Perú; agrietado albor de los noventa; desesperanza urdida por
tonos de miseria. Como un vaticinio de los lúgubres episodios del
decenio, aparece una película, armada sobre un realismo radical y sin
embargo, no exento de febriles metáforas, ni de agudas
ironías que se cuelan como anticipo de un extraño gozo al final: la verdad; como
quiera que sea, dolorosa, demencial en sus disparos de incisiva
lucidez...la verdad descarnada y explosiva, venciendo al falaz juego de los consuelos prefabricados.
Tres historias desgarran la esperanza furtiva del espectador:
-Una pareja de ancianos con un "otrora" desbordante en su
fastuosa posición socio-económica , de a poco se van despojando de sus bienes
para conseguir un elegante mausoleo, donde puedan asegurar una cómoda
eternidad.
- Una señora ciega, un cerdo y un par de nietos, que se inician en el
camino de la violencia social, desde el espacio suburbano en que
habitan. Excluidos y replegados en su cordón de miseria ven germinar el
crimen de sus manos como la única puerta a su libertad; como escenario de la
corrupción de estos niños desvalidos siempre está presente la porqueriza; allí,
la abuela ciega engorda un cerdo a punta del sufrimiento de
los pequeños. Terror social que se puede hallar en cualquier urbe
latinoamericana; niños sin futuro, con tortuoso y sangrante presente,
niños sin niñez.
- Un humilde locutor, quien se hace llamar: "Don Ventura" se empeña en colmar de optimismo las vidas
tristes de sus radioescuchas; más que un eslogan publicitario la frase "tú
eres tu destino", es su grito de batalla para derruir los malestares
anímicos de su audiencia; cree ciegamente en ella, cuando la lanza al espectro
electromagnético también lanza su espíritu solidario, su confianza en la
humanidad, el desagravio de su época. Confía en que este lema secará las
lágrimas de los oprimidos, sacudirá el oprobio de los golpeados, nutrirá las
pulsiones de vida de todo aquel que lo escuche, evitando así horrores
depresivos, intentos de suicidio, desmoralizaciones contemporáneas...
¡Ah! ¡Tú eres tu destino! nadie,
nada, ninguna situación, ninguna institución, ningún revés, ninguna escasez,
nada, puede corroer las fuerza de tu interior, tú eres tu motor, tu libertad,
en ti están las respuestas, ¡vive! ¡sé feliz!
Pero...
Como si la película quisiera demostrarnos que la esperanza consiste en
esperar, y que las ruinas de los tiempos no dan espera; que hay que
ir sonriendo por el mundo pero a la vez mirar así sea de soslayo, la miseria
que orbita al gratuito optimismo... el espectro electromagnético se tiñe de
sangre y desconsuelo.
Justo en la época en que se presenta "el boom" de la
literatura de auto ayuda, de los libros de auto superación, del "new
age" de la veneración de lo incorpóreo, en fin, en los albores de la era
de la superchería y la negación de la realidad, salta este film , previniendo
un poco, clamando por al menos, un conato de razón en medio de tanta
alienación. Con la sencilla metáfora de la estación de radio con humilde y
bonachón locutor, podemos estar seguros del rol distorsionador de la realidad
de los mass media y de su poder sobre las mentes; medios no
bonachones, por supuesto.
"...pero si les dices que la vida es una mierda se nos van todos a otra radio."
El complejo sarcasmo que nos trajo Lombardi, no deja piedra sobre piedra, en
su delicado intento de
rasgar los velos que encubren la realidad, con su fealdad, con su horror, con
su sevicia, con el asco que despierta... con sus paradojas, como las que,
prescindiendo de retratos fríos y deslucidos, nos ofrece " Caídos del
Cielo".
Hacer de la fealdad una preciosa joya del cine latinoamericano, merece
más de un halago, más de un aplauso, pero aún más, hacer de las paradojas
sociales una irónica invitación a despertar, al despertar de las
conciencias, amerita librar este título de las listas del olvido....
ESCENAS
País: Perú
Año: 1990
Director: Francisco J. Lombardi
Guión: Augusto Cabada y Giovanna Pollarolo
Música: Alejandro Masso
Fotografía: José Luis López Linares.
Reparto: Gustavo Bueno, Marisol Palacios, Elide Brero, Carlos Gassols, Delfina Paredes, Rafael Garay, Nelson Ruiz, Mónica Domínguez, Hernán Romero, Alberto Benavides, Jorge Quiñes, Ruth Revoredo, Jorge Rodríguez Paz, Nelson Ruiz, Gilberto Torres
Ví esta película , la historia de la anciana que cria cerdos se basa en una novela llamada "Los gallinazos sin plumas" de Julio Ramón Riveiro. Y las otras dos no tengo referentes pero fueron recreadas para la pelicula cque haz descrito en todos sus matices.
ResponderEliminarBuscaré nuevamente el filme para disfrutarlo con las valoraciones que bien haz esgrimido de ella.
Un abrazo Leon PLata.
Tengo que felicitarle por este magnífico blog. Amo al cine. Las circunstancias de la vida me han hecho que hasta el momento diriga las seis ediciones de ARCHIDONA CINEMA.
ResponderEliminarEstaré atento a este blog del cual soy su seguidor, eso sí, con su permiso.
Enhorabuena.
Infaltable esta película, Augusto; refleja realidades corrosivas de cualquier ciudad latinoamericana; muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo
Mejor entra sin permiso Blas, cuando quieras. Es todo un gusto contar con un conocedor del buen cine en este humilde espacio; me anima a seguir cultivándolo.
ResponderEliminarEnhorabuena tu visita.
Un abrazo.