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20 ene 2010

¡aleluya!

Desde el año 1997 no había podido volver a tomar fotografías como esta. Realizada hace poco más de una hora muestra los tablazos  que se van formando cercanos al cauce del río Guadiana. El agua llega hasta la presa del Morenillo y ha inundado ya la zona de la isla de las Cañas donde la turba estaba en combustión. La zona del cauce del Guadiana es la que tiene una mayor  inundación ya que al estar más baja que el resto del Parque el agua de los distintos aportes (sondeos, trasvase, los arroyos que bajan de la sierra, el río Gigüela) tienden a irse hacia esa parte.
Esta toma realizada desde el mirador de la isla del Pan muestra como la presa del Morenillo, en el interior del Parque, hace que el agua se extienda y no continúe  el cauce del río.
El río Gigüela que en algunos momentos llegó a verter en Las tablas hasta 27 m3 por segundo lo sigue haciendo de forma más moderada y progresivamente sigue su cauce hasta encontrarse con el agua del trasvase e inundando la zona del Tablazo.
El Guadiana va recibiendo el agua que le llega ofreciendo  una imagen esperanzadora  del río a la altura del molino de Molemocho. El tablazo que se aprecia enfrente es la Laguna Permanente.
Esta tarde he disfrutado en el P. N. Las Tablas de Daimiel como pocas veces. Llevo años haciendo fotografías desde los mismos puntos de vistas y con las pocas opciones de encuadre que permiten las zonas que permanecían encharcadas. Hoy conseguí imágenes que hace unos meses me hubiesen parecido imposibles. Y esto va a más. Disfrútenlas conmigo.

26 ene 2009

Idilia...


PD. 9 de enero de 2012.
En esta entrada compruebo que no puse ningún texto. Supongo que mi intención era que la imagen se explicase por sí sola, y así parece ser.
En el invierno presente,  o sea, tres años después, se están dando unas condiciones climatológicas similares: un anticiclón que lleva semanas sobre la península; un año demasiado cálido y con escasas precipitaciones; unas temperaturas normales para esta época que fluctúan entre los dos grados bajo cero a primeras horas de la mañana y los catorce o quince a primera hora de la tarde. En fin todo normal, salvo que entonces Las Tablas sólo tenían encharcadas una decena de hectáreas y hoy tienen más de mil. Fantástico verdad.