Quiso recordar Bergoglio que hay hambre
en el mundo, especialmente en los niños, pero lo hizo al modo
podemita, como si señalara culpables. Dijo que la comida no es
propiedad privada.
En mis tiempos, tirar la comida era
pecado, por aquello de que era una falta de respeto y de caridad
hacia quienes pasan hambre. Este papa no tiene aspecto de haber
pasado hambre nunca. Hoy en día no solo se tira comida, sino también
millones y millones en cosas que no repercuten de ningún modo bueno
en los ciudadanos y que podrían y deberían servir para mejorar la
situación de los desfavorecidos. Y hay obispos y curas que alientan
y aplauden esos derroches e incitan a sus feligreses a ser egoístas,
racistas y faltos de caridad. Me refiero, lógicamente, a esos
obispos, curas y hasta cardenales, nacionalistas y a esas monjas,
alguna de las cuales nos ha llegado desde la misma Argentina de este
papa idiota.
En Venezuela, señor papa, hay hambre y
sed, pero también hambre y sed de justicia. Pero no pueden esperar
que se la satisfagan los podemitas. Al contrario, éstos lo que
pretenden es multiplicar el número de pobres y hambrientos.
Para elaborar las materias primas con las
que se hace la comida hay que trabajar mucho y estos trabajadores
requieren un salario, porque ellos mismos necesitan comer y han de
pagar la comida. De modo que ya vamos atisbando que la comida sí que
es propiedad privada. En toda la cadena alimenticia intervienen
muchas manos y sus dueños han de ser remunerados.
Quien compra un bocadillo y lo paga es el
dueño de ese bocadillo. La causa del hambre no es esa, señor papa
de Roma. Búsquela más en todos esos sinvergüenzas que apoyan
causas injustas porque con ello logran que sus feligreses pongan más
dinero en el cepillo. También le puede preguntar a Maduro qué es lo
que hace con el dinero del petróleo.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
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