Paseaba por la carretera asfalta de los Casales, cuando
apareció ante mí un hermoso ejemplar de culebra de escalera, esta quieta,
inmovil, pensé lo peor y al acercarme lo comprobé.
Tenía la cabeza totalmente aplastada, inerte había
muerto por calentarse.
Ni una huella de frenada.
A la culebra de escalera le encanta sestear en el
asfalto, el calor que desprende, lo aprovecha para elevar la temperatura de su
cuerpo.
Como reptil que es controla la temperatura de su
cuerpo, calentándose al sol o enfriándose a la sombra.
Es muy beneficiaria para el agricultor pues depredador
de pequeños roedores, que causan daño a las cosechas.
No nos gusta compartir esta historia, pero es bueno
darla a conocer para concienciar a las personas, para que tengan cuidado en la
conducción de sus vehículos, pues cuando están tomando el sol o calentándose en
el asfalto, están muy indefensas.
No tienen capacidad de reacción lo que la hacen blanco fácil
a las ruedas de los coches.
Deseo no dar noticias como esta y que tanto los
anfibios y reptiles pueden vivir libremente, siguiendo su ciclo de vida.
J. R. Casaña