Cuando
estalló la crisis mundial Zapatero se pasó todo el tiempo diciendo
que no afectaría a España, porque el sistema bancario español era
el más fuerte y regulado de todos. Y, eso, teóricamente, era
cierto. El Banco de España tiene el cometido de supervisar a los
bancos, para que no se salgan de madre y en el cumplimiento de esas
obligaciones hace inspecciones periódicas.
Y
a pesar de todo eso los bancos tienen tal cantidad de ladrillo en sus
balances que unos han desaparecido, otros están en peligro de
desaparecer y los grandes han capeado el temporal gracias a sus
negocios en el exterior. Pero en España han aumentado las comisiones
y a lo mejor han inventado otras nuevas, con el beneplácito del
Banco de España.
El
presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dice
que la culpa de la crisis española la tiene el Banco de España por
la ineficiencia de sus inspecciones.
Botín
quiere circunscribir la crisis únicamente a las cajas, pero eso no
es cierto. Conviene recordar que Franco no permitía que se
fusionaran los grandes bancos de entonces, porque con ello podrían
ser más poderosos que él.
En
la actualidad, el poder, teóricamente, lo tiene el pueblo y lo
administran los políticos, y éstos se lo han dejado arrebatar por
los banqueros. Los de ahora tienen mucho más poder que los de la
época franquista, y los políticos de hoy, presidentes y ministros
sueñan con sentarse en sus consejos de administración.
Ya
se ve que los banqueros en España hacen lo que quieren y si se les
va la mano y se produce una crisis el pueblo paga.
Zapatero
negó la crisis española una y otra vez, quizá porque no se
enteraba, acaso para conjurarla, pero ahí está. Lo de las cajas fue
peor, sí.
Quizá
lo que ocurra sea que el Banco de España ya no es capaz de imponer
su criterio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario