GENTE SIN
SWING. El hombre agarra un charango y finge producir algún sonido
musical. Está con estudiantes: dos niñas ríen, el resto mira con asombro, la
que agarra la pandereta parece buscar, entre el público, que alguien brinde una
explicación a ese acto inesperado.
El hombre, dice la noticia, remarcó la importancia de la
docencia y de los padres en la educación. Lo hizo en un recorrido por escuelas
rurales de Jujuy. En la escuela de frontera N° 3 de Oratorio dijo: “Ustedes
hacen Patria”. Lo hizo, en su función de padrino de la escuela y llevó regalos,
aunque no precisa si fueron caramelos, libros o netbooks.
El padrino, como sabemos, es una persona que asiste a otra
persona para sostener sus derechos en diversos actos. En nuestra región, el
padrino es alguien solidario que apoya, alienta y sostiene a sus ahijados;
sobre todo cuando hay ausencia de padres.
NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA. Ése era el lema
de la familia Campanelli, un clásico de la televisión en blanco y negro que nos
llegaba desde Buenos Aires. Otra familia, más difundida porque venía de los
estudios de Hollywood, también exigía una profunda moral familiera; ese film es
recordado por sus hectolitros de sangre, la cabeza de un caballo muerto en una
cama y por la principal preocupación principal de Michael Corleone: ordenar los
asuntos familiares. Ya sabemos: en la mafia, familia y Familia son la misma
cosa.
Los jefes de familia, en Jujuy, también tienden a emprolijar
la vida de sus integrantes. Les consiguen trabajos en el Estado o en las
empresas que están fuertemente ligadas a la gestión gubernamental. Para que los
lazos de sangre sean respetados, arman otros lazos y así surgen grupos como
“Los colombianos”, “La medianera”, “Los contadores” y también liderazgos que
tienen sus nombres de guerra: el Ruso, el Amarillo, el Bocha, el Pardo o, en
algún caso, alcanza con el nombre de pila como cuando nos referimos al Papa
(¿hace falta recordar que la Iglesia le pide a la familia Corleone que
ingrese en el banco del Vaticano?).
SÍMBOLOS. Hay algo que es inobjetable en la expresión del
vicegobernador: la importancia de la educación pública. Esta importancia va más
allá de los reclamos salariales (hay gremios que sólo se movilizan por un
pedido de aumento de sueldo, pero nunca fundamentan sus demandas, como sí lo
hacía Avelino Bazán). Es, por medio de la historia, que aprendemos el
significado de nepotismo. Gracias a la regla de tres simples sabemos cuántos
días puede gastar en sana alimentación un funcionario y un obrero municipal,
por dar un ejemplo.
El lenguaje nos permite ver la credibilidad que tienen los
discursos; cuando un padrino afirma: "Vengo a visitar a mis ahijados y
ahijadas como prometí en su momento no lo hago con las manos vacías y espero
sinceramente poder repetir esta visita en breve", su enunciado es, por lo
menos, dudoso. Afirma que cumple una promesa: la visita; que llega con “algo”
en las manos, pero no define qué es lo que lleva, para qué sirve, quién compró,
quién pagó.
¿Por qué sería bueno que nuestros funcionarios precisen sus
actos? Fundamentalmente para lograr transparencia en la gestión pública; para
erradicar los liderazgos excluyentes, personalistas y autoritarios; para que si
defienden la educación pública, ellos y sus hijos se eduquen en universidades
públicas. Y para que nada quede en la nebulosa, como esos crímenes no aclarados
de una Familia poderosa que llegó al poder.
http://www.eltribuno.info/renovo-compromiso-n535907