Mostrando entradas con la etiqueta oligarcas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta oligarcas. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de diciembre de 2015

Basura con el franqueo pagado

Durante estos días estamos recibiendo muchos envíos electorales y supongo que en la mayoría de los casos, como ocurre en el mío, esos sobres irán directamente a la basura sin haber sido abiertos siquiera.
Asusta pensar en la cantidad de árboles que habrán sido talados sólo para este menester y aunque bien es cierto que el papel se recicla, sería mejor para todos que se evitara esa costumbre.
La democracia precisa de personas adultas, que votan con plena conciencia de lo que hacen y sería conveniente que los partidos consideraran a los ciudadanos de este modo. Pero será difícil que ocurra así, porque en esas listas llenas de nombres de personas que dicen que nos quieren resolver la vida que nos depositan en el buzón lo que en realidad contienen son nombres de personas con escasas ideas o, más bien, con una sola idea: vivir del erario.
El año pasado hubo un partido que no nos molestó con estos envíos y, presumiblemente, este año tampoco lo hará. Se trata de un partido que igual que ocurrió con UCD los oligarcas han decidido terminar con el, o sea, fomentando las deserciones y las traiciones en su seno. Adolfo Suárez y Rosa Díez son los dos únicos políticos españoles que se han enfrentado a los oligarcas y eso en España se paga caro. Hay una frase que se repite mucho: «La arrogancia de Rosa Díez». Quienes escriben eso no tienen vergüenza, porque la interesada no hizo nada que lo justifique. Los oligarcas tratan de arrogantes a quienes no se les someten. Y aunque el motivo que aducen para colgarle el sambenito es que no consintió de UPyD fuera absorbido por Ciudadanos, la verdad es otra. Si este último partido hubiera aceptado las propuestas éticas de UPyD y hacerse cargo de sus iniciativas y querellas sí que habría sido posible. Ah, pero es que lo molesta de UPyD, precisamente, son las querellas y la exigencia de la separación efectiva de poderes.

jueves, 2 de enero de 2014

John Müller nos trae a Jenofonte

Cuenta que Jenofonte se percató de que unas trirremes tardaban el doble que otras en hacer el mismo recorrido. Los remeros de las que empleaban menos tiempo llegaban agotados, pero felicitaban al cómitre; los que tardaban más, estaban más descansados, pero también más enfadados y disconformes con el cómitre.
Es cuestión de liderazgo, concluye, y yo opinio como él. Cuando Zapatero, había liderazgo. Una gran cantidad de gente creía en él. Mentía sin parar. Bueno, no mentía. Zapatero siempre es sincero. Aunque parezca un pareado es una verdad. Zapatero podía decir una cosa, al día siguiente la contraria, y al otro volver a cambiar de opinión, pero siempre con absoluta sinceridad. Zapatero era un líder que llevaba a todos al precipio, pero era un líder. Sonríe siempre, y si pudiera volvería a ponerse al frente de las masas para que, por fin, cayera todo el mundo sin remedio al fondo de lo más hondo.
Rajoy es el antilíder. No hay nadie que crea en él, salvo él mismo, que ve que va ganando. Casi todos perdemos, pero él gana. Estamos viviendo una situación que requiere liderazgo y unidad, y ni hay líder, ni mucho menos unidad. Por si la situación no fuera bastante grave, los líderes autonómicos son a cada cual más egoístas e inconscientes, y alguno que otro está como una cabra.
El recurso que ha utilizado un antilíder como Rajoy es entregar a la mayoría de la población, atada de pies y manos, a los oligarcas. De modo que cuando dicen que hay brotes verdes, hay que tener en cuenta que eso es cierto, pero también que se los comen ellos.
De modo que así estamos. Sin líder, con presidentes autonómicos que dan pena, y en manos de unos oligarcas dispuestos a aprovecharse por completo de las ventajas que se les han dado.

sábado, 28 de diciembre de 2013

La subida de la luz

En enero subirá la luz, quizá el 2,3 por ciento, y parece ser que nos hemos de alegrar por tan 'exigua' subida, después de que se nos asustara anteriormente con una muchísimo más grande, tan grande que moralmente era delictiva.
Y no podemos alegrarnos porque a los precios actuales la energía eléctrica es un artículo de lujo, fuera totalmente del alcance de muchas familias. ¿Cómo puede ser que llegado el invierno no se pueda poner la calefacción? Y tal como están las cosas actualmente, se consuma lo que se consuma, la compañía eléctrica se lleva un buen bocado. El recibo mínimo de la luz ya es desorbitado.
En democracia, a la que tan poco acostumbrados estamos los españoles, incluidos los políticos, los ciudadanos votamos a una serie de personas para que cuiden de los intereses generales. O sea, de los intereses de todos, no de los generales. Y estos tipos que se alternan en la gobernación del país interpretan que han de cuidar a los oligarcas, para que luego los coloquen a ellos. Hay una gran cantidad de expolíticos españoles colocados en las eléctricas, pero no cobrando el salario base, sino algo más. Cabe la posibilidad de que por estar en nómina de esas compañías, lo de que trabajan 'se supone' nada más, disfruten de una tarifa especial. Es decir, que por un precio módico puedan andar en bañador por casa en invierno, mientras un jubilado con la paga congelada se tenga que envolver en mantas si no quiere congelarse él también.
¿Qué hacen los políticos por los ciudadanos cuando están en activo? Pues caerles bien. Sonreír y prometer...Lanzar consignas sectarias y eslóganes hueros. España es el país de los eslóganes y las consignas. El país de los tontos que siguen a cualquier animal que nos lleve a la ruina. Y no estoy pensando en nadie en concreto, sino en una casta toda entera, dentro de la cual unos son Mas animales que otros.

sábado, 30 de noviembre de 2013

El gusto de privatizar

Hay una idea recurrente según la cual lo privado funciona mejor que lo público. Para contrastarla, se ponen unos cuantos ejemplos y ya está. A partir de esa idea básica, el político de turno, generalmente del PP, ya se puede sentir legitimado para privatizar.
El asunto es peligroso, porque luego los beneficiarios de la privatización pueden ser 'los más listos'.
Lo de privatizar servicios públicos tiene delito porque lo correcto cuando algo no funciona bien es tratar de solucionar lo que falla. Y si quien tiene que hacerlo no se siente capaz la solución correcta es presentar la dimisión y no darle el negocio a una persona que quizá sea amiga o familiar.
Esos políticos que sueñan con privatizar todo lo privatizable (y hay cosas que nunca lo serán), deberían fijarse en cómo funcionan las mismas cosas en otros países. Quizá se encuentren con que el problema no consiste en que lo público no funciona, sino que en España se premia a los pelotas y no a los que realmente pueden aportar utilidad al servicio.
Hay profesores en la enseñanza pública, médicos en la medicina pública, barrenderos en la limpieza pública, que desempeñan sus tareas del mejor modo que pueden. Si pasaran a depender de empresas privadas, su celo podría disminuir, puesto que ya se sabe, por lógica y por experiencia, que en las empresas privadas rige el afán de lucro.
Después de haber privatizado, con resultado calamitoso, aunque la propaganda diga otra cosa, parte de la Sanidad, ahora se pretende privatizar la gestión del desempleo.
La cuestión es la siguiente: El calamitoso Zapatero puso a España a los pies de los caballos. Y después de Zapatero ha llegado Rajoy, porque estamos en España y la política española da lo que da. Rajoy ha entregado España, cautiva y desarmada, a los oligarcas.

domingo, 3 de noviembre de 2013

El 'favor' del PSC al PSOE

Hay gente, y no poca, que es incapaz de regirse por una norma, ni siquiera aunque ésta sea de su propia cosecha. Cuando la norma les conviene, la utilizan como si fuera un martillo. Cuando no es así, no le hacen ni caso.
Hay que repetirlo mil veces, o más si es necesario. Quienes no respetan la ley van en contra de los pobres. Que una facción del partido socialista declare la guerra a los pobres está muy feo.
Ha dicho el PSC que si el PSOE ganara las elecciones generales, 'la consulta' sería posible. En estas condiciones, ¿qué persona decente puede votar al PSOE?
Votarían los fanáticos, esos que votan a su partido haga lo que haga y sea quien sea el candidato que presente. Cosa esta que no tiene nada que ver con la democracia.
La democracia precisa de personas adultas que a la hora de votar se comportan igual que cuando van a comprar un piso, pero no como esos que lo hacen basándose en supuestos francamente optimistas, sino como los que se aferran a la realidad de las cosas.
Votar caprichosamente es un acto reaccionario, de consecuencias nefastas para los más indefensos. A la hora de votar hay que echar mano de toda la capacidad de raciocinio que se tenga y pensar en lo mejor para la mayoría.
Los oligarcas siempre juegan con ventaja. El voto caprichoso juega en su favor y por ese motivo lo fomentan.
La ley actual es la Constitución, en cuya redacción tuvo un papel determinante el PSOE. Y mientras rija esta Constitución, todos los ciudadanos decentes se someten a ella. Quienes la desobedecen son desleales. El PSC es desleal al PSOE, y si Rubalcaba lo consiente, traiciona a sus afiliados.
Menos mal que Susana Díaz viene con fuerza dispuesta a poner orden.

domingo, 15 de septiembre de 2013

El “glorioso” asaltasupermercados

Hay un vivales por ahí, barbado él, que ha encontrado un filón en el delictivo hecho de asaltar supermercados.
Va de fiesta, porque en los gestos se les nota que se lo pasan bien y tampoco hace falta ver las caras, basta con imaginar el suceso, y encima consiguen votos con ello.
En el ámbito de los sectarios, todo lo que hagan los propios está bien. Quizá sea igual en todo el mundo, pero en España se puede asegurar que hay sectarios en todo el espectro político.
De modo que también se puede aventurar que deben de haber columnistas, y no pocos, que hayan escrito sesudos artículos en defensa de la práctica.
Sin embargo, bastas unas pocas palabras para desmontar todo eso: La única defensa que tienen los pobres es la ley.
Si se quebranta la ley, los pobres tienen todas las de perder. En el juego sucio, ganan los oligarcas, ganan los poderosos. Ese intento de emular a Robin Hood es una burla a los pobres.
Suelen decir que los trabajadores que votan al PP son tontos. No lo voy a negar. ¿Pero qué son los que votan al PSOE o IU? Más tontos todavía son los que votan al PNV o a CiU.
Fue el PSOE el que suprimió la poca independencia de que disponían los jueces. La explicación que dio fue convincente. El resultado vino a ser el mismo que si a alguien que tuviera un cáncer en la garganta le hubieran cortado el cuello.
Quienes quieran defender a los pobres deben reclamar la independencia absoluta con respecto a los demás poderes del Poder Judicial.
Los jueces independientes son los únicos que pueden meter en vereda, o incluso en la cárcel, a los oligarcas. Son los únicos que pueden dar la razón a un pobre, pero honrado, como se decía antes, que litigue con un poderoso abusón.
Claro que un juez independiente también podría meter en la cárcel a ciertos despabilados.

martes, 23 de julio de 2013

Critican a la juez Alaya

Siempre se pueden encontrar motivos para criticar a cualquiera y la juez Alaya no iba a ser la excepción.
Y se da la circunstancia, no tan inesperada por otra parte, de que quienes la critican a ella son los mismos que alaban a Ruz.
Una costumbre muy arraigada entre los españoles, y que cabe achacar, como en otros casos, al multisecular dominio que los oligarcas vienen ejerciendo en este país, es la de echar piedras sobre el propio tejado. El sectarismo conviene a los oligarcas. Hay que explicarlo una y otra vez: Las multitudes sectarias defienden los intereses de los oligarcas. También incide en este caso otro vicio español: el individualismo cutre. Hay un individualismo adulto, que sabe ser solidario cuando corresponde, que consiste en tomar las propias decisiones de forma independiente y meditada. Y hay un individualismo cutre que viene ser el “sálvese quien pueda”. Los de este sector tratan de sacar ventaja sobre los demás intentando hacer la pelota mejor que nadie o queriendo llamar la atención de algún oligarca para que le haga depositario de sus limosnas.
Lo cierto es que la única defensa en la que pueden confiar las personas normales y corrientes es la Justicia. Las personas normales y corrientes deberían exigir que la Justicia fuera totalmente independiente y tuviera su presupuesto propio.
Sin una Justicia independiente no hay democracia. Los jueces deberían ser suficiente fuertes y gozar de los mecanismos técnicos y financieros necesarios para poder evitar los desmanes de los políticos.
Los jueces, teóricamente, están al servicio de la Ley, que viene a ser lo mismo que estar al servicio de los ciudadanos. Si no son independientes, lo de estar al servicio de los ciudadanos es muy complicado. Ya casi nadie se acuerda de lo que le ocurrió al juez Barbero. Salieron a luz pública sus problemas con un banco, que son datos muy confidenciales. No consta que ni siquiera se investigara quién hizo la filtración. El Poder, en España, da miedo.

jueves, 13 de junio de 2013

Alberto Fabra ni se asomó

Creo que fue ayer cuando se perpetró el fin del Banco de Valencia. No consta, o al menos yo no lo he visto, que el presidente de la Generalidad apareciese por el lugar. Como si no tuviera nada que ver en el asunto, como si no le importara, como si se tratase de algo sin importancia.
Sin embargo, el Banco de Valencia es, era mejor dicho, una entidad con más de cien años de vida. Y ha sido cuando el PP se ha hecho cargo de ella cuando se ha hundido para siempre. Y el PP no tiene nada que decir y el presidente de la Generalidad mira hacia otro lado, no vaya a ser que el suceso enturbie su carrera (hay que reconocerle a Fabra su habilidad para no pisar charcos).
El caso es que no sólo ha desaparecido el Banco de Valencia durante el mandato del PP, también lo han hecho Bancaja y la CAM, aunque en todos los casos están implicados otros partidos, porque tenían representantes en los órganos de gobierno y porque quizá recibieron créditos en condiciones ventajosas.
Pero no sólo los políticos tienen la culpa del desastre del Banco de Valencia. Los oligarcas valencianos se han desentendido por completo durante todo el tiempo. La prensa valenciana tampoco ha tenido interés en informar de lo que sucedía cuando todavía se podía hacer algo.
Si el banco al que se le ha hecho el regalo puede hacer y deshacer a su antojo es porque sabe que la oligarquía valenciana se lo va a consentir todo. Si los oligarcas valencianos hubieran querido ofrecer resistencia y tras estudiar la situación hubieran diseñado un plan, al presidente Fabra no le hubiera quedado más remedio que dar la cara. Pero sólo fueron a la Junta de Accionistas unos cuantos a llorar, porque todo el pescado estaba ya vendido.
Se supone que Fabra es el líder.

lunes, 10 de junio de 2013

Dicen que sube el gasto en pensiones

Los oligarcas financieros y políticos, ansiosos por conservar a toda costa sus privilegios, llevan tiempo arremetiendo contra las pensiones. Plumillas paniaguados, que nunca pasarán hambre, les secundan.
Hay jubilados que con su exigua pensión hacen milagros para mantener a su parentela, que ha perdido hasta las esperanzas. Llevarse por delante las esperanzas de la gente no está castigado por la ley.
Alegan que el gasto en pensiones sube, mientras que el número de cotizantes baja. Olvidan explicar que cuando las empresas detectaron la crisis, porque sus beneficios disminuyeron, se lanzaron a reducir costes mediante el despido de trabajadores. Y eso que todavía no se había hecho la reforma laboral. Mientras tanto, todos los gobiernos, nacional y autonómicos, negaban la crisis, pero se afanaban en colocar a sus familiares y amigos despedidos en el privado, en el público.
Hay muchas empresitas, quizá con enormes despachos para sus directores, habilitadas por los políticos para colocar a sus deudos.
Hay un ingente número de diputados cuya utilidad pública es dudosa, por decirlo en términos piadosos. No obstante, tienen financiado el teléfono móvil. ¿De que hablarán Sus Señorías por el teléfono móvil? ¿De lo mucho que cuesta pagar a los jubilados, acaso? Se sabe que Alberto Fabra limitó el gasto del móvil a 140 euros mensuales, y que acaba de rebajarlo a 100. Cien euros de charla cada mes. Se lo pagamos entre todos. Se sabe que Sus Señorías son muy obedientes. Votan exactamente lo que se les manda. No se sabe si esta naturaleza tan obediente es congénita o procede de un adiestramiento. Se sabe que Sus Señorías, y sus asesores, son muchas, y se sabe también que no sólo tienen subvencionado el móvil. También gozan de otras prebendas. Y reciben regalos. Es que eso de ser político es muy pesado. Hay que sonreírle siempre al jefe.
Y quejarse de que el gasto en pensiones es mucho.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Los españoles no reclaman

Los oligarcas políticos y financieros españoles, ahora llamados, acertadamente, clases extractivas, están satisfechos y tranquilos. Saben que lo tienen todo bajo control.
Los españoles no son tontos, motivo por el cual no reclaman, puesto que saben que las posibilidades de que la reclamación prospere son escasas. Los españoles reniegan, se enfadan, refunfuñan, se acaloran, porque sufren muchos abusos. El sistema está montado de este modo, los que han logrado trepar hasta la parte superior hacen lo que quieren y los demás miran y maldicen.
Descansan tranquilos además porque han logrado infantilizar a los votantes. Ellos lo llaman fidelizar. El caso es que los partidos políticos saben que hagan lo que hagan tienen todos una masa de votantes ciega. Eso es un buen colchón para ellos y para los oligarcas financieros.
Es significativo que después de que el contratante de una hipoteca haya pagado al tasador, al banco, al notario, al registrador de la propiedad, a la gestoría, al ayuntamiento, al ministerio de Hacienda, ha tenido que ser el tribunal de la UE quien dictamine que los consumidores españoles están desprotegidos.
Los gobernantes españoles que firmaron los acuerdos con la UE ni siquiera se molestaron en mirar si entraban en contradicción con las leyes españoles. Total, ¿para qué?, si tienen a los ciudadanos a su merced.
El sistema español está hecho para que los bancarios, notarios, gestores, más sumisos obtengan más beneficios y los que pretendan manifestar sus reservas morales se queden sin clientes.
La solución para que estas cosas fueran un poco más decentes consistiría en cambiar el sistema, pero ocurre que tienen la posibilidad de cambiarlo son los menos interesados en hacerlo, puesto que a ellos les va bien. Y mientras haya gente que les vote se sentirán seguros en sus poltronas y seguirán exprimiendo a los contribuyentes.