AZUL VERMEER
MAR MELLA
EDICIONES MARTÍNEZ ROCA
448 PÁGINAS
SINOPSIS
1675. Delft, Países Bajos
"-El panadero no nos fiará más. Ha accedido a llevarse el cuadro que queda en el estudio para terminar de saldar nuestra cuenta. Llevamos casi dos años sin pagarle.
- ¿No podías haber buscado otra solución?- La boca de su madre se contrajo en una mueca-. Ya le has entregado uno y sabes que ese lienzo era uno de sus favoritos. Él habría hecho cualquier cosa antes que verlo colgado en la pared del salón de un...
- Si hubiera hecho lo suficiente, no me vería obligada a tener que hacerlo yo ahora."
Actualidad
Marta Miralles, una brillante restauradora de pintura flamenca, accede a restaurar un antiguo lienzo sin catalogar perteneciente a la familia Medraño, propietaria de una de las casas de subastas más prestigiosas de Europa. Cuando Marta acepta el encargo, vuelve a reencontrarse con algunos de los fantasmas del pasado, como Javier, su primer amor, y Paddy, el hombre del que estuvo enamorada la mayor parte de su vida. Pronto, la vida de todos terminará por fundirse con la historia de ese misterioso lienzo y con la obsesión de Marte por el famoso maestro Vermeer y su obra...
Azul Vermeer nos adentra con pulso magistral en el desconocido mundo del arte y los coleccionistas privados, en las intrigas que se esconden tras las galerías más prestigiosas y en el submundo que oculta el mercado negro de obras sin catalogar. Una cautivadora novela que te hará amar el arte y los colores.
A veces tengo la impresión que hay libros hechizados que salen a nuestro encuentro para envolvernos con su polvo mágico. Azul Vermeer es uno de ellos, un libro asombroso capaz de enamorar a cualquier lector apasionado o no del arte. Si pudiese volver atrás lo leería al poco tiempo de su publicación siguiendo la estela de las reseñas que alababan la historia. Aunque a veces nos invade el miedo a no encontrar en una novela lo mismo que otros lectores y dejamos pasar el tiempo, mientras lo anotamos en la lista infinita de libros por leer y le perdemos la pista en el universo literario. Hasta que en verano vi que Mar Mella publicaba nueva novela y recordé que en una biblioteca de la ciudad me esperaba su anterior novela. Claro que antes aposté por El músico de la lluvia, novela ambientada en Valldemossa, porque es ver libro con trama en la isla y sentir la necesidad de leerlo.
Normalmente al descubrir un autor me gusta dejar pasar un tiempo antes de seguir con sus obras. Una pausa para descubrir nuevas lecturas, pero después de terminar El músico de la lluvia, Azul Vermeer llamó a gritos mi atención y no puedo estar más feliz con su lectura. Y por supuesto de comprarlo en papel y guardarlo como un tesoro firmado por su autora. La única tristeza es que ahora me siento huérfana hasta que Mar Mella escriba una nueva novela. Pues bien, antes de reseñar la última novela, vengo a compartir las impresiones de Azul Vermeer porque según mi humilde opinión es un buen inicio para descubrir la deliciosa prosa de Mar.
Escribir, componer música o pintar son actividades al alcance de cualquiera, aunque solo unos pocos son capaces de transmitir sensaciones únicas y emocionar con sus palabras, letras y cuadros. Además del esfuerzo y la constancia para escalar a lo más alto muchas veces se requiere un don innato que destaque por encima de otros. En Azul Vermeer encontramos a dos grandes artistas plásticos: Johannes Vermeer van Delft, pintor neerlandés que destacó con el arte flamenco con obras como La joven de la perla, La lectora en azul, La lechera o Vista de Delft, y a Marta Miralles, una joven restauradora capaz de comunicarse con una obra con una sensibilidad pasmosa, protagonista indiscutible de la novela.
Azul Vermeer comienza con un viaje al pasado para conocer las dificultades de la familia de Johannes a su muerte. La situación insostenible de quiebra les hace entregar las últimas obras para saldar deudas y poder mantener a los once hijos. Vermeer, en su corta vida, casi tuvo más hijos que obras pictóricas reconocidas. La mayoría de su obra fue a parar en manos de mecenas.
Y en la parte actual conocemos a Marta Miralles que trabaja en la restauración de una obra que representa a la virgen con el niño de Van Eyck y recibe una llamada de la familia Medraño para restaurar un lienzo sin firma e indagar sobre su origen. La insistencia de Miguel Medraño pilla por sorpresa a Marta, al disponer la casa de subastas de un taller propio y nunca solicitar servicios externos. El trabajar con ellos despertará los fantasmas del pasado y es que Marta realizó prácticas en sus instalaciones y deberá enfrentarse a Javier Medraño, su primer amor.
A través de saltos temporales conocemos los inicios de Marta Miralles en el mundo de la restauración. Al ser la mejor estudiante de su promoción le ofrecen una beca para viajar a Ámsterdam y tener la oportunidad de formarse en el prestigioso taller de Ruud Smits. La admiración por las obras de Vermeer es mutua y Ruud regalará a Marta toda su experiencia sobre el autor y el mundo de la pintura flamenca. Marta es una joven torpe, fría, insegura y antipática que intriga a Ruud y a su hijastro Paddy Donaldson. Una chica tan distante, que no se relaciona con nadie, tiene que esconder algo y eso no es más que un pasado tormentoso y la falta de cariño. Intentarán descifrarlo porque, Marta, delante de un cuadro se transforma, se le ilumina la cara, dibuja una sonrisa y parece mantener una charla de tú a tú con la obra y su autor.
"El frágil equilibrio en el que se balanceaba, a medio camino entre la razón y la locura".
Mar divide la novela en cuatro partes que llevan el nombre del color de los principales pigmentos que utilizó Vermeer en sus obras: Blanco de plomo, Rojo ocre, Amarillo de india y Azul de ultramar. La paleta de colores que utilizaban en el siglo XVII era muy limitada, nada que ver con el multicolorido de hoy en día. Es impresionante la luz y la fuerza que conseguían transmitir con la mezcla de colores. Obras de arte que perduran en el tiempo y que admiramos embobados como unas pinceladas pueden desprender tanto encantamiento.
Azul Vermeer es la primera novela de la autora. Pocas veces un autor novel llega pisando tan fuerte y sorprende con una trama tan perfecta, bien redactada, instructiva y con unos personajes profundos. Se nota el gran trabajo de documentación para hacernos disfrutar con la pintura flamenca, admirar a Johannes Vermeer, conocer el mundo de la restauración y las casas de subasta y vibrar con los colores y pigmentos. Sin darnos cuenta, pincelada a pincelada, avanzamos con la lectura y Mar nos cubre con técnicas pictóricas y secretos familiares.
A través de un narrador en tercera persona y muchos diálogos conocemos la historia y sentimos la impresionante sensación que deja una gran lectura. Cada uno de los personajes es un color y con la unión de todos el cuadro obtiene la calidez necesaria para ser admirado como una obra de arte. Todos son colores opacos, detrás de su existencia hay muchos secretos y un pasado difícil, pero si nos sentamos a observarlos y analizarlos desprenden más luz de la que aparentan. Son protagonistas frágiles como un cuadro antiguo y para conocerlos en profundidad se exige un meticuloso trabajo de restauración, dedicación y paciencia, hasta llegar a la última página y sorprendernos con el resultado.
Imposible no rendirse al embrujo de una historia poderosa e instructiva. Desde la portada con una mujer que parece dispuesta a enfrentarse a un lienzo en blanco, como inicio del libro, hasta pasar por los colores Blanco de plomo, Rojo ocre, Amarillo de India y Azul ultramar que representan a los protagonistas, sus miedos, el pasado y el desenlace. Todo un ejercicio para convertir el libro en un cuadro que al cerrar sus páginas deja en el lector la sensación de tener en las manos una auténtica obra de arte.
Piensa que el futuro es una acuarela
y tu vida un lienzo que colorear.
Siete mares he surcado
siete mares color azul.
Yo soy nave, voy navegando
y mi vela eres tú.