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martes, 24 de marzo de 2009

“Voces de Vidas”. Poesía y memoria: Conti, Urondo, Lamonega, Dorronzoro, Aiub, Santoro, Bustos, Favero, Gelman, Mux, Pallaoro, Eustratenko, Aprea.



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“Voces de Vidas”. Poesía y memoria.


Poemas y textos de:

Haroldo Conti
Francisco Urondo
Imar Lamonega
Dardo Dorronzoro
Carlos Aiub
Roberto Santoro
Miguel Ángel Bustos
Daniel O. Favero
Juan Gelman
Néstor Mux
José María Pallaoro
Griselda Eustratenko
Inés Aprea


En las voces de:


Ana María Haramboure, Graciela Sandoval, Carolina Donnatuoni, Omar Musa, Liliana Perdomo, Oscar Vernales y Carlos Aprea
Intervención Musical: Nina Rapp

Lunes 23 de marzo - 22hs.
Centro Cultural El Núcleo (6 Nº 420 e/40 y 41) - La Plata

“Voces de Vidas”. Poesía y memoria. 2


-
GIECO: TEMA SOBRE LAS FLORES 2ª PARTE

NUEVE ------------------------------------- Lee (OSCAR Vernales)

te cuento de las flores aquellas que decidimos un día cuidar juntos
de cómo intentamos hacerlo
de cómo hay que regarlas día a día para que no mueran
de cómo el yuyal avanza si nosotros nos quedamos
si bajamos los brazos
de cómo las hormigas pueden matarlas
de cómo sus tallos son aún débiles
de cómo su verde aún no alcanza
de cuánto falta para que florezcan
y cuánto falta aún sembrar
te cuento de las flores aquellas que decidimos un día cuidar juntos
y tengo miedo de no verlas.-
---------------------------------------------------------------- Texto (CARLOS AIUB, detenido desaparecido)
-
EL OCASO DE LOS DIOSES ------------------------------ Lee (GRACIELA Sandoval)


No hay nadie en la calle, en los ruidos húmedos, en el
vuelo de las hojas y mis pasos quieren reiniciar
las maderas de la adolescencia.

Pero todo está abandonado, no hay nada que pueda
favorecernos; ningún aire de inconsciencia, ningún
reino de libertad. Sólo hábitos tolerantes haciendo
crujir nuestra memoria. "Ha estado bien", decimos.

Dueños del incendio, de la bondad del crepúsculo,
de nuestro hacer, de nuestra música, del único
amor incoherente; soberanos de esa calle donde los
tactos y la impresión hicieron su universo.

Las sombras acarician aún sus veredas, tu mismo
nombre y tu gesto son una forma nocturna que en
esa constelación crece y sabe enrostrar nuestra
culpa.

Y todo termina con una esperanza, con una dilación
–"ha estado bien"–, o en un bostezo, o en otro
lugar donde es menester el coraje.

------------------------------------------------------- Texto (FRANCISCO “PACO” URONDO)
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UNO MÁS UNO HUMANIDAD ---------------------- Lee (LILIANA Perdomo)

II

mañana un general con viruela boba habrá de acuartelar a mil conscriptos
porque una mosca le ensució un tintero de la guerra del paraguay
y su esposa tendrá un hijo con un coronel
un forzudo canta un jingle
y en el décimo piso del ministerio dos empleados juegan a la generala
mientras una mujer les muestra la bombacha a dos cadetes

parece que van a tapizar el sillón de la presidencia
y está en estudio clausurar la poesía

¿qué hace el tanque ése parado en la puerta de mi casa?


III

el hijo del poeta surrealista
remontó clandestinamente un barrilete
viendo a un albañil leer a Kant en el tranvía

y cuando vi que el padre del ministro se transformaba en iguana
recuerdo que se organizó un campeonato de ajedrez en una villa miseria

así empezaron las cosas
fue cuando las gallinas todavía empollaban huevos

ahora
a los almaceneros se les ocurrió estudiar taquigrafía y bailes clásicos

no creo que aguantemos mucho tiempo.
------------------------------------- Texto (ROBERTO J. SANTORO, desaparecido el 1° de junio de 1977)
-
MÚSICA: TEMA DE LA RESACA

CADA DÍA QUE PASA ----------------- Lee (CARLOS Aprea)

Sin excepción, casi por naturaleza o desatino,
todos los días, a la mañana, temprano,
ando por este camino. Llego tarde al trabajo y con
alegría, cuando
es necesario llegar más temprano
y con indignación o repugnancia o sed
de venganza o rabia. Todo esto
no me martiriza ni me apena, aunque parezca
lo contrario y tenga olor a traición; sé muy bien,
con toda impaciencia, que el ocio
llegará algún día con la revolución. Y que ni una cosa
ni la otra vienen de la tristeza o de la impotencia.

Voy cansado, es cierto, harto como todo el mundo que se precie,
o con desaliento; pero nunca falta
alguna cosa, un olor,
una risa que me devuelva,
para valer la pena; recién entonces empiezo a convencerme;
calles sucias y bocinas y el tráfico
alucinado y dormido todavía; viejos conocidos,
como el destino
o la bruma de la ciudad. Y
el mal semblante; la desconfianza
en los ojos, en los grandes ojos de la gente
hechos para volar. Manos enrarecidas
que rodean
la calle sitiando su respiración. Dominados
del mundo; empleadas
tersas y vulgares bajando
de coches lujosos de los dueños
de otras empleadas, y así sucesivamente.
------------------------------------------------ Texto (FRANCISCO “PACO” URONDO)

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MÚSICA: CANCIÓN DEL ÁRBOL DEL OLVIDO

LA PURA VERDAD -------------------------------- Lee(ANA María Haramboure)

Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.
Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:
siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.
Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor
y miedo y apremio.
Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.
Me avergüenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,
un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.
Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe.
Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi
memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.
El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos
me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.
No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.
La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.
Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:
sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.
Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.
Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.
Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida
Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.
Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme
Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.
--------------------------------------------------- Texto (FRANCISCO “PACO” URONDO)

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MÚSICA: TEMA M. E. WALSH

ARGENTINAZO ---------------------------- Lee (LILIANA Perdomo)

He vuelto.
Ni la luna naranja ni el velamen chinesco
me importan,
ni les pido a los focos del muelle
que hagan niños de niebla,
rondas que me conduzcan, jugando al Gallo Ciego,
a la infancia perdida.

Puerto, dame ruidos de güinches y anclas,
cataratas de trigo,
el rechinar de un tren que huela a estiércol,
el cencerro de la vaca judas
deshaciendo muuues de uno en fondo
por los bretes que dan al matadero.

Dame un fulgor de ocaso
(pon, si gustas, alguna nube lila,
el parpadeo de la Cruz del Sur),
que vaya dorando:
letrinas de cartón, techos de pajabrava,
arrabales de cinc, chimeneas sajonas,
palo mayor de un barco…

Y fuime con mi cóndor riesgo adentro,
buscando el epicanto del sismo del coraje,
el volcán del fervor.
Todos eran muchachos. Tenían en los ojos
un severo destello y llevaban la edad
barbada y miliciana.
Escapados del cerco de la droga y lo morbo,
fueron formando oleaje,
un trueno hecho de venas dilatadas en grito
rodando largamente por la urbe y el mapa,
una carga suicida de amor loco y furioso
por sentir que los beses
emancipada, Patria,
contra la turbia horca de la traición
cerrándose
para quebrar sus himnos.

-------------------------------------------- Texto (IMAR LAMONEGA, detenido desaparecido)
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MÚSICA: FINAL TEMA M. E. WALSH

NO OLVIDAMOS NADA --------------------------- Lee (CARLOS Aprea)

No olvidamos el llanto
ni el vacío de los muertos en la tierra.
América circula con todo sufrimiento.
Pero canta.
No con voz de fuerza.
Canta el día de luz que llega
por el río de trigo,
al ardor de sus hombres
erguidos y en marcha.
No olvidamos nada.
Pero el canto es la fiebre más alta.
Huye de nuestras frentes,
señala nuestra sangre.
Alto. Altísimo.
Como nuestro amor.
------------------------------------- Texto (MIGUEL ÁNGEL BUSTOS, detenido desaparecido)
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SONIDO DE LA VOZ HUMANA ----------------------- Lee (OSCAR Vernales)

Llueve húmeda será la luna cortada
a ras del cielo sangriento que me cae.
Por cada vez siempre
me pongo y salgo
con mi corazón de sol sobre el horizonte.
Daré a todos
la puesta de corazón aquella
de las seis de la mañana del día más puro..
Hago la noche hago de cuenta que hablo visible invisible.
No seré de los de un hierro y un alma solos.
Luz no olvido lo que imagina mi sangre en tus venas mi boca
que no es mía.
Soy mil por mil a cuatro costados
un cuerpo mundo de mil lenguas.
No olvido créeme no olvido
acabo de nacer no olvido para siempre.
---------------------------------------------- Texto (MIGUEL ÁNGEL BUSTOS, detenido desaparecido)
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VERBO IRREGULAR -------------------- Lee (GRACIELA Sandoval)


yo amo
tu escribes
él sueña
nosotros vivimos
vosotros cantáis
ellos matan
--------------------------- Texto (ROBERTO J. SANTORO desaparecido el 1° de junio de 1977)
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MAREA DE ELEGÍA ---------------------------- Lee (CARLOS Aprea)

El aire de la marcha es nuevo para todos.
Tengo aún la palabra; la ejerceré más alto.

Llegué con los escombros de un cielo sobre el rostro
y escucho crepitar hogueras de fervor,
fuegos poniendo en fuga bestias que me asolaban.

Nada impide que vea pasar incandescencias,
que sienta una península como siento a mi padre,
que vaya a mirar rostros que quiere la ternura
o el azogue de nada que me revela vida.

La marea está alta, acumula en Los Andes
Nilos como el de Cuba con limo para todos.

El corazón es patria soñada, prometida,
del vuelo vagabundo de la sangre del hombre.

Todo obliga a explorar hasta el adiós final.
------------------------------------------ Texto (IMAR LAMONEGA, detenido desaparecido)-
-
FOTO: Oscar Vernales y Carlos Aprea.
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“Voces de Vidas”. Poesía y memoria. 3


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MÚSICA: PALOMITA BLANCA 1ª PARTE

-------------------------------------------------------- Lee (CAROLINA Donnatuoni)
MARÍA VIENE CON ESTELLAS EN EL PELO,
ella recién nacida de raza milenaria,
como si la empujaran los fantasmas furiosos,
aquellos mismos vientos, la llanura salvaje.

Pero lleva puestos su tapado y sus zapatos
vulgarmente modernos, para mentir que es buena,
perfecta occidental. Habla un buen español
para que no descubran su lengua vengadora.

María, que admitió mi mano blanca, sabe
que llevo, yo también una mascara: nombre
y apellido y corbata y algunos papeluchos
de acuerdo con las leyes, por hoy y mientras tanto,

seguiremos soñando poder amanecer
un día despeinados, desnudos y aborígenes,
salir y caminar por Nuestras avenidas
y saludar a gritos al resto de la tribu.
-------------------------------------------------- Texto (DANIEL O. FAVERO, detenido desaparecido)
-
MÚSICA: PALOMITA BLANCA 2ª PARTE

LLUVIA EN LA VILLA ------------------------- Lee (ANA María Haramboure)

afuera
el agua cae
de arriba para abajo
adentro
el agua sube
de abajo para arriba
-------------------------- Texto (ROBERTO J. SANTORO, detenido desaparecido)

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CÁRCEL DEL PUEBLO ------------------------------- Lee (CARLOS Aprea)


ciudadano de la clase 39
factor rh negativo
comunica a la división de investigaciones
policiales antidemocráticas
haber descubierto una cárcel del pueblo
está ubicada cerca de mi casa
es la villa miseria
a la que da su espalda
la manufacturera algodonera argentina
sociedad anónima.
---------------------------------- Texto (ROBERTO J. SANTORO, detenido desaparecido)

-
MÚSICA: HOY VENGO A ENTREGAR MI CORAZÓN

¿QUÉ ALTURA PISÉ AHÍ? --------------------------- Lee (OMAR Musa)

Me pareció petiza mi ciudad.
Mi Paraná emotivo corría embarrancado
a lo largo del centro
y al final fluyó en su delta de barriadas de cine.

Delante de mis pasos iba el galgo del ansia
y un rastro de mujer me conducía
a una dicha olvidada.

De pronto, boquiabierto, me encontró
ante el presidio.
¿Qué altura pisé ahí,
tirado en la humedad, bajo la manta
que olía a otras angustias?.

Seguro que no fue cuando llenaron
la cárcel de escolares
y sacáronme adrede, para apagar las risas
y chocar con la triste mirada de mi pibe,
quien me colgó la mustia guirnalda del abrazo
y alejose, humillado.

¿Fue acaso en el banquito,
con mi Rosa de un lado y un milico del otro
cuando ví que salía entera de su cara
la lumbre del amor
y por fin divisé
tierra de eternidad?
--------------------------------------------- Texto (IMAR LAMONEGA, detenido desaparecido)
-
MÚSICA: FINAL HOY VENGO A ENTREGAR MI CORAZÓN

EL ÁRBOL -------------------------------------- Lee (GRACIELA Sandoval)

De la violenta madrugada
un hombre entra a su casa y el olor de sus hijos
le golpea la cara, los olvidos, la furia,
ahora cierra la puerta con doble llave
y se saca la gente, la ropa con cuidado,
apaga los gritos de la camisa
o los ojos del camarada que brillan en la cárcel
y oye cómo se mueve la ternura en la pieza,
bajo sus ramas dormirá todavía una noche,
bajo sus ramas yacerá cuando caiga.
------------------------------------------------- Texto (JUAN GELMAN)

-
DOCE ---------------------------------------------- Lee (OSCAR Vernales)

la tristeza es una figura de humo
muy cierta por cierto
la tristeza es una niña vestida de otoño
un encuentro común aunque no la busco
la tristeza es un pedazo de cielo tras la ventana pequeña de una celda
es morir y no ver el triunfo.-
-------------------------------------------------- Texto(CARLOS AIUB, detenido desaparecido)
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MÚSICA: TONADA DEL VIEJO AMOR

EL HOMBRE LIBRE ----------------------------------------- Lee (LILIANA Perdomo)

Estaban los dos hombres en un calabozo.
- ¿Por qué estás preso? - preguntó uno.
- Porque soy libre - contestó el otro.
- ¿Y qué es la libertad?
- La libertad no existe, como no existe el hombre. Sólo existe el hombre hambriento y el hombre libre.
- ¿Y qué es ser un hombre libre?
- No decir y no hacer lo que los hombres libres quieren que uno diga y haga.
- ¿Y si te obligan?
El hombre libre se rió.
- Precisamente – dijo-, ahí está la fuerza del hombre libre. Nadie puede obligarlo a decir ni hacer lo que no quiere.
- Sin embargo – dijo el otro-, ahora, por ejemplo, te obligan a no estar con la mujer que amas.
- ¿Y quién te dijo – contestó el hombre libre- que no estoy con ella?
------------------------------------------------------------ Texto (DARDO DORRONZORO, detenido desaparecido)
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MÚSICA: FINAL TONADA DEL VIEJO AMOR

LA VERDAD ES LA ÚNICA REALIDAD ------------------ Lee (OSCAR Vernales)

Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o de la producción.
Los sueños, sueños son; recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el ángelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no suponen necesariamente el presente, pero
pertenecen a la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso cubriendo la Patagonia
porque las
masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad como
la esperanza recatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse, a rescatar
lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.
------------------------------------------------- Texto (FRANCISCO URONDO, Junio de 1976)
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NOTA XII ------------------------------------- Lee (ANA María Haramboure)

Los sueños rotos por la realidad
Los compañeros rotos por la realidad/
Los sueños de los compañeros rotos
¿Están verdaderamente rotos / perdidos / nada
se pudren bajo tierra? / ¿su rota luz
diseminada a pedacitos bajo tierra? / ¿alguna vez
los pedacitos se van a juntar?
¿va a haber la fiesta de los pedacitos que se reúnen?
Y los pedacitos de los compañeros / ¿alguna vez se juntarán?
¿caminan bajo tierra para juntarse un día como dice manuel? / ¿se
juntarán un día?
De esos amados pedacitos está hecha nuestra concreta soledad /
Per / dimos la suavidad de paco / la tristeza de haroldo / la lucidea de
/ rodolfo / el coraje de tantos
ahora son pedacitos desparramados bajo todo el país
hojitas caídas del fervor / la esperanza / la fe /
pedacitos que fueron alegría / combate / confianza
en sueños / sueños / sueños / sueños
y los pedacitos rotos del sueño / ¿se juntarán alguna vez?
¿se juntarán algún día / pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?
--------------------------------------------------- Texto (JUAN GELMAN)

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MÚSICA: ANA CANCIÓN INFANTIL

-------------------------------------------------------------- Lee (OSCAR Vernales)
YO NO QUISE SALVARME SINO DEL EGOÍSMO;
Quise hacer con mis venas una comunidad
De vida y esperanzas; quise amarte; luche
Para enterrar el odio y odié como un soldado

De la paz que no nace con su libertad única.
Comprobé los engaños fatales donde están
Sometidos millones de hermanos, milenarias
Tristezas donde duermen los dientes dominantes.

Comprobé la dulzura cuando fuiste mujer
De mis combates, cuando vi más allá
Mirándote, menuda, compañera infinita
Y descubrí la madre del hombre nuevo andando.

Yo no quise salvarme sino de la traición,
De la cobarde fuga, de la filosofía
De los desentendidos, cómplices del sepulcro;
Entonces, sus gatillos, sin querer, me salvaron.
--------------------------------------------- Texto (DANIEL O. FAVERO, desaparecido el 24 de junio de 1977)-
-
FOTO: Omar Musa.
-

viernes, 22 de agosto de 2008

02 AROMITO agosto de 2008

Allá a lo lejos, puedes escuchar,
a un amor de primavera,
que anda dando vueltas...
que anda dando vueltas....
____________________________________________________________________
número 02, agosto de 2008

EpA!

La poesía es siempre... Ahora, con vida y siempre...
Acerca de
Versos aparecidos de Carlos Aiub

Por Alberto Szpunberg *

1
No sé por qué, aunque lo intuyo, la poesía es rebelión. Aún la poesía más estructurada y “canónica”, aunque más no sea como una demostración por el absurdo, huele a rebelión. Sí, señores, ningún poder se siente tranquilo con la poesía, simplemente porque toda poesía, como mínimo, es alteración del orden. Del orden del discurso, del orden domesticado de las palabras, del orden del sentido común, que siempre es la ideología dominante y nunca es ninguno de los cinco sentidos, que son muchos más que cinco, siempre infinitamente más. ¿Qué dirigente de turno, de izquierda o de derecha –sí, también de izquierda– puede confiar en la seriedad de alguien que, en el peor de los casos, contando torpemente las sílabas con los dedos, habla, por ejemplo, en endecasílabos? ¿Qué comandante de izquierda o de derecha –sí, compañeros, también de izquierda– puede fiarse de alguien, un tal Carlos Aiub por ejemplo, que, en un cuaderno anillado, tiene la osadía de escribir: “la nada o un silencio total / algo que te reclama sin saber de dónde”? ¿Cómo sentirse tranquilo con alguien que, en plena represión, en plena caza del hombre, en pleno degolladero, en pleno desgarramiento de la carne y el cielo, en pleno aullido, escribe: “enjambre de estrellas colgadas como pueden”, para colmo, vaya insensatez, en un cuaderno anillado marca “Éxito”? Si lo hubieran intuido los militares, habrían sabido que, aunque triunfasen, su destino era le derrota... Pero los militares no intuyen; matan. Y esa es la ventaja de la poesía, que siempre vive y da de vivir. Nada que ver con el/lo uniforme...

2
No sé por qué, aunque lo intuyo, la poesía es luz, fuego que ilumina y entibia, dador de cobijo y alimento para los nómades, como lo son los poetas, que conjugan con un mismo verbo el ser y el estar. Como brasas, las palabras se arriman unas a otras, juegan a que son sustantivos, adjetivos, hasta onomatopeyas, y se amontonan, se amontoneran, se arriman, riman, y es un querer decir o un simple suspiro el que hace saltar la chispa y después, ya lo sabemos, es todo como si ardiese, rescoldos rojizos bajo el entrecano de las cenizas, lenguas de fuego agazapadas, dispuestas a bailotear, a la espera de nuevas palabras, sustantivos, adjetivos, hasta onomatopeyas, incluso esas que son puro silencio, hasta lograr decir lo que dicen, lo que siempre ardientes logran. Claro, ahora se entiende: ¿Qué mejor escondite –“berretín”, se decía entonces, compañeros– que un cuaderno anillado marca “Éxito” para ocultar tanto incendio? Ni el más experto coronel contrainsurgente hubiese sospechado jamás que el Plan Cóndor sería incapaz de desbaratar tanto ingenio. Si lo del Conde Lucanor fuese cierto, cosa que nadie duda, Carlos Aiub sería el pastorcito: “El rey está desnudo” o, mejor dicho: “Fue por vez primera esa mañana / en que alborozado vi caer un manojo de hojas / y comprobé en la calle / y presentí en el aire / y descifré en el apretujado canto de las aves / un reclamo de otoño esa mañana / o fue un reclamo simplemente / mezclándose la naturaleza de las cosas con mis ganas”.

3
No sé por qué, aunque lo intuyo, la poesía es siempre aparición, en el sentido de que la verdad es siempre descubrimiento. Como la de los pañuelos blancos: aparición con vida. Leo: “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. Alguien, por primera vez en mi vida, que es toda la vida que poseo y me posee, alguien dice: “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. Muchas veces, yo, yo y muchos más que yo –acaso nosotros– dijeron: “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. Carlos Aiub, que fue quien lo dijo y aún lo dice, me/nos enseña a hablar, a desnudar/desanudar las palabras. Como si dijese que empecemos de nuevo eso de que “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. ¿Carlos Aiub? El 10 de junio de 1977, Carlos Aiub fue desaparecido por un grupo de tareas de la dictadura, o sea, tan borrado de la existencia como de la inexistencia. Sin embargo, ¿cómo es que Carlos Aiub dice lo que dice? Acaso no fue él, sino otro Carlos Aiub, porque es propio de poetas ser otros, otros que dicen, por ejemplo: “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. Río subterráneo, la poesía aflora a borbotones, de entre las grietas de la sequía, de entre las ruinas de la derrota, de entre los resquicios en que se resquebraja toda losa, todo cemento, todo poder, todo discurso. No, no creo que fue Carlos Aiub quien dijo “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. Sí, fue él pero él que era otro, somos nosotros que somos ineludiblemente otros, fue el interlocutor de ese diálogo que es hasta el más solitario de los monólogos, fue el intérprete de una multitud de otros, o como se diga: de una época, de un tiempo, de una generación, de una “tristeza” que es la de siempre, de “una niña vestida de otoño” que también se llama Bea, de un “encuentro común aunque no la busco”... ¿Cómo se concilia un “encuentro”, para colmo “común”, con “que no la busco”? El genocida, que no tembló al perpetrar el crimen, ahora tiembla: el 10 de junio de 1977, Carlos Aiub desapareció para reaparecer: “la tristeza es una figura de humo / muy cierta por cierto / la tristeza es una niña vestida de otoño / un encuentro común aunque no la busco...”. Nada permanece impune: tampoco la frustrada desaparición de Carlos Aiub. ¿Un poeta? ¿Un subversivo? ¿Un militante? ¿Un cualquiera de nosotros, nosotros otros, otros Carlos Aiub?

4
No sé por qué, aunque lo intuyo, la poesía es siempre “cada una de las formas aún difíciles de la libertad y la ternura”. Lo dice Carlos Aiub. Lo escribe. Y a mí me gusta leer lo que dice en la reproducción facsimilar de las páginas manuscritas de su cuaderno anillado marca “Éxito”. Quizá porque la letra de molde tiene pretensiones de eternidad. La otra letra, la bien llamada de puño y letra, en cambio, registra el temblor de una mano que dibuja, sobre las hojas en blanco de un cuaderno anillado marca “Éxito”, lo que los labios aún murmuran, a medias entre la música y el lenguaje o, más propiamente, como el eco de una voz que apenas se desprende del silencio, pero que ya no puede callar ni ser acallada. La letra manuscrita de Carlos Aiub brota del renglón como los hilos de pasto brotan de la tierra, ligeramente inclinados hacia la izquierda, como si un aire fresco y promisorio los empujara desde los Andes hacia el mar, sin llegar a enmarañarlos nunca. ¿Crece así ahora el pasto de la línea de sus huesos? ¿Algún pasto en algún lugar donde sus algunos huesos, como su poesía, alimentan la tierra y le dan a la vida de brotar? Como puñaditos de tierra arrojados sobre la página del cuaderno anillado marca “Éxito”, hay dos palabras tachadas. Luego el texto sigue: “el asombro”. En ese momento, algo le dijo a Carlos Aiub que ante el asombro, otras palabras sobraban. Y el poema termina: “para alcanzar el encuentro y el asombro / para no perderlos nunca”. De eso se trata.

5
No sé por qué, aunque lo intuyo, la poesía es siempre la palabra en su estado de mayor apertura: parafraseando al mandamiento, el poeta habla al prójimo como a sí mismo. Los poemas de Carlos Aiub no hablan, sino que nos hablan, y leerlos es escuchar a alguien que nos habla. Por ejemplo:
­
– ¿Más allá del tiempo?
– “Digo de antes de cuando recién me asomé apenas llegado de ahora”...

_ ¿Más allá del miedo?
– “Te cuento de las flores aquellas que decidimos un día cuidar juntos / y tengo miedo de no verlas”...
­
– ¿Y la muerte?
– “Cuando llegue la muerte y te tome desear estar en otra cosa / que te tome y no temer / como forma de escaparte lejos por un rato”...

– ¿Y la vida?
– “Y te aferrás a la vida con todo /porque querés vivir simplemente para ver cuando al final la vida viva”...

– ¿Y el dolor, Carlos, y el dolor?
– “El nuevo dolor lo pensás más tarde”...

– ¿Y la poesía?
– “Sentarse a escribir y pensar en algo / en muchos algos a la vez”...

– ¿Y el futuro, Carlos?
– “Una noche de verano cualquiera / lenta con los ruidos que vienen de la calle fresca”...

6
No sé por qué, aunque lo intuyo, la poesía es siempre. Como los Versos aparecidos de Carlos Aiub. ¿Carlos Aiub? Sí, ahora y siempre. ee

El Masnou, 25 de septiembre de 2007.


* Alberto Szpunberg es licenciado en letras, nació en 1940 en Buenos Aires. En 1973 se desempeñó como director de la carrera de Lenguas y Literaturas Clásicas y profesor de Literatura Argentina y Medios de comunicación y literatura en la Universidad de Buenos Aires. Fue redactor del diario La Opinión de Buenos Aires y dirigió su suplemento cultural de 1975 a 1976, cuando se exilió en Barcelona. Desde 2001 es profesor de Literatura y Política en la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo.

A 36 años de la Masacre de Trelew un poema de Carlos Aiub, poeta detenido-desaparecido



Carlos Aiub: De puño y letra
(http://www.versosaparecidos.com.ar/) incluído en "Versos aparecidos", Libros de la talita dorada, 2007.


TRELEW Y UNO


16 rosas rojas
nacidas de madrugada
regresarán cada noche
de la tierra liberada
(pintada callejera)



retomo la vida de ustedes inconclusa
retomo la poesía aquella también inconclusa
retomo mi propio camino entonces
(hace tres años Trelew 22 de agosto)
y busco
mientras voy desempacando las viejas letras casi abandonadas
intentando nuevamente redondear
esta pequeña ofrenda
este canto inútil
este trágico recuerdo
este renovado lamento
y así reconstruir aquel poema
consciente de que ni las viejas letras
ni las nuevas sirven para mucho llegado el caso
como tampoco sirven para mucho las buenas intenciones y los mejores deseos
que si acaso alcanzaran para reemplazar a alguien carajo
aunque este intento no pretenda eso
aunque sólo se trate de regresar la memoria hasta aquella vida inconclusa de ustedes y seguirla hasta aquí y hasta mas allá reflexivamente
hasta el propio instante en que intentamos cuestionar nuestra ajetreada conciencia diaria
aunque sólo se trate de contabilizar si querés
Trelew bandera y grito de guerra de cuántos Trelew más
aunque sólo se trate de volcar
medio complicadamente
la bronca que viene amontonándose de lejos en tiempo y esperanzas
y que te enciende los puños y también la mirada
aunque sólo se trate de escribir buscando escupir toda esa bronca amontonada todo el odio toda esa necesidad que te invade por momentos de acabar con medio mundo y un poco más si querés de mandar todo a la mierda
aunque sólo se trate de escribir pensando (no como la forma más comprometida de pensar) en una fecha
en un lugar en 16 compañeros y
cómo y dónde te agarró todo eso
y cómo lo trasladas a otras fechas a otros lugares y a otros 16
por cuántos más compañeros y qué tiene que ver todo eso con la vida con el compromiso con la necesidad de escribir entre otras cosas que sabés mas necesarias
y entonces te surge la reflexión mezcla de ironía y sonrisa cansada y las palabras que ya son lugares comunes
morir para que la vida viva
morir buscando recorrerle su cono de sombra a la vida
morir rastreando la luz entre tanta mierda junta
morir para que el hombre viva
morir apostándole a las tan vapuleadas esperanzas y alegrías
morir a manos de los señores defensores oficiales del amor que empuñan su civilización y democracia calibre 9
morir a manos de la propia historia que vos ayudas a hacer y que escriben otros... todavía
morir... vivir... morir... vivir
tal vez se trate de pura necesidad dialéctica
que se yo
retomo la vida de ustedes inconclusa
retomo la poesía aquella también inconclusa
retomo mi propio camino entonces
(hace tres años trelew 22 de agosto) y busco
mientras la memoria sentenciada que transcurre
recompone aquella mañana fría de otra Patagonia trágica unos 50 años después
junto a la soledad fría de aquella cárcel regimentosa
junto a la trampa fría muy mal disimulada
16 vidas fusiladas
lo único caliente
16 rosas que custodian el camino de esperanzas y alegrías
16 puños que se alzan por haberse acercado a la victoria
y mas allá de toda esta metáfora repensada mil veces complicada contradictoria lo real lo cierto
una fe cada vez mayor en el triunfo
por ustedes cumpas
por ustedes.-


agosto/75