"Mufa: Persona que padece un extraño e inexplicable estigma, por el cual atrae todas las desgracias a las personas que lo rodean"
Felipe
Entretenida y hasta enternecedora película, signada por un halo melodramático que no siempre se plantea de la mejor manera. Algunos visos de comedia romántica - a la americana- y pálidos tintes de cine absurdo, arrasan con su unidad narrativa sin que esto obre como proyecto del guión; es decir, no es de aquellos trabajos fílmicos que, como propuesta, rompen con el orden cronológico lineal y/o la estructura tradicional de la historia contada; aquí en cambio se ofrece un caldo saturado de trucos y fórmulas efectistas, que termina por desestructurarlo y por ofrecer un conjunto de escenas mal hilvanadas. Al respecto es suficiente evidencia la secuencia en la que dos vecinos irritados por el insomnio que les produce la alarma encendida de un vehículo durante varias noches, frente a su edificio, se arman, así porque así, de un lanza cohetes y hacen explotar dicho automotor. Gracioso que les ha resultado, por las formidables actuaciones de sus personajes quienes con frenéticas carcajadas se sienten liberados de un karma que los tenía al borde de la locura, pero esta reacción sólo encuentra asidero en los pocos instantes en que ambos vecinos se encontraban en el ascensor, porque el personaje interpretado por Gastón Pauls, en esos días aturdido por el insomnio, difiere su ritmo de vida con entera serenidad y aplomo; puede decirse que personifica la sensatez de la historia. Descontando que el bombardeo del vehículo es una acto terrorista, y que los personajes en vez de esconderse, bajan con sorprendente desenfado a la escena del crimen, tratando de mostrar una suerte de desencuentro amoroso, esta escena, desencajada y a todas luces caprichosa, advierte sobre la indefinición de una narrativa fílmica construida como una colcha de retazos; una diversidad sin mayor cohesión, que convoca al resultado que se ve: una amalgama de secuencias abigarradas.
Pese al "des-concierto" que recorre palmo a palmo el cuento ofrecido en la comedia, también aparece un planteamiento trascendente: ¿es el destino el que mueve los pasos del hombre? ¿El hombre puede modelar su destino? La dicotomía azar/voluntad, preocupación de millones, se entreteje a través de dos hermanos; Felipe, quien soporta o quien cree soportar el estigma del "Mufa" y otro, Guillermo, quien no obstante la mala racha laboral y personal que está pasando, mantiene su semblante calmo, en una suerte de espera activa en la que se ocupa de conquistar una mujer, previas clases de tango.
"Bailar tango es caminar con una mujer clavada en el pecho”
A su manera, cada uno busca ayuda externa para paliar sus cuitas, pero mientras el primero arroja su suerte a la brujería, a las " comunidades terapéuticas" para "mufas", y libros de autoayuda,- pretendidamente científicos, pero que lejos de explicar las " leyes de la suerte", comportan un fenómeno mercantil que halla en los infortunios su redituable operación comercial-, el segundo hermano, sin preocuparse en demasía por los designios que le notifica el destino, se halla -por suerte- con un instructor de tango que actúa como desinteresado consejero y que, sin artificio y haciendo gala de una generosidad sin límite, propone ver y actuar dentro del tiempo teniendo en cuenta su relatividad; sólo el deseo, bien trabajado para conseguir su objeto, es capaz de alcanzar metas.
¿vos sos de los que empujan o de los que fluyen?
Ambos hermanos tienen conflictos emocionales sin resolver, originados estos en un desgastado lazo afectivo con su padre, quien ad portas de la muerte, los invita a un juego, que como clase didáctica los hará comprender situaciones de la vida contra las que, sin haberlas conocido a fondo, se habían rebelado. La sanación anímica, les llega - especialmente a Felipe- desde los orígenes mismos de sus malestares psíquicos: la irregular relación con su padre.
Se puede pasar un buen rato con " La Suerte está Echada”, aunque en rigor no trascienda debido a su indefinición; no se trata de capturar la esencia de un cuento para etiquetarlo; no es plausible reducir una película a una aséptica clasificación. El positivismo no va de la mano con el arte cinematográfico. No obstante, ver en una misma cinta fragmentos de estilos y técnicas no adheribles entre sí, como en este caso, deja un sinsabor tal, que al menos, le resta crédito y sustancia como para convencer al espectador, tanto más si el final es tan previsible como ramplón y si una voz en off narra de manera explícita una escueta moraleja. Impecables en cambio, resultan las actuaciones de Gastón Pauls, Marcelo Mazzarello y casi todo el elenco.
En síntesis, “La Suerte está Echada” es un film para relajarse y disfrutar... con muchos de los agüeros, prejuicios, cábalas y supersticiones comunes a la idiosincrasia latinoamericana.
País: Argentina
Año: 2005
Director: Sebastián Borensztein
Actuaciones:
Marcelo Mazzarello
Gastón Pauls
Leticia Brédice
Alejandro Awada
Indio Apachaca
Lucrecia Capello
Julieta Cardinali
Gerardo Chendo
Claudio Gallardou
José Gallardou
Paola Krum
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