19 en el Aleph de Borges

"Una copita del seudo coñac - ordenó - y te zampuzarás en el sótano. Ya sabes, el decúbito dorsal es indispensable. También lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierta acomodación ocular. Te acuestas en el piso de la baldosas y fijas los ojos en el decimonono escalón de la pertinente escalera. Me voy, bajo la trampa y te quedas solo. Algún roedor te mete miedo ¡fácil empresa! A los pocos minutos ves el Aleph. ¡El microcosmo de alquimistas y cabalistas, nuestro concreto amigo proverbial, el multum in parvo!

Repantiga en el suelo ese corpachón y cuenta diecinueve escalones.

¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph, que mi temerosa memoria apenas abarca? Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad. Cada cosa era infinitas cosas, porque yo claramente las veía desde todos los puntos del universo"


Artículo 19
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

* Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.



Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y la expansión denuncia la obra de sus manos.

Biblia, Libro 19 (Salmos), 19:1
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martes, 30 de marzo de 2010

19 según chá




De lejos parecen un poco efímeros, incluso podrías apostarte a que acabarán ortopédicos. Por sí solos como que no acaban de adaptarse al mundo: el que no falla en la manera correcta de saludar a un perro tiene problemas para atarse los zapatos. Juntos ya es otra cosa. Porque siempre hay algo, minúsculo, que te acaba haciendo creer que la vida (con ellos) merece la pena.

Me ponen sus palabras y sus actos. Incluso cuando no los hay. Podría pensar en Bukowski, en Bill Cosby o en una babucha tirada en la cuneta y estaría pensando en ellos. En quince árabes corriéndose en la cara de alguno de ellos, en un masturbafrailes. Son ellos y sus fantasías, o las fantasías que me imagino que tienen en su cabeza. Sexo con enanos en la Expo. En terrenos lorquianos. En el séptimo sello. En las señales que me llevan a ellos.

En la suavidad de una mañana en la hamaca. En un abrazo efímero de un chamaquito que habla de cosas que el mundo no podrá alcanzar, ni quiere. En conversaciones acerca de calcetines de algodón y sus negros efectos en mi coño torero, que está en boca de todos.

De lejos parecen un poco efímeros, incluso podrías apostarte a que acabarán ortopédicos.

Mis amigos. Creciendo al unísono conmigo, coreografiados como quince árabes corriéndose en la cara de alguno de ellos.

Os amo y os amaré siempre. 

Fermín, no dejes que la soledad te aparte demasiado y te haga creer que no merece la pena un día más. Siempre habrá perricas.
Víctor, no dejes que el afán de ser escritor te contamine hasta tal punto que escribas sin noción de lo que haces ni ilusión.
Negrete, casi que te digo lo mismo.
Pedro, tu camino es más libre y está después.
Pedro Luis, el tuyo está encauzando a través del arte las mentiras de la realidad.
Suavidad Extrema, no te voy a decir nada, porque lo sé de sobra: siempre seguirás rodeada de todo aquello que los demás acabarán despreciando y olvidando.
Joss, tú serás el primero.

***Como os dije, me despido con un enorme abrazo comunitario de las personas que han marcado mi vida estos últimos años y el rumbo de ésta porque mi camino ahora está en un hospital. Espero que cada uno de vosotros consiga vivir de acuerdo a sus emociones, y que eso os lleve a encontrar el Aleph. Espero mirar vuestra mirada y ver siempre la luz y la viveza que veo ahora.

Y, sobre todo, espero equivocarme.

jueves, 18 de febrero de 2010

Publicidad japonesa



Definitivamente, son otro rollo. Os imagináis una publicidad así en España alguna vez? (más allá de Muchachada Nui)

miércoles, 17 de febrero de 2010

Agujero Facebook

Francisco Negrete Mendoza: "Me he levantado y he mirado por la ventana. Mi tormento no me dejaba ver nada, pero luego resulta que era por la persiana, que estaba bajada."

Francisco Negrete Mendoza: "Me he mojado un dedo para pasar a la página dos del periódico le monde diplomatique, que he leído porque tenía un interesante artículo de X que me recuerda a cuando yo era un adolescente atormentado con Xuxa."

Francisco Negrete Mendoza: "De aquí a mi frigorífico he dado 34 pasos. Lo he abierto y he sacado un cartón de leche marca Día porque estoy en contra del monopolio del Hacendado. Me atormenta pensar que pudiera ser una oveja más del rebaño."

Francisco Negrete Mendoza: "Hay tormenta. Ergo estoy atormentado"

Francisco Negrete Mendoza: "Ah, una noche bebiendo tequila y cantando rancheras entre mis compadres. Los españoles no aguantáis un tequila de más ni la marihuana. Mismamente, estoy haciendo un porro y ahora mismo cojo el papel, y ahora voy a pasar mi lengua por la parte adhesiva para que forme un cilindro perfecto como el Universo. El tormento que me produce todo esto me hará no ir a clase mañana, porque no soy del rebaño, yo soy duro y bebo tequila, que es una bebida alcohólica de alta graduación, como altas son las melodías que se repiten en mi cabeza. Estas melodías se componen de (explicación minuciosa de cada acorde y lo que le produce, es decir, tormento)"

Y todo esto seguido de chiquicientos comentarios de un monton de tías diciendo "estoy totalmente de acuerdo contigo, Francisco" y a continuación nace al fin un "agujero feisbuk made in 19" en el que Jose le recuerda que tiene pinta de leer a Prada, Víctor suelta una de sus ordinarieces, yo digo que no os acerquéis a su semen, wey, Pedro dice otra cosa que no tiene ná que ver pero como lo dice fino pues parece que le vamos a encontrar un sentido pero no, la elfa dice "¡qué guaaaaayyyyy!" y pone una carita feliz, yo digo que he estoy nominada a los Grammy Latino por una canción en la que sólo digo uh uh uh ah ah ah, Jose dice que no sabía nada, y que no está pendiente de esas cosas, que está a punto de convertirse en la persona que más clientes consigue de Vodafone en su escalera, yo le digo que se lo dije varias veces, que si no me escucha, y de paso le recuerdo que empezó vendiendo tarjetas del Citibank y que sólo consiguió venderle una a la elfa, Víctor pregunta qué hora es, Pedro dice una palabra que a nadie le suena, pero atestigua poniendo los seis primeros capítulos de la Gramática y Lexicografía de Alarcos Llorach, yo pregunto que a qué día estamos y cito esos capítulos son en realidad del Diccionario Panhispánico de dudas, y que Alarcos Llorach en realidad dijo (otras seis citas de capítulos), la elfa manda besos, Jose opina que el patinaje es de gays, Negrete, por fin, escribe algo y es para decir que no encuentra relación entre patinaje y gays, que es como decir que si te gusta Pequeño Pony y los osos amorosos eres gay y eso es de ser muy estrecho de miras y que más quisiera Joss que él fuese gay y que nos hemos equivocado al citar nosequé que eso realmente viene en nosedónde (en realidad lo ha mirado en la wikipedia) y que eso ya lo puso él en su novela, pero que como está ambiguo y citado de pasada jamás lo encontraremos, yo digo que me he perdido, la elfa dice ohhhhh! Pedro escribe "jóven", a continuación 357 mensajes fustigándolo y advirtiéndole que debe morir en la hoguera, yo digo que merece quemarse en la horca, lo cual no es viable, la elfa dice ;* os quieeeeroooooo...y...

El Mudo.

Lo del mudo va en otra frecuencia, y va salpicando el hilo mínimo argumental del agujero feisbuk con salidas alternativas. Lo mismo le tira los trastos al Fabien, que nos dice algo pa hundirnos en la miseria, que te suelta un anaglifo, que te pone un link de un vídeo de una folkórica, que te dice algo en un idioma que sólo él conoce, acho, a lo que, eso sí, la elfa responde bieeeeennn y Víctor que se vestirá de lagarterana y que teme que se le vean los flecos por debajo del vestido.

Qué futuro nos espera. Espero que los de facebook tengan almacenamiento suficiente para albergar tanto tormento.

miércoles, 27 de enero de 2010

A Taste of Honey según chá


Lo reconozco: no tengo ni la más minúscula idea de zombies, más allá de los que te encuentras en el metro a las siete de la mañana.


Y no me gusta la literatura fantástica. Recuerdo que un amigo me dijo hace tiempo que estaba bien para evadirse y me quedé algo perpleja ante la posibilidad real (antes era sólo una sospecha) de que la literatura pudiese tener ese fin ¿leer no es entonces un acto de autoconocimiento y análisis de la realidad? Tal proceso es lo menos parecido a una evasión que conozco (o no, dirá Joss en su papel de abogado del diablo) Te aprieta a la silla, te aferra a páginas que te abofetean como les viene en gana, que te explotan la realidad entre las manos.


¿quién puede tener el poder de evadirse de la misma literatura?


Me quedé desconcertada unos días, después de aquella afirmación. Aún así, seguí pensando que la lectura es y debe ser egoístamente cercana. Leemos porque nos jode el hecho de que nunca podremos conocerlo todo, ni a todos, ni estar en todas las épocas y contextos a la vez, y se convierte así en la única manera de ser todopoderosos, de tener el universo entero a mano (a nuestros pies, si somos afortunados) Y es que leemos por impotencia, por sadomasoquismo, porque nos gustan los placeres difíciles, las parafilias, el desamor de las letras, su tira y afloja que nos deja perplejos en una esquina. Punto. Hedonismo bizarro y sucio, a veces tan doloroso como cuando damos con ese texto bastardo que nos arranca las entrañas, ese que subrayamos y hacemos nuestro. Pero no, no es nuestro, y ahí comienza la agonía: creemos en la aparente certeza de que los otros inventan mejor que nosotros, escriben mejor y desentrañan atisbos de la realidad y de lo onírico mejor que nosotros. Y a veces con un maldito haiku los cabrones.


¿cuántas veces habré sentido que no llego ni a acercarme a ese estado superior por muchas libretas llenas de grafías cargadas de contenido, en ocasiones sumamente incomprensibles, en las que haya volcado mi desazón? ¿cuántas veces se me apilaban los libros interrogándome cuándo, cuándo iba a ser capaz de acabar con todos ellos? Llegar a comprender y hacer mía esta impotencia de no poderlo leer todo se me hacía densa y - si me permitís- paroxista. Sea como fuere, siempre leía sin tiempo, siempre me quedaba todo por leer, como os ocurre a vosotros. Porque los libros nos miran y nos esperan, y en un momento dado nos escogen. Tened muy claro esto, nos escogen ellos, ni siquiera nos permiten elegir nuestro método destructivo, nuestro látigo favorito o camisa de fuerza a medida.


Por eso, yo no leía para evadirme, leía porque no sé hacer otra cosa, porque no encontraba la fórmula que me desligase de ella ni método mejor para responder a lo que ocurre, dentro y fuera de mi abismo. Y, al día de hoy, puedo decir que jamás encontré en ámbito alguno un vehículo para la evasión. Ni en la música, ni en la comida, ni en la ciudad, tan meada de recuerdos...pero mucho menos en los libros, y menos aún en la literatura fantástica. A mí no quiso escogerme. No fue capaz ni de darme una oportunidad, jamás me quiso. Tal vez me odió y esa era su forma de castigarme. Poneos en mi lugar por un momento cuando os digo, casi llorando, con toda la rabia e impotencia que he podido acumular en este tiempo invertebrado, que la literatura fantástica fue mi gran piedra en el zapato.


Porque tengo un cerebro inútil para entender todo lo que ocurra en otros mundos no apegados a la lógica. Y, de igual forma, me veo incapaz de escribir algo con tintes fantásticos, de modo que confío en que seáis pacientes conmigo en la explicación de todo esto, que sí ha ocurrido, ergo no debiera ser fantástico, pero que escapa tan descaradamente a mi raciocinio que aún ahora, cuando ya se ha convertido en un hecho irrelevante, me deja perturbada.


Espero que podáis llegar a interiorizar hasta qué punto me atormenta todo esto, aún hoy, cuando definitivamente he dejado de leer por las circunstancias.


Sólo las canciones de Parade sabrían explicarlo bien.


Juan Carlos me metía prisa porque si no nos bajábamos en la parada Tlatelolco de la línea 3 (la verde) tendríamos que caminar demasiado (y sabía que yo no iba a estar muy por la labor) El metro era un criadero de agorafobias y por más que intentase apresurarme hacia la puerta (con la agonía de quien se siente cercada por gas sarín), miles de brazos me atascaban entre una barra y el sobaco de un señor. Me sentía mareada y el aire estaba tan cargado como cuando respiras en una máscara por la alergia. Sentía mis órganos internos aplastados, me hacía pis y veneraba a un dios menor para que me teletransportase a algún otro lugar.


Pero al final conseguimos salir.


- Se ha doblado un poco.


Lo que se había doblado era la identidad corporativa que íbamos a presentar. En Tlatelolco se extendían edificios enormes, no sé si me pierdo más entre sus calles o intentándolo pronunciar. La Tla especialmente. Sólo un mexicano puede decir todas las letras de, por ejemplo, Nestlé, sin inmutarse ni babear. En esos edificios interminables, como decía, están los departamentos, y a uno de ellos nos dirigíamos con ayuda del mapa que me había apuntado con Pilot verde en la mano y que ya estaba medio borrado.


- Unidad Habitacional Nonoalco Tla..tlaaatelolco, por aquí es...¡jaja! mira, hay una calle que se llama Lerdo.


Por fin llegamos al citado departamento, nueve pisos hacia arriba, todo sacado de una malla matemática de las que se usan para generar texturas en los videojuegos. Toque rústico y chicharrones.


- Qué onda, we.

- ¿por qué habéis tardado tanto? Esto se enfría, come.

- Parece asqueroso.

- Pues está bueno...


Juan Carlos estaba encantado con la preparación de aquellos chicharrones (también llamados"cueritos") de la mano de Zitaima. A mí me parecían imposibles de ingerir sin tirarlos encima de todos los tejidos a un perímetro de dos metros. Por no hablar de que Crohn se manifestaba nada más mirarlos.


- ¿no tienes algo más...menos?

- Si te refieres a soya, ya te dije que aquí no comerías nada con eso, no me seas fresa,we.

- Soja, ¡soja! ¡no me seas yanki tú! Y no es por fresa, ¿cuándo te vas a enterar, we?

- ¡ay! ¡Ya cállate y come, we!


Pedí un vaso de agua. Me miró como quien mira una cagada de gorrión, susurró que era una desagradecida y yo la miré que gesto de "¿qué?" y encogiendo los hombros. Apretó un botón de un bidón gigante, mientras me contaba la historia de que se lo traían en un camión y que valía muy barato, que el agua del grifo no era potable, que no se me ocurriese jamás. Yo pensé que seguramente el agua no potable no me haría más daño que aquellos chicharrones y Juan Carlos me preguntó si se podía comer el mío. Estaba tan incómoda con los chicharrones en la mano que ni me acordé de poner gesto de rencor.


- Bueno, el concepto que hemos querido desarrollar en el planteamiento de la marca consigue aunar...


La ex de Zitaima se estaba aburriendo. Yo susurraba a Juan Carlos que con esas manos no tocase nada del material (bastante había costado ya que lo imprimiesen respetando el sangrado) y que el laminado no era a prueba de bombas. Dieron las nueve y la verdad es que a mí me estaba entrando también algo de sopor. Tenía hambre, pero me negaba a comer eso. Poca adaptación al medio la mía.


Decidimos dejarlo un rato y nos fuimos a dar una vuelta. Otra vez al metro, otra vez a envolverme en ordas de humanos en racimo meneándose para un lado y para otro, esa ciudad era un puto caos. Morelia me gusta, Colima me gusta, Guanajuato, donde establecí mi hogar, me gusta, Aguascalientes me gusta, Guadalajara, Monterrey, incluso Coahuila con sus nuevos puentes me gustaba más que vivir en medio de ese Aleph, que me aturdía y me dejaba con menos actividad neuronal que un cojín.


Línea 2 (la azul) Parada Allende, dirección calle de Motolínia, entre Francisco I. Madero y 16 de septiembre, en pleno centro histórico. Esa zona está llena de locales antiguos que últimamente se habían puesto de moda. Había varias cantinas, seguro que podría encontrar algo que comer que no me sentase mal. Y al final del corredor, bueno, más bien al final de una especie de calle cerrada, de las más bonitas del centro que yo recuerde junto con Regina (que también me gustaba bastante) estaba el Pasagüero, uno de mis sitios favoritos. Recién remodelado, con abundantes conciertos en vivo. Chido. El escenario es pequeñito, una especie de isla, y se accede a él después de recorrer un pasillo y unas mesas a cada lado en las que -esto es lo que no me gusta- te miran de arriba a abajo y me atrevería a decir que con demasiada superioridad, como si fuese disfrazada de luchador mexicano fan de Arale.


No es algo nuevo, eso de que algún gesto específico activase una especie de click en el cerebro de los lobotomizados. Ya escribí una vez que se decía que el Gobierno de los Estados Unidos había lobotomizado personas al azar hasta bien pasada la Guerra Fría, que un día cualquiera recibían en su correo un ejemplar de "El Guardián entre el Centeno" (ejemplar bastante polémico en aquellos años) y, al leer la primera línea mataban a alguien en concreto. Algunas fuentes aseguran que a mano de uno de estos lobotomizados murió Kennedy. Pero los zombies son otra historia. Los zombies tenían que estar muertos previamente, así que no me dio tiempo a procesar toda esa información y buscarle un sentido para cuando Juan Carlos me dio el primer zarpazo.


En el metro sonaron los primeros compases de aquella versión de "A Taste of Honey" interpretada por The Hollies. La reconocí en seguida, porque me encantaba aquella actuación en directo para la BBCFour en 1969, con esas pajaritas y esos trajes en su mayoría blancos. Mi hermano lo solía poner a toda hostia los domingos por la mañana, cuando mi padre descansaba y apuraba el motor de la última Lambretta que compramos, y el barrio entero olía a suavizante y pan con aceite. Lo escuchaba y Juan Carlos me arrancaba una sonrisa, pero literalmente, mientras metamorfoseaba a verde moco y babeaba algo grumoso. Todos se parecían mucho a los zombies de Thriller, incluso había uno que podría jurar que era el mismísimo Michael Jackson. Y yo estaba ahí, atrapada en el metro, con más agorafobia que nunca.


Lo estás bordando, Chá.


Lo último que recuerdo es ver como a la ex de Zitaima se le caía la nariz. Y cómo ella misma me arrancaba algo de mi propia piel, que, automáticamente, dejó la suavidad que la caracterizaba para adquirir el color de Robbie Williams en RockDj. Antes de que me comiesen entera (pobre aquel que le tocase el aparato digestivo) me dio tiempo a pensar algunas teorías:


Descarté la de los chicharrones por obvia. Aunque yo no los hubiese comido, seguro que en ese metro había alguien más que no los había probado recientemente. Sé por Negrete, que come como cuatro humanos y es experto en gastronomía a su manera, que la dieta mexicana es más amplia. De hecho, lo que más me maravilló al llegar es la pasmosa variedad de fruta que hay en los mercados (por tanto, aunque los chicharrones no dejen de ser un alimento muy común, no todos en ese metro lo habrían comido hoy) Pero hasta donde alcanzaba mi mirada antes de que alguien me arrancase los ojos, todos eran zombies. Así que ese argumento no se sontenia por ningún lado.


Después pensé en que aquella versión de Los Hollies poseía un sonido magnético, psicodélico y tal vez con un efecto hechizante, al más puro estilo Ulises. Pero ni ellos eran una sirenas precisamente (y no lo podrían ser jamás ni en mi lógica ni con esos trajes) ni yo estaba atada a un mástil, a pesar de que lo que quedaba de mí seguía encasquetado entre un sobaco y un palo de alguna aleación de metal con fondo naranja.


Y luego me sugerí que el combo de medicamentos que tomo para el Crohn me podían haber convertido de algún modo en inmune. Las altas dosis de corticoides, la mesalazina (aunque sólo fuera por los excipientes, ¡qué sé yo!)...recordé que en el último censo oficial había un sólo afectado por la enfermedad de Crohn en el D.F.(aunque cierto es que el último censo era ya de hace algunos años) y encima se había ido a vivir a Málaga. Sería mucha casualidad que estuviese allí para poder comprobarlo.


Y ya no me dio tiempo a pensar más. Exhalé mi último aliento mientras Zitaima me arrancaba el corazón, no sé si a modo de venganza, no sé si por hambre, mientras repetía "¿tienes soya para sazonar?" con la boca llena de un trozo de mi páncreas y riéndose a carcajada limpia. Hubiese preferido encontrar una explicación convincente antes de morir, y, ya puestos, que al menos Juan Carlos se mantuviese humano conmigo, y utilizar esa música (que a mi me parecía realmente exquisita) de fondo para un final con frases al estilo Casablanca, pero con un toque de Comando Zeta:


- Mmm..zombies.

- Buah, ya no saben qué inventar.


Y morir como si nada.


Pero ya veis que una cosa es la literatura fantástica y otra bien distinta la realidad, y en esta realidad que eligió mi destino (y mi biblioteca), no puedo evadirme de una muerte que, creedme, me resultó de lo más vergonzosa. Ya no por el hecho inverosímil de verme desgarrada y devorada lentamente por las personas a las que quiero, en un entorno extenuante como es un metro (y que tanto me ha visto palidecer estos años atrás entre quejas cada vez que me he visto obligada a usarlo), ya no por estar alejada de casa, cosa que nadie quiere para su momento final, ya no por estar en esa ciudad que no me dio ni la oportunidad ni el tiempo de amarla, no.


Es más porque en mi cerebro lógico, la última voluntad que hubiese rogado es tener una mísera oportunidad de que alguien, aunque sea yo misma, me regale una explicación.


Merecía al menos eso. Hasta el ser más miserable merece al menos eso.


Y me atormentará ya eternamente, aunque ahora sea un hecho irrelevante, como dije al principio, haber gastado los veintisiete años de mi vida en todo menos en enseñar a este cerebro mío inútil a aprender a evadirse, a hacer las cosas por placer y no por empecinamiento sadomasoquista, y que sólo aprendiese el pobre imbécil cuando ya era tarde.

Y aún así, sé que no debería quejarme: siempre deseé morir con una buena banda sonora de fondo. Y un buen recuerdo, como el que da el olor a suavizante y pan con aceite.


Antes era sólo una sospecha, ahora creo que la literatura nació para tomarnos el pelo.


**dedicado a roboprimo Eva Nasarre, un zombie como otro cualquiera. A Chorrojumo, por la Coca-Cola japonesa, al padre de mis hijos, por el Universo, a la Resistencia contra los lagartos, pero más a Diana, a todas las palabras que empiezan por la letra M, a Z. por ser real y no un señor calvo y con bigote, por ser capaz de beberse un batido de chocolate y luego una cerveza Rosita, y, sobre todo, por México.


Y a los zombies del metro, claro está, que viven y dejan un bonito cadáver.


Ahora que me estoy obsesionando con los zombies, como suele ocurrir cuando descubro algo de lo que no sé absolutamente nada, pude descubrir que mis pasiones pueden unirse.


**Teorías de la lectura pertenecen a reflexiones personales en torno a la obra de Bloom, Henry James, Borges, Ana Gallego y yo misma, valga la redundancia.


martes, 12 de enero de 2010

...



¿Alguien me puede explicar esto, humildemente lo pido?

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cómo acabar de una vez por todas con la inacción del 19, que parece Suiza en una Guerra Mundial.

La pierna de Falete

La pierna de Falete, Corn Flakes

Carrefour in Flames,

y lo que los punkis han hecho con ella, güey.

(Anaglifo in Flames)


Hola a todos, aquí comienza mi primera entrada en la nueva temporada otoño-invierno de 19/Carrefour in Flames® (ahora desnudos en tu fiesta) prometiéndome poco silogismo y poco artilugio, simplemente quiero romper un poco el hielo para animar a todo el mundo a escribir y perder por fin la sensación de no saber qué decir.


La primera orden del día es una canción-recomendación mochonesca, de un tipo en el que os recomiendo indagar, Jeremy Warmsley, el segundo punto es que he subido un programa especial de “El Ambigú” que versa sobre Islandia (era un regalo para Jossi Chan, pero creo que a algunos os puede interesar también,diez descargas libre por 10 días) y aprovecho para recomendar los Sonideros, que empiezan esta tarde y se alargan hasta la noche, en Radio 3, of course.


Después de aparatosos intentos de encontrar compañeros de piso ya tengo hogar oficial con Laura, una chica inglesa de la que aún no puedo decir demasiado porque no la he visto y con Toby, de 24 años, alemán y de la misma ciudad que el Toby del año pasado. Ergo estamos ante una Obsesión Decimonónica Teutónica (en adelante O.D.T.), espero que la cosa no sea como la última vez.


Después de piso, de tener a Juan Carlos como caballero de la mano en el pecho porque se ha rajado fregando los platos y ahora es un ser inservible (no es que lo diga yo, es que no sabe hacer nada con la mano iquierda), mi siguiente labor aparte de conseguir dinero de una forma no prostitutiva es volver a la Universidad. Sí, voy a volver a la Universidad pero a hacer pocas asignaturas (2) simple y llanamente por purita necesidad intelectual de cabeza hedonista de la sapiencia. Primero porque no me puedo pagar mucho más, después porque no tengo tiempo tampoco. Mis asignaturas son de Filología Hispánica (muerte al gringo), y después de rechazar la tentativa “Bohemia y Modernismo de Fin de Siglo” y la sangrona “Crítica Literaria 2” (por si usted no quedó satisfecho con la 1), y descartar también “Introducción a las vanguardias europeas en la literaturas española e hispanoamericana” por horario imposible, me quedo con:


Narrativa Hispanoamericana del siglo XX


Literatura Hispanoamericana 3, es decir, decadencias, modernismos y vanguardias.


De quinto curso. Sí, es bonito empezar una carrera al revés. 


Así que ya iré contando, sobre todo porque es un paso muy grande, culmen de una serie de análisis en los que creo que he podido por fin perdonarme una serie de cosas que tenía muy ancladas dentro, cosas de las que he escrito, pero todo a su momento...también he quedado con mi profesora favorita que me pondrá un poco al día acerca de qué se cuece.


Por lo demás, este año no es como los otros. Vuelvo a Granada y me pierdo con sus calles entre todo mi caos mental y me gusta. Huele a nuevo y eso ya es mucho. El año pasado por estas fechas planeaba suicidarme así que...algo hemos ganado. Pienso redescubrir la ciudad, y caminar por ella y que sea mía otra vez. Este retiro obligado me ha servido de mucho, y una vez más, Crohn tiene su parte mala pero también su parte aparatosa y necesaria de reconstrucción.


Por último, después de nadar entre toneladas de libros este tiempo (no sé cuantos libros me he podido llegar a leer cada día) ahora mismo estoy con “Cuentos sin plumas” de W. Allen. No por nada en especial, en algunos puntos es aburrido, en otros hay que pillarle el tono, pero para cogerlo así en el poco tiempo que tengo libre ahora resulta agradable con un té y un cigarro. Incluyen tres compilaciones de relatos publicados en el The New Yorker sobre todo; Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, Sin plumas y Perfiles. Algunos de los relatos tienen títulos tan atrayentes como “Para acabar con Ingmar Bergman” en el que hace una versión libre de “El séptimo sello”


Y eso es todo. Supongo que algunos de nosotros ya estamos tomando el té en la taza de los Beatles que venía hoy con el País. Hablaré más y más profundo, pero esto es sólo una toma de contacto.


Nos vemos en el Eutopía. En breve tendremos los cambios en el diseño y estructura. Os animo a que contéis un poco qué es lo que tenéis ahora mismo en mente, tanto a nivel Mundo Real™(ahora con TDT de pago y GolTv) como Paja Mental™. Y que dejéis a un lado el miedo y la pereza y compartáis con el resto lo que os constriñe las pestañas.


Y que la pierna de Falete os acompañe.


**Poeta maldita bohemia (P.M.B.)en adelante siameseada con Comercial de Vodafone y sus tablas de Excel (C.Vf.Y.S.T.E.)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Alejandro Sanz y el toreo...











La lesbiana os ha hecho mucho daño y andáis todos como muy sentimentaloides. Así que, hasta que ésta que está aquí afronte su crisis (perdón, coño torero) propongo que hagamos aquello que dijimos y escribamos aquí hasta que tengamos una página web (este verano sin duda)

Propongo así mismo que haya un poco de todo, nuestros escritos, noticias interesantes, temas de debate....lo que sea, para que esta nuestra comunidad sea animosa.  poco a poco iremos recibiendo nuevos lectores, y si no, pues nada, al menos tenemos nuestro rinconcito, a falta de alberca hinchable...

Quiero empezar con algo interesante para aquellos que estamos en la estela musical (a saber, chá y su "loba indie", Concha Piquer y su "a mi nadie me pisa el poncho" y aquel castrati del peinado repelente) En jenesaispop aparece un artículo llamado "10 fotos promocionales para NO promocionar tu disco" aquí os pongo las fotos....

Besos a todos, algunos horizontales. Y que la lesbiana se deje de negros en Rota y se ponga a hacer bizcochos...

Mi favorita es la de Alejandro Sanz....




martes, 24 de marzo de 2009

BOOM MUNDIAL: NACE EL ANAGLIFO19

Con el slogan "ANAGLIFO19: MUERA EL SIGLO 20 Y VIVA EL 21" ha sido propuesta a los decimonónicos en general y a los fundadores en particular la creación de una renovación literaria nacional, consistente en acoger el anaglifo tradicional, tan nuestro, adaptándolo a la modernidad:

Un sustantivo
El mismo sustantivo
Qué regomello
Un verso libre


Así:

La Chá
La Chá
Qué regomello
La Chá, dónde va a parar, la Chá.

El Joss
El Joss
Qué regomello
Cuánta horterada supralingual, ay Joss, ay Joss.


Por ejemplo.

Prometo no volver a desayunar con tres carajillos. Debo decir que he sido incitado.

jueves, 12 de marzo de 2009

El nuevo disco de Chá, titulado "La Tortilla"


Cortesía de Lopa...

jueves, 5 de marzo de 2009

El Asco poético.

Pincha aquí.

intro al 2ndo escrito de chá

Nota mental 1:¿es o no cierto que hay gente que se mete hámsters en el culo por diversión?"
Rompepistas




Ya que estamos con Kiko Amat, os presento algunas de las preguntas que hace un personaje de su último libro "Rompepistas" Respondedme y luego os digo lo que responden ellos. Esto nos servirá de introducción para mi próximo escrito.


1. En una situación límite, ¿cual de estas cuatro cosas harías, si te obligaran a escoger una?

a. Chuparle a alguien la polla (en vuestro caso coño, aunque...)
b. Comerte los mocos de alguien.
c. Comerte tu propia mierda.
d. O beber los meados de una tía.

2. ¿qué preferirías ser: ciego, sordo, mudo o inválido?

Mudo, elige otra ¿eh?

3. ¿qué enfermedad grave preferirías sufrir?

a. Sífilis.
b.Lepra.
c. Ántrax.
d. Cólico Miserere. (no os voy a decir lo que es, investigad....que da más asco)

4. Os obligan a follaros a un ser mitológico ¿a quién os folláis?

a. Sirena Uno (parte de arriba mujer, parte de abajo pez)
b. Sirena Dos (parte de arriba pez, parte de abajo mujer)
c. Hipogrifo.
d. Medusa.

Y como dice otro de los personajes, El Cherif...

"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."

Concha ve el asco


He puesto una encuesta, pero sólo me deja poner algunos de los temas que proponía como posibles para nuestras próximas jornadas temáticas. Así que pongo aquí todos, esperando que dejés comentarios sobre otros posibles temas y si al final hay empate pues ponemos la encuesta.

Además podemos modificar, mezclar unir...a ver qué sale.

Ahí van:

- Los psicólogos.
- Genios, locos y niños.
- La música, las drogas, el láser, las minifaldas.
- La decadencia.
- Lo que he perdido.
- Las vacas (no me preguntéis por qué, lo propuso Argax fumado y borracho)
- Euforia/disforia
- El vino (¿veis?)
- Los despertadores.
- El perdón.
- El miedo (que tengo)
- La polla como coño hipertrofiado (y viceversa)
- La castración a todos sus niveles ( me castraste con solo mirarme....)
- La catástrofe.
- La curcusilla, el principio del fin.
- La Segunda República.
- Generaciones y manifiestos.
- Por qué tarda tanto en abrirse el blog. Teorías conspiratorias y blog estrecho.
- La erótica.
- Tú no existes.
- La palabra.
- Los raros y el tonto de mi pueblo.
- Trabajar.
- El escaqueo como huida parcial.
- Episodios de nuestra vida.
- Lectoescritura.
- El brote. Uso y disfrute.
- Mi periodo favorito de la historia.
- Lo grotesco y lo bizarro.
- La catarsis, lo sublime la utopía y la distopía.

Ale! a pensar!





miércoles, 4 de marzo de 2009

Invitacion al vómito (por Chá)

Hola haskerósos:


Tenía intención de, a lo largo de estos diecinueve días, extenderme hasta mi máxima plenitud acerca del tema que nos concierne, pues, al terminar este ciclo, quería guardar fielmente en mi libreta y posteriormente en un fanzine una conclusión final acerca del asco, a revisar en unos cuantos años, y con mis investigaciones unidas a las vuestras.


Pero por razones ajenas a mi espléndida voluntad y cercanas a la fiebre y otros menesteres, creo que mi expansión se verá reducida, aún así, espero servir de algo, aunque sólo sea para que “le mudit” vuelva a desear asquerosamente a una mujer.


Bien, a modo introductorio, comparto este vídeo (perdón bideo) de alguien a quien amo aquí donde me véis y que seguro que todos habréis visto, a pesar de que lo censuraron por catalogarlo, precisamente de asqueroso:




El asco siempre suele relacionarse con lo escatológico, lo que a mi parecer es quedarse con lo más obvio, y restar lo más jugoso, aún así, creedme que en materia de lo escatológico hay pocas cosas que me den asco, tener Crohn te inmuniza más de lo que a simple vista pueda parecer ante estos temas.


Una de las mejores definiciones de asco es la que leí hace tiempo en un libro de mi amado Amat, quien establece una definición para “horroroso” que yo vinculé al asco desde el primer instante. Paso a transcribirlo. Disculpad mi voz cascada y mocosa y los ruidos de fondo, pero es que tengo obra...




Por último, un texto de Oliverio Girondo...


INVITACIÓN AL VÓMITO


Cúbrete el rostro 
y llora. 
Vomita. 
¡Sí! 
Vomita, 
largos trozos de vidrio, 
amargos alfileres, 
turbios gritos de espanto, 
vocablos carcomidos; 
sobre este purulento desborde de inocencia, 
ante esta nauseabunda iniquidad sin cauce, 
y esta castrada y fétida sumisión cultivada 
en flatulentos caldos de terror y de ayuno. 
Cúbrete el rostro 
y llora... 
pero no te contengas. 
Vomita. 
¡Si! 
Vomita, 
ante esta paranoica. estupidez macabra, 
sobre este delirante cretinismo estentóreo 
y esta senil orgía de egoísmo prostático: 
lacios coágulos de asco, 
macerada impotencia, 
rancios jugos de hastío, 
trozos de amarga espera... 
horas entrecortadas por relinchos de angustia. 



A continuación, y en otra entrada, mi primer texto...espero que os haya servido para sentiros más asquerosos.


El Asco como una de las bellas artes: los cigarros mentolados sublimados

La familia Lucena es asquerosa.



La primera cosa que me enseñó mi padre de la vida es que las cicatrices de moto duelen menos que cualquier otra cosa que te ocurra. Así que, si me miráis bien de arriba a abajo, podréis observar las huellas de esta premisa: las dos cejas partidas, el labio inferior abultado, varios botes de Betadine más en los brazos y mil y una herida en las rodillas. A pesar de la controversia, la mayoría de estas desavenencias simplemente ocurrían al bajarme de la moto, pues, aunque la mitad de mi tiempo estaba en el agua y la otra mitad en una Vespa o Lambretta, jamás tuve un accidente.


No sé si se puede considerar conducción temeraria el moverte en una Vespa con una niña de meses en tu regazo. La primera vez que monté en uno de esos trastos de los años sesenta cuyo rugido puedo reconocer y diferenciar de cualquier otra cosa con tubo de escape, aún no gozaba ni de dos meses, ni de raciocinio suficiente como para negarme, pero Dios (o sea, papá, como diría Freud) lo vio justo y necesario. Mi primera cicatriz será de unos dos años o tres, la de la ceja, bajando de la moto cuando veníamos de Córdoba. 


Así que la primera vista para sentencia que me enseñó mi padre fue que las cicatrices de moto son las que más asco dan de cuerpo para fuera y las más hermosas de cuerpo para dentro.


La segunda cosa es que el humo de un tren eléctrico no circula en ninguna dirección, porque no existe. No sé por qué de entre todas las cosas que podría enseñarme, mi padre se decantó por este dato que a ojos de todos podría resultar innecesario. Pero es que amaba los trenes tanto como a las motos y cuando no nadaba o Vespeaba, conducía trenes.


A raíz de esto, papá me enseñó un recorte de periódico en el que salía él. El recorte era una catástrofe; mi padre conducía con su hermano un tren, ésta vez de mercancías y se quedó sin frenos. Lo de los trenes es un poco como el Titanic, que no puedes abandonarlo si eres el capitán, por mucho iceberg que se cuele en tu camino, aunque sólo lleves mercancías.


Así que su hermano le dijo que saltara y él le dijo que no. En el último momento, mi tío empujó a mi padre y sacrificó su vida por la de su hermano (y por las mercancías, pero sin violinistas tocando hasta el hundimiento) Entonces me quedé sin tío y a mi padre no lo metieron en la cárcel porque se demostró que había sido empujado (no me preguntéis cómo)


Yo no hubiera saltado. No soy ningún cobarde. La gente cobarde me da asco, añadió.


Así que la segunda afirmación que me enseñó mi padre es que las cicatrices dan asco, pero no tanto como la gente cobarde. Y de paso, me inculcó el gusto por los trenes y las catástrofes, a igual escala.


No todos los días conoce una a un padre kamikaze, capaz de estrellarse antes que reducir su honor a la altura de la mierda. Mi boceto de conclusiones comienza por una idea como ésta: la velocidad quizá pueda correr más que los problemas, en todos sus formatos. Para denotar una base empírica, cuando mi padre o yo estábamos preocupados por algo, cogíamos la moto y rodábamos.


Papá, ¿esto no es una forma más de huir de los problemas? ¿esto no nos convierte en cobardes?


¿tienes sensación de huida o de libertad?


Punto pelota.


Papá me enseñó otras cosas, como que nunca debes tatuarte el nombre de alguien que conoces de una noche por un impulso de “amor a primera vista” porque luego te pasas la vida entera luciendo en el brazo el nombre de una desconocida que nunca más volviste a ver. También a hacer flexiones dando una palmada en medio y a hacer la voltereta en el aire. Cuando tenía cinco años me compró un cigarro de esos mentolado de las farmacias. ¿está asqueroso no? Pues si no quieres tener que volverlo a probar, no empieces a fumar.


Es como lo de dar cera, pulir cera pero en versión cordobesa.


Luego se murió y me dejó el resto de análisis para mi solita. Así que la primera noción que la edad y mi padre me pudieron dar del asco fue ésta:


Las cicatrices que no son de moto dan asco. 


Los kamikazes dan asco, pero no tanto como los cobardes. 


Tanto no saltar como hacerlo, dan bastante asco.


Si huyes buscando libertad, no eres un cobarde, porque la opresión da asco.


Tanto el amor a primera vista como tu amigo borracho tatuador son ejemplificaciones incipientes del asco, pero no tanto como los productos de venta en farmacias.


La cosa más asquerosa que tiene la vida es que personas importantes que un día están a tu lado al día siguiente no lo están, sin previo aviso, sin pedir permiso.


Por tanto, echar de menos es quizás, una de las cosas más crueles que tiene el asco.


El asco, en cualquier caso, es una catástrofe que quizá no deje cicatrices aparentes, pero consigue inmunizarnos de la cosa más bella y a la vez más asquerosa que tiene este mundo.


La propia Humanidad.


Y si ésta dicotomía no da el suficiente asco, que venga Dios (papá) y me lo explique.



**A papá y a su hermano...y a la Conchi del tatuaje de mi padre.