Ignacio
Baleztena y el III centenario de la canonización de San Francisco
Javier
Querido lector, el 12 de marzo de 1622 el papa Gregorio XV canonizaba a nuestro mas universal paisano, Francisco de Jaso, es decir San Francisco de Javier, patrón de Navarra junto con San Fermín. Pues bien, si hago bien la cuenta ayer se cumplieron nada más y nada menos que 400 añicos de este gran acontecimiento. Con motivo del mismo el Papa Francisco a promulgado un año santo javierano y precisamente ayer tuvo lugar la segunda javierada (por fin un poco de cordura tras dos años de parón por la pandemia del coronavirus). Están programados varios actos en parroquias, iglesias, ermitas, auditorios.... pero hasta ahora ya se está tardando en organizar un acto de religiosidad popular en la calle, como el aitacho organizó se encargó de llevar a cabo hace 100 años con motivo del tercer centenario, y que es el que ahora mismamente te voy a contar ayudado por algunas “iruñerías” que mi propio
padre escribió con el seudónimo Tiburcio de Okabio (aunque era más conocido
como Premín de Iruña).
2ª javierada en el IV centenario de la canonización de San Francisco Javier 12 de marzo de 2022 |
Antes de esto, conviene hacer una aproximación a la situación de la Navarra de 1922. En España reinaba Alfonso XIII bajo el régimen de la monarquía parlamentaria constitucional. Nuestros padres y abuelos (en su inmensa mayoría) se destacaban por ser católicos y fueristas. Esta era la causa del fuerte arraigo popular del carlismo en nuestra tierra.
Los liberales tiraban hacia el lado conservador y, también
estaba el nacionalismo vasco, que tuvo una penetración lenta y tardía en
Navarra, siendo mucho más moderado que el “bizkaitarra” y sin pretender la
separación de España. Hago esta aclaración para para entender que la cultura
vasca no suponía ningún problema ni conflicto. Del lado de la izquierda, la
presencia socialista era testimonial.
La reacción a la política anticatólica de los
gobiernos liberales de comienzos de siglo se reflejó en Navarra en
multitudinarias manifestaciones populares de afirmación católica. Y, precisamente
en este clima, mi padre Ignacio Baleztena fue elegido diputado foral y, en 1922,
designado por la Diputación como responsable de la Junta Organizadora
de los actos conmemorativos del III Centenario de la Canonización de San
Francisco Javier, patrono de Navarra por "decisión de la antigua
Diputación y de nuestras veneradas Cortes".
Baleztena se empeñó en conseguir
de Alfonso XIII (y eso que él era jaimista, es decir, partidario del
rey carlista D. Jaime III) la cesión del crucifijo del Santo y en trasladar su
brazo desde Roma, para lo cual tuvo que marchar a dicha ciudad y traerlo contra
la voluntad inicial de los Jesuitas, gracias a las gestiones realizadas por el Cardenal Benllacq. Así, no
sin vencer muchas dificultades, se consiguió que el brazo del Santo Apóstol navarro
viniera a bendecir la tierra que le vio nacer. Escribía el mismo
Baleztena "Era el 8 de mayo de 1922, cuando, a eso de las cinco y media
de la tarde, atravesó la frontera Navarra la Santa Reliquia,
acompañada de la representación de la Excma. Diputación de
Navarra, compuesta de su señor presidente don Lorenzo Oroz y del diputado de la
merindad de Pamplona don Ignacio Baleztena, que había ido a Roma para traerla,
y de gran número de navarros que salieron a Bayona para tener el alto honor de
acompañarla…”.
El recorrido del brazo por toda Navarra daría para
varios artículos, así que me centraré en las fiestas que se celebraron del 20
al 25 de septiembre en Pamplona. A lo largo de este tiempo, se sucedieron
multitud de actos religiosos y profanos, desde masivas procesiones y solemnes
misas, hasta gigantes y kilikis, corrida de toros, zezenzuskos y bandas de
música. Y es que mi padre no entendía que una celebración religiosa no fuera
acompañada de actos festivos populares.
Pues bien, el 24 de septiembre “Antes de las
diez, fueron llegando a la catedral todas las corporaciones, las diputaciones,
prelados y autoridades superiores de Navarra.
Poco después de las diez, bajo el severo y augusto
tañido de la gran campana de la catedral, comenzó a salir organizada la gran
procesión. Primero, iban los gigantes y cabezudos con las gaitas y tamboriles y
su alegre acompañamiento de cientos de mocetes. Seguían, cuatro gastadores de
Almansa, a media gala, abriendo paso de honor a la comitiva, en la que
figuraban las representaciones de todos los ayuntamientos de Navarra con sus
banderas, resaltando, entre ellas, la histórica del Baztán y las del valle del
Roncal, cuyos alcaldes y concejales lucían el severo y típico traje del país.
Mezclados entre las comisiones municipales iban las bandas de música de Estella
y Sangüesa; la de Pamplona acompañaba a los Niños de Infancia que eran los que
abrían la marcha tras el piquete de caballería.
Seguían a continuación los sacerdotes de Misional y
todas las representaciones de las órdenes religiosas, del Centenario, Excmos.
ayuntamientos de las cabezas de merindad Estella, Tudela, Sangüesa, Olite y San
Juan de Pie de Puerto con sus banderas y maceros, presididos por la excelentísima
corporación municipal de Pamplona; las representaciones de las diputaciones
vascas con su lucido acompañamiento de forales, miqueletes, bandas de
clarineros, pajes y maceros.
Figuraban detrás las sagradas imágenes de San Fermín
y la de Nuestra Señora la Real de Pamplona, precedidas de la del glorioso San
Miguel Excelsis (San Miguel de Aralar), y venían luego la más alta
representación autoridad eclesiástica…
Toda la presidencia subió al salón del Trono, y desde los balcones, con el Sagrado Brazo y la milagrosa Cruz se bendijo a la inmensa multitud.
ALFONSO CIARÁN (MADRID). TOMADA DEL DIARIO DE NAVARRA DE HACE 2 DÍAS |
Esta misma foto la guardaba el aitacho, algo más recortada pero con más precisión en la imagen. Lamentablemente está estropeada por una mala conservación
Ignacio Baleztena de frac arriba a la derecha hablando con Manuel Irujo |
Mientras tanto, en el balcón principal de Casa Baleztena, totalmente engalanada y con los balcones repletos, estaba mi abuela Dolores con un gran retrato de San Francisco Javier pintado precisamente para la ocasión por la hermana del aitacho, la tía Mª Ysabel.
Balcón principal de Casa Baleztena con el gran retrato de San Francisco Javier pintado por Mª Ysabel Baleztena Ascárate para el 3 centenario de la canonización del santo |
Cabe resaltar que este mismo retrato fue colocado por
la familia Baleztena en otra concentración multitudinaria, con la que no
estábamos de acuerdo: 30 años después, Casa Baleztena se cerró a Franco el 3 de
diciembre 1952, y a diferencia de 1922, los balcones permanecieron totalmente
vacíos. En vez de engalanar la casa, solo pusimos presidiendo este enorme
cuadro de San Francisco Javier en el mismo balcón, vacío como desplante a
Franco. Finalmente, tal cuadro
con toda su pequeña pero signficativa historia, fue cedido por la familia a la
Parroquia de Leiza donde actualmente se venera.
Cuadro de San Francisco Javier en la parroquia de Leiza Pintado por Mª Ysabel Baleztena Ascárate |
Ahora, 100 años después me pregunto, si levantaran la cabeza el carlista Ignacio Baleztena de Dios, Patria-Fueros, Rey, el nacionalista Manuel Irujo de Jaungoikoa eta lege zaharrak y toda esa multitud de navarros ¿reconocerían esta Navarra? ¿Qué les unía? ¿Qué hemos hecho con la herencia de nuestros antepasados?
San Francisco Javier Cuadro de Mª Ysabel Baleztena Ascárate |
Para conocer lo que ocurrió durante el tercer centenario de la mano del aitacho aquí tienes los enlaces
La procesión del 24 de septiembre
Recorrido por la Navarra de Ultrapuertos
Por todo lo anterior le dieron al aitacho este reconocimiento recuerdo del tercer centenario
Recuerdo del tercer centenario de la canonización de San Francisco Javier otorgado en reconocimiento por la organización del mismo a Ignacio Baleztena Ascárate |
Y en breve si Dios quiere seguiré contando cosas de la vida del aitacho y la familia