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domingo, 18 de febrero de 2018

Siguen los picogordos

No hay duda que éste está siendo el año de los Picogordos. Esta especie, el fringílido de mayor tamaño que aparece en la Península ibérica, no es muy abundante en la cornisa cantábrica, ni como reproductor ni como invernante, pero con cierta frecuencia se producen irrupciones en las que números elevados de estas aves aparecen de repente tras abandonar sus lugares de invernada habituales en el norte de Europa, normalmente debido a la escasez de alimento.


Desde finales de octubre del año pasado, se lleva produciendo un goteo continuo de observaciones en toda la Península ibérica y en Asturias, ya se han citado a estas alturas de año más de 1000 ejemplares en casi 200 localidades distintas.

martes, 23 de enero de 2018

Enero en Villafáfila: avutardas, gansos y poca agua

Ya hacía varios años que no iba a Villafáfila en invierno, a pesar de que está a tan solo un par de horas de mi casa y la visita nunca suele defraudar. El pasado fin de semana coincidió que tenía otra visita planeada muy cerca y solo tenía que desviarme unos kilómetros, así que no tenía excusa y aproveché para pasar el día por allí. 


Este año no ha sido de los mejores, ya que la prolongada sequía que afectó a la mayoría de la península había dejado prácticamente secas todas las manchas de agua y solo las lluvias de hace unas semanas habían servido para reverdecer un poco los campos de cereal y cubrir de agua parte de las grandes lagunas, aunque muchas de ellas permanecían completamente secas.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Viendo pájaros con los amigos: visita a las marismas de Santoña

Puede que ayer no fuera el mejor día para visitar Santoña, porque las previsiones meteorológicas no eran demasiado halagüeñas, con la entrada de un frente frío que traía viento y bastante agua a partir del mediodía. Pero hay algunas tradiciones que me gusta seguir, y ésta es una de ellas, la visita navideña a estas marismas en compañía de mis amigos del ala este: Jesús Menéndez, Jon Hidalgo y Germán Ibarra. Ya lo habíamos organizado hacía unos cuantos días y un poco de viento y lluvia no nos iba a desanimar, aunque la salida en barco por la ría que habíamos reservado parecía que iba a estar un poco movidita.

Somormujo lavanco (Podiceps cristatus)

A primera vista, desde el puerto la ría parecía desierta, solo cuatro cormoranes moñudos que descansaban en el espigón del puerto, un somormujo lavanco, algún zampullín cuellinegro y un bando de barnaclas carinegras que se alimentaba a lo lejos en la pradera de zoostera que se iba descubriendo al bajar la marea. 

A las 12:30 h embarcamos en la lancha con la que Aves Cantábricas organiza salidas por este espacio protegido desde noviembre a marzo y nos dirigimos hacia la desembocadura. Los colimbos que suelen frecuentar esta zona no estaban, seguramente desanimados por el intenso viento que no solo parecía molestarnos a nosotros, así que dimos la vuelta y volvimos hacia el interior de la marisma, donde a refugio del viento sería más fácil encontrarlos.

Dentro de la zona de protección de la reserva, que delimitan unas boyas de gran tamaño muy visibles, una decena de personas practicaban windsurf y kitesurf, con las consiguientes molestias para las aves invernantes, que se tenían que desplazar continuamente desde las zonas de alimentación a zonas menos favorables. Sorprende la falta de vigilancia en este espacio protegido, que permite estas prácticas que están expresamente prohibidas.


Pronto apareció el primer colimbo grande, volando alto, que con sus patas situadas muy retrasadas en el cuerpo asomaban por detrás dándole un aspecto inconfundible. Descendió rápidamente para posarse en el agua, donde un poco más lejos, otro colimbo grande se sumergía continuamente en busca de alimento.

Colimbo grande (Gavia immer)

En la orilla, un grupo de agujas colinegras iba ganando terreno a medida que se retiraba el agua y hundían sus largos picos en el fango en busca de gusanos marinos y otros invertebrados. Desde sus lugares de reproducción en Islandia llegan aquí a pasar el invierno hasta que con la llegada de la primavera, una vez que hayan mudado su plumaje, retornen a las tierras del norte para reproducirse.

Agujas colinegras (Limosa limosa)

Además de las agujas, en la orilla opuesta unos cuantos ánades silbones acompañados de unos pocos ánades rabudos también aprovechaban la bajamar para alimentarse. Un poco más lejos, una espátula adulta movía la cabeza a un lado y a otro atrapando pececillos con su pico.

Espátula común (Platalea leucorodia)

Las marismas de Santoña son un lugar de gran importancia para la migración de las espátulas, pudiendo concentrarse durante los pasos otoñales hasta 500 individuos en algunas ocasiones. Desde hace unos años, unas cuantas decenas de ellas no siguen su viaje migratorio hacia el sur y se quedan aquí a pasar el invierno.

Barnacla carinegra (Branta bernicla)

La marea ya había bajado bastante, y en la arena, un grupo de más de 50 barnaclas carinegras pacía la zoostera mientras otras descansaban tumbadas después de haberse saciado. Preferimos no acercarnos para no molestarlas y que siguieran a lo suyo.

Serreta mediana (Mergus serrator)

Delante de ellas, dos serretas medianas nadaban entre las olas que levantaba el viento. Se trataba de hembra adulta y un juvenil que ya llevan unos cuantos días en la zona. Después de verlas durante unos minutos se acercaba la hora de volver a tierra, así que tomamos rumbo hacia el puerto. Aún nos dio tiempo a ver otro colimbo grande, que más oscuro que los que habíamos visto antes, también aguantaba el fuerte viento aunque no parecía molestarle demasiado.


La lluvia nos había respetado, y aunque habríamos preferido unas condiciones mejores, pudimos observar casi todas las especies que se encuentran estos días por la reserva. Es cierto que este año, al igual que está ocurriendo en Asturies, la invernada no está siendo muy numerosa, pero también es cierto que aun queda mucho invierno y con la bajada de las temperaturas y la entrada de los próximos frentes, no sería extraño que aumentara el número de aves en las próximas semanas.


En el puerto, algunos zampullines cuellinegros de los muchos que pasan el invierno en estas marismas, buceaban continuamente entre las barcas amarradas. La lluvia, que estuvo amenazando durante toda la mañana ya empezaba a caer y no pararía en unas cuantas horas.

Y para acabar la jornada qué mejor que irse a comer juntos y hablar de pájaros, de árboles y de naturaleza. Puede que el tiempo no acompañara demasiado, pero eso era lo de menos.

lunes, 4 de marzo de 2013

El sueño invernal


Durante el inverno todo parece detenerse. Muchos árboles pierden sus hojas y entran en un estado de latencia en el que se ralentiza su metabolismo y cesa la fotosíntesis. A pesar de esto, y a pesar de las bajas temperaturas, la actividad no se detiene y se mantienen gracias a los azúcares almacenados durante la primavera y el verano que a su vez les sirven de anticongelante.


La semana pasada se han producido fuertes nevadas en el norte de la península, y aunque en Asturies apenas han caído unos pocos copos en zonas bajas que no han llegado a cuajar, por encima de los 1200 metros de altitud se han acumulado espesores de más de dos metros de nieve en algunas zonas.


Pero el invierno está dando sus últimos coletazos y probablemente ésta haya sido la última gran nevada de la temporada. El aumento de las horas de luz y la subida de las temperaturas derretirán la nieve en unos pocos días o semanas, dando vida a los ríos y llenando los acuíferos subterráneos.

Aunque viendo estás imágenes puede dar la impresión de que estamos en lo más crudo del invierno, la primavera ya está llamado a la puerta. Las yemas de los árboles de zonas bajas ya se están abriendo y muchas aves ya han iniciado la reproducción. En la alta montaña aun pasarán varias semanas antes de que explote la primavera. A partir de ese momento comenzará una carrera contra el tiempo y tanto los animales como las plantas deberán aprovechar al máximo los meses de buen tiempo para reproducirse y almacenar reservas para el siguiente invierno.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.

martes, 8 de enero de 2013

Una visita al occidente en fin de año

Desde hace siete años, el 31 de diciembre paso la nochevieja en Galicia y de camino hago una parada en la zona de Entrambasaguas, entre el concejo de Tapia y la Ría del Eo, donde en compañía de mi amigo Gilberto hacemos la última salida ornitológica del año.

El occidente de Asturies nunca suele defraudar y es raro que en un área que incluye playas, acantilados, rías y una amplia rasa costera no haya algo interesante que ver. Este año, la climatología no parecía que fuera a dar muchas oportunidades, ya que el fuerte viento del suroeste no le gusta a las aves, que no pueden volar  cómodamente y prefieren refugiarse en zonas protegidas o descansar en el suelo. Pero había que intentarlo.

Pareja de ánsares piquicortos, con el faro de Tapia al fondo

Hacía varias semanas que una pareja de Ansares piquicortos (Anser brachyrhynchus) se dejaban ver por la rasa de Villadún y aunque se resistieron un poco, finalmente los conseguimos encontrar gracias a la ayuda de Gabriel, que los había localizado antes. Se encontraban pastando tranquilamente en el mismo sembrado de ballico donde se vieron las últimas veces.


Otra de las aves estrella que se llevan viendo desde hace tiempo es un Elanio azul (Elanus caeruleus). Esta especie era un visitante raro en el norte de la Península pero desde hace varios años cada vez son más numerosas las citas de esta especie. Y en esta zona del occidente se han visto el pasado año nada menos que cinco ejemplares, uno de los cuales aun se encuentra entre nosotros. Aunque después de casi una hora buscándolo ya no contábamos con verlo, al final lo localizamos posado en una rama baja, refugiándose del intenso viento que no parecía gustarle demasiado. Aunque parecía más desconfiado que otras veces, pudimos hacerle una foto testimonial antes de que se fuera volando.

Para completar la mañana nos dirigimos a la ría del Eo y como no teníamos demasiado tiempo y la marea estaba muy baja, fuimos directamente al puerto de Castropol, donde no es difícil ver colimbos, zampullines y otras especies casi sin bajarse del coche.

Grupo de cormoranes grandes pescando en la ría

Nada mas llegar ya vimos los primeros grupos de zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis) y dos colimbos grandes (Gavia immer), que pescaban activamente, asi como tres serretas medianas (Mergus serrator) y un grupo de cormoranes grandes.


El viento fuerte no favorece el vuelo de las aves, pero puede ser de gran ayuda para hacer fotos que en condiciones normales resultarían muy complicadas. Una espátula (Platalea leucorodia) que intentaba volar hacia el interior de la ría se mantuvo casi estática durante casi un minuto frente a nosotros mientras luchaba contra el viento, desplegando sus alas y avanzando lentamente hasta que desapareció.



Los charranes patinegros (Sterna sandvicensis) son aves muy rápidas que pescan lanzándose en picado sobre los peces de los que se alimentan. Esta vez el viento se puso de nuestra parte y nos permitió sacar varias fotos a algunos de los que se acercaron a nosotros.

Entre gansos y charranes se nos pasó la mañana y ya llegaba la hora de marcharse. Dentro de unos días volveremos por la ría a hacer el censo de aves acuáticas invernantes y dentro de 12 meses espero volver a cumplir con esta tradición de fin de año. Hay algunas tradiciones que merece la pena mantener.

NOTA: haced click en las fotos para verlas a mayor tamaño.

martes, 8 de febrero de 2011

Dos millones de pájaros

Atardecer en el monte Gorbea (Bizkaia)

Hace unos días os hablaba en este blog del gigantesco dormidero de estorninos que se encuentra a las afueras de Uvieo y de cómo algunas aves rapaces se beneficiaban de esa inmensa concentración de presas para buscarse la cena.  Pues la semana pasada, aprovechando que me tenía que acercar por Euskadi a muestrear ranas aproveché para acercarme a otro dormidero, pero esta vez al famoso dormidero de Pinzones reales (Fringilla montifringilla) situado en el macizo de Gorbea y que se encontraba a escasos kilómetros de donde estábamos.

Este es el primer año que se concentran los pinzones reales en este sitio, ya que de hecho el Parque Natural de Gorbea es visitado por muchas personas y esta especie apenas había sido observada. Pero el pasado mes de noviembre, se descubrió la que probablemente sea una de las mayores, sino la mayor, concentración de aves de la Península Ibérica de cualquier especie. Seguramente las condiciones extremas registradas en el centro y norte de Europa durante finales de otoño hayan empujado a los pinzones hacia el sur en busca de alimento, encontrando en el macizo de Gorbea y en sus alrededores una gran cantidad de hayucos, que son la base de la dieta invernal de la especie, y por eso hayan decidido quedarse este invierno entre nosotros.

Pinzones reales volando hacia el dormidero

Cuando llegamos al lugar donde se veían observando las aves durante los últimos meses aun era temprano y no se veía ni oía ninguno por los alrededores. Hasta que no empezó a oscurecer no aparecieron los primeros pinzones, primero en pequeños grupos y luego en grupos cada vez mas grandes hasta que aparecieron grupos enromes de varios miles de pájaros. Al igual que ocurría con los estorninos, al llegar no se posaban directamente en el dormidero, sino que elegían otra zona próxima, en este caso repoblada con Ciprés de Lawson (Chamaecyparis lawsoniana) y Pino de Monterrey (Pinus radiata).

Los bando volaban sin parar de un lado a otro hasta que pudimos observar que los causantes del ajetréo eran al menos un halcón peregrino (Falco peregrinus) y un Gavilán (Accipiter nissus) que les hacían pasadas continuamente. Este acoso constante por parte de las rapaces hizo que pocos pinzones se atrevieran a cruzar la pequeña loma que separaba los cipreses de las hayas donde hasta ahora pasaban la noche. Debido a esto, aunque el espéctaculo ya resultaba impresionante, no llegó a ser como en otras ocasiones, en las que según me comentaron, los dos millones de pinzones que se estimó que allí se agrupaban, pasaban ininterrumpidamente durante varios minutos seguidos hacia las hayas desnudas donde pasaban la noche.

Aunque en la foto de arriba se ve parte del inmenso bando, lo mejor es que veais este video grabado por Juan Manuel Pérez de Ana en el que se ve el trasiego de aves y os podréis dar una idea de la magnitud del dormidero. Por supuesto en esos dos minutos que dura el vídeo sólo pasan una pequeña parte de los pinzones.



La naturaleza nunca dejará de sorprendernos. ¡¡Iñigo y Jon, gracias por recordármelo una vez mas!!

lunes, 24 de enero de 2011

Cazando en el dormidero

Esmerejón (Falco columbarius) cazando estorninos

Acaba de ponerse el sol y los primeros grupos de estorninos (Sturnus vulgaris) empiezan a llegar al dormidero. Al principio sólo algunos grupos sueltos de unas decenas de aves, pero poco a poco los bandos se van haciendo mas grandes y algunos de ellos sobrepasan con mucho los mil ejemplares. El dormidero está situado en unos matorrales bajos pero antes de bajar se van agrupando en los árboles que los rodean, en una estrategia que repiten diariamente, probablemente para despistar a las aves de presa. El ruido iba en aumento a medida que iban llegando mas y mas aves y poco antes de que desapareciera la luz, con el cielo teñido de rojo, aun seguían entrando pequeños grupos aislados.


Estas grandes concentraciones de aves atraen a los depredadores, algunos de los cuales ya habían llegado a la zona minutos antes de que aparecieran los primeros estorninos. Al menos un halcón peregrino (Falco peregrinus) y un esmerejón (Falco columbarius) empezaron a hacer pasadas a los asustados pájaros que cambiaban contínuamente de dirección en el aire antes de posarse. Los movimientos coordinados de las aves que vuelan en bandos tienen por objeto despistar a los depredadores, que no son capaces de centrar la atención en una presa concreta. La táctica será la de atacar e intentar separar a alguno del grupo, normalmente aquellos individuos más débiles o inexpertos. Al cabo de unos minutos el esmerejón consiguió atrapar a uno, y se lo llevó volando entre las garras.

Aquí os dejo un pequeño video del momento de la entrada al dormidero, una vez que todos los grupos se habían posado en los árboles, salieron en masa para meterse en los matorrales. Subid el volumen de los altavoces porque el sonido es brutal.



Estos grupos de invernantes aun permanecerán en la zona un par de meses mas, luego la mayoría se dispersarán a sus lugars de reproducción en el norte de Europa.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un buen año de colimbos y zampullines

Colimbo grande (Gavia immer) en la Ría de Avilés

Parece que este año esta siendo muy bueno para este grupo de aves en el norte de la Península. Desde hace varias semanas se están viendo muchos ejemplares, sobre todo Colimbos grandes (Gavia immer) y Colimbos chicos (Gavia stellata), en los habituales lugares de invernada. En la ría de Avilés donde el colimbo grande no es demasiado numeroso como invernante se están viendo estos días dos jóvenes y un adulto de esta especie.



Colimbo grande en la bahía de Santander

De todas formas, a pesar de que en Asturies hay este año una buena presencia de colimbos, la máxima concentración de individuos de esta familia de aves acuáticas tiene lugar en Cantabria, sobre todo en la bahía de Santander y en las marismas de Santoña.

Colimbo grande a punto de tragarse un pez

Durante una visita a esta zona hace un par de semanas acompañado de Jesús Menéndez y Roberto Ortiz, pudimos ver un par de colimbos grandes en el puerto de Santander, uno de ellos extremadamente confiado que estuvo pescando bajo nuestros pies durante mas de una hora, sin inmutarse por nuestra presencia. Resultaba increíble observarlo bucear tras los bancos de pececillos que saltaban asustados fuera del agua, incapaces de escapar.

En la playa de Laredo se nos unió Marcos Zárraga y allí llegamos a contar hasta 8 colimbos chicos simultaneamente,además localizamos 2 colimbos árticos y varios colimbos grandes.

Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)

Pero si en Santoña hay una especie de ave buceadora realmente abundante esa es Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), que puede verse casi por cualquier rincón de la reserva, desde la desembocadura  hasta los canales interiores. El zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) es mucho menos abundante y resulta un invernante escaso en la Península, a pesar de lo cual, las marismas de Santoña son uno de los lugares donde se presenta todos los años aunque en bajo número. Tuvimos la suerte de ver dos de ellos en la zona de monasterio, donde se suelen ver siempre.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Invasión de zorzales

Paniega (Turdus pilaris) en el Cabu Peñes

Parece que los ampelis se están haciendo de rogar y que a pesar de la brutal ola de frío que esta congelando todo el norte de Europa y parte de la Península, no aparecen mas aves por mucho que busquemos entre las espineras y los arbustos con frutos. A falta de ampelis, estos días se está produciendo una fuerte entrada de zorzales, que ocupan gran parte de las praderías costeras que se encuentran descubiertas de nieve. La especie mas llamativa de este grupo es el Zorzal real o paniega (Turdus pilaris), que también suele ser la mas escasa de todas pero de la que en estos días se están registrando fuertes entradas de grupos de hasta 200 o 300 ejemplares. Hace un par de días encontré un pequeño grupo de unos 5 o 6 ejemplares comiendo en la rasa del Cabu Peñes.

Zorzal común (Turdus philomelos)

Los zorzales comunes (Turdus philomelos), mucho más abundantes y confiados que los reales comían en un prado cercano compartiendo el baquete con varios bisbitas comunes y tarabillas.

Zorzal alirrojo (Turdus iliacus)

Además de los zorzales comunes, los zorzales alirrojos (Turdus iliacus) tambián abundaban el otro día en las praderías de la rasa de Peñes. Esta especie es una de las más abundantes como invernantes y también una de las que más sufren la presión de los cazadores. En Asturies, de todas las especies de zorzales, solo el común está protegido ya que es una especie reproductora y no está permitida su caza, el resto de las especies pueden ser cazadas. Que se permita la caza de los zorzales, que quizás sean unas de las especies de aves mas importantes por su condición de dispersores de semillas, demuestra el gran desconocimiento ecológico de los gestores medioambientales. Resulta paradójico que algunas especies de árboles como el Tejo o el Acebo se encuentren protegidas en Asturies y que las especies que disperan la mayoría de sus semillas se puedan cazar impunemente.

lunes, 25 de octubre de 2010

El árbol de los cormoranes


Tras las riadas del pasado mes de junio muchos árboles han sido arrancados de las riberas y descansan ahora en el lecho del río. En un río del centro de Asturies, uno de estos grandes árboles ha quedado enganchado cerca de la orilla y en sus ramas muertas se reunen todos los días varios cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) para descansar después de la pesca. Estos árboles no los suelen usar para dormir porque están demasiado expuestos, para pasar la noche prefieren árboles más altos e inaccesibles.



Pero el tronco semisumergido no es sólo un lugar de reposo y de acicalamiento. Las interacciones sociales son frecuentes y no es raro observar comportamientos amenazantes y de dominancia entre las distintas aves que allí se congregan. Asimismo, y tengo que admitir que fue un comportamiento que me sorprendió, el sábado pasado mientras me encontraba escondido observando el posadero, pude ver a una pareja de cormoranes desarrollando un ritual típico de parada nupcial, con frecuentes acicalamientos mutuos, picoteos y exhibiciones. Los cormoranes grandes no se reproducen en Asturias y de todas formas aun faltan varios meses para que comience la cría por lo que estos comportamientos probablemente sirvan para mantener el vínculo entre los dos miembros de la pareja.





Al cabo de un par de horas de espera se juntaron sobre el árbol muerto siete cormoranes de todas las edades, unos jóvenes de este mismo año, otros subadultos y otros adultos. Lo que no se es cuantos de estos animales llegarán a la primavera. La política del Principado de Asturies sigue siendo la misma que la del año pasado, la de exterminar a esta especie. Los pescadores deportivos siguen reclamando su cuota de sangre y siguen presionando a los responsables de Medio Ambiente para que acaben a tiros con los cormoranes grandes invernantes.


Probablemente dentro de unos meses no podré acercarme al árbol hundido a observar a los cormoranes por el puro placer de hacerlo, ya los habrán matado a todos. Está claro que no tengo los mismos derechos que esos señores que se autodenominan los dueños del río, con la potestad de decidir que especies les gustan y que otras especies consideran que deben ser eliminadas porque les molestan. Ellos, que son una parte fundamental en la extinción de los salmones, se lavan las manos y buscan un cabeza de turco al que echarle la culpa. Esta vez le ha tocado al cormorán grande, pero garzas, martines pescadores y nutrias ya están en el punto de mira y dentro de poco hay elecciones. ¿A quién pensáis que le harán mas caso, a los que vamos a ver a los cormoranes o a los que piden que los maten?

domingo, 28 de febrero de 2010

La danza de los estorninos

Bando de estorninos, al fondo la Sierra del Aramo (Asturies)

Los grandes bandos de estorninos pintos (Sturnus vulgaris) que hace pocas semanas nublaban el cielo al atardecer, empiezan a hacerse cada vez más pequeños. Si hace un mes se juntaban para dormir hasta 100.000 aves, ahora el grupo no supera apenas los 1000 ejemplares. El gran dormidero que desde hace un par de años ocupa un zarzal cercano a Uvieo (Asturies) está empezando a vaciarse. La mayoría de los estorninos han emigrado hacia sus lugares de reproducción en el norte de Europa y día a día se van quedando menos aves a pasar la noche.



A pesar de que las cifras ya no son tan impresionantes sigue siendo un espéctaculo esperar a que se acabe el día para ver llegar a estas aves. Cuando falta media hora para oscurecer empiezan a aparecer las primeras, se van posando en los postes y árboles cercanos y esperan al resto. Poco a poco van llegando más grupos y se unen a los grupos anteriores hasta que al alcanzar un determinado número se levantan todos juntos y empiezan a hacer figuras en el aire, contrayéndose y expandiéndose como si se tratara de un organismo gelatinoso.


Desde hace tiempo se sabe que en un bando de estorninos no hay un líder que dirige al grupo sino que se trata de un sistema descentralizado en el que el movimiento se crea por la interacción de todos los individuos. En un artículo publicado en el año 2007, un grupo de investigadores italianos demostraron que los pájaros no estaban afectados por el movimiento del resto de aves del grupo, sino que sólo les afectaba el movimiento de los seis estorninos más cercanos a ellos. Por eso, cuando se produce el ataque de un depredador, como un halcón o un gavilán, sobre un ave, su reacción afecta secuencialmente a todo el grupo.

El agrupamiento de las aves en grandes bandos es un tipo de comportamiento antidepredador muy efectivo, ya que a los depredadores les es extremadamente difícil fijar la atención en un sólo individuo y fallan muchos de los ataques. Antes de que llegaran las aves a dormir observamos llegar a un gavilán que se posó en un árbol cercano, ya sabía que faltaba poco para que llegaran y había que intentarlo.

Estornino depredado, probablemente por un gavilán (Accipiter nisus)

Cuando había oscurecido y todos dormían seguros en medio del zarzal encontramos el cadaver depredado de uno de ellos entre la maleza. La noche anterior no le acompañó la suerte.

Referencias

Ballerini, M., Cabibbo, N., Candelier, R., Cavagna, A., Cisbani, E., Giardina, I., Lecomte, V., Orlandi, A., Parisi, G., Procaccini, A., Viale, M., & Zdravkovic, V. (2008). From the Cover: Interaction ruling animal collective behavior depends on topological rather than metric distance: Evidence from a field study Proceedings of the National Academy of Sciences, 105 (4), 1232-1237 DOI: 10.1073/pnas.0711437105

jueves, 26 de noviembre de 2009

Porrones


Macho de Porrón común (Aythya ferina)

Los porrones son anátidas buceadoras comunes durante la invernada y muy escasos como reproductores. Los individuos invernantes proceden en su mayoría del norte de Europa y suelen llegar a finales de verano o principios del otoño. Las especies más comunes y abundantes son el Porrón común (Aythya ferina) y el Porrón moñudo (Aythya fuligula).


Hembra de Porrón común

El estanque del Parque de Isabel la Católica (Xixón) es uno de los lugares tradicionales de invernada de estas dos especies, aunque su número ha descendido significativamente en los últimos años. En este lugar se encuentran seguros y se muestran muy confiados, lo que nos permite fotografiarlos como si se tratara de especies domésticas, lo que sería imposible en otros lugares en los que los mismos individuos se mostrarían muy desconfiados. Esto nos indica que muchas aves son capaces de detectar el peligro y comportarse de una manera u otra según el caso.

 
Porrón pardo (Aythya nyroca)

La semana pasada entre varios porrones comunes y moñudos nadaba un Porrón pardo (Aythya nyroca). No me había fijado en él hasta que me avisó Pablo Fernández de que andaba por allí. Parecía mas desconfiado que el resto de porrones y al observarlo junto a ellos se apreciaba claramente su menor tamaño. Según parece es el mismo ejemplar que se había observado días antes en el cercano embalse de San Andrés de los Tacones (Xixón).

sábado, 21 de noviembre de 2009

Me gustan los colimbos

Colimbo grande (Gavia immer)

Todos los que nos gustan las aves tenemos algunas especies que por alguna razón nos llaman más la atención que otras y que no tienen porqué ser raras o tener un plumaje espectacular. Simplemente nos gustan y siempre que las vemos nos quedamos embobados mirándolas.

A muchos le gustan las rapaces, a otros los pequeños paseriformes. A mi siempre me gustaron las aves marinas, me gusta verlas volar sobre las olas y bucear detrás de los peces. Quizás sea porque cuando era un crío veía a los cormoranes moñudos en las rocas de Nuveana y mi tio me decía que eran los "cagones", que anidaban en los acantilados de la Porcebera donde hacía años también criaban cientos de araos, y que eran pescadores como él. Así empece a fijarme en ellos y pasados los años empecé a estudiarlos y a conocerlos.  Algunos se hicieron famosos y los reconoce mucha gente, otros acabaron muriendo atrapados en redes de pesca o después de morder accidentalmente un anzuelo, y otros fueron devorados por los visones americanos que soltaron una pandilla de iluminados sin escrúpulos.


Pero aparte de los cormoranes hay otras aves que siempre me gustaron, que recuerdo desde que empecé a ver pájaros hace muchos años y nos íbamos en invierno a Xixón en el ALSA. En aquella época nadie tenía telescopio y la mayoría de nosotros habíamos descubierto los prismáticos rusos de 1000 pelas y nos parecían los mejores que había. Por entonces no era raro el día que en el Musel veíamos un montón de especies de marinas: serretas, eideres, zampullines, haveldas, negrones, alcas y araos e incluso llegamos a ver un mérgulo posado en una rampa del puerto. Pero entre todas ellas yo siempre buscaba a los colimbos, que solían aparecer en el mes de octubre y se quedaban hasta la primavera. Los solíamos ver entre los barcos nadando y desapareciendo bajo el agua sin salpicar ni una gota para aparecer en el otro extremo del puerto, y no era raro que hubiera más de 10 colimbos grandes (Gavia immer) en toda la bahía, además de colimbos chicos (Gavia stellata) y algún colimbo ártico (Gavia arctica).

Desgraciadamente ahora cada vez se ven menos colimbos, y en general cada vez se ven menos aves marinas invernantes. La mayoría de los días que me acercó al Musel está desierto, de vez en cuando se ve algún alca, o alguna serreta y ver a un colimbo es casi una rareza.


Hace un par de días pude disfrutar con un colimbo grande como en aquellos días del Musel, pero esta vez en la ría de Avilés. Un precioso adulto de esta especie, que a pesar de las fechas en las que estamos aun conservaba gran parte de su plumaje estival, nadaba tranquilamente entre las barcas de San Balandrán. Era muy confiado y llegó a pasar buceando bajo la pasarela en la que me encontraba mientras buscaba cangrejos en el fondo. Y me acordé de los viajes en Alsa a Xixón y de los prismáticos rusos de 1000 pelas y de porqué siempre me gustaron los colimbos.