* El mercado de Zacualpan de Amilpas se pone los domingos, está en el estado de Morelos, a hora y media de la ciudad de Cuernavaca. Hay que llegar muy temprano.
domingo, julio 17, 2016
Lo importante no es el precio, sino el valor de las cosas
* El mercado de Zacualpan de Amilpas se pone los domingos, está en el estado de Morelos, a hora y media de la ciudad de Cuernavaca. Hay que llegar muy temprano.
sábado, abril 16, 2016
La cocina tradicional de Morelos
Además hubo un jurado que premió los platillos en distintas categorías.
Ella habló de las tradiciones y el ritual que se da para hacer estas hermosas tortillas, que son pintadas con tintes naturales, estampadas con un troquel hecho en antiguas prensas de madera de mezquite. Estas tortillas se utilizan para celebrar fiestas patronales, aniversarios, bodas, o simplemente para disfrutar en familia algo tan bello como útil. Ella nos cantó dulcemente mientras preparaba cada una de las tortillas y además nos contó un cuento sobre el porqué de esta tradición. Habló de la importancia de los maíces nativos y sobre todo, habló del amor que le tiene a la tierra.
Las artesanías y dulces típicos estuvieron presentes, lo mismo que talleres para niños por parte del taller de La alambrería. El encuentro fue un evento que todos disfrutamos..
Las famosas mulitas de Tlaltenango, Cuernavaca
De esta flor sale el fruto de la pomarrosa, crece en el estado de Morelos. La pomarrosa es uno de los frutos que más disfruto en estas tierras cálidas. Nora, va para tu memoria esta flor, que madurará y será como el legado que dejas: un manjar que disfrutaremos siempre.
domingo, octubre 11, 2015
Semillitas
Tenemos el entendimiento que una semilla contiene en sí, toda la estructura latente de un ser vegetal. Un pequeño embrión que puede contener los frutos, las hojas y las raíces que conforman un árbol o una planta. Una semilla es algo mágico, ¿no les parece? ¿Cómo algo tan pequeño puede contener tanta vida dentro? Es algo muy hermoso ver desarrollar una planta; desde que es un pequeño tallo, luego, viendo salir poco a poco sus hojas y después descubrir entre las hojas las flores y los frutos. Nuestra dieta se conforma básicamente de granos, algunos procesados industrialmente y otros simplemente tostados, remojados, guisados o molidos.
Tuvo que pasar tiempo para planear esta receta que deseo compartir hoy, además de asociarla con otra más. Hace ya varios años, encontré una receta que llamó mi atención, era un pipián hecho con pepitas de melón. Solamente había tomado horchatas hechas con semillas de melón, pero nunca un pipián. Tuvo que pasar mucho tiempo para que juntara las semillas de melón. Tardé casi más de un año. Es que en esta casa no somos muy afectos a comer melones. Por más que las apartaba no lograba completar la medida requerida para hacerlo.
En ese transcurso del tiempo, comencé a juntar otro tipo de semillas. Éstas eran de un fruto que descubrí ahora que me vine a vivir a Cuernavaca. El fruto se llama bonete, es una fruta ovalada, del tamaño de la palma de una mano, que a lo largo le crecen pequeñas alitas. Lo curioso de esta fruta es que dentro está llena de semillas. La pulpa es muy escasa y su sabor es parecido a la papaya, pero más dulce. Se prepara en agua o se puede comer sola. Buscando más información sobre el bonete, descubrí que es de la misma familia de las papayas, carica mexicana. Se da en Colima, Guerrero, Morelos, Edo. de México, Yucatán y Campeche.
Sin embargo, el bonete, lo conocí primero en semilla. Acostumbro a comprar en los mercados pepitas de calabaza para guardarlas en mi bolsa y traerlas como botana. Cierta ocasión, al comprar pepitas, encontré que vendían otras semillas tostadas que nunca había visto. Me dijeron que eran bonetes y que se consumían igual. Me dejaron probarlas y me gustaron mucho. Después volví por más semillitas y ya se les había acabado. Mucho tiempo después encontré el famoso fruto del bonete y claro que lo compré. Sinceramente, la pulpa no me encantó, preferí recuperar las semillas, dejarlas secar al menos un mes, remojarlas en agua de sal por un día y luego tostarlas en el comal. Su sabor es muy agradable, incluso me parecieron más sabrosas que las pepitas de calabaza.
Hay un dicho que oí hace poco y me hizo pensar. Se refiere al poco valor que tiene alguna cosa y es entonces cuando alguien se le ocurre decir: “Eso vale puro bonete”. Supuestamente, se referían a algo sin valor y lo comparaban con este fruto. Pero aun cuando aparentemente no sea tan sabroso y no se aproveche gran parte su pulpa, este fruto me pareció apreciado por sus semillas. Así que yo no estoy de acuerdo con ese dicho. Las semillas de bonete son muy sabrosas, y la próxima vez volveré a buscarlo en su temporada, que es de marzo a junio.
Listas para consumirlas
Volviendo al pipían de semillas de melón. Cuando por fin logré juntar la cantidad adecuada lo guisé. La receta la tomé de un libro de Alicia Gironella, sólo que no recuerdo el título, porque el libro estaba en un restaurante y al hojearlo la encontré y le tomé una foto. La modifiqué un poco. Le puse otro tipo de chiles, que son los de mi gusto personal y no pude conseguir codornices, que son deliciosas, por cierto; así que lo comí con verduras. Este pipián es muy rico y fino, tal vez la foto no lo favorezca mucho, tiene una textura muy agradable, tendré que esperar otro año a que junte semillas de melón y pueda hacerlo de nueva cuenta.
La receta original es esta:
Pipián de pepitas de melón
¿Qué necesito?
8 pichones o codornices limpias
6 chiles anchos desvenados y tostados
6 cucharadas de manteca o aceite
1 rebanada de pan tostado
2 tazas de pepitas de melón tostadas y molidas
1 taza de almendras tostadas
3 tazas de fondo de ave
¿Cómo lo hago?
En 3 cucharadas de manteca se doran las codornices o pichones, con un poco de sal, 20 minutos aproximadamente.
Los chiles y el pan se muelen con una taza de caldo y se reservan.
Las pepitas de melón se muelen con caldo y se cuelan. Se mezclan con las almendras molidas y con otra media taza de caldo.
El molido de los chiles y pan se fríe con el resto de la grasa, se agregan las codornices y el caldo de pepitas y almendras, se cocinan a fuego bajo 40 minutos aproximadamente hasta que espese; se sazona con sal necesaria y se aparta del fuego.
Se adornan los platos con rebanadas de melón.
Se pueden bañar con este pipián otras aves y carnes.
Se puede mezclar con cualquier tipo de carne deshebrada para preparar antojitos.
Rinde para 6 personas.
Pipián de pepitas de melón, chinchayotes y pacholas
lunes, febrero 02, 2015
Tamalitos de arroz
Cuando era niña mi madre hacía tamales de dulce, pero no eran como los que venden tradicionalmente de maíz, rellenos con piña o pasitas. Eran unos tamalitos sumamente delicados, vaporosos y rellenos de fruta seca. La textura del tamal era distinta porque su masa estaba hecha con harina de arroz. Parecían pequeños pastelitos cocinados al vapor. Ella los llamaba tamales árabes. Supongo que por el mestizaje al utilizar un grano oriental. Mi madre, es de Campeche y en la península de Yucatán llegaron los primeros inmigrantes libaneses, (como consecuencia esto enriqueció la gastronomía de esa zona); los peninsulares, en su forma coloquial los nombraban de distintos modos: turcos, libaneses o árabes. Intuyo que el ingrediente de la harina de arroz es influencia de esta gastronomía y de ahí le vino el nombre.
Después de muchos años encontré estos tamales en Michoacán, pero les llaman canarios y los pintan de color amarillo, como los pájaros de ese nombre. Sus ingredientes son casi los mismos que los tamales “árabes” de la receta de mi madre.
Esta receta que reproduzco me la dio una amiga de Cuernavaca, la Chef Lynda Cruz Balderas, talentosa pastelera de paciencia infinita. Ella promueve el consumo del arroz con denominación de origen de Morelos. Además de investigar y dar a conocer la gastronomía morelense.
Los tamales son deliciosos. Insisto, son como un pastelito al vapor, yo no les puse colorante, los quise recordar como los tamales que me hacía mi madre. Aún conservo la receta de ella.
Algunos cantidades son imprecisas, es por eso que preferí hacer la receta de Lynda, que es más rica. Únicamente modifiqué la suya agregándole un poco más de frutas secas.
Tamales canarios de arroz, de la chef Lynda Cruz Balderas
¿Qué necesito?
1 kilo de harina de arroz
16 huevos (separar la clara de la yema)
500 gramos de mantequilla
700 gramos de azúcar
2 tazas de leche entera
2 cucharaditas de esencia de vainilla
4 cucharadas de polvos de hornear
100 gramos de higo cristalizado picado
100 gramos de naranja cubierta picada
100 gramos de almendras picadas
100 gramos de acitrón picado
100 gramos de pasitas
200 gramos de queso chihuahua menonita
Colorante amarillo
hojas de totomoxtle para tamal
mantequilla necesaria para engrasar las hojas de totomoxtle
vaporera
¿Cómo lo hago?
1. Las hojas de totomoxtle se remojan por media hora en agua tibia. Escurrir bien y engrasar con un poco de mantequilla. Reservar.
2. Rallar el queso y reservar.
3. En un plato poner todos los frutos secos picados. Mezclar.
4. Mezclar el polvo de hornear con la harina de arroz y reservar.
5. Batir la mantequilla con el azúcar hasta blanquear. Ir agregando las yemas de huevo una por una, luego la harina de arroz con el polvo de hornear.
Incorporar la leche. Una vez mezclado todo se incorpora el queso rayado, unas gotas de colorante a quedar un tono amarillo limón y la vainilla. Batir las claras a punto de turrón y agregarlas al batido en forma envolvente con una cuchara de madera.
6. A las hojas de tamal ya engrasadas se les colocará dos cucharadas soperas del batido, untándolo ligeramente y poner una cucharadita del relleno de frutas secas.
7. Cerrar el tamal enrollándolo y doblando las puntas, es necesario no llenarlo mucho ni apretarlo para que no se reviente al cocer. Se coloca en la vaporera con las puntas hacia arriba.
8. Mis tamales tardaron una hora en cocerse después de que estuvo bien caliente la olla.
9. Se sirven calientes. Rinde 50 tamales, aproximadamente.
Celebrando el día de la Candelaria con su tradicional tamal