Otro clásico en la gastronomía asturiana. Aunque la receta no tiene ninguna ciencia, no quería dejar de ponerla porque es uno de mis platos favoritos.
Además así, os enseño como se llama al RAPE en Asturias, para los que no lo conocéis.
No hay nada más delicioso que acercarse a uno de los preciosos puertos pesqueros asturianos y saborear estos fritos acompañados de una sidra o un vinito al lado del mar.
Ingredientes:
Pixín limpio y sin espinas.
Ajo, sal y perejil para adobarlo.
Harina y huevo para rebozar.
Aceite de oliva.
Limón.
Elaboración:
Cortar el pixín en trozos pequeños, de bocado.
Yo lo suelo comprar ya en lomos, sin espina. No olvidéis guardar las espinas y cabeza en el congelador para los caldos de pescado de otras elaboraciones, le da un sabor exquisito.
Adobarlo con sal, ajo y perejil, regar con unas gotas de zumo de limón para que coja bien los sabores y dejar reposar una media hora.
Pasar los trozos de pixín por harina, sacudir el exceso de harina y a continuación pasarlos por el huevo batido.
Freírlos en abundante aceite a fuego medio-alto. Dejar que se doren por un lado y luego darles la vuelta, solo una vez.
Escurrirlos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Escurrirlos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Servir acompañados de patatas fritas, ensalada, mayonesa o vuestra guarnición favorita.
Es unos de los pescados, para mí, más exquisito y muy adecuado para los niños por no tener espinas. Además con esta elaboración resulta muy a apetecible para los que no gustan de comer mucho pescado.