viernes, 9 de septiembre de 2011

La cigarra y algunos políticos

Hoy he terminado de segar el prado que comencé en abril (con su correspondiente renovación y vuelta a segar), porque, aunque la hierba del invierno está guardada desde principios de julio, hay siempre una parte que siego, para Cuco y Chispa, al día, que les encanta.
Y hoy terminé.
Y , segando, encontré una cigarra. Como soy tan mayor, inevitablemente, recuerdé la fábula...Pero como soy tan tonta y nada avariciosa, me senté y le dije: "No te preocupes, como me has alegrado el verano, yo , que soy muy hormiguita, puedo compartir contigo en invierno".
Y ella me respondió: "Empieza a pagar ahora o te denuncio, que ahora mis canciones las gestiona la sociedad general de autores y tendrás que pagarme cada vez que las oigas".
Me vine, detrás de mi segadora, pensando que las cigarras de ahora son como algunos políticos: trabajan un verano y viven a cuenta nuestra el resto de sus días.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Soy enseñante

Sí. Pertenezco a ese grupo de personas que la señora Aguirre dice que trabajamos veinte horas a la semana. A ese grupo a quien los ansiosos de poder siempre trataron bastante mal ("pasas más hambre que un maestro de escuela") porque es importante que la gente no confíe ni respete a aquellos que enseñan a pensar, porque así, el poder piensa por ella...

Bueno pues, como enseñante dedico mi vida a cosas tan tontas como desear que la gente crezca mentalmente y encuentre un camino para progresar.
Porque enseñar no consiste en dar conocimientos, creo yo. Consiste en crear inquietudes y en hacer descubrir a los demás sus múltiples capacidades.
Antes se valoraba solamente la inteligencia matemática o lógica. Hoy sabemos que hay muchas más y que todos estamos dotados para algo. Encontrarlo es algo a lo que nos ayudan los que enseñan.
Como tengo tantos años y he aprendido tanto de mis alumnos, ahora sé la importancia de la motivación. Y se motiva tanto aplaudiendo como corrigiendo ( en proporción 4 a 1).
Como tengo tantos años y he aprendido de los libros, ahora sé que la pedagogía del ocio aconseja "no polarizar los tiempos". Es decir , no poner en un extremo el ocio y en otro el trabajo, sino tratar de que entre ellos haya una red fluída de manera que el ocio nos ayude a trabajar y el trabajo sea absolutamente gratificante.
Entonces:
-En mi ocio hago prolongaciones de mi trabajo. Vivo para la enseñanza. Vivo la enseñanza. No con cuatro horas lectivas al día, sino con todo el día, creando formas, ideando estrategias, soñando (dormida y despierta) con encontrar, hacer encontrar y crecer capacidades en mi y en los demás.
-Si hay personas con capacidades en pintura, literatura, música, fotografía, política, sociedad, entretenimiento, filosofía o ciencia, lo ha descubierto (como adulto que es) y ha creado un blog donde expresa esas capacidades.
-Mariluz GH y yo hemos encontrado la forma de motivarlas con un aplauso.
-Contamos además con los ojos y la sensibilidad de muchos de vosotros, para encontrarlas .
(Y quisiéramos contar con muchos más. Si alguien quiere anotarse, ahí está, a la derecha , en mi lateral. (Para anotarse en "seguidores",que a veces desaparece, se pulsa F5 y aparece de nuevo. Mariluz dice que hay que refrescarlo...como en agosto))
Eso quiere ser "La Sabiduría de Sancho II", el aplauso que diga "sigue, compañero, nos encanta lo que haces"

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Mentiras

No hay peores mentiras que las verdades a medias.
Y durante muchísimos años nos han dicho dos mentiras a medias, sobre el campo:
-la primera es que el que vive en el rural es un badoco, un paleto, un ignorante y un bruto.
-La segunda es que el campo es un lugar bucólico, paradisíaco, delicioso.
Y, gracias a esas dos mentiras la gente ha emigrado a la ciudad y ha abandonado el pueblo que ha quedado para los que han ido a construir su chalet....
Conclusión: la mayoría de los pueblos han quedado abandonados y sus tierras son absolutamente improductivas.
Y ahora, aquellos que cantaba Víctor Manuel (tu raída chaqueta tiene grandes bolsillos donde escondes las manos de reciente albañil), no volverán a la aldea porque hay dos cosas que se lo impiden, los dos erróneas y mendaces: lo que unos llaman "amor propio" (si se amaran de verdad volverían) y otros llaman "respeto humano" (un ser humano que se respete hará lo que le apetezca, aunque los demás hagan juícios erróneos sobre él).
Hay gente pasando necesidad en la ciudad y hay una terrible necesidad de hacer productivo el campo. Hoy hay medios para producir cultivado sin que sea una explotación abusiva del hombre o de la tierra.
Las personas de mi edad nos hemos criado comiendo deliciosas croquetas (que nacieron para aprovechar restos de comida limpia), "ropa vieja" (los restos del cocido), tostadas y torrijas (para aprovechar el pan duro), orejas (para aprovechar la masa que sobraba de las empanadillas o la empanada), empanadillas (carne picada, jamón picado, que no daban para un bistec decente o una magra), filetes rusos (más de lo mismo). Y a mi no me da vergüenza ninguna.
Hoy, en la aldea hay tanta cultura como en la ciudad, porque, aparte de internet, todo el mundo tiene un coche que lo lleva a la ciudad en nada. Puede ir al teatro, al cine, a los museos, conciertos o aquello que le apetezca.
Y creo que, si somos sensatos, seremos mucho más fuertes que la crisis. Os lo digo por propia experiencia.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Felicidad

Soy tan feliz comiendo que siempre creo que a los que me rodean le pasa lo mismo y he pasado un rato cogiendo brevas para Cuco y Chispa,
que mezcladas con rodajas de naranja
y con tomates, ahora que sobran, los harán sentirse en la gloria. Ahora aún tengo tiempo,
incluso para limpiar el bebedero de piedra de los perros, que pronto viene el principio de curso,
hará falta el paraguas,
(que ya hay nubes en el cielo)
O el chubasquero... Miro hacia atrás y ahí está el verano: sin viajes, hoteles, cafeterías, ropa cara, zapatos de presumir. Y no comprendo por qué la gente juzga como ostentación una comida.
Porque a mi, me salen unas cuentas increíbles. Hemos comido siete personas (cuatro el primer día, dos el segundo y una el tercero). Y el dinero manejado es:
Marisco (nécoras y langostinos) cincuenta euros. (Las almejas las trajo mi hermana); cerdo asado , más o menos kilo y medio (comprado en febrero a 1 euro diez el kilo), un euro y sesenta y cinco céntimos; el pan, sesenta y cinco céntimos; vino, regalo de mi cuñado (el primer día )y de Arobos( el segundo día); pimientos, regalo de mi vecino Roca; tomates, de las plantas regalo de Dilaida; patatas de mi casa a veinte céntimos el kilo (calculando el precio de la siembra y el pago de los jornales de siembra y recogida); las tartas, regalo de mi hermana. Total en euros 52'45. Dividido entre siete comidas sale a siete euros con cincuenta céntimos(7'49). Contado así, parece una broma, pero os aseguro que hemos comido marisco fresco y todas esas delicias por menos de lo que cuesta un menú en un lugar cutre.
Yo no me atrevo a juzgar en qué gasta la gente su dinero, porque cada uno es feliz a su manera, pero que se diga que cuando enseño mi mesa estoy haciendo ostentación es un insulto a mi capacidad de no-consumista...
(Anoto cada día lo que gasto, como si llevara un diario (nada de ordenador, a mano, como toda mi vida) y , de vez en cuando releo y sonrío: fijaos en el once de enero:
Envíos de agendas, 30 euros (Ger, Mj, Francis, Encarni, Anna,Anusky, Susana)).

domingo, 4 de septiembre de 2011

Ha habido fiesta

El asado, preparándose
Nécoras, langostinos, almejas en una tarterita (a la marinera)
El asado, ya en su punto, y patatas adobadas
porque Abel cumplió treinta y dos años el día uno. Lo celebramos el sábado.
Y , como el domingo, a mi hermana y a mi, nos toca "ya te vi", buscamos un vinito de Toro que nos trajo Aro y que bajaba con la misma alegría con la que se subía,
a pesar de no tener el estómago vacío.
Hasta el sol estaba un poquito "piripi"
y, si mi hermana no se proteje, le cae sobre la cabeza, como muy bien sabía el jefe de Asterix y Obelix
Ahí, mi hermana, viendo como llueve en Galicia...el hombre del tiempo dijo que llovería copiosamente...
Aunque eso que filtran las hojas de la parra, es sol.
Tan bien nos puso el vino de Aro (de Arobos ¿eh?) que fuimos a conversar con Mila y Sole y les retiramos las hojas amarillas, para hacernos un abanico.