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Wednesday, July 20, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 16)


Último capítulo dle micro-libro de Enricco Wizard:

Esa canción sí que me hiere
o
¡Si te mueres, te mato!

Y al final uno se pregunta: ¿Qué carajos es la vida? Y la vida se empeña, a su sigilosa manera, en írsenos de las manos de manera irremediable. Medio centenar de caracoles silvestres han invadido nuestro jardín y hemos resuelto adoptarlos como mascotas una vez que evaluamos las estrategias posibles para darles exterminio. Salvo que se cuente con un arsenal nuclear, la batalla contra estos resbalosos animalitos está perdida de antemano. Todo esto viene a colación ya que después de ingerir ocho Heinekens y contemplar con desgano durante tres horas ininterrumpidas el desplazamiento de uno de estos animalejos, comprendí, así de reatazo, que en aquél minúsculo laberinto, refiriéndome a la conchita que llevan a cuestas, se encierra el verdadero misterio de la vida. Si hoy por hoy no recuerdo exactamente el recurso lógico que me hizo desetrañar tal proeza de descubrimiento posiblemente se deba al trance tequilero que vino después de agotarse el segundo six pack, pero el hecho es tan real y verídico como los jugosos y azucarados duraznos que ahora crecen en nuestro jardín, apenas una manifestación más del interminable poema existencial. El intelecto nos juega estos trucos que nos hacen olvidar la verdadera esencia de las cosas sólo, me atrevo a suponer, para mantenernos interesados en el juego de la vida. Esto lo vine a comprobar después por mero accidente. Hacía una tarde esplendorosa pero en esta ocasión las cervezas, de alguna incomprensible manera, no obraron el mismo efecto que la vez anterior. Los caracoles me parecieron tan sin sentido como la cerilla en mis oídos. Tal vez esto de la vida es todo un acto bastante bien montado donde uno forma parte de un elenco no anunciado donde se improvisa en un cambiante escenario de nubes que se deshacen en jirones y de un tibio viento que parece cantar silencioso en la lejanía. Porque es bien sabido que hay canciones que hieren, que abren heridas invisibles, tan intangibles que el Merthiolate y el agua oxigenada no surten efecto alguno. Pero así de cambiante es la vida y tarde o temprano uno, animal de instintos, termina por acostumbrarse hasta que se presenta una sorpresa mayor e inesperada. Si la vida es ya de por si incomprensible, más aún lo es la muerte. Habrá que confesar que tales sutilezas solamente consigue entenderlas el abuelo. La tarde se deshizo bajo el influjo de una Luna arrogante. Así sin ovaciones ni “bravos” cayó finalmente el telón. Esta vez el acto cerrador lucía un tanto dramático y desolador. Los mariachis callaron. Rematando la escena final, posando sobre el pasto a manera de bodegón, tres duraznos ya en descomposición, varios envases verdes y una alfombra de cascarones deshechos de lo que minutos antes fueron graciosos caracoles.

Tuesday, July 19, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 15)


Décima quinta entrega del micro-libro de Enricco Wizard:

"Con el alma en la mano y apretando las 
cejas le pregunté a mi adorada consorte 
-más vale que sea tuyo o estoy en un serio 
aprieto- mientras le entregaba el pequeño 
lápiz delineador extraviado en mi automóvil. 
Su franca sonrisa me demostró cuán valioso 
es tal artículo y cuánta fidelidad puede existir 
en el frágil corazón de un hombre, además de 
los consabidos beneficios de la producción 
industrial en serie que seguramente habrá 
salvado a más de un afligido matrimonio."


Jaque Mate
o
¡A la rurru meme!

No puedo omitir algunos comentarios personales sobre la siempre perfectible técnica del entrevistado. Me refiero a aquél personaje que por requerimientos profesionales tiene que enfrentar a un grupo de individuos, en ocasiones desconocidos, con el objeto de someterse a una entrevista formal. Existen infinidad de variantes pero el común denominador consiste en la prepotente actitud de los entrevistadores. Ellos no persiguen otra cosa más que conseguir que usted quede en ridículo por lo que enfocarán su ataque sobre los flancos más descubiertos. Espere preguntas que nada tienen que ver con su campo de especialidad. La idea es crear el desconcierto a fin de someterlo a aceptar que usted es tan frágil como un trozo de mantequilla sobre la estufa. Es aquí donde la técnica del entrevistado se convierte en un factor invaluable. Lo primero que debe saber el entrevistado es que en el grupo entevistador hay más de uno que no tiene la menor idea sobre qué tema versará la entrevista o sobre qué es conveniente preguntar. Sea paciente y espere a que le hagan la primer pregunta. Como en el ajedrez, la primer jugada es la más importante del juego y usted trae las negritas. De ser posible rompa el turrón con algún comentario intrascendente si es que percibe un ambiente demasiado hostil. Puede comentar sobre el clima o la paliza que le dieron al Real Madrid, en fin, plática de elevador. Todo comentario que usted emita deberá partir de la base de que usted ya lo ha vivido hasta el cansancio, o sea, usted responde en base a su amplia experiencia. Asuma pues la pose del experto sin ufanarse demasiado. Si le hacen una pregunta “de a gratis” o “de regalo”, trate de jalar a los involucrados a algún tema de interés que usted domine. Una pregunta de regalo es aquella en la que usted prácticamente queda en libertad de determinar el tema y el posible curso de la plática. Si le hacen una pregunta de este tipo es preciso que responda con soltura y se adentre en el tema buscando despertar el interés de los entrevistadores. Usted domina el tema y si ellos se interesan entonces ya tiene la partida ganada. Otra técnica consiste en fingir demencia sobre algún tema específico que usted domine. Basta con balbucear en el momento preciso y sus entrevistadores se lanzarán como hienas salvajes sobre su persona, justo lo que usted estaba esperando. Existe también la pregunta explicatoria, esto es, cuándo a usted le piden que explique algo. Ello es un claro indicio de que los que preguntan no saben gran cosa sobre el asunto. Ilústrelos y aplique las técnicas antes descritas: toque temas de interés sin elaborar demasiado a fin de mantener la inercia y finja demencia cuando sea necesario. Tenga siempre un par de preguntas a la mano. Es común que los entrevistadores le concedan el derecho de hacer una pregunta simplemente para confirmar que usted no venía preparado y que no tiene nada que añadir. Sorpréndalos haciendo un planteamiento sobre algún tema internacional, por ejemplo, algo relacionado con los problemas financieros en Asia. Lo más seguro es que quedarán atónitos con tal muestra de cultura financiera. Asegúrese de tener la cotización del Yen fresca y en la mente y hasta con cinco cifras decimales.

Monday, July 18, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 14)


écima cuarta entrega del micro libro de Enricco Wizard:

El hijo de Jim Croce, popular cantante y creador 
del sonado tema “Operator”, se lanza a la fama 
siguiendo los pasos de su padre. Se comenta en 
el ámbito artístico que el estribillo de su primer 
tema reza como sigue: 
“Operator, will you please return my dime?”

Tiro de esquina
o
¡Mira, qué cosa más linda!

El Dany me contó una buenísima: resulta que uno de sus clientes tenía un importante adeudo moratorio de varios meses. Después de insistir desesperadamente, Daniel no tuvo más opción que hacer guardia a las puertas del negocio del citado fulano hasta que el entuerto sujeto hizo su triunfal aparición. El planteamiento de Daniel fue decididamente enérgico y en tono de ultimatum. Agotada la discusión, Daniel se dirigió resuelto a una sucursal bancaria solo para descubrir que el tan ansiado cheque no cubría los fondos suficientes para su pago. La maniobra de aquél malandrín había surtido efecto y Daniel se encontraba en un callejón sin salida. Para colmo, el banco estaba a punto de cerrar. El monto en cuestión era de 15 mil pesos y el saldo en la cuenta apenas sobrepasaba los 14 mil. Daniel, sin inmutarse siquiera, y con ese aire de serenidad que le es característico, sacó ágilmente su bolígrafo y llenó una forma de depósito por un mil pesos, los cuales inmediatamente depositó en la cuenta del moroso ante la evidente extrañeza y asombro de la linda señorita que le atendía. Habiéndose entonces cubierto el monto del cheque, Daniel procedió a efectuar el cobro sin mayor dilación. Hábil truco este de Daniel, tanto que la eficiente chica perdió, por una fracción de segundo, hasta su ancestral lindura.

Sunday, July 17, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 13)


Décima tercer entrega del micro libro de Enricco Wizard...

¿Qué cuál es la mejor caricatura en la historia 
de la televisión? La respuesta es sencilla: 
El gato Félix. No hay personaje más encantador 
y buena onda que este simpático minino. 
Nada que ver con las caricaturas actuales, las cuales 
llevan una sobredosis de morbo insaciable y  vacuedad robótica. 
¡Qué santo afán de buscarle tres pies al gato!
El atraco perfecto
o
Fuera de servicio… Intente más tarde por favor

Tengo el plan perfecto para el atraco perfecto. El plan es sencillamente infalibe y fácil de ejecutarse, tanto que a la publicación del presente ejemplar se sucitarán una serie de robos multimillonarios que habrán de quedar sin resolverse si se siguen las instrucciones al pie de la letra. La inversión requerida es mínima y los beneficios se obtienen en cuestión de horas. El primer paso consiste en hacerse de un cajero automático, como esos que pululan en los centros comerciales. Más de un proveedor estará en la mejor disposición de venderle tal artefacto si el precio es el correcto. Otra alternativa más recomendable es armar uno por cuenta propia a fin de no dejar rastro alguno. Si tiene algún conocido que posea una colección de Mecánica Popular y que sea fanático de la construcción de modelos mecánicos, hágalo su socio inmediatamente, él es pieza clave en la fabricación del cajero y en la exitosa consumación del atraco. El cajero no tiene que funcionar al cien porciento, no es un requisito indispensable. Basta con que al introducir una tarjeta por la ranura y una vez que el cliente tecleé su contraseña de acceso, en la pantalla se despliegue un mensaje como “Fuera de servicio… Acuda a la sucursal Centro dentro de 48 horas”. Cualquier programador es capaz de escribir un programa que emule tan rudimentario comportamiento. Es obvio que la tarjeta no deberá ser devuelta al cliente. Se entiende pues que el plan, al menos en teoría, consiste en hacerse de tarjetas de usuarios, y además, adquirir su clave secreta. La fase dos del plan operativo consiste en instalar el cajero en alguna zona de tránsito pesado. Un centro comercial resulta una elección perfecta. Esta operación deberá hacerse en horas mañaneras para no despertar sospecha alguna. Será conveniente adquirir un par de uniformes y rentar una panel debidamente rotulada a fin de dar la impresión de que se trata de empleados de alguna institución bancaria. Para tener mayor impacto puede incluirse una leyenda discreta en el cajero que diga “Estimados Usuarios: Se aceptan todo tipo de tarjetas. No se cobra comisión. Si usted posee una tarjeta de crédito no le cobraremos intereses sobre disposiciones en efectivo hasta Enero del 2015”. La fase tres, y última, consiste en darse vuelo con las tarjetas efectuando los retiros correspondientes. El plazo para cometer el delito es más que sobrado; 48 horas. En un buen día, usted podría hacerse de un centenar de tarjetas y de una verdadera fortuna. Aclaro finalmente, gracias a la juiciosa y oportuna recomendación de mi querida esposa, que si usted decide llevar a cabo el presente plan, se entiende que es bajo su propia y entera responsabilidad. Si todo falla, le sugiero que empiece a fumar; le será de gran utilidad considerando los largos años de condena que le esperan tras las rejas. ¡Buena suerte!

Saturday, July 16, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 12)


Capítulo 12 del micro-libro de Enricco Wizard. La verdad es que no entendí de qué se trata, porque supoingo que es un  tema local de donde vivía, Tijuana. Si alguien tiene más luz sobre el particular, favor de  escribirlo en el sitio de comentarios.

Pude al fin hacerle un jaque al Manolis 
después de añales de no tocar una 
maldita pieza de ajedrez. No fue un 
ultimatum mortal pero me sentí ganador 
durante toda la partida, aunque al final, 
y solamente al final, ya en la última jugada, 
me bendijo con un soberbio jaque mate.

El cero treintainueve
o
¡Sálvame Lassie!

Ya que hablamos de computadoras, hablemos también de números mágicos. Nadie sabrá, a ciencia cierta, quién o qué diablos era el cero treintainueve. Cuando Miky Laure haya pasado a la historia, y para muchos ya lo ha hecho, el misterio sobre el cero treitainueve permanecerá en el aire al igual que la sutil estela de gardenias silvestres que deja a su caminar Minerva, la secretaria de nuestro eficientísimo y aguerrido contralor, o como las huellas míticas de la chica de Ipanema que aún adornan las doradas arenas de alguna playa lejana. El famoso cero treintainueve bien pudo haber sido un taxi, un tranvía, un camión, un vagón del metro, una aeronave o vaya usted a saber que diantres era, pero el hecho relevante es que se la llevó. En un santiamén, la susodicha desapareció del mapa para no volver jamás. Se acaba la papa, se acaba el maíz, es claro que las cosas no han cambiado gran cosa. Nuestras canciones son ya de por si reveladoras. Hay quien se atreve a decir que si se cantaran al revés, esto es, del final hacia el principio, las canciones mexicanas revelarían una encantadora y apabullante historia en la que el personaje central, un tipo desdichado y tomador, después de resucitar a la vida, deja de repente la bebida en un acto de iluminación trascendental, despide de un tajo a la amante de años, a quien casualmente le triplica la edad, recupera a su mejor amigo, recupera también el empleo y una cuantiosa suma de dinero producto de una afortunada apuesta en la que se habrían jugado el orgullo y la vida, en ese orden de importancia. Para concluir, o más bien dicho, para empezar, nuestro personaje vuelve a casa al lado de su abnegada mujer e hijos. En toda esta historia, el revólver, el caballo y otras escenas campiranas son meros elementos pictóricos pero esenciales para el desarrollo de la trama y para acentuar el relato de lo que al final de cuentas es el terrible infortunio, en formato cantabile, de una típica familia a la mexicana. Ni al mismo Oscar Wilde se le hubiese ocurrido tan fantástico relato, que dicho sea de paso, en nuestra querida tierra, de relato no tiene el más mínimo asomo. Como dato curioso y de reflexión, me pregunto si en vez de cero treintainueve, la citada unidad de transporte, por llamarle de alguna manera, pudo haberse llamado treintainueve a secas. Tal vez el cero sea una pista reveladora. Cabe aquí otra reflexión, que viniendo de boca de un buen amigo, habré de otorgarle cierto crédito y lo dejo a mis lectores como una teoría más; el cero treintainueve era nada menos que un revólver de bolsillo y la fulana se suicidó. Salvo que Rintintín o Lassie den con una sólida pista que nos conduzca al meollo de tan intrincada polémica, la verdad es que tal vez el asunto jamás consiga esclarecerse, pero un asunto irrebatible es que la cosecha de mujeres nunca se acaba.

Friday, July 15, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 11)


Capítulo 11 del micro-libro de Enricco Wizard:

¿A quién se le habrá ocurrido ponerle 
números al teléfono en vez de un
teclado de máquina de escribir en
versión miniatura? Hubiese sido
más sencillo que el “número” de
Cipriano Solís fuese simplemente 
“CIPRIANO SOLIS” y punto. De paso 
los señores de las páginas blancas y 
amarillas hubiesen salvado una 
millonada de árboles.

De paralelepípedos hiperconductores y secuencias ortogonales
o
A Chuchita la bolsearon

La ciencia, además de ser un verdadero negocio (muy a pesar de las opiniones en contra de un cúmulo de investigadores mal pagados), se ha convertido en un nicho inpenetrable. Es verdad que hoy en día buena parte de los fisicos y astrónomos de nuestro país perciben salarios de miseria y se ven obligados a ejercer como maestrines de preparatoria abierta, reporteros o músicos. Dicho sea de paso; así de versátiles son nuestros hombres de ciencia. Resulta evidente que tales personajes han quedado fuera del esplendoroso negocio que encierra el quehacer científico. Al que bien le va en nuestro país tiene una beca vitalicia de CONACYT, otra de ANUIES y otra más del fondo revolvente de proyectos del Observatorio de San Pedro Martir. Con ambas se cubre algún sonado tema de investigación, por ejemplo, “Aplicaciones de la Baba de Nopal en su Fase Semigaseosa en Combinación con Nitrocloruro de Selenio en el Tratamiento de la Leucemia Temprana en la Hormiga Africana”, un tema que por cierto ya fue tratado hasta el cansancio y con inumerables variantes por medio centenar de antecesores. Nuestro citado personaje, si se jacta de citado, pertenece además al Club de Leones y al SNI, o como se llame hoy en día, porque es sabido que cada cierto tiempo cambia de nombre tan renombrada institución. A lo anterior habrá que adicionar el título de catedrático honorífico de la UNAM con una carga de materias equivalente a sesenta y tres horas diarias, ésto según se asienta en contrato, ya en la práctica, equivale a una hora de clases de cuarenta minutos cada tercer día con quince semanas de descanso al año y el consabido, por no decir religioso, año sabático. Finalmente, y esto se omite en todo currículum medianamente decente, el ya mencionado imparte un taller teórico-práctico de reparación de lavadoras los Domingos en Chapultepec y da clases en alguna secundaria o prepa nocturna. Sume usted todo lo anterior y después de impuestos, bonos más bonos menos, le alcanzará para adquirir, a precios actuales, exactamente siete kilogramos y tres cuartos de tortillas (sin papel) a la semana. Se preguntará usted. -¿Dónde está pues el pululante negocio?- Es muy sencillo, en la venta de proyectos tecnológicos a las paraestatales y ocasionalmente a la industria privada. La cosa funciona más o menos así: una empresa gubernamental, por ejemplo, la Secretaria de Protección a la Liebre Silvestre y Especies Menores, contrata a la Universidad Tecnológica de San Patricio el Chico. El proyecto consiste en el desarrollo de un sistema automático para alimentar a una colonia protegida de liebres. Se diseñan entonces los planos para construir un complejo artificio electro-mecánico controlado por computadora capaz de administrar el alimento en raciones controladas con una precisión de microgramos. El proyecto, originalmente concebido para ser completado en siete meses, dilata cuatro años a un costo tal que bien hubiese convenido importar liebres de la isla de Borneo, con lo cual se hubiese salvado a la especie. El proyecto queda suspendido el mismo día que muere la única liebre restante después de haber sobrevivido a tres intervenciones quirúrgicas practicadas por pasantes de la citada universidad como parte de un proyecto paralelo para incrementar la capacidad de reproducción del animalito. El prototipo del dispositivo en cuestión queda en eso, en prototipo, eso si, los planos son dignos de un museo de arte por su minucioso detalle y la calidad del papel empleado, el cual fue importado desde Palermo especialmente para el proyecto. Al final todos felices. La universidad obtuvo los necesitados fondos. Varios estudiantes consiguieron titularse como parte del programa de apoyo a la investigación y el valle de Amatizac consiguió deshacerse al fin de la peste de liebres. Por este heróico hecho, los agricultores de Amatizac hicieron un cuantioso donativo a la universidad, el que sirvió para la construcción de un flamante laboratorio de química, el cual, después de escaso un año, quedó convertido en cafetería por conflictos políticos de la propia universidad, todo en el mejor espíritu de evitar un conflicto aún mayor. Bien lo decía mi abuela: “Por mi raza hablará el espíritu”.

Thursday, July 14, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 10)

 
 
Décima entrega del micro-libro de Enricco Wizard:
Cómo olvidar Veracruz con sus palmeras 
(borrachas de Sol). Aquellas tardes sofocantes
e interminables, el malecón, el zapateado
en Boca del Río, el café de la parroquia,
las bolas de tamarindo en Paso del Toro,
el carnaval, las nieves de mamey y
los riquísimos elotes con chile y limón. 
Darwin dio certeramente en el clavo cuando
dijo que la vida dio comienzo en el mar.

Análisis, diseño, desarrollo e implementación
o
Patrañas, patrañas, patrañas y más patrañas

Algunas compañías suelen optar por diseñar el software en casa en vez de adquirir paquetes prefabricados para resolver sus necesidades de cómputo. Dichas compañías cuentan con un flamante equipo de ingenieros supuestamente capaces de resolver cualquier problema técnico y de modelar la operación hasta el punto en que ésta pueda ser automatizada por medio de un complejo sistema de cómputo. En esta ardua tarea participan empleados responsables de distintas áreas. Sobra decir que en la mayoría de los casos con diversos niveles culturales y profesionales, así como con intereses frecuentemente encontrados. Si a esto aunamos el que dichas tareas no nacen del deseo voluntarioso y espontáneo de participar en un proyecto, sino que más bien son delegadas por decreto quasi militar, no será difícil darnos cuenta de que nos hemos topado con una receta infalible para el fracaso. El director del proyecto en cuestión, un fulano de alto rango y con muchos años de servicio en la empresa y que sabe de programación lo mismo que yo sé de microcirugía del hipotálamo, girará una serie de instrucciones precisas con la misma soltura que un acróbata chino y echará a andar aquél monstruo de mil cabezas en un santiamén. En aquella complejidad, las posibilidades de acertar a la solución óptima se verán dramáticamente reducidas, tanto que resultaría harto más sencillo atinar a la combinación correcta del super lotto de Texas. Aún así, el proyecto avanzará por un sendero inescrutable y ya sin posibilidades de retorno. Después de haber gastado lo que jamás se soñó presupuestar y después de varias noches de insomnio y otras tantas vacaciones truncadas, todos estarán entonces convencidos de que la mejor alternativa de solución es comprar de una vez por todas el paquete aquél al que todo mundo lanzó maldiciones y críticas malintencionadas con argumentos desafiantes y a prueba de todo rigor científico. Habrá incluso más de un atrevido que en un arranque de inspiración ponga en tela de juicio la necesidad de modificar el procedimiento actual y solicite la cancelación inmediata del proyecto de desarrollo así como la anulación de la orden de compra. Hasta el más insensato sería un imbécil de no apoyar tan brillante iniciativa. Estando así las cosas todo mundo sentirá que le ha hecho un gran favor a la empresa al evitar la posible implementación de un sistema que hubiese costado una verdadera fortuna en consultores y adendos. Viéndolo del lado amable, la decisión de no hacer nada es posiblemente la más inteligente de las soluciones por la simple razón de que resulta una tarea humanamente imposible la de sincronizar a un grupo tan disímbolo de incapacitados mentales. La presión de la dirección puede ser tal que finalmente se decida por continuar con el desarrollo del programa sin escatimar en recursos. Al final se tendrá entonces un fabuloso sistema con la más alta tecnología disponible en el mercado, una combinación de dos o hasta tres paquetes comprados con pegostes de código fabricado en casa y una serie de procedimientos manuales altamente ineficientes pero funcionales al fin. Un sistema que sólo unos cuantos descorazonados utilizarán y que lo harán no tanto por gusto sino por complacer a sus superiores y al director de la empresa, precursor de la idea original, quien eventualmente los premiará por su empeño y tenacidad. Este último personaje estará plenamente convencido de que ha encontrado, sin habérselo propuesto siquiera, la piedra filosofal. Al final de la historia la empresa habrá triplicado su tamaño y salvado la bancarrota gracias a la pericia de su equipo de contadores, conocidos expertos en triquiñuelas fiscales, y lo más importante, todos tendrán empleo asegurado.

Wednesday, July 13, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 9)


Siguiente capítulo dle micro-libro de Enricco Wizard:

Lo tengo por cierto que no lo escribió Cervantes, 
pero en aquél momento íntimo, la frase 
garabateada en la puerta del baño (del aeropuerto) 
me pareció cautivadora. Decía más o menos así: 
“Que cin sillo enamorarse de ti”.  Enmarcadas 
en un corazón las iniciales A y G. En letras 
más burdas y sobre el mensaje anterior también 
podía leerse: “Pendejos”.

Instalando software legal
o
Hay una mujer divina en tu vida

Posiblemente, el título más apropiado para este segmento hubiese sido “Instalando Software Ilegal”, pero dáse el caso de que el software ilegal es tan popular que ya no es noticia alguna, y la práctica, ampliamente difundida, de fusilarse o piratearse el software se ejerce impunemente desde hace varios años. Es casi un hecho inaudito el que alguien adquiera un paquete nuevecito con todo y manuales y tarjeta de registro. Los discos ilegales se canjean como si fuesen canicas y la fiebre se desata cuando se trata de copiar el software más reciente. Se convierte pues en cuestión de orgullo el poder jactarse de que se cuenta con la última versión, debidamente pirateada, de Autocad, la cual consiguió copiarse en 27 discos sobre los que previamente se había copiado la versión Deluxe del calendario virtual de la Trevi, en su momento, la mujer más hermosa del planeta. Lástima que dicho momento de hermosura haya durado apenas un par de minutos. Los más habilidosos dominan la moderna técnica del quemado de discos compactos, extendiendo sus tentáculos a la copia ilegal de discos de audio, usualmente de Luismi o Tatiana, otra hermosa, ya que son los artistas más comercializables. Dicho sea de paso, efectuada la ilegal copia del Autocad, las fotocopias de los manuales serán elegantemente engargoladas, para lo cual seguramente se utilizarán unas vistosas portadas con motivos de Dilbert. Lo más probable es que el fraudulento sujeto jamás se interese por utilizar el recién adquirido software, pues es un hecho de que apenas dos de cada diez programas pirateados llegan, en la práctica, a ser utilizados de manera más o menos eficiente. El deporte del intercambio de software es el que mantiene esta vulgar tendencia y la gente seguirá copiando con el único fin de conseguir el software que realmente le interesa por la vía del trueque. La analogía de las canicas se aplica casi en forma transparente. Nuestro preferido es un gallito con destellos violáceos, y en segundo sitio, una catota color plomo. Las demás canicas, con toda su innegable belleza y rotunda perfección, son meramente parte del inventario canjeable. En esta historia, no menos verídica, siempre habrá un pedante que se negará a compartir copias de sus flamantes programas. El mal afamado fulano no sólo se negará sino que nos echará en cara nuestra nefasta actitud tachándonos de retrógradas, y si bien nos va, satirizando nuestra pose de tecnócratas frustrados. Con sus gestos afeminados se negará a cedernos siquiera un vistazo al reluciente manual el cual conservará herméticamente cerrado en el celofán original para evitar así tentaciones. Pero la vida, siempre benévola e impredecible, se encarga de corregir tales entuertos de una u otra forma. A la terrible Marifer, la más divina de las divinas, un día habrá de ocurrírsele que necesita, en calidad de asunto de vida o muerte, una copia de aquél programa de recetas interactivas a fin de preparar una suculenta tarta de manzanas verdes. El insípido fulano se negará al principio, pero todo mundo sabe que la conjunción de los ojos de Marifer y su etéreo acento amielado son una arma letal equiparable a los tóxicos químicos del señor Hussein. En un sutil parpadeo, el imbécil, por usar un adjetivo amable, cederá hasta el blancor de los dientes con el exclusivo pretexto de tener derecho a una rebanada de la tarta que Marifer habrá de confeccionar con esmero y ahínco, por usar una frasesucha trillada. El pretexto, ya de por si inverosímil, será el menor de los inconvenientes para Marifer pues ella sabe que su interlocutor se desangra ya con la puñalada de su aliento de musa cachanilla (aclaro lo anterior para que no exista confusión alguna con las musas griegas; esas son pura fantasía). El imbécil no sólo se dará a la tarea de hacer las copias él mismo, tarea que se extenderá hasta altas horas de la noche, sino que se empeñará en fabricar, una a una y en un perfecto estilo caligráfico a la usanza gótica renacentista, las correspondientes etiquetas. Esgrimidas finísimamente así a pulso vil, este artesanal detalle, de mal gusto a los ojos de la dulcísima musa, será pretexto suficiente para que toda ella finja demencia en cuanto a su ofrecimiento original de obsequiar la prometida porción del postre manzanero. La causa, en apariencia un acto inofensivo y bien intencionado, suele ofender a las más guapas, pues es bien sabido que toda mujer bella tiene una caligrafía por demás horripilante, por lo que cualesquier asomo de insinuación debe evitarse a toda costa. Toda comunicación escrita con las interfectas debe hacerse preferentemente por medio de signos y dibujitos tirándole, de ser posible, a lo “naive”. Ello explica la grandeza de la civilización egipcia y la ancenstral belleza de sus esplendorosas mujeres, por demás diestras en la práctica de la notación jeroglífica. El sentido común nos indica pues que toda copia ilegal deberá numerarse en maya, tal es el camino sugerido antes que inscribir garabatos en latín que pudiesen revelar una perfección arquitectónica en los trazos que sólo serviría para herir susceptibilidades, asunto harto complicado, más aún que las infames copias ilegales.

Tuesday, July 12, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 8)

Nueva entrega del micro-libro de Enricco Wizard:

¿El computador o la computadora? Ya fuesen 
femeninas por indescifrables o masculinas por su 
irreverente terquedad, las computadoras, machos 
y hembras, llegaron, al igual que nosotros, para 
quedarse y para hacernos la vida de cuadritos. 
Bien haría el Vaticano en otorgar la bendición papal
 a fin de que los contratos matrimoniales fuesen por tiempo 
definido. Casi puedo escuchar al padre Gregorio  diciendo: 
“Los declaro marido y mujer por un plazo de  dos años…”

¿Ahora dónde le pico? 
¡Ya se trabó este mitote!

"Todo por servir se acaba", dice el dicharacho. No hay nada más cierto. La computadora personal no es la excepción. El roedor, la memoria, el monitor, el teclado y demás partes y accesorios terminarán por fallar algún día, en el orden menos deseado y en el momento más inoportuno. A decir verdad, son tan frecuentes las fallas en la PC, que el botón de "reset" y el de encendido deberían ser intercambiados de una vez por todas. Resulta inaudito que a los fabricantes de computadoras no se les haya ocurrido tal mejora ya que resulta evidente que el botón de "reset" es el que se pulsa con mayor frecuencia aquí y en china. De esta manera se evitarían muchas confusiones. Siendo sinceros, el botón de "reset" no tiene razón de ser. Resultaría mejor aún si en vez de dos botones se dejase simplemente uno, al fin que apagar y encender es equivalente al requetemencionado "reset". En este sentido, las confusiones y frustraciones al frente del computador son cosa cotidiana. A todos nos ha pasado que se nos olvidó salvar el importantísimo archivo justo el día en que la inspiración nos sonreía. Aún así nos resistimos a utilizar el papel y el infalible lápiz. De haber sido popular el procesador de palabras allá por los años veintes, Don Agustín Lara sería hoy un vulgar desconocido y "Las Ojeras de Mujer" una canción inconclusa, o en el mejor de los casos, hubiese pasado a la historia como una obra inédita. Que las computadoras fallen es un hecho ineludible, tanto que la industria computacional ha mantenido una sólida posición en el mercado gracias a las constantes fallas del equipo y gracias al declarado complot de los desarrolladores de software, quienes insisten en escribir código basura para usuarios basura. Pocas gentes se maravillan, por ejemplo, con el Pac-Man, es cual es considerado como un juegucho de tercera categoría. Pocas gentes saben, sin embargo, que su creación tomó un mundanal de semanas y que los algoritmos utilizados son verdaderas joyas de la cibernética que pocas invenciones humanas han podido igualar siquiera. Tal es la historia en lo que toca a un simple juego. Luego entonces, podrá el lector imaginarse las intrincadas complicaciones y dificultades que involucra el escribir un programa general que después habrá de distribuirse comercialmente. En el peor de los casos, en una sesión típica de Pac-Man podemos perder una fresa o una manzanita, en la vida real se han perdido vidas humanas porque el software no funcionó como se esperaba. En otras palabras, el hardware y el software son una mezcla altamente explosiva y por ende peligrosa. Insisto, sin embargo, que todo no es más que un sucio truco comercial producto de un capitalismo desmedido que nos impele a adquirir artículos que sabemos de antemano son una soberana porquería. La batería que nunca se descarga y el neumático que jamás se pincha son invenciones de antaño cuyas patentes fueron estratégicamente congeladas gracias a la influencia de poderosos intereses, entre otros, el mismo señor gordo que tuvo la brillante idea de instalar maquinitas en las gasolineras para vender aire a presión y que convirtió a las llantas ponchables en un verdadero éxito y que convirtió al señor gordo, en un tipo más gordo aún. Tales aseveraciones, que con toda su ligereza y poesía parecieran no contener trasfondo alguno, adquieren una profundidad casi mística el día que se nos poncha una llanta a medio aguacero allá por lor rumbos de alguna ciudad perdida.

Monday, July 11, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 7)



Séptima entrega del micro-libro de Enricco Wizard: 
 
Error garrafal e imperdonable este de
los chinos el no habérseles ocurrido
inventar las tortillas. Esta inteligente
observación se la debemos a Ignacia,
la chica que nos ayuda con el aseo
en casa, pues en ocasión de su cumpleaños
la invitamos a comer un suculento Choy 
Suey. Cuando después de varios minutos vimos
que la jovencita no probaba alimento, y al cuestionarla
sobre el asunto, la ilusa respondió:
-¿Pos a que hora traen las tortillas seño Catalina?-.

El teorema del hot cake
o
Un buen arroz a la mexicana

En mi vida profesional, que poco ha tenido de profesional, me he topado con innumerables personajes del medio cibernético. La gama va desde individuos que son expertos en asuntos harto complejos, por ejemplo, cuestiones relacionadas con sistemas de control en tiempo real utilizando microprocesadores y lenguaje ensamblador hasta verdaderos charlatanes. En honor a la verdad hay que decir que los segundos no son menos habilidosos pues consiguen venderle a más de un incauto, y a precio de oro molido, los citados sistemas que fueron diseñados por los expertos en algún sueño de opio siendo que la solución al problema era tan simple que no requería de un sistema de tan soberbia complejidad. Esto es tanto como prepararse un suculento chorizo toluqueño con aceite de oliva. Los charlatanes, sin embargo, son los principales impulsores del avance tecnológico. Su labor es similar a la de los vendedores de autos sin cuyo empuje la industria automotriz hubiese desaparecido en el precámbrico. Situaciones como la planteada anteriormente propician aberraciones, o como dicen en mi pueblo, en ocasiones sale más caro el caldo que las albóndigas. Por algún extraño motivo, los programadores más talentosos que he conocido son personas cuya formación académica tiene poco o nada que ver con el ámbito computacional. Esto viene a colación ya que refuerza la idea generalizada de que la programación es en realidad un arte manual que se transfiere de generación en generación. Esto explica la inusitada similitud entre el perfil del programador y el del plomero. En ambos casos se requiere de un peculiar talento negociador y su ingenio creador es irrefutable. El programador innato hace el trabajo de la Malinche, en el sentido de que tiene que hacer de traductor de ideas y conceptos que finalmente se aterrizan  y convierten en instrucciones precisas, concretas y legibles para la torpe máquina procesadora. Baste decir que las ideas abstractas son de poca utilidad cuando no encuentran una aplicación práctica y es justo en dicho proceso transformador que la técnica y el arte se conjugan para dar como resultado obras, que si bien no son grandiosas desde una perspectiva artística, satisfacen necesidades humanas prioritarias que nada tienen que ver con lo intelectual. La taza de baño es un burdo ejemplo de tal aseveración. El ingrediente principal de cualquier programa es pues el fulano que está detrás del teclado y que posee el talento suficiente para diseñar un sistema cuya operación resulte tan simple e intuitiva que hasta un contador pueda manejarlo. Es imperativo aclarar que no tengo nada personal en contra de los contadores, por el contrario, de todas las profesiones, son los tipos más ordenados que conozco. En lo particular, a mi contador, jamás de los jamases se le pasó cobrarme la iguala mensual. Asumo que el tipo era bastante ordenado o era un patán bien hecho. Volviendo a los programas, éstos, además de funcionales, deben tener una especie de chispa divina. Cualquier persona que haya hecho cola en una tortillería moderna, esto es, de las mecanizadas, sabrá que la masa tiene que estar a punto o las tortillas simplemente no se cocerán correctamente. No es casualidad que lo mismo se aplique a los programas de cómputo y a las instalaciones de plomería. Escribir un buen programa es tan fácil o tan dificil, según quiera verse, como preparar un buen arroz a la mexicana. No cualquiera posee el talento para hacerlo bien, y mucho menos para hacerlo bien la primera vez. Es aquí donde nos persigue el prejuicio de darnos por vencidos a la primera vuelta. ¿Quién nos dice que al segundo intento no tendremos éxito? Aquí aplica también el teorema del Hot Cake aplicado al desarrollo de programas y que reza, a saber, que el primero nunca sale bien.

Sunday, July 10, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 6)


Capítulo 6 del micro libro de Enricco Wizard:
Winter, Spring, Summer or Fall; no hay duda, 
un ingenioso uso de la licencia poética. 
Cualquiera diría que se trata de un tema 
profundamente amoroso. Nada podría ser 
más falso. Se trata en realidad de una acto 
sumamente cruel. Recién divorciados, la señora 
King, de fondo coral, cantándole al señor James 
Taylor y diciéndole que “ha conseguido 
una amiga”. ¡Cruel, realmente cruel!


El año 2000
o
¡Mamá, estos pinches zapatos me aprietan!

El dilema sobre qué sucederá llegado el año dos mil va cobrando cada vez más fuerza. Los programadores adeptos, como era de esperarse, comentan sobre calamidades que habrán de paralizar de tajo a la civilización entera. Se habla incluso de fatalidades ocasionadas por errores no previstos en los sistemas de cómputo. Otro asunto interesante que se comenta en los medios es el hecho de que la fatídica fecha, el primero de enero del dos mil, resulta impostergable. Se trata de un problema, como la mayoría de los problemas que padecemos los humanos, inventado, esto es, un problema ficticio pero de consecuencias reales. Para empezar, el verdadero problema no se presentará sino hasta el tres de enero que cae en lunes. El sábado la gente estará aún rascádose la panza después de la papalina de año nuevo, o mejor dicho, de siglo nuevo. Con todo esto lo peor que puede suceder es que nos encontremos al jefe malhumorado al llegar a la oficina porque su taza de auténtico café colombiano se consumió en una humareda junto con la cafetera por un desperfecto en el cronómetro programable que hizo que la maldita cafetera se encendiera justo a la medianoche del cambio de milenio hasta carbonizarse por completo. Los que estamos más versados en el asunto del dos mil sabemos que todo esto no es más que una patraña que busca comerciar con lo que algunos han tenido a bien llamar "la cultura del miedo". Pero en fin, si los piratas y la mafia siciliana lo han venido haciendo desde tiempos inmemoriales, lo justo es que nos toque el turno a los cibernéticos. Se escucharán una serie de argumentos, todos ellos categóricos, en el sentido de que un problema tan simple como el de diferenciar si el año doble cero se refiere al mil novecientos o al dos mil constituye un verdadero reto logístico infranqueable para el computador pero lo cierto es que la solución a dicho problema es llana y trivial. Que si los mainframes de antaño solamente manejan dos dígitos para el año no representa un callejón sin salida. Hay mancos que manejan Cadilacs con una destreza inaudita, o mejor dicho, el hecho de tener solamente diez dedos no es impedimento para contar hasta mil millones de corrido. Identificado el malestar, el remedio se resume a aplicar una sencilla receta médica que básicamente dice: -500 miligramos de ácido acetíl salicílico en una dosis única-. El verdadero meollo es quién lo va a hacer y cuándo. Dicho sea de paso, nadie queremos pagar por resolver un problema que no entendemos a ciencia cierta. Esto sería tanto como armarse de un matamoscas en un cuarto completamente obscuro en donde, para colmo, no hay un maldito insecto. Tal vez la mejor solución al problema del año dos mil sería una salida política. Me refiero a aplicar algo así como la versión moderna del "Anno Domini". La ONU, por ejemplo, publicaría un decreto a través del cual terminado el 1999 daría inicio, de nueva cuenta, el 1980. Esto nos daría un plazo adicional de veinte años más, tiempo suficiente para remediar todo desperfecto y detener la hecatombe mundial. La nueva era podría entonces bautizarse como "Anno Computi", para diferenciarla de otras eras. Como puede verse, el asunto es harto sencillo de resolver, basta un poco de empeño a la mexicana, o lo que es lo mismo, a falta de pan, un taco de ahuacate resuelve el problema. Como dato curioso, he de mencionar que la Mac tiene como fecha terminal el 31 de Diciembre del 2039. Nuestros chamacos ya ni se acordarán del alboroto y la triste historia se repetirá de nuevo llegada la fatídica fecha para beneficio de unos cuantos vivales. La cosa no para ahí, afuera cae una lluvia endemoniada, la gente corre despavorida y yo quisiera poder imaginarme que cruzará por la cabeza de mis tataranietos llegado el diez mil, cuando de mi ya no quede ni un recuerdo.

Saturday, July 09, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 5)


Capítulo 5 del micro-libro de Enricco Wizard:


Jacinto murió por la fuerza inaudita de su propio revólver 
automático, un 45 super especial. Como mudo testigo las 
meninas de Velázquez, único cuadro que adornaba el cuartucho 
donde tras dos golpes de sangre feneció el buen Jacinto. 
Fue un accidente de lo más ridículo, y no me refiero a la muerte 
de Jacinto, sino a la cadena perpetua que bajo sentencia unánime 
le echaron a cuestas a su mejor amigo y compadre Luis Emilio 
Guajardo, y todo porque las meninas decidieron no abrir el pico. 
(libre adaptación de un relato de García Lorca)


La PC vs el mainframe
o
De chile, de dulce y de manteca

Primero fueron las cuentas de obsidiana, después los ábacos, y después, súbitamente, la pista perdióse por y para siempre. Hoy en día existen cientos de modelos de computadoras. Cada una de ellas cubre un mercado específico pero en esencia su función es prácticamente la misma, la de almacenar información, clasificarla y escupir toneladas de información en forma de reportes, sean éstos impresos o de otra índole. Dicho de otra manera, nada que esté fuera de las posibilidades de una eficiente secretaria, con la única desventaja de que a María Fernanda de vez en cuando se le corren las medias. Contrariamente a lo que pudiese pensarse primero se dieron los dinosaurios computacionales. Eran éstas máquinas de enormes dimensiones y la razón es por demás simple; novedosas técnicas de manufactura, cada vez más sofisticadas, han ido permitiendo la fabricación de dispositivos que tienden a ser más pequeños y eficientes, y por virtud de su comercialización masiva, más económicos. Un beneficio colateral es que nuestra conocimientos en geografía se ven favorecidos pues ya no nos causa sorpresa ver leyendas que dicen: "Made in Malasya" o "Assembled in Singapour". A diferencia de sus antecesoras, las computadoras modernas utilizan diminutos circuitos de Silicio, un abundante elemento que se encuentra en la tierra. Dicho de otro modo, sin proponérnoslo, hemos regresado a la edad de piedra. Aún así, el avance en todas las ramas de la ciencia es a todas luces irrefutable e incontenible. Ya no nos asombra pues que el sobrinito tenga un reloj que le permita almacenar un chorizo de nombres y teléfonos. Hace apenas unos años esta hazaña tecnológica era apenas un sueño guajiro en la imaginación de unos cuantos iniciados. En apenas un puñado de años la tecnología nos ha invadido de los pies a la cabeza. La TV a colores, sólo por citar un ejemplo, se nos antoja algo tan cotidiano como un rechoncho rábano. Así es, en lo que se refiere a computadoras modernas, las hay de chile y de dulce. La única diferencia entre un modelo y otro está en el número de ingenieros de soporte que habrán de visitarnos regularmente. Cuando se adquiere un sistema corporativo, que aquí en confianza es otra manera de decir "costosísimo", usualmente se firma un contrato de servicio que incluye visitas periódicas de personal especializado, cosa que no ocurre cuando usted adquiere una computadora personal, que por cierto  hoy en día puede usted adquirir por un par de dólares adicionales en la compra de un "dinner combo deal" en cualquier McDonalds. Los ingenieros de soporte son usualmente personas muy atentas, corteses y hasta bonachones que están siempre con la mejor disposición de ayudarnos a resolver algún problema que por lo regular no se encuentra documentado en ningún manual. En ocasiones, sin embargo, y esta es la excepción a la regla, la solución al problema se menciona en un párrafo aislado de un capítulo que nada tiene que ver con el asunto en cuestión y que pertenece a un apéndice que fue publicado seis meses después a la publicación de los cincuenta y nueve tomos originales. Tal cantidad de mamotretos no los iguala ni la enciclopedia británica. Es pues un negocio redondo si se recuerda que en realidad compramos apenas un minúsculo pedazo de tierra.

Friday, July 08, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capitulo 4)

Capítulo 4 del micro-libro de Enricco Wizard:

Aún se debate sobre cuál habría sido el invento más 
importante en la historia de la humanidad. Unos 
dicen que la aspirina, otros que el fuego o la bomba 
atómica, otros más que la píldora anticonceptiva, 
otros se inclinan categóricamente por la rueda. 
Yo digo, sin temor a equivocarme, que fue el beso.

El síndrome "Excel"
o
La misma gata pero revolcada

La mal llamada "hoja electrónica", ni es hoja, ni es electrónica, y aquí entre nos, no sirve para un carajo. Alguien tuvo la brillante idea de diseñar este simple equema de cuadriculitas para registrar cifras y otros datos de interés, y si hemos de ser honestos, no sólo resulta inútil, sino que además termina convirtiéndose en una carga administrativa, en ocasiones realmente abrumadora. En primer lugar está el problema de que existen distintos programas en el mercado y distintas versiones. Si uno intenta compartir información con otra persona lo más probable es que el asunto se convierta en una horilble pesadilla donde el floppy fallará, se perderán datos, los viruses harán de las suyas, habrá correcciones de última hora que no estarán en el floppy, lo cual en realidad no es problema pues como se dijo anteriormente, el floppy fallará irremediablemente, y justo cuando resulte más inoportuno, la impresora se negará a escupir renglón alguno. En el mejor de los casos se nos terminará el papel oficio y terminaremos con un pegoste de hojas tamaño carta. Hasta donde tengo memoria, la idea de manejar cuadrículas viene desde las épocas del tercero de primaria. Así de absurdo es el destino, que siendo flamantes profesionistas la tecnología nos da una bofetada con guante blanco y nos regresa, así de sapotazo, a los años mozos. No cabe duda, la hoja electrónica es un juego de niños aunque haya quien opine lo contrario. En más de una ocasión he escuchado a alguien jactarse de ser un portentoso programador sólo porque en su curriculum garrapateó: -Dominio del Quattro Pro Extra Plus Plus for Windows-. Lo más seguro es que el fulano que afirma tener experiencia en ventanas sea tan inepto que en su vida haya limpiado las de su propio automóvil, ya no se diga las de un auto ajeno. Esto último sí que requiere pericia y pulmones de acero. Hay que cuidarse de esta clase de individuos ya que son de naturaleza nefasta e impredecible. El sello típico del flojonazo es llenar su curriculum de aspectos que resultan irrelevantes, tales como: -Dominio del Náhuatl antigüo. Quince años de experiencia en traducción del Chino mandarín al Esperanto. Campeón regional de lanzamiento y captura de frizbee con mascota. Colección de ranas y tortugas pigmeas acreditada oficialmente en el libro Guiness.- Es bueno que la gente posea talentos, pero en ocasiones estos rayan en lo descomunal y se trata más bien de manifestaciones indicativas de una personalidad sicótica. Cuidémonos pues del demente y del que padece el síndrome "Excel", que no son otra cosa que la misma gata pero revolcada.

Thursday, July 07, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 3)


Otra entrega del micro-libro de Enricco Wizard:

Imaginemos un calendario con meses de sesenta días, 
sin día primero ni días Lunes. La semana correría 
entonces de Martes a Viernes seguida del consabido 
Sábado y Domingo. No habría quehacer que no 
pudiésemos completar en un mes, no habría San Lunes, 
y lo más importante, llegado el día primero no tendríamos 
que dar explicaciones en caso de no haber cumplido con 
los compromisos ya que el día primero jamás llegaría. 
Para complementar lo anterior, en el nuevo calendario el 
día tendría 10 horas en vez de las actuales 24. Entonces 
una hora nos alcanzaría para hacer muchísimas cosas y 
todos aprenderíamos a leer el reloj en un santiamén.

Las computadoras y la carabina de Ambrosio
o
¿Qué estación escuchas?

A alguien se le ocurrió que las computadoras color caqui serían una sensación y es justo decir que a quien se le haya ocurrido tal cosa realmente dio en el clavo. La nueva moda, según entiendo, es regresar a los monitores de fósforo verde. Con esto se completaría el cuadro original. Para los que nacimos con la era cibernética todo esto cobra sentido, si bien puede sonar a añoranza o sentimentalismo desmedido. Existe incluso un movimiento que proclama el regreso al tubo de vacío ("Back to the Vacumm Tube"). El clamor ha llegado incluso a las antesalas de varios organismos internacionales. Quién no recuerda aquellos maravillosos radios de bulbos que tardaban varios minutos en calentarse; aquel naranja intenso del tugsteno en su máximo esplendor. Después de un charrasquido inicial y ya despejada la ansiedad contenida en un respiro, la radio comenzaba a emitir sonidos y nosotros reubicabamos nuestra fugaz conciencia en un interminable flashazo. No había placer mayor ni más genuino. Al genial Bill Gates y a su brillante grupo de sicólogos asesores se les ocurrió explotar este reflejo innato en los seres humanos de anticipar los eventos. Debo confesar que mi infancia se volcó sobre mi el día que arranque el Windows 95. Aquella espera, a ratos eterna, me hizo recordar mi radio de bulbos. Además estaba el infinito placer de llegar a la electrónica y muy ufano pedir un 6L6, o un 35W4, y claro, el 50C5, para el conocedor, un pentodo de potencia de haces concentrados. Todo esto mientras el imbécil de al lado pedía una resistencia rojo-negro-violeta-plateado pues el muy insulso no sabía descifrar el código de colores cuando en mi pequeño mundo hablar de ohms y watts era tan familiar como hablar de litros de leche o barras de margarina. Las cosas han cambiado sin embargo, aunque no del todo. Los chips de memoria han venido a suplir a los infames bulbos pero pocos saben realmente donde comprarlos y mucho menos cómo instalarlos. Tales asuntos son sólo para iniciados en la cultura cibernética. A lo que voy es a que el sabor ya no es el mismo. Las computadoras de hoy en día son viles cajas negras, o mejor dicho, cajas color caqui, no menos diferentes a los radios de antaño en funcionalidad y complejidad pero con la gran diferencia de que los radios pueden disfrutarse aún con los ojos cerrados y tirado de panza en la playa. Los japoneses insistirán en alcanzar un grado de miniaturización avasallador, pero transistores más, transistores menos, el radio y su fascinante legado no pasarán jamás de moda.

Wednesday, July 06, 2011

De Cibernética y Seudo-cibernautas Urbanos (capítulo 2)


Segunda entrega del libro inédito de Enricco Wizard:


Otra tarde más rumbo a casa después 
de un día jodido. Al cinto, mi formidable 
celular digital sin el cual la dulcinea no 
hubiese podido comunicarme jamás el 
proyecto más importante del día: 
conseguir unos pañales para niña 
del número cuatro.

La Internet
o
Una de las sietemil cuatroscientas veintidós maneras de rascarse la panza

La Internet está aquí, nos ha tomado por sorpresa, nos invade, nos sale al paso. La doble u, doble u, doble u es un ingenioso artificio para comunicar a la gente pero la experiencia nos ha dictado que en realidad es un instrumento que ha fomentado el aislamiento más pavoroso del que se tenga memoria en épocas recientes. Esto, aunado a la introducción del servicio de pizzas a domicilio, han contribuido en gran medida a que el destino de las generaciones futuras, exceptuando a la familia Hut, se vea gravemente menoscabado. El prototipo del cibernauta futuro es un individuo parapléjico y con acné galopante que muestra una total incapacidad de socializar o mantener una secuencia lógica de diálogo por más de medio minuto, salvo cuando la conversación ocurre vía modem. Tal individuo suele ser un verdadero especialista en algún tema que raya en las fronteras de la ciencia. La teoría de la relatividad especial, pasando por la antigravitación y haciendo escala en la levitación hindú, son temas de su absoluto dominio, a los cuales dedica largas horas de estudio frente al computador. El cibernauta vendrá a suplir al típico "nerd" ya que su armazón genético es mucho más adaptable al desarrollo tecnológico que experimentamos actualmente. La mayor contrariedad es que su esperanza de vida dejará mucho que desear por las razones ya expuestas. Esta actitud sedentaria es apenas un reflejo de un perfecto mecanismo con el cual la naturaleza, en su incomprensible sabiduría, somete a los hombres a fin de depurar a las especies. La alta incidencia del síndrome del túnel de carpio, la miopía juvenil, y las almorranas fulminantes, son una muestra más de como la especie humana enfrenta su propia negación existencial. Tal vez suene escalofriante, pero eventualmente la Internet fracasará y si nuestra especie conserva las extremidades superiores, regresaremos al ábaco, magnífico instrumento ancestral. Esto ya lo sabían los chinos desde hace miles de años pero se empeñaron en tender su muralla y fueron pocos los que se enteraron de sus sorprendentes descubrimientos. La analogía es por demás evidente.  La Internet no es otra cosa que la versión moderna de la muralla china, una barrera infranqueable que acabará por aislar a un grupo de desvalidos. Es cuestión de meditar y decidir de que lado de la muralla queremos estar, o mejor aún, echemos una mirada a nuestro alrededor para ver de que lado nos ha tocado estar. Ya ubicados podemos entonces rascanos la panza a placer.