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27 septiembre, 2012

Contador gana su primera clásica

Una victoria de peso; concretamente, 2´5 picokilogramos
Volvía una carrera que era de las más bonitas del mundo, y que no se celebraba desde el lejanísimo 2007. Nada menos que la Milán-Turín, prueba que se remonta hasta el siglo XIX, y que antes de su desaparición había sido maltratada con cambios pendulares de calendario -de octubre a marzo-, vencedores horribles (Marcos Serrano, Fabio Sacchi, Astarloa y Di Luca) y el ostracismo.

RCS Sport, la poderosa organizadora de las más importantes carreras italianas, había enviado al olvido a la maravillosa prueba que une las dos ciudades industriales del norte de Italia, ofreciendo a cambio un apaño llamado Gran Piamonte como trasunto del Giro del Piamonte; este año, con el cambio de calendario -otro más, ahora a final de septiembre- del conocido como Tríptico de Otoño, han permitido que otros organizadores (destacando especialmente el patrocinador, Nobile Rubinetterie, un fabricante de grifos que patrocinó no hace mucho tiempo un equipo ciclista menor) se hiciesen cargo de la prueba.

Con un calendario más favorable para atraer grandes corredores -es un acierto el cambio de calendario, las tres carreras se pueden vender como "revancha del Mundial", al menos cuando se celebre en Europa-, la nueva organización ha cambiado sensiblemente el recorrido, que por vez primera y segunda en la historia del ciclismo acababa en la Basílica de Superga.

Es una pena que una carrera con tantas señas de identidad propias -final en Corso Casale o en exquisito Motovelódromo de Turin- haya caído pasto de la estúpida moda de los finales en cuesta, pero es lo que hay; o eso, o a lo mejor otro año más en la nevera. Sólo una vez se había subido a Superga: fue una etapa del Giro de 1958 y ganó un tal Federico Martín Bahamontes.

Ayer, además, había doble subida: una primera seguida de un descenso hacia Pino Torinese -donde está la fábrica de bicicletas Gios- y Corso Casale, que está a la altura del Po, para después subir de nuevo por la carretera tradicional hasta el santuario de Superga, donde están enterrados los reyes de la dinastía saboyana, incluyendo nuestro Amadeo I.

La subida es dura: atacó J. Rodríguez -que quiere ganar en Lombardía- a tres km. de meta y le siguieron Ulissi y Kessiakoff, mientras por detrás se organizaban Nibali y Contador. Mientras el catalán se fundía, así como la estrella del Liquigas, Contador alcanzaba a los otros dos corredores menos nobles y, con un ataque a su manera, se iba en solitario a ganar su primera clásica.

Sí, la Milán-Turín es una clásica; vale que con un final en cuesta a Contador se lo han dejado mejor, pero ahí está la historia de la carrera y el marco donde ha ganado. Tampoco es que Contador haya corrido muchas carreras de un día en su vida: seguramente no más de diez. Es un vueltómano de manual (ha ganado cinco grandes vueltas pero sólo siete etapas, una de las proporciones más bajas de la historia del ciclismo) pero ayer supo ganar.

La carrera no se retransmitió en directo, aunque los contadoristas ya celebraban el "espectáculo" nada más distribuirse la noticia. Son así, como su ídolo, que en meta dijo "esta mañana me he pesado y tenía 2´5 kg más que en la Vuelta", que es una declaración de sobrado y de faltarle un hervor, pero que ya no sorprende a nadie.

Hoy se disputa el Gran Piamonte, que deja el sur de la provincia y la zona de Le Langhe para un nuevo final en Biella, y el sábado un Lombardía realmente imperdible para cualquier aficionado al ciclismo: Gilbert que quiere ser el octavo arcoiris en ganar la clásica; J. Rodríguez (tercero el año pasado); Contador; Nibali y Kolobnev. Falta Valverde, que tiene alergia a Italia. Una pena: un triunfo como el de ayer de Contador adornaría espléndidamente su palmarés.
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Sigue la cadena de risa con Ponferrada 2014. "No es justo ni se debe aceptar que Ponferrada represente el fracaso nacional", dice el alcalde con sobrepeso. La frase es digna del mejor Berlanga, el de los primeros 50 minutos de Los jueves, milagro: eso es lo único que os podría salvar, pero se producen de muy de cuando en cuando, y en Ponferrada no hay culto a San Dimas.
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Bennati dice que se va al Saxo "porque es un equipo que viene del importante proyecto del CSC" ¿?. Y también que el próximo años, con sus 33 tacos, quiere ser protagonista en Sanremo.
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Rolf Aldag, que parecía que dejaba el ciclismo por sus declaraciones a principios de este año, se incorpora al staff del Lotto. Vansevenant ya tiene sustituto.
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Filtraciones sobre el Tour 2013: Ventoux, una etapa con dos subidas a Alpe D´Huez -van a asfaltar una carretera para poder hacer el descenso por otro lado, incluyendo un puerto- y cronoescalada el día después. No parece un recorrido para Wiggins. La carrera no se presenta hasta el 24 de octubre; el Giro, este mismo 30 de septiembre, aprovechando el eco del Lombardía.
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Interesante post sobre el robo de bicis, elaborado a partir de retales de otros sitios (a su vez copiando a Gary Becker, ya citado aquí en otras ocasiones) y experiencias personales: lo que viene a ser el 99% de los blogs, copia de otros sitios y escasa aportación propia. Mi experiencia personal es que el mejor efecto disuasorio se logra  por dos vías: como no existe el candado irrompible, poner un número mínimo de tres, dependiendo del lugar donde vaya a estar y la duración del aparcamiento; y, por supuesto, tener una bici-chatarra para andar por la ciudad, de las que no llaman la atención. Una Nishiki de Calmera es demasiado apetitosa, porque son bonitas.  Y tontería esa del Cash Converters...cualquiera que visite esos sitios frecuentemente sabe que ahí no hay bicis robadas, simplemente chatarra con forma de bici.
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Entrevista de Alain Laiseka a Txurruka, del que publicó la exclusiva de su desagradable salida del Euskaltel. Roberto Laiseka, el ex-ciclista, dijo que no se lo creía y que el periodista se lo había inventado: inventa muchas cosas, pero esta no es la ocasión. Todavía no he leído ninguna rectificación del escalador enhuesado, será que no tiene por qué darla: demasiado vinculado al Euskaltel y su imagen como para comprometerse con una carta o algo parecido, aún en su condición de retirado. Creía que en Getxo tenían ética, pero sólo tienen piel, huesos y Ramiro Pinilla, de siempre un rara avis en ese microcosmos vasco que es la recoleta e hipócrita villa de la margen derecha del Nervión.

Si el Euskaltel y toda su retórica no es capaz de renovar a alguien como Txurruka, que vale por 100 ciclistas, es que el Euskaltel no vale nada. Sólo hace falta ver quien lo dirige.
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Como sabrán, la extremadamente catalana Anna Tarrés ha caído en desgracia, después de convertirse en cabeza visible del deporte español, en parte porque siempre que aparecía una cámara miraba fijamente al objetivo y jamás al entrevistador, en contra del uso normal en el medio televisivo. Que se gustaba, y mucho, era evidente. Que tenía pinta de estar igual de chiflada que sus paisanas Isabel Coixet y Mercedes Milá (esa arrogancia, esa pedantería, ese trastorno mental no diagnosticado) y de haber escapado de un convento por muy poquito, también.

Eso sí, lo que se cuenta en esta carta abierta de muñecas rotas de esa modalidad circense llamada deporte y conocida como natación sincronizada (¿por qué no hay equipos masculinos?) debería ir al juzgado. También estaría bien que algún periodista se preguntase por qué han esperado a ver caída a esa botarate para decirlo.    Sobre las veladas y, en algún caso, directas acusaciones de dopaje ya se que no van a hacer nada, porque está en juego el mejor antídoto contra esa tentación de hacer periodismo e informar: las medallas olímpicas y de competiciones internacionales.

07 septiembre, 2012

Carrera secreta: no tanto (I)

Un diseño de portada francamente mejorable
El mundo del ciclismo anda un poco convulso por la publicación hace dos días de un libro donde Tyler Hamilton cuenta bastantes cosas de la época que vivió, que no se diferenciaba mucho de la anterior -pasó a profesionales a finales de los noventa- y de la posterior -dejó el ciclismo en 2004-. Se titula The Secret Race, y lo que cuenta no es tan secreto, o al menos no tendría porque serlo tras la Operación Puerto, donde Tyler Hamilton salió completamente desnudo.

¿Por qué secreto? Porque está dirigido al público americano que, a pesar de su reciente interés por el ciclismo -e irá a más- apenas sabe algo más allá de dos términos: Lance Armstrong y Tour de Francia, y de ahí el subtítulo: Inside the Hidden world of the Tour de France. Doping, cover-ups, and winning at all costs (Dentro de la realidad desconocida del Tour de Francia. Doping, encubrimientos y ganar a cualquier coste)

A mí me hubiese gustado más el enfoque biográfico, pero se ha centrado en la única carrera que conocen en EE.UU: el Tour. Y el único personaje que conocen: Lance Armstrong, que aparece en portada en una foto del año 2000, probablamente del Dauphiné que regaló a Hamilton. Recuerden que era la época en que los gregarios andaban más que los jefes de filas -rivales, eso sí- y después emigraban para serlo, con magros resultados, como si hubiesen perdido la fórmula mágica. Un periodista solía solventarlo todo con "la motivación".

Aún así, de lo que se va conociendo del libro, se pueden sacar varias cosas interesantes, aunque tampoco vayan a sacar las trompetas del juicio final: si eso ocurriese algún sería cuando un ciclista relevante -Hamilton lo fue, sin duda- se pusiese delante de un periodista sin compromisos y buen conocedor de lo que había para hablar y responder sin tapujos. De momento, esta última figura no existe, ni se la espera, aunque para redactar este libro de 287 páginas se hayan realizado 60 entrevistas en 2 años.

C.S.C: las siglas desaparecidas de la O.Puerto
Los extractos que van saliendo se centran en la engañifa para evitar los positivos. "Ferrari inventó uno donde se diluía el Andriol (marca comercial de testosterona) en aceite de oliva" ¿Alguien ahí recuerda como Lance Armstrong apreciaba el aceite de oliva de la cooperativa de Manuel Beltrán? ¿Y cómo este andaluz contaba la anécdota con la dicción de la clase popular cuando recibe el arrumaco de un poderoso, como si hubiese estado ungido divinamente?

Decía algo así: "un día le traje una variedad superior, y no le gustó, me pidió la de siempre, la de cooperativa". ¡Qué magnánimo! Ahora el aceite de oliva adquiere un nuevo uso, aunque sin dejar de ser un condimento en las ensaladas. Eso si que es aliño. Según Hamilton. "lo guardábamos en pequeñas ampollas, y bastaban unas pocas gotas para obtener mejora sin dar positivo".

Como suele ser habitual en estos relatos -Jaksche también resguardo un pasado impoluto, y Millar-, Hamilton afirma que no se empezó a dopar hasta el tercer año de profesional, utilizando una medición muy americana: a los 1000 días. Resulta difícil de creer. Un día que estaba muy cansando, a principios de la temporada 1998, Pedro Celaya -identificado con nombre y apellido- le ofreció una pastilla roja diciendo que era "para su salud". Hamiton sabía perfectamente lo que significaba, y aceptó.

Ahí esta un pasaje importante, el del consentimiento del ciclista: no le obligaron. Se ofreció en un momento de debilidad (no es la figura religiosa, es la del estado físico), igual que en la famosa frase del camello que quiere prosperar: "a la primera dosis invito yo", que tiene aparejada la siguiente frase de "a la segunda vendrás de rodillas y ansioso". A partir de ahí, la espiral médico-deportiva: chutes de EPO para ir al Tour 1998, donde fue segundo en una crono tras Ullrich.

Era el año del regreso de Armstrong tras su convalecencia por el cáncer. No corrió el Tour, pero en la Vuelta fue cuarto casi rozando el tercer escalón del podio. Según Hamilton, estaba todo el día hablando de EPO y sus virtudes para el rendimiento deportivo, con grandes dosis, dado que por entonces ni se buscaba, ni se detectaba: apenas lo del 50% de hematocrito en la sangre. Ojo: venía de un cáncer con metástasis y se automedicaba así.

En el 2000, cuando se introdujeron los primeros controles de EPO, Ferrari -al que Armstrong veneraba- cambió el protocolo de dopaje: en vez de pinchazos subcutáneos, directamente en vena; en vez de 2000 unidades en un día concreto de la carrera, 300-400 unidades directamente en vena todos los días por la noche, y sin problemas en los controles. Esto no eran microdosis, eso ya llegaría más adelante.

¿Y donde se ocultaban los restos? Se inyectaban en caravanas que seguían la carrera y que pertenecían a esta auténtica banda criminal, y como díce Hamilton "la inyección la hacía del Moral". Después metían la aguja vacía en una lata de refresco, se aplastaba y se tiraba al contenedor como basura normal. El reparto de la sustancia corría a cargo del jardinero de Armstrong cuando tenía casa en Niza, que seguía la carrera a distancia prudencial.

Todo se hacía en 30 segundos, y únicamente a tres corredores del equipo: Hamilton, Livingston -que después acabaría tarifando con Amstrong- y Armstrong. Hamilton dejó el equipo en 2001. Visto como subían después Padrnos, Noval, Rubiera -este ya venía aprendido- o Ekimov, es de suponer que ampliaron el tratamiento a todo el equipo.

En el Tour 2001 Armstrong dejó a Hamilton sin su dosis de doping, y acabó 94º, cuando el año anterior había sido 25º. El texano tenía celos de su compañero, que había hechos tests con Ferrari y habían salido muy buenos, dice que en gran parte -esa vanidad de los ciclistas- por haber perdido peso, una auténtica obsesión para el médico italiano. Evidentemente, dejó el equipo por el CSC, hasta entonces un equipo de mala muerte que se reforzó también con Sastre.

Lo primero que le preguntó Riis fue por cómo se dopaban en el UsPostal, e imagino que en T-Mobile también sería lo primero que preguntaron a Livingston. Hamilton no le habló de las transfusiones sanguíneas -esa vanidad de los ciclistas- y se encontró con un danés que le vendía sus bondades con palabras entusiastas.

¿Y quien era el médico del equipo? Insisto: según el relato de Hamilton, de-todo-el-equipo. Eufemiano Fuentes. En los primeros compases de la Operación Puerto se dijo que estaba metido todo el CSC, pero después desapareció, igual que tantas otras cosas. Huelga decir que en los medios españoles todavía nadie ha hecho un extracto del libro, a pesar de las modernas tecnologías.Será porque todo es historia conocida.

 ¿Saben lo más gracioso? Que en el UsPostal se referían a la EPO como "Edgar", por lo de "Edgar Allan POE". Ya hubiese sido de retrúecano que fuese por alguna obra del escritor de Boston -igual que Hamilton-, con la de significados que tienen sus títulos. Hoy por hoy, me quedaría con La caída de la casa Usher, por la caída del UsPostal. Y el CSC.
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Bennati vuelve a ganar una etapa de la Vuelta en la tercera semana, lo que viene siendo su única victoria o la más importante de cada temporada: así fue también el año pasado. Ya lleva seis en la carrera, pero es uno de los corredores con la carrera más estancada que se conocen. El próximo año pasa al Saxo Bank.
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Nairo Quintana, que lleva cinco victorias esta temporada (general y etapa de Murcia, general y etapa de la Ruta del Sur, etapa del Joux Plane en Dauphiné: ojo, ojo, ojo), que es neoprofesional de 22 años, y que está haciendo una tremenda Vuelta a España de menos a más, afirma sin rubor que "nunca había competido más de ocho días seguidos". Es lo que tiene no haber competido nunca en una grande, o ser neoprofesional: pues felicidades por la adaptación. Y felicidades a Unzué, que tiene un corredor cuya proyección es difícil de cuantificar, pero muy, muy lejana.

Por mucho menos de eso, nos venden italianos, estadounidenses, británicos y franceses como los nuevos campeones por venir. Ambicioso es: "quiero ganar una de las tres grandes". Lo dice entre pasadas enfermedades, dramas familiares y el sello papal que le ha puesto Proudhomme, ahí es nada. Lo dicho: este chaval, si no se malea, llegará muy lejos, tanto como ambiciona.
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Es Urraburu, pero no tengo incoveniente en reconocer que el titular es magnifico, aunque quizás no por los motivos por los que fue ideado. La historia que cuenta también, aunque cómo la cuenta no.

21 agosto, 2012

Unzué y Valverde cantan después de asados

Enseñando a Piti como poner el brazo para la nº 19
Vaya por delante que fue en el Giro 2009 donde se introdujo la novedad de dos finales en alto dentro de los cinco primeros días de carrera, y fue una novedad muy buena: quita paja de la general, demuestra quien ha venido a pasearse y engancha al seguidor desde el primer instante.

En la Vuelta, tras el final de ayer en Arrate, hoy se llegaba a Valdezcaray. Ninguna de las dos cimas iba a producir mucha diferencia, y así ha sido, pero la general ha quedado despejada en gran medida y la gente que vive de esto ha tenido historias para comentar, al menos muchas más que en el tradicional final al sprint de las primeras semanas de grandes vueltas.

Unzué, el afamado director navarro que vivió su Éxtasis particular en la CRE de Pamplona, iba parloteando con Juan Carlos García (el entusiasta locutor deportivo de TVE) desde el coche de equipo. Lo hacía con esa cadencia suya tan de cura, tan de ir pidiendo perdón, y restando importancia a Valverde: "ya ha tenido dos picos de forma y creemos que llegará muy justo a la tercera semana".

No se qué dos picos de forma: en la primavera que cuenta -Ardenas- ni se le vio; y en el Tour, pues lo mismo. Estaba jugando a esconder las cartas, y hete aquí que un golpe del destino -que en el caso del murciano siempre es el asfalto- descubrió el juego de trilero de Unzué pocos kms. más adelante. No tenía ningún as en la manga, sólo enseñaba la vena al murciano, para que picase el que quisiese.

También dijo -igual que Valverde en Arrate- que su equipo había trabajado mucho -ojo, estamos en la tercera etapa en línea de la carrera- y que nadie les había ayudado, bromeando con que habían dejado el liderato -la fuga del día iba con unos vergonzosos 13´ de diferencia- y demás chanchullos del que se cree en la cresta de la ola, o de la gallina. 

En una zona muy llana antes de llegar a Santo Domingo de la Calzada (donde la gallina cantó después de asada) entró el viento lateral y el Sky se organizó para intentar formar un abanico; el primer encargado fue Flecha, que pasó con ímpetu a la cabeza. Instantes después, se caía gran parte del bloque del Movistar -iban en cabeza- con Erviti, Nairo Quintana y, cómo no, Valverde.

Valv. (Piti) se ha ido este año al suelo en la Volta, en el Tour en repetidas ocasiones y ahora en la Vueltas, y siempre a las primeras de cambio, no precisamente en la última etapa. Desde su recordada caída camino de Caravaca de la Cruz en la Vuelta de 2004 -vicisitud que ayer no quiso ser recordada por el Dúo Cómico-, cuando el equipo transversal de Eufemiano Fuentes paró la carrera para que el murciano pudiese reincorporarse, la vida profesional de Valverde ha sido de una caída tras otra, bien sea en su forma traumática, o en forma de despiste o enganchón con el chubasquero, o de bolsa de sangre donada a la ciencia judicial.

De Unzué poco se puede decir no sabido ya, simplemente recordar como Mancebo dijo que fue quien le ofreció contactar con Eufemiano Fuentes si quería mejorar su rendimiento deportivo, así como el que no quiere la cosa. Especialista en quedar como un santo siempre, lo logra porque es un poco mejor que el resto de la piara en la que se mueve, pero eso no lo hace una persona mejor.

Tras la caída, pasaron varios kms. hasta que descolgó a Castroviejo y Rojas -no vale ni para tirar de un compañero-  para ayudar a Valverde, hasta entonces únicamente ayudado por el enjuto cuerpo de colombiano de Nairo Quintana. Tal cual. Es el mismo director que, cuando Valverde perdió la Vuelta 2006 bajando Monachil declinó cualquier responsabilidad, así como en el Alto del Caracol en la Vuelta 2008: ahí estaba Unzué para recordar a Valverde la importancia de estar atento. Ahí estaba este gran navarro, que debería llamarse por lo menos Sancho Unzué III, para hacer su trabajo de director deportivo.

Por delante el Sky tiraba como un poseso, ayudado también por el Katusha y en última instancia por el BMC. Juan Carlos García se volvió a acercar con su moto a Unzué, que ya no tenía su habitual tono melifluo y de paja con sotana en el confesionario del Opus, sino muy tenso y cabreado: "el Sky ha provocado la caída", dijo.

Evidentemente, es lo que le gustaría creer a él. Las caídas, salvo que alguien empuje, las provoca la fuerza de la gravedad, que es una Ley universal que opera para todos los cuerpos por igual, pero parece que para Valverde más por igual que para los demás. Y Flecha ni ningún Sky empujaron a Valverde, que es autosufiente en este noble arte: tanto, tanto, que en el Tour 2006 se cayó el solito en medio del pelotón y abandonó, también a las primeras de cambio, ahorrándose que pudiese salir algo de la Operación Puerto en plena disputa del Tour.

El Sky no provocó la caída, hizo simplemente su trabajo. Valverde ya no tiene esos amigos transversales en el pelotón que le ayuden a paralizar una carrera, como en 2004, para ganancia de Zabriskie. Unzué fue quien no hizo su trabajo. Poco más adelante, Juan Carlos García narraba desde su privilegiada posición en la moto como Jaimerena -el mamporrero de Unzue- se había acercado al coche del director del Sky para mirarle fijamente sin decir nada. Al estilo navarro, ya ven, que no difiere mucho del de Catania o Palermo.

Nicolás Portal es uno más de la abundante nómina de directores del Sky. Fue un profesional francés y estuvo a las órdenes de estas dos neuronas navarras. Juan Carlos García, realizando muy bien su trabajo, fue a recabar su opinión y lo dijo bien claro, en un castellano aceptable: "Flecha ha intentado el abanico para provocar algo, pero no una caída. Lo de Unzué debe ser una broma"

El Movistar y Unzué no querían trabajar para defender el maillot, y ahora tenían que trabajar por detrás con gente que no sabe hacerlo o inexperta (Rojas y Castroviejo, por este orden) para un corredor que suele estar por detrás intentando remontar. Justicia poética, o justicia de Santo Domingo, aunque hoy fuese martes y esto es La Rioja y no la pía, beata y mojigata Navarra de Unzué. Sí, lo de Unzué debe ser una broma, pero ya dura casi 30 años.

Al inicio de Ezcaray, todavía en estas fechas un barrio lleno de bilbaínos, Valverde todavía iba por detrás, mientras en cabeza la fuga se quedó desde la primera cuesta compuesta por el joven australiano Simon Clarke y Tony Martin, tras quitar a un pintoresco marbellí muy resalao, a Rosendo el amigo del navarro Txente -otra inteligencia suprema- y a un Bazayev que realizó una ascensión notabilísima.

Les hablo ahora de la fuga porque durante todo este tiempo la pésima realización de TVE no enseñó ni una imagen, tan centrada como estaba en mostrar caóticos planos de grupos, persecución y nada. Cuando atacó Contador, a nueve para meta, ya encontraron su lugar en el mundo: el madrileño haciendo uno de esas cosas que no llevan a nada, y sólo arrastrando consigo a un hiperactivo Froome, a su futuro compañero de equipo Roche y Navarro, que ya no será su compañero de equipo porque se va al Cofidis a ver si vale para algo. Fue el primero que se descolgó.

El resto de favoritos, claro, a dejar trabajar a sus gregarios. Ezcaray se puede hacer prácticamente en plato grande tras los kms. iniciales -Rominger lo hizo- y ahí se puso la locomotora Menchov y Losada para que J. Rodríguez fuese en volandas hacia el liderato, una vez que se acabó la aventura de Contador, una más en su historial de brindis al sol. Eso fue la etapa entre los favoritos, donde las diferencias las puso una caída que dejó cortado al líder, Alejandro Valverde, y fuera de juego a su equipo y el inútil de su director.

La etapa se resolvió con Clarke -es muy rápido, como se vio en Burgos- dejando planchado en la meta a T. Martín, y Bazayev (que es sprinter) llegando a sólo 21" tras no haber recibido plano alguno en la ascensión, ni referencia de la penosa realización y cobertura. Un poco más retrasado llegó un pequeño grupo que había saltado del pelotón, donde Marcos García (gallego ex-Xacobeo) del Caja Rural celebró su cuarto puesto como si hubiese ganado...No deben de tener pinganillos en su equipo, será que en Navarra no están de moda.

Antón perdió 30" y Valverde 59", y ahora J. Rodríguez encabeza la general con 1" sobre Froome y 5" con Contador. Esto fue la etapa, pero visto que lo más importante había sucedido antes de meta, es normal que hubiese postetapa, entendida a la manera siciliana o navarra o murciano llegado a figura gracias a los favores y las hemotransfusiones, tanto más da.

En las entrevistas de TVE, Juan Carlos García ya pudo entrevistar a Flecha, que midiendo mucho sus palabras pero con ese punto de chulería que le caracteriza dijo que "siempre que pasa algo tiene que haber un culpable (...) antes que esperar que uno tome la iniciativa hay que dar uno el paso", en clara alusión a cómo el Movistar había cejado insultantemente en sus funciones de defender el liderato o llevar el ritmo del pelotón.

Además, añadió para su beneficio personal -estamos hablando de Flecha, si por su boca fuese ya habría ganado cinco Roubaix- que "a mí me tiró una moto [fue un coche, sic] de la organización en el Tour, y nadie me esperó, ni hubo protesta al día siguiente en la etapa...no lo digo por rencor, pero cuando te vienen dando lecciones de ética y de moral..." Recordemos que Flecha fue también discípulo de Unzué, y sabe de lo que habla cuando espeta eso de "ética y de moral" (este es el tipo de sueltos de un post que son muy celebrados entre los numerosos ciclistas profesionales que leen este blog).

Pero hubo más postetapa, mucha más. No se enteró TVE, pero cuando Valverde entró en meta -con sólo 59" perdidos- fue azuzado por los retrasados mentales que retransmiten el ciclismo por las radios de este país a que fuese al autobús del Sky. Ahí es donde debería haber estado Unzué para calmar a su pupilo, pero una vez más sus funciones de director se limitaban a conducir el coche y dar entrevistas con voz de eunuco.

El murciano, que tiene un intelecto muy limitado, aceptó el envite de los fanáticos de las ondas y provocó un bochornoso espectáculo que hoy y mañana será muy jaleado por la prensa anglosajona, porque tiene narices que un dopado que nunca ha confesado y que acaba de regresar este año de dos años de sanción vaya pidiendo lecciones de "ética y moral" a un equipo que sólo ha hecho su trabajo.

Brillante trabajo, Unzué.

"No he perdido el liderato por un abanico, sino porque no hay ningún respeto" Vamos, que creía que le iban a esperar por ser el líder, o por ser Valverde. El murciano y el navarro ya se las habían tenido con el equipo británico durante el Tour, al que acusaban de no darles ningún margen en las escapadas, como si les tuviesen tirria o, peor aún, como si se lo tuviesen que dar por alguna razón no definida. El espectáculo de hoy sólo abunda en el descrédito del ciclismo que representan alguien tan sucio como Valverde y su director.

En el autobús del Sky Valverde pidió explicaciones a Urán y Henao, que para algo hablan la misma lengua y viven en Pamplona. Se se las hubiese pedido a Stannard a lo mejor se iba para casa con un buen puñetazo en el ojo, porque los británicos no son igual de pusilánimes que los colombianos, de natural modosos. Por supuesto, ni Valverde ni Unzué fueron a pedir explicaciones a Contador, quien encendió la mecha en la subida. De no ser por ese ataque, es muy probable que Valverde hubiese entrado con los favoritos.Azuzado por unos fanáticos con micrófono y mientras su director deportivo se tomaba un carajillo, Valverde deja su mejor momento de la temporada fuera de la carrera y ante unos mindundis. Como siempre.
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Esta noche habrá previsible fronda en las radios contra los pérfidos británicos, pero hace tiempo que no me doy a esos vicios. Si alguien tiene a bien dejar un resumen en los comentarios del post, será bien recibido. Seguro que es muy divertido lo que dicen.
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Saxo Bank, que es un equipo que no hay por dónde cogerlo, ficha a Bennati. El corredor italiano, que lleva tres temporadas en las que no rasca bola alguna, va a un equipo en donde seguirá su tónica salvo que viva una resurreción de esas que logra Riis (Julich o Nuyens). Un buen refuerzo para Contador.
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Educado en el Raval, y en el regateo con los clientes, además de la tradición ciclista de quedarse con todo el material -sea de uno o no-, esta noticia se explica mucho mejor considerando al personaje, al paisanaje y a la perra gorda, que al final es lo que cuenta.Y también el Raval y el Barrio Chino, que viene siendo lo mismo.
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Completísimo artículo de temas variados: Probenecid, la historia de Arrate...Casi parece la entrada de un blog...
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Daniel Friebe es un escritor de cosas de ciclismo -tiene una biografía de Merckx, por ejemplo- y a veces publica cosas más pintorescas, como este artículo sobre montañas en España para hacer un turismo ciclista.  Si lo leen, no cita en ninguna ocasión Asturias, lo que a mí me parece como hablar de sexo sin lujuria. Preguntado por twitter al respecto, contesta que no cabía todo, y que las montañas en Asturias son demasiado duras para un viaje cicloturista...y sin embargo mete Ancares, que está completamente perdido del mundo, y es durísimo...
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Con el "Cuito" al aire. El asfaltado del final de la etapa reina de la Vuelta, sin realizar. En los últimos cuatro años una de las "innovaciones" de la carrera española ha sido asfaltar una montaña virgen en Asturias, que poco o nada aporta al ciclismo respecto a otros finales más tradicionales. Siempre con la connivencia de las autoridades locales, que piensan que eso será un motor del turismo, cuando sólo crea movimiento un día al año.  Debería darles vergüenza, pero como es un negocio, lo que les da son suculentos beneficios en forma de comisiones. ¿Cómo si no se entiende que esté sin realizar el asfaltado a dos semanas del paso de la carrera? Pues porque están aprovechando la premura de plazos para extorsionar y sacar algo más de dinero público, como es tradición en la región y en España en general.

2008: Fuentes de Invierno 2010: Cotobello 2011: La Farrapona 2012: ¿Cuitu Negro? Ya os vale. 


16 marzo, 2012

En la estela de Tom Simpson

El maillot del Sky
 El jueves pasado la Paris-Niza llegó a Mende, cima mitificada por Manolo Saiz, los franceses -porque ganó allí en 1995, la única de sus cuatro victorias de etapa en el Tour en una etapa trancendente- y por cierta parte de la afición ciclista, la misma que alucina con los porcentajes exagerados y con el espectáculo de la última rampa, que suele ser la rampa de lanzamiento para el corredor más sputnik del momento.

Tal mérito corresponde al sorprendente e inefable Lieuwe Westra, toda una vida como holandés del montón -grande, rodador, anónimo- y que en el Vacansoleil de los amores ha experimentado una mejoría que linda con el cambio de paradigma, puesto que ahora es el mejor escalador y el mejor cronoescalador del pelotón. En su equipo comparte características con De Gendt, Hoogerland o Poels, todos capaces de hazañas similares.

Westra ya estuvo escapado el día anterior, y sólo fue neutralizado en los kilómetros finales por un pelotón (perdón, Movistar) desatado. En Mende, cuya subida fue atenazada por el tran-tran de Urán para Wiggins, atacó en el km. final con tal potencia y tal despliegue de facultades que parecía un Riccò o un Mosquera, sus efímeros compañeros de equipo en 2011. Por su parte, la estrella predestinada Valverde (el killer, según definición arribiana, de tanto mérito como El Imbatido) desaprovechaba su última oportunidad de intentar sacar tiempo a Wiggins.

Con el tiempo, el mismo propagandista del término killer (como si Di Luca, ese ejemplo, no se hubiese llamado igual), nos dijo que estaba enfermito y malito ese día, cosa que nunca le sucede en la Vuelta a Andalucía, Murcía o Burgos, pero muy frecuentemente en el Tour, el Dauphiné (inolvidable su debut en 2007, pasando vomitando delante del monumento a Simpson en el Ventoux) y en todo lo que se considera como cita importante. Es El imbatido: como mucho, le derrota un malvado virus, nunca un corredor en justa lid.

De tan malito que estaba fue segundo en la etapa, abriendo camino a Wiggins. Al día siguiente, su paisano y también propenso a la enfermedad SMS Sánchez ganó su cuarta etapa en la Paris-Niza tras fugarse con el clásico Jens Voigt: es su segunda victoria con el Rabobank, donde todavía esperan al corredor que ficharon como número cinco del mundo en 2010, y que desde entonces parece un cazaetapas de la más pura escuela italiana.

No fue el único día de fugas. De Gendt, el talentoso compañero de Westra -capaz de ir de menos a más en el pasado Tour, atacando en Alpe D´Huez- se fugó de buena mañana con Taaramae y terminó llegando a la meta de Niza con 9´30" de ventaja sobre el pelotón, y el bueno del estonio a 6´, tras dejarlo en el Col de Vence. Ahí también se dejó sus opciones a la general Leipheimer, un corredor propenso a la caídas, aunque no tanto como su compatriota y ex-compinche Horner, que hizo de las suyas en esas mismas fechas en el Tirreno-Adriático.

La París-Niza estuvo a punto de no disputarse en 2003, cuando el director era el malogrado Laurent Fignon. Las dificultades económicas y, especialmente, un recorrido aburridisimo que sólo sería superado con el tiempo por la Vuelta al País Vasco, hicieron que la carrera fuese siempre un sopor con final en la cronoescalada al Col d´Eze. Este año se ha vuelto a esta fórmula.

Para ganancia de ASO, el organizador, han tenido la fortuna de que el liderato desde el prólogo hasta el final de Bradley Wiggins fuese amenazado por el sputnik Westra, que subiendo los 9´4 kms. de Eze subió como un cohete. Se quedó a 2" de Wiggins por el triunfo de etapa (el tercer clasificado se fue a más de 30", y no disputaba la general), pero es que era verlo subir y ver un sufrimiento continuo de la aerodinámica y la más pura lógica, esa que hace tiempo se perdió en el ciclismo. Perdió la general por 8", un poquito más de lo que perdió el día de Mende entre celebraciones estúpidas: aquel día se quedó a 6" del liderato.

Tercero en la general Alejandro Valverde, que perdió 52" con Wiggins en la cronoescalada, precisamente el terreno que le podría venir mejor. El Tour tiene más de 100 kms. contrarreloj, nadie sabe como va a superar ese handicap el murciano, del que nos dicen que va mucho mejor contra el crono ahora. Nos dicen, claro. También lo de el Killer. De resultas de su rendimiento en la Carrera hacia el Sol, es ahora mismo el número uno del mundo, la misma posición que tenía en mayo de 2010, cuando fue sancionado dos años por su implicación en la Operación Puerto. El mejor en lo suyo, que no es precisamente ganar, como vengo insistiendo desde hace años.

En cuanto a Wiggins, consigue ganar la carrera francesa 45 años después de Tom Simpson, el notable corredor británico de principios de los sesenta que fue Campeón del Mundo, Flandes, Sanremo y Lombardía, y se empecinó en ganar el Tour, dejándose la vida en el intento -farmacia mediante- de lograrlo. Una ley del ciclismo dice que ningún corredor desde Eddy Merckx gana Paris-Niza y Tour el mismo año.

En 2006 Landis iba camino de lograrlo, y de hecho vivió las dos ceremonias de coronación, pero después perdió el Tour. Al año siguiente Contador ganó Paris-Niza y el Tour porque al que iba a ganarlo le invitaron a irse. En 2010 volvió a ganar París-Niza y acaba de perder el Tour que también ganó en la carretera para perderlo en la farmacia. No son muy buenos antecedentes para Wiggins, del que se dice que tiene una calculadora en la cabeza, además de que es el máximo favorito para julio. Tampoco lo es Tom Simpson, cuyo legado insiste en recordar.
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Maravillosa edición 2012 de la Tirreno-Adriático, una carrera que se disputa íntegramente sin público alguno en las cunetas, y que discurre por zonas de Italia alejadas del turismo de masas. Al margen de esto, año tras año consigue reunir uno de los mejores planteles de todo el calendario, además de algunos de los mejores sprints de toda la temporada.

El del primer día fue un buen ejemplo. El Sky, que ese mismo día había manejado el final en Mende como de si de un sprint se tratase, hizo todo el trabajo para Cavendish, que ganó con no mucho margen a un espléndido Freire, capaz de remontar en el sprint al británico. No es casual que la etapa fuese de 230 kms. y los ciclistas estuviesen 6h30´ en la bici: cuando hay fondo, ahí aparece Freire, que debutó en la carrera de los dos mares en el lejano año 2000 con un triunfo de etapa, el primero de los diez que tiene en la carrera, además de una victoria final y dos podios.  Es su mejor resultado en la carrera desde 2008.

Al día siguiente fue el turno de Boasson-Hagen, compañero de Cavendish y destinado a ganar carreras de más entidad que etapas. De momento, en Terni enseñó el dorsal a Greipel y un increíble Sagan, muy contrariado en meta de no haber podido remontar. El sprint fue muy largo y desorganizado, al contrario de los que lanzan para el británico campeón del mundo. El líder seguía siendo Goss, el actual campeón de Sanremo. Estos son los nombres, año tras año, de la Tirreno-Adriático: lo mejor del pelotón, y disputando cada victoria con la intensidad que se merece la carrera.

En Chieti, cuarto día de carrera incluyendo el prólogo CRE, se vivió uno de esos grandes momentos que forjan la rivalidad en el ciclismo. Los cinco corredores más fuertes de la carrera llegaron en solitario a la subida final a la ciudad del interior de Italia: Horner, Di Luca, Kreuziger y sus dos ex-compañeros Sagan y Nibali. Cuando el italiano pensaba que el eslovaco le iba a dar el triunfo de etapa, el joven de 22 años sprintó con fuerza y rabia hacia la meta, mientras el sicialiano se quedaba con cara de circunstancias.

Les queda toda una temporada compartiendo maillot, después a ver como llevan la convivencia. O antes. Kreuziger, que vuelve a ser el corredor que fue -ya en Strade Bianche estuvo muy fino- quedó segundo, un poco alucinado de ver a sus dos ex-compañeros -con los que compartió todo, todo- en una tesitura igual. En todo caso, el liderato fue para Horner, el ciclista casi cuarentón cuya simple existencia es una negación a eso de que el ciclismo ha cambiado.

Al día siguiente se llegó a la inédita subida apeninica de Prati di Tivo, con Nibali enseñando la jerarquía -actual, pero no permanente- a Sagan, obligado a trabajar para su teórico jefe de filas, un jefe de filas que sube un poco mejor que el eslovaco, pero que es más lento y más viejo. Fue una subida muy bonita, entre la nieve, con Nibali atacando a 4 kms. de meta y Horner persiguiendo con la calculadora para mantener sus opciones: al final 16" de ventaja para el corredor del Liquigas sobre Kreuziger y el americano.

Todo por decidir (la general quedaba con Horner con 5" sobre Kreuziger y 12" sobre Nibali) en la crono final de San Benedetto del Tronto, ya en el Adriático, porque el circuito del día anterior en Offida fue para J. Rodríguez (tercera victoria de etapa en la carrera), mientras los favoritos se marcaban mutuamente y Nibali, muy hábil, conseguía ser segundo en la etapa y ponerse a sólo 6" del triunfo.

La crono fue para Cancellara sobre su compañero Bennati -no es la primera vez que hace estas cosas, y ha llegado a ganar pruebas contra el reloj-, una pareja que ya dio muestras de su compenetración en Strade Bianche y que dará mucho juego en la Sanremo de mañana, mientras que Nibali remontaba y se hacía con el triunfo final por delante de Horner y Kreuziger, ambos ganadores de vueltas de semana de prestigio. El siciliano ya tiene una vuelta por etapas que haga juego con su Vuelta a España, y demuestra en cada uno de sus triunfos lo laborioso de sus éxitos. Que siga así, mientras Sagan le deje.
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Víspera de Sanremo, para mí la mejor carrera de un día del mundo y uno de las pocas carreras cuyo triunfo justifica toda una vida deportiva. A pesar del amplio abanico de favoritos que todos los años se presenta de manera un poco forzada, cualquier aficionado al ciclismo sabe que, a la hora de la verdad (y si es víspera de primavera, la verdad en el ciclismo es el sprint en las calles de Sanremo) sólo unos pocos priviligiados pueden ganar la carrera.

Dado que Cavendish está en forma, pero también lo están Cancellara-Bennati, o los BMC (Ballan, Gilbert, Van Avermaet), habrá mucho interés en romper la carrera. Dudo que se haga de la misma manera que en la inolvidable edición de 2011, pero ahí delante estarán los de siempre: Freire, Boonen -de nuevo en forma, y con una cuenta pendiente con la carrera-, el suizo ganador en 2008, dicen que Sagan y Nibali -otros que moverán la carrera antes del sprint- y bueno, prácticamente el que ustedes quieran. Según la poco científica encuesta de este blog, el máximo favorito es Freire. Ojalá.
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Como siempre, interesante entrevista a Freire. Tanto por parte del entrevistador, que no elude los temas controvertidos y no suelta la presa, como por el entrevistado, que siempre dice las cosas sin pelos en la lengua.

27 septiembre, 2011

Bettini nunca se equivoca

Flipando consigo mismo
Se veía venir y el protagonista está cumpliendo las expectativas. El seleccionador italiano de ciclismo, el antiguo campeón Paolo Bettini, está resultando un desastre y, tal y como demostró cuando estaba en el sillín, el jamás tendrá responsabilidad de nada.

Tras el trágico deceso de Ballerini en enero de 2010, Bettini ya tenía formada su campaña (a través de la alcanforada Bicisport, por ejemplo) para auparse al frente del Commisariato Tecnico, con los previsibles desastres que cualquiera podía ver: "El también toscano nunca ha disimulado sus ambiciones, pero su estilo y características distan mucho de las del doble ganador de la Roubaix", escribía por entonces, meses antes de que la FIC oficializase la decisión de nombrar seleccionador a este personaje.

El Mundial de Geelong, que había sido interpretado maravillosamente por Ballerini, se saldó con un cuarto puesto de Pozzato, un buen resultado pero lejos de lo esperado, especialmente cuando se coló en el podio alguien claramente inferior como Allan Davis. El italiano entró tarde al sprint y mal colocado, y el seleccionador se encargó de poner el dedo en el ojo (tras haberlo untado en arnica y dándole vueltas), descargándose de cualquier responsabilidad.

Yo ví a Bennati de arcoiris
El desastre anunciado de Copenhague de 2011 es el peor de la squadra azzurra desde 1983: Bennati, el líder predestinado, sólo ha podido ser 14º. Estaban todos los ingredientes: un líder que rara vez ha ganado a los mejores del mundo, una selección de jóvenes inexpertos y que corren en equipos continentales, y un seleccionador vanidoso, que nunca pierde y que hace un mes hacía este análisis del recorrido.

"No recuerdo a Cavendish ganando en un final de este tipo, de 500 metros al 5%, a lo mejor me olvido de alguna llegada (...) no me parece su tipo de llegada". Lo que yo no recuerdo es a Bennati ganando una gran cita. O al joven Modolo. O a Visconti. O al viejo Paolini. Quizás no tenía otros corredores donde escoger, pero en Italia siempre ha habido buenos gregarios muy capaces para un circuito como el danés.

Lo digo porque el brillante estratega Bettini metió a su amigo Paolini en la fuga, como si fuese a dar miedo a alguien. "Ha andado muy fuerte, quizás demasiado" (¿?), mientras en la misma e incongruente frase critica a Gavazzi y Visconti, primero diciendo que han hecho un buen trabajo manteniendo la media alta para quemar a los gregarios de los grandes equipos (y a ellos mismos, llegadores muy solventes), pero que deberían haber estado con Paolini. O sea, en la fuga.

No se lleva a hombres veloces para quemarlos persiguiendo. En esa labor hubiese ido perfecto Bruseghin, muy en forma como se vio en la Vuelta. Después reparte críticas a todos en general ("había dicho claramente que en los dos últimos kms. había que estar unidos y no dejarse cerrar", que es como decir "no os caigais"), de Modolo dice que se ha sentado cuando tenía una buena posición junto a Greipel (dando a entender que tenía el bronce a tiro), o incluso diciendo que tenia que estar con Cancellara, ¡con Cancellara!.

Sirve para que no se escapen las ideas
A Bennati, curiosamente, no le da un tirón de orejas, le basta con decir que se quedó cerrado. Será porque es paisano toscano, aunque con otro carácter. Como Ballerini. Bettini, farruco, ha dicho que ponía su cabeza a disposición del que quiera cortársela (Di Rocco ya ha dicho que no) y apenas acabada la carrera ya estaba respondiendo las brutales críticas que le habían hecho durante la retransmisión tanto Saronni como Cassani.

"Hacen bien, hay que lograr audiencia", ha declarado a la Gazzetta. Que nadie se extrañe de la actitud socarrona de este mafioso, que ya dejó buenas muestras cuando era ciclista profesional. Él nunca perdía, eran los demás los que le hacían perder. "Las carreras fáciles son una gran lotería: lo demuestra el hecho de que Cancellara haya sido cuarto (...) quiere decir que gente que no es muy rápida ha sido capaz de ir muy fuerte en un final así de fácil".

Habla como si jamás hubiese visto correr a Cancellara y lo que es capaz de hacer en un sprint. Sin ir muy lejos, como si no hubiese visto el final de este año en la Sanremo. Bettini seguirá de momento al frente de la nazionale, garantizando situaciones estrambóticas, la presencia de Paolini y polémica, pero especialmente las típicas polémicas que siempre han rodeado a la selección italiana y que Ballerini supo superar.

12 septiembre, 2011

El Bisonte y sus cuernos

Altamira contemporánea
Se quejaba algún docto entendido del ciclismo que, tal y como estaba planificada la Vuelta, la última semana aportaría bien poco y sería totalmente intrascendente. No ha sido así, y ni aunque hubiese habido algo más de los 13" entre el primero y el segundo, la última semana hubiese sido anónima.

La Vuelta ha salido incluso mejor que la de 2010, y ya es decir. Los mimbres estaban bien puestos, sólo hacía falta saber verlos y esperar el desarrollo. Tras el inolvidable final de Peña Cabarga, los ciclistas se tomaron un día de descanso camino de Noja -triunfo de Gavazzi en fuga, que llego a contar con nueve minutos- y el viernes con una borrachera de público y éxito en Bilbao.

El doble paso por la ciudad vasca fue parecido a un Mundial, con un circuito repleto de gente, pintadas en la carretera y un vencedor local, nada menos que Igor Antón. El de Galdakano se coló en la fuga del día con Bruseghin, un kazajo y su compañero Verdugo. El pelotón dejó hacer -dejó de tirar para la etapa con 50 kms. para meta, en el primer paso por Bilbao- y Antón sacó 30" a Bruseghin en el segundo paso por el alto, suficiente para plantarse en meta solo.

En el pelotón Froome probó, sin éxito, a Cobo, mientras se veía por primera vez en carrera a Wiggins haciendo de gregario. Cosas del director del Sky. Al día siguiente, camino de Vitoria, Froome y su director dejaron para el anecdotario del ciclismo algo que no se olvida: en vez de sprintar por la bonificación del sprint intermedio, el corredor keniata lo hizo bajo la pancarta de 20 kms. a meta, lo mismo que hacía Eddy Merckx por si acaso había un premio. No lo había, sólo un espeso manto de ridículo para él y su director.

Se llegó al sprint -es Vitoria- y ganó un italiano -es Vitoria-, esta vez Bennati sobre Gasparotto. El paseo del último día en Madrid (100 kms. de etapa, doce vueltas al circuito urbano de Madrid) tuvo la emoción del que quería ver algo de emoción en los 13" entre Cobo y Froome, considerando que el keniata no es un sprinter y el director que conduce su coche de equipo. Había más emoción en la lucha por la regularidad, con Mollema empatado a puntos con J. Rodríguez, pero el catalán pasó mala noche y ni siquiera pudo entrar con los mejores.

El sprint fue para Sagan, que en su primera grande consigue acabar -y no ha sido una Vuelta fácil- y se lleva tres etapas, una por cada semana de competición. Tiene 21 años y, tras ver su primorosa ascensión a el Cordal en la etapa del Angliru, el que no quiera ver el fenomenal ciclista que acaba de pasearse por España también puede cambiar de deporte. Cosas así no se ven todos los años: como mucho se miden en periodos de décadas.

Evidentemente, no se puede decir lo mismo del ganador final, Cobo. Había algo de impostura mientras el Príncipe Felipe (primera vez de la Casa Real en un deporte de sudor y cicatrices: algo muy significativo) le entrega el galardón de vencedor, al mismo tiempo que el podio volvía a estar mal organizado y el segundo estaba a la derecha y no a la izquierda.

Aunque Cobo tiene 30 años de edad y margen biográfico suficiente para que su victoria no se quede en un accidente en el camino, es difícil pensar en los derroteros profesionales de un corredor al que no le gusta entrenar ("a nadie le gusta su trabajo") y que hace tres meses quería dejar el oficio, por utilizar su terminología. De su pasado ya se ha dicho todo, quizás convenga recordar que antes de su fulgurante paso por Asturias su equipo se detuvo en el camino y, según twitter de Matxín, se zamparon "un chuletón de kilo". Llegaron al hotel a las 00:30. Una hora muy ciclista, igual que la dieta.

De momento, todo es silencio, igual que ningún medio reprodujo la foto de su gesto con los cuernos al entrar vencedor en el Angliru, porque nos dicen que el chaval es especialito, que ha estado con depresiones (incluso "la regla"), mientras que al director le han caído palos como el que ayer le envió Jose Ramón de la Morena, que sigue pensando que los malos son identificables, aunque el no se dedique a eso tras el marcaje a hombre a Sabino Padilla por el caso Gurpegui. Tiene otros quehaceres, inmobiliarios y de pellizco de monja, como el de ayer en antena.

A eso se reduce el periodismo deportivo en España. Gana Cobo, Cobo es español, pues muy bien. Ni una mención a lo de Hautacam. Froome ha cumplido con creces su papel de malo extranjero al que hay que derrotar -con 26 años, da más margen de progresion que Cobo, del que dudo que sea capaz de exportar su rendimiento más allá de los Pirineos- y Wiggins lo mismo, conformando un sandwich del Sky en el podio.

Sin embargo, algo une a Cobo y Froome al margen de esta Vuelta. Ambos eran ciclistas sin futuro. Si el primero coqueteaba con dejar la profesión hace sólo tres meses (o todo o nada, me puede pasar como en Hautacam y que no me pille la Lotería), el segundo acababa contrato con el Sky y no iba a ser renovado. Ahora tiene ocho ofertas encima de la mesa, cuando antes probablemente se hubiese ido al paro (han desaparecido grandes equipos y hay sobreoferta de ciclistas en el mercado, especialmente cuando no has hecho nada en tu carrera). Su apuesta personal les ha salido bien, al menos de momento. Veremos como es en el futuro.

Cuarto en la general ha sido Mollema, que llegó a ser líder un día y que gana la regularidad. Con 24 años y tras haber debutado en el Tour con un desastroso 70º puesto, se traga dos grandes completas y demuestra que es un corredor de tanto futuro como, al menos, Gesink. De momento, ya ha quedado en un puesto mejor en una grande que el de su compañero rubio. Quinto Menchov, que fue tercero en el Angliru: al igual que el ONCE, el UsPostal o el Liquigas, el Geox ha ido tan sobrado esta Vuelta -también ganan por equipos, con diferencias siderales- que se permiten colocar a dos corredores entre los cinco primeros, incluyendo al ruso anónimo y difuminado toda la temporada.

Sexto Monfort, obteniendo el resultado que se esperaba de él tras haber sido quinto en la Itzulia de 2008. Desde entonces, muchas decepciones. También venía del Tour, donde fue el inolvidable protagonista del tránsito del valle entre el Izoard y el Galibier. Su resultado es sorprendente y quedan dudas de si podrá volver a repetirlo en su condición de gregario de manual. Nadie le ha prestado atención. Séptimo Nibali, que parecía una gran amenaza hasta Asturias, cuando perdió todas sus opciones a podio: su 2011 ha sido sensiblemente inferior al de 2010, y no sólo porque no haya podido repetir éxito en la Vuelta.

Octavo Van den Broeck, que ha andado muy fino en montaña -atacando incluso-, pero lejos del rendimiento de alguien que aspira a subir al podio del Tour, noveno Dani Moreno (gana etapa y hace tercero en otras dos, auténtico corredor multiherramienta que da para clásicas y vueltas) y décimo Mikel Nieve que, al margen de otra consideración, ha acabado por delante de Fuglsang, Sorensen, D. Martin y Bruseghin, que en carrera tuvieron más protagonismo.

Termina así una Vuelta apasionante, ganada por las bonificaciones a favor de Cobo, con nueve cambios de líder (record absoluto en una vuelta por etapas) y que deja el regusto amargo de un ciclista que no convence más que a sus paisanos entregados, que no se habían visto jamás en una igual y que en épocas no muy lejanas propusieron con igual entusiasmo a Nozal o Tino Zaballa. Hay algo en los cuernos del Bisonte que suena chirigota, esa a la que se aplica con fruicción cuando puede, a pesar de su supuesta timidez o depresión. Vamos, que huele a cuerno quemado.
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Para Gilbert (qué raro, ¿no?) el GP de Quebec -con un Gesink muy activo- y para Rui Costa el GP de Montreal, con Gilbert tercero. Las dos carreras han sido tan espectaculares como el año pasado, y con eso de que en Europa cae en prime time, es fácil augurar un futuo espléndido para ambas citas de septiembre.
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El jovencísimo Galimzyanov gana la París-Bruselas, sucediendo en el palmarés a Francisco Ventoso.
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Peculiar galería de fotos sobre Cobo.
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La moda del ciclismo en las grandes urbes

07 septiembre, 2011

Usted no ha visto nada, circule

Las trampas del protocolo
Entre Palencia y la Rioja Alta, por donde ayer transcurrió la etapa de la Vuelta, hay muchas cosas más que la N-620 que fue guiando a los ciclistas en lo que muchos consideran una etapa de transición, y que en este ciclismo que tiende a tener el 80% de sus jornadas en alto, cada vez vamos a apreciar más. Había algo de novedad en ver a los ciclistas enfilados por los llanos agostados de Castilla la Vieja, y para llegar a escribir esto es que mucho ha cambiado la Vuelta.

La escapada del día iba compuesta por dos corredores del Andalucía y una mole del Cofidis, perfecta para abrir la carretera y devorar kms. Paso por Burgos y carretera a Belorado y el pelotón comienza a tirar para reducir la ventaja de 5´ en los últimos 50 kms. Entre ellos, Cancellara, que había anunciado que esta sería su última etapa en la Vuelta (después de llegar el último al control de firmas en varias jornadas, ha terminado su preparación) imprimió un ritmo fortísimo para su compañero Bennati.

Entre esto, el páramo y una carretera parcheada y cuarteada, casi se rompe el pelotón, y vimos una bellas imágenes de los más rezagados sufriendo para conectar, porque se estaban descolgando en el llano. Está bien recordar esto, porque no todo son porcentajes del 23% ni repetir una misma subida dos veces en la misma carrera.

Con la alta velocidad, el tránsito de poblaciones y los nervios por aguantar la posición, hubo una caída en la parte delantera del pelotón que acabó con J. Rodríguez, entre otros, tirado en el asfalto y quejándose ostentosamente de su muñeca y espalda. Con el maillot verde de la regularidad, y con una etapa como la de hoy especialmente propicia para sus características, hubiese sido una pena su abandono, pero consiguió llegar a meta y está descartada una fractura.

Fue una caída, pero pudo haber muchas más. Con los fugados neutralizados, el propio Cancellara preparó el sprint. Puso en fila india a Wagner, Bennati, perfectamente soldado a rueda, Sagan y Haedo. Sin embargo, lo que parecía que iba a ser un sprint muy bueno y esperado, porque al fin y al cabo es el arte supremo del ciclismo que nos han venido escamoteando durante toda esta temporada, se marró por un desastre más de la organización.

No es ya la continua queja de los ciclistas por los absurdos traslados fruto de un diseño de Vuelta basado en retales y recortes de por aquí y por allá, es que ayer se rozó la tragedia. Con el sprint lanzado, aparece una rotonda ¡donde la parte izquierda no estaba cerrada a los ciclistas! ¡Y no había nadie señalizando el paso correcto!. Resultado: unos ciclistas se fueron por un lado, encabezados por Wagner, y otros por el correcto.

¿Otros? Haedo, que por entonces iba tercero y era el puesto máximo al que podía aspirar, se vio de repente solo en cabeza y esprintó para conseguir la mejor victoria de su carrera, la primera en una grande y la primera de un argentino en una gran vuelta en 50 años. Bennati iba lamentando su mala suerte a gran distancia y Petacchi lo remontó en última instancia. De lo que iba a ser un sprint, uno de los escasísimos de esta Vuelta, a lo que realmente fue siendo, media la sutil traza en la que siempre se balancea este deporte, entre lo más glorioso y lo más estrambótico.

No hubo una caída  porque Sagan, quizás por su formación en ciclocross, consiguió controlar la bicicleta -que iba a 65 kms/h- en apenas 20 metros. Increíble. Lo pueden ver aquí, porque lo estrambótico no se acabó al cruzar la línea de meta. La pésima realización de RTVE durante esta Vuelta adquirió matices grotescos al analizar el asunto.

Antes de pasar al bloque de publicidad (lo siento Oliart, la idea era demasiado utópica para que fuese realidad) todavía seguían insistiendo en que había ganado Bennati, porque como siguen la carrera desde un estudio en Madrid y el Dúo Cómico necesita correctores ortopédicos visuales, son incapaces de distinguir en el monitor a un corredor de otro: les pasa cuando van todos en pelotón y también, vergüenza absoluta, cuando entra en meta en solitario y mostrando el maillot.

Después repitieron la toma del sprint ¡una única vez!. Por supuesto, no señalaron que la rotonda no estaba indicada, únicamente y entre risas que "según el reglamento, es obligación del corredor conocer el recorrido", donde efectivamente si estaba señalizado el sentido de la rotonda. Ya, pero hemos visto toda la vida que en situaciones parecidas se coloca un G.C o alguien de la organización para indicar el paso correcto.

Pues no: para el Dúo Cómico sólo hubo corredores que se equivocaron, Santas Pascuas, y vamos a poner esos vídeos de mierda con los que completamos la cobertura. Repitieron la llegada una única vez, porque todo es así de desastroso y caótico. Y suerte si hoy en Peña Cabarga vemos entrar al vencedor, que el año pasado fue escamoteado por la deficiente realización.

Al acabar la etapa, Bennati dejó un twitter muy acertado: “¿Es normal hacer 200 kilómetros sin una curva y meter una rotonda a 300 metros?”. Después, por alguna razón, lo ha borrado, pero demasiado tarde para que ya no tuviese eco. Pues si que es normal, sí, y sobre todo que la realización no repita la toma de la llegada, y que achaquen a los ciclistas la culpa del incidente. Os quejais demasiado.

Fíjaros sino lo que dice Guillén, todo materia gris (por el color, no por la neuronas) sobre el grave incidente: "Cuando pasé por delante del pelotón, sí que había una persona indicando el desvío de vehículos. Luego es cierto que no se aprecia ninguna en la retransmisión de la tele". No se aprecia en la tele, y los ciclistas tampoco lo vieron, ergo no había nadie, lumbreras. Y lo de "no se aprecia en la tele", visto lo visto -perdonen el juego de palabras- es ya la última ironía.
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Boonen se fractura el escafoides en la etapa del Angliru. Se pierde así el Mundial de Copenhague, que era perfecto para sus características, y cierra una temporada auténticamente negra.
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Fantásticas declaraciones de Rabon, uno de mis corredores preferidos y opaco últimamente: "Este año, en mis 90 días de competición fui para ayudar a un compañero en 80 de ellos. En los diez restantes figuran siete de alta montaña en el Giro en el que obtuve libertad después de que Cavendish desistiera". Todavía más fan, si cabe, de este checo.
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Del dotado Juanma Trueba recuerdo algunos artículos muy apocalípticos y oscuros sobre el futuro del ciclismo en ocasiones de efemérides médicas como la del Angliru. Avisado al respecto, no se han repetido: ahora se dedica a la propaganda pura y dura.
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Artículo nacionalista de un alcalde electo de un partido regionalista. Le pagan por esto, no porque haga análisis de la carrera.
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Gómez Peña enloquece: Igor Antón y Ana Frank.
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Mariluz Ferreiro, la competente periodista de ciclismo en La Voz de Galicia (conocida por los locales como La Voz, a secas) publica esta exclusiva en plena Vuelta a España: "la confesión" -el término es de Mariluz- de García Dapena. Evidentemente, lo que puede decir este positivo de manual sólo interesa a la reducida parroquia que lee La Voz (parroquial, ergo), que seguramente encontrará los argumentos necesarios para lo suyo y lo de Mosquera en esta delirante entrevista. Sin embargo, quizás convenga hacer las preguntas a partir de lo visto: dado que el supuesto ciclismo gallego no se ha colocado en ningún equipo al finalizar el Xacobeo, ¿cúal es el legado de este equipo? Ninguno, simplemente más lamentos, quejas y ruegos en una zona especializada en estas cantinelas. De eso va la entrevista, y de ninguna otra cosa más.
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En la soviética noticia de la inauguración ("democratizar el deporte", hasta en Gramma lo hacen mejor) se cae de la lista de fundadores el médico del dedo en el culo durante el Tour 1998. Y eso que ye paisanu. Quizás sea por eso. Total, siempre se ha movido mejor entre bambalinas, o entre remos.
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Caramba, qué calambres. Lo nunca visto. Ojalá hubiese un vídeo similar de cuando se desplomó en plena pista del Abierto de Roma en 2005, por aquel entonces dijeron que fue la combinación de humedad y calor. En todo caso, que le pregunte a Djokovic por una buena dieta, o a Murray por algún aparatito. Aquí dicen que todo ha sido por la silla. Será que era una silla eléctrica. Huele a carne quemada.

03 mayo, 2011

Exagerado Gilbert

Cumpliendo los peores pronósticos, Gilbert ganó la L-B-L. El corredor valón suma ocho grandes clásicas -y otras muchas menores- en apenas dos años y medio, una cifra con rarísimos precedentes en el ciclismo. Habrán leído por ahí lo de ganar las tres carreras de las Ardenas seguidas, pero el record sería decir que ha ganado las últimas cuatro carreras que ha disputado, una serie iniciada con la victoria en la Flecha de Brabante.

¿Record? Ni por asomo. Ya a finales de 2009 encadenó cuatro pruebas de un día consecutivas. Por aquel entonces parece que había empleado el final de la temporada para aprovechar un estado de forma superior ante corredores inferiores. No es el caso actual: Gilbert ha dominado a su antojo a lo mejor del pelotón internacional en algunas de las mejores citas del calendario, en una exhibición que deja achicado el triplete similar de Rebellin en 2004.

No es ya como en Amstel tiró el mismo a cinco kms. de meta hasta neutralizar en primera persona la fuga de Andy Schleck, para después rematar, es que en Lieja volvió a hacer trizas al mismo corredor y a su hermano, que volvieron a llegar destacados a meta pero esta vez sin un Contador que les regalase la victoria. Ojo, estamos hablando de corredores que en los últimos cuatro años siempre han estado entre los cinco primeros en la prueba, dos de los mejores escaladores del pelotón. No pudieron dejar a Gilbert en ningún momento.

Aunque la carrera queda ya un poco lejos -afortunadamente el último titular no quedó envejecido a los pocos días- está bien repasar su desarrollo, vista que la conclusión estaba cantada por todos, quizás ajenos a las tristes implicaciones que trae. La carrera fue relativamente tranquila hasta la subida a Roche-aux-Façons, la innovación introducida hace pocas ediciones que se ha demostrado decisiva.

De nada sirvió que este año se volviese, kms. antes, al recorrido más duro recuperando Stockeu y el recorrido tradicional, porque básicamente ningún favorito se movió hasta los kms. finales. Ni siquiera J. Rodríguez, del que se esperaba mucho tras ser dos veces segundo en los anteriores rounds y del que se suponía que no esperaría a ser sacrificado por tercera vez en el altar en el que ha convertido Gilbert los finales en alto en el pelotón.

Afectada por las alergias la única escuadra que parecía capaz de conjurar el resultado cantado de antemano (ahora se pillan las alergias por equipo, porque Kolobnev y Moreno también estuvieron mediocres), ahí estuvo Frank Schleck para saltar donde se esperaba. Se fue y al poco se movió Andy para hacer un duo familiar, con el incoveniente de que Gilbert se soldó a su rueda con la facilidad de un escalador contrastado.

La L-B-L de los últimos años ha ido a corredores que ganaban clásicas pero que también dominaban cimas como el Ventoux, Lavaredo o Alpe d´Huez, de los que no se tardó en saber su perfil hematológico y comprender porque podían rendir en ambos ámbitos: Valverde, Di Luca, A. Schleck o Vinokourov. Gilbert se une a esta lista y ya parece que cualquier día lo veremos subiendo un gran puerto a ritmo. O a latigazos.

Los luxemburgueses lo intentaron en St. Nicklas, con escaso éxito, y en la subida final a Ans ni siquiera lo probaron. Entraron en meta mansamente tras Gilbert, primero el mayor, segundo el menor, en el enésimo podio de su equipo en una gran clásica esta temporada. Cuarto fue Kreuziger, quinto Urán, sexto C. A Sorensen, séptimo Van Avermaet -que fue escapado mucho tiempo y aguantó el ritmo del trío durante una parte del tramo final- y octavo Nibali. No dejen de notar que tanto el checo como su íntimo amigo italiano, compañeros hasta hace meses, acababan de bajar del Teide o del Etna, tanto más da.

Lo de Gilbert ya ha transcendido a otra categoría. Será por su certificado médico, será porque su equipo fichó en horas más bajas a un conocido médico español (Josetxo de Zarautz, con una trayectoria que habla por sí sola), será porque Gilbert no ya gana dos Ardenas el mismo año, es que gana las tres, superando a Di Luca (2005) o Valverde (2006), e igualando a Rebellin (2004), como en los años más oscuros. Rebellin. Di Luca. Valverde. Ya conoceis sus trayectorias. En el ciclismo, el que sobresale es sospechoso. Y con razón.
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En el Tour de Romandía victoria final para Evans, que ya se había impuesto en 2006 en lo que era su mejor victoria hasta el Mundial de 2009. Es la segunda vuelta de prestigio que gana este año, donde ha pasado de las Ardenas. Sin darnos cuenta, nos hemos acostumbrado a ver a Evans como un ganador, cuando nunca lo ha sido. Le acompañaron en el podio T. Martin y Vinokourov, que se llevó una etapa al igual que Zabriskie o Cunego. Destaca especialmente la victoria de Jonathan Castroviejo en el prólogo.
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Bennati se cae en la Vuelta a Turquía -victoria final para Alexander Efimkin- y se pierde el Giro. En su twitter carga duramente contra el corredor que le tiró. El problema con este corredor es que siempre se cae, o tiene algún achaque, o le tiran, cuando se acerca una gran cita.
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La Vuelta a Asturias es una de las carreras que mejor plasman la boxeización y decadencia del ciclismo. En esta última edición le han robado la victoria de etapa a un corredor modesto que cometió el error de coger el camino adecuado y no el equivocado, como todo el pelotón. Zaballa ganó la última etapa, Schumacher otro par y la general final para Javier Moreno del Caja Rural, el primer vencedor en una década o más que no tiene pasado.
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En esta página me han citado citándome, cosa bastante rara. Además, con elogios que me han calado profundamente, como "generoso". Gracias a tí, hombre, que además lo que escribes está hecho con mucha gracia y bien presentado. A todos aquellos que descubran este modestísimo blog por esta vía, bienvenidos. Tienen todo un archivo presentado cronológicamente para lo que deseen.
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Contador dijo cuando empezó lo del solomillo: "ya sabemos que tipo de equipo era el Astana", sin abundar más. Ahora le pasan algunas cosas a Allan Davis en el mismo equipo y dice "So ... that's Astana. That's all I can say", sin abundar más. Será la ley del silencio del ciclismo, o los numerosos sobreentendidos, pero considerando que ambos corredores vienen de ser jóvenes Liberty, si que se puede decir que en este caso sabemos qué tipo de equipo era. Muy divertido lo de la teoría de la conspiración contra corredores australianos, supongo que se referirá a Lloyd.
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Fantástica información y artículo. Si sólo tienen que leer un enlace, que sea este: imprescindible.
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Interesante artículo por las declaraciones y vivencias de Antón en su primer y único Giro, allá por el 2005.
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Jessica Hardy, que como casi todos los pillados por "contaminación alimentaria" (alimenticia según Contador y su asesor de comunicación Jacinto Vidarte) posee varios records y marcas increíbles en su haber, podrá representar a EE.UU en los JJ.OO del próximo año. Ella, modesta, dice que no está en forma, pero nadie duda de que la logrará a tiempo. Felicidades a su abogado Howard Jacobs.

07 abril, 2011

S.Sánchez gana en Arrate y pierde la general

De su generación, el que más etapas en la Itzulia
Arrate, antaño subida mítica, ya no produce diferencias. Es la tendencia de ciclismo contemporáneo,y la edición 2011 de la Vuelta al País Vasco camina con paso firme a una resolución en la crono de 22 kms. en Zalla. Si el año pasado la subida a la cima de Eibar se convirtió en un besamanos entre Piti y S. Sánchez, al que regaló la etapa de manera vergonzosa, lo de este año no ha ido a la zaga.

Este año ni siquiera se movió nadie importante en Ixua, en parte debido al ritmo que imprimió el equipo local Euskaltel, y en parte quizás a que no hay mucho despliegue de fuerza en la edición de este año, lejos ya las cabalgadas de J.J. Cobo y demás corredores de un día gloria y mil de miseria. Ya en la calles de Eibar el Leopard consideró necesario ir más rápido de lo que podían ir marcando Verdugo, Egoi y Amets, y al equipo de Luxemburgo sin patrocinador se unió el Katusha, el RadioShack y el Garmin. Lo nunca visto: cuatro equipos tirando para llevar el ritmo del pelotón, ni que fuese escapado el mismísimo Armstrong...de hecho, hasta se veía algún Katusha, y eso que es el equipo del líder, que jamás ha tenido que trabajar menos.

La verdad es que por delante iba un trío sin ningún peligro, que fue neutralizado poco antes de empezar a subir. Allí atacó Duarte, un clásico de estos últimos días, mientras el pelotón iba enfilado por Voigt y A. Schleck. A 5´5 kms. de meta atacó F. Schleck y sólo le pudo seguir Tondo, ese corredor que hasta que tenía 31 años malvivía en equipos de mala muerte y que ahora se codea -e incluso gana- a la élite mundial. Además, es medio santo porque denuncia el doping, ese que nunca vio cuando estaba en equipos portugueses.

Por detrás no se organizó caza alguna, y la diferencia fue subiendo hasta los 20" con los que transitó en solitario Tondo a cuatro kms. para meta. En ese momento atacó el joven Vinokourov, camino de los 37 años, dejando clavados a todos los favoritos. Atención: etapa reina de la Itzulia y Tondo en solitario perseguido por Vinokourov. El ciclismo, que ha cambiado mucho.

A tres kms. para meta Horner, ejerciendo de perro de presa, había conseguido reducir la diferencia a 13", momento en el que atacó S. Sánchez, como siempre de menos a más, pero no mucho más. Vamos, que no se fue, como casi siempre. En el tramo de descenso antes de meta el ritmo del pelotón lo seguía marcando Vinokourov, que tira casi por inercia y porque tampoco se va a quedar tan mal clasificado de cara a la crono final.

Además, porque cada uno vale para lo que vale, consiguió neutralizar a Tondo a un km. de meta. Ahí atacó A. Schleck, casi en el mismo lugar que lo hizo S. Sánchez hace un año, seguido por Vinokourov. El asturiano lo volvió a intenta a 400 metros de meta y esta vez fue suficiente para entrar por delante de Kloden, Vinokourov y el resto de favoritos. No hubo ninguna diferencia en meta entre los once que entraron destacados. Decían que S. Sánchez tenía la obligación moral de ganar la general del País Vasco. De momento, lleva cinco victorias de etapa en todas su participaciones. Como Stefano Zanini, que tampoco ganó nunca la general, pero tampoco aspiró a ello.
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En la etapa del miércoles del País Vasco, otra vez tiempo estupendo y gozosos paisajes. El final en la llanura de Murgia fue espectacular. Tras algunas balas de fogueo en el puerto antes de meta -no tantas: atacó Hesjedal-, Vinokourov se fue en el descenso y, con tres kms. a meta, se impuso al pelotón encabezado por Freire y Martens por 8" de diferencia. Gárate, compañero de estos dos, dio una interesante entrevista al acabar la etapa: iba en la fuga del día "y le dije que no podía tirar, que no insistiesen, porque si no me descolgaría y el Rabobank perseguiría por detrás para tirar la fuga. En el final no esperabamos un movimiento como el de Vinokourov, contra el que poco se puede hacer". La pena es que Martens no relevó en ningún momento, y parece que tuvo interés en acabar tercero, cuando debería haber acabado en cola del grupo. El mismo Rabobank de siempre y el mismo Freire de siempre: solo.
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Cavendish gana por tercera vez el GP L´Escault. En el sprint final hubo una tremenda caída tras hacer el afilador Farrar, Weylandt y De Wilde, el peor parado. Antes se había caído Boasson Hagen, reportando tres costillas rotas. También se cayeron Hincapie y Boonen. Cavendish ganó con una superioridad espantosa ante el joven ruso del Katuska Galimzyanov, que esquivó la caída como en las películas de acción, y Hutarovich, uno que el domingo en Roubaix lo va a hacer muy bien.
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Se está disputando estos días La Sarthe, carrera sin mayor interés -el año pasado ganó L.L Sánchez- y que ha visto las dos primeras victorias de Bennati tras cinco segundos puestos. La primera fue al sprint ante Dumoulin, la segunda en una crono...el italiano siempre ha marcado buenos registros en la especialidad, pero meter en 6´8 kms. seis segundos a Millar y Zabriskie es ir muy rápido.
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Rui Costa, exonerado por su federación, vuelve con el Movistar. Ya tiene foto de carnet y todo. Un saludo afectuoso a Carlos Barredo.
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Interesante entrevista a Di Luca.  Dice que antes se tenía "más respeto a los veteranos" -no sería el, desde luego, que ya en 1999 iba a la gresca contra todos-, la rocambolesca historia del cura -intrínsecamente italiana- y esta frase memorable: "La experiencia en el ciclismo de ahora lo es todo. Ya no importa la edad. 36, 37, 38... Se puede ser igual de fuerte con esa edad que un joven de 28. Decir eso hace solo diez años era casi una obscenidad, cosa de locos. ¿Qué ha pasado? Que el ciclismo no es ajeno a los cambios del mundo. La esperanza de vida en la sociedad moderna es cada vez más alta; la esperanza de vida de un ciclismo, también".
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Otra estupenda galería de fotos de L´Equipe. El Marca y el As también tenía un buen archivo de las carreras españolas, pero jamás lo digitalizaron y se perdió por ahí. Vamos, que si alguien quiere fotos de la Vuelta que ganó Anquetil, que vaya a la hemeroteca y escanee lo que haya. ¡Malditos franceses, siempre poniéndonos zancadillas!. La mejor foto, para mí, es la de Peeters...
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El viento es el peor enemigo del ciclista.
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Ante la falta de plazas hoteleras en Ponferrada 2011, se han reservado plazas hoteleras en Lugo -dista 120 kms.-, Valdeorras -60 kms por nacional de montaña-, León -100 kms.- y Benavente -100 kms.-. Dicen que para Ponferrada 2014 habrá las 5.668 plazas requeridas, ahora hay 1.649. Vamos, que la ciudad se va a equipar con 4.000 plazas hoteleras que hasta ahora, por su propio mercado hotelero, no habían sido necesarias. Eso es un incremento superior al 100%. Con qué se ocuparán cuando acaben los fastos es una cosa ignota, pero muy previsible. También es muy previsible que haya que hacer desplazamientos de centenares de kms. para participar en las pruebas. De ahí el titular "Alojamiento garantizado".

Yo propongo que, dado que en la zona hay 4.000 viviendas construidas sin vender, y es muy probable que sigan así en los próximos tres años, que cambien el uso de alguna de esas torres Madrid-style que aborrecen el horizonte de uso residencial a hotelero. No se hará, claro, porque no genera tanto dinero ("actividad") como hacer otra más, para que a partir de octubre de 2014 se quede vacía.
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Tras mear fuera del tiesto en una entrevista en una radio cántabra, donde lo que más asustaba no era lo que decía, sino cómo lo decía, el atleta leonés que asombra a todos dentro y fuera de la pista, habla más pausado. Al fin y al cabo, lo que estaba reclamando como buen ciudadano del empobrecido noroeste de España, era que le diesen una subvención. Y ojalá se haga qatarí. Estaría bien.

28 marzo, 2011

Boonen y Cancellara se retan a distancia

Eso, y rezar un poco
En uno de los fines de semana más intensos de todo el año ciclista por la cúadruple concurrencia de competiciones, la conclusión es clara: en el mes de abril y la semana anterior todo el interés está centrado en Bélgica.

Mientras en Cataluña se disputaba una inane Volta que cumplía 100 años con otra dentellada a su historia,  y en Córcega parece que el Criterium ha encontrado el justo lugar para su cada vez más imitada fórmula de todo en dos días -la crisis aprieta-, en el país del ciclismo se vivían dos espectáculos muy diferentes con nombres muy conocidos.

El sábado se disputó el GP E3 Harelbeke, ese que Arribas bautizó no hace mucho como "una autopista da nombre a una carrera" y que es un pequeño Tour de Flandes para los que les gusta el ciclismo. El favorito de salida era Cancellara, por ser el vigente campeón y porque venía de ser segundo en Sanremo. La carrera, que el año pasado fue probablemente la mejor de la temporada, se convirtió en absurdo monólogo digno de los peores años de dominio unipersonal de un corredor.

Es tal la superioridad de Cancellara, tan obsceno el poderío de sus exhibiciones y tan triste la historia del ciclismo y la suya personal, que resulta difícil dar credbilidad a lo visto el sábado, o lo vivido el año pasado en Flandes-Roubaix. Yo no veo ningún espectáculo cuando un corredor juega en una liga diferente a la que nadie puede acercarse, y no veo ningún interés en un corredor que, aunque se mueva a 55 kms. de meta -como el año pasado en la clásica del pavés-, sentencia la carrera.

Camino de Harelbeke el campeón suizo tuvo que cambiar de nuevo de bicicleta, como el año pasado en sus grandes triunfos. Fue a sesenta kms. de meta, tras un pinchazo en Stationsberg. Por delante había filtrado a su compañero y sorprendentemente en forma a sus 37´5 años Stuart O´Grady. El nuevo Leopard ("el equipo de los Schleck") tiene lo justito para las clásicas de adoquín, y quizás le hayan dicho al australiano, veterano de las peores aventuras del ciclismo, un esfuerzo ulterior.

En Sanremo ya aguantó con los mejores cuando gran parte de los mejores lo habían dejado (10º en meta). El sábado en Bélgica, tras ir fugado todo el día, después tuvo arrestos para tirar de Cancellara cuando se incorporó a su grupo intermedio y, por supuesto, reservar unas fuerzas para el sprint, donde fue 9º. Estrategia perfecta, pero hay que tener las fuerzas para ejecutarla. Con 37´5 años parece que es posible.
Cancellara atacó subiendo el Oude Kwaremont y, como de costumbre, no le pudo seguir nadie. Quedaban 30 kms. para meta y O´Grady le hizo gran parte de ellos hasta el ataque definitivo a 19 kms. de la conclusión. Bram Tankink del Rabobank atacó, creando la estela para Cancellara, que le rebasó en un instante. Los infructuosos intentos del holandés por ponerse a rueda, y su expresivo gesto -parecido al del año pasado de Leukemans en Roubaix- sobre la imposibilidad de lograrlo deberían llevar a pensar en que deporte juegan, o si les bastan las reglas actuales. Dice que le dieron calambres.El suizo acabó llegando con un minuto de ventaja a la meta, con tiempo para celebrar el triunfo y señalar en su maillot un patrocinador que no tiene: a lo mejor era esa la intención.

En la carrera no estaban ninguno de los principales rivales del suizo para la gran cita del domingo en el Tour de Flandes, que prefirieron optar por la Gante-Wevelgem del día siguiente. En el caso de Boonen hubo sus más y su menos: el gran campeón flamenco, cuatro veces ganador de la carrera de Harelbeke -y dos segundo- quería conseguir la quinta victoria, pero en el equipo lo reservaron para la más prestigiosa clásica del domingo, que ya ganó en 2004 en su primera gran victoria. Al parecer, no le gustó mucho y salió a competir a regañadientes.

Sea como fuere, y sea como han cambiado la Gante-Wevelgem para que al final lleguen igualmente al sprint, la carrera fue muy emocionante por la extremada longevidad de la escapada, que llegó al último km. con posibilidades, animada durante toda la jornada por un omnipresente Voeckler. Boonen tuvo un contratiempo mecánico en una de las subidas más estrechas y perdió casi dos minutos con el pelotón, que pudo recuperar gracias al bajo ritmo de persecución.

En la primera subida al Kemmelberg, Phillipe Gilbert se probó. Por lo inesperado del terreno, y por lo raro que es ver a este corredor atacando y no abriendo hueco, merece la pena detenerse. ¿Entrenamiento de calidad? Quien sabe. El caso es que el campeón valón se pasó el resto de la carrera tirando como un gregario más por las posibilidades de Greipel en el sprint final.

En la segunda subida al monte-mito de esta carrera, se movieron Peter Sagan y su compañero Bodnar, además de S. Chavanel y el inglés Stannard. Conectaron con el grupo delantero e hicieron de los últimos 40 kms. a meta una lucha muy emocionante con el pelotón. El mayor de los Chavanel contribuyó, a pesar de llevar a un desmotivado Boonen en el grupo, quemando a los perseguidores, y el único que se escaqueó fue el representante del Sky.

Aprovechó estar más fresco para saltar en los últimos dos kms. Con Flecha escondido para ver si puede rebañar algún puesto de honor en esas carreras que ambiciona y le quedan más grandes que su ego, asusta ver que en su equipo científico han construido un equipo para los adoquines a base de corredores rocosos y en gran parte desconocidos. Afortunadamente, se impuso la cordura y no llegó a meta.

El sprint fue lanzado magníficamente por Steegmans -se dejó caer por el centro para quitar chuparuedas- y Boonen, en un sprint que no se veía en años, consiguió imponerse ante Bennati, Farrar y Greipel, más rápidos en alguna de esas etapas llanas de grandes vueltas que coleccionan, pero más lentos tras 200 kms. intensos y con diez subidas en el recorrido. Es la mejor victoria del gran campeón belga desde la Roubaix de 2009, y su octavo gran triunfo en clásicas que cuentan.

El domingo en Flandes tanto Gilbert como Boonen necesitarán algo más para imponerse a la locomotora suiza y su secuaz australiano. Necesitarán estar en el mejor nivel de su vida deportiva y, aún así, estar atentos en todos y cada uno de los recodos del recorrido, porque no compiten contra un rival como los demás. Compiten, sencillamente, contra un corredor que aspira a lograr la marca de tres Roubaix y dos Flandes, los mismos que tiene Boonen.
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El Criterium Internacional vio el domingo uno de los días de gracia de F. Schleck. Ganó en el alto de L´Ospedale (¿no vieron a los ciclistas gravemente afectados por alergia?) apabullando por más de un minuto a los escasos corredores de prestigio que acudieron a la prueba organizada por ASO. El sector llano fue para un alemán desconocido del Skil, y la crono para Klöden sobre Wiggins. El mayor de los Schleck rodó muy bien en un terreno que no es el suyo, y se impuso sobre Kiryienka, un corredor que vale su peso en oro.
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La Volta a Cataluña, sin tele en directo y con sólo una moto para el resumen, vivió otra edición tristísima. Fíjense en la nómina de ganadores de etapa: Smukulis, Petacchi, Cardoso, Contador, Cardoso, Dumoulin, Rojas (nuestro Poulidor de bolsillo) y de nuevo Dumoulin. Salvo la etapa de montaña, donde Contador sacó toda la ventaja, se puede decir que la ausencia de tele en directo no ha sido para tanto. De hecho, cualquiera de las otras tres carreras reseñadas en esta misma entrada ofrecían a priori más interés, y este interés se confirmó a posteriori. Contador se impuso a Scarponi -que obtendrá su triunfo dentro de unos meses, si hay algo de justicia- y Dani Martin, que ya había sido segundo en esta carrera cuando la ganó Valverde en 2009. Leipheimer perdió su puesto en el podio tras abandonar en la última etapa por una obstrucción intestinal ocurrente, un problema que lo martirizó cuando estaba en el Rabobank.

Miren el historial de este carrera centenaria en las últimas ediciones y díganme si se pierde algo sin la televisión, o si simplemente no se disputa el próximo año porque el dinero autonómico destinado a prolongar su decandencia se decide emplear en algo realmente útil.
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Bueno, si les parece caro que recuerden lo que les sablearon a los holandeses en 2009. A rascar un poco el bolsillo, que con la justificada vinculación navarra al ciclismo compensará.
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Buen reportaje sobre la presentación en sociedad de Alberto Contador, hace ahora diez años.