Grupo de voluntarios que cuidamos la biodiversidad de las balsas de Alcublas
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miércoles, 8 de enero de 2020

ALCUBLAS 30 DE DICIEMBRE 2019



Nos acercamos al pueblo como de costumbre, nuestro punto de quedada favorito, el de siempre.

Pasamos por el centro para recoger el material de muestreo y pasamos por la fuente de San Agustín, antaño albergaba una buena población de sapo partero común (Alytes obstetricans pertinax) pero algún vecino introdujo en ella carpines, haciéndoles flaco favor a los sapos, que estuvieron una    buena temporada desaparecidos.

Bien, pues cuál fue nuestra sorpresa al asomarnos y comprobar que, efectivamente, tras la retirada de los peces, los sapos habían criado. Se contaban pocos ejemplares, apenas unas diez larvas hibernantes y unos cuatro o cinco metamórficos (uno de ellos muertos, queremos pensar que de forma natural), pero todo suma, y nosotros, nos alegramos.


Pasamos por la Pedrosa, el agua presentaba un color un tanto extraño y no pudimos ver más que un adulto de rana común (Pelophylax perezi) muerto y cubierto de hongos.


Salabramos la charca y no vimos más que un juvenil de la misma especie.


Tras un montón de piedras nos sorprendió un adulto de culebra viperina (Natrix maura), que pese a al frío y las nubes, decidió salir.




De camino a la silvestre paramos en un aljibe donde suelen verse culebras viperina y ranas, pues bien, no vimos culebras y ranas, solo una atrapada en su interior, lo curioso es que los sapos parteros habían conseguido criar dentro del mismo, pues podían verse larvas en el fondo, esperemos que puedan salir sin problemas, pues entrar en él es prácticamente imposible.




También había larvas de estos mismos en el abrevadero que se encuentra pegado a él.


Posteriormente visitamos la balsa Silvestre, no vimos nada, su efecto trampa además hace tiempo que fue corregido, aunque en una balsa de caza a escasos metros de esta, pudimos ver varias larvas de sapo partero común (Alytes obstericans), estás no eran grandes, así que dedujimos que llevaban ahí poco tiempo.
La Balsilla tenía agua, pero el abrevadero no, al parecer tiene varias fugas. Tendremos que comunicarlo para que lo arreglen, pues servía a los sapos parteros para criar y es una pena.


La Mina también tenía agua, y los refugios estaban bien. Pero no vimos vida.


Y la balsa Calzón, pese a la cantidad de agua y vegetación, tampoco pudimos ver nada.

De vuelta a Valencia y pasando por Llíria pudimos contar hasta 7 ejemplares adultos de sapo común ibérico (Bufo spinosus) atropellados en el punto negro de siempre.


Lo bueno, es que ya pueden criar en la balsa de la Masía del espinar, y es que la noche anterior pudimos contar hasta 22 machos adultos en el agua y 4 puestas, con lo que la problemática de los atropellos se compensa un poco y ya no solo sumamos muertes.


Me quedo con lo bueno, volveremos más adelante y con la llegada de la primavera esperamos ver más actividad.

Saludos.


David Candel Arbó.

viernes, 5 de abril de 2019

HACIA TIEMPO



Hacía tiempo que no subía a Alcublas en compañía de mi amigo Rafa, en Valencia había llovido un poco y esperamos ver resultados positivos en los navajos y balsas del término.


Salimos temprano y el primer punto a visitar fue la balsa la Mina, sin agua, tan solo un poco de barro pisoteado por los jabalíes




Las amapolas sin embargo habían florecido ya y pese a no ser una mañana especialmente calurosa las lagartijas se mostraban activas escabulléndose entre los matorrales.


Nuestra siguiente parada sería el navajo de las Cañadillas, para nuestra sorpresa, los sapos habían criado en ella y pudimos ver varios ejemplares de sapo corredor (Epidalea calamita) y sapillo moteado (Pelodytes hespericus) en el interior de la misma, estos últimos incluso cantaban a plena luz del día…


En la balsa Silvestre también habían puesto los sapos, al igual que el navajo Roza, las ranas comunes (Pelophylax perezi) fueron las únicas que se dejaron ver en la reserva de fauna.


Almuerzo, repostamos y planeamos nuestra siguiente parada, la Balsilla, me sorprendió gratamente, pues además de estar llena de cordones de huevos, pudimos ver tres especies de anfibios en el agua, sapo corredor (Epidalea calamita), sapo común (Bufo spinosus) y sapillo moteado (Pelodytes hespericus).


Además de un pequeño sapo partero (Alytes obstetricans) que pudimos ver cerca del abrevadero.






Arrancamos y vamos hacia la balsa Pedrosa, de camino vemos un gran grupo de niños y niñas, se trataba de una excursión, decidimos robarles un minuto de su tiempo para, a la vez que rescatamos un afortunado sapo corredor (Epidalea calamita) del interior de un aljibe, damos a conocer a su especie, su biología y algunas de sus curiosidades.
Fue increíble la expectación que consiguió el sapo, pues en menos que canta un gallo nos vimos rodeados de chiquillos intrigados llenos de preguntas.


Recordemos que los más pequeños son el futuro, debemos enseñarles a respetar la naturaleza.

En nuestra parada por la balsa Pedrosa decenas de ranas comunes (Pelophylax perezi) saltaban despavoridas al agua tras detectar nuestra presencia, un chapoteo casi continuo a lo largo de toda la orilla, ranas de todas las tonalidades y tamaños.

Aquí no parecía haber ninguna puesta, nos llevamos un gran chasco, pues teníamos la esperanza de poder ver algo más que eso.

Pese a que los sapos aprovecharon la oportunidad, nos decepcionó no haber detectado la presencia del gallipato (Pleurodeles waltl) en ninguna de sus formas (larvas, puestas, adultos, juveniles y metamórficos) en ninguno de los puntos.

Esto nos preocupa, pues a estas alturas ya deberían de estar en celo, quizás con las próximas lluvias, quién sabe…

David Candel Arbó.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

LA ENEA EN LA BALSA DE LA PEDROSA LLEVA MUCHOS AÑOS. PRIMERA PARTE



Ya en el año 2007 la presencia de la enea era muy patente, se había adueñado de toda su cubeta. Impidiendo el desarrollo de sus habitantes.


La limpieza de las balsas y navajos ha correspondido a los pastores al quedar prácticamente desaparecido la actividad del pastoreo, esta tarea paso a la Sociedad de Cazadores de Alcublas.

Es por ello que el 14 de Agosto del 2008, efectuó una limpieza de la misma dado que la enea estaba en todo su apogeo.


En el año 2010 no mejoró, al contrario la ausencia de pastoreo y la proliferación de sus semillas, hacia más evidente su presencia.




Sus habitantes plácidamente tomaban el sol, detrás la maraña de la enea.




El 18 de diciembre del 2010, junto con Roncadell, voluntarios y el Gallipato Alcublano, intentamos menguar su impacto, pero no nos fue posible, el frio, el hielo y el viento, impidieron una mejor actuación. 
 
La vigilancia sobre la Pedrosa era constante.


La situación el 15 de Enero de 2011, seguía siendo crítica. Todo lo que no fuese atacar sus raíces, era trabajo valdio.

La enea vieja y seca junto con los nuevos brotes seguía dominando toda la cubeta de la balsa.


En julio de 2011  no se veía el agua, teníamos que solventar dicho problema, la población de Gallipatos y Ranas se había reducido.

Gallipato Alcublano está dentro de un programa Life (es el instrumento financiero de la Unión Europea dedicado al medio ambiente para el periodo 2014-2020. Su objetivo general se basa en catalizar los cambios en el desarrollo y la aplicación de las políticas mediante la aportación de soluciones y mejores prácticas para lograr los objetivos medioambientales y climáticos) apadrinado por la asociación naturista RONCADELL.


Comentamos el problema y lo pusimos en conocimiento de la Conselleria pertinente. Era un trabajo delicado y peligroso, no podíamos afectar a sus habitantes.


Al no poder utilizar, obviamente, agentes químicos era totalmente trabajo de campo.



En el 8 de Enero de 2012, seguía su presencia e incluso aumentaba. No podía seguir.


El 3 de marzo del 2012 la situación era bastante delicada




Se hizo una comisión de trabajo en la que estaban Agentes Medioambientales (Conselleria), Ayuntamiento de Alcublas, Sociedad de Cazadores, Roncadel y Gallipato Alcublano se tomó la decisión de una limpieza integral, dotándola económicamente el Ayuntamiento de Alcublas, tanto su alcalde como sus concejales facilitaron mucho la labor.




La limpieza acabo aparentemente con las eneas, la balsa volvía a resucitar.


No obstante sobrevivo el incendio forestal que acabó con el 92 % de la masa forestal del termino y nuevamente aparecieron las eneas.

Si peligrosa, para la Balsa de Pedrosa, es la enea, ahora se añadía un nuevo problema, la ceniza del incendio forestal.

Las cenizas al juntarse con el agua de lluvia, podían convertirse en un agente dañino para la vida de la balsa.


Un Voluntario Un Árbol vino al rescate de la Balsa, construyendo fajinas, para que la ceniza no llegase a la cubeta y se consiguió.

Su trabajo fue tan necesario, como buenos fueron sus resultados, para evitar que la ceniza se convirtiese en lejía, al contacto con el agua.



El 2 del 12 del 2012 la enea seguía están muy presente en la balsa.




El abril del 2013 las Brigadas Medioambientales nos ayudaron en la lucha contra la enea. Gracias.



En Mayo de este año Un Voluntario un Árbol mejoraron las fajinas y protegieron la balsa para no ser rodeada por los coches, para favorecer la vida de los anfibios.

En la próxima entrega continuare con el tema de la Balsa de la Pedrosa y la Enea.


Rafa Casaña

viernes, 20 de julio de 2018

Los gallipatos no nos recibieron 18/07/18



Hacía tiempo que no subía a Alcublas, esta vez, Rafa y yo aprovechamos nuestra quedada para visitar el pueblo y revisar algunas de sus balsas, sobretodo, las del norte del término.


Visitamos los navajos, entre ellos el de las Cañadillas, en el cual Rafa avistó larvas de bufonido hace relativamente poco de los cuales no quedaba ni rastro, tenía agua, eso sí, pues al parecer, los cazadores habían llenado algunos de ellos, aunque debido a la escasez de precipitaciones, carecían de vida.










También visitamos el de la Casica vieja, Chupidilla, de la Caña los Charcos y el de Puerta, todos ellos, sin vida anfibia. Una pena la verdad.

De las balsas más carismáticas visitamos la Mina, seca, muy seca, como de costumbre, también la Silvestre, que como la Pedrosa, tenía poca agua y mucha enea, las ranas se asoleaban en la orilla y en ambas pudimos ver larvas, juveniles y adultos. Al parecer, estas si han tenido suerte este año.



Nos alegramos al ver que han puesto un observatorio de aves en la Balsa Silvestre, aunque no tanto sobre el hecho de que hayan tirado al suelo el cartel de reserva de fauna silvestre...

La gran sorpresa fue la Balsilla, debido a los problemas de captación de agua que tenía decidieron hacer algo al respecto, ya que es un punto emblemático del pueblo, apreciado tanto por lo del pueblo como por los naturalistas, por haber sido siempre un importante punto de cría para varios anfibios de la zona, como el sapo corredor y el gallipato. 


Durante un tiempo ha estado completamente seca debido a la pérdida de agua, las obras la hacen lucir muy bien, contiene agua muy cristalina y vegetación acuática en el fondo, sin embargo no pudimos ver ni puestas ni larvas de ningún anfibio, y mucho menos, adultos.


 Lo que sí que vimos fueron dos culebras viperinas o culebras de agua, que nadaban a sus anchas, rastreando el fondo en busca de alimento y saliendo a flote de vez en cuando.

En el abrevadero que hay junto a ella habían larvas de sapo partero, aunque había muy poca agua, su futuro es incierto.



No nos fuimos sin visitar el Prao, está declarada Reserva de Fauna, aunque su paisaje parecía más bien estepario, una lástima.

La visita a la Balsa de la Pedrosa, tampoco fue mucho mejor, ni rastro de gallipatos, solo alguna rana y algunas libélulas.



De camino a casa nos lamentamos por no haber visto gallipato, tampoco ningún sapo, ni siquiera un resquicio de vida, la situación actual en términos generales es desfavorable, preocupante.

Esperemos que vengan pronto las lluvias estivales y equilibren un poco la balanza, los anfibios lo necesitan, el agua es un bien imprescindible.

No obstante pudimos ver varios muros donde cría el abejaruco en Llíria, y también pudimos ver un picapinos, un curioso ave de color verde que nos alegró el regreso a la ciudad.

Volveremos, con la esperanza de que todo mejoré, al fin y al cabo, la esperanza es lo último que se pierde.


David Candel Arbó.