Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por
el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John
Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh),
intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a
la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el
mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión
convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix
(Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del
pueblo. Como se aproxima una ventisca, los cuatro se refugian en la
Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña.
Cuando llegan al local se topan con cuatro rostros desconocidos: el
mexicano Bob (Demian Bichir), Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red
Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado
Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras la tormenta cae sobre la parada
de montaña, los ocho viajeros descubren que tal vez no lleguen hasta Red
Rock después de todo.
MI OPI: Tener un estilo personal e inconfundible es digno de alabarse. Pero
repetirse sin pudor, sin aportar nada nuevo, sin ofrecer nada que
sorprenda o anime, resulta cansino e innecesario. Pareciera que
estuviéramos ante una copia descarada de los rasgos señeros del cine de
Tarantino (extensos diálogos chispeantes, personajes extremos, violencia
descontrolada, impulsividad desaforada,…) pero realizado por algún
alumno torpón y pedante que idolatrase a su venerado modelo pero sin un
ápice del talento ni originalidad del mismo.
No se puede alargar durante casi tres horas una situación única y sin
apenas desarrollo – deudora de “La ratonera” de Agatha Christie – con un
andamiaje tan párvulo y achacoso como éste, donde ni los diálogos
resultan ingeniosos, ni las situaciones tienen garra, ni los personajes
tienen el cuajo o la flema necesarios como para hacer llevadero
semejante prueba de resistencia. Contada (de forma sucinta) la película
pareciera ser graciosa, pero visionada en su fatigosa integridad resulta
casi tediosa por su monotonía y falta de brío.