Desde una esquina del tiempo llega el rumor de sus voces. Mucho de lo que susurran a mi oído nunca será conocido. Pero algunas palabras verán la luz del papel, y serán.



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miércoles, 3 de octubre de 2012

Luz


El agua se deslizó por las ventanas, dibujando tortuosos surcos en el polvo que cubría los cristales.

En la última hora de la tarde había comenzado a llover copiosamente, y ahora, ya entrada la noche, el suelo estaba anegado, y los relámpagos continuaban su intermitente irrupción en la oscuridad del cielo.

La violencia y el estruendo de un rayo se hicieron sentir por sobre el cercano bosque de pinos, y el eco de la descarga se fue apagando, lentamente, hasta perderse en los arbustos que rodeaban la ruinosa casa.

Adentro, el hombre permanecía ajeno a aquel despliegue de efectos visuales y sonoros que ofrecía la Naturaleza. La tormenta lo había sorprendido mientras caminaba hacia el pueblo, y se había guarecido en aquel lugar abandonado.

Su mirada se perdía tras la espesa cortina de agua, pero no veía la noche.

La carta que ella le enviara, cuidadosamente doblada junto a su pecho, había transformado su vida en un permanente día de sol.
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martes, 4 de septiembre de 2012

Deslumbramiento


            Su vida era apacible. Un lugar cómodo para vivir, y la cercanía del agua, donde se procuraba con facilidad el alimento.

            Se deleitaba contemplando el cielo estrellado, por las noches, y el gozo era sublime cuando la luna aparecía, llena, espléndida, y bañaba todo con su luz plateada.

            También durante el día resultaba agradable vivir allí. Tenía un ambiente fresco y sombreado. Y al mediodía, cuando el sol alcanzaba su cenit, el espectáculo resultaba impresionante.

            Y esa belleza cegadora fue la desencadenante de la tragedia.

            El disco incandescente, que ese día parecía estar enviando toda su luz hacia aquel trozo de agua, le impidió prevenir el golpe, y éste resultó fatal.

                                                           * * *

            El casero tiró de la cadena, que giró, cantarina, en la rondana. Cuando el balde asomó a la luz del brocal del aljibe, el hombre observó, con tristeza, el cuerpecito inerte de la ranita flotando en el agua. Lo lamentó, por la importancia que tenía para mantener el agua limpia de insectos.
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