Publicidad

Mostrando entradas con la etiqueta Cuaderno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cuaderno. Mostrar todas las entradas

domingo, julio 25, 2010

44 y FIN

Resumen de lo publicado: la escritura no vale para nada, y yo, que escribo de mí, la utilizo para ser leído y así querido, pero nadie lo lee ni me quiere. Al menos no por lo ello. Espero que alguien me quiera. Incluso que me quiera a pesar lo escrito. Es decir, que no sirve la poesía, mi poesía, para que me quieras. Y es por eso por lo que es inútil. Pero como albergo cierto amor y, por qué no decirlo, esperanza, en lo inútil, seguiré escribiendo.


sábado, julio 24, 2010

43

Escribir y caminar se muestran siempre entrelazados en mi camino. Escribo mientras camino, pienso en qué debo escribir, por qué las cosas son así. También escribo la lista de la compra, recuerdo números de teléfono, partidos de fútbol. Camino y escribo todo unido. Y todo junto me lleva a ti, al camino a tu casa. Y me lleva a mí, a la imposibilidad de ser otra cosa de la que soy ahora. A la imposibilidad de ser incluso lo que yo creo ser. A no ser más que lo soy. Y en eso caminar y escribir, en averiguar qué soy. Dónde voy. Caminar, escribir, buscar, encontrar, incluso por casualidad.


domingo, julio 18, 2010

42

El resto de propósitos al escribir es ser leído. Para eso escribo. No para ser leído por mí mismo que ya me conozco y sé lo que pienso y escribo. Para ser leído por los demás. Por ti. Mi forma de escribir, heredada, es un diálogo constante con quien ha de leerme: contigo, con los otros, mis amigos, el tiempo, lo que sea. Resaltar la alteridad, ser otro entre muchos y la identidad, ser igual que todos, con otros propósitos. Pero ninguno más importante que los dos primeros. También al caminar un propósito, llegar a algún sitio, volver.


sábado, julio 17, 2010

41

A veces al leer sucede lo mismo que al mirar un día a una mujer en la que no veíamos más que bellezas y en la que un día, tristemente, encontramos un defecto, tal vez más de uno. A veces al leer algo que nos gustó escribir encontramos esos fallos en sus pechos o en su piernas flacas. Y sucede también que encontramos entre los defectos más grandes los más hermosos ojos de color miel. Todo depende de la perspectiva. Y del día. Así el camino es un día plácido y feliz y otro, en que no se sabe con quién nos cruzamos, o que píe, precisamente, se nos ha cruzado, es una tortura.


domingo, julio 11, 2010

40

Si escribo, si empecé un día a juntar letras con un determinado propósito es más por u hecho de imitación que de realmente lograr ese propósito. Imitación. Querer ser otro mejor, conseguir lo que él sí podía y a mí aún me está negado. Imitación y homenaje que aún se pueden leer en casi cualquier frase que escribo buscando el primer propósito y queriendo ser original. En mis pasos, en cambio, me siento original. Aunque es imposible que nadie antes, ahora, camine mi mismo camino.


sábado, julio 10, 2010

39

Porque al final todo se resuelve en hablar de mí pero desde una perspectiva distinta. Es como si fuera enseñando unas fotos: yo mirándote, yo mirando a otra, yo lamentándome porque no me quieres, yo sintiéndome solo, yo solo viendo como se pone el sol, yo con frío tras dar un paseo un día de fines de noviembre. Porque de eso se trata siempre: de mí. De lo que veo, de lo que siento, de lo que cuento o callo. De lo que miento. Y sobre mí, mis pasos. Contando mi camino, creando mi camino y mis palabras. Haciéndome.


domingo, julio 04, 2010

38

La escritura también se aprende. Porque la inspiración o lo que sea no siempre llega, así que se aprende a hacer el trabajo de escribir lo que se quiere o lo que se puede. Sucede que puede uno escribir montones de poemas sin que en ellos hay una gota de poesía. Y sucede que no siempre esos poemas fueron escritos sin inspiración. Es más, sucede que en ocasiones el oficio de escritor destila más poesía por poema que toda la inspiración de una vida escribiendo. Y a caminar también se aprende, sin que la inspiración marque el camino, es una especie de sabiduría que me dice dónde vas a estar, dónde te voy a encontrar.


sábado, julio 03, 2010

37

Debería en mis palabras autorreferenciales hablar de la inspiración. Pero es difícil hablar de ella como es difícil encontrarla, ¿Existe? Evidentemente. Y se parece mucho a esa imagen de la bombilla que se enciende en la cabeza de uno. Es como una chispa, un momento en que no se sabe por qué, pero de repente se comprende. Pero no siempre se tiene esa inspiración, como es evidente que yo no la tengo ahora. Y la inspiración hace cosas por ti a veces. Hace que tomes ese camino y que en él se produzca un encuentro. Hace que encuentre la palabra exacta para decirte.


domingo, junio 27, 2010

36

La gran ilusión es que todo esto importa a alguien y es leído y la gente se pregunta: ¿por qué dice eso? O tú lo lees y piensas: “¡Qué lástima de hombre!” La gran ilusión hace creer que esto tiene alguna importancia. La misma que yo le doy al escribirlo. Pero sé que nadie lee ni se pregunta ni piensa en esto. La gran ilusión es una gran mentira. Mentira a mí mismo. ¿Qué importa realmente todo? ¿Importa si giró a la derecha o a la izquierda? ¿Si te busco a ti o a otra?


sábado, junio 26, 2010

35

Palabras. He ahí la composición evidente de toda literatura. En la mía concretamente la búsqueda va por palabras exactas, de significado cierto y concreto: palabras que digan aquello que espero decir. No es una búsqueda de imágenes o sonidos, de florituras bellas o impactantes: sólo he buscado significado a través de las palabras. Y con mis pasos a veces también busco significados. Caminando a tu lado. Hacia ti.


domingo, junio 20, 2010

34

Aunque lo ideal sería realmente el poema mínimo, hecho de una palabra que lo dijese todo. Y quitar todo lo demás que sólo son añadiduras. Yo busco esa escritura máxima de mínima expresión. Pero aún necesito de muchas palabras para hacerme entender. Incluso dentro de mí. Muchas palabras para explicarme por dónde voy qué hago. Demasiados pasos para el mismo camino.


sábado, junio 19, 2010

33

Que esto es una búsqueda de respuestas parece claro: ¿qué escribo? ¿cómo escribo? ¿para quién escribo? La menos importante parece ¿Dónde escribo? Materialmente escribo en cuadernos de cuarto, cuadriculados de sesenta y cinco páginas. Por eso todo lo condenso en sesenta y cinco páginas o menos. Donde escribo realmente es difícil decirlo, a veces en tus brazos, otras en la distancia con las manos en los bolsillos y caminando de espaldas a la cámara. Otras, simplemente tumbado en la cama. Así que me engaño a mí mismo cuando digo que me voy a pasear para descansar de mí mismo. Me voy para escribir. Sin hacer una sola letra.


domingo, junio 13, 2010

32

Te apareces. Te apareces en mis palabras, en mis gestos, te copio. Te apareces hasta cuando pienso en otras o estoy con otras y pienso en cómo sería si tú estuvieras aquí. Te apareces en mi camino, en mis pasos. Durante los pasos. Al final de ellos. En el motivo de empezarlos. Y te apareces tanto en lo que escribo, y tan exageradamente apareces, que me asusto a veces de mí mismo y de lo que soy capaz de escribir. Me extraño también cuando encuentro una frase que me parece innegablemente cierta y acertada. Y pienso en cómo es posible que esto que yo valoro tan parezca a veces tan bien.


sábado, junio 12, 2010

31

Tal vez lo que busco ya son respuestas. Por eso están mis páginas llenas de preguntas. Creo que es una buena cosa escribir para encontrar respuestas. Incluso para encontrar preguntas. No sé si las pocas respuestas que he hallado son ciertas. Ni sé cuántas he dejado de hallar. Pero me topo día a día con preguntas. En intentar contestarlas me entretengo. Y camino buscando esas respuestas. Pero el camino me conduce a más preguntas.


domingo, junio 06, 2010

30

Camino respirando el aire que al fin sopla freso. Una sensación de bienestar y libertad me va poseyendo poco a poco. Camino con pasos libres. Por dónde quiero. Como quiero. Libre. Busco la libertad cuando escribo. No mi libertad, de la que gozo bien, sino la de mis palabras. Quiero decir lo que me de la gana y cómo me de la gana. O eso pretendo. No sé si es bueno o malo para la literatura esa libertad que yo pretendo darle porque yo no sé nada de mi literatura. Trata de ser libre, pero te busca a ti. Intentar deicr la verdad, pero yo estoy detrás de ella. Camino libre. Aunque tal vez hacia ti.


sábado, junio 05, 2010

29

Hasta qué punto puedo decir que toda mi literatura es una lucha contra mi propia naturaleza no lo sé. Tal vez sea todo una forma de rebelarme contra mí mismo, contra ese yo seco y silencioso que pasea por las tardes sin hablar con nadie ¿Escribo para redimir mi silencio? ¿O sólo para llenarlo? ¿O es sólo que me he comprado una pluma nueva? Tampoco sabría decir si camino para dejar a la gente a un lado, para apartarla de mí, para poder estar en silencio y sin escuchar durante un tiempo. O tal vez es sólo que tengo unos zapatos nuevos y quiero gastarlos.


domingo, mayo 30, 2010

28

He ido eliminando literatura de lo que escribo. O eso he intentando. Al menos lo que yo creo que es literatura. He ido suprimiendo artificios. Quitando adjetivos. Suprimiendo palabras y fórmulas que se antojan innecesarias. ¿Es literatura mi literatura? Yo así lo pretendo porque quiero alcanzar la literatura por su otro lado, no por el literario, sino por el de la verdad. Otra cosa es que lo consiga. Y el camino. El real. No el camino solamente. El camino sin artificios, el que solamente camino, sin más, sin pretender más.


sábado, mayo 29, 2010

27

A veces escribir es difícil como borrar el recuerdo de un dolor. Difícil llenar una hoja o ir juntando frases que después al ser leídas todas juntas resultan coherentes y acertadas. Y escribir es en ese momento más que en ningún otro una lucha contra uno mismo, una lucha por encauzar el pensamiento y la mano y todo lo que interviene en dibujar una palabra. Y caminar. Con el cansancio. Con la ausencia de ganas. Contra uno mismo. Contra su camino y su pensamiento. Caminar. Y no hacer nada más.


domingo, mayo 23, 2010

26

Intento ser sincero, contarme am í mismo para enterderme a mí mismo y que me entiendan los demás. Pero creo que ese es un propósito demasiado ambicioso para mí. Aunque con ser sincero debería bastar. Escribo lo que creo que es la verdad sobre mí. Tal vez me equivoque, pero si es así creo que es una buena forma de equivocarse. Intetno ser sicnero también con mis pasos. Que me conduzcan donde han de conducirme. Que me lleven por el camino recto. Por el buen camino.


sábado, mayo 22, 2010

25

Llega el día en que lo escrito se olvida. Tiene un eco que suena en la memoria, que aveces surge de dentro como una oleada que recuerda lo ya escrito. Pero se olvida. Un día, otro día, se relee lo escrito y se recuerda todo, hasta el más mínimo sentido de un adjetivo que se eligió. Pero se olvida al fin y al cabo. Porque no debe ser importante. Caminando el mismo camino se olvidan los pasos ya dados. Pero no el camino. El que lleva a ti. El que separa de ti.