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Monday, April 03, 2023

¿Funciona mi conexión de Internet?



La tecnología nos ha traído Internet y con los años hemos visto aumentar significativamente el ancho de banda, es decir, la velocidad de acceso a la información. Quienes tengan la suficiente edad sabrán que hubo tiempos en que los módems trabajaba a 300 baudios, La velocidad en baudios es el número de veces por segundo que una señal cambia de estado; el cual puede ser un nivel de voltaje, una frecuencia o un ángulo de fase de frecuencia. Si la señal cambia una vez para cada bit de datos, entonces un bit por segundo equivale a un baudio.

Por años tuvimos velocidades de 1, 2 y hasta 10 megabits por segundo, lo cual evidentemente significa que –mientras más alta la velocidad, más datos se reciben por segundo– pero también, mientras más aumenta la velocidad, más pagamos por el Internet. Hoy hablamos de 100, 200, 500 y hasta mil megabits por segundo, lo cual es cada vez más necesario pues la cantidad de información que recibimos y mandamos se ha incrementado exponencialmente.

Desde luego que estos avances han significado cambiar las líneas de cobre por la fibra óptica, pues al final del día Internet funciona gracias al acceso telefónico que se ha ido colocando con los años en todos los países. Los primeros módems los podíamos comprar en las tiendas de electrónica y había que marcar a un teléfono que recibía la conexión del módem, se hacía el “handshake” (es decir, los equipos se “saludaban” y se “daban la mano”) y entonces se iniciaba la comunicación entre equipos. Hoy son los proveedores de Internet quienes nos dan los módems en calidad de préstamo para poder acceder al servicio a velocidades mucho más altas que hace unos años.

Hay varios proveedores de Internet, los cuales prometen muchas veces “las perlas de la virgen”. Es probable que la mayoría de los usuarios hayan sufrido problemas técnicos. En muchas ocasiones simplemente no hay conexión y pagamos por un servicio que nos deberían dar y que es de 24/7. Las empresas de tecnología, lo sabemos bien, no son inmunes a los errores y a veces las cosas salen mal. El problema empieza cuando el usuario reclama y no hay respuesta o bien, quien nos atiende no nos cree que no tenemos conexión o que llevamos horas sin conexión. Todo termina en discusiones donde es la palabra del usuario contra la de quien nos atiende.

Pensando en ello, escribí un pequeño programa que revisa, cada 20 segundos, si hay conexión a Internet. Estrictamente un “ping” es el método para medir el tiempo más corto necesario para enviar y recibir una pequeńa cantidad de datos a través de la conexión de Internet. Normalmente el procedimiento pide hacer un ping a un sitio web que sabemos está activo (por ejemplo Google), y si éste contesta, entonces quiere decir que hay conexión en la red. Cuando falla nuestro servicio, el ping falla y entonces el programa escrito inicia un cronómetro, contando los segundos que no tenemos Internet. El software puede mantenerse funcionando todo el tiempo mientras estamos trabajando en cualquier otro programa. Finalmente, podemos grabar los resultados que presenta el software de manera que tengamos un reporte por escrito del tiempo que no tuvimos conexión a la red de redes.

A quien le interese este software escríbame a morsa@la-morsa.com y a vuelta de correo recibirá un enlace para que descargue el programa de instalación y pueda usarlo. El software solamente corre en el sistema operativo Windows.

Saturday, June 19, 2021

Las angustias de los YouTubers


El mundo cambió desde que llegó Internet. De ser una red que en principio, permitía mandar mensajes entre sus usuarios a altas velocidades, por ejemplo usando el correo electrónico, con el tiempo comenzó a evolucionar. La tecnología permitió el aumento de la velocidad de conexión, las computadoras se volvieron mucho más poderosas y hoy día podemos tener equipos “caseros” que son miles de veces más poderosos que las máquinas de hace unos diez años. El avance es asombroso.

Pero además de esta revolución tecnológica, llegó la web, las páginas gráficas, el hipertexto, los videos de YouTube, los sitios de imágenes, los blogs, las páginas personales, las redes sociales, las páginas de empresas, entre otras cosas. Vimos nacer WhatsApp y Telegram y sin duda el mundo moderno estás lleno de posibilidades de comunicación que antes eran simplemente inimaginables.

Y pensemos en YouTube, probablemente hoy un monopolio en su tema, que son los videos que la gente hace y sube a este portal que es gratuito. Sin embargo, el éxito de YouTube es que en algún momento decidió pagarles a los creadores de contenidos. Y siendo Internet una herramienta en muchos sentidos para los jóvenes, nacieron un número enorme e indeterminado de comediantes, de “gamers”, de “standuperos”, los cuales empezaron a recibir dinero de YouTube por sus contenidos. 

¿Cuánto recibe un youtuber? En México más o menos 5 pesos por cada mil vistas de un video. Así, un millón de vistas quiere decir un pago de unos 5 mil pesos. Pero además, los anuncios que se presentan en los videos pueden aumentar la cantidad de pesos que el youtuber recibe (hasta llegar a unos 18 pesos por mil vistas, aproximadamente). Desde luego que los personajes con millones de suscriptores suelen hacer más dinero pues de alguna manera los ven más personas.

En estos años hemos visto a youtubers mexicanos de gran éxito, como Luisito comunica, que tiene unos 30 millones de suscriptores. Luisito tiene un canal bastante familiar, sin malas palabras, sin temas obscenos y por ende, es muy popular. El youtuber en cuestión sube 4 o 5 videos por semana, que tienen, a un par de horas de publicado, más de un millón de vistas. Por ende, si medimos el asunto en esos términos, Luisito gana unos 20 mil pesos (por lo bajo), cada semana. Nada mal, ¿verdad?

Otros youtubers parecen haberse cansado de la comedia o se han ido apagando. Werevertomorro era el canal más popular en México, pero su creador parece ya estar fastidiado de esto y por ende, han bajado sus vistas. Sin embargo, es probable que aún perciba muy buen dinero por su añeja fama en este medio.

También tenemos a Yostop, Yoselin Hoffman, una guapa joven que ha trabajado por años para posicionar su canal. Ella tiene unos 8.73 millones de usuarios y su estilo desenfadado parece que gusta mucho. Probablemente esta chica tenga un alto porcentaje de suscriptores masculinos. Pues bien, Yostop publicó un video en donde dice que la empresa YouTube es una de las empresas “más horribles y perturbadoras que hay”. Indica que la compañía le advirtió, después de publicar un video contra aquellos personajes que se vendieron al partido verde, anunciándolo como una gran opción en la veda electoral, que sus canales estarían restringidos y que no podía monetizarlos. También le advirtió que si abriese otros canales, le cerrarían los mismos y los que tiene y le impedirían que siguiese en esta plataforma.

Para colmo, Yostop dice que YouTube anunció nuevas políticas. Ahora no todos los anuncios que se presentan en los videos de los creadores de contenidos, recibirán dinero por parte de la empresa. Es decir, YouTube anunciará en los videos que se suban y las ganancias serán para ellos. Y desde luego, Yostop cree que YouTube le está literalmente robando, pues usa la empresa sus contenidos para hacer dinero.

La realidad es que la angustia de la youtuber es entendible pero es claro que está equivocada. YouTube es una compañía privada, y pone las políticas que quiera. Si a los creadores de contenidos no les gusta, pues ahí está la puerta abierta. Pueden irse si quieren. Pero irse de YouTube es algo para pensarse, porque no hay otra empresa que en este rubro le haga sombra. Vamos, los datos de YouTube muestran que:

  • Hay 2 mil millones de usuarios de YouTube en todo el mundo.
  • El 79% de los usuarios de internet tienen su propia cuenta de YouTube.
  • Puedes navegar por YouTube en un total de 80 idiomas diferentes, lo que representa el 95% de la población de Internet.
  • El 94% de los usuarios de YouTube entre 18 y 44 años de edad accedieron a esta red social al menos una vez al mes.
  • Todos los días los usuarios de YouTube miran mil millones de horas de vídeo en esta red social.
  • El 62% de las empresas usan YouTube como un canal para publicar contenido de vídeo.
  • Más del 70% del tiempo de reproducción de YouTube proviene de dispositivos móviles.
  • El 90% de los usuarios de YouTube dicen que descubren nuevas marcas o productos en YouTube.
  • Se suben 400 horas de vídeo a YouTube cada minuto en todo el mundo.
  • YouTube es responsable del 37% de todo el tráfico móvil de internet.

Todo esto es impresionante, pero lo que no se ve, y que tampoco ve la angustiada Yostop, es que YouTube requiere de una infraestructura monumental para guardar las 400 horas de video que se suben por minuto, ojo, por minuto. Y esto implica una cantidad masiva de discos duros o de almacenamiento para guardar todo lo que los usuarios registran en este portal. Y esto es sólo para empezar. También YouTube tiene una capacidad enorme para aceptar a miles de usuarios al mismo tiempo para que le den click a sus videos favoritos, es decir, tiene un enorme ancho de banda. 

Para ser claros, Yostop no entiende ni mínimamente el nivel de infraestructura de YouTube y sólo ve que la empresa le ha dicho que no todos los anuncios que se ponen en sus videos los podrá ella monetizar y por ende, se siente robada. Pero vamos, el éxito de YouTube es precisamente ése, el que decidió monetizar, dar dinero a los creadores de contenidos. La cantidad de dinero que Google gasta (dueña de YouTube), nada más para permitir la conexión de los usuarios, es de 1.65 millones de dólares diariamente (en concepto de ancho de banda para YouTube), aunque este costo es nominal, porque empresas del tamaño de Google hace acuerdos e incluso, tiene la infraestructura para ser proveedor de Internet si así lo desea.

El caso de Yostop seguramente no es el único, sin embargo, es evidente que las cosas están llegando a escenarios parecidos a los que antes tenían Televisa y otras compañías televisoras. Si uno quería ser actor/actriz, tenía pocas opciones y había que aguantar las humillaciones y/o malos tratos para que eventualmente les contrataran en alguna de las cadenas de televisión que transmiten en México. Y entonces estas televisoras pueden pagarte lo que les plazca porque si no te gusta, pues ahí está la puerta. Hoy está pasando lo mismo con la nueva televisión, que es YouTube. Y mientras no haya alternativas en este sentido, los creadores de contenidos tendrán que sujetarse a las reglas de esta compañía que, repito, es privada y por lo tanto, decide sus políticas como le plazca. Aunque a Yostop le parezca aberrante esa empresa.Y de hecho, si es así, ¿por qué no se sale?


Thursday, May 06, 2021

Internet y la naturaleza humana


Hoy tenemos una serie de avances tecnológicos que son asombrosos. Es probable que Internet sea, por ejemplo, uno de los inventos más importantes de todos los tiempos. Es evidente que gracias a la red de redes podemos estar comunicados e informados como nunca antes y eso ha cambiado la manera de ver e interactuar en el mundo.

Pero con la llegada de Internet y además, con la notable capacidad de expansión que este sistema ha tenido en los últimos años, cada vez son más millones los que están conectados. Pero esto conlleva una serie de problemáticas, por ejemplo, el hecho de que en la red podemos ser personajes anónimos. En la inmensa mayoría de los casos no tenemos que identificarnos e incluso podemos usar un nombre falso. Y el anonimato puede ser importante en algunos casos. Por ejemplo, hay sitios donde se discuten temas como el aborto, que hacen que los usuarios puedan interactuar anónimamente, cuestión que permite una amplia discusión incluso cuando se trata de personas que han abortado, por mencionar un tema nada más.

Pero en otras ocasiones -también muchas- el anonimato es una herramienta que se usa para descalificar las opiniones de otros interlocutores en los foros de discusión. Y no solamente entran las descalificaciones sino además, muchas veces, los insultos y las amenazas. Y hay que decirlo: muchas veces se busca intimidar así cuando la opinión de algún internauta es incómoda a otros.

Y esto me lleva a pensar en que Internet es un espejo no de la sociedad, sino de la naturaleza humana, que en muchos casos es terrible. Las amenazas, los improperios, los agravios por pensar diferente se multiplican muchas veces en la red de redes porque los que actúan así saben que les protege el anonimato y por ende, se sienten invulnerables e intocables. Vamos, si eventualmente la cosa se pone fea, simplemente pueden desconectarse y punto. Quedan sus insultos aunque ellos desaparezcan electrónicamente.

Y el asunto es que me da la impresión de que la naturaleza del ser humano dista en la mayoría de los casos de la empatía con otros congéneres. Déjenme platicarles un caso que viví hace 30 años: estaba en la Universidad de Essex haciendo un posgrado y cabe decir que dicha institución es pequeña. La universidad se puede recorrer caminando en unos 40 minutos. Pues bien, está llena de muchos jardines, con pasillos que tienen barandales de madera. Todo se ve siempre limpio y es muy agradable vivir así. Pero resulta que un grupo de estudiantes, protegidos en el anonimato de la noche, se van al bar de la universidad (viernes y sábado), toman un par de cervezas y se ponen violentos. Es común que la propia universidad haya tomado cartas en el asunto y tiene contratados a unos personajes grandes, fuertes, que lidian con los borrachos que de rigor aparecen cada fin de semana en la noche.

Pero el control de estos jóvenes borrachines se termina cuando salen del bar. Y ya alcoholizados son capaces de un sinfín de tropelías. Era común ver el sábado por la mañana vasos rotos, cajeros automáticos a los que se les echó fuego o barandales rotos en los caminos boscosos de la universidad. Lo curioso es que el lunes estaba todo arreglado y quien llegase no podía notar el desastre que ocurre los fines de semana.

Por qué esta actitud de algunos estudiantes? Fácil, porque en el anonimato no tienen porqué respetar nada. Si uno sabe que al hacer una maldad no va a ser sorprendido en la misma, quizás sea suficiente aliciente para actuar mal. Y esto se tolera en Essex porque tampoco se va a criminalizar a quien se toma unas cervezas y rompe unos vasos, pero ese no es el punto, sino la lamentable actuación en contra de toda la comunidad bajo el resguardo de no saber quiénes son los responsables de este vandalismo que no ayuda a nadie.

Regresando a Internet, esto pasa a cada rato. Y como sabemos que es así, hemos definido una serie de situaciones y del cómo actuar. Por ejemplo, no discutimos con quien quiere "trolearnos" o bien, bloqueamos a quien es grosero, impertinente o nos quiere amenazar de alguna manera. Pero de nuevo, este tipo de comportamientos se ven en Internet contínuamente y finalmente ocurren porque la educación de los que usan la red se la pasan por el arco del triunfo.

Las sociedades se han desarrollado bajo esquemas de educación, tolerancia y respeto entre los seres humanos. La gente normalmente no va por la calle destruyendo calles, monumentos, jardines o bien, insultando por cualquier cosa a los que pasan al lado de ellos. No. Hay una serie de códigos de comportamiento que nos permiten de alguna manera la convivencia, la cual se basa en en el respeto y la empatía con los demás. Quienes retan estas normas de convivencia suelen tener problemas con la ley.

Internet tiene, desde luego, muchos lugares donde la gente actúa educadamente, donde se pueden discutir las ideas y compartir lo que otros piensan sin tener que pasar por los insultos de nadie. Pero no es el lugar común. El que frecuentemente aparece es de la intolerancia, que se basa en la idea de que lo que yo pienso es lo correcto y el que se oponga a ello o es un imbécil o es un ignorante. Y es por eso que las redes sociales, por ejemplo, son lugares hostiles en muchas ocasiones.

Yo he llegado a la conclusión que la educación es la que nos puede salvar de los peores males. En el caso de Internet habrá que sopesar las virtudes de la red de redes a los contras de la misma. Yo pienso que las virtudes de Internet sobrepasa todos sus males, pero me queda claro que refleja como espejo cómo somos los seres humanos y si son sincero, no me gusta lo que observo. 

Monday, March 15, 2021

El pésimo servicio de Izzi



México tiene pocos proveedores de Internet. Los que conozco son Izzi, Megacable (pero creo que no está en la ciudad de México), TotalPlay y Infinitum de Telmex. Todos ofrecen las perlas de la virgen pero la realidad es que todos ellos tienen muchas veces dificultades para dar los servicios prometidos. Uno de los más comunes es prometer una conexión de N megabits de bajada (download) y M megabits de subida (upload). En general siempre están abajo de los valores contratados y estas empresas se defienden indicando que es aceptable en promedio que ocurra esto. Yo solamente les recuerdo que no dar el servicio contratado es equiparable al robo, por lo que estas compañías -todas- caen literalmente en un delito penal. Pero como es México, aquí nunca pasa nada.

Y si hablo de los proveedores es porque yo etengo contratado con Izzi desde hace algunos años mi conexión a Internet. Antes era Cablevisión y supuestamente migré a Izzi pero como veremos, no fue así. El asunto es que cuando contraté, Cablevisión me daría 6 mbits de download y 1 mbit de upload, velocidades que jamás han llegado a esos valores según speedtest.net. En los últimos tiempos empecé a tener más dificultades con el servicio se Izzi. Si usaba WiFi ni siquiera podía correr speedtest.net porque no entraba la página. Cuando entraba,, me daba 2 mbits de bajada y 0.2 o 0.3 de subida.

Entonces, en la inocencia del cliente que cree que Izzi es una empresa seria, escribo a @ayudaizzi para que me ayuden con la dificultad. Siempre contestan con frases como " ¡Hola! Permíteme verificar que sucede, por favor compárteme tu # de cuenta y nombre de titular por DM."  Y puedes dar la información pedida para que acto seguido te den una serie de pasos como: apaga tu módem por 15 segundos, enciende, verifica no sé qué cosa, entra a la administración de tu módem, cambia este u otro parámetro, etc., pero no importa qué te digan, eso normalmente no soluciona nada.

En otros casos te avisan que hay problemas en el área y que se resolverán "a la brevedad". Si hay una frase que me molesta es ésa. ¿Cuánto es "a la brevedad"? Es de esas oraciones sin significado real. Vamos, incluso en ocasiones no se tiene el servicio de internet de izzi, hablas a su teléfono de apoyo y te contesta una grabadora indicando que sí, que ya saben del problema y que trabajan para recuperar el acceso. Dicho en pocas palabras, no hay soporte técnico ni ayudan en nada. Solamente tienen un equipo de personas entrenadas para darte la vuelta y no ayudarte en nada. Y cuando te molestas, te dejan de contestar por más de media hora. Y si eres como yo, que insiste, te responden de mala gana y sin ningún afán de ayudarte.

Cuando tuve problemas vino un técnico, pero Izzi me dijo: "el técnico irá a su domicilio entre 9 y 2 de la tarde". Les dije que eso era inadmisible. Yo trabajo y no puedo estar esperándolos. Les di una hora para que viniesen, con media hora de tolerancia, advirtiendo que si no llegaban en ese lapso no los podía atender. Pues sólo eso faltaba, hay que acomodarse a los tiempos que decidan ellos cuando uno es el cliente. Finalmente el técnico que llegó cambió el módem pero el problema seguía. No dan lo contratado. Supuestamente mi problema escaló para que ek departamento de sistemas tomara acciones. 

Una semana después llegó otro técnico. Tampoco solucionnó nada. Lo que sí me dijo es que yo era clienbte de Cablevisión y por eso la velocidad era de 6 mbits de bajada y uno de subida, pero que los clientes Izzi, por el mismo dinero que pago, recibían 10 mbits de bajada y uno de subida y que si domiciliaba el pago, entonces me darían más de 10 mbits. Es decir, Izzi jamás me preguntó si migraba a su servicio ebn lugar de mantener el de cablevisión. No les costaba nada pero claramente jamás piensan en el cliente.

Pero quizás más de uno piense que lo que digo esté sesgado por un mal trato en mi caso. Pero no es así. Entren a Twittweer y vayan a @ayudaizzi para que vean la cantidad de quejas, mentadas de madre, de los clientes, por su pésimo servicio. Verán que no miento. Si quieren tener un diagnóstico de qué tipo de empresa es Izzi, vean su sistema de apoyo por Twitter, es muy ilustrativo.

Ese es Izzi en realidad.  

Sunday, December 13, 2020

Contenidos digitales e Internet


Hoy la red de redes, Internet, es cotidiana. Cada año las empresas que dan este servicio suelen subir la velocidad de acceso y ya podemos ver, por ejemplo, películas que nos mandan en "streaming" sin padecer cortes o lentitud en la transmisión. Esto hace unos pocos años no era posible pero hoy podemos enviar megas de información en relativamente poco tiempo.

Con la velocidad de transmisión/recepción de bytes a través de Internet, que aumenta sistemáticamente cada año, nos encontramos que los contenidos se están volviendo digitales y que no son otra cosa que ceros y unos, los cuales, al convertirse en archivos en la computadora, nos permite ver fotografías, películas, escuchar música, ver videos o bien leer libros completos. Y la realidad es que la mayoría de la información que los seres humanos consumimos se puede convertir en un formato digital, que puede ser reconocido y leído por nuestra computadoras caseras.

Aparte de ello, el acceso a la www, la web, nos da la oportunidad de descargar de esos portales toda clase de contenidos digitales. Y si alguien cree que solamente hay archivos legales pues se equivoca. Hoy la red está inundada de contenidos que violan los derechos de los autores en todo el mundo. Obviamente, debido a la facilidad de transmisión y recepción, incluyendo las altas velocidades en la red, prácticamente no hay contenido que no se haya digitalizado y puesto en algún portal dentro de la red, la mayoría de las veces de forma ilegal.

Pensemos en la música: originalmente la gente compra discos compactos, pero con la llegada de mp3 y los programas de "rippeo", muchos de ellos gratuitos, que transformaban las notas musicales en archivos mp3, el compartir música les pegó directamente en el bolsillo de las disqueras, que a pesar de sus esfuerzos anti-piratería, tienen la batalla perdida.

El software sufrió el mismo problema y las empresas que hacían programas pensaron en esquemas de anti-copiado, que funcionaron a medias. Hoy el software se maneja a través de licencias, que se validan en servidores y si el usuario no logra validar sus productos, cae en la piratería que en ocasiones puede detenerse. El uso de contraseñas para poder usar los productos no funciona en general y probablemente la solución sea el esquema actual, de renta de software en donde los usuarios que pagan reciben versiones que corren en sus computadorasa mientras paguen, como hace por ejemplo Adobe, en donde tiene un esquema de renta mensual por el uso de sus sólidos programas. Una solución alternativa es bajar radicalmente los costos del software. En las apps de los teléfonos inteligentes se ve claramente que este modelo funciona.

Las películas, los DVDs con los filmes más actuales, se han puesto de forma ilegal en muchos sitios en la red y si uno tiene la paciencia de buscar con cuidado, puede ver cualquier contenido, por más protegido o cuidado que esté de los amantes de lo ajeno. Incluso hay lugares donde se tienen las pistas de audio en diferentes idiomas, para poder ver los contenidos en el idioma que nos plazca. Y no vayamos demasiado lejos: podemos encontrar en tianguis e incluso en el piso de algunas calles, personas que venden a 20 pesos (1 dólar o menos), la última película de moda. Y desde luego, hay mercado para ello y hay negocio ¿o no?.

Y llegamos a los libros, que hoy en día manejan varios formatos, epub, djvu, pdf, mobi, etcétera. Amazon desde hace tiempo sacó su lector de librois electrónicos, Kindle, el cual incluso tiene un dispositivo físico sólo para leer libros, el cual usa tecnología de tinta electrónica y por ende, parece que estamos leyendo en hojas de papel blanco con letras negras. Aquí Amazon, entre otros, han hecho lo indecible por proteger los libros en formato digital. Su esquema de protección parte de dos ideas: la primera es que el libro esté asociado a una cuenta y la segunda, que la copia de estos archivos sea difícil o imposible para la gran  mayoría de lectores. Y aclaremos una cosa: no es que las personas quieran compartir sus libros digitales porque quieren destruir el capitalismo desbordado de Amazon. No. Lo que pasa es que el compartir está en la naturaleza humana y el comercio lo que siempre ha hecho es inhibir este comportamiento.

Como sea, hoy prácticamente la mayoría de los libros ya tienen una versión digital y además, si de nuevo, buscamos con cuidado, hallaremos copias digitales gratuitas. En un caso interesante estánb los libros de ajedrez, tema que tiene un nicho de mercado pequeño y muy focalizado. Los ajedrecistas compraban antes libros de ajedrez. Hoy consiguen bases de partidas, que suman millones, monografías electrónicas de aperturas y toda clase de libros de ajedrez en PDF, desde los clásicos como Mi Sistema, de Aaron Nimzowitsch, hasta los más modernos, escritos por Nunn, Ward, Gallagher, entre otros muchos autores.

Y es que hay portales dedicados a la piratería de libros, bases de partidas y software de ajedrez. Abiertamente se ponen los enlaces a los contenidos digitales sin pensar si los autores de los mismos dejan de percibir regalías o bien, si las casas editoriales logran  siquiera recuperar el dinero de una edición. A nadie le importa de lo que vivan los ajedrecistas/escritores e incluso en Facebook hay usuarios que comparten los contenidos digitales abiertamente y otros que piden dichos contenidos con el mayor de los desparpajos. Como la ley no va a perseguir a cada uno que baje un contenido digital aunque sea ilegalmente conseguido, el "crimen" se acepta y nadie hace un escándalo por ello. 

Y hablamos de libros de ajedrez porque es el tema que nos ocupa pero hoy día todos los contenidos digitales tienen autores y compañías que invierten y que no reciben nada a cambio del pirateo de estos contenidos. ¿Y qué hacer entonces? ¿Es acaso un problema insoluble? La realidad es que el anterior esquema de comercialización ya no funciona en el mundo de Internet. La única oportunidad que tienen los creadores de contenidos es bajar sus precios y tratar de llegar a audiencias más grandes. Nótese, por ejemplo, que Amazon vende libros en papel y electrónico, pero la versión de ceros y unos no es mucho más barata que la versión en papel. Si un libro cuesta 500 pesos en papel, la versión electrónica puede costar unos 450 pesos. La diferencia de precios no es significativa para que la gente compre la versión electrónica. Pero si el libro electrónico costara el 15% del libro en papel, es probable que mucha gente pensaría en adquirirlo y además, si el costo es bajo, tal vez ni siquiera lo pensaría en compartir. Pero esta solución tiene un problema: le estamos quitando las potenciales ganancias enormes a estas empresas de libros y pues no van a dar su brazo a torcer fácilmente.

Quien crea, al llegar a este momento de la lectura, que el autor de este artículo lo está viendo todo desde una tribuna, pues se equivoca. Soy víctima de la piratería de mis libritos de ajedrez. Uno de ellos tiene más de 1000 descargas. Y yo no soy un gran maestro con un fantástico curriculum ajedrecístico. Autores de mucho más prestigio padecen de esta problemática probablemente multiplicada. La solución es cambiar el modelo de negocios. El anterior está agotado. Ahí está la solución. Nada más hay que olvidarse de las ganancias del pasado. Ahora sólo queda llegar a más personas y vender más barato.


Monday, March 11, 2019

Una sociedad de opiniones, casi siempre desinformadas



Gracias a Internet hoy en día la interacción humana es más cercana, pero la promesa de ser la sociedad de la información parece estar equivocada.

Cuando apareció Internet, los medios empezaron a hablar de lo que iba a ser la “sociedad del conocimiento”. Gracias a las tecnologías de la información, las brechas culturas se minimizarían, se tendría un panorama más amplio del saber, etcétera. Pero todo esto no pasó y quien afirme esto ahora se expone al ridículo. Hoy lo que tenemos es una sociedad de opiniones.

No es la primera vez que se critica esto. Ya Umberto Eco decía que Internet le había dado voz a una sarta de estúpidos. Las redes sociales le dan derecho a hablar a legiones de idiotas -decía- que eran los que hablaban en los bares y reuniones, pero no incidían estas opiniones en las sociedades. Hoy se sienten con derecho a hablar como si fuesen líderes de opinión. Y como Eco diría: “esta es la invasión de los necios”.

Bajo la premisa de que todos debemos ser iguales, las redes sociales y prácticamente el todo en Internet, nos permiten estar al tú por tú con cualquiera. Ahora todos tenemos derecho a opinar aunque esto sólo sirva para llenar las redes de opiniones intrascendentes que simplemente contaminan (o esconden) la información importante.

Dice Manuel Gil Antón, del Colegio de México, en una discusión sobre la reforma educativa de México: “Menos parloteo y más silencio para oír a los que saben”. Y esta frase bien podría aplicarse a muchísimos ámbitos. Por ejemplo, hoy en día hay herramientas para publicar cualquier información incluso escribir libros sin necesidad de pasar por consejos editoriales con los subsecuentes rechazos. Hoy cualquiera puede publicar lo que quiera pero esto implica que no hay calidad en todas estas expresiones publicadas. Vamos, que no hay quien pueda valorar qué tiene valor y qué no, pues las redes inundan todos los temas. Y entonces, no escuchamos al que sabe, porque no guardamos silencio y porque pensamos que debemos expresar nuestra opinión siempre.

Un detalle interesante es cómo las personas se expresan en las redes sociales. Por ejemplo, encuentran un tema que les parece polémico y sin decir más, se lanzan con opiniones antagonistas pero que en la mayoría de los casos no tienen sustento. Y cuando se les pide que den fuentes para apoyar sus dichos, se molestan, indican que ahí está Google si te interesa buscar, etcétera. Vamos, que muchos internautas creen que sus opiniones son la verdad absoluta y por ende, no pueden ponerse en tela de juicio y por eso, la cantidad de malos entendidos.

Curiosamente, muchos internautas -para hacer valer sus argumentos- inventan noticias falsas. Y esto tiene que ver con la vertiente de agredir políticamente al enemigo público para mostrarlo como inepto o incapaz. Y aunque estas notas falsas, estas “fake news”, son descalificadas rápidamente, mucha gente no tiene ni interés ni investiga al respecto. Se queda con la primera opinión que lee.

Y sí, no todas las historias son de una verdad absoluta, pero como no nos embarcamos en una investigación siquiera mínima sobre nada, entonces caemos en la tiranía de la opinión, en donde las redes sociales incluso pueden hacer mofa del que no está de acuerdo con las mayorías. Un ejemplo claro es cuando un personaje público se expresa contra la homosexualidad, por ejemplo. Las redes sociales le caen encima con toda la violencia del mundo, aunque ese personaje haya emitido su opinión a la cual desde luego derecho.

A veces me pregunto para qué sirve tener acceso a la información literalmente en la punta de los dedos (sólo hay que entrar a Google). El grueso de la población no tiene el mínimo interés por cultivarse. Vivimos en esta sociedad “light” donde además de las comidas bajas en grasas y calorías, también tenemos opiniones “light”, sin ninguna clase de sustento, muchas veces apoyadas por las fake news y entonces, entramos en un circulo vicioso: tenemos el gran poder que nos da Internet pero lo usamos solamente para banalidades, para mentir, para sentirnos superiores y perfectos y además, de una ética intachable. Cosa que en el mundo real nos damos cuenta que es una farsa. ¿O no?

Wednesday, June 29, 2016

La desgracia de poder publicar para el mundo


Internet es sin duda uno de los grandes logros de los últimos treinta años. La red de redes nos ha permitido saber mucho más de todo. La información —literalmente— está en la yema de los dedos. Gracias a los buscadores y a que muchos millones de personas han alimentado la web, se tiene información de casi cualquier tema. Es tal la cantidad de información que podemos consultar en Internet que tenemos que ser selectivos.

Por otra parte, tenemos las redes sociales, que en mi opinión no hacen mucho en términos reales pero hacen ruido. Son esos revolucionarios de sillón que quieren arreglar el mundo dando “Me gusta” o retuiteando cualquier publicación interesante para ellos. Pero el hecho real es que no se movilizan. Son todopoderosos desde el teclado y así como le aplauden a alguien, denostan a otro nada más porque se les antoja.

Umberto Eco ya dijo que la desgracia de Internet es que se les ha dotado de voz a una legión de imbéciles, y creo que en muchos casos no le falta razón: hoy, por ejemplo, leo que supuestamente llegó a México un grupo de médicos británicos con la intención de operar gratuitamente a niños con labio leporino. Tienen 71 niños ya inscritos pero requieren 135 sino no operan a nadie. ¿Y eso por qué? Me preguntaba. Pues bien, ya alguien me dijo que es una noticia falsa.

Pero no es la única: ¿Cuántas veces hemos visto campañas de dar “Me gusta” porque Facebook donará por cada clic un centavo a un niño que está muriendo de cáncer. Por supuesto ya a estas alturas nadie cree en eso, pero de pronto se rehace la nota y se le da un giro. No faltará quien la re-publique “sólo por si acaso”, sin investigar nada, nada más porque está en su honorable derecho de publicar lo que se le antoje.

Hoy de nuevo, en otro ejemplo, me llegó la carta de una señora que quiere donarme 9.8 millones de dólares. Cuenta una larga historia que no leí y termina con un “Dios te bendiga”. Ya sabemos que esas cartas son falsas.

¿Por qué me mandaría alguien que ni me conoce una misiva diciéndome que tiene millones de dólares para donármelos? Si yo tuviese esa cantidad y estuviese en ese caso fatal de que me voy a morir de cáncer terminal, ¿haría una carta y se la mandaría a una dirección de correo de alguien que ni conozco? ¿Por qué sigue funcionando ese fraude? (si no fuese así ya habría desaparecido).

La razón me parece evidente: cuando hay mucho dinero, la gente pierde su capacidad de pensar y entra la avaricia, el hacerse de algo a cambio de nada, etcétera. Porque seamos, francos, esas cartas en donde regalan a manos llenas millones de dólares no pueden ser ciertas.

Y si regresamos a las redes sociales, he visto fotos de unos chavos bocabajo, sin ropa, con personal armado que los está vigilando. Y entonces el pie de foto dice algo como esto: “Una foto de los 43 estudiantes de Ayotzinapa antes de que los mataran. Circúlenla porque la quieren censurar”.

Pues bien, una investigación por Internet te mostrará que esa foto es de una institución correccional de un estado del país y que no tiene nada que ver con los 43 desaparecidos. Pero la cosa es que con el argumento de que quieren censurar dicha publicación, no falta quien la copie o replique en su muro “por no dejar”, aunque no investigue nada.

Otra más es el video de un supuesto “ángel”, el cual es filmado por una cámara de seguridad que está puesta en un crucero. De pronto viene un camión que va a atropellar a alguien y algo pasa, aparece un brillo y de repente el que iba a ser atropellado está a salvo y un personaje habla con él, quién sabe que le dice y se va, como si fuese un héroe anónimo.

Para hacer el video más realista, se presenta éste con su código de tiempo, como si de verdad se tratara de una grabación en una calle. Pero si se investiga un poquito, rápidamente se sabrá la verdad: no hay tal ángel. Es el anuncio de una serie de TV oriental.

Y si vamos al correo electrónico, diario recibo spam con mensajes de gente que me dice que me manda un archivo adjunto que le pedí. Ni les pedí nada y el adjunto es un virus, un troyano, las dos cosas inclusive. En serio, ¿en qué está pensando la gente?

Me remitiré al pasado: antes, publicar en un medio significaba pasar un un catálogo de personas que veían si lo publicable valía la pena. Si era una noticia espectacular, se tenían que dar las fuentes, es decir, había que hacer una investigación mínimamente seria porque en el publicar estaba en juego un poco la seriedad de quien publicaba.

Pero ya esos tiempos pasaron y ahora, lamentablemente, hay que lidiar con mucha información valiosa, escondida muchas veces en información que es poco confiable, que busca ver si te sacan dinero o alguna clase de ventaja.

Y como en Internet podemos ser relativamente anónimos, entonces somos capaces de muchas cosas que en la vida normal no haríamos. La vida virtual da para eso y más, pero para mí, es una desgracia que seamos tan poco inteligentes y de verdad abusemos de estos servicios que antes fueron un sueño para pasadas generaciones.

Así las cosas.

Thursday, January 21, 2016

Mientras más conozco a los seres humanos...



Dice un popular dicho que "Mientras más conozco a los seres humanos más quiero a mi perro", y creo que la frase contiene mucho de verdad a la luz de una serie de eventos que vivimos cotidianamente. Entremos a nuestro correo electrónico, por ejemplo. En mi caso recibo todos los días ofertas supuestas de Amazon. Que un bono de 50 dólares, que una suscripción "premium", que quién sabe qué ventaja a mi favor, pero en realidad, cuando abro cualquiera de esos correos me encuentro con una propaganda sobre medicinas o sobre cualquier otro bien que no me interesa. Yo no entiendo muy bien a los que mandan estos correos. Quizás me engañen una o dos veces pero ¿después? Nunca más. Sus correos se van al basurero sin abrirse.

Si salgo a la calle en mi auto enfrento un supuesto reglamento de tránsito del primer mundo, con multas del primer mundo, pero con calles y policías del tercer mundo. Así, nos encontramos con el esquema de las fotomultas, el cual es un simple negocio entre una empresa privada y el gobierno de la ciudad de México. En sus extrapolaciones los de la empresa de fotomultas esperan hacerse de unos 150 millones de pesos en multas. Es decir, no se trata de desalentar que la gente vaya a exceso de velocidad, sino de hacer un pingüe negocio. Se supone que el gobierno CDMX (ah, qué bonitas siglas, tan moderno este Mancera), no iba a poner ni un peso para el proyecto de las fotomultas, pero oh, surgió en las redes sociales el contrato entre la empresa y el gobierno capitalino, y este último pondrá unos 173 millones creo que en tres años, para la empresa de las fotomultas. Cuando a Mancera se le dijo de esto no pudo salir con un "Ah carambas, déjame ver qué diablos está pasando". No, simplemente dijo: "Todo lo aclarará el funcionario encargado de este tema". No fue capaz el cretino gobernante capitalino de decir la verdad.

Y este es precisamente el problema. Tenemos que lidiar por ejemplo en la red con el phising, con malosos que mandan mensajes diciendo que son de Hacienda, del SAT, de Telmex, de los bancos, con la intención de ver si nos sacan los datos de nuestra tarjeta de crédito y nos roban dinero. Y son esos perversos cobardes que nunca dan la cara y como ratas, se esconden, no en la oscuridad, sino en la maraña que es Internet.

Pero más allá de eso, el problema es que de pronto terminamos por acostumbrarnos a este tipo de actitudes. Nos mienten en todo. Hay historias de gente que dice que en la calle le advierten que tiene una llanta en mal estado, y entonces el conductor se baja y aparecen de la nada unos mecánicos que te van a ayudar y que al final del día te quieren cobrar por piezas que no compraron, por ayudarte en nada, porque no tenía nada tu coche. Y de la misma manera no faltan las llamadas a las doce de la noche diciendo: "¡Pásame a mi papá!", entre gritos y lloriqueos de alguien que quiere hacernos creer que es de nuestra familia y que nos está tratando de sacar dinero porque supuestamengte está secuestrado. Pero ya nos sabemos el truco y entonces colgamos el teléfono, asustados por lo intempestivo de la llamada pero tranquilos porque finalmente sabemos que es falso todo este circo montado por la línea telefónica.

Y por eso cada vez creo menos en los seres humanos. Nos estamos convirtiendo en una serie de mentirosos que somos capaces de cualquier cosa para nuestro beneficio y sin pensar en tener la mínima ética. Mancera con su "decidamos juntos", mentiroso hasta el tuétano porque toma todas las decisiones unilateralmente, los gobernantes que se roban a manos llenas el dinero y después nos dicen que tenemos que apretarnos el cinturón, así como todos aquellos como los perversos de la red de redes, que quieren hallar la manera de sacarnos nuestros valores con trucos vulgares, en los que mucha gente sigue cayendo.

¿Así somos los seres humanos? Debería darnos vergüenza.

Saturday, April 11, 2015

Internet ¿Un basurero?


Hoy en día tener acceso a Internet parece ser tan necesario como cuando en este país tener teléfono residencial era algo difícil, tan difícil, que había que esperar muchos meses, incluso años. Hoy las cosas han cambiado. Por una parte están los teléfonos celulares, los cuales tienen incluso acceso a Internet vía una red móvil. Por otra parte, se puede contratar el acceso a la red de redes de manera mucho más fácil y hacerse de una línea telefónica residencial es algo que se realiza en pocos días.

Y sí, internet tiene mucha información y con los años se ha convertido en una especia de oráculo que tiene respuestas a casi cualquier pregunta. Hoy podemos salir de dudas sobre personajes notables, si están aún vivos, si de verdad hicieron tal o cual cosa. En Internet ya hay quien ha alimentado esta información a páginas especializadas o bien a la Wikipedia, por decir un sitio popular. Así, de verdad tenemos mucha información al alcance de los dedos y el esfuerzo comunitario es literalmente asombroso.

Igualmente las redes sociales, particularmente Facebook, con sus casi 1000 millones de usuarios, nos proveén de un sinfín de datos que caen entre lo interesante, lo banal, lo chusco, lo baboso y lo absolutamente prescindible. Desde luego que esto dependerá de cada usuario que definirá de alguna manera sus límites en lo que quiere ver, en su seguridad y privacidad, etcétera. Pero en general recibimos muchísima información que francamente es tan poco importante que la desechamos o bien, le tomamos importancia aunque no haya una fuente confiable para creer en la misma.

Un truco muy socorrido en las redes sociales es poner un letrero gráfico, muchas veces con una imagen adecuada al tema, y soltarnos una frase que no tiene ningún sustento. Por ejemplo, "Cuidado con sus niños, una vecina me informó que en Walmart están robando infantes". Y sin mediar ninguna investigación mínima en la red (teniendo Google a dos teclazos), hay quien comparte en su red social ese letrero "por si las dudas". No sabe si es verdad. No se sabe si realmente existe semejante ilícito, pero no vaya a ser la de malas... Y la realidad es que de por sí vivimos siempre con el "Jesús en la boca", porque las noticias diarias indican que hay un nuevo brote de ébola, o que regresa la pandemia del sida, o quizás es que el cambio climático va a terminar con la raza humana y así hasta la naúsea. Y pareciera que hay un afán extraño de que la gente no pueda vivir tranquila. Y si ponemos un cartel alarmante en Facebook la gente lo creerá, no se preguntará nada y supondrá su veracidad como cuando niño, para afirmar algo decíamos: "Está en este libro. Tiene que ser verdad".

La realidad de las cosas es que por una parte las redes sociales, o el acceso irrestricto a los servicios de la red, han hecho que la calidad de lo que se publica vaya demeritándose cada vez más. Cuando salió Internet era una posibilidad para que no tuviese un escritor que pasar por todos los filtros que las editoriales promovían, sino que cada quien podía publicar lo que se le ocurriese. El problemas es que al no haber nadie que valore si vale la pena la publicación de algo, entonces la red se empieza a llenar de mucha basura. Y no se malinterprete: no busco que haya censura, sino un poco más de cautela al publicar algo, más sensatez, buscando el beneficio de todos en la red y no meramente poner la primera tontería que se nos ocurre. Decimos que queremos siempre lo mejor para nuestros hijos, pues bien, parte de ello bien podría ser poner información valiosa y no las mil tarugadas que vemos cotidianamente.

De acuerdo con un estudio, los norteamericanos gastan media hora por día en Facebook y revisan la red social 14 veces al día. ¿Y qué buscan con tanto interés en este sitio? Difícil saberlo pero veamos la experiencia propia: uno entra a la red social favorita y empieza a ver las publicaciones de nuestros conocidos y amigos. Y vemos por enésima vez el video del niño que se cae al agua (del cual los de galletas Emperador ya hasta anuncio hicieron), o alguno de los cientos de videos virales de automóviles, accidentes, peleas callejeras o denuncias sociales sobre algunos de los actores políticos que una vez más, se les  agarra infraganti haciendo un negocio sucio. Pasamos las publicaciones con el mismo desenfado que pasamos por los canales (lo que llaman zapping) con el control remoto de la televisión. Perdemos 10 minutos en esto y pensasmos para nosotros: "no hay nada interesante", pero al rato volvemos a hacer esto esperando quizás un dato relevante, algo de interés. Pero nada. La rutina se repite.
 

Y esto es consecuencia de la poca sensatez con la que usamos Internet. En lugar de tener un entorno donde haya mucha información importante, ésta es la de menos. Hay toneladas de basura informática, empezando por las redes sociales, que se han pervertido y nos han querido hacer creer que pueden ser agente de cambio, cuando solamente son conjuntos enormes de personas que están sentaditas frente a sus pantallas, sintiéndose moralmente superiores e indicando acciones y comportamientos que desde luego, en la vida real ni ellos hacen.

Y si vamos a la parte de software, hallaremos que estamos expuestos una y otra vez a sitios donde nos prometen programas y aplicaciones que hacen lo que necesitamos pero que al descargarlas, si somos cuidadosos, encontramos que son programas virulentos por ejemplo, o bien, todos esos mensajes de correo que nos dicen que nos ganamos la lotería, o que nos indican que nuestro banco nos bloqueó nuestra cuenta y que para evitar eso debemos entrar al portal del banco -desde el enlace que nos dan, el cual es apócrifo, y en donde simplemente quieren ver si nos sacan los datos de nuestra tarjeta para clonarla o hacer un cargo y robarnos.

La realidad es que Internet se está convirtiendo en un triste basurero informático. Esta fantástica herramienta se está llenado rápidamente de cuanta estupidez el ser humano es capaz de hacer y en el fondo estamos perdiendo la gran oportunidad que nos brinca el acceso único a algo que muchas generaciones antes de nosotros no tuvieron. Yo francamente no veo, para colmo, que se esté revirtiendo esta tendencia, al contrario, está aumentando. Me da ya vergüenza ser parte de la raza humana. Y mi pregunta sería ¿Tú cómo usas Internet?

Monday, December 22, 2014

Preguntas sin resolver


¿Por qué sigo recibiendo correo chatarra (spam) por Internet? ¿Es que acaso los spammers siguen creyendo que mandando a millones, la probabilidad de vender sus bienes y servicios se incrementa? ¿Por qué me siguen mandando mensajes en donde me avisan que me he ganado la lotería de Microsoft, del Reino Unido o de Holanda, si claramente estamos hablando de correos fraudulentos? ¿Por qué los nigerianos siguen mandando cartas en donde se me dice que quieren darme el 60% de un monto que suma millones de dólares y lo único que tengo que hacer es darle mis datos? ¿Por qué esa señora moribunda ha decidido donarme una enorme cantidad en euros para que yo haga buenas obras en lugar de ella donar sus dineros a instituciones en donde vive? ¿Y por qué hay esos sitios fraudulentos en donde me pintan una página web idéntica a la de Santander, Bancomer, Banamex o cualquier otro banco, y se me dice que mi cuenta se ha bloqueado? ¿Es que hay quien sigue cayendo en la trampa? ¿Es que aún hay quien entregue sus datos en charola de plata a esos delincuentes virtuales?

Internet es una imagen de lo que somos. Así como fuimos capaces de crear este gran invento de la red de redes, de hacer que el mundo sea más democrático, que podamos tener más capacidad para ser oídos, para compartir información,  archivos, videos, fotografías; que podamos ser más críticos con nuestra realidad y con lo que nos pasa en nuestros países y comunidades, también tenemos un cúmulo de experiencias banales que se reproducen en la red. Tenemos notas falsas, mentiras, sitios ridículos y absurdos, videoblogueros de un humor simplón que en ocasiones rayan la estupidez. Y todo esto cabe en la red, sin duda, pero está en nosotros mismos hacer mejor a Internet y la verdad, no es difícil.

Para poder mejorar las cosas, tenemos un par de recomendaciones que nos pueden ayudar: dudar de todo e informarse en la propia Internet. Desde luego esto no necesariamente es una tarea fácil, pero si nos aplicamos un poco y navegamos por la red, veremos que muchas cosas que se publican rayan en la mentira absoluta. Por ejemplo, con el lamentable caso de Ayotzinapa, han pululado por las redes sociales supuestas fotos de los normalistas, como si estuviesen detenidos. Es más, hay una foto en donde incluso aparecen desnudos, rodeados por policías. La realidad es que esa foto es del 2011 pero si uno no investiga, se puede tener una imagen distorsionada de estos hechos, los cuales están permeando en el país y le están dando una nueva forma.

O bien, no falta quien sube el video de una serie de platillos voladores, los cuales se ha mostrado ya que es un efecto de animación muy bien hecho, sin duda, pero falso.




Y en ese mismo tenor hemos visto como una supuesta cámara de seguridad muestra un acto extraño, sorprendente: un camión va a atropellar a un motociclista, pero en el momento justo que va a pasar esto, hay un destello y de pronto el motonauta aparece pegado a la acera, con una persona que aparentemente apareció de la nada y le sacó de la trayectoria del camión. La imagen impacta y parece inexplicable, pero si nos enteramos que todo fue un anuncio para un programa de televisión en China, se acabó el misterio y la magia...



Los seres humanos tendemos a creer lo que aparece publicado. Antes era en los medios escritos. Hoy es en los medios electrónicos. Y si alguien nos muestra un video de un dispositivo que parece obtener energía gratuita, lo creemos, cuando en realidad si investigáramos tantito sobre la física más elemental, sabríamos que no existe energía de la nada. Pero muchos dirán: "está en un video de youtube... Seguro es cierto".



Yo apelo a dejar un poquito la superficialidad en la red. En Internet hay espacio para bromas, para puntadas, para no ser solemnes, para ser rebeldes, para ser nosotros mismos con nuestro defectos y virtudes, pero quizás no nos haría mal denunciar a quien nos quiere engañar, a quien nos inventa una vez más algún truco virtual para ver si caemos y nos defrauda. Creo que como en la casa de cada quien, uno mantiene pulcro su espacio vital. Internet es el espacio vital de todos, ¿por qué no ayudar a mantenerlo más limpio, más amable?

Friday, August 29, 2014

Reviviendo el pasado


 Internet es el depositario del presente y pasado de muchísimas cosas que los seres humanos hemos hecho y hacemos. Los contenidos, la información que desde hace siglos tenemos podemos encontrarlas ya muchas veces digitalizada. Los videos de años pasados, por ejemplo, la época dorada de Mtv, por ejemplo, se puede hallar en los depósitos de videos, como YouTube, por ejemplo.

Y quizás esto no parezca a las nuevas generaciones algo importante, pero el hecho de tener acceso a materiales que llevan muchos años y que finalmente han sido pasados a algún formato digital, es extraordinario, porque nos permite revisar con precisión cómo eran las anteriores generaciones, qué pasaba hace 30, 40, 50 años quizás, y así viéndolo en perspectiva, ver cómo hemos... ¿avanzado?

Y si hablo de esto es porque hoy me llamaron la atención sobre un hecho que me pasó. Dejé las llaves de mi casa en la mesa donde siempre se dejan y quedaron como se ve en la foto que ilustra este artículo. La llave más larga quedó "de pie". Y entonces recordé una vieja serie que veía de niño: "La Dimensión Desconocida". Me acordé de un capítulo que trataba de un tipo que compraba el periódico, tiraba la moneda con la que pagaba en una cajita que tenía el vendedor y la moneda caía de canto. Este hecho metía al protagonista de la historia en la "dimensión desconocida", en donde podía entonces leer la mente de los que tenía alrededor. Era sorprendente. Realmente podía leer lo que otros pensaban. Sin ahondar en la temática de ese particular programa, el efecto desaparecía cuando el mismo protagonista compra de nuevo el periódico, tira una moneda y ésta hace que la que está de canto caiga.


Hay otros capítulos memorables, como aquel donde sale Burguess Meredith, mucho antes de que fuese el Pingüino en la serie de Batman, en la cual representa a un cajero que le gustaba mucho leer y entonces, en el momento de su comida, se metía a la bóveda del banco a leer y comer un sandwich. Pero ocurre un cataclismo nuclear y cuando el personaje se recupera de lo que pasó, halla que es el único ser sobre la Tierra... Y empieza a deambular por la ciudad... Encuentra un arma pero desecvha la idea de matarse. De pronto encuentra la biblioteca pública y decide que ahora sí, tendrá todo el tiempo del mundo para ponerse a leer. Hace una estantería coon todos los libros que piensa leer de aquí hasta que se muera pero... Bueno, no les cuento el final.

Pero lo más interesante de esto es que de pronto hallé muchos capítulos completos (en español), del viejo programa, La Dimensión Desconocida, que en su momento fue uno de los mejores que hubo en la televisión. Es increíble pues que podamos acceder a estos programas de forma gratuita, porque alguien los puso en formato digital y de alguna manera hizo algo que es parte de la naturaleza humana, el querer conservar el pasado.

Los medios digitales nos están dando esta oportunidad dorada. Es en ese sentido un mundo extraordinario.

Muchos de los capítulos pueden verse aquí.

Friday, August 08, 2014

Del pirateo de libros


Hace unos días vi en una página de ajedrez que iba a salir un libro sobre Nimzowitsch, llamado "Nimzowitsch, Move by Move", del MF Steve Giddins. Considerando que tengo un trabajo a medio terminar sobre el gran ajedrecista danés, nacido en Riga, pensé que éste sería un libro por adquirir. Entré entonces a Amazon y hallé que el libro se venderá en esta tienda virtual en un par de meses. En el Reino Unido saldría a principios de agosto. Así que lo puse en mi lista de deseos de Amazon y pensaba hacerme de él.

Pero resulta que en un sitio web al que entro, hallé que la versión electrónica (no PDF ni ePub, sino en formato Chessbase, que parece ser armada por la editorial que edita el libro), para ser descargada gratuitamente. Esto obviamente no es lo más legal del mundo y quiero suponer que alguien que compró la versión electrónica decidió hacerla pública y disponible para todos, pasándose por "el arco del triunfo" los derechos de autor de Everyman Chess y de Giddins.

El libro se ve interesante y cuando salga la versión en papel, la compraré, pero lo que me interesa es ver cómo las editoriales están ya, o empezarán pronto a estarlo, en desventaja ante la facilidad para publicar cualquier contenido en la red. No es el primer libro que se puede conseguir gratuitamente, ni será el último, pero esto habla claramente de que la situación de vender libros ha cambiado radicalmente con la llegada de Internet. De hecho es probablemente la industria editorial la última que ha tenido que empezar a lidiar con el problema de la piratería. Porque ahora no solamente hay quien en un ataque de tiempo libre inesperado, decide escanear un libro, página por página, y subirlo a la red, sino que no falta quien se hace de un libro electrónico, con DRM (derechos digitales de autor), el cual se pueden quitar si se sabe cómo, y entonces el libro queda a disposición de quien quiera descargarlo. Si además, como en el caso que menciono, el libro viene en formato para Chessbase (un manejador de base de datos de partidas), entonces el asunto no tiene vuelta de hoja: libro pirateado, lo que implica menos ganancias a la editorial y al autor.

Yo quisiera pensar que de todas maneras esto podría paliarse buscando de alguna manera un modelo de negocios que pueda satisfacer a todos, tanto editorial (y autor), como consumidores. Hay quienes a pesar de que sus libros están en PDF hacen dinero pues la gente compra sus libros. Un ejemplo es Adrián Paenza y su serie de libros de divulgación: "Matemática... ¿Estás ahí?". Se venden bien y probablemente se descarguen más aún. Es decir, el mecanismo quizás haga que el autor sea más popular y su libro o libros reciban más publicidad y por otra parte, la gente, al ver que el autor pone sus libros legalmente, decida comprárselos.


¿Qué hacer con este problema? No lo sé. Pareciera que muchos autores no tienen grandes preocupaciones al respecto. Sin embargo, es interesante hacer notar que por ejemplo, mi libro de Editorial Selector "Perfeccione su Ajedrez", se había descargado de uno de estos depósito de archivos públicos, unas 1000 veces. Es decir, son regalías que no recibiré y es dinero que la editorial tampoco recibirá.

Opino pues que se necesita un nuevo modelo de negocios. Sin duda Internet ha logrado cambiar el paradigma de cómo hacíamos antes muchas cosas y que hoy simplemente eso ya no funciona.

Friday, July 25, 2014

El inevitable pirateo


Hoy en día pareciese que el problema del pirateo de música es tan común que ya nadie dice nada. Si nos subimos al Metro, por ejemplo, nos hará encontrar casi por definición a algún “vagonero” que vende todos los “exitos de José José” (o Luis Miguel), por la irrisoria cantidad de diez pesos. Si uno decide comprar el disco en cuestión, el vendedor incluso lo garantizará. Y yo entiendo que la industria del disco debe estar haciendo berrinches incontables por esto, pero evidentemente no hay nada que hacer. Controlar que la gente no se copie la música parece ser tan complicado como evitar que se copien películas en DVD o incluso Blu-ray.

Pero aparte de esto, otro componente de la piratería es el que se refiere a los libros. Con la llegada de los formatos electrónicos, ePub y PDF, por ejemplo, muchas obras ya han sido pasadas a este tipo de archivos electrónicos. Ahora mandar un libro por correo electrónico o usando los servicios de mensajería que ofrecen sistemas como HighTail, por ejemplo, resulta algo fácil de hacer.

El inicio del pirateo de libros se basa en la capacidad de las cámaras digitales para fotografiar página por página, o bien, a los “scanners”, que son como fotocopiadoras personales. Pero para ello había que hacer dos cosas: una era tener una buena cámara digital o un dispositivo que escaneara los libros hoja por hoja. Esta última labor resultaba bastante fastidiosa, pero si se quería escanear un libro completo, se podía hacer. De hecho, con esta tecnología “casera”, surgieron programas que permitían poner todas las fotos automáticamente en un archivo PDF y listo, teníamos un nuevo libro digitalizado.

Es fácil y económico hacerse de un dispositivo para escanear libros. La mejor opción es sin duda el usar una buena cámara digital. Sin embargo, tenemos el caso de Amazon, que con su Kindle, vende versiones electrónicas de muchos libros y estas parecen estar a buen resguardo de los piratas, porque aparentemente, no se pueden copiar a otros dispositivos. Corrijo: bueno, sí se pueden copiar a otros dispositivos, pero sólo funcionarán con el Kindle (o la versión de software para PC), del que los haya comprado. Si se dañan o si el disco duro que los contiene se echa a perder, Amazon los tiene en su nube y de nuevo podría uno descargarlos pero de nuevo, no se pueden compartir estos libros electrónicos con otros dispositivos.

Hay torrents en donde se supone, hay muchos libros a los cuales se les ha quitado los trucos que Amazon ha puesto para que solamente el dueño legal de un libro pueda leerlos. No sé si existan todos esos libros o sea simplemente un anzuelo para caer en algún desagradable virus o en el infame “adware”. Ahí cada quien tomará sus riesgos y sus decisiones. Sin embargo, es evidente que aparte de los libros, las películas, el software y los programas de televisión, ahora los libros se incorporan a la piratería.

¿Qué se puede hacer? Probablemente nada realmente. La piratería siempre existirá y quien no haya pirateado un contenido de otro, que lance el primer CD. Tal vez el único remedio sea cambiar el modelo de negocios. Apple, cuando sacó su tienda de músicas vendió el primer día un millón de dólares (dicen), a un dólar por canción. Este modelo hace que ya la gente no compre un disco por 15 dólares donde al consumidor lo único que le interesa es una o dos canciones de ese disco en particular. Pero es claro que la gente estaría dispuesta a comprar música si se le da una buena opción en costo.  Con este mismo criterio, con los libros podría hacerse algo parecido. Hoy en día en Amazon un libro en papel puede costar -digamos- 15 dólares, pero el mismo libro en formato electrónico cuesta 14.50 o mínimo 13.50 dólares. Esa diferencia entre formatos no es suficiente para pensar en comprarlo en el formato electrónico. Si un libro en papel cuesta 15 dólares, la versión electrónica quizás podría  costar 4 o 5 dólares. Ya aquí las diferencias parecen significativas y quizás sea la solución al problema de la piratería. A la gente, si se le da un precio razonable, comprará los productos.

Amazon se tomó el camino complicado, el de los derechos digitales, el de las codificaciones de cada libro para personalizarlo con el autor. Es una brecha llena de dificultades técnicas, amén de que incluso los lectores que compren libros así pueden hallar problemas. Puedo entender que no será fácil convencer a las editoriales de cambiar el modelo de negocios, pero como con la música, o cambian el modelo de ventas o serán pirateados sin misericordia. y se acabará el negocio.

Friday, April 04, 2014

Los delincuentes de Internet


A los ladrones les llamamos rateros, que viene de la palabra rata, la cual identifica a un animal rastrero que vive en la oscuridad, en las cloacas, a nuestra sombra. Si vemos ratas en alguna parte, probablemente buscaremos la manera de eliminarlas. Hay razones para ello: son un medio para propagar enfermedades y de hecho, la peste negra fue debido a las ratas. Estos roedores son capaces de acabar con todo a su paso. Comen lo que sea y terminan con cosechas, con todo. Se llevan el producto de otros cada vez que se les deja. Por eso hay que mantenerlas a raya.

Así hablamos de los ladrones como esos personajes que viven en las cloacas y que buscan quitarnos lo nuestro. Y a esto le llaman en Internet “phishing” lo cual es, estrictamente, suplantar la identidad de alguien, ya sea en un correo electrónico, indicando que son por ejemplo, el banco X y que por alguna razón, nos piden actualizar nuestros datos. Lo que buscan es agarrarnos desprevenidos y entonces hacer que pongamos datos como la tarjeta de crédito y los números de seguridad para así usar las tarjetas de terceros en su provecho.

Esto es la delincuencia, que en Internet es cotidiana y lidiamos con ella porque si se es un usuario educado, no caeremos tan fácilmente en estas prácticas fraudulentas, pero no hay que confiarse, al mejor cazador se le va la liebre. A cualquiera le puede pasar. No hay que bajar la guardia.

Quienes mandan programas virulentos en una supuesta forma de un archivo PDF, el cual tiene una extensión final .SCR o .EXE, nos buscan engañar para que abramos ese archivo y nos contaminemos. La razón de esto es que algunos virus ahora encriptan los datos de las computadoras que han infectado y después piden “rescate” a los usuarios, o perderán su información. En otras ocasiones la idea es infectar nuestras máquinas simplemente por el placer de hacerlo, porque sino, no se explica uno a cuenta de qué tanta maldad, o tanta estupidez ajena.

Y si hablo de esto es porque acabo de recibir un mensaje de phishing, el cual supuestamente es de Bancomer y en donde se me indica que mi cuenta ha sido suspendida (aunque no tenga cuenta en Bancomer, caso curioso), y que para reactivarla debo dar mis datos. Si ven la imagen que ilustra este artículo verán que el sitio www.bancomer.com.mx me remite a www.bancomert.com.mx. Ah, una letra que hace toda la diferencia y que incita al error, pensando que estamos en el sitio oficial. El defraudador saca ventaja de todo, de la discriminación que hace nuestro cerebro al leer, que no lee letra por letra, sino que aparentemente lee bloques, “tokens”, y es por ello que muchas veces se nos van errores en los trabajos escritos a pesar de haberlos revisado a conciencia.

La cuestión aquí es que para no caer en estos trucos debemos saber que existen y ante la promoción de usar Internet con atención, las probabilidades de que nos engañen resultan menores. Por ello las campañas de divulgación para evitar a estos defraudadores deben basarse en que se muestre a los usuarios que siempre puede acechar un ladrón buscando sacar ventaja de nosotros. Y como finalmente en Internet somos de alguna manera anónimos (hasta cierto punto), pues estos delincuentes creen que el daño es menor porque no ven a sus víctimas. Cabe decir que muchos navegadores ya avisan si notan que los enlaces a los que se hace referencia no son iguales a los enlaces descritos, por lo que los propios sistemas nos ayudan a evitar de alguna manera que seamos engañados en nuestra buena fe.

Lo lamentable y triste, creo yo, es darnos cuenta de la terrible naturaleza humana, que tiene su reflejo en lo que hacemos en Internet. Los trucos sucios, el buscar quitarnos nuestro dinero, el intentar engañarnos, es el pan de cada día. ¿En serio así somos como raza humana?

Saturday, November 23, 2013

De la maldad humana

Cuando reviso mi correo, cada mañana, me doy cuenta que hay gente mala en el mundo, y que por alguna razón, cada vez es más. Al menos parece indicar esto los mensajes que me llegan. Van un par de ejemplos: cada cierto tiempo recibo cartas de personas que quieren hacer un gran negocio conmigo. Tienen cifras millonarias en dólares, 6 o 7 millones, que quieren compartir conmigo. A eso se le llama el fraude nigeriano y ya he hablado antes de esto. El asunto es que en estas cartas, algunas redactadas por alguien que habla o escribe muy bien en español, me dice que sí, que hay muchos fraudes en este asunto pero que ellos sí son serios y apelan a que les dé el beneficio de la duda. De hecho, en el descaro total, hablan que para yo poderme hacer de esos millones de dólares, debo pagar unos 250 dólares para los trámites. Me es claro que si esa cantidad mllonaria me la fuesen a mandar, bien podrían deducir esos gastos de lo que supuestamente iba yo a recibir. Pero he ahí el truco: me gana la avaricia y mi razonamiento desaparece. Se nos olvida que esas cantidades no se dan a alguien que quién sabe de qué lista de correos tienen y que es un fraude evidente. Ya parece que de la nada me van a dar semejante cantidad.

Otro ejemplo: cartas electrónicas de bancos en donde se me pide actualice los datos. Usan las imágenes de los sitios reales pero es claro que los cuestionarios que hay que llenar por Internet, en donde se pide muchas veces el número de tarjeta de crédito y el número de seguridad, además del nombre y las fechas de expiración del plástico, sirven para que alguien me meta un cargo a mi tarjeta y pague yo algo que jamás compré. Ya me pasó con mi anterior tarjeta de crédito. Alguien se hizo de mis datos (probablemente en algún local comercial, algún restaurante), y me quisieron "meter un gol" pagando 10 dólares de una cuenta en Skype y la compra de algo por más de 200 euros. Me quejé al banco. Desconocí esos cargos y me los quitaron. Con ello, también cancelaron mi tarjeta y me dieron otra. El punto es que probablemente mucha gente cae porque cree de buena fe que es el banco quien pide esa información. Desde luego que este phishing es ya muy común pero es obvio que se sigue usando porque la gente sigue cayendo en este truco.

Pero si esto les parece poco, hablemos de esos mensajes donde por quien sabe qué artes de magia, gané el primer premio en una lotería europea y debo contactarme con la empresa que hizo dicho concurso (la cual ni dominio específico tiene, sino que usan gmail o hotmail como servidores de correo). Y los correos me indican que me he ganado 200 mil, 400 mil y hasta un millón de euros. De nuevo, todo esto es ridículamente falso, pero quiero creer que hay quien cae en estos trucos y los "trasquilan" pidiéndoles cuotas de 100 a 200 dólares para los trámites y así poderles mandar su premio hasta su país de origen.

Pero hay más. Resulta que de vez en vez me llegan cartas de impresionantes modelos rusas, ojo verde o azul, guapérrimas, súper cuerpos, que quieren entablar una relación amorosa conmigo porque vieron mi perfil y obvio, les soy absolutamente irresistible. De nuevo, no hay esas mujeres que sufren por mí en Rusia. Son unos engañabobos que comienzan el intercambio de cartas y entonces le dicen a su víctima que pueden viajar a conocerlo. Basta con que el enamorado e irrestible personaje le pague el costo de la visa al menos, para que en unos días disfruten de un amor apasionado con una belleza exótica, que está dispuesta a todo. Historias de gente mandando dinero para las visas de sus rusas amantes y dándose cuenta que los engañaron, son comunes.

Y métanse a una sala de chat y observen cómo la gente miente. Todos los interlocutores son perfectos, ya sea física o moralmente. Físicamente seguramente hablamos con mujeres hermosas y los hombres son todos musculosos que se desviven en el gimnasio. La realidad, aprendemos pronto, es que la mentira es el factor común en estas salas de chat. Es finalmente un sistema más donde se ha pervertido la idea de estas salas. Pero de nuevo, ya lo sabemos y entonces nos acostumbramos que es así.

El asunto es que se observa la maldad humana. Son de esas acciones viles en donde parece que no hay ningún problema si alguien nos birla unos cientos de dólares. Pareciera que no hay víctimas en estos crímenes, en estos robos. Los que escriben estas cartas para engañarnos son un ejemplo de la maldad humana, en donde se quieren adueñar de lo mucho o poco que tenga la gente con lamentables trampas, buscando que en nuestra ingenuidad supongamos que recibiremos un beneficio, el que sea. Y lo más grave de todo esto es que parece ser que cada vez es más común, más frecuente y en donde tenemos que acostumbranos con esto en lugar de erradicarlo. ¿O no?

Friday, July 12, 2013

Servicio a la mexicana


Hace apenas un par de meses contraté el servicio de Cablevisión. Tengo Internet y señal de Tv con unos 40 canales. Cabe decir que aunque veo poca televisión me es claro que en esos canales pocas veces hay algo rescatable. Quizás The Big Bang Theory sea uno de esos programas que me gusta ver, pero que muchas veces no sé en qué horario pasa, aunque eso es mi culpa, sin duda.

El asunto es que me llega el recibo de Cablevisión y decido pagarlo por Internet usando la página web. Ya lo hice y no representó mucho problema. Ahora entro a Cablevisión y me pide mi nombre de usuario y contraseña. Se los doy (automáticamente llena el campo de contraseña, pues le dije a mi navegador que lo guardara), pero el sistema me indica que está equivocado y además, que tengo cuatro oportunidades más para alimentarlo. Vuelvo a hacerlo y hallo el mismo error. Entonces pido una nueva contraseña y me la mandan de dinmediato a mi correo. La copio, la alimento y me dice que mi contraseña no es la correcta. Genial. Me estoy quedando sin oportunidades. Lo intento una y otra vez y a la cuarta ocasión me dice que mi contraseña es incorrecta y debo ahora esperar una hora para intentarlo de nuevo.

Esperé más de una hora y volví a querer dar la contraseña que se me proporcionó. Inútil. Pedí entonces una nueva que me llegó instantáneamente a mi correo pero que tampoco funcionó. Decidí entonces escribir a contacto para expresar mi queja por el pésimo sistema que tienen. Después de pedirme mis datos, asunto que no permite acentos, puse mi comentario, pero no acepta puntos, comas, letras acentuadas, etcétera. No entiendo que editor más patético están usando. Finalmente pude enviar mi queja y en mi correo apareció el siguiente mensaje:
Nótese el primer párrafo:

"Agradecemos nuevamente el haberte puesto en contacto con CABLEVISION. Ya recibimos tu correo electrónico y estaremos trabajando en atenderlo de inmediato. Deberás recibir una respuesta de nosotros en aproximadamente 24 horas hábiles".
O sea, que para Cablevisión atender el correo de inmediato significa 24 horas hábiles. Vaya concepto de la inmediatez. Mañana es sábado. Quiero creer que no me atenderán -si acaso- el lunes en la noche (pues mi queja fue puesta a eso de las 8 pm).

Y por cierto, el segundo párrafo tiene faltas de ortografía, pero bueno, ya no espero nada de Cablevisión.

Éste es el servicio al cliente, "a la mexicana". Chale y mil veces chale.

Monday, May 27, 2013

Para evitar la adicción a Internet



Hoy en día, para muchas personas, no estar conectado a Internet parece ser lo peor que le puede pasar. Estamos acostumbrándonos a tener acceso a la red mundial fácilmente, tanto como lo es el teléfono. Y hoy mismo, con tanto teléfono inteligente, el acceso a Internet es algo ya cotidiano. Sin embargo, parece que estamos exagerando en su uso. Un dato relevante es que la gente consulta unas 10 veces por hora su celular para ver si no les ha llegado algún mensaje. Evidentemente el acceso a Internet es una de esas maravillas modernas, pero de igual manera, el exceso produce -entre otras cosas- una necesidad artificial imperiosa de conectarse a la red de redes

Y como todo en exceso no parece ser bueno, más de uno ha pensado en limitar el acceso a la red de alguna manera, para así, por ejemplo, no perder el tiempo. En realidad es fácil hacer esto: se desconecta la red WiFi, o la conexión alámbrica en la computadora y listo. Sin embargo, a los seres humanos nos ganará la ansiedad y ya estamos de nuevo poniendo el cable o restaurando la conexión inalámbrica.

¿Qué hacer? Una opción es entonces usar un programa que bloqueé el acceso a Internet por un tiempo determinado. Pensé entonces en escribir un programa que hiciese esta tarea. ¿Cómo se podrá hacer? Me metí entonces al siempre asertivo Google y le pregunté sobre el tema. No tardó en darme algunas referencias e incluso ejemplos, en el lenguaje que uso, Delphi 7, y así, en menos de un par de horas, tenía ya un programa que bloqueaba el acceso a Internet, sin necesidad de desconectar cables o deshabilitar la red WiFi.


Para hacerlo aún más efectivo, decidí entonces que el usuario estuviese imposibilitado para restaurar el acceso a Internet hasta que terminara el tiempo que el mismo usuario había puesto como margen para poder trabajar sin perder el tiempo entrando a Facebook, Twitter, o andar perdiendo la vida en inútiles chats, etcétera. Hecho esto, generé el programa instalador y listo. Ya puede el usuario bloquear el sistema de forma tal que no tenga acceso a la red por las siguientes N horas (hasta 8).

El programa debe correrse como administrador, sino no funcionará. Y desde luego, es posible deshabilitarlo de una manera muy simple, teniendo que rearrancar la máquina, cosa que ningún programador puede impedir.

Quien quiera el software gratuito pídamelo a morsa@la-morsa.com y se lo enviaré a su correo de inmediato.

Wednesday, March 27, 2013

Uso absurdo de Twitter


Entro a Twitter y veo las sugerencias que me da el sistema para seguir a otros usuarios. Uno de ellos es la periodista/escritora Olga Wornat. La verdad no me apetece seguirla. Pero lo simpático del asunto es que Twitter me dice que uno de los que la siguen a esta señora es la Secretaría de Finanzas del DF. A ver, ¿no se supone que la Secretaría de Finanzas tiene Twitter para hacer los anuncios que quiera hacer vía este medio a la ciudadanía? ¿O es una cuenta a título personal y quien la generó le gusta leer a la Wornat? La verdad es que me parece absurdo que cualquier institución del gobierno, en las correspondientes cuentas de Twitter, siga a quien sea. No es para eso que un organismo del gobierno crea una cuenta en esta red de microblogging. De verdad ¿a qué estamos jugando?

Thursday, February 14, 2013

El anonimato: lo mejor y peor de Internet


Internet es ya un bien común que tiende a generalizarse. Ahora incluso hay una propuesta ciudadana para que se tenga acceso a la red de redes (patrocinada por el gobierno, es decir, con nuestros impuestos al final de cuentas), y aunque es loable la idea, quizás habría que pensar antes de cómo sacar de la pobreza a más de 50 millones de mexicanos. Pero en fin, ése es otro tema. La cuestión es que es importante el acceso a la información e Internet parece ser el vehículo ideal.

En el mundo virtual de Internet podemos hallar todo género de información sobre el tema que sea. Hay de todo y para todos. Hay también juegos en línea, gratuitos y de paga, hay salas de pláticas (chats), hay montones de blogs, unos en forma de portales que dan noticias de todo tipo (desde las más banales hasta las más especializadas) como incluso el caso de unocero, que da información sobre tecnología.

En estos portales muchas veces se resumen las actividades en diversos nichos de la cotidianidad humana y nos muestran lo más relevante. Muchos de estos portales contienen artículos que pueden ser comentados por los internautas y en muchos casos esto puede hacerse anónimamente. El anonimato en Internet tiene muchas facetas: por una parte hay sitios que piden un registro a sus usuarios/lectores, pero no hay manera, en muchas ocasiones, de garantizar que los datos que son enviados corresponden a una persona en particular. No hay manera de saber y/o de evitar que se generen registros con nombres falsos. Las razones para esto pueden ser variadas: por una parte hay quien considera que no tiene por qué dar datos personales a un sitio web, el que sea. Otros porque llevan años con un alias y hasta les parece divertido registrarse así. Otros más porque tiene delirio de persecución y sienten que los van a hackear mañana (ni que fueran tan importantes, pero en fin).

El anonimato sin embargo, no solamente se hace pretextando lo anterior, sino que en ocasiones sirve para poder discutir temas públicamente sin temor a represalias o a sentirse avergonzados públicamente. Por ejemplo, se puede hablar con víctimas de violación sin que se sepa el nombre real de los afectados, o bien, saber las opiniones de quien tiene VIH, etcétera. Vamos, que no es necesariamente malo el tener una cuenta anónima.

No obstante, en el anonimato parece no haber responsabilidad y en muchísimas ocasiones la gente escribe comentarios en blogs o portales, que son hirientes, de mal gusto, escatológicos, o de amenazas porque alguien no piensa como ellos. Es muy fácil insultar desde la comodidad del teclado, pues al final de cuentas, quien así actúa, sabe que finalmente está lejos de ser recriminado por esa actitud que va muchas veces más allá de una descortesía. Son palabras, símbolos nada más al final de cuentas.

Y uno pensaría que esto sólo pasa en rudas discusiones sobre tópicos de moda: la renuncia del Papa, la política de este país, Peña Nieto y sus dislates, etcétera. Pero no, también ocurre en sitios de Internet que realmente no merecerían una actitud grosera y mala leche. Por ejemplo, yo estoy suscrito al Internet Chess Club  -un sitio de paga, en el cual -vía un programa cliente- puedo jugar ajedrez a cualquier hora y donde juegan la mayoría de los maestros y grandes maestros internacionales que hay en el planeta. Eventualmente puedo jugar contra algún jugador fuerte y siempre eso es más emocionante. Sin embargo, juego muchas veces con jugadores desconocidos de otras partes del mundo. Al terminar alguna partida rápida, cuando eventualmente gano, me ha tocado enfrentar un mensaje de mi rival insultándome. Y claro, ese personaje que me agravia es un alias en el sitio de ajedrez. Puedo levantar una queja y como ahí los administradores del sistema tienen registro de todos los que se han dado de alta, lo pueden reconvenir. No obstante, es absurdo inscribirse a un club de ajedrez virtual para hacer enemigos fuera del tablero y por ello, muchas veces, lo dejo pasar, pensando que finalmente es una agresión del momento por la rabia del perder. En cualquier caso es esto un elemento del anonimato, porque jamás en mis años de ajedrez, nadie me ha insultado en vivo después de ganarle una partida. Al contrario. Quizás como fórmula de amabilidad hasta me felicitan diciéndome “bien jugado”.

Creo que el anonimato es importante mantenerlo vigente en la red. El grupo Anonymous, del cual nadie sabe quiénes son y por ello, cualquiera se puede hacer pasar por ellos, se comporta así por temor a represalias por parte de los gobiernos a los que ataca (hackeando páginas web, mostrando información gubernamental supuestamente privada, etcétera) y pienso que es razonable su actitud aunque no comparto muchas veces sus métodos.

Como todo en la red de redes, hay que ser responsables del cómo uno es en este mundo virtual, el cual es una extensión de mundo en el que vivimos, ¿o no?