Al
contrário de los últimos años, las elecciones brasileñas de octubre de 2014 estan
marcadas por un fuerte elemento de incertidumbre. Esto resulta de la nueva
situación política creada a partir de las movilizaciones de massas de junio de
2013, del agravamiento de la situación económica del país y del consecuente
desgaste del Partido de los Trabajadores (PT) que va a completar 12 años en el
gobierno federal.
André Ferrari
(LSR, CIT-Brasil)
En este
contexto, la muerte en accidente aéreo del candidato a presidente Eduardo
Campos el dia 13 de agosto y la elección de Marina Silva como nueva
candidata presidencial del PSB provocó un profundo reordenamiento en el escenario electoral. Las posibilidades de una
derrota del PT se volvieron mucho más concretas.
Campos fue
ministro em el primer gobierno de Lula (PT) y gobernador del estado de
Pernambuco. Fue también presidente del PSB (Partido Socialista Brasileiro), un
partido burgués que apoyó a los gobiernos del PT, pero que también se coaligó
con la derecha neoliberal en varios estados, como es el caso de São Paulo donde
participa del gobierno derechista del PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña).
El año pasado,
Campos y el PSB se separaron del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff (PT)
y optaron por apostar por la construcción de una tercera vía electoral en relación con la tradicional polarización entre el PT y el PSDB que se repite
desde 1994.
Sin embargo,
frente al choque entre Rousseff (PT) y el ex gobernador del estado de Minas
Gerais Aecio Neves (PSDB), el PSB tenía posibilidades remotas y se presentaba
más como una inversión para el futuro. Con su muerte y el nombramiento de
Marina Silva como candidata, el panorama cambia radicalmente.
¿Quién es Marina
Silva?
Marina Silva
tiene una historia de izquierda, con actuaciones en la CUT (Central Unitaria de
Trabajadores) y el PT desde la década de 1980 en la región del Amazonas junto a
líderes ecologistas de izquierda
internacionalmente reconocidos como Chico Mendes, asesinado a instancias de los
propietarios de tierras en 1988.
Más
recientemente, Marina fue ministro de Medio Ambiente en el gobierno de Lula desde 2003 hasta el 2008, cuando rompió con el gobierno y, finalmente, se unió al
Partido Verde (PV) para competir en las elecciones presidenciales de 2010, en
estas elecciones obtuvo el tercer lugar, pero con rendimiento óptimo,
obteniendo 19,33%, casi 20 millones de votos.
Marina más tarde
decidió construir su propio partido político, aglutinando políticos viniendo de
derecha a izquierda, del PSDB al propio PSoL, y miembros de ONG. Bautizado
"Red de Sostenibilidad", esta nueva
formación, sin embargo, fracasó en obtener el registro legal para competir en las
elecciones de 2014.
Por lo tanto,
Marina hizo un trato con Eduardo Campos y se unió con todo su grupo al PSB.
Según el acuerdo, a pesar de su peso electoral mayor que el de Campos, Marina solo sería
candidata a vicepresidente en la fórmula encabezada por él.
Marina Silva
rompió con el PT por la derecha, a pesar de mantener una imagen que conserva
algo de su pasado izquierdista. Como candidato presidencial en 2010 hizo un
discurso de reconciliación nacional, alegando aprovechar el lado bueno tanto del
PT como del PSDB. Defendió la esencia de la política económica neoliberal (la
estabilización monetaria, según ella), aprobada por el ex presidente Fernando
Henrique Cardoso en 1990, Marina también defendió las políticas sociales de
Lula. Sus críticas se centran más en la
gestión actual del PT con Dilma Rousseff.
Gran parte de
los votos Marina no vienen de su profesión de fe neoliberal, si no de su imagen
de alguien de fuera del sistema político tradicional. Su preocupación ambiental
y su pasado izquierdista ayudaron a construir este perfil. Otra parte
sustancial de su apoyo, no obstante, vino de los sectores más conservadores de
la sociedad brasileña. Siendo evangélica y contraria de muchas banderas de la
lucha contra la opresión de las mujeres, LGBT, Marina canaliza gran parte del
voto religioso más reaccionario.
Cuando estallaron
las luchas de masas en junio de 2013, aumentó el espacio para una alternativa a
la polarización entre el PT y el PSDB y el nombre de Marina fue ganando fuerza
entre los sectores descontentos. Sin la candidatura de Marina, muchos de estos
sectores tienden al voto nulo, abstenerse de votar en estas elecciones o
incluso al voto de izquierda socialista, representado en estas elecciones en la
candidatura de Luciana Genro del PSoL. Con la candidatura de Marina confirmada,
la situación cambia. Ella puede canalizar gran parte de los votos de la
oposición, sea por la derecha como también por la izquierda.
Las encuestas de
opinión indican ahora, a principios de septiembre, la consolidación del
crecimiento de Marina Silva que ya empata con Dilma Rousseff (35% a 34%). Aecio
Neves, el candidato del PSDB y de la derecha tradicional, perdió apoyo, y llega
ahora al 14% de los votos. Si se confirma, este escenario apunta a una segunda
vuelta disputada entre Dilma y Marina. Sería la primera vez que el PSDB no gana
una elección o disputa la segunda vuelta en 20 años. Si esta segunda vuelta
fuera hoy la investigación indica que Marina Silva, derrota a Dilma por un margen pequeño.
En el escenario,
aunque aún no está definido, Dilma disputa la reelección y lleva ventaja por
eso en un sistema político viciado y marcado por el abuso del poder económico,
el intercambio de favores, etc. Además de detentar el control de la maquinaria
estatal, el PT posee redes y estructuras de apoyo partidario estaduales más
fuertes y tiene mucho más tiempo para la propaganda electoral obligatoria en la
televisión. Sin embargo, es la primera vez que el PT se encuentra en grave
peligro de perder la presidencia desde que en 2002 ganó las elecciones.
Crisis y
agotamiento del ciclo del PT
¿Cómo se explica
un cambio tan radical en um escenario antes visto por muchos como la reelección
casi garantizada de Dilma Rousseff?
Tras el impacto
inicial de la crisis internacional que hizo que el PIB de Brasil tuviera un
crecimiento negativo del 0,3% en 2009, la economía brasileña ha logrado escapar
de las consecuencias más agudas que azotaron Europa y los EE.UU.. A pesar de
que en promedio más bajos que en otros países latinoamericanos y llamados emergentes, el PIB en 2010 alcanzó un crecimiento del 7,5%. Esto hizo que Lula
pudiera transferir su apoyo popular para un candidato casi desconocido, su
ministro Dilma Rousseff.
El gobierno de
Dilma, sin embargo, estuvo marcado por un creciente deterioro de las bases
económicas que garantizaban una cierta estabilidad y apoyo al PT en el
gobierno. El crecimiento económico está ahora muy por debajo de los dos
mandatos de Lula. De 2003 a 2010, Brasil creció en promedio un 4%. En la gestión de
Dilma (a partir de 2011), el promedio debe ser de 1.8%, el más bajo desde el gobierno de Fernando Collor de Mello, con una crisis de gobierno que finalmente fue derrocado por un movimiento de masas en 1992.
El bajo
crecimiento ocurre mientras que la inflación crece, alcanzando más a los
trabajadores. En un primer momento, el gobierno de Dilma trató de adoptar
políticas para estimular el crecimiento, incluyendo la reducción de los tipos
de interés básicos y una política de exenciones fiscales a los sectores de la
empresa.
Sin embargo, no
logró revertir la tendencia de estancamiento económico en que los pilares del
modelo económico de Lula ha llegado a su límite. La exportación de los
productos primarios se ve afectada por la crisis mundial que esta vez también
afecta al mercado asiático. El mercado interno ampliado con la política de
crédito también llegó a su límite con los hogares más endeudados.
Ante el
crecimiento inflacionario, la falta de las cuentas públicas y la presión del
mercado financiero, el gobierno de Dilma cambió el rumbo de la política
económica y allanaron el camino para las altas tasas de interés y los recortes
de gastos difíciles. El resultado es que Brasil esta ahora técnicamente en
recesión tras dos trimestres consecutivos de contracción del PIB.
Sin crecimiento
en un año, las inversiones en la economía cayeron un 5,3% entre abril y junio
de este año. Este índice representa la mayor caída desde el primer trimestre de
2009, en el apogeo de la crisis global. El cero en las perspectivas de crecimiento para el 2014, se hace cada vez más concreto.
La Copa del
Mundo en sí, por el contrario al caso de la movilización social, se presentaba como un factor importante para estimular el crecimiento de la economía, no ha tenido
ese papel y ahora comenzó a ser utilizado por el gobierno como una excusa para
el bajo crecimiento en 2014.
La industria, en
particular la industria del automóvil, es la más afectado por la crisis del
sector. Esto se debe tanto por la disminución del mercado interior, como también debido a la crisis en países como Argentina, un gran importador de
automóviles fabricados en Brasil. Los fabricantes de automóviles en Brasil
pronostican una caída del 10% en la producción de este año. Esto ocurre después
de nueve años de crecimiento ininterrumpido. Este escenario está empezando a
causar despidos. Llegan a seis mil puestos de trabajo cerrados desde el comienzo
del año y siete mil trabajadores colocados en suspensión temporal (layoffs) o
parados.
El fin del pacto
social "Lulista"
Incluso respondiendo a las demandas del mercado
financiero, elevando las tasas de interés y promoviendo más recortes, la
inflexión en la línea económica no impidió el empeoramiento de las fisuras
entre las fracciones de la clase dominante que han apoyado el gobierno Dilma.
Parte de las empresas
y los bancos perdieron el entusiasmo que tenían con los gobiernos del PT en la
última década. Estos sectores saben que el año 2015 tendrá que ser, desde su
punto de vista de clase, el de un brutal ajuste de la economía con recortes y
ataques a los trabajadores y comienzan a cuestionar la capacidad del PT en la
implementación de esta política.
La clase
dominante ve agotarse cada vez más el gran éxito del "lulismo" en los
años anteriores que fue la capacidad de forma temporal y en un contexto
nacional e internacional muy específico, de implementar un verdadero pacto
social en el país entre la gran burguesía y los sectores más pobres de la
población.
Las condiciones
para que eso se mantiviera se acabaron definitivamente como quedó claro en las
jornadas de lucha de 2013. Esta es la gran explicación detrás de esta
impresionante movilización de masas.
No se trata solo
del empeoramiento de la situación económica y la incertidumbre sobre el futuro,
sino también la manifestación de insatisfacción en relación con las
contradicciones por el modelo "Lulista".
El llamado pleno
empleo es en realidad subempleo ultra-precario y mal pagado. El consumo a crédito
de electrodomésticos y automóviles conviven con la ausencia de saneamiento básico
y centros de salud y escuelas públicas minimamente adecuados para atender a la
población. El colapso de las condiciones de vida en las grandes ciudades se
manifiesta en la crisis de la movilidad urbana, en la cuestión de la vivienda y
la violencia cotidiana.
La incapacidad
del sistema político para absorber las demandas populares creó un rechazo
masivo hacia los políticos y los partidos tradicionales. Todo esto en un momento
en que las alternativas de izquierda auténticas todavía no se mostraron a la
altura de canalizar este descontento.
Estos factores
llevaron a la movilización del pasado año y explican las contradicciones del
propio movimiento. En este contexto post-jornadas de junio de 2013, las
encuestas ahora indican que alrededor del 80% del electorado quiere cambios, un número solo comparable a 2002, cuando Lula ganó las elecciones derrotando al
candidato apoyado por el presidente Fernando Henrique Cardoso del PSDB. Gran
parte de la juventud y los trabajadores, especialmente en las grandes ciudades,
buscan una alternativa o simplemente reaccionan con escepticismo al proceso
electoral.
A pesar de esto,
el PT aún mantiene uma base electoral importante especialmente entre los
sectores de más edad, que viven en las ciudades menores del interior y los más
pobres que experimentaron una cierta mejora en años anteriores a partir de los
programas de bienestar, incluso aunque estos programas fueron adoptados a
partir de una concepción neoliberal.
El programa
Bolsa Familia, por ejemplo, es una política asistencial focalizada y no se revierte
en una política estructural de puestos de trabajo e ingresos decentes. El
programa de acceso a las universidades
pagadas (PROUNI) se dio repartiendo dinero público a empresas privadas de muy
baja calidad educativa. El programa de vivienda "Mi Casa Mi Vida",
según ha informado MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) está al
servicio de las grandes empresas constructoras y está muy lejos de satisfacer
la demanda popular por una vivienda digna.
Aún así, existe
el temor de que una victoria de la derecha tradicional represente un retroceso
incluso de estas políticas muy limitadas y contradictorias. Es en este miedo
que se basa la campaña de Dilma Rousseff.
El verdadero
significado de Marina Silva
En la lucha por
debilitar a Marina Silva, el candidato del PSDB Aecio Neves intenta diferenciarse
por la derecha. Resalta las criticas de Marina al agronegocio en nombre de la defensa
del medio ambiente y su antigua relación con los gobiernos del PT, incluyendo
su omisión ante los casos de corrupción.
Dilma, a su vez,
repite la costumbre del PT de usar retórica de izquierda unos pocos meses en la
víspera de las elecciones para después gobernar durante cuatro años con
políticas derechistas. La campaña del PT ataca cínicamente a Marina
cuestionando su relación con ex ministros y economistas vinculados a los
gobiernos del PSDB y sus posiciones contrarias a los derechos de las personas
LGTB y las mujeres.
Marina Silva, a
su vez, se presenta como representante de la lucha contra la "vieja
política" y volvió a abrazar algunas de las consignas planteadas en
protestas en junio de 2013 es el caso de la bandera de "pase libre"
en el transporte, pero sólo para los estudiantes de escuelas públicas.
También dicen
que ellos son los únicos capaces de colocar en la oposición, como un ejemplo,
el ex presidente José Sarney, político oligárquico reaccionario que apoyó y
participó en todos los gobiernos desde el golpe de 1964 y en la actualidad
apoya al gobierno del PT.
Al mismo tiempo,
Marina tiene una prioridad hoy: ganar la plena confianza del gran capital. Para
ello, se rodeó de economistas neoliberales y una heredera del mayor banco del
sector privado como asesor especial y adoptó un programa económico en algunos
aspectos incluso más a la derecha que Aecio Neves.
Su programa
defiende explícitamente la independencia institucional del Banco Central y el
llamado "trípode macroeconómico" (estrictas metas de inflación, una
tasa de cambio flotante y el rigor fiscal) que se convirtió en el mantra del
mercado financiero. En cuanto a la privatización, dice que implementará sin
limitaciones la política de colaboración público-privada (PPP), que también
implementa el PT, pero lo hace con vergüenza.
Se negaron
cualquier resquicio de duda antes planteadas por Marina con respecto a las
nuevas centrales hidroeléctricas que estan siendo construídas en la región
amazónica (Belo Monte, Jirau, Santo Antonio) y que destruyen el medio ambiente
y atacan las poblaciones originarias. Del mismo modo, Marina pasó a defender
explícitamente la agroindustria.
De hecho, ella
repite la postura adoptada por el PT en el pasado buscando "ser más
realista que el rey" para apaciguar a las grandes empresas. Y está
teniendo éxito. Los mercados de valores se recuperaron en las últimas semanas
con el "efecto de Marina", y varios representantes de los bancos ya asumen
"el mercado Marina" y ven su candidatura con total comodidad.
Esto no quiere
decir que el gran capital no trabaja con la hipótesis de la reelección de Dilma.
De hecho, los bancos y las grandes empresas estan relativamente tranquilos en
relación com los tres primeros situados en las encuestas. Su principal
preocupación se relaciona con la nueva relación de fuerzas creada a partir de
junio 2013, que coloca obstáculos a la política de ajuste duro que cualquiera
de los tres tendrá que poner en práctica en el próximo período.
Las empresas de
consultoría en el mercado financiero han analizado que la votación por la
oposición no significa necesariamente un voto por la salida de derecha. Incluso
votar Aecio Neves sería en parte un voto contra Dilma y no por las políticas
neoliberales identificadas con el PSDB. Lo mismo ocurre con Marina. Esto les suscita
la preocupación que cualquier gobierno que se elegirá tendrá mucha dificultad
para adoptar medidas difíciles necesarias para atender a los intereses del gran
capital.
Alternativa de
izquierda
El socialismo
brasileño salió de las movilizaciones de junio con más fuerza y base social. Esto refleja la tendencia de
crecimiento del PsoL en estas elecciones a pesar de toda su crisis interna y
los errores cometidos por su dirección mayoritaria.
En Río de
Janeiro el PSol es hoy un partido con influencia de masas, presente en las
luchas sociales y con el peso electoral correspondiente. En otros estados, de
forma desigual, el partido es también un factor y debe tener un cierto
crecimiento.
Pero, en
general, la izquierda militante y los movimientos sociales no aprovecharon a
fondo las oportunidades creadas con las protestas en junio de 2013 A pesar de
la enorme ola de huelgas que siguió a las jornadas de junio y marcó la segunda
mitad de 2013 y los meses antes de la Copa del Mundo, celebrada en junio de
2014; no hubo una unificación consciente de las luchas y la construcción
política de un espacio unitario de acción para la unión y lucha del movimiento
popular.
Las huelgas de
maestros en varios estados, de los trabajadores públicos de saneamiento en Rio
y varias ciudades, de la carretera en Río y Sao Paulo y otras regiones, de las
universidades estatales de São Paulo y, especialmente, las luchas de los sin
techo y la huelga histórica del metro en Sao Paulo, podrían haber creado las
condiciones para la participación de otros sectores y la construcción de una
huelga general de 24 horas.
Pero la falta de
un centro de coordinación de las luchas dio paso a la fragmentación y esto,
junto con la Copa Mundial, abrió el camino para una reacción de los gobiernos y
los empleadores. La represión fue particularmente intensa durante los días de
la Copa, con ataques a las manifestaciones, el acoso y el despido de dirigentes
sindicales, la intervención judicial de sindicatos y la detención arbitraria de
activistas como no se veía desde la dictadura militar. Para reprimir, el
gobierno federal actuó de la mano con los gobiernos estatales del PSDB, como en
el caso de São Paulo.
Aún así, los
gobiernos y los patrones no han logrado revertir el clima general de
insatisfacción y la voluntad de luchar. Más temprano que tarde, se mostrará de
nuevo en las calles.
En el proceso
electoral, este ambiente se podría reflejar con mayor intensidad si la
izquierda se hubiera presentado unificada en las elecciones. Para la
elección presidencial, cada uno de los tres partidos que formaron el Frente de
Izquierda en 2006 (PSoL, PSTU y PCB) presentó su propio candidato.
En PSol, el
nombre elegido para ser candidato, seriamente cuestionado por la base del
partido, fue el senador Randolfe
Rodrigues, del ala más derechista del partido. Randolfe, sin embargo, renunció
a su candidatura y está con un pie fuera del PSoL y puede salir en cualquier
momento. Esto abre una crisis interna en el sector mayoritario del partido y
cambia la relación de fuerzas interna abriendo espacio a la izquierda del
partido, a pesar de sus contradicciones.
Con la renuncia
de Randolfe, el nombre elegido fue la ex diputado Luciana Genro, pre-candidato
que se presentó contra Randolfe internamente con el apoyo del Bloque de
Izquierdas de PSoL.
La campaña de
Luciana Genro del PSoL
La campaña de Luciana Genro ha asumido el método de lucha y las banderas levantadas en junio
de 2013 y está claramente identificada con esas movilizaciones y las que han seguido, convocando la participación de los trabajadores, los sin casa, estudiantes, etc
El programa
electoral de Luciana y el PSoL plantea la necesidad de una auditoría y la
suspensión de pagos de la deuda pública, com objeto de invertir masivamente,
junto con una "revolución tributaria" que haga tributar a las grandes
fortunas. Plantea además el control público sobre las áreas estratégicas de la
economía, como el sector de la energía y también la reversión de la
privatización hechas por los gobiernos anteriores.
El programa aboga
por una reforma política, por mecanismos de democracia directa, la
revocabilidad de los mandatos y el fin de la financiación de las campañas por
las grandes empresas.
El programa
también plantea la necesidad de una reforma agraria, cero aranceles sobre el
transporte, una mayor inversión en la educación y la salud pública y la
vivienda asequible. Por otra parte, asume el combate contra la homofobia y el
racismo, los derechos de las mujeres, incluyendo la legalización del
aborto, rompiendo el monopolio de los medios de comunicación y el control
social sobre ellos. También habla en contra de la criminalización de la pobreza
y los movimientos sociales, la desmilitarización de la policía y el final de la
guerra sobre la política de drogas con medidas que incluyen la despenalización
de la marihuana.
Incluso, lamentablemente, sin hacer hincapié en puntos como la nacionalización de los bancos con control
de trabajadores y explícitamente señalar el socialismo como una alternativa, el
programa asume gran parte de las banderas de los movimientos sociales
militantes y juega un papel progresista.
Un punto
negativo importante en la campaña fue el hecho de que el actual candidato
a gobernador de Rio Grande do Sul, Roberto Robaina, con el apoyo del sector
mayoritario del partido, decidió aceptar una contribución financiera de una
gran empresa minorista con ramificaciones en el negocio agroindustrial y
financiero. Esto causó un gran rechazo y protesta de los sectores de las bases
del partido, incluido la LSR.
Sin embargo, la
campaña sigue una ruta será mucho más a la izquierda de lo que sería con Randolfe
y ha jugado un papel importante en el proceso electoral. En los debates en la
televisión y en la campaña general, Luciana Genro demuestra el papel de Marina
Silva como "duplicadora del PSDB" y presenta a los candidatos PT,
PSDB, y los tres PSB como gemelos siameses.
No obstante, el
boicot de los medios de comunicación a la campaña de PSoL y limitaciones de la
estructura en una disputa electoral que moverá miles de millones de dólares -
se estima que se gasta en las campañas el equivalentes a tres Copas del Mundo -
dificulta la tarea del PSOL. Las ilusiones en Marina Silva también dificultan
el desempeño del partido que, aún así, debería duplicar o incluso triplicar el
número de diputados, que ahora son sólo tres.
LSR y las luchas
en la campaña electoral
LSR intervino
sistemáticamente en las manifestaciones de junio de 2013 y en las luchas y
huelgas que siguieron, siempre defendiendo la unidad de los movimientos en la
lucha, proponiendo la celebración de una reunión nacional y la preparación desde la
base de una huelga general de 24 horas.
En la situación posterior
al Mundial de la Copa, con mucha más represión, nuestra propuesta de una
jornada nacional de lucha por el derecho a pelear por más derechos se aprobó en
varias áreas de la organización del movimiento, como la central combativa
CSP-Conlutas, el congreso de metalúrgicos de Minas Gerais y el Encuentro
Nacional de Educación que reunió más de tres mil educadores y estudiantes en
Río. La expectativa es que ese día de la movilizaciones unificadas suceda en la
segunda quincena de octubre.
En las
elecciones, aunque presentando candidatos en seis estados, la LSR está priorizando
la actuación en dos estados. En Rio Grande do Norte, un estado en el noreste de
Brasil fuertemente marcado por las movilizaciones populares y de la juventud,
el candidato a gobernador del PSoL es el compañero Robério Paulino, militante
de LSR y veterano militante de la izquierda socialista de Brasil desde finales
de los años 1970.
A pesar de todos
los obstáculos con una campaña militante y sin recursos y que está en contra de
todas las oligarquías regionales que por décadas tienen el poder en el estado,
hay espacio para una alternativa de izquierda consecuente. Esto ha sido claro
en el apoyo manifestado entre la juventud y los sectores más organizados de los
trabajadores. Todo esto a pesar de la confusión generada por la división de la
izquierda en el estado, en el que el PSTU también decidió presentar una
candidatura propia.
En Río de
Janeiro, la LSR centra el fuego de la campaña PSoL en dos de nuestros aliados dentro
de la organización, el compañero Paulo Eduardo Gomes, candidato a diputado
federal, y Renato, candidato a diputado estatal. Ambos son los concejales más
votados en Niterói y tienen una verdadera oportunidad de ser elegidos. Además
de trabajar con su colectivo "Reacciona Socialista", junto con LSR en
Brasil, Paulo Eduardo estrechó la relación con el CIT desde el año pasado,
cuando participó en varias actividades de nuestros camaradas en Gran Bretaña,
Irlanda y Bélgica y hoy reivindica el trabajo internacional realizado por el CIT.
El logro de
estos escaños parlamentarios en Río de Janeiro puede ser un gran paso para la
lucha de los trabajadores y el fortalecimiento de la alternativa marxista
revolucionaria que la LSR busca construir en Brasil.