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martes, 14 de noviembre de 2023

EL SEÑOR DE LA GUERRA

 

Decimotercera y última entrega de la saga "Sajones, vikingos y normandos", creada por la pluma del británico Bernard Cornwell.
Esta será la última aventura de Lord Uhtred de Bebbanburg, en ella, el autor crea un relato ficticio de la batalla de Brunanburh, librada en otoño del 937 d.C., en la que Aethelstan, soberano de los reinos de Wessex, Mercia y Anglia Oriental, derrotó al ejército capitaneado por el rey del territorio irlandés de Dyflin, Anlaf Gthfrithson y por Constantino de Escocia, a los que se había unido Strath Clota y sus guerreros nórdicos de lo que hoy son las Orcadas y las Hébridas. La Crónica anglosajona señala que "jamás hubo en nuestras islas una matanza semejante", y muchos años después, todavía se la conocía como "la gran batalla".
Fue indudablemente un choque formidable, una degollina como pocas ha habido y una de las más importantes contiendas habidas en suelo británico. Según los estudiosos, los hombres que combatieron y murieron en ese campo de justas forjaron la carta política futura. El futuro de la nación se decidió en un solo día y en un único escenario. Esa nación era Inglaterra y Brunanburh fue el instante de su fundación.
En cuanto a la novela y a su protagonista, Uhtred, después de haber contribuído de manera decisiva a la victoria del soberano al que había jurado lealtad, se retira a su fortaleza de Bebbanburg como auténtico Señor del Norte, dueño de unas tierras que se extienden desde el ventoso mar del Norte a las costas que miran hacia Irlanda, responsable de frenar a los escoceses e impedirles que desciendan hacia el sur y se adentren en las tierras que desde entonces serán conocidas como Englaland. Su gobierno impera sobre tierras más vastas que las de muchos que se hacen llamar reyes, pero Uhtred no se da a sí mismo otro título que el de señor de Bebbanburg, lo único que siempre quiso ser y mientras, ya anciano para la época, espera en su formidable fortaleza el momento en que las Nornas (esas viejas hilanderas del destino), corten los hilos que le unen a la vida, comparte su cama con la bella Benedetta y con su espada, "Halito de serpiente", para tenerla a mano y poder empuñarla en el instante de su muerte a fin de que los dioses le permitan entrar en el Valhalla y, una vez se encuentre en el vasto salón de los dioses, coincidir con muchos de los hombres con los que en su día luchó y envió al más allá, reconciliados por fin, festejando juntos y observando el mundo desde arriba, donde los hombres seguirán batallando, hasta que llegue el fin del mundo y todo perezca devorado por el caos.
Wyrd bid ful araed (El destino es inexorable).



martes, 10 de octubre de 2023

ESPADA DE REYES

 

Decimosegunda novela de la saga Sajones, vikingos y normandos, en ella, Uhtred demuestra que es un hombre de palabra y llevará adelante el juramento que le aleja de Bebbanburg, su hogar, por el que tanto luchó para recuperarlo, porque ha jurado que matará a dos hombres cuando muera el rey Eduardo y el rey se está muriendo.
Tras un violento enfrentamiento en el mar, Uhtred navega son sus hombres hasta Lundene (Londres), la más populosa y rica ciudad de Inglaterra. El reino está dividido y los dos aspirantes al trono están reuniendo sus ejércitos para enfrentarse en el campo de batalla. Sumergido en un mundo de alianzas cambiantes y lealtades inciertas, Uhtred se ve arrastrado hasta el ojo de la tormenta y necesitará de toda su fuerza y astucia y una gran dosis de buena suerte, para vencer a Waormund, el más feroz guerrero de entre sus enemigos. El destino de Uhtred le lleva a estar de nuevo en el centro del muro de escudos.
Bernard Cornwell dibuja un panorama fascinante de cómo debieron ser las tierras de Britania cuando lo que hoy conocemos como Inglaterra, comenzaba a dar los primeros pasos para convertirse una sola nación.




martes, 5 de septiembre de 2023

LA GUERRA DEL LOBO

 

Decimoprimera entrega de la saga "Sajones, Vikingos y Normandos", en la que Bernard Cornwell nos deja nuevamente en compañía de Uhtred de Bebbanburg, esta vez, víctima de un engaño que le hace ir en socorro de asediada población de Ceaster, cuando en realidad los asediados no corrían apenas peligro, una añagaza ideada por Sköll, un caudillo norteño que, tras abandonar Irlanda, pretende hacerse con algunos de los territorios de lo que será la futura Inglaterra. Sköll ha dado muerte a Stiorra, la hija de Lord Uhtred, por lo que éste, jura vengarse del vikingo cueste lo que cueste y le perseguirá hasta su refugio en Northumbria.
Con un esquema parecido al de las anteriores novelas de la serie, Cornwell consigue sumergirnos en una historia que no da tregua y, a pesar de que intuímos claramente cuál será el final, logra ir dejando las suficientes incógnitas para que nos intriguemos por el cómo conseguirá salir de nuevo airoso de las más desesperadas situaciones.
Con el sentido del humor que le es característico, el autor británico sigue con sus dardos hacia la Iglesia y los poderosos y su pesimista visión sobre una futura paz: "Mientras un hombre desee a la mujer de otro y los curas y hechiceros sigan predicando que su dios es el único, siempre habrá una guerra", dice Uhtred en uno de los párrafos de este libro que, como el resto de los del autor, se lee con gusto y se agradece sobremanera la realista recreación de la época y el modo de vida de quienes la vivieron, en aquellos lejanos primeros años de la década del 920 en que está ambientada la novela.



martes, 2 de febrero de 2021

EL PORTADOR DE LA LLAMA

 

Décima entrega de la serie Sajones, Vikingos y Normandos en la que Bernard Cornwell recrea, mezclando realidad y ficción, el nacimiento de Inglaterra como nación a través de la vida de Uhtred de Bebbanburg, un señor de la guerra que es todo un héroe en aquellos turbulentos momentos de la historia. El programa de televisión de CB2, THE LAST KINGDOM, se basa en los primeros libros de la serie.
Uhtred siempre ha soñado con recuperar Bebbanburg, la imponente fortaleza construída sobre una roca que es prácticamente un inmensa isla, a la que es imposible acceder por mar y, por tierra, tan solo a través de un estrecho, tortuoso y empinado camino. El lugar que Uhtred considera que es suyo y que le fue robado por su tío, el hermano de su padre y en el que ahora gobierna su primo.
Lo que hoy es Gran Bretaña, se halla en un estado de paz bastante incomodo y engañoso. El gobernante vikingo de Northumbria, Sigtryggr (casado con la hija de Uhtred), y la reina sajona de Mercia, Aethelflaed, han acordado una tregua y, por fin, Uhtred tiene una oportunidad de recuperar la posesión que su traicionero tío le robó hace tantos años y que su intrigante primo aún ocupa. Pero el destino es inexorable (Wyrd bið ful aræd) y los enemigos que Uhtred se ha ido creando, unidos al juramento de lealtad a Aethelflaed, se combinan para alejarlo de su sueño de recuperar Bebbanburg. Además, nuevos enemigos entran en la lucha por los adueñarse de los reinos de Inglaterra: el temible Constantino de Escocia aprovecha la oportunidad de conquista y reúne un ejército que avanza hacia el sur. La precaria paz, amenaza con convertirse en una guerra de aniquilación, pero Uhtred está decidido a que nada, ni los nuevos, ni los antiguos enemigos que se combinan contra él, le impidan hacer valer su derecho de nacimiento. Él es el señor de Bebbanburg, pero necesitará de todas las habilidades aprendidas en una vida de guerra, de su experiencia, arrojo, valentía e inteligencia y de la ayuda de los dioses del norte, para hacer realidad su sueño.



martes, 10 de noviembre de 2020

GUERREROS DE LA TORMENTA

Uhtred de Bebbanburg, el protagonista de esta serie de relatos, está ya en su edad madura, quizá incluso mayor para la época. Reside en la fortaleza de Ceaster en Mercia, el reino que parece prosperar bajo el gobierno de Æthelflæd. Las cosas han estado tranquilas y pacíficas durante un par de años, pero ahora una nueva amenaza aparece en el horizonte. El feroz guerrero Ragnall Ivarson lidera un ejército que ha cruzado el mar desde Irlanda y tiene la mirada puesta tanto en Mercia como en Northumbria. Ragnall es un líder de renombre, un hombre a quien temer que mantiene su liderazgo a base de tener atemorizados a quienes le han jurado lealtad. Para hacer las cosas más interesantes, también es el hermano de Sigtrygg, el yerno de Uhtred. 
Siendo la novena novela de la saga "Sajones, vikingos y normandos", mucho de lo que se nos presenta aquí lo hemos visto antes a lo largo de las anteriores novelas: Batallas, escaramuzas, muros de escudos, oponentes formidables, tácticas inteligentes y personajes secundarios de gran calado. Aunque ya mayor, Uhtred sigue siendo un formidable, imponente y, a menudo, terco guerrero, fiel a su devoción por Thor, siempre listo para la batalla y audazmente inteligente, siendo famoso en todo el país. 
Es un placer seguir la narración de este Uhtred, ya anciano y retirado, que rememora su pasado para el lector. Su familia es extremadamente importante para la narrativa y algunos de sus hijos también se han convertido en personajes muy importantes, igual que Finan, el guerrero irlandés al que Uhtred conoció cuando ambos eran esclavos encadenados a un remo, de cuyo pasado conoceremos más, cuando aún estaba en su natal Irlanda. Otros personajes que han ido envejeciendo junto al protagonista y que aparecieron por primera vez al comienzo de la serie, también juegan un papel importante aquí. 
"Guerreros de la tormenta" es otro ejemplo brillante de la ficción histórica en la que tan bien se maneja Bernard Cornwell.



martes, 2 de julio de 2019

LA FUGA DE SHARPE

En septiembre de 1810, justo antes de repeler al ejército francés en las desnudas laderas de la sierra de Bussaco en el centro de Portugal, el Capitán Sharpe se ve obligado a enseñar el oficio de comandar tropas, al teniente Cornelius Slingsby, el arrogante y borrachín cuñado del Coronel Lawford.
Cuando es enviado a desmontar los restos de un puesto abandonado de aquel ingenioso y rudimentario telégrafo con el que se comunicaba el ejército de Sir Arthur Wellesley, Sharpe tiene un encontronazo con Ferragus, el malvado hermano de un traicionero aliado portugués de los británicos, el comandante Ferreira, a quien atrapa con un inmenso cargamento de harina que pretende vender al enemigo, cuando el futuro duque de Wellington había ordenado destruír toda la comida que pudiera caer en manos francesas.
Ferragus, un tipo con un físico imponente y un enemigo muy peligroso, no olvidará aquella afrenta y Sharpe pronto es emboscado por el cobarde portugués, del que apenas consigue escapar con vida.
Sharpe se siente maltratado y humillado por el ejército cuando, a pesar del mal desempeño de Slingsby en Bussaco, Lawford lo pone a cargo de las tropas, y luego tiene el descaro de reprender a Sharpe por su negativa a disculparse por insultar al necio de Cornelius. Cuando los franceses encuentran la manera de flanquearlos, los británicos se retiran a través de Coimbra, donde Sharpe y el sargento Pat Harper, su entrañable compañero de armas, se encuentran atrapados en una trampa. El viejo amigo de Sharpe, el capitán portugués Jorge Vicente, y una joven institutriz inglesa, Sarah Fry, junto a una joven portuguesa, se encuentran apresados en un almacén repleto de víveres y suministros, que Ferragus tiene escondidos para vender a los franceses. Cuando todo parece perdido, conseguirán escapar de una manera tan ingeniosa como peligrosa, debiendo entonces tratar de atravesar las líneas francesas para reunirse con su regimiento, aunque el peligro que suponen Ferragus, su hermano y sus compinches, complicarán el asunto.
Con personajes completamente descarnados y un perspicaz retrato de las miserias y grandezas de la condición humana, Cornwell sigue mejorando. Sus fieles se quedarán con la esperanza de que Sharpe continúe para siempre, tras este relato lleno de suspense, acción y pólvora, además de las referencias históricas que el autor traslada libremente a la novela.



martes, 18 de junio de 2019

LOS ESTRAGOS DE SHARPE

Corre el año 1809 cuando encontramos al teniente Sharpe con su pequeño grupo de hombres en una situación bastante precaria en tierras del norte de Portugal.
Sharpe es enviado al rescate de Kate Savage, de 19 años, hija de un rico bodeguero inglés ya fallecido, que vive con su madre y que ha escapado a la casa de verano de la familia justo cuando las tropas del mariscal Soult se disponen a conquistar Oporto y toda la población huye del ejército francés.
Sharpe deberá por tanto, atravesar las líneas enemigas y dirigirse hacia la retaguardia francesa, pero tiene al sargento Patrick Harper y a sus fusileros y cuenta con la ayuda de un joven portugués un tanto idealista, el teniente Jorge Vicente, al frente de un pequeño destacamento del ejército portugués. Juntos, tienen que encontrar a la chica desaparecida y librarse de los enredos del coronel Christopher, un misterioso inglés que trabaja para el ministerio de exteriores y que tiene sus propias ideas sobre cómo los franceses pueden ser expulsados ​​de Portugal. Esas ideas son tan fantásticas como peligrosas, pero los franceses están desenfrenados, Lisboa está amenazada y Christopher ve a Sharpe y sus fusileros como los únicos obstáculos para sus sutiles planes.
Cuando el avance de Soult parece imparable, un nuevo comandante del ejército británico llega a Lisboa, Sir Arthur Wellesley, y justo cuando Sharpe y sus hombres parecen condenados, Sir Arthur organiza su propio contraataque, una operación que enviará al ejército francés a las montañas del norte. Sharpe se convierte en cazador en vez de cazado y ejercerá una terrible venganza contra los hombres que han estado a punto de acabar con su vida a base de traiciones. Los estragos de Sharpe es una historia clásica del famoso personaje inventado por Bernard Corwell, un recorrido por el norte de Portugal en compañía del Sargento Patrick Harper, el Capitán Hogan y sus queridos Greenjackets, los fusileros del 95º de rifles.
De nuevo el autor británico, con su habilidad para mezclar ficción y hechos históricos, nos deleita con su prosa y con su peculiar manera de contarnos la historia que nos obliga a ir pasando las páginas del libro sin darnos apenas tregua, llevándonos del desastre del hundimiento del puente de barcas en Oporto, que supuso la muerte de cientos de personas, la mayoría civiles, como atestigua la placa, en el muelle cercano a donde el magnífico puente de hierro de Eiffel cruza hoy el Duero, que rinde cuenta de los horrores del 29 de marzo, cuando los refugiados portugueses se agolparon en el mencionado puente de barcas, hasta la respuesta de Wellington, que reconquistó la capital del norte portugués, gracias a que un barbero local, cruzó el río en un esquife y avisó a los británicos de que los franceses habían olvidado hundir tres barcazas en el lado norte del río, en las que fueron cruzando las tropas inglesas, un hecho que Cornwell hace protagonizar a Sharpe y los suyos, cambiando un poco la historia, en la que también relata la conquista del seminario, en una brillante recreación de lo que debió ser aquella ardorosa batalla.
Sharpe y los suyos, avanzarán por delante de las tropas británicas, hasta llegar a los puentes de Ponte Nova y El Saltador, en pos de rescatar a la joven británica, mientras las tropas francesas tratan de huir hacia el norte.
En definitiva, otra aventura más de Sharpe, llena de tensión, acción y sus gotas de humor, que hará las delicias no solo de los aficionados a la novela histórica.



martes, 2 de abril de 2019

SHARPE Y EL ORO DE LOS ESPAÑOLES

1810, el ejército inglés se encuentra en Portugal al mando del duque de Wellington, mientras las tropas napoleónicas, con André Masséna al frente, se disponen a cruzar la frontera y cercar la localidad fronteriza de Almeida, el único obstáculo importante en su camino hacia Lisboa.
El proyecto de Wellington es establecer una defensas inexpugnables alrededor de la capital lisboeta que detenga a los franceses, para contraatacar más tarde. Sin embargo, desde la metrópoli no envían fondos y, sin ellos, la construcción de lo que será la línea defensiva de Torres Vedras, no se puede llevar a efecto.
Wellington sabe que los aliados españoles tienen escondida una gran cantidad de oro en territorio cercano a la frontera y encarga a Sharpe que vaya con lo que queda de sus "rifles" a desenterrar el oro con el pretexto de que los ingleses lo llevarán por mar a la Junta de Defensa de Cádiz, aunque en realidad lo quiere para emplearlo él.
Su contacto es el mayor Kearsey, un hombre de honor que cuando intuye el propósito de Sharpe, se niega a que se lleve el oro, pues este es de los españoles y quiere que se lo quede un jefe guerrillero apodado "El Católico". Un tipo inteligente, culto y buen guerrero, pero que ambiciona el oro para emplearlo en su propio medro.
Aquí hay una lucha de intereses ocultos entre dos bravos contendientes y, por supuesto, como en otras novelas de la serie, una mujer de por medio.
Novela plagada de intriga y aventura en un contexto histórico que Bernard Cornwell utiliza con habilidad para los propósitos de su novela.
Como explica el autor en el interesante epílogo de la novela, buena parte de los acontecimientos que se narran ocurrieron así, aunque Cornwell hace participar en ellos a sus personajes y los cuenta a su manera mezclando ficción y realidad.



sábado, 16 de marzo de 2019

SHARPE Y EL ÁGUILA DEL IMPERIO

Ya tenemos a Richard Sharpe de nuevo en tierras españolas, tras atravesar la frontera portuguesa con las tropas de Sir Arthur Wellesley, futuro duque de Wellington. El ejército anglo-español, se dirige hacia Madrid, pero primero, el nuevo regimiento South Essex, al que ha sido asignado el grupo de fusileros que comanda Sharpe, recibe la misión de volar un puente en un lugar llamado Valdelacasa, para que las tropas francesas, que están al otro lado del río, no puedan atravesarlo. Una misión sencilla, si no fuera por la incompetencia de Henry Simmerson, un noble británico que ha sufragado la formación del nuevo regimiento, enemigo político de Wellesley, a quien desea desprestigiar. Cuando llegan al puente, el regimiento español comete la temeridad de cruzar el puente, cuyas cargas de dinamita ya estaban preparadas, para provocar a los franceses que estaban en la orilla contraria y a Sir Henry no se le ocurre otra cosa que ordenar al South Essex que vaya tras los españoles: Si ellos van, nosotros iremos más lejos, argumenta en una acción de orgullo sin sentido, que pone en peligro a todas sus tropas.
Cuando desde las filas españolas, se produce una ridícula descarga de mosquetería a destiempo y fuera del rango de disparo, los franceses reaccionan y atacan. El regimiento español resulta masacrado y las bisoñas tropas inglesas huyen en desbandada, salvo los fusileros de Sharpe y unos pocos veteranos que se dan cuenta de la situación y defienden el puente para que puedan pasar los suyos hacia la orilla segura. Hasta que Simmerson, dejándose llevar por el pánico y la cobardía, ordena prender las mechas. El puente salta por los aires y Sharpe y los suyos quedan en la orilla equivocada. Para mayor vergüenza, el South Essex ha perdido sus banderas, lo que se considera la máxima afrenta para un regimiento. Antes de conseguir vadear el río de vuelta al campamento inglés, Sharpe, contra todo pronóstico y en una acción desesperada, logra recuperar uno de los dos estandartes, pero Simmerson, en lugar de reconocer sus errores y la valentía de Sharpe, le hecha la culpa de lo ocurrido y cuando se encuentran en Plasencia con el general Wellesley, que tiene establecido su estado mayor en el palacio de Mirabel, le denuncia. Sin embargo, Sir Arthur sabe de sobra lo que ha ocurrido y, no solo desoye la diatriba de Simmerson, sino que nombra a Sharpe capitán.
No obstante, el fusilero sabe de sobra que ha sido elegido como cabeza de turco en la guerra política que enfrenta a Sir Henry con Wellesley y que tarde o temprano, merced a los contactos de Simmerson en el parlamento, será castigado y enviado a las colonias. Para evitarlo, solo ve una salida: Acometer una acción heroica y arrebatar a los franceses una de las águilas que hacen de estandarte de cada regimiento. Sería el primero que lo lograra y ante eso, en Londres, nadie osaría poner en cuestión a Sharpe.
Al final, las tropas españolas y británicas, se enfrentarán a los invencibles ejércitos de Napoleón en la famosa jornada de Talavera y allí estará Sharpe que, además, tiene una cuenta pendiente con dos tenientes ingleses a cuenta de la bella Josefina Lacosta, una dama portuguesa que sigue al ejército y a la que Sharpe ha prometido proteger.
De nuevo los caracteres perfectamente definidos de los personajes y la acción que Cornwell nos presenta a todo color, logran una novela trepidante, llena de enredos, de injusticias vengadas y de episodios bélicos que cobran especial altura con las detalladas y épicas descripciones tan típicas de Cornwell.



martes, 5 de marzo de 2019

LOS RIFLES DE SHARPE

Al parecer, por encargo de los autores de la serie de televisión sobre el personaje de Sharpe, Bernard Cornwell escribió esta precuela de las aventuras del famoso fusilero británico, con el fin de situarlo en España durante la Guerra de la Independencia.
De esta manera, Sharpe regresa a 1809, durante sus primeros días como oficial en la España ocupada por los franceses.
Ante la retirada del ejército británico hacia el puerto de La Coruña, para embarcar de regreso a Inglaterra, en aquella triste jornada en que el General Sir John Moore, perdió la vida tras enfrentarse a las tropas napoleónicas y permitir así que el grueso de su ejército lograra embarcar, el teniente Sharpe y sus hombres del 95 de Rifles, quedan aislados y él se ve de buenas a primeras al frente de la tropa, al haber perdido la vida el capitán del destacamento.
Los enemigos de Sharpe parecen interminables, por un lado los franceses que les persiguen y son mucho más numerosos y, por otro, sus propios soldados, que no confían en él y se amotinan. Hasta que Sharpe encuentra un aliado inesperado en don Blas Vivar, un aristócrata español, oficial del ejército, que se hace cargo de los restos del regimiento de Rifles y pone orden en el asunto.
Sharpe y su tropa se dirigían hacia el sur, esperanzados de unirse a la guarnición de Lisboa, pero Vivar tiene una misión que encomendarles. Es guardián de un misterioso cofre sellado, un objeto que los franceses codician lo suficiente como para haber enviado en su persecución a un extravagante coronel al frente de su destacamento de dragones. Vivar utilizada a los Rifles británicos para proteger su propio tesoro. Los planes se complican cuando los soldados británicos han de convertirse en protectores de un matrimonio de misioneros metodistas y de su joven y encantadora sobrina.
La sangre, los enfrentamientos armados y las tácticas audaces, abundan cuando Cornwell nos hace acompañar a Sharpe y sus hombres hasta Santiago de Compostela, donde se enfrentarán a muerte con las tropas de Napoleón.



martes, 5 de febrero de 2019

EL TRONO VACANTE

Esta es la octava entrega de la saga "Sajones, vikingos y normandos" de Bernard Cornwell. En el libro, encontramos a nuestro protagonista, Uhtred de Bebbanburg, bastante disminuído físicamente después de la herida que recibió en el combate en que venció a Cnut. Aquejado por un constante dolor en el costado, Uthred está convencido de que la única esperanza de recuperación radica en encontrar la espada que causó la herida, pues está convencido de que quien quiera que la tenga ahora en su poder, la está sometiendo a un conjuro para tratar de acabar con su vida.
Un acontecimiento viene a dejar está búsqueda en segundo plano, la muerte de Ethelred, señor de Mercia. Al haber muerto sin descendencia, se desata una lucha de poder, hasta que, contra todo pronóstico, Uthred consigue que el Witan (una especie de consejo de notables), elija a Etelfleda, la viuda de Etelredo, para ponerse al frente de los destinos de Mercia, algo que parecía imposible que aceptaran, por el reparo que tenían a estar dirigidos por una mujer.
Incluso enfermo como está, Uthred demuestra que es una fuerza a tener en cuenta. Su mente ágil solo es igualada por su astuto sentido de la batalla. De hecho, Cornwell nos hace vivir de nuevo los enfrentamientos que tienen lugar entre el protagonista y sus tropas y las capitaneadas por Eardwulf, primero y por el danés Sigtryggr, después, en las que Uthred siempre está un paso por delante de sus enemigos y cuando no, la suerte se alía con él. También nos muestra, una vez más, la irreverencia del personaje, como en el episodio de su "conversión" al cristianismo, que resulta particularmente divertido.
Incluso siendo un producto de la imaginación de Cornwell, está tan perfectamente integrado en los hechos históricos que uno podría convencerse de que fue Uthred quien orquestó todo aquello que, sobre la época, nos narran los libros de historia.
El libro se lee con agrado y Uthred de Bebbanburg es una héroe atractivo para lectores de cualquier edad.



martes, 8 de enero de 2019

UTHRED EL PAGANO

Séptimo libro de la serie Sajones, vikingos y normandos, escrita por Bernard Cornwell. Aunque es un libro de ficción, tiene cierto tratamiento de monografía histórica. El escenario es la Inglaterra del siglo X cuando los sajones y daneses (vikingos) luchaban por el control de lo que llegaría a ser Gran Bretaña.
Contada por Uhtred, el héroe que salvó a Gran Bretaña de los daneses. Uno puede imaginarse fácilmente al viejo guerrero sentado frente a una chimenea, contándonos su historia y embelesándonos con su relato incluso si ya lo hemos escuchado infinidad de veces.
En esta nueva entrega, el relato comienza con Uhtred y su hijo menor (el segundo de ellos), cabalgando hacia un destino que el muchacho desconoce, pero pronto descubrirá que su padre, muy enojado, va en busca de su hijo mayor que se ha convertido, no solo en cristiano, sino también en un sacerdote. Cuando se enfrenta a su hijo, se desencadenan una serie de acontecimientos de consecuencias inimaginables.
Cornwell sabe rodear su relato de cierto suspense que captará nuestra atención hasta la última página del libro, al tiempo que irá creando el escenario pertinente para la que será su siguiente novela de la saga, no obstante, hay que señalar que, aún formando parte de la serie, estamos ante una novela independiente que se puede leer perfectamente al margen de las demás, pues de cuando en cuando, va dejando pistas de lo que ocurrió en las anteriores que, al lector que no sepa nada de ellas, le ponen en situación y a quienes ya las hemos leído, nos refresca la memoria.
La habilidad de Cornwell, no solo para describir batallas con gran detalle, sino para hacerlas creíbles continúa en esta nueva entrega, sacando fruto, una vez más, al tiempo que, sin duda, ha dedicado a estudiar tácticas y estrategias militares.
No solo por razones expansionistas, sino también porque las tierras del sur eran las más fértiles, la conquista de Gran Bretaña estuvo siempre en la mente de los daneses. A pesar de que el rey Alfred estaba muerto y su hijo Edward se rodeaba de asesores excesivamente cautelosos, la conquista de East Anglia, Mercia y Wessex era una tarea desalentadora. Aun así, los daneses creían que podían usar la indecisión de Edward y sus consejeros, en su beneficio. Finalmente, llevaron adelante lo que pensaron que sería un plan casi infalible para acabar con los sajones. Sólo Uhtred se interpuso en su camino y les obligó a enfrentarse con los sajones en el terreno que él eligió en lo que sería la batalla de Teotanheale, que supuso un fuerte revés para los norteños que, a partir de esta derrota, siempre estuvieron a la defensiva.
Algunas preguntas alrededor del personaje protagonista, de su futuro y del de sus dos hijos, quedan en el aire, seguramente irán apareciendo respuestas en los libros que restan de esta interesante, cautivadora y amena serie.



martes, 25 de diciembre de 2018

SHARPE EN TRAFALGAR

En 1805, Richard Sharpe, regresa desde la India a Inglaterra, donde se unirá a un regimiento de reciente creación, el 95 de fusileros (los Green Jackets, por el color de sus uniformes).
El viaje lo hará en el Caliope, un barco de la Compañía de la India Oriental, al mando del capitán Peculiar Cromwell.
A bordo viaja también, junto a su marido Sir William, la encantadora Lady Grace Hale.
Debido a la traición del propio capitán, el barco es apresado por el buque francés Revenant, que ha estado acechando a las naves comerciales inglesas en el Índico.
Sin embargo, un barco de guerra inglés, el Pucelle, que persigue al Revenant y que comanda un viejo amigo de Sharpe, el capitán Chaise, les rescata y será el que les lleve de regreso al hogar.
No obstante, antes se verán en medio de la histórica batalla de Trafalgar, la más decisiva de las batallas navales hasta Midway,  en la que el almirante Nelson conseguirá destrozar la flota combinada franco-española y que tuvo tal impacto en las flotas francesa y española que ninguna de las dos se recuperó en lo que quedaba de guerras napoleónicas.
Nelson, que murió en el combate, se convirtió en el héroe británico por antonomasia, lo que no resulta extraño, si tenemos en cuenta que aquella victoria hizo cambiar los planes de Napoleón de invadir Inglaterra, haciendo marchar a su ejército hacia el este, a su gran victoria en Austerlitz.
Como decimos, Nelson fue el héroe de las guerras napoleónicas, pero también era un famoso adúltero, y la última petición que le hizo a su país fue que Gran Bretaña  cuidara de lady Hamilton, pero los políticos no cambiaron de forma de pensar, de modo que lady Hamilton murió en la miseria.
La novela es una mezcla de acción, intriga y romance, en la que Bernard Cornwell nos muestra en primer plano el fragor de la batalla, por un lado y, por otro, los amores peligrosos del protagonista con la bella Lady Grace, que llegarán a poner en peligro la vida de ambos a manos del burlado marido.
Una aventura náutica, bastante bien ambientada, culminada con uno de los enfrentamientos navales más famoso y sangriento de la historia.
Sin duda, los amantes de la prosa del autor británico, disfrutarán con esta nueva aventura del fusilero Sharpe.
Como colofón, no puedo sustraerme a traer aquí una anécdota que el autor relata en la Nota Histórica del final de la novela:
Sólo tenemos constancia de un hombre que sirviera tanto en Trafalgar como en Waterloo, Don Miguel Ricardo María Juan de la Mata Domingo Vicente Ferre Álava de Esquivel, conocido como Miguel de Álava, oficial de la armada española en 1805 que sirvió a bordo del buque insignia del almirante español, el Príncipe de Asturias.
Cuatro años después, España había cambiado de bando y las armas españolas se habían aliado con el ejército británico comandado por sir Arthur Wellesley, el futuro duque de Wellington. El general De Álava fue nombrado oficial de enlace español de Wellington hasta el final de la Guerra de la Independencia. Cuando fue nombrado embajador español en los Paises Bajos, pudo unirse a los aliados en la batalla de Waterloo, donde permaneció al lado de Wellington durante toda la jornada. No tenía ninguna necesidad de quedarse allí, pero sin duda su presencia fue de ayuda a Wellington, quien confiaba en el criterio de De Álava y apreciaba sus consejos. Casi todos los ayudantes de Wellington resultaron muertos o heridos, pero él y De Álava, salieron ilesos.



martes, 21 de agosto de 2018

EL FUERTE

El 17 de junio de 1779 el general de brigada británico Francis McLean desembarcó y ocupó la península de Majabigwaduce (hoy Castine) al mando de unos 700 efectivos y, tras varios días observando la zona, una vez decidido el emplazamiento que le pareció más conveniente, comenzó la construcción del Fuerte George en el centro de la pequeña península como plaza fuerte para proteger toda la zona. Ante los rumores de la llegada de la expedición rebelde, se preparó para el asedio y dispuso de manera eficaz sus baterías en tierra y las tres únicas balandras de guerra con las que contaba amarradas en un pequeño puerto, de manera que las posiciones se protegían entre sí.
La expedición rebelde, sufragada con fondos aportados por el estado de Massachusetts (el estado de Maine al que pertenece la zona, en aquella época no exitía como tal y formaba parte de Massachusetts), llegó a finales de julio, intentando infructuosamente asediar el inacabado fuerte en una serie de acciones que fracasaron debido principalmente a la desastrosa coordinación de sus fuerzas. Los generales Solomon Lowell y su segundo, Peleg Wadsworth, lideraban las fuerzas terrestres, mientras que el jefe de la fuerza naval era el comodoro Dudley Saltonstall.
El general escocés McLean consiguió mantener a raya a los rebeldes gracias a una fuerza más profesional, mejor adiestrada y, sobre todo, mejor dirigida en sus acciones por un mando competente y una coordinación eficaz de las fuerzas terrestres y navales, comandadas estas últimas por el capitán Henry Mowat. Mientras tanto en el otro bando, increíblemente, las acciones militares se debatían en incontables y tediosos consejos convocados por Lowell y se tomaban decisiones por votación.
El 13 de agosto de 1779 llegó una flotilla británica de relevo desde Nueva York, compuesta por diez buques de guerra al mando del comodoro George Collier quien inmediatamente atacó a la flota rebelde. Durante los dos días siguientes la flota norteamericana huyó desordenadamente corriente arriba del río Penobscot hostigada por Collier. Finalmente se produjo el desastre, algunos barcos fueron capturados o hundidos por los británicos y el resto quemados por sus propias tripulaciones, que desembarcaron y se dispersaron por la ribera del río en caótica retirada viéndose obligados a huir a pie e intentar llegar a Boston, a 300 kilómetros de distancia, prácticamente sin municiones ni comida.
Estos son los hechos, hechos históricos, por otra parte, de lo que fue en boca de algunos, el mayor desastre naval de los EE.UU. hasta Pearl Harbor. Bernard Cornwell los toma como base para novelar la historia, respetando casi todo lo que hubo y añadiendo algunas escenas de su propio imaginario, en lo que viene a ser una brillante novela que hará las delicias de muchos aficionados al género histórico y a algunos de los que gustan de la novela en general.
Cornwell nos sumerge en el paisaje neblinoso de la bahía del río Penobscot y va intercalando lo que se vive en uno y otro bando, para que el lector tenga clara conciencia del discurrir de los acontecimientos y el cómo y el porqué de lo que allí sucedió. El funcionamiento de la bien engrasada maquinaria del ejército británico, su experiencia y la coordinación que mantuvo en todo momento con las balandras de guerra capitaneadas por Mowat, o la habilidad y la veteranía de Francis McLean, a quien no le importa ir cediendo algunas de las posiciones, retirando tropas hacia el fuerte, con el fin, sobre todo, de ganar tiempo, que el enemigo consideraba como grandes victorias, cuando el escocés tenía previsto todo lo que iba ocurriendo. Mientras en el bando contrario, junto a los eficientes marines de verde casaca, que demostraron arrojo, valentía y orden, peleaban hombres de la milicia, muchas veces reclutados obligatoriamente que, como se vio más adelante, más parecían el ejército de Pancho Villa que una tropa regular. Al fin y al cabo, simples granjeros, en ocasiones inflamados de ardor patriótico, pero que, a la menor adversidad, salían por piernas, deseando regresar cuanto antes junto a sus familias y posesiones.
Cornwell retrata con habilidad la incompetencia del mando rebelde, formado por militares no profesionales y por el Comodoro Saltonstall, a quien, cuando todo acabó, se hizo único responsable del fracaso de la expedición, exonerando al resto, cuando él tuvo una parte en ello, evidentemente, pero la mayor carga de responsabilidad debió recaer en las espaldas de Solomon Lowell, por dejar pasar el momento y la oportunidad de arrasar el fuerte que, cuando llegaron allí, no tenía prestas las defensas y a cuyos defensores dio tiempo para que se fortalecieran hasta la llegada de las tropas de socorro, sin haber enviado ningún ataque frontal contra Fort George. Algunos estudios recientes hablan de una conspiración de Massachusetts para conseguir hacer responsable a Lowell que comandaba tropas continentales (pertenecientes al ejército del Congreso de los balbucientes EE.UU.) y de este modo, tener un fundamento para solicitar compensaciones económicas al gobierno de la nueva nación que repararan, al menos en parte, las pérdidas sufridas por culpa del desastre. Un tema nada baladí, si tenemos en cuentas que el estado de  Massachusetts se había gastado en la expedición lo que algunos expertos cuantifican en el equivalente a 300 millones de dólares actuales. De hecho, supuso la bancarrota para Massachusetts.
Bien documentado, Cornwell hace gala de cierto dominio del lenguaje bélico, pero en este caso, especialmente de la terminología naval, haciéndonos revivir combates entre los navíos y entre estos y las fuerzas de tierra, en los que el realismo descriptivo cobra todo el colorido.
El libro narra lo que podríamos llamar grandes sucesos, pero tiene la habilidad de crear una atmósfera más cercana con la relación de los pequeños detalles, e historias paralelas, estos sí, muchas veces inventados por Cornwell, aunque sus protagonistas sean personajes reales.
En uno de los pasajes narra el encuentro entre los generales contendientes Peleg Wadsworth y Francis McLean, un hecho que no se produjo en realidad, con una curiosa conversación entre ambos en la que el americano esgrime las razones del levantamiento, la lucha por la libertad frente al despotismo del rey de Inglaterra que les avasalla con impuestos que tacha de injustos y que no reportan ningún beneficio para los súbditos de las colonias. A ello, el militar inglés le replica preguntándole si es dueño de muchos esclavos y acaba sentenciando que ya ve lo mal que les ha ido bajo la terrible opresión inglesa a los magnates terratenientes y ricos comerciantes americanos principales promotores del secesionismo.
Un libro muy entretenido, con personajes estupendamente definidos, a los que acabamos conociendo a la perfección, no sólo a los principales, sino a los muchos secundarios que pueblan sus páginas y cuyas actuaciones casi llegamos a adivinar por lo bien que el autor nos ha acercado a su manera de pensar y comportarse.

NOTA: Tras la evacuación de Boston en 1776, muchos lealistas a la corona británica, se trasladaron, con sus familias y todos los bienes que pudieron llevar consigo a lo que pretendía ser una extensión de la provincia británica de Nueva Escocia, en el sureste de Canadá. Esta fue una de las razones del envío de tropas británicas a la bahía del río Penobscot. Los rebeldes nunca lograron conquistar Fort George, que fue entregado por los británicos a raíz de la Paz de Versalles, tratado por el se reconoció la independencia de la las 13 colonias americanas.



martes, 10 de abril de 2018

SHARPE Y LA FORTALEZA INDIA

Con una amorosa viuda francesa esperándolo en Seringapatam, y llevando una fortuna en joyas que expolió del cadáver del sultán de Tippoo, el recientemente ascendido alférez Sharpe, lucha por ser admitido como uno más entre los oficiales, algo que le resultará muy complicado, pues le miran con recelo, como a los pocos que han ascendido desde la tropa, a quienes consideran unos intrusos, pero sobre todo, unos seres inferiores.
Liderado por el desertor inglés William Dodd, el ejército Mahratta se retira a la inexpugnable fortaleza de Gawilghur, donde Dodd intenta derrotar a Wellesley y cometer una traición final que le hará gobernante de todo el sur de la India.
Asignado al servicio del capitán Torrance para ayudar con el tren de suministros, Sharpe descubre un gran alijo de suministros militares malversados. El capitán se da cuenta de que Sharpe sospecha que él y su sargento, Obadiah Hakeswill, el antiguo enemigo de Sharpe, robaron los suministros y le tiende una trampa que hará caer a Sharpe en manos de Hakeswill, quien le roba sus joyas y le entrega al hermano y socio del comerciante hindú que les compraba los suministros robados, quien desea tomar venganza en Sharpe de la muerte de su hermano, aunque tratándose del peculiar soldado inglés, no todo está perdido.
En el libro, junto a la peripecia de Sharpe que, una vez más, no sabemos cómo va a lograr salir de la trampa que le tienden sus enemigos para acabar con él, asistimos al asedio y toma de la fortaleza de Gawilghur, un lugar inexpugnable que, en palabras del historiador militar Jac Weller, «tres compañías de boy scouts razonablemente efectivas, armadas con piedras, podrían haber contenido a un número de soldados profesionales varias veces superior». Sin embargo, sir Arthur Wellesley, logró tomarla con inesperada rapidez, se supone que los defensores estaban absolutamente desmoralizados, de otro modo no se explica las relativamente escasas bajas británicas, apenas 150 hombres en un asedio que pudo haber acabado en derrota para las tropas europeas de haber mediado un poco más de entusiasmo por parte de los sitiados.
Sin embargo esto no debe ocultar el horror de lo que debió ser el asalto a aquel bastión, que Cornwell recrea con todo el colorido y el dramático realismo de la sangre, el hedor de los muertos, el humo de las descargas artilleras y el entrechocar de sables y bayonetas en unas líneas que nos hacen revivir las épicas escenas en las que el capitán Campbell, al frente de su Compañía Ligera escocesa, logró penetrar en la fortaleza tras acceder por un lugar imposible, un auténtico despeñadero que apenas podía ser transitado, para, una vez dentro, abrir las puertas de acceso a la fortaleza interior. Aquí, el novelista se toma su licencia, cambiando un poco la historia y pone a Sharpe al frente del temerario asalto.
Con este libro, se cierra el periplo de nuestro protagonista por tierras de la India, para regresar a Europa al igual que su jefe, el futuro Duque de Wellington.



martes, 13 de marzo de 2018

EL TRIUNFO DE SHARPE

India, 1803. El sargento Richard Sharpe es requerido de nuevo por su viejo amigo el coronel McCandless, para dar caza a un oficial inglés que ha desertado del servicio de la Compañía de las Indias Orientales, para unirse a la Confederación Mahratta. Se trata del teniente William Dodd, que ha preferido esa opción a la de enfrentarse a un juicio civil por la muerte del orfebre al que había ordenado apalear. En lo profundo del territorio enemigo, Sharpe se enfrenta a tentaciones más sutiles de las que jamás podría soñar, pues le ofrecen ser oficial de las tropas rebeldes hindúes, al tiempo que ha de prestar atención al acecho al que le somete su peor enemigo, el sargento Obadiah Hakeswill.
Los caminos de la guera conducen a la pequeña aldea de Assaye, donde el reducido ejército británico de Sir Arthur Wellesley se enfrenta a las tropas Mahratta, muy superiores en efectivos. Superados en número y armas, Wellesley decide luchar, y Sharpe se sumerge en el infierno de una batalla que hará crecer su reputación, pero solo si puede sobrevivir.
El futuro Duque de Wellington, mucho después de que hubiera expulsado a los franceses de Portugal y España, y después de haber derrotado a Napoleón en Waterloo, preguntado por cuál había sido su mejor batalla, no lo dudó: «Assaye», respondió, y no hay duda de que lo fue, porque se mostró más hábil y derrotó a un enemigo mucho más numeroso, y lo hizo rápida, brutal y magníficamente. Y además sólo con la mitad de las tropas con que contaba, pues el coronel Stevenson trató de reforzar a a Wellesley, pero no llegó a tiempo, pues su guía local se equivocó al dejarse guiar por el sonido de los cañones y erró la dirección. Stevenson se enfadó tanto por el error del guía que lo mandó ahorcar.
Toda esta historia, novelada, es la que nos refiere Cornwell, cuyos incondicionales sin duda podrán disfrutar con la caballería cargando y los sables balanceándose en medio de caos y el terror.



martes, 27 de febrero de 2018

SHARPE Y EL TIGRE DE BENGALA

Cuando un oficial británico de alto rango es capturado por el Tippoo de las fuerzas de Mysore, al soldado Sharpe se le ofrece la oportunidad de intentar un rescate que, a su vez, ofrece un escape del tiránico sargento Obadiah Hakeswill. Huyendo de Hakeswill, Sharpe se ve inmerso en el exótico y peligroso mundo de Tippoo. Una aventura que requerirá todo su ingenio para mantenerse vivo, y de paso, para salvar al ejército británico de una catástrofe.
Si estáis buscando un libro sobre la noble civilización británica y lo que ha aportado al mundo, no es este. Aquí lo que encontraremos es cómo podía resultar la vida entre las clases más bajas del Ejército de Su Majestad, en otras palabras, la escoria. Entre esa escoria, parece que asoma el soldado Richard Sharpe.
Su sargento, Obadiah Hakeswill, se obsesiona con él y está buscando la manera de deshacerse del soldado para poder llevarse a la bella y joven viuda que ha cautivado a Sharpe y venderla al proxeneta que la explotará como prostituta. Casi lo logra al provocar a Sharpe para que le golpee, lo que le sentencia a recibir dos mil latigazos, lo que garantiza la muerte de quien los recibe. Al final del libro odiaremos tanto a Hakeswill como a sus repetitivas frases: "¡Un soldado nunca debe pensar que está por encima de su sargento! ¡Lo dicen las Escrituras, sí! "
La representación que se nos hace del ejército británico, exalta el heroísmo y la capacidad de lucha de sus integrantes, pero no elude hablarnos de esa otra cara, seguramente más cercana a la realidad que la épica con la que los libros de historia cuentan las batallas:

De lejos los cuadros rojos tenían un aspecto elegante porque las casacas rojas de los soldados eran de un vivo color escarlata y estaban sesgadas con los blancos cinturones cruzados, pero en realidad las tropas estaban mugrientas y sudaban. Las chaquetas eran de lana, pensadas para los campos de batalla de Flandes, no de la India, y el tinte escarlata había desteñido con las fuertes lluvias, de manera que en aquellos momentos las prendas eran de un color rosa pálido o de un púrpura apagado, todas ellas manchadas de sudor seco. Cada uno de los soldados del 33.° llevaba una gorguera de cuero, un cruel cuello alto que se les clavaba en la carne de la garganta, y llevaban el pelo largo peinado con fuerza hacia atrás, engrasado con cera de velas y luego enrollado en una pequeña bolsa de piel llena de arena que estaba sujeta con una tira de cuero negro, de manera que el pelo les colgaba como un garrote en la nuca... Los soldados empezaron a trotar, con las mochilas, bolsas y vainas de las bayonetas dando sacudidas arriba y abajo mientras atravesaban a trompicones los pequeños campos de cultivo.

Afortunadamente para Sharpe, también ha captado la atención positiva de algunos caballeros oficiales, y se salva de la muerte para formar parte de una misión en la fortaleza del caudillo musulmán que intenta arrebatarles una provincia de la India a los británicos y rescatar a un espía capturado, el coronel McCandless, o al menos obtener la información que ha conseguido. Hará falta toda la suerte, la astucia y la fuerza que posee Sharpe para salir con vida de nuevo.
Como de costumbre en sus novelas, el autor tiene especial habilidad para mezclar ficción y hechos reales y es que la mayoría de los eventos principales sucedieron y muchos de los personajes existieron. Obviamente, se toma algunas libertades con el papel que juega Sharpe, pero incluso algo de eso se ofrece a modo de explicación de lo que realmente sucedió. En esta representación de la historia, Cornwell se siente obligado a narrar todo con un cierto nivel de precisión.
El libro sabe mantener la tensión y le da a Sharpe una gran oportunidad de convertirse en héroe además de retratarlo como un hombre que, a pesar de su baja cuna y posición social, es probablemente uno de los personajes más íntegros en el ejército, dentro de lo cabe. De hecho, Cornwell sugiere que los británicos no eran precisamente los superiores morales de los nativos a los que presuntamente llevaban la civilización.
Estamos ante una novela de aventuras y su protagonista es todo un antihéroe, pero también un competente soldado que puede llegar a ser increíblemente bueno cuando toma partido por una causa que considera justa. Además de todo lo dicho, la lectura resulta muy divertida.



martes, 13 de febrero de 2018

MUERTE DE REYES

Sexta entrega de la conocida y exitosa saga "Sajones, vikingos y normandos" que se desarrolla inmediatamente después de la muerte del rey Alfredo el Grande, mientras sajones y daneses se preparan para enfrentarse entre sí por el dominio de lo que en un futuro, será Inglaterra. Como en anteriores libros, Bernard Cornwell mezcla la imaginación propia con personajes y acontecimientos históricos.
Uhtred, el personaje principal durante toda la serie, un sajón altivo, duro y valiente, sigue siendo el protagonista y narrador de la historia, en la misma línea de fiel servidor a su rey, a pesar de que no aprueba su forma de ser y ahora ha prestado juramento a Eduardo, el nuevo soberano. No le gusta la Iglesia y sus hipócritas formas piadosas, por lo que sigue fiel a los antiguos dioses, que le permiten amar, matar y divertirse sin remordimientos. Un personaje astuto, inteligente y gran estratega.
Cornwell utiliza utiliza técnicas simples, pero efectivas para entusiasmar al lector, logrando una narración viva y ágil.
Hay momentos de tensión rayana en el terror, incluyendo un llamativo episodio en el que Uhtred va a visitar a una bruja que predice el futuro y es drogado, atado y amordazado, estando a punto de perder la vida. Más adelante descubre que todo aquello es una patraña.
La trama está animada por pasajes de gran belleza literaria cuando la acción discurre a través de la naturaleza: "Las hojas de sauce formaban dibujos sobre la corriente que las arrastraba río abajo", "Las nutrias se retorcían en el agua de forma sinuosa mientras huían de la sombra de nuestro barco".
Nunca he tratado de ser bueno, aunque tampoco creo que sea un malvado, dice Uhtred en uno de los párrafos en que hace una especie de examen de conciencia y algo así se puede aplicar a la novela en el entorno general de la saga.



martes, 30 de enero de 2018

LA TIERRA EN LLAMAS

El libro comienza de manera esplendorosa, cuando en la primera escena del mismo, su protagonista, Uhtred de Bebbanburg, relata un acontecimiento ocurrido años después de los hechos en que va a centrarse la novela, cuando se encuentra con unos monjes que están transcribiendo la versión que recoge una crónica de la batalla de Fearnhamme y quema el original, un valioso códice, pues es el único ejemplar, para que no puedan seguir copiándolo, porque en el mismo no se menciona su nombre, a pesar de haber sido el verdadero artífice de aquella trascendental victoria sobre los invasores daneses.
Con Uhtred, Cornwell ha construído un personaje inteligente impulsado por su orgullo, su sentido del honor y muy consciente, en todo momento, de su reputación como un caudillo sin igual. Se debate entre su amor por los daneses (los que los libros de historia llaman vikingos) y su verdadera identidad como el depuesto señor sajón de Bebbanburg, una fortaleza costera en Northumberland que le fue usurpada por su tío cuando era solo un niño. Es un pagano que defiende a los cristianos por un juramento que le hizo al rey Alfred de Wessex, a pesar de que es más feliz con los daneses que lo criaron después de la muerte de su padre.
El personaje del rey Alfred, viejo y enfermo, a pesar de conservar protagonismo, pasa a tener cierto papel secundario en beneficio de su hijo Edward, dándosenos a entender que pasará a tener mayor protagonismo en las siguientes secuelas de la saga.
La esposa de Uhtred, Gisella, ha muerto en el parto de su último hijo, mientras él se encuentra en campaña y el dolor de Uhtred es palpable. En la novela también tiene mucho protagonismo Skade, una especie de femme fatale, aguerrida y cruel, con fama de bruja que, por un tiempo está unida sentimentalmente a Uhtred, aunque acaba siendo una encarnizada y muy peligrosa enemiga.
Se nos narra también como Uhtred busca oro en el norte para conseguir soldados que le ayuden a hacerse con su añorado Bebbanburg y, sobre todo, aquello que Cornwell sabe hacer tan bien, la narración de los preparativos, el desarrollo y la resolución de dos grandes batallas, en este caso la mencionada de Fearnhamme y la de Baemfloet.
Como los anteriores, esta quinta entrega de la saga está plagada de emoción, aventuras y peligros, tan bien narrados, que su lectura se hace amena y muy entretenida.



martes, 16 de enero de 2018

LA CANCIÓN DE LA ESPADA

Cuarta entrega de la saga Sajones, vikingos y normandos, del británico Bernard Cornwell. En esta ocasión el autor acude a la ficción en mayor medida que en otros títulos de la serie.
La acción transcurre alrededor del personaje de Ethelfleda, la joven hija de Alfredo el Grande, rey de Wessex, entregada en matrimonio al noble Ethelredo, primo de Uhtred, el protagonista de estas historias.
Ethelfleda cae en manos de los hermanos Thurgilson (Sigefrid y Erik) y de su interesado aliado Haesten, todos ellos caudillos vikingos y Uhtred, que ha visto crecer a Ethelfleda y siente por ella un gran cariño, además de haber prometido cuidar de ella, será encargado por Alfredo de negociar su rescate.
La novela sigue estando plagada de combates marcados por el pánico y la suerte incierta y cruel. Cornwell también examina la desventaja comparativa del cristianismo en este mundo violento, una religión que a los ojos de Uhtred resulta triste, frente a la alegría de los dioses paganos de los vikingos. La iglesia británica y su aparato que rodea la corte real, con muy pocas excepciones, carecen de la nobleza e incluso de la caridad de los alborotadores daneses. Nos pinta también los desvaríos de la jerarquía eclesial que aboga por el derecho de Ethelredo a maltratar a su joven esposa para tenerla sometida, ante la aquiescencia de Alfredo.
Los sentimientos de Uhtred complican su misión de recuperar a Ethelfleda de manos de los escandinavos que se han reunido en Anglia del Este listos para invadir Wessex y reconquistar Lundene (Londres).