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miércoles, 7 de marzo de 2012

La fuerza está en ti


Eres una persona maravillosa y llena de fuerza.


Has llegado hasta aquí, haciendo miles de malabares, y aquí sigues.

Tu voz interior o tu intuición, te ha querido llevar hacía el lugar que más te convenía.

En ocasiones no te has hecho caso y te has dejado influir por el entorno o por el que dirán. Entonces… las cosas no han parecido fluir. Todo se ha vuelto más pesado y lento. Incluso tú te has vuelto más pesada:

“Haré lo que él me dice… Aunque sé que no debo de hacerlo… Vayamos a que se moleste”…

“Saldré con ellos un rato. Ya tendré tiempo mañana de dormir y de terminar de leer el libro. No quiero que piensen que soy un aburrido”…

Cuando estamos solos y en silencio, tranquilos y cómodos con nosotros mismos, es el momento de hacerte preguntas en voz alta:

¿Estoy haciendo lo que deseo hacer? ¿Tengo algún dolor o molestia en mi cuerpo que me esté avisando de que algo no marcha del todo bien?

Escúchate. Oye esas respuestas que aparecerán en tu mente sin tú buscarlas.

Siente esa fuerza que hay en tu interior. Nota, justo en el centro de tu pecho, como algo dentro de ti se ensancha y te impulsa a moverte hacía una dirección.

Analiza si es adecuado que hagas aquello que sientes. Evalúa los pros y los contras antes de tomar cualquier decisión. No te dejes llevar por el primer impulso. Pero tampoco te dejes convencer por motivos externos que no te convienen.

¿Lo sientes? Ya has tomado una decisión y ese es el primer paso para seguir o comenzar a escucharte.

Dentro de ti, habita un sabio…. Eres tú. Tan solo escucha, analiza y actúa.

Recuerda: la fuerza está en ti



miércoles, 22 de junio de 2011

Meditación en tu interior

Cierra los ojos, y respira profundamente tres veces.

Imagina que estás caminando por la calle con prisa, porque piensas que llegas tarde.

Sin embargo, tus pasos son cada vez más pesados y no puedes deshacerte de esa sensación.
Llegas a una plaza muy amplia. Te sorprendes que no haya nadie en ella. Todo el mundo la rodea, sin pasar por medio.



Respira profundamente una vez.

De repente, te sientes ligera.



Observa mejor la escena y mira como en la plaza, comienzan a crecer plantas de vivos colores. Grandes árboles verdes y flores de colores llamativos.

Céntrate en una de las plantas que crece a un ritmo desorbitado.

Lo que tarda en crecer semanas, ha crecido en cuestión de segundos y tú te quedas absorto mirando.



Has olvidado que ibas a alguna parte. Ya nada te importa.

Ahora delante de ti, donde antes había una plaza, hay una gran selva de colores.

Decides entrar dentro.



Atraviesa las primeras hojas que te tapan el paso. Apenas te cuesta trabajo.

Respira y mira hacía arriba.

Por encima de tu cabeza tan solo hay plantas y flores, que te calman y te relajan.

Acércate a una placa, que hay en el centro de lo que antes era la plaza y lee:

“Selva de la limpieza interior”.



Sonríes.


Sientes que has llegado a donde ibas.



Nada te perturba. Eres feliz. Estás feliz.

Te sientas en la tierra y cierras los ojos.



Poco a poco, sientes como te fundes con las plantas de tu alrededor.

Ya formas parte de la selva.

Siente la comodidad y la tranquilidad del momento.

Sigue en tu selva interior sin miedo.



Todo está bien.


Todo va a salir bien.


Abre los ojos.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Nunca Es Tarde

¿Tienes un sueño?

Imagino que la respuesta es que sí.



Todos y todas tenemos sueños y deseos.

De hecho, nuestro mundo y todo lo que nos rodea se creó gracias a los sueños y deseos de cada uno de nosotros.



Si estás vivo, tienes un sueño.



Aunque pienses que ya ha pasado el tiempo para ti, que ya no tienes edad o que no te mereces lo que deseas, créelo: Ahora, es el momento adecuado.



¡Ve hacía tu sueño!

Nunca es tarde por ejemplo, para ser escritor o para ser madre. J. Saramago o A.R. Quintana son buenas muestras de ello. No importa que tengas más de sesenta años o más de cincuenta. Tú eres lo que tus pensamientos crean. Y ahora mismo, con ellos, estás creando tu futuro.



Los sueños nunca se terminan.

Son una bocanada de aire fresco. Un suspiro tranquilizador. Una mañana de descanso reparador. Son parte de tu vida. De nuestra vida.



Aún tienes tiempo de hacer lo que deseas. Aún tienes tiempo, porque estás vivo. Estás viva.



Si tienes los sueños aparcados dentro de ti, despiértalos. Son parte de ti mismo, y siguen ahí.



¿Recuerdas lo feliz que te hacía tocar la guitarra todas las tardes?

¿Recuerdas lo bien que te sentaba pintar cuando estabas triste?

¿Recuerdas las esperanzas que tenías en tus grandes sueños?



Sabías y creías que un día seguirían formando parte de tu vida. Aún creías en ti y en lo que hacías. Aún le hacías caso a tu intuición…



Aún no es tarde para ello. Nunca es tarde.

Abre los oídos de nuevo. Escúchate. Vuelve a sonreír. Vuelve a motivarte.

Tú eres el guardián de tus propios sueños.

Date una tregua y recupéralos.

Nunca es tarde :)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Convivir Con La Crisis?

¿Qué hacer cuándo creemos que no podemos afrontar una crisis considerada por nosotros negativa o cualquier cambio? ¿Cuándo, a pesar del tiempo transcurrido, nuestros problemas, parecen no querer irse?
Una opción podría ser aprender a convivir con esa crisis. No solo adaptarnos a ella, sino cohabitar con ese cambio, y hacerlo parte de nuestra vida, llegar a entendernos con ese problema que nos impide ser del todo felices.

Si el cambio es por ejemplo, de tipo económico, y nuestro estado anímico, no se ve muy alterado por él, aprender a cambiar nuestros hábitos de consumo y nuestras preferencias diarias, es una buena opción para afrontar esa situación económica nueva.

Pero, si es una crisis más bien personal, el hecho de cambiar nuestro modo de vida, tal vez no sea del todo suficiente para mejorar como nosotros deseáramos.

Aunque no hay una receta mágica que nos quite todos nuestros problemas, si que existe algo mágico que está dentro de de cada uno de nosotros. Y es la capacidad de prestar atención a los problemas, para poder resolverlos.

Porque lo primero, para poder afrontar cualquier acontecimiento de la vida, es ser conscientes de que algo no funciona del todo bien.

El cuerpo nos suele avisar de los problemas. Así, cuándo nos duele una pierna, un brazo o la cabeza, solemos ir al médico, para intentar solucionar el dolor.

Sin embargo, hay veces, que no le prestamos atención a esa molestia: - Ya remitirá, pensamos. - Me tomo una aspirina y voy tirando, decimos. Y continuamos nuestra vida sin querer pensar en ello.

Hasta que un día, ese dolor se agrava o esas limitaciones se vuelven más acentuadas, y ya no podemos obviarlas. Entonces, sí, vamos al médico de modo urgente, con la esperanza de que el dolor desaparezca rápido.

Con los problemas psicológicos, nos pasa algo parecido, aunque nos cuesta mucho más, acudir a un especialista para tratarnos.

Vamos acumulando en nosotros, pequeños traumas y miedos, que poco a poco, y sin querer darnos cuentas, se transforman en una montaña.

Nos levantamos sin ganas de nada, o evitamos coger un ascensor o lloramos casi todos los días (en ocasiones sin razón aparente).

Estas circunstancias, van haciendo de nuestro día a día, una especie de batalla que superar. Vivimos alertas, con miedo y mucho estrés. – Mañana será otro día, pensamos sin creérnoslo mucho. – Antes era una persona alegre, no entiendo que me está pasando, decimos.

Te propongo, tres cosas:

1. Si quieres comenzar a superar ese cambio, te puede ayudar leer libros de autoayuda. O algo mucho mejor: hacer tu propio libro de autoayuda.

Tú eres la persona que más te conoce. Eres tú, la que sabes que problemas no cuentas a nadie (tal vez para no molestar) y la que está a cada minuto en tu cabeza.

Cómprate una libreta de color vivo (rojo, naranja, verde), y prepárala antes de nada. Recuerda cuando eras niño y haz un dibujo lleno de colores, en la primera página. Dedica tiempo a ello. Luego, haz el índice del libro. Esboza unos diez capítulos, centrándote en aquellas cosas que quieres superar, utilizando para ello, deseos, afirmaciones positivas y cambios en tu conducta.

Por ejemplo, el capítulo primero, podría titularse: “Sin vergüenza”. El deseo: “Entrar en una tienda a descambiar una prenda de ropa”. Las afirmaciones positivas: “Soy una persona sin complejos, me gusto y me acepto tal y como soy. Nadie sabe mis temores. Todo está en mi cabeza. Sé que soy capaz de hablar sin vergüenza, y sin complejos”. Por último la conducta: “Ir a la tienda y descambiar la prenda de ropa”.

2. En segundo lugar, si eres una persona reservada con sus problemas y te los guardas para ti solo, cuéntale a alguien de tu confianza, lo que te corroe. El hecho de hablar con esa otra persona, te puede ayudar a encontrarte mejor e incluso a buscar soluciones conjuntas (siempre, teniendo en cuenta, que la última persona que ha de tomar una u otra decisión eres tú).

3. En tercer lugar, que acudas y pidas ayuda a un especialista (ya sea a un psicólogo o a tu médico de cabecera para que te derive al especialista), si los problemas acumulados se han hecho dueños de tu vida y no eres capaz de afrontarlos solo, y para ti, ha transcurrido mucho tiempo desde el inicio de la crisis.


Y sobre todo, concéntrate en las cosas y personas que tienes cerca. Hay mucho de bueno en tu vida.

Recuerda: Eres una persona muy afortunada.

Estas viva.


Disfruta de la vida :-)

miércoles, 30 de junio de 2010

Al Final Todo Llega

Observa. Escucha. Presta atención a las señales.

Hay momentos en la vida, que parecen estar ya escritos.

Tan solo, tenemos que ser conscientes de las oportunidades que se nos presentan, para hacer las cosas que queremos o ser la persona que realmente deseamos ser.

Para poder darte cuenta de las oportunidades, tienes que dedicarte tiempo para ti.

Necesitas silencio.

Todas las noches, o todas las tardes, abstráete de lo que te rodea, siéntate solo o sola y respira profundamente.

Quédate en silencio unos minutos.

Después, di en voz alta:

Aprovecho las oportunidades.
Soy capaz de ver las señales que hay a mi alrededor.
Consigo lo que deseo.
Sé que es así.

Es importante que hagas caso a tu intuición.

A veces, hay algo dentro de nosotros, que nos empuja a hacer algo. Cuando esto ocurra… ¡Hazlo!, siempre que sea beneficioso para ti, para otros o para todos.

Cuando te dejas guiar por tu intuición, las señales y oportunidades son cada vez más fuertes.

Y todos los días, ten confianza.

Cree que todo lo que deseaste, ocurrirá.

Busca un objetivo para el día siguiente, y realiza una afirmación positiva que te motive.

¡Sabes que puedes!

Al final, todo llega :-)

lunes, 8 de junio de 2009

La intuición es lo más importante


En 2005 la abuela Ana era vecina de mis padres y mía. A menudo me sentaba a su lado y charlábamos durante mucho rato.La madre de mi madre (la abuela Ana), nació en 1919.
Una tarde del verano del 2005 me dijo:
- Cuando no he hecho caso de mi intuición, las cosas han ido mal.Ana era realmente una mujer muy intuitiva, y sabía en cada momento lo que hacer.
Escuchaba esa voz interior que todos tenemos y la solía hacer caso. Sin embargo, en alguna circunstancia de su vida no lo hizo, y así llegó el consejo:
- Haz siempre caso de tu intuición – Recalcó – Es sabia.
No importa en que año hayamos nacido. No importa que seamos ahora mismo viejos, jóvenes o niños. Lo importante es lo que sentimos. Esas sensaciones que todos tenemos, de una vocecita que te habla para guiarte. Si no le hacemos caso terminamos por no ser felices, pero si la hacemos caso, los acontecimientos surgen sin problemas. Aunque tengamos que pasar supuestas calamidades, si nos escuchamos, nos sentimos libres. Si nos escuchamos, al final de nuestras vidas podremos echar la vista atrás, convencidos de que lo que hicimos fue lo acertado.

Nuestra voz interior


Todos tenemos una voz interior que nos habla. Muchas veces no la hacemos caso, pensando que no tiene razón. Nuestra parte más racional nos para y nos dice que no la escuchemos.

- Es una trampa – dice – Si le haces caso sufrirás, tendrás problemas de todo tipo.

Queremos estabilidad en nuestras vidas, y es por eso que vamos a lo “seguro”. Hacemos lo que hace todo el mundo que se supone que da seguridad. Hacemos lo que todo el mundo hace.Cuando se nos ocurre una gran idea, muchos de nosotros no la ponemos en práctica por miedo. Por el miedo al fracaso, el miedo al que dirán, el miedo a perder, el miedo al miedo…

El silencio que buscamos no lo encontramos en el exterior, sino en nosotros mismos. Nosotros somos nuestros maestros, nuestros guías más potentes.Es nuestra guía interior la que normalmente lo da todo por nosotros y nos empuja a ir hacia delante. Nos anima a que nos arriesguemos y a ser positivos. A que no tengamos miedo. A ser nosotros mismos en todo momento.

Cuando somos pequeños la intuición nos guía a menudo. Sabemos las cosas que nos van a ir bien. Comemos lo que tenemos ganas y cuando tenemos ganas. Jugamos y aprendemos constantemente, sin aburrirnos. Sabemos perfectamente que deseamos ser en cada momento.Pero nuestro entorno está ahí. Y queremos acomodarnos a él. Entonces, comenzamos a controlar a nuestra “alocada” voz interior, y le damos cobijo. El bien y el mal entran en nuestra vida. Y normalmente en el lado del mal, pensamos que está nuestro guía interior.

En realidad es esa voz que muchas veces acallamos, la que está en lo cierto. Si aprendemos a distinguir las “voces” de la intuición de las demás voces que nos bombardean la cabeza (ya sean internas, o externas), habremos dado un gran paso para lograr aquello que deseamos.