allá de que entendieran la tabla de multiplicar o de que memorizaran que las esdrújulas siempre llevan tilde, les ayudó a convertirse en personas, en buenas personas. Con el tiempo alguno de sus alumnos fueron padres o madres y la confiaban de nuevo a sus retoños y ella misma se sentía así un poco abuela.

En Rabesa se la quería, y yo lo sé de sobra por una anécdota. No sé, tendría dieciséis o diecisiete o así y andaba por la noche con una litrona, en esa época donde te crees el dueño y señor del mundo y que todos están equivocados menos tú. En esto que te metes en pelea y en esto que te van a dar una buena somanta palos por gilipollas y por ahí se oye a uno susurrar "¡coño, que es el hijo de la señorita Claudia!" y esa etiqueta te salva, y de repente te dejan, y gracias a ella vuelves esa noche casi inmaculado a tu cama. Como castellana a la que nunca se le quitó el acento, nacida en Tudela de Navarra casi por error y criada en León, a mi madre nunca se le pasó por la cabeza abandonar esa bandera que con tanto orgullo ondeaba: ella era Rabesera.

Los recuerdos se me agolpan: peleándose con el ordenador porque vio desde muy temprano que aquella herramienta lo iba a cambiar todo, domingos corrigiendo o preparando clases, vete a recoger esas fotocopias para mis niños, voy a comprar una corchetera para mi clase, unos bocadillos de sobra para la excursión pa que nadie se quede con hambre y esas horas de fatiga interminable achicando burocracia cuando era directora y así los días, semanas, meses y años que también se debía el empeño de educarnos, a su hija y a mí.

En el otoño de su vida tuvo sus reconocimientos y medallas, eventos que encajaba mal porque fue siempre uno de esos bichos raros que toman las riendas, asumen responsabilidades, y arriesgan pero que cuando los focos la alumbraban se incomoda y encoge, sintiéndose como pez fuera del agua. Yo me perdí esos homenajes porque ya estaba en Londres a puñetazos con el inglés.

Ahora la ha tocado retirarse, en un colegio extraño, en el que apenas anduvo un mes, donde sus nuevos compañeros casi que no han tenido ni un pellizco de esta mujer. en una tierra cálida y mágica, en los márgenes del tiempo. Allí en Lanzarote persiguiendo el verano perpetuo, en esta nueva aventura y cerca de su niña espero que sepa que sus hijos están y han estado muy orgullosos de ella y hablando por mi hermana y por mí (Didi, creo que no estarás en desacuerdo) nuestra madre es que es la puta ostia en verso, ¡pa que os vamos a engañar!

Ella es una afortunada. Una de esas personas que eligen ser felices.

Desde aquel verano es Asturias.

Desde aquellas manzanas.

Desde aquel cabrero al que por primera vez enseñó a leer.

En esa década que lo cambió todo.

Mi madre es maestra.





Un beso mamá.

Porque el amor siempre fue lo que tú en verdad enseñabas.


martes, 6 de agosto de 2013

Un garbeo por Gante




Hace un tiempito estos amigos se mudaron a Bélgica, a la parte flamenca, allí donde hablan holandés, el país de las papas fritas.

Ya se les debía una visitilla, y no es que me hiciera de rogar, es que el año está siendo algo más ajetreado de lo esperado.

Además de verlos y que me enseñasen su mundo, es que yo quería estar un rato con ella. La Martita, mi vecina, mi amiga.

También me tope con la hermana, la pequeña, la que hasta hace ná era una niña; y la tía está ahí que lo va a romper en Barcelona.

Me gustó comprobar que el Dani sigue igual de "grande" que siempre, y aunque no le llevara un "pato" sabe que se lo pagaré con una pinta, más pronto que tarde.

Y descubrí con placer a sus amigos, aunque me faltan un par importantes, me fui de allí con la confirmación de la regla de que la güena gente se aglutinan allí donde vayan.

Fueron un puñado de días guapos, determinados por una primera noche como las de antes, de juerga total y recogida al alba. Y luego vinieron paseos, charlas con cervecitas, olvidos en un restaurante Griego, mucho helado y para culminar, gazpacho, tortilla española y empanada argentina.

Así me volví en el tren, con una sonrisa que todavía no se ha borrado, porque uno sabe y con los años aún más, que amigos así son el verdadero tesoro.

Martita, gracias, como siempre.




miércoles, 17 de julio de 2013

Dando vueltas por Londres.


Este viernes pasado me fui a trabajar más cansado de lo habitual, la razón ahí abajo



Gracias family, fue un placer dar vueltas por Londres y hacer de pastor de un revoltoso rebaño.

La próxima vez ¡¡¡vamos al barco!!!


domingo, 26 de mayo de 2013

Historias de Londres


“Historias de Londres” es uno de esos libros, de los pocos, que les guardas apega como objeto. Es por eso que su legítimo dueño ha tenido que esbozar un astuto plan para que no me cupiera más vergüenza, para que de una vez por todas venciera mi trasnochado fetichismo y no me fuera posible no devolvérselo. Por eso que me prepongo leérselo a mi hijo.

Entre las crónicas que Enric Gonzalez, como corresponsal, mandaba desde Londres se fueron colando su vida y un creciente enamoramiento por la ciudad que le acogía. Los supo plasmar con un estilo cálido en las que las palabras te envuelven como el calor de la chimenea de una de esas casas victorianas de Holland Park te protegían contra el invierno, en un tiempo de chisteras, chelines, y coches a caballos.

Londres se derrama en la prosa de Gonzalez, y en su prosa Londres rebosa.

Mariano, mi amigo, en las orillas del viaje que íbamos a emprender a la antaño capital de un Imperio, se compró el libro, y ambos lo leímos. Los dados nos colocaron en el West, donde las hordas de inmigrantes polacos establecieron sus destinos, el barrio cuyo nombre había tomado una productora cinematográfica que le había dado perlas a la historia de la comedia más de cincuenta años atrás, “The man in the white suit”, “the ladykillers” “The Golden cage” pueden alegraros cualquier tarde de domingo... aquello era Ealing y la calle Lothair.

Varias mudanzas, aventuras, chaparrones, y muchas tazas de Earl Grey después, Mariano se marchó de Hammersmith, de la casa del 10 de Mylne Close, con sus cajas, su maleta, y sin su libro. Enric González y sus historias se quedaron atrás, conmigo.

En la vida siempre hay días de inventarios, en los que pasas lista, y te das cuenta de lo que te falta, de lo que ya perdiste y de lo que puedes recuperar. Mariano pensó que “Historias de Londres” era recuperable y en ese empeño se puso desde el primer minuto. Yo le di largas, excusas, bostezaba y cambiaba de tema, hacía como que no oía, le invitaba a una cerveza, miraba a la calle a la chica que pasaba en bicicleta con el rostro de Ophelia de Millais, incluso intenté sembrar la duda del título de propietario y casi que me creí yo mismo mis ficciones. Pero no, fue el quién pago, en la Casa del Libro de la calle Velazquez, Sevilla, cinco años atrás, ¿o fue en la Fnac? No lo recuerdo, pero él lo pago, esa es la verdad.

Resolví no devolvérselo. Lo reconozco. Así sin más. Hasta con cierto punto de chulería, la chulería que te da saber que no tienes la razón. Pero si era cierto que él había sido quién había desembolsado los dieciséis euros que en la contraportada, arriba del código de barras, se mostraban como precio; no era menos verdad que había sido yo quién lo había mantenido a buen recaudo en los últimos tres años. Y peor aún, yo jamás me lo hubiera dejado atrás olvidado. Lo sentía tan mío como él suyo. Y sé que él lo sabía. Si yo tengo mis manías con mis libros Mariano está preso de su propio catálogo de rarezas con los suyos, nadie mejor que él para entenderme.

Ese libro se iba a quedar conmigo...

...pero el muy cabrón dio con la manera. Viejo zorro.



Abrí el sobre y allí lo tenía entre mis manos. Otra edición, otro libro, las mismas historias. Si hubiera tenido entonces una de esas chisteras, habría cogido un puñado de chelines, tomado un coche de caballos, llegado hasta su puerta y me habría “quitado el sombrero”. Ya no son esos tiempos. Así que ya sin excusas, embrujado por su audacia, simplemente se lo dejé el otro día en su casa, encima del brazo del sofá de piel negro, mientras me bebía uno de sus gazpachos.

Y ahora se lo voy a leer a mi hijo, al que está creciendo ahí dentro en la barriga de su madre. Obedece a un doble motivo. Les tengo tanto aprecio a las historias de Enric que no puedo evitar hacer de su libro un objeto importante, algo que no me quiero olvidar cuando mueva maletas, o que me de igual si extravío, se quema o roban. Así que cada noche pasaré un par de páginas de este ejemplar que Mariano me ha regalado para recuperar el suyo, le leeré en voz alta, porque parece ser que el bebé escucha, que le relaja; para que Lobo, que es como ahora le llamo, se vaya enterando gracias a las entrañables anécdotas, a los efímeros instantes de vida cotidiana, a las pequeñas historias tejidas en los márgenes de la Historia con mayúsculas que Enric supo plasmar magistralmente en sus letras, de lo jodidamente importante que fue esta ciudad en la vida de su padre.

Yo amo Londres. Y si todo sale bien mi hijo nacerá Londinense.  


lunes, 6 de mayo de 2013

Camino de Liverpool Street Station.



En esa foto a alguno lo conozco desde hace veinticinco años, amigos de cuando las canicas y con ellos fui descubriendo que esto de la vida. Al Juan, al primero de la foto, le faltó perderse en una tienda de discos. Al David, escondido tras la cabeza del Juan, le faltó salir en la foto, al Negro confundido creyó que estaba en el lejano oriente, al Nacho le faltó un poco de turismo del bueno, a la Ángela una velada en un gastropub, a mi primo un partido de fútbol en Stamford Brigde, al Piña, ese al que abrazo, dormir en un hotel menos siniestro.

Fue muy poco tiempo pero creo que se lo pasaron bien.

Son mis amigos, de cuando las canicas, y a mi lo que me faltan son ellos.

Granujas, gracias por venir.

It was a very good taste of Alcalá.

Hay que repetirlo, pero yo no me caso de nuevo.

Ahí los tenéis, diciendo que piensan de Londres en el camino a Liverpool Street Station





sábado, 19 de enero de 2013

My friend, Natalia.


I´m here drinking vodka, Zubrowka, polish vodka, from a little bottle. It tastes good. And I´m drinking. I drink it today, because I´m carring out a kind of deal. A knock up deal, because I couldn´t achieve it like we agreed on, but in the end it was a deal, the one that I made with the only girl that I have ever given panties.

Natalia Kochan Rodriguez, the only girl I´ve ever given a panties, one day told me by email the bad time that she was having because she didn´t have any underwear to put on. Something about a friend, who´s sister was visiting her from London, and that they have been partying all the night for a farewell, and of course, the day after a hangover and all that shit, her friend has forgotten to bring her a couple of panties. So Natalia locked herself in the bathroom and start crying. She cried because, and quote “such a shit that I don´t have any fucking panties to put over my ass”. After all the problem with the panties got fixed, the father caught a train during a big storm and he brought it to her, the panties and some Mcnuggets. Mcnuggets was her cup of tea, mainly if she was dipping them in teriyaki sauce, that she used to swipe from the kitchen when she worked at Itsu, the restaurant where we met working together. Then Natalia kept going with her story, and now with panties she got another good cry with Dirty Dancing final scene, full of Mcnuggets and laughing about herself.

A little time after that email, Natalia asked me for a favour: she wanted some souvenirs from London to give to some people and I didn´t mind to go around during my break and purchase some for her. Notting Hill is full of souvenir shops. With some magnets, pins, bottleopened, socks and keyrings I was able to fill up a little package. And in the second shop that I entered, the one just close to the pizza shop and the Starbucks, I saw them, they were hanging up, it was a signal and without any hesitation I reached them, smiled and bought them.

A London tube map panties.

So, here they went, the panties, the souvenirs, inside the little package I managed for her.

After we both laughed about it. What do you want me to say? Just think about it, imagine my friend, bold, with the London tube map panties and reading polish politics magazines or watching Dirty Dancing jumping over the bed and a smile is appearing on my face.

How we are, people, sometimes, that girl, fighting against a leukemia, in the hospital, with two hundred troubles over her head and the only worries that she had was having enough clean panties.

My friend was a brave girl, she has her temper and sometimes she had hard times getting to know people, I mean, she could be such a asshole when she wanted it. She was sensible, sharp, clever and overall she was cheerful. Always with that smile on.

Natalia went to Poland one day to hear that her mother was really sick and when she went back to get a idea to how to deal with the circumstances she discovered that she had leukemia. And with leukemia she has spend the last year and a half, and in that time her mother died as her dog died too.

And she, my friend, always kept her smile. Always there with her. It´s amazing how some special people know how to deal with life. One misfortune after other and she fought back with her desire to live.

I have to drink another shot of Zubrowka, cheers for her, because we said when Carlitos brought me the bottle from her (Carlitos Rodriguez Kocham, her boyfriend, my hero) that we would drink it together when she came back in her lovely London, healthy and with the will to party again.

It couldn´t happen, Natalia passed away this morning, abouth 6:oo am.

As usual in these cases, we have a lot of missing conversations, a lot of experiences that we are not gonna live, a lot of dreams that will not become true and I will always hold a grudge to have not taken a plane to Katowice to give her a huge hug, what am I gonna tell you? But the only thing I know, the only thing I´m sure of is that my friend, Natalia, others things maybe not, but to die, she did with the panties on!!!



A kiss my girl, wherever you are.

Mi amiga, Natalia.


Estoy aquí bebiendo vodka, Zubrowka, vodka polaco, de una pequeña botella. Sabe rico. Y lo estoy bebiendo, lo bebo hoy, porque estoy cumpliendo con una especie de trato. Un trato improvisado, porque no lo he podido cumplir como quedó acordado, pero al fin y al cabo un trato, el que hice con la única chica a la que he regalado bragas.

Natalia Kochan Rodriguez, a la única chica a la que he regalado bragas, me contó un día por email el mal rato que había pasado porque no tenía ropa interior que ponerse. Algo de que una amiga cuya hermana estaba de visita en Polonia porque vivía en Londres y que habían estado toda la noche de despedida o algo así, y que claro el día siguiente con la resaca y todo el jaleo se había olvidado de llevarle bragas. Así que Natalia se encerró en el baño y lloró, lloró porque y cito "que putada no tener ni putas bragas para ponerme al culo, sabes!!" La gramática de la cita no es perfecta porque Natalia tenía buen español pero no era exquisito. Luego el problema de las bragas se solucionó, porque el padre cogió un tren en medio de una tormenta, tal y como ella relata, y se las llevó, las bragas y un puñado de Mcnuggets del MacDonals. Y es que los Mcnuggets eran palabras mayores, sobretodo si los untaba en salsa teriyaki, que solía birlar en la cocina de cuando trabajaba en Itsu, el restaurante donde ambos currabámos y en el que nos conocimos. Natalia siguió contándome, que ya con bragas, luego se había pegado otra pechá de llorar con la escena final de Dirty Dancing, saciada con los Mcnuggets y riéndose de ella misma.

Al poco tiempo de ese email Natalia me pidió un favor, que a ver si le podía mandar algunos souvenirs de Londres para regalar, que la pillaba un poco lejos y que si no me importaba hacerme cargo de ello. Y así lo hice,  una tarde, en uno de los descansos del trabajo me di una vuelta por las típicas tiendas de souvenirs que atestan Notting Hill, y entre magnetos para el frigorífico, llaveros, calcetines, abrecorchos, y pins conseguí llenar un paquete. En la segunda tienda en la que entré, la que está justa pegada a la pizzería y al Starbucks, las vi, allí estaban colgadas, era una señal y sin dudarlo las cogí, sonreí y las compré.

Unas bragas con el mapa del metro de Londres.

Y allí que fueron las bragas a Polonia, junto a los souvenirs, en el paquete que mi amiga me había encargado.

Luego ambos nos reímos de aquello. Y qué queréis que os diga, yo es de pensarlo, imaginarme a mi amiga calva, con las bragas de Londres y leyenda revistas de política polaca, o viendo Dirty Dancing y saltando sobre la cama y me asalta una sonrisa.

Cómo somos a veces las personas, la tía, luchando contra una leucemia, en el hospital internada, con doscientos problemas y todo lo que le preocupaba era tener suficientes bragas limpias.

Mi amiga era una tia valiente, tenía su carácter y a veces le costaba entender a la gente, vamos que cuando quería bien hijaputa que era. También era cabal, sensata, aguda, inteligente, y sobretodo alegre. Siempre con aquella sonrisa.

Natalia fue un día a Polonia a enterarse que su madre se estaba muriendo y cuando regresó a ver cómo manejaba la cosa se enteró que ella misma padecía leucemia. Y con la leucemia se ha pasado el último año y medio, y en ese tiempo su madre murió como también murió su perro.

Y a mi amiga nunca se le borró la sonrisa. Allí estaba siempre con ella, en las fotos, en el skipe. Es increíble como algunos saben tomarse la vida. Una desgracia tras otra y ella las mandaba al quinto pepino con sus ganas de vivir.

Me toca otro chupito de Zubrowka, brindando por ella, porque nos dijimos cuando el Carlitos me trajo la botella de su parte (Carlitos Rodriguez Kochan, su novio, mi héroe) que nos la beberíamos juntos cuando estuviera de vuelta en su querida Londres, curada y con más ganas de juerga.

No ha podido ser, Natalia murió esta mañana, sobre las 6:00.

Como siempre en estos casos se han quedado muchas conversaciones pendientes, mucha historias que ya no viviremos, muchos sueños que ya no se van a cumplir y siempre se me quedará la espina de no haber volado hasta Katowice para darle un fuerte abrazo, qué os voy a decir. Eso si, de lo que estoy seguro, de lo que no me cabe la menor duda, es de que mi amiga, Natalia, otra cosa no, pero morir, murió con las bragas bien puestas.




Un beso niña, allá donde estés.

martes, 6 de noviembre de 2012

Una fecha propia



Siempre he mantenido una relación algo equívoca con mi cumpleaños. Ese día te llaman de seguido, te envían mensajes, el muro del facebook se atiborra de felicitaciones, algunos regalos caen y de vez en cuando hasta soplas unas velas.

El día que naciste no puede sino ser un día importante, un día para celebrar.

Aún así siempre he estado un poco disconforme y a cada año que pasa más hastío me produce la efeméride de mi propio natalicio. Porque los cumpleaños no nos pertenecen. No son dados, no los elegimos, y son completamente arbitrarios. Son importante para tus padres, y supongo que es una manera de recordar que sigues teniendo amigos.

Hoy hace cuatro años, en este justo momento que escribo este post, estaba acomodándome en el frío suelo de Stanted. Un avión desde Sevilla acababa de llegar y entre sus muchos pasajeros nos traía a mí y a Mariano. Teníamos que pasar la noche en el aeropuerto porque el tren que nos llevaría al centro de Londres no salía hasta por la mañana. En aquel aeropuerto ronqué como un niño acunado en mis sueños, que como todos los sueños, olvidé. El Maxi y el Pedro nos hicieron casi de escolta, ellos esperaban el enlace que les llevaría sino recuerdo mal a Noruega. Y así empezó esta aventura.

El cinco de Noviembre. Una fecha que un día señalé en rojo en un calendario. Una fecha que yo elegí. Una fecha que cada año, en mi particular manera, celebro. Nadie me llama, ni me envían mensajes, mi muro no acoge ninguna felicitación, y esta fecha, por ser mía, por ser propia, en mi particular y a veces creo que extraña manera que tengo de ver las cosas es la fecha más importante par mi.

Porque esa fecha es el referente que marca un cambio en mi vida que la ha dejado alterada para siempre. No recuerda el día exacto en el que besé a la primera chica, ni el día exacto de mi primer polvo, ni el día en el que acabe el instituto, el colegio o la universidad, ni el día que empecé mi primer trabajo, ni en el que publiqué mi primer relato... fechas importantes en su momento que se han ido diluyendo en mi pasado.

Pero este cinco de noviembre, atino a pensar, que se quedará conmigo para siempre. Y esté donde esté encontraré un hueco para reírme de aquel tipo con barbas, un plumífero verde, y dos maletas con restricción de peso que se pasó la noche roncando en el frío suelo de un aeropuerto londinense.

Y ya son cuatro, a ver los que esta ciudad me aguanta.

En la foto, Jorge, Mariano y David. Nos juntamos hace unos días porque más o menos todos llegamos en las mismas fechas y ellos son parte de mi pequeña familia de aquí. Y lo celebramos de la única manera posible: a pintas. Dos en esa foto ahora tienen hijos ingleses, así que podemos decir que estamos arraigando. Han sido muchas aventuras juntos y brindábamos para que fueran muchas más.




jueves, 20 de septiembre de 2012

Minivacaciones en Mallorca.



Esa foto se tiró justo cuando esperábamos al taxi para que nos llevase al aeropuerto, tras una miniensaimada y una empanadilla de atún mezclado con un insustituible café solo.

Parecemos cansados y es que fueron un par de días intensos con el cojo, Lua, su familia y la isla mediterránea.

Y casi como recién que estoy probando esto del Instagran y de cambiarle los colores a las fotos pues ahí dejo las que creo han sido las mejores para que os asoméis a lo que fueron estas vacaciones.

Mallorca y más con estos anfitriones es una isla que no podía sino dejar honda huella.

Supo a poco pero siempre mejor que sepa a poco porque así dan ganas de repetir.

Aunque el próximo trip se haya fijado para Sevilla, a esa isla hay que echarle el lazo de nuevo.

Aunque nada más sea que para probar de nuevo la mejor tarta de queso que he tomado en mi vida o para bichear una biblioteca que me han prometido enseñar.

Un abrazo taujans!!!




domingo, 16 de septiembre de 2012

Casi 365 con un Mallorquín




Mañana nos las piramos para Mallorca, a zamparnos todas las ensaimadas y quelitas que encontremos a nuestro paso.

Y vamos a Mallorca porque es el cumpleaños del Jordi.

Y el Jordi es un tipo con el que estuvimos viviendo casi trescientos sesenta y cinco días (un viaje a Tailandia impidió que se completara el ciclo)

Parece ayer cuando nos sentamos en el Black Lion a sellar un pacto entre caballeros regándolo con un par de pintas o cuando me dio la vara con lo de que su novia cocinaba que daba miedo.

Qué decir del Jordi aparte de que es un paná jugando al Risk, que adoraba los noodles de Maree, que le encanta la fashion a lo Borat, que no hace más que escuchar Limp Bizckit (o como carajo se escriba), que no entiende un pimiento de cine, que nunca friega los platos, que dice que toca la guitarra y se compra una maquinita que hace loops para repetir quinientas veces "Alvaro es gay, Alvaro es gay, Alvaro es gay...", eso sí, al ajedrez le daba unas tundas al David que teníamos al chiquillo sin comer varios días, y por supuesto como buen informático compartía ese denominador común que debe ser como un juramento que todos ellos contraen en cuanto se licencian, es decir: cuando tienes un problema en el ordenador se cruzan de hombros y sueltan la retaila de que ese no es su campo.

Entre el Jordi y yo quedó en papel mojado un proyecto para desarrollar una aplicación para los smartphones que nunca llegará a buen puerto. Pero por ahí tengo todavía el papel firmado por si el muy mamón se forra con ello.

Y para que os hagáis una buena idea de como se las gastas, justo antes de que lleguemos el nota va y se parte la pierna. Tibia y peroné.

El Jordi es un parguela de mucho cuidao.

Pero se le echa taco de menos.

Te veo pronto amigo.

martes, 3 de julio de 2012

Tres pájaros de un tiro.


He descubierto un par de cosas en estas vacaciones.

Me llevé a la de la foto a Lanzarote. Unos tres meses atrás, soy bastante previsor, me tomé vacaciones para, en caso de que la selección llegase, disfrutar de las semifinales y la final de la Eurocopa a gusto. Y cuando se fue acercando la fecha, como mi hermana vive en una isla que está de puta madre pues quise matar tres pájaros de un tiro.

El pájaro de ver tranquilo la semifinal y final porque España no sólo llegó, sino que arrasó en último partido, convirtiéndose en un equipo que de batir records se ha convertido en un ladrillo más en la muralla de la historia.

El pájaro de pasar una semana bajo el sol, auyentando las prisas, haciendo que la barriga crezca, riéndome, bañándome a las doce de la noche con la luna ahí arriba y el mar meciéndola, vamos lo que viene a ser una semana de vacaciones.

Y el pájaro de que esa de la foto le vaya cogiéndole el royo. A España, a mi hermana, al idioma, a foiegras la piara.

Lanzarote nos recibió con kalima. Un viento o algo que trae arena y provoca que el paraíso se convierta en Chernobil. Y la kalima se quedó ahí como cuatro días. No se veían ni los volcanes en el horizonte. Así que le pusimos buena cara y nos dimos un garbeo por los espacios manriquianos, un tipo el tal Cesar Manrique, que puso en práctica en su isla esa arquitectura que te dice: soy paisaje. La cueva de los verdes, los Jameos del Agua y el Jardín del Cactus, son sitios que uno se alegrará descubrir. Al día siguiente un poco de Timanfaya, ese paraje Marciano, y por supuesto la playa. Papagayo y Playa chica. Un cocktel a las laderas del oceáno, el periódico por las mañanas y un te de vuelta a casa.

Tres días y nos fuimos a Fuerteventura, la isla de ahí abajo, con sus dunas invadiendo el asfalto en ráfagas de remolinos zigzageantes y un viento que siempre te andaba empujando. Unas lentejas, en un cuenco pequeño, hicieron que sintiera el cielo en la boca. Que bien sabe siempre lo antiguo. Y ahí anduvimos viendo fútbol, comiendo helados, yendo a mercadillos, y bañandonos a las doce de la noche con la luna ahí arriba y el mar meciéndola.

De vuelta a Lanzarote una mañana en un spa y asadero de Diego. Jir, Carla, María, Bea, cerveza tropical, bombay tónica y la carne que mi cuñao iba subiendo, que sólo algunos privilegiados pudieron  acompañar con un artesanal pan del centeno, que duró menos.

Además de todo eso me eché algunas peleas con mi hermana, solo nos enseñamos las uñas, como para hacernos entender que todavía andan ahí, jeje. Mi hermana, para quién no lo sepa, es la mejor del mundo. Y está bien de vez en cuando desempolvar los sables y tirarnos de los pelos como hacíamos hace veinte años. Rejuvenecemos.

También aprendimos a tirar sidra Asturiana y por fin probé los caracoles. Y me quemé, por supuesto, a parchetones, la de la foto le dio al spray pero no extendió la crema, diecisiete fotos lo demuestran. Y de fotos que hablamos, me descargué Instagram, como la foto donde está la de la foto también lo demuestra.

Me lo pasé a de lujo y siendo verano, lo único que faltó fue el gazpacho de mi madre.

Y como os dije he descubierto un par de cosas.

Pero esas, no se van a decir en este blog.

Tienen copyright.


martes, 10 de abril de 2012

En la isla.


Hoy justo hace una semana que desembarqué de nuevo en Londres tras pasar unos buenos días en Lanzarote.

Desde entonces no he visto ni un minuto el sol.

Ya estoy de nuevo acoplado a mi rutina y he de decir que esta vez me costó un poquito más de lo habitual. Lo días allí fueron, como siempre, especiales.

No sólo porque fuera a dos cumpleaños, o a una huelga, o a un teatro en un patio al aire libre donde representaban pequeños trozos de las obras más importantes de Tennesse Williams o porque me dejará un rato tostar en la playa, o porque me bautizara, que es como llaman a la primera vez que te sumerges para probar si te mola eso del submarinismo, o porque todos los días probara comida rica, rica. Todo eso ayudó, pero lo que hace inolvidable siempre el paso por Lanzarote es la gente que encuentro allí. Especialmente los granujas de Diego y Diana.

Además esta vez hubo visita relámpago de la mujer que me parió: mi madre para mas señas. La persona que mejor me sabe cuidar del mundo entero.

Así que...

...ahí estoy...

...contando los días para regresar.

(esperando que en la próxima haya menos kalima)



jueves, 1 de marzo de 2012

La edad de cristo.



Por ahora unas ochenta y seis felicitaciones en facebook a las que he contestado puntualmente una a una, nueve emails, una tarjeta de proveniente de Australia, ocho whatsapp, once llamadas, un poco de cash, una muela menos, una carta que vino volando desde Katowice, un carrom, un whisky Jameson de los del trabajo y alguna que otra felicitación face to face.

He seguido unas pocas tradiciones. Me han tirado de las orejas, he repartido caramelos en el colegio (bueno, en las clases de español que estoy dando y en el curro que eso si que es como el colegio) y por supuesto he tenido fresas; que es desde chiquitito la forma que tenía mi madre de celebrar la llegada de mi cumpleaños. Y es la que más ininterrumpidamente se mantiene.

En definitiva está siendo un buen cumpleaños.

En cada efeméride le doy un poco al coco, no más de quince minutos, que se de sobra que darle al coco mucho es contraproducente. Utilizo catorce de esos quince en repasar someramente el año, y ver si las cosas que me dije 365 (66 en este caso) días atrás más o menos se han cumplido. Me quise tomar la vida con más calma y dejar un poco de lado la nocturnidad y la alevosía y es algo que he conseguido con creces y me propuse también tomar un rumbo, fuera cual fuera, pero rumbo; y con lo de la novelita y las clases de español creo que ahí ahí estoy en ello. Puedo dar, pues, el saldo como positivo.

El minuto que resta se concentra en recordarme a mi mismo lo suertudo que soy, en general, con una muela menos, a tocarme la cabeza que es pura madera y desear que todo siga igual, al menos que no cambie lo más importante: ustedes.

Así que desde aquí, a todos, gracias. Y a los que no se acordaron, pues nada, gracias también, que estoy seguro que algún año me olvidaré yo si no lo hice ya; no me lo tengáis en cuenta.

And Maree you are freaking awesome, thanks to remember the strawberry tradition and spoilt me with them!!!