lunes, 11 de agosto de 2008

desnuda

me reconcilié con mi cuerpo, gracias a uno de mis amantes.
cuando lo conocí, todavía tenía esos pudores de coger a oscuras, de evitar que me vieran la cara y el cuerpo mientras me hacían gozar. ¿razones? bueno, que mujer que ha jugado con barbies no se siente incómoda con su cuerpo, porque tal vez tenga tetas grandes, pero son el resultado de grasita en todo el cuerpo y las que no las tienen, posiblemente vean su esqueletudo cuerpo sin pechos. infame propaganda que no nos deja gozarnos el cuerpo que tenemos.
en fin, este chavo, te lo he contado, ponía toda la luz que podía, y si estábamos en un lugar con penumbra, se esforzaba en colocarme en el rayito de luz para poder observarme, cosa que me ponía sumamente nerviosa.
al final buscando el mejor lugar, se decidió por llevarme siempre al omni, allí había una habitación (o varias, no sé) donde el único lugar donde no habían espejos era el suelo.
y lo que hacía era colocarme de pie, frente a él, y penetrarme desde atrás para poder verme completa reflejada en el espejo, al inicio me hacía sentir incómoda, luego descubrí que le encantaba mi cuerpo y que verlo lo estimulaba mucho, así que me dejaba ir viendome y viendolo reflejados ambos en los espejos, disfrutando las imperfecciones de nuestros cuerpos y gozandonos.
puede ser que no sea "el cuerpo perfecto", pero te hago gozar, y he hecho lo mismo con OTROS, me gusta mi cuerpo porque da (y me da) placer.

6 comentarios:

Alfonso Huerta dijo...

todo esto es más bien difícil de creer

Nicté dijo...

lo mejor alfonso es que es totalmente cierto...
el chavo del que hablo podría corroborarlo, sólo que su mujer lo mataría.
¿no te gustaría hacerle el amor a tu pareja viéndolo/a completo/a reflejado/a en un espejo?

Alfonso Huerta dijo...

Jajaja, yo sé que es algo de gran gratificación visual, a lo que me refería con difícil de creer era con que todo fuera hecho por la misma persona y que esta no fuera ya conocida por la muy mojigata y muy chismosa, republiquita de Guatemala

Nicté dijo...

una anecdota: unos jovenes querían robar un cenicero de aluminio, de esos que hay en los hoteles (o habían) y que son inmensos. lo que hicieron fué entrar tomarlo y salir, enfrente de todos y NADIE se dió cuenta...
moraleja: si no quieres que se enteren: grítalo (tu no me crees)por otra parte, si me ves en la calle no lo creerías tampoco.

Geo. D'incau dijo...

ami me gustaria hacerelo pero viendote a ti, woow tus post son exitantes

Allan Martínez dijo...

No hay placer como verse a los dos gozando en el espejo. Hasta se esmera uno en eso de dar más placer.