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Sus ojos se agrandan cuando alguien le plantea una pregunta o un problema relacionado con esta ciencia que para él, a parte de vivir de ella, forma parte de su vida.
Actualmente su principal ocupación es difundir las matemáticas, divulgar su parte más divertida y lúdica. Su entusiasmo es igual cuando come su bocadillo recién hecho y cuando nos explica cualquier tema de matemáticas.
¿Dónde acaba el juego y donde empieza la matemática seria? Antón hace referencia a esta frase de Miguel de Guzmán. “Afortunadamente no hay fronteras, ni el juego es una frivolidad sin contenido matemático, ni llenar 10 pizarras de fórmulas quiere decir que estamos haciendo una matemática seria”. Y añade “Las fronteras están en la cabeza y en el corazón de cada uno”.
Como docente apunta que la recreación matemática no ha de ser un fin sino un camino potente hacia el aprendizaje. Cita la introducción del libro “Carnaval Matemático (1975)” de Martin Gardner:
“El mejor método para mantener despierto a un estudiante es seguramente proponerle un juego matemático intrigante, un pasatiempo, un truco mágico, una chanza, una paradoja, un modelo, un trabalenguas o cualquiera de esas mil cosas que los profesores aburridos suelen rehuir porque piensan que son frivolidades”. Está claro.
Entre charla y café es hora de saber de qué color es el oso. Antón sonríe y añade que hoy hace un frío polar.
Actualmente su principal ocupación es difundir las matemáticas, divulgar su parte más divertida y lúdica. Su entusiasmo es igual cuando come su bocadillo recién hecho y cuando nos explica cualquier tema de matemáticas.
¿Dónde acaba el juego y donde empieza la matemática seria? Antón hace referencia a esta frase de Miguel de Guzmán. “Afortunadamente no hay fronteras, ni el juego es una frivolidad sin contenido matemático, ni llenar 10 pizarras de fórmulas quiere decir que estamos haciendo una matemática seria”. Y añade “Las fronteras están en la cabeza y en el corazón de cada uno”.
Como docente apunta que la recreación matemática no ha de ser un fin sino un camino potente hacia el aprendizaje. Cita la introducción del libro “Carnaval Matemático (1975)” de Martin Gardner:
“El mejor método para mantener despierto a un estudiante es seguramente proponerle un juego matemático intrigante, un pasatiempo, un truco mágico, una chanza, una paradoja, un modelo, un trabalenguas o cualquiera de esas mil cosas que los profesores aburridos suelen rehuir porque piensan que son frivolidades”. Está claro.
Entre charla y café es hora de saber de qué color es el oso. Antón sonríe y añade que hoy hace un frío polar.