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viernes, 14 de octubre de 2016

Viviendo en la abundancia: la pet-sitter

Querido Umpa Lumpa:

La fábrica de hipocondríacos era la antesala del infierno... pero la vida de hipocondríaco es, en ocasiones el mismísimo infierno. Este es el único motivo por el que mis misivas se espacian mucho más de lo que desearía. 

La vida de hipocondríaca tiene una ventaja principal: la pasta. No es que esté forrada, no nos vamos a engañar... pero hace años, en mi más tierna infancia, sentencié una situación parecida en mis progenitores con un "vivimos en la abundancia". Ninguna queja... Cola cao de marca (no me pagan... ya sostengo yo solita a la empresa con mis reservas de kilos y kilos de cola cao por si estallase la Tercera Guerra Mundial...), latitas gourmet para vosotros, y  Amparito esclavizada aspirando pelos de tu disfraz día sí día también. 
El lujo y la paz reinan en la dulce vida en el Ritz...

Pero, querido Umpitas... no vayas a creer que me sale el dinero de los sobacos, no señor. Que ahí me tiro yo, salvando vidas (ejem) sábados, domingos, festivos y muchas otras fiestas de guardar para seguir con este tren de vida que llevamos.
 Y... ¡¡a Dios pongo por testigo de que nunca jamás volveré a tomar cola cao de marca blanca!!

Y llegaron las vacaciones... E igual que llegaron, se fueron. Y mi planteamiento era ver qué hacía con vosotros, mis retoños, en fechas tan señaladas. 
Como toda tutora legal que se precie... tiré de abuelos. Mis progenitores pasaron su segunda luna de miel con el Ritz para ellos solitos... aguantándote a ti y al bizcocho. Comportamiento ejemplar por vuestra parte... Las únicas bajas fueron dos tazones que rompieron mis progenitores (ya han llegado a esa edad en la que los abuelos empiezan a dar más guerra que los críos... Umpitas...) 
¿Y después qué? 


Después tuve que tirar de los ahorros de la vida de abundancia y pagar a una pet-sitter (así se hace llamar, no te lo pierdas, Umpa Lumpa) que había cuidado a muchos felinos simplones, pero jamás a un Umpa Lumpa. 
¡¡ 14 leuros 50 minutos... señoras y señores !! Y una aquí despellejándose los codos y contando las horas que duerme al mes para poder comprar Cola Cao de marca... Tanto es así, que una vez termine la residencia... igual Álter y yo montamos una empresa. Que a felinos pirados no nos gana nadie.  

Como pet-sitter, no lo sé (eso solo lo podéis decir vosotros) ahora... como fotógrafa, cualquier día le dan Pulitzer, en serio. En 50 minutos cualquier foto que os hiciera ya era mejor que las cienmil fotos que te he conseguido hacer en 6 años, querido Umpa Lumpa (y en dos de Charlie...)
Según me dijo, os portasteis muy bien. Solo destrozasteis el juguete que os trajo en las primeras 24 horas. Pero en lo demás... no más daños que haya que lamentar. Esta noticia, junto con la sorprendente calidad de las fotos, me hace sospechar que os mantenía drogados. 

Pero vamos, que me ha dado repertorio para varios años en estas cartas. Y que, mientras vivamos en la abundancia, si así lo precisáis... seguiré contando con ella.

De lo que pasó después de las vacaciones y cómo habéis contribuido a la nueva decoración del Ritz, hablaré en la próxima carta. 
Que, si las guardias me lo permiten, será antes de fin de año. 

Dulces caricias



PD: Todas las fotos de la carta son cortesía de la pet-sitter.

viernes, 12 de febrero de 2016

Historia de una guardia cualquiera II: El agua

Querido Umpa Lumpa:

En la  carta anterior narraba parte de las catastróficas desdichas anécdotas que rodean al mundo de las guardias compaginado con la desagradable tarea de ser vuestra tutor legal.

Evidentemente, el tema de las puertas que comentaba,  no es moco de pavo, pero por sí solo tampoco podría justificar el título que le daré a mi futura biografía:  "Apocalipsis en el Ritz".  
Por supuesto que no todo termina ahí... ¡¡Faltaría!! ¡¡Sería una ofensa para estas cartas!! 

Si esos fueran todos mis problemas... ¡¡bendita la guardia!!  

El problema número 2 es... EL AGUA. 
Podría quedarme tranquila teniendo las puertas controladas y teóricamente abiertas... pero os tengo demasiado calados como para no prever cualquier otra complicación:

Charlie... el primo carnal de Lucifer...
Los días que estoy de guardia bebéis como si al día siguiente fueran a declarar la Península Ibérica como parte central del desierto del Sáhara. Eso hace que tenga que poner agua abundante (pero en cantidades industriales... como para sofocar un desastre nuclear, vamos)  y distribuída por la totalidad de la vivienda (por si alguna trampa anti-puertas falla... y para paliar las puertas que no tienen trampa...)





--> Solución al problema número 2:

- Colocación de tres bebederos llenos hasta los topes (uno en una habitación, otro en el micro pasillo y otro en el salón)  
- Bidé lleno hasta arriba 

 Ea... problema resuelto. (ahora es cuando los cotillas me abuchean por exagerada...  sin antes recordar que tengo un Umpa Lumpa y un felino simplón que es primo carnal del mismísimo Lucifer)  


--> Problema de la solución: 

De primeras... ninguno.   
Como método en sí para saciar vuestra sed,  funciona.

 Solo un par de pequeños... detalles... 

1. La gincana de la que hablaba en la carta anterior, queda finalmente completada con 3 pozos de agua (bebederos) en lugares estratégicos... ideales para un lavado de pies matutino sin venir a cuento de nada y un cabreo monumental de "ahora ponte con la fregona... ahora vuelve a llenar bebederos... ahora cámbiate de calcetines..." Decididamente, después de este entrenamiento, podría participar en la carrera de 3000 obstáculos de las próximas Olimpiadas sin hacer demasiado el ridículo.


Prapación del agua para la guardia...



2. Cuando llego de una guardia... vengo de trabajar un total de 24 horas seguidas, la mayoría de las veces sin haber dormido nada (o una hora maldormida en un colchón tirado en el suelo... que es como nos tienen...) Sinceramente... cuando llego, ¡¡ME ENCANTARÍA!! no tener que hacer aguaplaning por el baño porque al gracioso de Charlie le ha dado por montar un parque acuático a base de sacar el agua del bidé.




3. Normalmente llego, meo desayuno si no lo he hecho antes.. y me echo a dormir HASTA QUE ME DESPERTÁIS hasta que el cuerpo aguante. La ducha la dejo para después.  
Pero es que no falla, oye... Cuando salgo de la ducha... ¡¡toalla empapada por haberla dejado sobre el bidé sin recordar que estaba hasta arribísima de agua!! 
Que sí... que de esto no tenéis la culpa directamente... pero indirectamente sois los responsables de la práctica totalidad de mis desgracias.

Espero que algún día la vida me devuelva tanto sufrimiento y dedicación inútil...

Sin más... Umpitas, me despido. Porque mañana tengo guardia y tengo que empezar a preparar toda la parafernalia. 


No he podido sacar muchas fotos porque se me ha terminado la batería de la cámara... Así que concluyo la carta con esta imagen tan representativa del día a día en el Ritz... 
Vosotros dos en plena lucha a vida o muerte una revista hecha migajas sobre el sofá (obra de Charlie... evidentemetne)  
 


Dulces caricias...