RAFAEL FELIPE OTERIÑO
rafael
mencionado por:
Pablo Anadón
Alejandro Nicotra
Ricardo Herrera
Jorge Aulicino
menciona a:
Leopoldo Castilla
Santiago Sylvester
Horacio Castillo
Ricardo Herrera
Juan García Gayo
Poemas:
EL NADADOR
El ágil golpe de piernas, la zambullida, los brazos
girando acompasados mientras la orilla queda atrás,
demostrarían, a primera vista, felicidad,
triunfo sobre lo natural estable;
.............sólo que el cuerpo ignora
setenta metros de oscuras aguas debajo
y peces que ríen del esfuerzo torpe, sin dirección,
y barcos que se bambolean repitiendo: “todo vuelve
.............a sus legítimos dueños”,
y líquenes ganados por una pereza fantasmal,
y la estrella, por fin, en el lecho que tanto buscó;
mientras en la superficie el nadador nada, nada.
NO NACÍ AQUÍ
Yo no nací aquí pero el mar me hizo suyo:
a mí me atrapó esa planicie que está detrás de las olas,
la que florece oscura cuando llegan las lluvias,
la que no deja un solo día de rugir
y se balancea inmemorial como un parpadeo.
Yo no nací aquí pero el mar me hizo suyo:
yo no lo amaba al llegar pero ahora lo amo,
tiene el nombre de mis hijos que nacieron ayer,
tiene la forma de mis manos que dibujaron la casa,
el amor y su sombra, la conciencia y el páramo.
Su historia no es mi historia ni aquí yacen mis muertos,
su lengua me era extraña hasta que empecé a pronunciarla,
éste fue mi lugar cuando aprendí a rendirme.
Aquí se cumple la sentencia que en el agua está escrita:
somos siempre los primeros a la orilla del mar,
a merced de olas que no escuchan más que su propio latido.
ESTA LEY
Cuando no se puede ir más abajo se comienza a subir;
pregúntaselo al madero después del naufragio,
pregúntaselo al nadador en la corriente,
pregúntaselo al ahogado;
pregúntaselo a la moneda en el lecho del río,
al cazador que frente al blanco cierra los ojos,
al guardafaros, al guardavías, al centinela de la torre,
a los que atraviesan la noche negra con rostro despavorido;
pregúntaselo a los que sueñan y no pueden despertar,
a los que empujan en el desierto una piedra enorme,
al suicida, al miedoso, al temerario,
a los que llegan a la tierra de nadie
y encuentran que en verdad no hay nadie;
.......................................pregúntales,
porque hubo un día en que ellos tocaron fondo;
ellos plantaron un árbol y lo vieron desmoronarse,
ellos buscaron el sol y lo hallaron caído,
ellos cerraron los ojos y volvieron sobre sus pasos,
ellos se lastimaron un hombro,
ellos vieron leviatanes ensuciando su saco y su almohada,
y fueron más lejos:
vieron a la rosa desprenderse del tallo;
........................................pregúntales,
porque conocieron primero esta ley de la gravedad a la
...........levedad
y ahora son libres.
POÉTICA:
Imposibilitado el poeta de hacer suyo lo que ve, hace poesía; es decir, construye una cosa distinta de lo que ve y de sí mismo. Hace un objeto de palabras que no los refleja ni los repite: los apunta, los refiere y, en el mejor de los casos, los recrea, que es su modo de hacerlos visibles. No es, entonces, lo visible ni lo preexistente lo que dice el poema, sino una cosa distinta: lo que las palabras enigmáticamente aparejan, lo que se dicen entre ellas. Los poemas dicen lo que el autor no puede, no sabe o no alcanza a decir. La trama de los versos, que es la trama del lenguaje, constituye una criba que, igual que la red de los pescadores, retiene aquello que se buscaba, pero también lo desconocido e impensado. Su territorio es el de la transfiguración, el deslizamiento, la multivocidad, la metáfora. Su idioma, la trascendencia. No hay que esperar, por eso, que la poesía cuente algo, y si lo cuenta, hay que estar preparados para la sobreactuación, la simulación y la parodia. Hay que estar atento a lo que no dice, a lo que soslaya (a lo que no alcanza a decir, pese a su empeño), a lo que deja en blanco, a los puntos suspensivos (que, abandonados hoy en día, están no obstante en su naturaleza), puesto que, en su indefinición y en la promesa que portan, trazan el camino de lo inexpresado.
bio/biblio:
RAFAEL FELIPE OTERIñO nació en La Plata, en 1945. Vive en Mar del Plata. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Altas lluvias (Cármina, 1966), Campo visual (Cármina, 1976), Rara materia (Cármina, 1980), El príncipe de la fiesta (Cármina, 1983), El invierno lúcido (El imaginero, 1987), La colina (Ediciones del Dock, 1992), Lengua madre (Grupo Editor Latinoamericano, 1995), El orden de las olas (Ediciones del Copista, Colección Fénix, 2000), Cármenes (Vinciguerra, 2003), Ágora (Ed.del Copista, Colección Fénix, 2005). En 1997, el Fondo Nacional de las Artes publicó su Antología poética.
mencionado por:
Pablo Anadón
Alejandro Nicotra
Ricardo Herrera
Jorge Aulicino
menciona a:
Leopoldo Castilla
Santiago Sylvester
Horacio Castillo
Ricardo Herrera
Juan García Gayo
Poemas:
EL NADADOR
El ágil golpe de piernas, la zambullida, los brazos
girando acompasados mientras la orilla queda atrás,
demostrarían, a primera vista, felicidad,
triunfo sobre lo natural estable;
.............sólo que el cuerpo ignora
setenta metros de oscuras aguas debajo
y peces que ríen del esfuerzo torpe, sin dirección,
y barcos que se bambolean repitiendo: “todo vuelve
.............a sus legítimos dueños”,
y líquenes ganados por una pereza fantasmal,
y la estrella, por fin, en el lecho que tanto buscó;
mientras en la superficie el nadador nada, nada.
NO NACÍ AQUÍ
Yo no nací aquí pero el mar me hizo suyo:
a mí me atrapó esa planicie que está detrás de las olas,
la que florece oscura cuando llegan las lluvias,
la que no deja un solo día de rugir
y se balancea inmemorial como un parpadeo.
Yo no nací aquí pero el mar me hizo suyo:
yo no lo amaba al llegar pero ahora lo amo,
tiene el nombre de mis hijos que nacieron ayer,
tiene la forma de mis manos que dibujaron la casa,
el amor y su sombra, la conciencia y el páramo.
Su historia no es mi historia ni aquí yacen mis muertos,
su lengua me era extraña hasta que empecé a pronunciarla,
éste fue mi lugar cuando aprendí a rendirme.
Aquí se cumple la sentencia que en el agua está escrita:
somos siempre los primeros a la orilla del mar,
a merced de olas que no escuchan más que su propio latido.
ESTA LEY
Cuando no se puede ir más abajo se comienza a subir;
pregúntaselo al madero después del naufragio,
pregúntaselo al nadador en la corriente,
pregúntaselo al ahogado;
pregúntaselo a la moneda en el lecho del río,
al cazador que frente al blanco cierra los ojos,
al guardafaros, al guardavías, al centinela de la torre,
a los que atraviesan la noche negra con rostro despavorido;
pregúntaselo a los que sueñan y no pueden despertar,
a los que empujan en el desierto una piedra enorme,
al suicida, al miedoso, al temerario,
a los que llegan a la tierra de nadie
y encuentran que en verdad no hay nadie;
.......................................pregúntales,
porque hubo un día en que ellos tocaron fondo;
ellos plantaron un árbol y lo vieron desmoronarse,
ellos buscaron el sol y lo hallaron caído,
ellos cerraron los ojos y volvieron sobre sus pasos,
ellos se lastimaron un hombro,
ellos vieron leviatanes ensuciando su saco y su almohada,
y fueron más lejos:
vieron a la rosa desprenderse del tallo;
........................................pregúntales,
porque conocieron primero esta ley de la gravedad a la
...........levedad
y ahora son libres.
POÉTICA:
Imposibilitado el poeta de hacer suyo lo que ve, hace poesía; es decir, construye una cosa distinta de lo que ve y de sí mismo. Hace un objeto de palabras que no los refleja ni los repite: los apunta, los refiere y, en el mejor de los casos, los recrea, que es su modo de hacerlos visibles. No es, entonces, lo visible ni lo preexistente lo que dice el poema, sino una cosa distinta: lo que las palabras enigmáticamente aparejan, lo que se dicen entre ellas. Los poemas dicen lo que el autor no puede, no sabe o no alcanza a decir. La trama de los versos, que es la trama del lenguaje, constituye una criba que, igual que la red de los pescadores, retiene aquello que se buscaba, pero también lo desconocido e impensado. Su territorio es el de la transfiguración, el deslizamiento, la multivocidad, la metáfora. Su idioma, la trascendencia. No hay que esperar, por eso, que la poesía cuente algo, y si lo cuenta, hay que estar preparados para la sobreactuación, la simulación y la parodia. Hay que estar atento a lo que no dice, a lo que soslaya (a lo que no alcanza a decir, pese a su empeño), a lo que deja en blanco, a los puntos suspensivos (que, abandonados hoy en día, están no obstante en su naturaleza), puesto que, en su indefinición y en la promesa que portan, trazan el camino de lo inexpresado.
bio/biblio:
RAFAEL FELIPE OTERIñO nació en La Plata, en 1945. Vive en Mar del Plata. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Altas lluvias (Cármina, 1966), Campo visual (Cármina, 1976), Rara materia (Cármina, 1980), El príncipe de la fiesta (Cármina, 1983), El invierno lúcido (El imaginero, 1987), La colina (Ediciones del Dock, 1992), Lengua madre (Grupo Editor Latinoamericano, 1995), El orden de las olas (Ediciones del Copista, Colección Fénix, 2000), Cármenes (Vinciguerra, 2003), Ágora (Ed.del Copista, Colección Fénix, 2005). En 1997, el Fondo Nacional de las Artes publicó su Antología poética.
* * *
Rafael, es una alegría que estés en este blog.
Es impresionante la presencia del mar en estos poemas que me emocionaron, bueno, yo sí nací allí. Me gusta, entiendo y comparto lo que decís de la poesía.
No nos conocemos aunque alguna vez nos hemos visto allí donde no naciste y yo sí, pero fue fugaz y circunstancialmente, y fue hace mucho, yo era amigo de Estela (López Merino) y frecuentaba la casa de Santiago del Estero.
Sos un gran poeta. Te mando un saludo.
Carlos Ardohain
Rafael, un lujo poder compartir el blog con ud, le manda un saludo desde Rosario Lisandro González.-
a mí me hubiese encantado que un poeta tan grossssso como oteriño, a quien admiro y respeto, pudiera nombrar algún poeta joven, algún marplatense. los académicos en sus cajas de cristal.
Alfajor: sucede que Oteriño escribe POESIA y obviamente lee POESIA, me parece que quizás no conoce a nadie joven que haga lo mismo. No tiene que ver con cajas de cristal, tiene que ver con calidad estética, me parece humildemente.
Además, para qué queres que nombre gente joven, si total otros acá lo hacen, estamos hasta el cogote de "gente joven" que normalmente no aporta mucho a nivel estético.
Conocí a Oteriño como poeta ("El Príncipe de la Fiesta") hace ya algunos años y cada vez que leo un poema nuevo sigue conmoviéndome como entonces.
¡Saludo en él a la Belleza y a la Poesía!
Rafael, yo lo he leído en Mar del Plata, hace mucho tiempo. Hace años vivo en Madrid. Pero anoche soñé que caminaba por la Avenida de los Tilos y leía un poema suyo que hace años supo estar escrito en un muro. No recuerdo el poema, pero en el sueño lloraba y me ponía inmensamente triste. Necesito, por favor que me revele las palabras de mi sueño. Después de todo eso hace un poeta.
Gracias. regimientotandil@yahoo.com
Publicar un comentario