Empezó la pandemia y vimos como se fue desarrollando en los diferentes países en el mundo. A pesar del confinamiento, los hospitales comenzaron a no poder con la demanda de enfermos de Covid-19 y esto dio, por ejemplo, indicios de que la mayoría de los sistemas de salud (en todos los países), eran insuficientes. En México, desde luego, el subsecretario de salud, López Gatell, justificó el tema indicando que las anteriores administraciones habían dejado a la deriva al sector Salud y que -como todo en este gobierno- esto era un problemas heredado del pasado. Dicho de otra manera: "así me entregaron este cochinero, ¿qué esperan que pudiese solucionar?".
Unos 8 meses después surgieron las vacunas, en un esfuerzo increíble para lograr un esquema que pudiese ayudar a los seres humanos a resistir la pandemia. Ya no voy a hablar de la cantidad de mentiras que nos recetaron al respecto de las vacunas contratadas y pagadas. Aquí lo que importa es que finalmente estaba por llegar una solución al problema pues la vacunación iba a poder bajar la mortandad y la enfermedad.
Se iniciaron en muchos países la vacunación, controlada por los diferentes gobiernos. En principio, en México al menos, solamente el Gobierno Federal podía adquirir vacunas y entonces ellos tenían el control sobre cómo, cuándo y a quién vacunar. Hay que decir que el esquema de vacunación empezó mal pero se fue arreglando y poco a poco los centros de vacunación comenzaron a trabajar de manera eficiente. Finalmente algo hicieron bien.
Sin embargo, con la convocatoria a ser vacunados, hubo mucha gente que decidió que no se iba a vacunar. Las razones eran muchas, desde la absurda: "te están inyectando un microchip" hasta "no sé de qué está hecha la vacuna. Por eso no me la voy a poner". Otros apelaron a un "ataque a su libertad de decisión". Y así como en algunos países se exige el esquema de vacunación completo para poder acceder a sitios públicos (teatros, cafeterías, etcétera) -como en Francia, en otros se consideró la medida como un ataque personal y vimos escenas de policías contra manifestantes por su "derecho a no vacunarse".
Pensemos que las vacunas están funcionando pues los que se han enfermado de Covid-19, con la variante ómicron, que parece menos mortal, han tenido síntomas leves. Sin embargo, la mayoría de los que han acudido a hospitales por tener síntomas más serios, han sido aquellos que no se han vacunado. Este es un dato de la OMS, a todo esto. Pero pensemos que quizás los gobiernos se han puesto de acuerdo para decir estas cosas para alentar a las poblaciones a vacunarse. Vamos, siempre habrá una teoría de la conspiración.
¿Pero tienen razón en que se ataca a esta libertad de decisión? Déjenme dilucidar esta cuestión con un símil: ¿Por qué los automovilistas no se pasan los altos? ¿Por qué siguen las reglas de tránsito? Más allá de las multas si son sorprendidos pasándose una luz roja, es un hecho que los semáforos funcionan y que permiten que el flujo de vehículos no se detenga porque todos quieran pasar la mismo tiempo.Y entonces, los automovilistas no se pasan los altos porque a nadie le conviene (más allá de las multas). ¿Es esto un ataque a la libertad de decisión? Nadie lo ve así. Y entonces, ¿por qué ven como un ataque a su libertad de decisión el vacunarse? ¿No es por el bien propio y el de los demás? ¿No es una medida empática a favor de tratar de salir lo antes posible de esta crisis sanitaria?
Y puedo poner más ejemplos: se quejan de los pasaportes sanitarios pero... ¿No existe ya la obligación de tener un pasaporte actualizado para viajar a otros países? ¿Por qué aceptamos el pasaporte normal y no el que nos obliga a reportar que estamos vacunados? No entiendo.
El problema empieza entonces cuando estas personas anti-vacunas se enferman. Entonces acuden al hospital (muchas veces tarde), y quieren que los médicos hagan milagros. Y pues así no se puede. En el pecado quizás llevan la penitencia. Hoy me enteré que el cantante argentino Diego Verdaguer falleció de Covid-19 en Los Angeles. Su esposa, Amanda Miguel, tuiteó en reiteradas ocasiones en contra de la vacunación. Quiero creer que el cantante no estaba vacunado y desafortunadamente llegaron las complicaciones. Tal vez, sólo tal vez (porque no podemos saberlo con certeza), Diego Verdaguer pudo haber solventado la enfermedad. Hoy es tarde. Un triste ejemplo de lo que no se debe hacer.