Cuando se prendieron las cortinas de la
cocina puse su corazón sobre la tabla de olivo y lo atravesé con un
cuchillo. Me alegré de sentir todo aquello que a ella le gustaba
escribir. Era como ser el protagonista de una novela suya. Imaginé
las llamas subiendo rápidamente por las escaleras y devorando su
cuerpo desnudo maniatado. Abrí la nevera; saqué una cerveza bien
fría; destapé un bote de banderillas picantes, pero no picaban.
Pasé la hoja del manuscrito con los dedos todavía manchados de
sangre. Allí no había nada, nadie, ni siquiera mi arrepentimiento
de no saber nunca como acabaría todo esto.
Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
Mostrando entradas con la etiqueta manuscrito. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta manuscrito. Mostrar todas las entradas
18 de octubre de 2016
Manuscrito (REC 1/2)
Etiquetas:
arrepentimiento,
cadena ser,
cerveza,
corazon,
cortinas,
cuchillo,
escaleras,
escribir,
fuego,
manuscrito,
nevera,
novela,
protagonista
9 de septiembre de 2011
La clave.
Llaman a la puerta. Parece que es el carruaje que me llevará a un lugar en donde poder guardar el pergamino con las claves para descifrarlo. La Orden me dio instrucciones de dejar abandonado el manuscrito en la biblioteca; lo dejaré entre otros libros, para que pase desapercibido.
El chofer me indica que estamos llegando a puerto; tendré que coger un barco para llegar a una isla en donde hay una entrada secreta a la Atlántida. Deslizo las cortinillas con el pergamino y veo cientos de carros desembarcando.
Ha sido un viaje duro, aunque el encontrarme dentro de la ciudad perdida, amortigua la enfermedad mortal que contraje en la travesía. Soy el último de la fila que aquellos seres cabezudos nos han hecho formar; delante de mí veo: el Santo Grial, el disco de Festos, la piedra filosofal...Yo soy la clave, el último que cerrará la caja de Pandora.
http://factoria.fnac.es/concursos/concurso_matilde_asensi/la-clave
El chofer me indica que estamos llegando a puerto; tendré que coger un barco para llegar a una isla en donde hay una entrada secreta a la Atlántida. Deslizo las cortinillas con el pergamino y veo cientos de carros desembarcando.
Ha sido un viaje duro, aunque el encontrarme dentro de la ciudad perdida, amortigua la enfermedad mortal que contraje en la travesía. Soy el último de la fila que aquellos seres cabezudos nos han hecho formar; delante de mí veo: el Santo Grial, el disco de Festos, la piedra filosofal...Yo soy la clave, el último que cerrará la caja de Pandora.
http://factoria.fnac.es/concursos/concurso_matilde_asensi/la-clave
Suscribirse a:
Entradas (Atom)