Mostrando entradas con la etiqueta César Vallejo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta César Vallejo. Mostrar todas las entradas

lunes, 20 de julio de 2015

Correspondencia completa, de César Vallejo (Edición de Jesús Cabel)

Interesante como dato testimonial histórico y curioso si te interesa la biografía del poeta, poco más…


Difícil es leer a Vallejo y no quedarse con ganas de más. Ya me ocurrió el pasado abril con Los heraldos negros; inmediatamente después cayeron Las escalas melografiadas. Hace una semana que regresé al pueblo en el que me crié para pasar unas vacaciones inmerso en la lectura. No pude evitar llegarme a la única biblioteca de la zona a curiosear, y, claro, si uno encuentra estas cosas de Vallejo, de nuestro querido Vallejo, cómo no va a llevárselas a casa. Y con ella Trilce. ¡Al fin! Ya veré si comento algo, pues ya sabéis que la poesía no es precisamente mi fuerte y muchas veces me resigno a decir algo para evitar así cagarla. 

Pero vamos con el libro de hoy.

Correspondencia completa es un título con el cual no necesitas mirar en la contraportada para saber qué encontrarás dentro del libro. Recopilaciones como ésta hay cuarenta mil, ¿pero qué hace que ésta sea más interesante que la mayoría? ¿Qué sale Vallejo? Posiblemente. Porque de completa no tiene nada. El propio título promete mucho más de lo que da. No han salido a la luz todas las cartas que escribió César Vallejo en vida debido a que muchas se han perdido o a que ciertas personas prefieren no hacerlas públicas. Lo cierto es que poco contribuye a mejorar la comprensión de la obra del poeta las que sí aparecen. Lo familiar, muy presente en su obra poética, apenas tienen un minúsculo espacio en esta recopilación realizada por Jesús Cabel para Pre-textos. Es fácilmente deducible que Vallejo le escribió más de ocho cartas en toda su vida a su hermano Víctor Clemente; el propio César dice que no recibe respuesta, a pesar de las muchas misivas que envía para Santiago de Chuco desde París. De la misma forma se habla de cartas escritas para Georgette que no están por ninguna parte. No sabemos mucho acerca del matrimonio Vallejo. Se menciona su relación unas tres o cuatro veces, pero no creo que interese demasiado, casi da la impresión de que ni le interesa al mismo Vallejo. Toda inmersión en recopilaciones de este estilo cobra siempre un tinte de prensa rosa que no me agrada. Por suerte, aquí no profundizamos en el dilema.

Una vez sacado lo malo, extraigamos también lo que puede ser útil para algo.

En primer lugar, hay que hacer mención especial a una especie de mantenimiento de una estructura casual que nos permite reconstruir la historia de César Vallejo como si fuese una suerte de novela epistolar, con un protagonista-narrador incuestionable, un comienzo, un nudo y un desenlace. Las cartas conservadas y la forma de ordenarlas permiten una ágil y medio amena lectura.

En segundo lugar, aunque carezca de valor literario, posee un importante valor histórico como testimonio de una personalidad muy concreta, cuyas circunstancias permiten ofrecer una visión del mundo que compartieron muy pocas personas.

En tercer lugar, las continuas cartas que envía Vallejo a sus compañeros artistas le dan la oportunidad al lector de conocer a autores (principalmente poetas del Perú) muy poco difundidos en la actualidad a nivel internacional. Me he pertrechado con una decena de nombres que se suman a mi ya inmensa lista de escritores pendientes.

En cuarto lugar, el contenido de las misivas nos desvela la parte más desconocida de Vallejo: su trabajo como periodista, su condición de mantenido a base de becas del gobierno español y las continuas triquiñuelas para aprovecharse de dicha beca sin cumplir los requisitos mínimos, los continuos préstamos que pedía a sus amigos y conocidos como Pablo de Abril Vivero (diplomático y poeta con el que más se cartea) o Juan Larrea, su horrible forma de administrarse el dinero, pretendiendo una vida que no era la suya, y su conversión al comunismo soviético. Todo esto, así como datos curiosos, puede resultar interesante.

En último lugar, la introducción, a modo de ensayo breve, constituye un nuevo punto a favor de la obra y nos aporta nuevos datos que no se encuentran en el contenido de las cartas y que nos ayuda a comprender éstas de una manera mejor.

Poco más tiene de miga. Curioso, sí. Pero ni una ínfima parte de su labor como escritor.

Podéis encontrar más reseñas de este libro en:

El País (firmada por José Manuel Caballero Bonald y con el que no estoy muy de acuerdo)
El Cultural (firmada por Luis Antonio de Villena y que hoy me cae algo más en gracia)

domingo, 29 de marzo de 2015

Minireseña de Las Escalas melografiadas por César Vallejo

La fantasía de la muerte en una melodía prosaica...


Melografiadas”, del vallejiano “melografiar”, que procede a su vez del castellano “melodía” y “grafía”, traducible a nuestra lengua por algo como escribir tal como si de una melodía el texto se tratase. ¡La música a la poesía lo que la poesía a la música! Un concepto puramente modernista que Vallejo toma para componer estas pequeñas escenas de gran calidad y que a su vez adelantan elementos que se pondrán en boga en las décadas siguientes en Latinoamérica, especialmente en lo que una parte de la crítica ha llamado el Realismo Mágico (un término de solidez muy cuestionable). La obra en sí, ligerita y apañada, cultiva una especie de género fronterizo que viaja desde la autobiografía al relato fantástico, unas veces terrorífico, otras más próximo a autores expresionistas e incluso surrealistas, manteniendo siempre el lugar desde donde se escribe la obra: la penitenciaría de Lima. Dividida en dos partes: la primera está más cerca de lo autobiográfico y tiene como principal lugar de acción dicha prisión, mientras que la segunda se centra en las historias que les refieren, o que Vallejo inventa, sus numerosos compañeros del presidio. El carácter cada vez más fantástico de las escalas nos lleva a un progresivo abandono del escenario de la prisión. En los últimos tres cuentos no aparece ni como escenario de marco siquiera, ni alusiones remotísimas siquiera. La última historia nada tiene que ver ya con las anteriores, salvo en su temática, y el escritor nos deja con la duda de si el narrador es otro personaje del cual escucha la historia, como en las anteriores, o de si es él mismo.

El tema más común en la obra, no obstante, es la muerte y las distintas formas de las que dispone el individuo para relacionarse con ésta. La muerte se ve como la causa de un dolor no buscado e inexorable, injusto desde el punto de vista humano, indiferente a los ojos de Dios, en Muro Noroeste, donde la muerte/asesinato de una diminuta araña le lleva a Vallejo a sostener un breve monólogo filosófico consigo mismo sobre estos temas. A pesar de que le increpa a su compañero de celda el acto, para él vil, que acaba de cometer, éste se desentiende indiferente y con sorna, como si la vida de aquel ser más débil no valiera nada. No es la primera vez que Vallejo recurre a la figura de la araña que muere, ya lo hace  en el poema Araña de Los heraldos negros. Ver al débil sufrir y, finalmente, morir despierta el propio dolor del poeta, lo lleva a culparse. Sin embargo, la muerte puede verse también como una salvación, como un medio para escapar de una vida de sufrimiento. Así nos lo hace ver Vallejo en su escala Liberación. También se cuestiona el peruano una y otra vez si vive realmente, pues son numerosos los fantasmas que aparecen en la obra. Lo que no puede estar pero se aparece es una constante en las escalas, donde destaca el capítulo que el poeta dedica a la muerte de su madre, otro de los hechos de su dura vida que lo apenó enormemente. Quedando siempre lugar para otros temas (como el amor, la familia, la avaricia, la locura-cordura, la poesía, etc.) Escalas melografiadas por César Vallejo se enmarca como una lectura interesante que nos ayuda a entender mejor la figura del hoy prestigioso poeta, así como nos ofrecen un delicioso compendio de historias escritas, o melografiadas si se prefiere, con un lirismo delicioso incapaz de dejarnos en la mera indiferencia.