Mostrando entradas con la etiqueta Los Detectives Salvajes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Los Detectives Salvajes. Mostrar todas las entradas

lunes, 14 de abril de 2014

Salinger

El escritor Marco Antonio Palacios nos daba las claves del éxito en la literatura. Y nos hablaba claramente de los beneficios (esa columna de opinión semanal, esa columna como gran reconocimiento, como Fin Máximo). Desafortunadamente el señor Salinger ya era mayorcito para haberle hecho caso. 


Salinger, Salinger, Salinger. El ermitaño del bunker. El cascarrabias del paraguas. El Bartleby. El joven prodigioso que escribió El guardián entre el Centeno en medio de la guerra. El amante de las jovencitas. El Peter Pan putero. El padre nefasto. El hijo de puta que no siguió publicando a pesar de que todos los necesitamos.  
Mucha luz aporta el documental SALINGER 
Salinger

*Aquellos que escriben la historia están condenados a no vivir la suya* (Huber Moisa) 

lunes, 31 de marzo de 2014

Compás

Cuando lo conocí ya había dejado el mundo del espectáculo. Ahora se dedicaba, según él, a ser relaciones públicas de la discoteca y según la policía al tráfico al por menor de cocaína y proxenetismo. Cuando le pregunte por las chicas me dijo que eran amigas de cuando hacía el espectáculo y que él no era su chulo, que solo era un amigo que las cuidaba "de tanto hijueputa que hay suelto".
En el espectáculo Jairo golpeaba con minuciosa técnica e increíble swing las nalgas de tres mujeres hasta hacerlas llegar al orgasmo. Empezaba con ritmos sencillos, me contó, un dos por cuatro y cosas así y luego ya le daba candela parecía Cándido Camero, remataba risueño. Cobraba cinco mil pesetas por un show que no llegaba a los veinte minutos. Hacía tres pases por noche en fin de semana. 
Jairo o Yair como le decían algunos, una noche ya no volvió a la discoteca. Dicen que esta tirado en un descampado después de Rivas con dos disparados en la nuca. La última anotación que tengo de conversaciones con él es "el problema con las mulatas es que no sabes como va la cosa, en cambio con una blanquita vas viendo la rojez, el cardenal que asoma, y eso te anima, te guía, te marca el compás"


"Bueno, se lo recomiendo. Al principio el sonido, el sonido de las palmadas, como que no sabe muy bien, te desconcentra, es algo como demasiado crudo en un plato donde las cosas son más bien cocidas, pero luego como que se acopla a lo que estás haciendo, y los gemidos de ella, los de María, también se acoplan, cada golpe produce un gemido, y eso va in crescendo, y llega un momento en que sientes sus nalgas ardiendo, y las palmas de tus manos también arden, y la verga te empieza a latir como si fuera un corazón, plonc plonc plonc..."

Los detectives salvajes
Roberto Bolaño

domingo, 4 de septiembre de 2011

Macondo del Narco


- ¿Sabe cuál es el único producto que México fabrica realmente bien? - pregunta Brian.
- ¿Cúal?
- Mexicanos.
Mexicanos.
- México echa a perder su petróleo, sus minas están cerradas, es incapaz de lanzar al mercado un frijol, pero produce mexicanos como los japoneses jodidos coches. Los mexicanos son la única exportación de México.
- Y usted los importa.

Don Winslow
Muerte y vida de Bobby Z

El desierto, el puto desierto, ese lugar brutal e inclemente, es el escenario propicio para que las bajezas del ser humano refuljan con toda la intensidad que el dinero (mucho, muchísimo dinero) es capaz de comprar.
Lectura muy recomendada (en la onda de Guillermo Arriaga o Breaking Bad) y claro para los amantes de ese territorio, especie de Macondo del Narco, ese desierto de Sonora donde los Detectives Salvajes salvaron la poesía.

martes, 15 de marzo de 2011

Achicado


- ¿De qué tamaño la tiene Alberto? - dijo María.
- Del mismo que su cuchillo.
- ¿Y de qué tamaño tiene su cuchillo? - dijo María.
- Así.
- No exageres - dije yo aunque más me hubiera valido cambiar de conversación. Para intentar remediar lo irremediable dije-: No hay cuchillos tan grandes. - Me sentí peor.
- Ay, mana, ¿y cómo éstas tan segura con eso del cuchillo? - dijo María.
- Tiene el cuchillo desde los quince años, se lo regaló una puta de Badojo, una ruca que ya se murió.
- ¿Pero tú le has medido la cosita con el cuchillo o hablas sólo a tientas?
- Un cuchillo tan grande es un estorbo - insistí yo.
- Se lo mide él, no necesito medírselo yo, a mí qué más me da, se lo mide él mismo y se lo mide a cada rato, una vez al día, lo menos, dice que para comprobar que no se le ha achicado.
Roberto Bolaño
Los Detectives Salvajes

lunes, 1 de noviembre de 2010

Comienzo

2 de Noviembre
He sido cordialmente invitado a formar parte del realismo visceral. Por supuesto he aceptado. No hubo ceremonia de iniciación. Mejor así.

Roberto Bolaño
Los Detectives Salvajes
I. Mexicanos perdidos en México (1975)

sábado, 23 de octubre de 2010