Mostrando entradas con la etiqueta ESPECIAS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ESPECIAS. Mostrar todas las entradas

domingo, 26 de abril de 2020

ORIGANOS- ORIGANVM

Con el genérico ORIGANVM se conocen diferentes variedades de esta hierba:

Origanum heracleoticum
Origanum onites
Origanum viride
Satureja thymbra L

De todos ellos nos habla Dioscórides en su libro Sobre las plantas.

Por lo que respecta al Orégano de Heraclea (ργανος ρακλεωτικ), Dioscórides, III, 27: Otros lo llaman konílē. Tiene hojas comparables al hisopo pero su copa no es redonda, sino como dividida; en los extremos de los tallos una simiente poco densa. Es calorífica, por ello, bebida su decocción con vino, es apropiada para las mordidos por serpiente. Con vino dulce para los que bebieron cicuta y jugo de adormidera, con ojimiel para los que yeso o cólquico; para las convulsiones, desgarros e hidropesías comido con decocción de higos. La planta seca, bebida con aguamiel en cantidad de un acetábulo hace salir las melenas vientre abajo y provoca la menstruación; cura la tos en electuario con miel. {2} Su decocción en baño es beneficiosa para los escozores, la sarna y la ictericia. Su jugo, cuando está verde, cura las anginas, la úvula y las aftas; expulsa por la nariz si se instila con aceite de lirio. Con leche calma el dolor de oído. Se prepara un medicamento vomitivo con ella, cebollas y zumaque de cocina, puestos todos al sol en un recipiente de cobre de Chipre cuando la constelación del perro. Esta hierba esparcida ahuyenta las serpientes

Usos: contra la sarna, las úlceras, la tos, las convulsiones, para desgarros, ahuyentar a las serpientes, expulsar las melenas  o humores nasales, para las anginas, la ictericia, provoca la menstruación y los vómitos.

Aplicación: bebido con vino o hidromiel,  ingerido sólo, cataplasma directamente o por instilación, esparcido por el suelo.

Sobre Oríganos onîtis (ὀργανος ντις) leemos en Dioscórides, III, 28: El llamado ‘orégano asnal’ tiene las hojas más blancas y parecidas al hisopo, su semilla forma como racimos uno junto a otro. Tiene la misma virtud que el heracliota, sin embargo no tiene tanta eficacia”

Sus usos y aplicaciones son como el orégano de Heraclea.

Otro de los oréganos conocidos es el Orégano verde (agrioríganos, ἀγριορίγανος). Sobre él sabemos por Dioscórides; III, 29: “Lo llaman ‘cura todo’ (pánakes), ‘de Heracles’ (Hērakleía) o konílē,  entre ellos Nicandro de Colofón. Tiene las hojas igual que el orégano, los ramillos son de un palmo, finos. Sobre ellos unas umbelas parecidas a las del eneldo. Sus flores son blancas. La raíz es fina y sin valor. Son útiles, especialmente sus hojas y flores, a los mordidos por serpientes bebidas con vino”

Usos: picaduras de serpientes si se bebe con vino.

Por lo que hace al Orégano cabruno (thýmbra, θύμβρα),  Dioscórides, III, 37 comenta: “También es conocida, surge en terrenos de poca tierra y ásperos, es semejante al tomillo, aunque menor y más tierna. Produce una espiga verde cargada de flor. Tiene las mismas virtudes que el tomillo, si se toma de la misma manera, y es apropiado su uso estando sano. Existe también el orégano cabruno cultivado que es menor en todo que la salvaje, pero es más útil para la comida, por no tener acentuada la acritud”

Usos: principal empleo es el alimentario, pero sus usos médicos son: abortivo, diurético, expectorante, expulsar parásitos intestinales, para la ciática, provoca la menstruación, contra los forúnculos, para la agudeza visual, anti inflamatorio,…

En la cocina antigua, tanto griega como romana, el orégano tenía un gran papel, principalmente para acompañar a los pescados frescos o en salazón como el bonito, el jurel o el mújol, así lo leemos en autores como Ateneo.

Ateneo, II, 68b: Los antiguos conocían el llamado comino de Etiopia. Son masculinos thymos (ajedrea) y origanos (orégano).  Anaxandrides [PCGW, fr. 51]: Tras picar esparrago, cebolla albarrana y orégano, que, en ennoblece la salazón mezclado junto con cilantro, [efecto, Ion [IEGI, fr. 28]:
Pero él prestamente oculta el orégano en la mano.
No obstante, Platón (o Cantaro) emplea la palabra con género femenino [PCG VII, fr. 169]: O de Arcadia un orégano tan penetrante

Ateneo III 116 e sobre su uso con salazones: “Conozco además una sentencia considerada digna de mención por Clearco de Solos [DSA III, fr 82] 407 : Salazón podrida apetece el orégano
  

Ateneo VII, 278 c nos proporciona la receta del bonito con orégano: en Sobre la comedia [fr. 19 Streck,], como la Astrologia de Cleostrato de Tenedos [6 A, fr. 4 D.-K.), dice así sobre el bonito [Suppl. Hell., fr. 166]: El bonito en otoño, cuando se pongan las Pléyades, prepáralo de cualquier manera, ¿por qué te lo cuento?, que no podrías tú estropearlo ni aun queriendo. Pero si quieres saber también, querido Mosco, cuál es la mejor manera en la que debes disponer de él, es entre hojas de higuera y con no demasiado orégano, sin queso ni tonterías. Cuando lo hayas preparado simplemente así, entre hojas de higuera, átalo fuerte por arriba con un junco, empújalo después hacia dentro bajo ceniza caliente, calculando mentalmente el momento preciso en que esta asado, y no lo chamusques”

Ateneo, VII, 293 c- e nos legó más recetas de pescado: Después de eso compré  hermosos salmonetes y hermosos tordos. Los eché sobre los carbones tal cual, y los serví con untuosa salsa de salmuera y orégano.
Y un bonito viudo, una criatura muy hermosa, lo pase por sal y aceite envuelto en hojas de higuera, lo salpique de orégano y lo oculte como un tizon entre abundante ceniza”

Ateneo, VII, 295 d: El mismo autor, en Filotide, dice tambien esto [PCG II, fr. 221]:
A— Así que te digo que el glaucito lo cuezas como otras veces, en salmuera.
B— ¿Y la lubinita?
A— Ásala entera.
B— ¿El tiburón?
A— Hiérvelo en salsa picante.
B— . Y la anguila?
 A— Unos granos de [sal, orégano, agua.
B— ¿El congrio?
A— Lo mismo.
 B— ¿La raya?
A—Finas hierbas
B— También hay una raja de atún.
 A— Ásala.
 B— ¿La carne de cabrito?
A— Asada.

Ateneo, VII, 322 d sobre cómo cocinar el jurel: Lo menciona Alexis, en Leuca. Es un cocinero el que dice [PCG II, fr. 138]:
A— ¿Sabes cómo hay que preparar el jurel?
B— Si tú me enseñas.
A— Una vez que le quites las branquias, límpialo, recórtale las espinas que tiene alrededor, ábrelo por el costado como es debido y, tras desplegarlo del todo, sazónalo con silfio y rellénalo bien y con destreza de queso, sal y orégano


Ateneo, IV, 170 c:  Y en La vigilia o Los jornaleros hace decir a un cocinero [PCG II, fr. 179]: Tendré que correr en círculo y gritar, si necesito algo. Tú me pedirás la cena en cuanto llegues; pero resulta que no tengo ni vinagre, ni eneldo, ni orégano, ni hojas de higuera, ni aceite, ni almendras, ni ajo, ni vino dulce, ni cebolleta, ni nazareno, ni fuego, ni comino, ni sal, ni huevo, ni leña, ni artesa, ni sartén, ni cuerda de pozo. Tampoco vi cisterna, ni pozo. No hay cántaro. Y yo permanezco vanamente ocioso sosteniendo el cuchillo, y encima con el delantal puesto.
Y en La enferma de amor [PCG II, fr. 193]: Lo primero de todo, poner en el fondo de una buena escudilla un poco de orégano; encima, la salsa disuelta con adecuada proporción en vinagre. Darle color con vino dulce y jugo de silfio. Batir enérgicamente”

En Apicio son muchas las recetas que llevan como condimento el orégano. Veamos algunas.

Apicio, II, 5, 1: Albóndigas

Echar en un mortero pimienta, ligústico y orégano; triturarlo, mojar con garum, añadir unos sesos cocidos, picar cuidadosamente para que no se formen grumos. Poner 5 huevos y batir hasta dejar una masa homogénea. Aliñar con garum y echar en una cacerola de bronce para cocerlo. Cuando ya esté cocido, tenderlo sobre una mesa limpia, ycortar en cuadrados. Echar en el mortero pimienta, ligústico, orégano, majarlo, mezclar bien y poner en una cacerola a hervir. Cuando hierva, romper lamasa, removerla y ponerla en una bandeja.

Apicio, II, 5, 7: Albóndigas de almidón para después del baño

Moler pimienta, ligústico, orégano, un poco de laserpicio, muy poco jengibre, y algo de miel. Mezclarlo todo con garum. Añadir las albóndigas y poner a hervir. Cuando lleguen a su punto de cocción, envolverlas con almidón para que espesen, y servir.

Verduras

Apicio, II, 4, 7: Receta de calabaza frita en puré

Pimienta, ligústico, comino, orégano, cebolla, vino, garum y aceite. Envolverlo todo con espelta en la cacerola, y servir.


Apicio, III, 15, 2: Puré de verduras

Cocer apio en agua con carbonato sódico, escurrir y cortar en pequeños trozos. Picar en un mortero pimienta, ligústico, orégano, cebolla, y macerar con vino, garum y aceite. Cocerlo en una olla hasta que hierva, y luego mezclar con apio.

Apicio, V, 3,  3: Guisantes indios

Cocer los guisantes. Después que hayan espumado, cortar puerro y coliandro; poner a hervir en una cacerola. Coger unas sepias pequeñas y cocerlas en su propia bolsa de tinta. Echar aceite, garum y vino, un manojo de puerro y de coliandro. Cuando alcance el punto de cocción, machacar pimienta, ligústico, orégano, un poco de alcaravea, rociar con su propio jugo, macerar con vino y vino de pasas. Cortar en trozos pequeños las sepias, y echarlas con los guisantes. Espolvorear pimienta y servir.

 Pescados

Apicio, IV, 2, 11: Plato de anchoas

Lavar la anchoa, macerarla en aceite, ponerla en un recipiente de Cumas, añadir aceite, garum y vino. Preparar unos manojos de ruda y orégano, y echarlos con la anchoa directamente. Cuando esté cocido, sacar los manojos, espolvorear pimienta y servir.

Apicio, IV, 2, 17: Plato de pescado salado y queso

Cocer en aceite y deshuesarlos, unos sesos cocidos, carne de pescado y unos higaditos de pollo, huevos duros, queso fresco, puesto en agua caliente, y calentar todo en una vasija. Picar pimienta, ligústico, orégano, perejil, coliandro, comino, baya de ruda, macerar con vino, vino con miel y aceite. Ponerlo en una marmita y cocer a fuego lento. Envolver con huevos crudos, adornar, espolvorear comino molido, y servir.

Apicio, IV, 2,  27: Plato salsera

Colocar en una tartera pescado, del gusto de cada uno, crudo. Añadir aceite, garum, vino, un manojo de puerros y de coliandro. Durante su cocción, picar pimienta, ligústico, orégano, con el tallo cocido, triturarlo todo, rociar con su propio jugo; batir unos huevos, echarlos en la tartera hasta que liguen. Cuando haya espesado, espolvorear pimienta y servir.

Apicio, IV, 2, 28: Plato de lenguado

Golpear unos lenguados, y una vez preparados colocar en una tartera. Añadir aceite, garum y vino. Durante su cocción, picar pimienta, ligústico, orégano; triturar, macerar con el jugo y hacer una masa homogénea con huevos crudos. Derramar por encima del lenguado y cocer a fuego lento. Cuando haya espesado, espolvorear pimienta y servir.

Apicio, IV, 2, 30: Plato de pescaditos

Una pasa, pimienta, ligústico, orégano, cebolla, vino, garum y aceite. Poner en una cacerola; cuando haya cocido, añadir los pescaditos. Envolverlo con espelta y servir.

Apicio, IV, 3,  1: Menú marinero

Poner pescados en una tartera; añadir garum, aceite, vino y el caldo. Cortar minuciosamente unos puerros bulbosos y coliandro; hacer pequeñas albóndigas de pescado, trocear la carne del pescado cocido y echar unas ortigas de mar bien lavadas. Una vez cocido todo, picar pimienta, ligústico, orégano, triturarlo, rociar con garum y con su propio jugo, echarlo en la tartera. Cuando hierva, romper el preparado, mezclar bien, remover y espolvorear pimienta, y servir.

Apicio, IV, 3,  2: Menú al modo de Terencio

En una marmita cortar en trocitos pequeños lo blanco de unos puerros. Añadir aceite, garum y el caldo, albóndigas muy pequeñas y aliñar bien hasta que quede perfectamente condimentado. Hacer las albóndigas al modo de Terencio —se encontrará el modo de hacerlo en el capítulo de las albóndigas—. Preparar una salsa con los siguientes ingredientes: pimienta, ligústico, orégano, picarlo, rociar con garum y con su propio jugo; mezclarle vino y vino de pasas. Echarlo en una marmita. Después de su ebullición, envolverlo con el preparado. Espolvorear pimienta y servir.

Carnes como jabalí, ciervo, etc




Apicio, IV, 2, 18: Plato de salchichas de tursio

Sacarle el nervio, cortarlo en trozos pequeños. Picar pimienta, ligústico, orégano, perejil, coliandro, comino, baya de ruda, menta seca y también el tursio. Preparar las salchichas. Añadir garum, vino, aceite. y cocerlo. Cuando
esté, colocarlo en una marmita. En ella se hará una salsa con: pimienta, ligústico, ajedrea, cebolla, vino, garum y aceite. Poner a hervir en la marmita. Ligarlo con huevos, espolvorear pimienta, y servir.

Apicio, IV, 3,  7: Menú de hígados y asaduras de liebre

Echar dentro de una cacerola garum, vino, aceite, caldo, puerro y coliandro picado, salchichas troceadas, la paletilla de un cerdo cocida, cortada en cuadrados, y a continuación los hígados y las asaduras. Durante la cocción, picar pimienta, ligústico, orégano, jugo de la propia salsa, vino y vino de pasas. Amalgamar cuidadosamente. Dejar hervir. Después de su ebullición, envolver con la pasta, espolvorear pimienta y servir.

Apicio, VIII, 1,  3: Receta para el jabalí

Machacar pimienta, ligústico, orégano, bayas de mirto sin hueso, coliandro y unas cebollas; rociar con miel, garum y un poco de aceite. Poner a calentar, y envolver con almidón. Echar esta salsa encima del jabalí, que se habrá cocido en el horno. Hágase lo mismo con cualquier tipo de caza.

Apicio, VIII, 3,  3: Otra receta de salsa para la cabra

Pimienta, finas hierbas, perejil, un poco de orégano, ruda, garum, miel, vino de pasas y un poco de aceite. Envolver con almidón.


Apicio, VIII, 3,  5: Parrillada de ternera

Pimienta, ligústico, apio en grano, comino, orégano, cebolla seca, uva pasa, miel, vinagre, vino, garum, aceite y defrito.

Apicio, VIII, 7,  3: Cochinillo al garum

Vaciar el cochinillo. Machacar pimienta, ligústico, orégano, rociar con garum, añadir un seso, dos huevos, y mezclar bien. Rellenar el cochinillo, coserlo y ponerlo a cocer en una olla con agua caliente. Una vez cocido, romper el hilo para que eche todo el líquido. Espolvorear pimienta, y servir.

Otras recetas

Apicio, XIII: Sal de especias para usos múltiples

La sal de especias es recomendable para la digestión, para mover el vientre, y previene contra todas las enfermedades, la peste y los resfriados. Tiene un sabor mucho más agradable de lo que se cree.
Ingredientes: 325 gr. de sal común frita, 650 gr. de sal de amoníaco frita, 80 gr. de pimienta blanca, 50 de jengibre, 10 de comino, 10 de tomillo, 10 de semilla de apio (si no se quiere apio, puede echarse 80 gr. de perejil), 80 gr. de orégano, 10 de grano de jaramago, 80 de pimienta negra, 20 de azafrán, 50 gr. de hisopo de Creta, 50 de hoja de nardo, 50 de perejil y 50 de eneldo.



Para terminar la receta de un Vino de Orégano verde o cabruno, bebido con agua o solo es un buen antídoto contra el agotamiento, el frío o las convulsiones. Dioscórides, V, 51:El vino de orégano se prepara con orégano igual que el del tomillo y es eficaz para las mismas cosas”


El vino de tomillo se hace de la siguiente manera. Dioscórides, V, 49: "Tras majar y cribar tomillo en cantidad de 100 onzas, átalo dentro de un envoltorio de lienzo y échalo en un ánfora de mosto. Es conveniente para las digestiones difíciles, falta de apetito, ausencia de fuerza, males de nervios, dolores de hipocondrios, tiritonas invernales, contra los venenos que enfrían y corrompen"

Como nos han contado nuestros amigos los clásicos, el orégano tiene un gran número de usos medicinales además de los culinarios.



Plurimam salutem!!

Imagen primera extraída de wikipedia
                              Resto imágenes propias

domingo, 26 de enero de 2020

PIMPINELLA ANISVM


Con la nomenclatura de Pimpinella anisum L. conocemos a nuestro popular anís, tan usado hoy en día en la cocina y en la medicina.

Se trata de una planta procedente de la región del Mediterráneo Oriental y del suroeste de Asia.

Al igual que hoy en día, fue muy utilizada por los egipcios, griegos y romanos.

Sobre su cultivo los autores clásicos nos cuentan lo siguiente:
En general el anís prefiere un suelo ligero y con buen drenaje con muchos nutrientes. Sus flores son blancas y han de recolectarse a primeras horas del día, pues no se desprenden de sus umbelas cuando hay rocío o relente.

Paladio, III, 24, 14 sobre su siembra, nos dice que es en marzo: “Durante el presente mes se siembra comino y anís, en suelo bien removido al que se mezcla abono. Así que se ha sembrado, quítense a menudo las hierbas”

Paladio, IV,  9, 17 comenta que: “También es buena época de sembrar anís y comino. Se dan mejor en los lugares más feraces y también en los demás si se ayuda con riego y abono”

Ateneo IX, 371, d describe su forma: Y en el libro primero dice: Tienen las semillas dispuestas en forma de sombrilla: anís verde, hinojo, zanahoria, tordillo, cicuta, cilantro, la umbela que llaman algunos  matarratones

Teofrasto I, XII, 1 destaca que se caracteriza por su aroma: “A algunos los distingue su fragancia, como al anís”

Su uso fue principalmente en medicina y como condimento en salsas, pasteles y bebidas por su contenido en anetol que da un sabor dulzón.

USO MEDICINAL


Dioscórides, III, 56 nos habla de sus usos médicos: Anís. [Otros síōn, los romanos anisum.] [Es una pequeña semilla que se produce en Siria, parecida al apio, muy alta, grande, muy calorífera. Se toma bebida para el bazo, las dificultades de orina o la retención de la menstruación. Lo usan los lugareños como condimento y lo toman con calabaza cocida y vinagre. Y lo siguiente sobre el anís.] En conjunto su propiedad es calorífera: mejora la respiración, quita el dolor, hace orinar, [hace que fluyan los líquidos de los hidrópicos],  quita la sed, si se bebe. Es apropiado para picaduras venenosas de animales y para las flatulencias. Retiene el vientre y el flujo blanco, provoca la secreción de leche y anima al coito. Sus sahumerios en la nariz hacen cesar el dolor de cabeza. Sana de los derrames de oído instilado pulverizada con aceite de rosas. Es más potente el joven y maduro y que no se parece a salvado, vigoroso en su aroma. El mejor es el de Creta, después el egipcio”


Plinio HN, XX, 73 nos habla sobre su uso medicinal de una manera muy extendida: “El anís más apreciado es el de Creta y, al lado, el de Egipto. Esta planta se emplea en condimentos para abastecer el lugar de apio; y su perfume, cuando se quema e inhala, alivia el dolor de cabeza.  Se prescribe una aplicación de la raíz, machacada, para las inflamaciones de los ojos; y lo emplea de manera similar, en combinación con azafrán y vino, o bien golpeado solo y mezclado con polenta, para los reflujos violentos y la extracción de los objetos que han entrado en los ojos: aplicados, también, como un linimento en agua, detiene el cáncer de nariz. Mezclado con hisopo y oximel, y empleado como gárgaras, es una cura para la angustia; y, en combinación con aceite de rosa, se usa como inyección para los oídos. El anís seco elimina las flemas del cofre y, si se toma con miel, es mejor aún. Para toser, machaque cincuenta almendras amargas, sin cáscara, en miel, con un acetábulo de anís. Otro remedio muy fácil también es mezclar tres dracmas de anís con dos de amapolas y un poco de miel, un pedazo del tamaño de un frijol que se toma tres veces al día. Su principal excelencia, sin embargo, es como carminativo; por lo tanto, es tan bueno para la flatulencia del estómago, los dolores de agarre de los intestinos y sus afecciones. Una decocción de él, olido, detiene el hipo, y una decocción de las hojas elimina la indigestión. Una decocción con perejil, si se aplica a las fosas nasales, detendrá los estornudos. Tomado en bebida, el anís promueve el sueño, dispersa los cálculos de la vejiga, detiene los vómitos y la inflamación de las vísceras, y actúa como un excelente pectoral para las afecciones del tórax y del diafragma, donde el cuerpo está estrechamente atado. Generalmente se cree que no existe nada más beneficioso para el abdomen y los intestinos que el anís; por lo que se da, reseca, para disentería y tenesmo. Algunas personas agregan opio a estos ingredientes y recetan tres píldoras al día, del tamaño de un frijol, con un cyathus de vino. Se ha empleado el jugo de esta planta para el lumbago y prescribe la semilla de ella, machacada con menta, para las afecciones hidropesía y celeste: Se recomienda la raíz, también, para las afecciones de los riñones. Dalion, el herbolario, lo empleó, con perejil, como cataplasma para mujeres en trabajo de parto, como también para dolores del útero; y, para las mujeres en trabajo de parto, prescribe una decocción de anís y eneldo para tomar en bebida. Se usa como linimento también en casos de frenitis, o bien se aplica fresco recolectado y mezclado con polenta;o convulsiones. Pitágoras, de hecho, nos asegura que las personas, siempre y cuando sostengan esta planta en la mano, nunca serán atacadas con epilepsia, por lo que se debe plantar la mayor cantidad posible cerca de la casa; él también dice que las mujeres que inhalan el olor tienen un parto más fácil, siendo su consejo también, que, inmediatamente después del parto, se les debe dar a beber, con una pizca de polenta. Sosimenes empleó esta planta, en combinación con vinagre, para todo tipo de induración, y para la lasitud prescribe una decocción de la misma en aceite, con la adición de nitro. El mismo escritor promete su palabra a todos los viajeros, que, si toman anís en su bebida, estarán relativamente exentos de fatiga en su viaje. Heraclides prescribe una pizca de anís con tres dedos, para inflar el estómago, para tomar con dos óbolos de vino; y recomienda una preparación similar para las inflaciones del abdomen y los intestinos. En casos de ortopnea, recomienda una pizca de anís con tres dedos, y la misma cantidad de beleño, para mezclar con leche de asno. Es el consejo de muchos para aquellos que son propensos a vomitar, a tomar, en la cena, un acetábulo de anís y diez hojas de laurel, todo para batirlo y beberlo en agua. El anís, masticado y aplicado tibio, o tomado con castoreum en oximel, alivia las asfixias del útero. También disipa el vértigo después del parto, tomado con una pizca de semilla de pepino en tres dedos y la misma cantidad de linaza, en tres cyathi de vino blanco. Tlepolemus ha empleado una pizca de anís e hinojo en tres dedos, mezclado con vinagre y un cyathus de miel, para la cura de la fiebre cuartana. Aplicado tópicamente con almendras amargas. Es beneficioso para las enfermedades de las articulaciones. Hay algunas personas que lo consideran, por naturaleza, un antídoto para el veneno de serpiente. Es un diurético, alivia la sed y actúa como afrodisíaco. Tomado en vino, promueve una transpiración suave, y tiene la propiedad de proteger la tela de los estragos de las polillas. Cuanto más recientemente se ha recogido, y cuanto más oscuro es su color, mayores son sus virtudes: sin embargo, sin embargo, es perjudicial para el estómago, excepto cuando padece flatulencia”

Podríamos resumir sus usos medicinales de esta manera:

Efectos terapéuticos

Afrodisíaco

Analgésico: dolores de pecho, dolor de cabeza, supuración de oídos, contra la diarrea, purgar la bilis y flatulencias

Diurético

Mordeduras de insectos y alimañas

Provoca sudoración

Otros usos

Para condimentar alimentos

Para hacer bebidas

Para quitar la sed

FormaS de aplicación

Bebido sólo o con agua

A modo de colirio

Vahos



USO CULINARIO

Columela, Los doce libros de la agricultura, XV nos habla del uso del anís para conservar los higos:Algunas personas, después de haber cogido los higos les quitan los cabillos y los extienden al sol; en seguida,  así que se han secado un poco, y antes de que se pongan duros, los echan en unos lebrillos de barro o de piedra ; después los pisotean, con los pies lavados, como se pisa la harina para amasarla, y les mezclan ajonjolí tostado con anís de Egipto, semilla de hinojo y cominos”

Columela, XLVIII sugiere su empleo para el adobo de las aceitunas: “Conviene echar en un modio de aceituna un sextario de semilla de anís maduro y de lentisco y tres ciatos de la de hinojo”

Del mismo asunto trata en el capítulo XLIX: “se revuelve  entre las manos sal tostada y molida con los demás aliños secos. Y estos son alholvas, cominos, semilla de hinojo y anís de Egipto”

Para el aceite de gleucino en su libro LI, Columela nos dice que se emplea el anís: “Se tomará cálamo aromático, junco de olor, cardamomo, madera del árbol del bálsamo, corteza de palma, alholvas remojadas en vino añejo y después enjutas, y también tostadas, raíz de junco, como igualmente lirio Griego y anís de Egipto, de todo partes iguales, que consistirán en una libra y cuarterón de cada cosa, que se sumergirán en una metreta, metidas, como he dicho, en una red pequeña, y después se tapará la metreta”

Ateneo, XI, 464 c-d nos habla de su uso para elaborar un vino aromático, nacido de la decocción de mirra, anís, azafrán, junco aromático, amomo, canela y bálsamo

En la cocina, Apicio VII, 1 nos legó una salsa para rellenar la tripa de cerdo: seguidamente, amalgamar con esta salsa: machacar pimienta, ligústico, laserpicio, anís, jengibre, ruda en poca cantidad, garum de la mejor calidad y un poco de aceite

También nos comenta su uso para condimentar un cochinillo, Apicio XXVI: “Preparar esta salsa: pimienta, ligústico, anís, coliandro, ruda, baya de laurel, picarlo bien, mojar con garum, añadir puerro, un poco de vino de pasas o miel, vino y algo de aceite. Una vez cocido, espesar con almidón”

Catón, De agricultura, 121 [CXXX] para hacer un dulce llamado mustaceum, una tarta nupcial: “Haz los mustacos de la siguiente manera: rocía con mosto un modio de flor de harina; añádele anís, comino, dos libras de grasa y una libra de queso y las raspaduras de una vara de laurel y, cuando le hayas dado forma, añádele por debajo unas hojas de laurel cuando lo cuezas”


Como podemos ver no dista mucho su empleo en la actualidad.

Plurimam salutem!