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Carta abierta a los anteriores y actuales miembros de la CMI

Posted by Nuestra publicación: on martes, marzo 16, 2010


Secretariado Internacional del Comité por una Internacional de los Trabajadores

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Estimados camaradas:


La organización internacional de la que sois – o de la que recientemente habéis sido – parte, la Corriente Marxista Internacional, liderada por Alan Woods y por el fallecido Ted Grant, se enfrenta a su mayor crisis desde su inicio, que siguió a su separación del Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT) en el año 1992. Sabemos que existe una fractura, no porque la prensa o el sitio web de la CMI nos haya informado sobre ello, sino a través de rumores, indirectas y una cantidad considerable de comentarios en Internet. Esto por sí solo demuestra el insano carácter del régimen interno sobre el que presiden los líderes de la CMI. Ninguna organización marxista viable, con sus raíces en la clase trabajadora y con unos miembros políticamente conscientes e informados, podría actuar de una manera similar en la que los líderes de la CMI están intentando evitar los comentarios sobre estas cuestiones.

.Recientemente, ha aparecido material en el sitio web de la CMI que parece aludir a disputas dentro de la CMI. Pero es tan oscuro, en realidad surrealista, que solamente con gran dificultad es posible deducir que está relacionado con una disputa política. Por ejemplo, Alan Woods ha escrito recientemente largas peroratas sobre el choque entre Marx y el anarquista Bakunin en la Primera Internacional. Él escribe: “El anarquismo es el comunismo de la pequeña burguesía y el lumpemproletariado”. Su descripción generalizadora del anarquismo – que es típica de su perezoso método – no es históricamente exacta, y es insensible, como poco, a aquellos – particularmente jóvenes – que se sienten inicialmente atraídos al anarquismo debido a su hostilidad a Stalin y a los líderes burocráticos y de derechas de los movimientos obreros. No todos los anarquistas han sido “pequeños burgueses” o “lumpemproletariado”. Algunos trabajadores, incluso en Rusia durante la revolución, fueron atraídos por sus ideas, al igual que lo fueron trabajadores en España – por ejemplo, en pequeños centros de trabajo de Cataluña.
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Centralismo democrático

Su intención, supuestamente, es la de justificar el “centralismo democrático” contra algunos oponentes no nombrados que demandan “autonomía”. Desafortunadamente, Woods interpreta la idea correcta del centralismo democrático de una manera centralista burocrática. La autonomía de las secciones nacionales en una organización democrática internacional debería ser la norma. Woods pretende justificar, pero no contestar, las críticas hechas sobre su organización. Intenta implicar que Marx y Engels solo tenían la intención de contestar a las críticas hechas desde dentro de la Primera Internacional en el trabajo interno de esta organización. Esto es completamente parcial, ya que Marx y Engels se vieron obligados a contestar a Bakunin en muchas ocasiones de manera pública y semi-pública.

Esto se muestra en la misma cita de Marx que Woods utiliza para justificar su posición: “En términos generales, la correspondencia administrativa del Consejo General con comités nacionales y locales no puede ser publicada”. Marx subraya aquí que él está hablando “en términos generales” sobre “correspondencia administrativa”, no necesariamente sobre asuntos políticos. Es equivocado y sin duda absurdo para el liderazgo de la CMI, invocar a Marx para justificar su silencio cuando existe ya una fractura en las secciones española y paquistaní de la que se han hecho comentarios públicamente. Además, la presente existencia de los medios de masas, Internet, etc. significa que no es posible mantener una posición como ésta hoy en día.

Los bolcheviques, ciertamente, no actuaron de la manera despótica y desdeñosa en la que Alan Woods se ha acercado a esta cuestión. Sí, hubo discusiones internas dentro de la Tercera Internacional (Internacional Comunista o IC) pero muy frecuentemente éstas se filtraban al dominio público. Considerad la polémica entre los líderes de la Tercera Internacional y sus homólogos a la cabeza del masivo Partido Comunista de Francia en la cuestión del frente popular. La discusión pública sobre esta nueva, pero al mismo tiempo, crucialmente importante cuestión táctica, tuvo lugar en los periódicos públicos del Partido Comunista de Francia – L’Humanité – y en la prensa pública de la propia Internacional Comunista. Solo después de una discusión semi-pública de dos años, la IC insistió en la implementación de la táctica del frente popular.

Se pueden dar otros numerosos ejemplos de la Internacional Comunista y del propio movimiento trotskista – incluyendo durante la vida de Trotsky – donde las fronteras entre la discusión interna y la discusión pública están poco definidas. Pero el mundo ha cambiado y, por cierto, algo ha cambiado desde la Primera, Segunda, Tercera e incluso la Cuarta Internacional. Vivimos en la época de internet, Twitter, YouTube, Facebook, etc. No es posible ni deseable construir una muralla como la de Berlín, tal y como Alan Woods está argumentando, entre la discusión pública y privada de asuntos serios. Por supuesto, cierto grado de discusión interna – para permitir a los camaradas expresarse por ellos mismos libremente y sin que estén comprometidos para siempre con lo que dicen o escriben – requiere a veces que permanezca al margen de grupos de discusión, blogs, etc.

Incapacidad para enfrentar los efectos del colapso del estalinismo

El CIT tiene debates internos, pero con el pleno conocimiento de que todo lo que escribimos puede llegar al dominio público y, además, puede ser defendido públicamente. Esto, por cierto, es positivo. Una organización que tiene confianza política en sus ideas y sus métodos no tiene nada que temer de estos desarrollos, y tiene todo que ganar. Incluso los debates y choques internos expresados por escrito, dentro de la organización, pueden servir para clarificar cuestiones cruciales para los trabajadores que están buscando soluciones a los muchos problemas que encuentran en sus batallas contra el capitalismo y el imperialismo. Este acercamiento, desafortunadamente, nunca ha sido el método de Alan Woods ni de, para ser sinceros, Ted Grant, tanto antes como particularmente después de la fractura con el CIT en 1992.


La CMI, después de su ruptura, fue incapaz de afrontar la nueva situación que siguió a la caída del estalinismo y el aburguesamiento de los, anteriormente, partidos de los trabajadores. El CIT llegó a la conclusión de que el marxismo y la clase trabajadora se enfrentaban a una doble tarea. Era necesario luchar para la rehabilitación del socialismo, que sufría una ofensiva colosal de la burguesía, y defender una posición marxista/trotskista. De esto surgía la necesidad de luchar por la creación de nuevos partidos de masas de la clase trabajadora, una idea de la que se burlaron Woods y Grant. Además, nosotros previmos que las nuevas formaciones de la clase trabajadora surgirían, precisamente, por la decadencia de los anteriores partidos burgueses-obreros.


Esta perspectiva fue completamente confirmada por el desarrollo de “Die Linke” (La Izquierda) en Alemania, PSoL en Brasil, SYRIZA en Grecia, el Bloque de Izquierda en Portugal, el Nuevo Partido Anticapitalista en Francia, etc. La CMI no tenía ningún tipo de preparación para estos desarrollos, prefiriendo repetir como un loro la necesidad de continuar trabajando en las vacías “organizaciones tradicionales”. Por supuesto, esto no evitó que en algunos países tropezaran accidentalmente con estas “nuevas” organizaciones. ¡Incluso hay algunos que han sido vistos en “Die Linke” y SYRIZA! Por supuesto, éstos son completamente inefectivos. La crisis en la CMI al principio de los años 90 surgió de esta mala lectura de la situación. Igualmente, la crisis actual tiene sus raíces en sus incorrectos métodos políticos y perspectivas.
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Respuesta a las acusaciones

A día de hoy, la CMI no ha publicado todos los documentos en su página web sobre la fractura de 1992. A pesar de nuestra resistencia, nos vimos obligados a principios de los años 90 a contestar a sus acusaciones sin ninguna base contra el CIT y sus líderes. Incapaces de contestar a las ideas políticas y perspectivas del CIT, ellos cambiaron su estrategia hacia acusaciones sucias de que el CIT era ahora “neo-estalinista” o simplemente “estalinista”, y que eran parecidos al famoso matón Gerry Healy que usaba la violencia contra sus oponentes. En respuesta, nosotros escribimos: “Por lo tanto, las referencias a ‘neo-estalinismo’, ‘comandismo’, ‘falta de democracia’ y otros supuestos ‘crímenes’, son apiladas sobre los líderes de la mayoría [del Militante y el CIT del momento].

“No hay nada de nuevo en esto. Es el sino de los líderes marxistas el de enfrentarse al vilipendio, abusos y denuncias por sus supuestos ‘métodos dictatoriales’. Lenin señaló que una serie de mencheviques ‘protestaron vehementemente contra mi “monstruoso” centralismo’ (Un paso adelante, dos pasos atrás, página 50 – en su edición en inglés). En el mismo panfleto (página 155), Lenin declara: ‘Sabemos muy bien por los escritos de la “minoría” que cuando dicen autócrata se refieren a mi (énfasis de Lenin). Y continúa: ‘Los camaradas Axelrod y compañía estaban expresando su convicción de que Plekhanov y todos los miembros del Comité Central “gobernaban el partido”, no de acuerdo con sus propios puntos de vista de lo que era necesario para los intereses del trabajo, sino de acuerdo con los deseos del autócrata, Lenin. Esta acusación de un gobierno autocrático necesaria e inevitablemente implica considerar a todos los miembros de los órganos de gobierno, excepto al autócrata, como meras herramientas en las manos de otro, meros depositarios y agentes de la voluntad de otro.’


“¿No hay un sorprendente parecido entre los argumentos utilizados por los mencheviques (minoría) contra Lenin y aquellos utilizados contra nosotros [la CMI contra el CIT]? Incluso las mismas frases salen a la superficie. [Los líderes del CIT fueron] denunciados por la minoría como ‘bonapartistas’. Lenin fue denunciado por Martov, anteriormente un colaborador cercano… como un ‘“bonapartista” del peor tipo’. ” [Two Trends: The Political Roots of the Breakaway, enero 1992.]

El CIT como organización o sus miembros no han utilizado nunca la violencia contra sus rivales políticos. Pero la CMI sí: en una ‘discusión’ entre su grupo pakistaní y un grupo expulsado en torno al anterior miembro del parlamento por el Partido Popular de Pakistán, Manzoor. El intento de los líderes de la CMI de demonizar y difamar a sus oponentes y distorsionar sus ideas busca inocular a sus bases contra las críticas políticas del exterior. ¡En vano!
El CIT ha publicado los documentos de ambos lados en Marxist.net. En Revolutionary History publicamos los ataques que recibimos de Alan Woods y la respuesta de Peter Taaffe. No hubo reciprocidad de la CMI, al no publicar todo nuestro material sobre este asunto. Además, cada desacuerdo interno que ha tenido lugar entre las filas del Partido Socialista de Inglaterra y Gales, o en el CIT se ha hecho público, no después de que la polémica haya terminado sino también durante las disputas. Hacemos esto conscientemente para que nuestras bases, y aquellas organizaciones genuinamente marxistas y trotskistas, al igual que capas más amplias de la clase obrera, puedan aprender de estos debates.

Disputas en la CMI

Pero si no tienes suficiente confianza, inevitablemente intentarás cubrir tu inseguridad política mediante formas despóticas, desdeñosas y antidemocráticas ante la oposición política. Éste parece ser el caso de las disputas que han surgido entre los líderes del CMI y sus secciones paquistaní y española, e, increíblemente teniendo en cuenta los esfuerzos de Alan Woods para establecer una base allí, la sección de Venezuela y otras. Irónicamente, Alan Wood ha sido acusado por sus oponentes del mismo crimen con el que él criticó a los líderes del CIT en la disputa de 1991-92. Entonces, era un “grupúsculo exclusivo” a la cabeza del liderazgo británico y del CIT al que originalmente se opusieron Alan Woods y Ted Grant. Ahora sus oponentes le acusan a él de llevar una camarilla antidemocrática a la cabeza de su organización, liderada por él mismo, su hermanastro Rob Sewell – del cual hemos sabido, por alguna correspondencia, que ha sido amenazado con ser destituido debido a sus métodos al menos en tres ocasiones en los últimos años – la pareja de Woods y otros.

Sus acusaciones contra nosotros estaban basadas en falsedades y fueron rechazadas por el 93% del partido británico y por una abrumadora mayoría en el CIT. El cargo contra él – el cual no podemos evaluar por completo debido a la falta de información – parece tener bastante más sustancia. Las mayores secciones de la CMI, en España, la ruptura en Pakistán, etc. han apelado a esta acusación. Mientras que es inevitable la exageración en este tipo de polémicas, los oponentes de Woods – particularmente el grupo de Manzoor en Pakistán – detallan algunas de las supuestas malas prácticas de Woods y compañía. Los líderes de la CMI no han contestado a esto.

Pero al igual que en la ruptura con nosotros en 1992, el actual debate dentro de la CMI no es fundamentalmente “organizativo” o concentrado solamente en las características del régimen interno. Estas son, sin duda, cuestiones importantes. Cuando las expulsiones son la norma hay algo inherentemente inestable y enfermo en la organización política. El CIT nunca ha expulsado a una sección por razones políticas, a no ser que transgredan los principios más básicos del marxismo y el trotskismo. Este fue el caso cuando nos separamos de algunos de nuestros miembros en Rusia – después de 18 meses de violaciones de nuestras posiciones políticas básicas – que tomaron una posición imperialista pro-rusa en relación con el conflicto entre Rusia y Georgia. Nuestra acción encontró el apoyo general de nuestros miembros pero también de la izquierda en Rusia y de otras organizaciones trotskistas. En la disputa con nuestros camaradas escoceses entre 1998 y 2001, a pesar de profundas diferencias políticas, no recurrimos a expulsiones sino que intentamos convencer a los camaradas de sus errores políticos. Desafortunadamente, ellos decidieron dejar las filas del CIT.

La serie de expulsiones que han tenido lugar en la CMI son de un carácter completamente diferente. Éstos fluyen de sus políticas y métodos incorrectos sobre los cuales se fundó la CMI. Es imposible para un observador objetivo – particularmente uno que ha leído todo el material, que debemos admitir que es bastante voluminoso – llegar a la conclusión de que la ruptura entre el CIT y la actual CMI no fue de carácter político. ¿Hacen éstos referencia a las difíciles tareas de la CMI? Nosotros decimos inequívocamente que no. Al igual que en la ruptura entre los mencheviques y los bolcheviques, los asuntos organizativos planteados por Woods y Grant en 1991 eran una mera anticipación de las divisiones en una serie de cuestiones políticas. Nosotros hemos puesto claramente y de manera pública nuestras diferencias en aquel momento con ellos en nuestro libro, The Rise of Militant, al igual que en el panfleto Militant’s Real History – una respuesta a las difamaciones de Rob Sewell contra la CIT y el Partido Socialista de Inglaterra y Gales.

Woods y Grant querían prevenir cualquier discusión entre sus filas acerca de las verdaderas ideas de otros grupos, tendencias y partidos, tachándolos de “sectas”. Esta descripción, sin embargo, es más aplicable a la CMI, y particularmente a sus líderes, que han tratado de sellar herméticamente a sus cuadros de cualquier discusión sobre las verdaderas políticas de otros, particularmente de otras organizaciones trotskistas. Durante años han intentado absurdamente descartar al Partido Socialista de Inglaterra y Gales por ser una “secta”, con Sewell insistiendo en que no teníamos más que 50 o 100 miembros. Nosotros sabemos ahora por filtraciones de su material interno de Pakistán que su sección británica no tiene más de 50 miembros, y entre ellos hay una ‘tendencia’ opositora, que incluye en su plataforma ‘oposición al liderazgo’ y ‘centralismo democrático’. Esto debe ser comparado con el tremendo éxito del Partido Socialista con casi 2.000 miembros, el liderazgo en luchas cruciales como la batalla de Linamar, donde nuestro camarada Rob Williams, un representante de los trabajadores en una fábrica de componentes de automóviles, aplastó el intento de la patronal de despedirle – una lucha que resonó a través de todo el movimiento obrero – la épica disputa en Lindsey y muchas otras cruciales batallas. En el caso de Rob Williams, tuvieron que admitir – entre dientes – que él era un miembro del Partido Socialista sin ninguna mención, en esta ocasión, a una ‘secta’. Además, hemos visto la elección de Joe Higgins al Parlamento Europeo – derrotando al partido gobernante en Irlanda, Fianna Fáil, por primera vez en Dublín. Esto ha sido conseguido fuera de las ‘organizaciones tradicionales’.

‘Organizaciones tradicionales’

Aún así, Alan Woods y Ted Grant nos dijeron que al tomar una posición independiente, abandonando el “partido de los trabajadores, el Partido Laborista”, en las palabras de Ted Grant, estaríamos tomando un “desvío hacia un acantilado”. En realidad, Ted Grant, - y también nosotros mismos, hay que admitir, antes de 1992 – teníamos un acercamiento unilateral al trabajo dentro de las organizaciones tradicionales, una táctica inamovible durante años, cuando estas organizaciones se habían transformado en organizaciones burguesas ante nuestros ojos. Es este aferrarse a una idea anticuada cuyo tiempo ya ha pasado lo que ha llevado al descarrilamiento de la CMI en España y Pakistán. Esta rígida e inalterable adherencia a trabajar en el Partido Popular de Pakistán (PPP) y, en el pasado, en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha significado que las formaciones de la CMI han perdido la oportunidad de avanzar durante un periodo, que mientras no ha sido el más favorable en la historia, de todas formas ha presentado grandes oportunidades para los marxistas que sabían donde trabajar. El CIT ha progresado continuamente.

Comentaremos más adelante las consecuencias de sus equivocados métodos traídos por el repetir como un loro la necesidad del ‘entrismo’, a pesar de los cambios en las circunstancias. Es necesario, sin embargo, que algunos de vosotros conozcáis – muchos de vosotros no estabais presentes o activos en las filas del CIT o sus secciones nacionales durante la escisión de 1992 – las posiciones reales de la CMI en el momento de la disputa. En el Partido Laborista en Gran Bretaña, argumentaron que “nada había cambiado” a pesar de la caza de bruja contra nosotros, el vaciado de la izquierda, la ausencia de la clase obrera y la reducción del Partido Laborista a su cascarón.

Esto fue denegado en aquel momento, pero ahora la realidad les ha metido un dedo en el ojo. La CMI escribe en su documento actual ‘British Perspectives 2010’: “Hoy, muy pocos jóvenes están involucrados en las organizaciones de masas, debido a su naturaleza burocrática y ausencia de lucha.” Citan a Owen Jones, una figura dominante en el Comité de Representación Laboralista: “La Izquierda Laborista permanece paralizada y desmoralizada, incapaz de progresar en las estructuras represivas del actual Partido Laborista.” (Labour Briefing, noviembre de 2009). La CMI admite que el Partido Laborista es un “cascarón”. Y aún así, este campo de batalla continúa siendo el más importante para ellos. Marx señaló que la caracterización de una ‘secta’ es que su razón de ser es un santo y seña. Para la CMI de Gran Bretaña, ese santo y seña es el trabajo dentro del Partido Laborista, ¡que inevitablemente se completará al final de los tiempos! Mientras ellos se estancan, los verdaderos marxistas hacen rápidos progresos a través del trabajo independiente.

Italia, España y Brasil

Una equivocación similar fue realizada por este grupo en sus perspectivas para Italia al principio de los años 90. El debate sobre las tácticas en relación a las ‘organizaciones tradicionales’ en Italia durante el tiempo de la fractura en 1991-2, reveló más claramente la miopía política de Woods, su oportunismo al ir cambiando de tácticas y la manera deshonesta en la que esto fue hecho. Había una clara diferencia entre Grant, Woods y sus seguidores italianos a un lado, y la mayoría de la Secretaría Internacional (SI) del CIT al otra, en referencia a la formación del Partido de la Refundación Comunista (RC) en Italia en 1991. La SI argumentó que la escisión de RC del partido ex-comunista Partido Democrático de la Izquierda (PDS) representaba una clara oportunidad para nuestros camaradas italianos de participar en sus filas. Esto fue inicialmente rechazado por Woods y sus seguidores italianos. Argumentaron que la formación de RC era un error y se derretiría. Esto está claro por las comunicaciones escritas sobre este asunto.

La mayoría de la SI – en un documento escrito por Peter Hadden después de visitar Italia – puso sobre la mesa la necesidad de que de las muy pequeñas fuerzas, de alrededor de 100 miembros – la mayoría de ellos jóvenes – la mayoría se concentrara dentro de la RC. Esto fue completamente rechazado por la Comité Ejecutivo Italiano, respaldado por Woods y Grant. En su documento, que era una respuesta a la declaración de la SI, escribieron: “Si la RC hubiera atraído a miles de jóvenes, o si hubiera sido un importante polo de atracción para unos pocos miles de jóvenes y sindicalistas, que hubiera creado en sí mismo las condiciones para el debate interno, entonces hubiera sido posible considerar una orientación temporal para que nuestras pequeñas fuerzas reclutaran el máximo número de camaradas. Pero, camaradas [refiriéndose a la SI], ¿de qué RC estáis hablando? ¿De qué país estáis hablando? ¿De qué condiciones históricas estáis hablando?”

Cuatro años más tarde los líderes de esta organización habían visto la inutilidad de permanecer dentro del PDS y estaban unidos a la RC. Cuando más tarde algunos de sus ex-miembros les enfrentó con el hecho de que ellos se habían equivocado y que la mayoría de la SI llevaba la razón, su torpe excusa fue que “éramos jóvenes, y teníamos polvo en nuestros ojos”. Pero la mayoría de la SI no tenía “polvo en los ojos”, sino que habló claramente en una declaración en enero de 1992 – The tactics and orientation of the Italian section – de los incorrectos métodos empleados en Italia en el momento de la fractura entre la RC y el PDS y el subsiguiente enfoque hacia esta importante formación de masas. Ésta señalaba: “La RC atrajo a 150.000 miembros y, con sus bandera y símbolos comunistas, parecía estar situada a la izquierda el PDS. Esta situación exige una flexibilidad de tácticas similares a las del pasado. Al menos, se requería una detallada discusión y revisión de las tácticas existentes que incluyera a todos los miembros. No hubo ninguna discusión de este tipo.”

En su documento sobre perspectivas, los líderes de la organización italiana escribieron: “Si la fractura a la que se refieren las páginas de los periódicos tiene lugar, [Cossuta – uno de los líderes originales de la RC] no tendrá un gran apoyo. Por supuesto, puede que consiga unos cuantos miles de miembros, ¿pero después qué? Al fin y al cabo la mayoría de los seguidores actuales de Cossuta acabarán abandonando la actividad política o en algún grupo pequeño como DP [Democratica Proletaria].”

Claramente, Woods, Grant y sus principales apoyos italianos como Belotti, que sigue siendo una figura prominente de su organización en Italia, estaban equivocados en relación con la RC. No tomaron la tarea de corregir su error abiertamente, sino que cayeron dentro del la RC y aplicaron más tarde el argumento ‘ilusorio’ de la mayoría de la SI sin reconocer esto ni dar crédito a los que la propusieron en primer lugar. Al principio, sin embargo, el Comité Ejecutivo Italiano siguió hundiéndose y aumentando sus errores. Pero debido a la presión de la situación y a los obvios efectos de nuestros argumentos en sus filas, se vieron forzados a dar un giro de 180 grados.

¿No tiene esto un misterioso parecido – con los roles cambiados – con el choque entre Woods y los líderes de la sección española de la CMI, ‘El Militante’ en este debate? Nosotros ‘creemos’ que los españoles están virando desde el PSOE hacia el trabajo dentro del Partido Comunista de España o Izquierda Unida. Aún así, los líderes de la CMI discutieron contra nosotros de una manera dogmática, precisamente por haber abogado por esa táctica. Alan Woods escribió en 1989, anteriormente a la fractura: “El mismo PSOE es un cascarón vacío [y] el apoyo al PSOE es visto como apoyo a la policía, torturadores y dominación española [sobre los vascos] entre amplias capas, especialmente entre los jóvenes.” Y continuó: “Sin embargo, dado la podredumbre de las organizaciones tradicionales existentes, si en alguna ocasión se presentara el caso de trabajo independiente (o semi-independiente), debe aprovecharse. Mientras que es necesario enfatizar y repetir la necesidad de orientarnos hacia la organización de masas, en mi opinión existe el peligro de pasar por alto las oportunidades que existen para ganar a trabajadores y jóvenes directamente a nuestra organización bajo la bandera del marxismo.” Por lo tanto, Woods estaba a favor de considerar el trabajo independiente, fuera de las ‘podridas’ organizaciones tradicionales. Aún así, cualquier intento reciente para moverse en esa dirección era condenado como pura herejía. La CMI cometió un error similar en Brasil. Un pequeño grupo ex-lambertista era la única manera de escindirse del cada vez más vacío Partido de los Trabajadores (PT) y unirse al P-SoL hasta que se reunieron con Alan Woods. ¡Desafortunadamente, él los convenció para que permanecieran prisioneros dentro del PT!

Ted Grant estaba muy interesado en declarar en el pasado que si cometes un error debes reconocerlo y corregirlo abiertamente. Nuestra experiencia generalmente ha sido que él nunca ha seguido su propio consejo, sino que insistió en que él siempre ha llevado ‘la razón todo el tiempo’, incluso cuando ha quedado patentemente demostrado que no la llevaba. ¿No es la posición de Woods y Grant sobre la RC italiana otro caso de los métodos completamente falsos de los líderes de la CMI?


Los marxistas deben basar su trabajo en principios

Al juzgar todas las formaciones políticas, es necesario seguir el consejo de Trotsky: ‘No es tanto lo que se hace, sino quién lo hace, por qué lo hacen, y cómo lo hacen’. Haber caído tardíamente dentro de la RC, sin una clara explicación de sus errores pasados, garantizaba que cometieran más errores. Incluso cuando es necesario trabajar en formaciones de masas importantes – como el CIT ha hecho recientemente en una serie de países – éste debe ser emprendido basándose en principios. Pero ésta no es la manera en la que el CMI trabaja. Tomemos el ejemplo de Bélgica. Uno de sus miembros ocupa una posición destacada dentro del partido socialista flamenco en Bélgica. Sin embargo, ha trabajado de una manera completamente oportunista.

Erik De Bruyn es un líder de la izquierda en el “SP.a” (los socialdemócratas flamencos). En el diario belga De Standaard del 28 de febrero de 2009, había una doble entrevista con Erik De Bruyn y Peter Mertens (presidente del partido maoísta PTB), que se desarrolló como sigue:

Pregunta: Aparte de la crisis económica,¿cómo es la alternativa socialista de hoy?

De Bruyn: “Para nosotros la democracia económica es esencial. La democracia parlamentaria es demasiado superficial, las decisiones económicas se toman fuera, en las salas de junta de las multinacionales, donde el votante no tiene influencia. Por eso, la economía necesita ser democratizada. Algunos de los sectores más importantes deben estar en manos públicas: energía, crédito, salud, educación, telecomunicaciones, incluso la industria automovilística.”

Pregunta: ¿Tenemos que restringir el mercado completamente?

De Bruyn: “Por supuesto que no. Sería una locura eliminar el mercado. ¿Por qué debería un gobierno involucrarse en la producción de zapatos, ropas o pan? Pero la comunidad debería controlar este juego económico: las compañías deben respetar las reglas sociales económicas y ecológicas. Este control existe parcialmente hoy – yo mismo soy funcionario medioambiental – pero insuficientemente.”

Eric De Bruyn no está presentado una clara alternativa marxista aquí. Como mucho, éste es un programa tibiamente reformista. Aún así, por lo que nosotros conocemos, ni sus camaradas belgas ni la CMI se han separado públicamente de este enfoque no marxista. En su libro “Impresión en rojo para un nuevo socialismo” (“Rooddruk voor een nieuw socialisme”) publicado en marzo de 2009, De Bruyn alaba a los líderes de Venezuela, Bolivia y Ecuador, los cuales “durante los últimos años han elegido tomar la senda del socialismo de una forma democrática. Otros, como en Argentina y Brasil, no han ido (todavía) tan lejos pero han rechazado decididamente el neo-liberalismo”. Que Lula, el presidente de Brasil del PT, o Kirchner, el presidente de Argentina, han rechazado el neo-liberalismo sorprenderá a la clase obrera de ambos países.

Éste es solo un ejemplo de los métodos oportunistas de la CMI en su trabajo en las ‘organizaciones tradicionales’. Esto es claramente diferente a la manera en la que El Militante (ahora el Partido Socialista) trabajó en el Partido Laborista. Nosotros no dudamos en criticar no solo a la derecha sino también a los socialdemócratas de izquierda, mientras poníamos argumentos a favor de un programa completamente socialista y marxista. Desde 1992, la CMI ha adoptado cada vez en mayor grado el enfoque del Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SU-CI) cuando trabajaron en las organizaciones de masas con sus propias políticas de ‘entrismo sui generis’ (profundo entrismo).

En programa y orientaciones, la CMI ha cometido errores críticos. Después de una visita a Sri Lanka, Woods escribió una carta en abril de 2000 a Vasudeva Nanayaka, una importante figura en la izquierda del movimiento obrero de Sri Lanka que había participado en el pasado en el CIT. Esta carta abogaba por que todos los marxistas trabajaran dentro del Partido Lanka Sama Samaja, que era en el pasado el principal partido de los trabajadores en Sri Lanka, pero se ha encogido hasta convertirse en una concha vacía debido a la degeneración oportunista y nacionalista de sus líderes durante un período largo de tiempo. En ella, Woods escribió: “Tenemos todo que ganar permaneciendo firmemente en el Partido Lanka Sama Samaja … Es realmente increíble como las masas han permanecido unidas a esta organización a pesar de todo. ¡Simplemente mirad al Partido Laborista en Gran Bretaña!”

El liderazgo de Bellotti en Italia no explotó la situación favorable dentro de la RC. Su enfoque, que es el sello de la CMI, fue consistentemente la de declarar que “teníamos la razón” y, por lo tanto, no era necesario trabajar con otros de la izquierda contra, por ejemplo, la dirección de Bertinotti en la RC. El resultado fue el de muy escasos avances – si es que se dio alguno – de su trabajo a ‘largo-plazo’ dentro de la RC. Al contrario que El Militante, que salió del Partido Laborista a finales de los años 80 y principios de los 90 con 8.000 miembros, el trabajo dentro de la RC ha producido resultados extremadamente limitados. Diferentes organizaciones trotskistas trabajaron dentro de la RC – entre ellos el SU-CI y el grupo de Woods. Uno, el SU-CI, tomó una posición oportunista y no era distinguible de la dirección de Bertinotti y, por lo tanto, no tuvieron ningún avance sustancial. La otra, el grupo de Woods, tampoco obtuvo resultados y ha permanecido en la RC, incluso cuando se ha convertido en un remanente. No tienen ninguna alternativa clara para la creación de un nuevo punto de referencia para los mejores trabajadores italianos en la lucha para crear una nueva alternativa de masas.

Errores en Pakistán

En Pakistán, las consecuencias del acercamiento unilateral y oportunista de la CMI son visibles en la correspondencia, parte de la cual ha sido publicada, entre el grupo de Manzoor y la dirección de la CMI. Nosotros hemos comentado recientemente sobre este intercambio:

“Muy pocos trabajadores con conciencia de clase mantienen alguna ilusión de que el PPP – dirigido por ‘Mr. Fifty Per Cent (Sr. 50%) Asif Zardari – representa remotamente en la práctica a la clase trabajadora y los campesinos pobres de Pakistán. Está inundado por la influencia de los señores feudales, tanto en las ciudades como en las áreas rurales. Es un partido que se opone a las huelgas, convocó y trató de boicotear una huelga, la de los trabajadores de telecomunicaciones, por ejemplo. La posición que mantenía el PPP bajo el mando de su fundador Zulfikar Ali Bhutto, un partido ‘populista’ capaz de responder a las demandas de las masas, ha desaparecido hace mucho tiempo. Por lo tanto, la misma tarea es propuesta en Pakistán, como en otros países alrededor del mundo, el desarrollo de nuevos partidos de masas de los trabajadores y campesinos pakistaníes” [Introducción a la nueva edición en urdu de La Revolución Permanente.]

Los ‘disidentes’ pakistaníes alrededor de Manzoor Khan – el anterior diputado del PPP – pintaban un escenario trágico sobre donde la falsa posición e insistencia dogmática en un trabajo sin ningún desvío dentro del PPP y los ex partidos de los trabajadores pueden conducir.

Manzoor justificaba su oposición – en nombre de la dirección del PPP – a la huelga en Pakistán como forma de permanecer en el PPP “a toda costa”. Woods rechazó esto y rápidamente expulsó a Manzoor y sus seguidores. Pero un enfoque similar al de Manzoor en Pakistán – que él ahora critica – fue adoptado por Grant y Woods en Gran Bretaña en 1991 acerca de la declaración de nuestro diputado de El Militante contra el “poll tax” (o impuesto per cápita, con la misma cuantía independientemente de la renta). Nosotros, los líderes y la inmensa mayoría de El Militante (ahora llamado Partido Socialista), declaramos que Terry Fields and Dave Nellist (nuestros dos diputados) no podían pagar el impuesto per cápita, ya que ellos y nosotros habíamos conseguido convencer a millones de trabajadores para que no la pagaran y, enfrentados con una situación similar, declaramos que ellos deberían tomar una declaración de principios similar. Grant y Woods argumentaron que nuestros diputados debían pagar ¡como medio para permanecer dentro del Partido Laborista!

Los socialistas estaban ‘muertos’ fuera de esta ‘organización tradicional’, decían ellos, al igual que también han deformado la educación de Manzoor y otros en ‘Lucha de Clase’ en su continuo trabajo dentro del PPP. Nosotros podríamos haber estado ‘políticamente muertos’ si los diputados y nosotros hubiéramos seguido su consejo. Grant y compañía estaban atrapados en una percepción falsa y desfasada: que toda la vida política de la clase trabajadora estaba restringida al Partido Laborista; e ir fuera significa ‘ir al precipicio’. ¿Cuál es el resultado de esto? Son insignificantes en Gran Bretaña, mientras que el Partido Socialista ha crecido en número e influencia en los últimos años. Lo mismo aplica a escala internacional, con la CMI perdiendo influencia en muchos países y con Woods cada vez más reducido al rol de ‘consejero benevolente’ de Hugo Chávez en Venezuela. Reaccionaron a las acciones oportunistas e indefensibles de Manzoor – que no era más que la conclusión lógica de sus osificadas conclusiones – con su expulsión.

Restauración del capitalismo

Hay muchas otros asuntos políticos en los que la dirección de la CMI de Alan Woods se ha equivocado completamente. En la cuestión del estalinismo, reconocieron tardíamente el retorno del capitalismo en Rusia. Ted Grant obstinadamente resistió la conclusión de que el estalinismo había caído y el capitalismo había echado raíces durante un largo periodo. En sus Perspectivas para una Revolución Mundial, en 2002, confesaron: “Tenemos que admitir que las cosas no se han desarrollado como esperábamos hace unos pocos años… El movimiento hacia el capitalismo ha durado diez años…

Diez años es tiempo suficiente para juzgar. Debemos admitir que el punto de no retorno ya ha sido superado. El movimiento hacia el capitalismo ha sido contradictorio, conflictivo, pero después de cada crisis el proceso ha continuado con renovadas fuerzas.”

Comparad el método de Ted Grant de entonces como se indica en estas líneas en relación con los estados ex-estalinistas y la posición que él tomó en China y Europa del Este en los 1940. Junto con el resto de los líderes de los trotskistas británicos en el Partido Comunista Revolucionario, él reconoció lo que estaba ocurriendo, un proceso virtualmente imparable – dadas las relaciones entre las potencias mundiales – hacia el establecimiento de estados estalinistas. El Secretariado Internacional de la Cuarta Internacional (SI-CI precursor del SU-CI) reconoció esto ¡en 1953! Grant no tuvo dudas en usar esto como muestra de los métodos falsos de los líderes del SI-CI. Aun así, ahora él comete el mismo tipo de error, solamente que en sentido contrario, al no entender el proceso de restauración del capitalismo en Europa del Este y la Unión Soviética de este tiempo. Solamente en 1997 (!) reconoció que el capitalismo había sido restaurado en Rusia. Debido al trasfondo nacional e internacional en el que se estaba desarrollando este proceso, no había posibilidad de una ‘revocación’ del proceso de restauración del capitalismo, una contra-revolución social que estaba escenificándose en Rusia en los años 90. El CIT, sin embargo, reconoció esto muy pronto, al principio de los 90, y llegó a todas las conclusiones necesarias sobre esto.

¿Un culto?

La actual disputa en la CMI pone sobre la mesa la cuestión de organización, liderazgo y método para construir una organización marxista viable. Pocas organizaciones han adoptado una pose tan presuntuosa o una idealización tan nauseabunda de sus líderes como la CMI. Algunos de los miembros de la sección española de la CMI, según se ha informado, han rechazado el intento de Alan Woods de crear un ‘culto’ alrededor de la figura de Ted Grant. Ellos han llegado a las mismas conclusiones a las que llegamos nosotros anteriormente.

Una disputa surgió en las páginas de la publicación británica Revolutionary History entre nosotros y Alan Woods, sobre un obituario de Ted Grant escrito por un miembro del Partido Socialista en 2007. Escribimos en esa ocasión sobre la idealización sin gusto de Grant: “La Corriente Marxista Internacional (CMI) es un culto que diviniza a sus líderes, en este caso de alguien que ha fallecido, y su reencarnación viviente, Alan Woods. Prueba de esto es el hecho de que la sección pakistaní de la CMI, liderada por el conocido Lal Khan, inscribió en sus prominentes pancartas, junto con Marx, Engels, Lenin y Trotsky, la figura de Ted Grant, ¡mientras él aún vivía! Después de su muerte, han continuado con la práctica. Incluso Fidel Castro, consciente de la funesta herencia del estalinismo y de su ‘culto a la personalidad’, de manera sensata ha prohibido en Cuba la idealización de él mismo en carteles o medios públicos similares. (La imagen de Che Guevara, por otra parte, se muestra prominentemente). El culto también personifica todas las diferencias, usa argumentos desprovistos de políticas o ideas, no contesta a visiones diferentes a las propias, sino que difama a cualquiera que desafía su punto de vista.”

También comentamos en el libro Militant’s Real History: “Lenin siempre dudaba sobre escribir sobre él mismo o sus ideas en la primera persona y usaba el sinónimo ‘bolchevique’ como una expresión de lo que esas ideas representaban. De manera similar, el término ‘trotskista’ fue invocado por primera vez por los estalinistas. Trotsky inicialmente lo rechazó, indicando que aquellos que utilizaban el término deseaban dar un nombre personal a un conjunto de ideas que representaban una continuación del bolchevismo. También dijo que su conocido Programa de Transición de 1938, La agonía del capitalismo y las tareas de la Cuarta Internacional era ‘no el producto de un hombre’ sino los pensamientos y experiencias combinados y colectivos de un movimiento, la Oposición de Izquierda Internacional.

“‘Trotskismo’, a través de su uso durante décadas, es ahora sinónimo de una tendencia distinta dentro del movimiento obrero. Pero cualquier duda de que la personalización, el culto a la personalidad, puede dar un nombre correcto, es extraña para [la CMI]. Esto [fue] subrayado por Rob Sewell cuando él describe la ‘tendencia en el Militante de Ted Grant’ (Historia del trotskismo británico). Este término nunca fue usado por nosotros antes de la fractura de 1992. Solamente ha sido utilizado por ellos desde entonces. Oficialmente ahora se llaman a sí mismo ‘Tendencia Grant’.”

Su enfoque a esta cuestión del ‘liderazgo’ está en el corazón de las profundas diferencias que existen entre ellos y el CIT en el concepto de liderazgo de una organización revolucionaria o con intenciones revolucionarias, que está luchando para convertirse en una fuerza significativa y, finalmente, de masas. Para los trotskistas es evidente que el liderazgo del partido es vital en aquellos puntos críticos de la historia en los cuales una revolución es posible. Sin la presencia de Lenin y Trotsky en Rusia en 1917, no Revolución Rusa no se hubiera producido…

¿Podemos deducir entonces de todo esto que, siempre y en todas las ocasiones, son solamente uno o dos líderes prominentes los que significarán la diferencia entre el éxito y el fracaso de la revolución? Es posible que tal situación ocurra, pero el objetivo debe ser asegurarnos de que evitamos esta situación tratando de aumentar el número y la base del liderazgo, a través de elevar a todos al nivel de estas tareas históricas.

Chávez y Venezuela

Hay muchos otros asuntos políticos en los que el CIT ha estado en desacuerdo con la CMI y particularmente con su principal figura, Alan Woods. De hecho, la intervención de la CMI en Venezuela no ha estado lejos de ser vergonzosa, con Woods cortejando sin críticas a Hugo Chávez – incluyendo descripciones de como cenó con Chávez, montó en su coche, en el asiento trasero de su motocicleta, etc. Parece que su última crítica a sus camaradas venezolanos o a los anteriores miembros es que ellos no concentran todos sus esfuerzos dentro del partido de Chávez, el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela). Esta es una falta de entendimiento que quita el aliento por parte de la dirección de la CMI sobre el carácter del PSUV. Es una organización gestionada por el estado, burocrática y jerárquica, sin una genuina base activa de trabajadores.

Lo que es más, cualquiera que intenta criticar la línea de los líderes chavistas encuentran depravadas acusaciones burocráticas. Tanto Ted Grant como la presente dirección del CIT criticaron al SU-CI – particularmente a Ernest Mendel, su anterior líder, y Michel Pablo – por buscar atajos a la construcción de una base masiva para el trotskismo. Esto tomó como forma la adaptación política a Tito – cuando se animó a cuadros jóvenes a tomar palas y cavar trincheras por Tito durante su choque con Stalin – Fidel Castro, Ben Bella en Algeria, etc. Durante la guerra de Vietnam, mientras que apoyamos la revolución vietnamita, nunca dimos apoyo incondicional al Frente Nacional de Liberación como, desafortunadamente, hicieron los mandelitas, el grupo de Cliff en Gran Bretaña, Socialismo Internacional, etc. Alan Woods ha adoptado precisamente este rol de consejero benevolente de Chávez. Sus primeras intervenciones en Venezuela no incluyeron críticas al propio Chávez, simplemente restringiéndose a criticar a aquellos alrededor de Chávez como ‘burocracia’ en general. Cuando Chávez zigzagueó, sin hablar de la necesidad por una ruptura revolucionaria, hizo una suave crítica anti-burocrática del régimen venezolano. No hubo nada que evitara que Alan Woods o la CMI adoptaran una posición similar a la del CIT, la de apoyar los avances de la revolución venezolana pero reclamar una democracia de los trabajadores y criticar el régimen del mismo Chávez cuando, como él ha hecho, ha recurrido a medidas burocráticas contra aquellos en la izquierda. La consecuencia de esta adaptación oportunista es que la CMI ha sufrido un creciente descrédito en los ojos de los genuinos izquierdistas en Latinoamérica, comprometiendo, como otros han hecho en el pasado, la reputación del trotskismo.

No es la única ocasión en la que Woods oportunísimamente se ha vinculado con gente muy alejada del trotskismo para realzar su propio grupo y, por añadidura, su propio prestigio personal. Esto se hizo completamente visible en una reunión pública con Peter Taaffe, organizada por el CIT, en Moscú en mayo de 1998. El CIT tenía una gran organización en funcionamiento, comparado con un pequeño grupo liderado por un personaje llamado Sergei Bietz, que no está ahora con ellos. Nuestro informe sobre la reunión indicaba lo siguiente: “El CIT de ese tiempo estaba fuertemente involucrado en una campaña anti-fascista cuyo principal objetivo era el llamado Partido Nacional Bolchevique, liderado por Limonov – una organización nacionalista de derechas que atraía a muchos jóvenes mediante el uso de símbolos radicales y aparentemente de izquierdas como Che Guevara, pero cuyas principales ideologías eran fascistas. Por ejemplo, utilizan brazaletes nazis, con la única diferencia de que ellos reemplazan la esvástica con la hoz y el martillo. Cuando algunos de este grupo aparecieron en la reunión, el moderador anunció que no se les permitiría hablar. Hacia la mitad de la reunión comenzaron a interrumpir, acusándonos de ser judíos. Imaginad nuestra sorpresa al ver a Bietz animándolos y a Woods sonriendo tranquilamente.”

Denigración de los oponentes

Una de las características de la CMI – que, esperamos, aquellos que se han separado de sus filas abandonarán, incluso si no están de acuerdo con las críticas del CIT – es la depravada denigración de otros. En los años 30, Trotsky señaló que los bolcheviques tuvieron sus diferencias, pero nunca se condujeron con las maneras rencorosas en algunas de las organizaciones trotskistas con las que se vio obligado a trabajar. Esto surgió por el aislamiento de estas fuerzas y las presiones del estalinismo sobre el movimiento trotskista. Pero aquellas disputas de los 30 eran una pequeña discusión comparada con los rencorosos y altamente personales ataques que fueron la seña de identidad de los pequeños grupos en Gran Bretaña e internacionalmente durante los últimos 50 años. Esto es un producto de la presión del estalinismo.

Éxitos del CIT

Por razones de espacio es imposible detallar aquí los éxitos del CIT que tiene presencia en más de 40 países y en todos los continentes. Pero el CIT ha crecido sustancialmente en un número de áreas claves como Grecia – donde ha dejado completamente atrás a la CMI – Nigeria, Sudáfrica, Australia, Alemania, Suecia, etc. En Inglaterra y Gales, el Partido Socialista tiene un número de miembros significativo y una considerable y creciente influencia. Publicamos un periódico semanal de 12 páginas, una revista teórica mensual y producimos libros y panfletos en nuestra propia prensa. Un balance entre la ‘influencia’ del grupo de Grant y nosotros muestra que ellos están completamente ausentes del movimiento sindicalista, de las manifestaciones con números significativos, la lucha contra el racismo y el fascismo, batallas a nivel local en los ayuntamientos, etc.

La única razón por la que la CMI ha conseguido mantener cualquier tipo de presencia es gracias al trabajo de sus miembros en Pakistán – de los cuales Khalid Bhatti, ahora en las filas del CIT, jugó un papel decisivo anteriormente – y en España, que fue un producto del trabajo conjunto con el CIT en el pasado. Han perdido sus bases y futuras fracturas y divisiones son inevitables dado el carácter osificado de su ‘Internacional’. Desafortunadamente muchos, incluyendo muchos miembros valiosos y jóvenes, pueden ser repelidos por una fractura sin ninguna genuina explicación política de los motivos en ninguno de los lados – la cual, además, se lleva a cabo en ‘secreto’. Esperamos que los mejores miembros de la CMI que aún permanezcan en sus filas como aquellos que han decidido separarse de la organización examinarán su políticas actuales y pasados, y abran un diálogo, como medio de construir las fuerzas combinadas del trotskismos a escala mundial.
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Atentamente,
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Secretariado Internacional
Comité por una Internacional de los Trabajadores

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