viernes, 29 de enero de 2010
Cuento cantante
Había una vez un cuento que cantaba. Cuando una persona llegaba al relato, este empezaba a tararear sus letras, maravillando a lectores de todas las edades. Envidiosos de su éxito, otros cuentos han ideado distintas formas de eliminarlo a través de artimañas literarias. En vano, claro está, porque la vida de ese relato no es contar, sino cantar.
miércoles, 27 de enero de 2010
Omnipresencia
Carmelo Serrano posee el magnífico don de la ubicuidad. Y gracias a su habilidad ha podido desarrollar un sinnúmero de conquistas en espacios distintos y tiempos exactos. Con el paso del tiempo, a pesar de eso, Carmelo se ha enamorado de Jimena, una de sus tantas mujeres, y poco a poco ha ido deshaciéndose del resto. Pese a todo, él mismo se ha convertido en su principal enemigo, porque cuando, estando en un lugar, sabe que Jimena está con otro de sí mismo, unos celos enfermizos se apoderan de él sacándolo de sus cabales. Es entonces cuando el orgullo masculino se desborda y la lucha entre todos los Carmelo Serrano por el amor de Jimena deriva en una sangrienta guerra sin cuartel en la que no hay espacio para la tregua ni la compasión. Mañana se celebrarán catorce exequias simultáneas.
lunes, 25 de enero de 2010
viernes, 22 de enero de 2010
Tecnoadicción
—Buenos días, señora. ¿Está Fede en casa?
—No, querido, no está —responde la madre sin mirar al muchacho—. Pero espéralo en su cuarto, si quieres.
—¡Señora! ¡Señora! —grita el muchacho desde la habitación—. ¡Aquí está Fede! ¡Frente al compu! ¡Pero no dice nada!
—¡Te lo dije, muchacho...! —vocifera la mujer a la distancia—. ¡No está!
—No, querido, no está —responde la madre sin mirar al muchacho—. Pero espéralo en su cuarto, si quieres.
—¡Señora! ¡Señora! —grita el muchacho desde la habitación—. ¡Aquí está Fede! ¡Frente al compu! ¡Pero no dice nada!
—¡Te lo dije, muchacho...! —vocifera la mujer a la distancia—. ¡No está!
miércoles, 20 de enero de 2010
Dolasia
Alejado del bullicio mundano, existía un lugar magnífico y espléndido. De sus colinas se desplegaban cascadas que dejaban a su paso millones de plantas creciendo al ritmo que imponía la naturaleza. Ni una sola nube se asomaba sobre su cielo y por eso el firmamento se divisaba nítido, como en ningún otro lugar en el mundo. La armonía entre el lugar y sus habitantes era increíblemente inspiradora. Los leopardos conversaban durante largas horas con los geranios, así como los manatíes se entretenían con las estrellas de mar. De sus árboles crecían limarios, guayales, plenutes y anoros, todos frutos enormes, exquisitos y desconocidos. En Dolasia las aves volaban en círculos, como reconociendo que no había un mejor lugar adónde migrar. Su aire era el más fresco y curativo de la Tierra y sus manantiales eran tan puros que brillaban como diamantes. De día se sentía un delicioso olor a vainilla y en la noche era fácil percibir el aroma a chocolate. Un día llegó el hombre.
lunes, 18 de enero de 2010
Sobreviviente
Una explosión ha finiquitado la raza humana. En medio de la humareda, Gregorio Samsa todavía camina entre los escombros.
viernes, 15 de enero de 2010
miércoles, 13 de enero de 2010
Retratos
El talento de Apolinar Manzano ha trasgredido el terreno de lo artístico. Sin que él lo sepa, sus dibujos se escapan de los cuadros cobrando vida. Una mañana, cuando fue a ver el caballo que había pintado, descubrió que ya no estaba en el lienzo. Le pareció extraño, pero en ese momento pensó que tal vez había dejado su dibujo en medio de sus otros cuadros, perdido entre su característico desorden. No obstante, cuando no encontró el retrato del niño en el árbol, ni el de la mujer semidesnuda, ni el del ángel con sable, Apolinar pensó que estaba al borde de la locura. En un arrebato de inspiración, pintó un autorretrato referido a su estado mental en el que se sumergía en el mar. Cuando despertó, sintió un roce húmedo en la piel y, aún preso del letargo, divisó una gigantesca ola elevándose sobre él.
lunes, 11 de enero de 2010
Recomenzar
Luego de Navidad a reventar de comida, fin de año con güisqui hasta el amanecer y enero disfrutando (o sufriendo) el inclemente sol en un peculiar pueblito colombiano, todo debe volver a empezar. Este año es de cambios. Para mi vida y para los cuentitos, así que ahora publicaré tres microrrelatos semanales. Lunes, relatos microscópicos (una, dos, máximo tres líneas); miércoles, cuentos inéditos y viernes, cuentos con nombre propio. Esta última lista, por cierto, es larga, así que paciencia que poco a poco los vamos sacando.
Sin más introducciones, ¡bienvenidos a la era 2010!
Sin más introducciones, ¡bienvenidos a la era 2010!
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