El hecho de que una ciudad se convierta en un escenario de teatro hace que pierda autenticidad. Normalmente transformada en una ciudad turística, en lugar de aceptar el paso de los años y obrar en consecuencia, muchas veces se someten a las ciudades a liftines convirtiéndolas en lugares totalmente artificiales. Estos casos suelen ir acompañadas de restaurantes destinados a turistas y de tiendas de productos típicos que acaban de definir el paisaje de la ciudad, obviando que en cualquier ciudad habitable es necesaria la existencia de tiendas de alimentación y de productos de primera necesidad.
Split con sus muros de piedra y toldos de terrazas para turistas |
En otras situaciones ni siquiera es por el turismo, simplemente es por la creencia de la necesidad de dejar como nueva una ciudad para obtener su belleza. Y "dejar como nueva" incluye el hecho de intentar que luzca como recién construida sin contar todos los años que lleva detrás, y sin plantearse que para imitar la apariencia anterior a veces se hacen realmente destrozos estéticos como el hormigón impreso imitando pavimentos de piedra o chapados de piedra a modo de piedra en seco.