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No se quiere ir de vacaciones contigo

¿Cómo lo resolverás?: le dirás que te irás con tres amigos a la costa. Acto seguido le mostrarás fotos de los muchachos con los que dormirás durante quince días bajo el mismo techo. Aquí la autora te recomienda: serán fotos de morenazos en sunga y todos tendrán el pack bien marcado (aclaración: la autora se refiere al pack de abdominales).

¿Qué harás si notas que el color de su piel pasa del cremita claro al verde oscuro porque los celos le carcomen las entrañas?: le comentarás al pasar, con tu lozanía habitual, que uno de los mencionados morenazos fue tu novio. Entonces, te pondrás la mejor cara de distraída que encuentres en tu repertorio de caras y pensarás en voz alta: «no sé por qué terminamos, ahora que me acuerdo era tan divino...». Te quedarás unos segundos con la mirada perdida. Por último suspirarás.

¿Qué frases agregarás?: «estaré pensando en ti todas las noches desde la discoteca», «intentaré no emborracharme demasiado», «no sé si tendré ganas de usar corpiño/sujetador durante las vacaciones».

No quiere presentarte a sus progenitores

¿Cómo lo resolverás?: averiguarás la dirección de la simpática pareja que lo trajo a la vida (usarás el ingenio, la autora confía ciegamente en ti) y te presentarás de sorpresa el domingo en el almuerzo familiar.

¿Qué harás si su rostro no expresa júbilo alguno al verte?: le dirás que fue idea de su madre, que ella te invitó (esa buena señora te secundará en lo que sea con tal de que te quedes un rato en su casa para chusmear/cotillear bien con quién anda su hijo y luego poder criticarte con todas sus amigas del barrio).

¿Qué frases te beneficiarán en esta ocasión?: «¡qué rico le salió el estofado señora!», «¡cómo le reluce el parquet!», o «¡qué limpito tiene al canario!». Le alabarás hasta el hartazgo su culinaria o su pulcritud, pues si te ganas a la reina tendrás muchas más posibilidades con el príncipe.

No quiere pasar Año Nuevo/Nochevieja con tu familia numerosa

¿Cómo lo resolverás?: le hablarás del amor que hay que sentir durante las fiestas, pues así lo desean los Reyes Magos y Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás o como se quiera llamar al gordito en traje rojo y tupida barba blanca que cada año nos trae regalos sin querer nada a cambio.

¿Qué harás si te dice que él siente mucho amor durante las fiestas, pero aun así no quiere pasar Año Nuevo/Nochevieja con tu familia numerosa?: lo chantajearás.

¿Qué frases te servirán?:
En Argentina: «si besás los bigotes de la tía Ramona a las doce de la noche (aquí poner nombre pertinente, la autora puso el de la suya), te prometo que una vez en casa seré la más dadivosa de las bataclanas», «si venís podés escabiar todo el fernet que quieras», «si te comés el matambre relleno, el vitel toné, el lechón y todo el pan dulce que te sirvan mamá y la nona sin rezongar, luego me pongo una pollerita colorada y un portaligas a juego que compré especialmente para vos».
En España: «si te tomas las uvas sin mostrárselas a todos los integrantes de mi familia dentro de tu boca y sin insultar porque las campanadas van muy rápido y no te da a tiempo a tragar entre una y otra, esta noche te danzo mejor que una odalisca», «si me acompañas puedes beber todo el orujo de hierbas que desees», «si te comes los pimientos del piquillo, las gambas, el pulpo y los polvorones que te sirvan mi madre y mi abuela sin protestar, luego me visto con una faldita roja y un liguero a juego que compré solo para ti».

No quiere casarse

¿Cómo lo resolverás?: le explicarás detalladamente cada una de las ilusiones que vienes acumulando en tu organismo desde pequeña, todo lo que ha metido en tu cabeza la sociedad, tu madre y tus primas del campo, le hablarás de cortes de vestidos y tipos de telas, del bouquet de lirios que quieres llevar entre tus manos y de la tiara con rositas color vainilla que tus cabellos desean lucir. Intentarás también mencionar las siguientes palabras: maquilladora, peluquera, manicura, wedding planner, salón de fiesta, iglesia, invitaciones en papel satinado color tiza con letras estilo inglés doradas, zapatos vintage, tarta de diez pisos, banda de música, vals, niña con canastita en mano, ropa para la ceremonia civil, alianzas de oro blanco ni muy gruesas ni muy finas (dentro de canastita en mano de niña), catering, coche antiguo decorado con flores blancas y rosadas; entre otras. Y finalizarás diciendo: «todo lo elegiremos juntos, te lo prometo».

¿Qué harás si te das cuenta de que mientras le hablas está pensando en la formación de Boca Juniors/del Real Madrid del año 98' o en alguna famosa conejita de Playboy?: le dirás unas cuantas palabras en un elevado tono de voz.

¿Qué frases le gritarás?: «¡ni siquiera me estás escuchando pastenaca/mentecato!», «no vas a encontrar mina/mujer mejor que yo, ¡más te vale elegirme como esposa!», «como no me des la boda de mis sueños haré que mis tres hermanos mayores te busquen, te encuentren, te sigan, te esperen y te lastimen».

No quiere deshacerse de las múltiples grasas que habitan en su cuerpo

¿Cómo lo resolverás?: le prepararás ensaladas multicolores y gelatinas light con trocitos de kiwi, le hablarás de las propiedades del brócoli, le esconderás las cervezas y la panceta/los torreznos, le enseñarás a contar calorías y a parar de ingerirlas al llegar al número 2000, le darás un vaso de agua cuando lo veas a punto de meterse en la boca un cañoncito con dulce de leche/una napolitana y le regalarás unas zapatillas de correr.

¿Qué harás si te invita a que te vayas a sitios que tú no conoces ni sabes en qué parte del mapa se encuentran?: crearás con amor y esmero un bonito PowerPoint y le harás una presentación titulada «beneficios de poder verte los pies sin que una panza te lo impida».

¿Qué frases lo persuadirán para que deje el vicio de las grasas trans?: «la acelga hervida es lo mejor que te puede pasar», «tener hambre todo el día te convierte en mejor persona», «si a la merluza a la plancha le pones tomillo se convierte en un verdadero manjar».

No quiere lavarse los dientes después de comer ajo en cantidades perjudiciales para su salud y la tuya

¿Cómo lo resolverás?
La autora te ofrece tres opciones:
1- Vomitando.
2- Bloqueando tu respiración nasal con un broche/una pinza.
3- Abriéndole la boca a la fuerza y vaciándole el tubo de dentífrico.

¿Qué harás si el punto 1 no resuelve tu problema? (lo cual es lo más probable, pues tú echarás todo lo que tengas en el estómago debido a su olor, pero su boca no dejará de oler por mucho que eches): Armarás tu valija/maleta y te irás a lo de tu madre dando un portazo bajo amenaza de no volver a menos que desista de su vicio ajístico.
¿Qué frases te serán útiles?: «¡el ajo o yo!», «o el colutorio bucal forma parte de esta pareja o te dejo», «deberías comerte una planta de menta».

¿Qué harás si te duele mucho la nariz debido a la presión que el broche/ la pinza ejerce sobre la misma? Aguantarás y pensarás: «es este dolor o un aroma infecto». En caso de que te duela de un modo exagerado liberarás tu nariz y abandonarás la vivienda por unas horas.
¿Qué frases le espetarás mientras cruzas la puerta de calle?: «los cerdos tienen mejor aliento», «como sigas masticando ajitos vas a perder a todos tus amigos», «si Drácula viene de visita no le abras la puerta pues lo matarías al decirle hola».

¿Qué harás si escupe el dentífrico y se mete otro ajo en la boca?: vituperarás contra él y contra su madre entera que es (la autora está en un 90 % segura) quien le inculcó el hábito que está destrozando tu pareja.
¿Qué frases expresarás con voz resonante?: «¡guanaco repulsivo!», «¡halitoso de morondanga!», «¡muerto podrido!».

No quiere hacer un tratamiento para dejar de roncar

¿Cómo lo resolverás?: a codazos. Clavarás tu codo derecho, izquierdo o los dos (a la autora lo mismo le da) en sus costillas tantas veces sean necesarias hasta que deje de roncar. Es muy probable que pare por unos minutos y recomience. Si esto ocurre, volverás a clavarle el o los codos. Y así.

¿Qué harás si se despierta y te pregunta si estás loca o qué te pasa?: buscarás en tu repertorio de caras la que más sueño tenga y lo mirarás desconcertada.

¿Qué frases utilizarás en esta ocasión?: «lo habrás soñado», «yo jamás te toqué», «estaba dormida como una piedra».