Desplacé su larga melena para dejar al descubierto su cuello. Lo besé, estaba en su punto; siempre me gustaba calentar los cuerpos antes de trabajar con ellos. Introduje el bisturí sobre su pecho, guiándome de la cicatriz de su anterior operación de trasplante de corazón. Introduje las tenazas en su tórax para separar las costillas. Sin más miramientos arranqué el corazón de cuajo. No aguantaba verlo más en el cuerpo de otra persona. Lo metí en una bolsa transparente y lo guardé en el congelador, junto con sus riñones. Ya sólo me faltaba recuperar sus pulmones y su hígado.
Garbancito es un ser pequeñito, el cual un día se escondió en una lechuga para poder así devorar, poco a poco por dentro, a la vaca que se lo tragara. En su última hazaña perdió su pequeña libreta. Por lo poco que he podido leer y entender, entre sus múltiples aficiones está la de escribir microrrelatos.
Mostrando entradas con la etiqueta higado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta higado. Mostrar todas las entradas
27 de agosto de 2012
Siempre a tu lado
Etiquetas:
banda,
bisturi,
cadena ser,
corazon,
cuerpo,
higado,
operacion,
pulmon,
riñon,
transplante
Suscribirse a:
Entradas (Atom)