La carne de Rosa
Montero
Una noche de ópera,
Soledad contrata a un gigoló para que la acompañe a la función y así poder dar
celos a un examante. Pero un suceso violento e imprevisto lo complica todo y
marca el inicio de una relación inquietante, volcánica y tal vez peligrosa. Ella
tiene 60 años; el gigoló, 32.
Desde el humor, pero
también desde la rabia y la desesperación de quien se rebela contra los
estragos del tiempo, el relato de la vida de Soledad se entreteje con las
historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para
la Biblioteca Nacional.
La carne es una
novela audaz y sorprendente, la más libre y personal de las que ha escrito Rosa
Montero.
Nº de páginas: 240
págs.
Editorial: ALFAGUARA,
2016
ISBN: 9788420426198
La vida es un
pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y
la de lo que ya no vas a poder vivir. Y el momento justo de la acción es tan
confuso, tan resbaladizo y tan efímero que lo desperdicias mirando con
aturdimiento alrededor.
Así empieza el
libro. Y me podría parar en estas frases un buen rato. De la mano de Daniel Cid Sánchez, que en su página de Facebook reseña parte de este impresionante
arranque, me hago con la novela y me acompaña un fin de semana en el que se
respira la llegada del otoño.
Es sin duda uno de
esos libros que nos pone frente a grandes temores como: la soledad, la recta
final de la vida (¿será la última vez que…?) o la falta de amor/pareja. Y ante
la tiranía del sexo y las justificaciones sobre no tener hijos.
¿En qué momento una
persona se pierde? Con variar un ligero detalle, cuántas modificaciones en la
vida se podrían hacer.
Soledad Alegría
(anda qué vaya nombre el de la protagonista), nos da pistas del tono. Drama con
cierta dosis de humor para rebajar el desasosiego.
Me ha gustado. A
Rosa Montero le tengo una admiración especial. Aquí incluso aparece como uno de
sus personajes, ella misma.
Aderezado con una
galería de malditos, a cada cual más curioso.
Al final todo acaba
por desembocar en el amor. Y en el daño.
En esperanza, fuerza
y humor para seguir tras el guaperas que corre por el parque.
Qué nostálgica es
la vida porque realmente no conseguimos atrapar el presente, siempre vivimos
proyectando el futuro o siempre postergando la vida. El momento que vivimos lo
pisoteamos o tenemos toda la nostalgia de lo que ha quedado atrás. Y ya llega
un momento en la vida en que ese seré feliz se va acortando y ya empiezas a
pensar que no tienes la nostalgia de lo que no vas a vivir. La vida es así.
Somos un desencuentro total con la realidad. Oscar Wilde decía una frase
maravillosa, «para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no
llevamos», tremenda frase y muy sabía, porque es así, habla de la perenne
insatisfacción de los seres humanos, y de esas ansias de plenitud que nos lleva
a la frustración. En esa nostalgia de la plenitud se nos va la vida.
Sin tu firma
Francisco Castro y Daniel Cid
Sánchez
Planificar el día
sabiendo que a última hora de la tarde habrá algo diferente. Presentación de un
libro. Un autor al que conozco a través de las redes sociales.
Subo tranquilamente
al lugar del evento. Un maravilloso paseo entre las estanterías de novelas.
Septiembre, el mes de la vuelta al cole, recuerdos de carpetas, libretas,
bolígrafos de colores. Un archivador fucsia, portadas de libretas con muñecas demoníacas.
El fascinante mundo de las papelerías.
En un rincón, medio
escondido, el pequeño auditorio, sillas, mesa, y el inevitable gran cartel
publicitario.
Ambiente entre
amigos. Gente cercana. Personas que compartieron inquietudes en un taller literario.
Profesor que en 5 minutos, y bajo presión, destapa la botella de las ideas, e
invita a circular a toda velocidad sobre un folio en blanco. Todos lo recuerdan
como una experiencia que les unió como grupo y les impulsó a escribir.
Daniel parece
tímido. Tal vez nervioso. Cuenta como
una canción y una anécdota, un tanto morbosa, dieron lugar al título, y supongo
que a partes de la trama. Habla de su experiencia con este primer libro, de sus
lecturas caóticas, su gran influencia del cine y las series.
Referencias
musicales, al cine, mi ciudad como escenario, y un fuerte toque de humor negro.
Convencida. Habrá que leerlo ya.
Salgo la primera, cualquiera
diría que con prisa. No, no espero por una firma. Me gusta conocer a los
autores, ponerles cara y voz, intuir qué piensan y qué les ha llevado a
escribir.
A veces creo que voy
buscando un impulso.
El caso Fritz Bauer
En 1957, doce años después de la II Guerra Mundial, y del fin del Tercer
Reich, el Fiscal General Fritz Bauer se compromete a detener a los criminales
nazis. El hecho decisivo es la localización del Adolf Eichmann, miembro clave
de las SS.
Lucha contra el poder establecido. Un gobierno formado por personas afines
al nazismo disfrazadas de progreso. Pretende llevar a juicio a los máximos
responsables y hacer que el país asuma lo sucedido. Tropieza con todo tipo de
impedimentos y artimañas. Recurre a los servicios secretos de Israel.
Una buena historia, aunque la película no logra un ritmo que atrape al
espectador. Justicia con sus dudosas leyes, deja libres a genocidas y persigue
a homosexuales. A destacar aspectos técnicos.
Título original Der Staat gegen Fritz Bauer. Director Lars Kraume. Guion Lars Kraume, Olivier Guez. Música Christoph M.
Kaiser, Julian Maas. Fotografía Jens Harant. Reparto Burghart
Klaußner, Ronald
Zehrfeld, Dani
Levy, Sebastian
Blomberg, Laura
Tonke,Robert
Atzorn, Michael
Schenk, Matthias
Weidenhöfer, Götz Schubert,Jörg
Schüttauf, Cornelia
Gröschel, Lilith
Stangenberg. Alemania 2015, 105 min. 6 Premios del cine
Alemán, incluyendo película y director. 9 nominaciones. Festival de Locarno:
Premio del Público.