Fue sintomático y desvergonzado el
intento del gobierno de convertir la manifestación en anti-PP. Allí
estaban Carmen y Begoña coreando consignas contra este partido.
Lejos del ánimo de Pedrito se ve que está cualquier intento de
parecer educado y cortés con los adversarios ideológicos.
Cuando se está en política para
favorecer a los ciudadanos se es capaz de comprender que a los
rivales les asiste la misma intención. Cuando se está en beneficio
propio, todos los que no estén bajo control son enemigos, puesto que
pueden conseguir lo que desea para sí, que es el poder. De ahí,
pues, que Pedrito, tras hacer sus cálculos mezquinos decidiera
adelantar las elecciones al 28 de abril, cuando el hacerlas en mayo
habría supuesto un ahorro considerable para las arcas públicas.
Pero al presidente no le importa gastarse el dinero de los pobres,
para su disfrute personal o para su posible beneficio.
El impresentable presidente regional
valenciano ha hecho lo mismo por parecidos motivos, después de una
gestión igual de catastrófica.
Se echa en falta una manifestación
contra la crisis que viene si continúa este PSOE en el poder.
Rubalcaba tampoco es de fiar. Rubalcaba, te das la vuelta y te la
clava, decían los suyos cuando fue ministro con González (Glez,
escribía Umbral), pero todo español consciente de lo que se avecina
con Sánchez descansaría si el candidato socialista fuera él.
Borrell también sabe que viene la ruina,
si sigue Pedrito al frente del gobierno, pero como a él no le va a
alcanzar, se calla. Menudos sinvergüenzas son los que están en este
gobierno y los que lo apoyan.
Iglesias, el marqués de Villa Tinaja, no
es que sabe que viene la ruina, es que la desea y la propicia, porque
si se multiplica el número de pobres será más fácil llevar a cabo
la revolución comunista.