TRADUCCIÓN DE POESÍA RUSA
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19.3.14

UNA CARTA A ARSENI TARKOVSKY


 Carta de María Vishñakova a su ex marido, Arseni Tarkovski


«¡Querido Asiñka!
¿Cómo hago para saber cómo estás de salud? Si me necesitás, pedile a Nina Guerásimovna que mande un telegrama. Te llevaré lo necesario. No temas dirigirte a mí como si fuera una madre (pero no la tuya), no exijo nada, ya nada espero. No necesito nada tuyo. Eso lo sabés… No sufras por tus asuntos personales, Asik, todo eso pasará, lo olvidarás, nada permanece. Comprendo todo perfectamente, conmigo, Asik, pasó lo mismo, y terminó bien. Me volví más sabia, silenciosa y tranquila. No necesito nada, ya nada me asombra ni preocupa. Estoy tan, tan tranquila. No te aflijas, querido, todo estará bien. Nos mudaremos, vivirás bien y en paz. Te llevarás algunos muebles, tengo un sofá que me sobra. Mejorate, criatura mía, me tiemblan las manos por este telegrama. Me preocupo tanto, estás solo allá, quién te cura. ¿Qué necesitás? Mandame un telegrama contándome todo (lo bueno y lo malo), si no recibo noticias tuyas, me siento mal, estoy inquieta… ¿Necesitás dinero? Te beso con fuerza, los niños no saben que te escribo. Te quieren mucho... No vendas nada, escribime, dinero siempre saco de algún lado. Te beso una vez más ».

                                                                                                                                                   (1938/39)


18.12.13

ARSENI TARKOVSKY




























Me harté de palabras, palabras, palabras,
nada puedo pretender del habla racional
cuando por las noches, sobre el tejado,
el follaje golpea como una viuda harapienta.
Oigo mal, el nocturno idioma de la viudez es incomprensible.
Entre nosotros hay parentesco.
Entre nosotros no hay parentesco.
Y si repito a los árboles desquiciados
que mis mangas en el rocío están hasta los codos,
nada pueden responderme excepto un gemido.





24.5.10

Respuesta al poema que le escribió Arseni Tarkovsky en 1940

.


























"PUSE LA MESA PARA SEIS"
Marina Tsvetáieva


Repito el primer verso
y corrijo la palabra:
"Puse la mesa para seis..."
y del séptimo te olvidaste.

Tristes están los seis,
llueve sobre sus rostros.
¿Como pudiste, en esa mesa
del séptimo - de la séptima olvidarte?

Tus invitados están tristes,
y las vasijas de cristal sin vida.
Tristes ellos, triste vos,
y más la que no fue llamada.

Sin alegría, sin brillo,
Ah! No comen y no beben.
- Cómo pudiste el número olvidar
- Cómo pudiste equivocarte en la cuenta

Cómo te atreviste a no entender
que seis - los dos hermanos y el tercero vos,
con la mujer y con los padres -,
son siete - si yo existo!

Pusiste la mesa para seis,
pero a seis no se reduce el mundo.
Espantar a los vivos es inútil,
quiero ser fantasma con los tuyos.

(Con los míos...)
Miedosa como el ladrón,
sin rozar alma alguna.
Frente a los cubiertos que no fueron puestos
me siento, la séptima, la olvidada.

Volqué el vaso
y todo lo que ansiaba derramarse:
sal de los ojos, sangre de las heridas,
cayendo del mantel al suelo.

Féretro – no hay!
Las separaciones - ya no existen!
La mesa se exorcizó y la casa está despierta.
Como la muerte para un banquete de bodas,
soy la vida que llega para la cena.

Nadie: ni hermano, ni hijo, ni marido,
ni siquiera amigo pero te reprocho,
pusiste la mesa para seis almas,
sin sentarme en el borde.


6 de marzo de 1941