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27 de junio de 2013

Hambre (REC)



-Somos dos tíos fuertes, ¿a que sí?
-Si papá, lo aguantamos todo.
-¿Te queda algún caramelo?
-No.
-Bueno, da igual.
 -¿Por qué está sentada esta señora tan fea en la mesa? ¿Quién es?
-Es la muerte.
-¿Ella también tiene hambre? ¿Fue la que se comió a mamá?
-Siempre tiene hambre.
-¡Pues que espere!, que nosotros lo aguantamos todo, ¿a que sí papá?

4 de junio de 2012

Hambruna universal

No trabajó ni la mitad que la noche anterior y llegó a casa derrotado, como últimamente, sin nada que traer para comer. Le esperaban en la mesa de la cocina para desayunar juntos, pero era fin de mes y no había nada que llevarse a la boca. Abrió la alforja y vació “la nada” que llevaba dentro. Pensó, mientras miraba a su pequeño, cómo explicarle que ni hoy, y, quizás mañana, tampoco comerían; cómo explicarle lo dura que podía llegar a ser la vida. Empezó el bebé a llorar desesperado, angustiado, hambriento... La madre le susurró una nana a la oreja para que no llorase; que pronto pasaría el hambre. El hermano mayor, nervioso, como si estuviera arrepentido de algo, sacó del bolsillo un mendrugo de pan duro y se lo dio a su hermanito diciéndole que la vida era muy dura, como el trozo de pan que le había dado; que tenía que acostumbrarse. Éste empezó a chuparlo y chuparlo; y, con su diente, su único diente, a roerlo y roerlo. Entonces sonrió y parpadeó dos veces con su ojo, su único gran ojo. La familia sonrió al verlo tan feliz, y no dudaron en reír abiertamente, enseñando todos su diente, su único y afilado gran diente.

17 de mayo de 2012

Ha dejado de quererme (REC II)

Y al otro lado de la ventana, nada de nada. Me pongo nerviosa, ¡no hay nada! Picoteo el alféizar en busca de alguna migaja que haya podido dejar olvidada el día anterior, pero nada. Meneo la cabeza; vuelvo a mirar por un lado, por el otro... nada. Tengo hambre y arrullo quejicosa, enfadada, indignada... ¡ya es hora de comer!  Picoteo el cristal porfiadamente. Consigo verla; está sentada, donde siempre, con su cuenco de sopa y sus... ¡mis trocitos de pan! No aguanto esta situación. Ella permanece sentada impasible, con el televisor encendido. No la veo con ganas. Su mano está agarrando fuerte la cuchara, la cuchara que ya no tiembla.